Page 34 of 822
1 32 33 34 35 36 822

El reto del analfabetismo: Del «cuántos leen» al «cómo leen»

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

 

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) define como analfabeta a aquella persona de 15 años o más que no sabe leer y escribir un recado. Según la Encuesta Intercensal 2015, el 5.5% de la población mexicana se pudiera considera como analfabeta (INEGI, 2015, p. 32), porcentaje muy inferior al de 1970, cuando 25.8% de la población no sabía leer y escribir. El analfabetismo es una de las expresiones más graves del retraso educativo, pues implica la carencia de habilidades necesarias para ejercer derechos e integrarse al mercado laboral, perpetuando así la ignorancia, la pobreza y la desigualdad social.

La distribución del analfabetismo en nuestro país es desbalanceada. En cuestión de sexo, 6 de cada 10 analfabetas son mujeres. En términos geográficos, en Guerrero, Oaxaca y Chiapas hay una proporción siete veces mayor de analfabetismo que en Ciudad de México; asimismo, la frecuencia de esta condición es cinco veces mayor en localidades rurales (12.9%) que urbanas (2.5%). En relación a los grupos de población, los más afectados son los indígenas (17.8%), las personas con alguna discapacidad (23.8%) o con alta marginación (19.4%) (INEE, 2017b, p.142). Así pues, hablando en términos generales, el rostro del analfabetismo en México podría ser representado por el de una mujer indígena, con algún tipo de discapacidad, originaria de una población rural de alta marginación.

La notable reducción del analfabetismo sin duda está vinculada a la mejora en la escolarización, sobre todo en el nivel primario: de acuerdo al Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, México (2020) México alcanzó desde 2001 la universalización de la matriculación en la enseñanza primaria (6 a 11 años de edad). De este modo, son casi dos décadas en las que todos los mexicanos acceden al nivel educativo en el que se da, en la mayoría de los casos, el aprendizaje formal de la lectura y la escritura.

De acuerdo a la Encuesta Intercensal 2015 (INEGI, 2015, pp. 32-34), el analfabetismo actualmente es casi inexistente entre la población joven de 15 a 29 años (1.2%), mientras que es mayor su proporción en la población de 60 a 74 años (15.7%) o de 75 años y más (28.5%). Lo anterior hace pensar que, por el simple paso del tiempo, será cada vez más raro encontrar personas que no sepan leer y escribir. De seguir con las tendencias actuales, en una o dos décadas el porcentaje de población alfabetizada podría ser casi o igual al 100%, no obstante que a partir del 96% la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) considera ya a los países como plenamente alfabetizados. Lo anterior no elimina la responsabilidad del Estado para eliminar los altos índices de analfabetismo en la población de edad más avanzada.

Considerando el avance importante de la alfabetización en México, resulta alarmante la situación de las personas con discapacidad. Si bien en nuestro país el analfabetismo se refugia principalmente en la población de edad más avanzada, esta condición no se cumple con el subgrupo de población mencionado: el analfabetismo es menor entre las personas de 55 a 64 años (15.5%) que los de 15 a 24 años (24.8%) (INEE, 2017b, p. 142). ¿A qué se debe lo anterior: cayó la escolarización de este grupo o simplemente, en los últimos años, se ha hecho más visible su presencia? Sea cual sea la respuesta, el alto índice de analfabetismo es un reflejo de la lamentable tendencia de la escuela mexicana hacia la inequidad y la exclusión de los más desfavorecidos.

Con la inminente erradicación del analfabetismo absoluto, es decir, la simple incapacidad para leer y escribir un recado, se viene un nuevo desafío: tratar de abatir al analfabetismo funcional, o sea, la imposibilidad de utilizar adecuadamente las habilidades de lectura y escritura en situaciones específicas de la vida. Al respecto, la UNESCO ha indicado que “aún en países con tasas de analfabetismo significativamente menores al 10%, existe un elevado porcentaje de personas con muchas limitaciones para manejar los niveles más básicos de interpretación de textos informativos” (2015, p. 4). De este modo, el reto para México es mayúsculo: de acuerdo a la prueba PISA 2015, 39.8% de estudiantes mexicanos se ubicaron en el nivel más bajo, de seis posibles, en cuanto a desempeño en lectura manifestando habilidades elementales que les permiten apenas localizar información explícita en un texto corto o reconocer la idea principal en escritos con contenidos conocidos (INEE, 2015, p. 74).

En la alfabetización son evidentes dos desafíos para el Sistema Educativo Mexicano. Primeramente, integrar a los grupos más marginados para poder darles habilidades tan básicas como la lectura y la escritura; el logro de esto pudiera representar una base mínima para pensar en la escuela como un espacio que promueva la justicia social y que sea palanca del progreso especialmente de los más desfavorecidos. En segundo lugar, se deberá transitar a enfocar los esfuerzos hacia aspectos cualitativos de la alfabetización: logrado el abatimiento del analfabetismo absoluto, se deberá concentrar en el funcional; ya no bastará entonces la mera ampliación de la cobertura educativa, sino que se deberán atender asuntos de corte pedagógico y de las condiciones en las que los alumnos efectúan el aprendizaje. Dicho de otra forma y aludiendo a la definición del INEGI, la meta ya no será únicamente formar alumnos que sean capaces de leer y escribir un recado, sino de emplear estas habilidades de manera exitosa para promover su bienestar. Ya no sólo importará cuántas personas leen, sino cómo leen.

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.

Twitter: @proferoger85

Facebook: El Profe Rogelio

REFERENCIAS

INEE (2017a). México en PISA 2015. México: autor.

INEE (2017b). Panorama Educativo de México 2016. Indicadores del Sistema Educativo Nacional. Educación Básica y Media Superior. México: autor.

INEGI (2015). Principales resultados de la Encuesta Intercensal 2015: Estados Unidos Mexicanos. México: autor.

UNESCO (2015). Alfabetización y Sociedades Sostenibles: convertir la visión de la alfabetización para 2030 en acción en América Latina y el Caribe. Disponible en: http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/Nota-conceptual-alfabetizacion.pdf (Consultado el 16 de julio de 2020).

SNIEG. Tasa neta de matriculación en la enseñanza primaria (6 a 11 años). Disponible en: https://www.snieg.mx/cni/escenario.aspx?idOrden=1.1&ind=1&gen=264&d=n (Consultado el 16 de julio de 2020).

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-reto-del-analfabetismo-del-cuantos-leen-al-como-leen/

Comparte este contenido:

Equidad y Plan Sectorial de Educación: con el agua al cuello…

Por: Sylvie Didou Aupetit

 

Cinvestav

Proyecto CONACYT A1-S-8492

El 6 de julio 2020, 18 meses después de que iniciara labores el gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Diario Oficial de la Federación (D.O.F) publicó el Plan Sectorial de Educación 2020-2024 (PSE). Dicho Plan remarca diferencias con las políticas sectoriales anteriores, cuyas desviaciones y corruptelas, financieras y éticas, denuncia conforme con una narrativa de oposición entre el pasado y el presente. Alineado con el discurso presidencial, el PSE plantea como su eje principal la inclusión de colectivos vulnerables, en condiciones de calidad e interculturalidad, con el propósito de no dejar a nadie atrás, como lo recomienda la UNESCO, y, asimismo, de no dejar a nadie fuera (PSE: 199).

En esa cruzada en pro de la igualdad educativa, participan todos los niveles. En el superior, los objetivos centrales son expandir la matricula e instalar instituciones, públicas y gratuitas, en entidades con brechas de atención (Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Tlaxcala y Quintana Roo). Se localizaran preferentemente en municipios con alta marginalidad para mejorar los grados de accesibilidad de la población a las infraestructuras.

En consecuencia, la estrategia prioritaria 1.6 está enfocada a “garantizar la obligatoriedad y la gratuidad de la educación media superior y superior como condición para asegurar el acceso de adolescentes y jóvenes al conocimiento, la cultura y el desarrollo integral”. Recomienda para ello: hacer un uso más intensivo de las TIC para suministrar servicios educativos a usuarios no tradicionales en modalidades mixtas/no escolarizadas; otorgar becas y apoyos a quienes carecen de medios financieros para cursar estudios superiores; ampliar los cupos en los establecimientos preexistentes; revisar los mecanismos de selección y admisión de estudiantes pertenecientes a grupos sociales desfavorecidos en sus oportunidades de acceso; armonizar los planes de crecimiento de matrícula de las entidades federativas y de los subsistemas universitario, tecnológico y educación normal y  crear “universidades públicas de vocación comunitaria y sostenibles” (PSE: 217)

A su vez, procurar ensanchar la cobertura de un 39.7% del grupo de edad a un 49% y suministrar una educación social-, cultural- y laboralmente pertinente obligará las instituciones a diferenciar las medidas pedagógicas de atención a los colectivos en dificultad para reducir sus tasas de deserción, por ahora superiores a la tasa promedio nacional. Implicará revalorar las labores docentes con respecto de las de investigación y rescatar la figura del profesor universitario dedicado de tiempo completo a la enseñanza. Supondrá impulsar la carrera docente en educación superior, reclutando a gran escala a académicos y garantizando que adquieran competencias pedagógicas, indispensables para instrumentar la anunciada transformación curricular, cuyos contenidos específicos se requeriría, por cierto, precisar.

Difícilmente, uno discrepa de esas prioridades. Es urgente que el sistema de educación superior mejore su equidad y eficiencia, imparta contenidos relevantes e incremente sus tasas de egreso. Lo anterior no debe, sin embargo, disimular que el Programa no aporta respuestas claras sobre cómo reunir los medios indispensables al éxito de esos propósitos.

El principal interrogante concierne la suficiencia de recursos. El PSE, en el apartado de desglose de los compromisos, insertó sistemáticamente la advertencia de que su consecución depende de la obtención de un presupuesto acorde a la meta. Esa leyenda contradice el principio de que cualquier programa oficial, guía de la acción pública, debe contar con un presupuesto de ejecución adecuado a sus objetivos. La indefinición sobre los amarres financieros del PSE preocupa cuanto más que la austeridad a toda costa, impuesta por el gobierno desde 2019, y las crisis derivadas de la pandemia del COVID-19, en 2020, afectaron negativamente las tareas rutinarias del sistema educativo y genera serias dudas sobre la viabilidad de cualquier proyecto de transformación.

Otras cuestiones son políticas. Aunque el PSE reitera su respecto a la autonomía de las universidades en lo que refiere a diseño de planes y programas y a selección de los aspirantes, los lineamientos expresados al respecto así como otras propuestas (gratuidad de los servicios educativos cuando muchas instituciones públicas cobran derechos de inscripción y cuotas, por ejemplo) constituyen motivos potenciales de tirantez entre la Secretaría de Educación Pública y los establecimientos.

Unos asuntos más son instrumentales. El PSE inserta, entre las tareas imprescindibles para mejorar el funcionamiento del sistema de educación superior, el producir una información sobre perfiles, condiciones y resultados de los distintos sectores que lo integran y el contar con una burocracia que tenga mayores niveles de capacitación y sea menos fiscalizadora de las labores académicas. No obstante, no identifica cómo concretar ambas expectativas, repitámoslo, fundamentales para recuperar la funcionalidad de un sistema, lastrado por una regulación hipertrofiada y por dispositivos de gestión confusos y, a veces, incompatibles.

Finalmente, el PSE es parco en el análisis de las dos iniciativas que, a la fecha, han constituido las marcas distintivas de la política gubernamental de educación superior: si bien señala que los programas Jóvenes Escribiendo el Futuro Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, establecidos en el PND 2019-2024, son prioritarios (PSE: 198), no abunda ni en sus ventajas, ni en sus limitaciones.

En suma, en educación superior, el PSE es un documento diagnóstico y aspiracional. Es generoso, pero no es operacional, en contradicción con lo que se espera de un documento de esa índole. Están desdibujados las rutas de acción y los apoyos indispensables, si se quiere transitar de una retórica sobre un futuro promisorio a una dinámica inminente de cambio pautado y medible, es decir con resultados que, aunque modestos, se comprueben ya, es decir a partir de 2021 (no de 2040). Y, en vísperas de otra década perdida, en el país y en la región, las cuestiones del “cómo” y del “con qué” no son intrascendentes sino cruciales.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/equidad-y-plan-sectorial-de-educacion-con-el-agua-al-cuello/

Comparte este contenido:

La investigación educativa y la importancia de producir y circular nuevos conocimientos

Por:  Miguel Ángel Pérez

El efecto Covid se ha convertido en un verdadero parteaguas social y educativo en nuestra sociedad, de tal manera que hoy estamos ante una serie de cambios en el sistema que van desde modificaciones a la agenda pública y de gobierno, a las nuevas condiciones de operación del propio sistema hasta llegar a esta forma inédita de vincular al sistema bajo un formato virtual con la sociedad.

En educación el funcionamiento del sistema se integra de tres grandes componentes (hay más, pero se pueden distinguir a esos tres de manera esquemática). Un componente operativo que es el que da lugar a todo el despliegue funcional, penado en atender educativamente a todos los niños, niñas, jóvenes y personas que demanden atención educativa; un componente investigativo que tiene que ver con las tareas de conocer lo que se hace y las necesidades de conocimiento que se desprenden de ello y un componente de gestión, que tiene que ver con la adquisición y manejo de recursos, con la optimización de los mismos con presupuestar y abaratar costos y en síntesis con adquirir todo lo que se requiere para que el sistema siga funcionando. Algunos otros componentes están relacionados con la vinculación de los distintos subsistemas, para que dicha relación sea cordial y armoniosa y con la conformación de nuevo cuadros para que se hagan cargo de hacer funcionar el propio sistema, en cuanto a formar a docentes, directivos, asesores técnicos, gestores, etc.

En todo ello, el sistema por tradición solo se había preocupado en atender la parte operativa, es decir lo que tenía que ver con su funcionamiento. De esta manera se construían escuelas en cierto lugar, se habilitaba mobiliario, se enviaban docentes y un directivo, y se ponía a trabajar; hoy las nuevas condiciones de operación se han traducido en nuevas condiciones de conocimiento.

La investigación educativa es una tarea de cierto compromiso académico riguroso, pensada en responder a las preguntas que se generan con el funcionamiento del propio sistema y que están relacionadas con el conocimiento del mismo: explicar, describir, valorar, entender, proponer, mejorar, etc. son algunos verbos vinculados con la generación de conocimientos. Tradicionalmente las tareas operativas y de investigación, estaban distanciadas, escindidas, y la vinculación entre ambas era prácticamente inexistente.

Hoy más que nunca se hace especialmente necesario la tarea de investigación, con la finalidad de poder plantear y ordenar las preguntas del presente (en la era de la pandemia y del coronavirus) para darles respuesta de manera ordenada y sistemática.

La investigación está relacionada con la generación y producción de conocimientos, dichos conocimientos pasan por una agenda en la cual se conjuga una racionalidad colaborativa entre los intereses de los investigadores, las necesidades de las agencias de gobierno en cuanto a la confección y diseño de políticas públicas y las necesidades de la sociedad.

En todo ello, hoy en día reconocemos que hay necesidades emergentes de atención y de conocimiento producto de los cambios profundos y complejos que ha generado la pandemia por el coronavirus. El sistema educativo deberá modificar las estructuras y su funcionamiento de todos los días, hoy se requiere conocer más acerca de lo que ignoramos, para funcionar mejor, ¿Cómo hacerlo? Lo primero es que se requiere disposición de los órganos de gobierno, pero también disposición de los grupos académicos encargados de la tarea de generar nuevos conocimientos.

Es importante que cada escuela, cada centro de trabajo ligado con el componente educativo se conozca mejor desde su interior, es por ello que los colectivos docentes concebidos como comunidades de práctica, se hagan preguntas no sólo pensadas para operar mejor o para mejorar sus indicadores sobre los cuales están obligados a actuar, sino también preguntas vinculadas con la investigación es decir con el conocimiento. Y aquí se vincula todo el saber, para generar preguntas que nos lleven a cumplir con los tres componentes del sistema:

  • Mejorar las condiciones de operación, ser más eficientes, más efectivos y realizar el servicio de la mejor calidad.
  • Tener un mayor y mejor conocimiento de las condiciones de atención en las que se realiza la tarea educativa. Y
  • Conseguir todos los recursos necesarios para cumplir con las dos tareas anteriores.

De esta manera y a partir de la racionalidad anterior, la tarea de la investigación ya no sería de iluminados, sino de todo sujeto o agente que este verdaderamente preocupado o preocupada por entender de la mejor manera lo que nos está pasando y cómo, todo ello está íntimamente vinculado con los cambios que se están generando en la esfera gobierno, y en una sociedad que paradójicamente aún en la parálisis social se sigue moviendo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-investigacion-educativa-y-la-importancia-de-producir-y-circular-nuevos-conocimientos/

Comparte este contenido:

Declaración del Foro Venezolano por el Derecho a la Educación sobre desalojo de Residencia Estudiantil

Caracas, 25 de julio de 2020

 

Foro Venezolano por el Derecho a la Educación:

Repudio al desalojo de las residencias Estudiantes Livia Gouverneur. Solicitamos una explicación pública del Gobierno Nacional

 

El Foro Venezolano por el derecho a la Educación (FOVEDE), Integrante de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) observa con especial preocupación el desalojo que está afectando a les jóvenes que habitan las residencias estudiantiles Livia Gouverneur, ubicada en el centro de Caracas.

Es el pueblo estudiantil más humilde quien requiere del apoyo de estas residencias para poder estudiar y ser parte de la inclusión en los procesos educativos. En una situación nacional en la cual el criminal bloqueo norteamericano ha deteriorado de manera dramática la situación del pueblo trabajador, este desalojo se convierte en un despropósito.  Es momento de la unidad del pueblo trabajador y esta acción actúa en una dirección contraria.

Todes les jóvenes que habitan las residencias estudiantiles Livia Gouverneur son hijes de hombres y mujeres del pueblo. La precaria situación salarial de los y las trabajadoras hace imposible que puedan pagar un lugar de residencia para que sus hijes puedan estudiar. Por ello, el desalojo tiene el agravante de ser una medida contra los hijos de los y las trabajadoras.

Las residencias estudiantiles forman parte de las conquistas vinculadas al derecho a la educación. Durante la Cuarta República la crueldad, insensibilidad y autoritarismo de los gobiernos generó muertes en los desalojos de las residencia estudiantiles existentes en ese momento, acciones que eran “justificadas” por esos gobernantes, bajo la etiqueta de “razones políticas”. Todos fuimos testigos de cómo bajo el pretexto de sacar a los “revolucionarios” e “izquierdistas” de las residencias estudiantiles, se vejaba a jóvenes y en muchos casos se les asesinaba. El presidente Chávez siempre recordaba esa dramática situación como expresión del neoliberalismo en la educación.

Hasta la presente ningún funcionario del alto gobierno, a quienes les corresponde garantizar el derecho a la educación, se ha pronunciado al respecto. Por ello, respetuosamente solicitamos al Presidente Nicolás Maduro Moros una aclaratoria al respecto, y una clara directriz para que cese este atropello contra los y las jóvenes estudiantes.

 

 

Por el Foro Venezolano por el derecho a la educación

 

Luis Bonilla-Molina                           Lourdes Urbáez                     Rose Mary Hernández

Comparte este contenido:

Enfoques cooperativos; Hoy: Pedagogía Cooperativa Escolar y el Consejo Nacional de Calidad de la Educación.

Consideramos a la composición y funcionamiento del Consejo Nacional de Calidad de la Educación un hecho relevante, y a partir de ello, nos expresamos como referentes de la Pedagogía cooperativa escolar y universitaria por medio de este modesto artículo.

 

“Partiendo del concepto de calidad educativa es necesario generar también condiciones y recursos en las instituciones, tendientes a priorizar en la educación aspectos cognitivos, reflexivos y de valor, que promuevan el pleno desarrollo de nuestro niños, niñas, jóvenes y adultos. Para poder lograrlo, concebimos la educación como tarea compartida, que implica interacciones y diálogo continuo entre diferentes actores, contextos y organizaciones”. Ministerio de Educación-Provincia de Santa Fe.

La Ley educativa nacional argentina N° 26206/06 en su capitulo III-Información y Evaluación del Sistema Educativo y en su artículo N° 98 establece: “Créase el Consejo Nacional de Calidad de la Educación, en el ámbito del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, como órgano de asesoramiento especializado, que estará integrado por miembros de la comunidad académica y científica de reconocida trayectoria en la materia, representantes de dicho Ministerio, del Consejo Federal de Educación, del Congreso Nacional, de las organizaciones del trabajo y la producción, y de las organizaciones gremiales docentes con personería nacional”.

“Tendrá por funciones: a) Proponer criterios y modalidades en los procesos evaluativos del Sistema Educativo Nacional; b) Participar en el seguimiento de los procesos de evaluación del Sistema Educativo Nacional, y emitir opinión técnica al respecto; c) Elevar al Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología propuestas y estudios destinados a mejorar la calidad de la educación nacional y la equidad en la asignación de recursos; d) Participar en la difusión y utilización de la información generada por dichos procesos; e) Asesorar al Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología con respecto a la participación en operativos internacionales de evaluación”.

Recientemente el Ministerio de Educación de la Nación, a través de la resolución N° 549/20, reglamentó la composición y funcionamiento del Consejo Nacional de Calidad de la Educación, como órgano de asesoramiento especializado sobre la evaluación y mejora de la calidad de la educación y la equidad en la asignación de recursos, según nos enteramos por los medios periodísticos.

¿Qué entendemos por calidad educativa?

Existen tantas y variadas conceptualizaciones y definiciones que debimos optar por la declamada en el Portal de educación de la Provincia de Santa Fe (Argentina) (https://www.santafe.gov.ar/):

“Cuando hablamos de calidad educativa, la entendemos no como la apropiación individual de una colección de conocimientos enciclopédicos, sino como la construcción colectiva de saberes socialmente relevantes, como la forma específica en que las generaciones adultas nos hacemos cargo de la transmisión, en tanto acto de pasaje, a las nuevas generaciones para instituirlas como sujetos del conocer, no solo acercándolas a un conjunto de saberes, sino también a una forma respetuosa, participativa y democrática de habitar y construir el mundo. Asimismo, entendemos a la calidad educativa como un concepto que se hace cargo de democratizar la distribución de saberes y los procesos de formación para construir igualdad social. Por ello, en la medida en que hablamos de una educación de calidad vinculada a la construcción de calidad social -y por eso mismo para todos- hacemos referencia también a una calidad educativa indisolublemente ligada a la inclusión socioeducativa de todos…”
La educación cooperativa escolar está “indisolublemente ligada a la inclusión socioeducativa” de la educación formal argentina.

“Una educación de calidad está íntimamente ligada a la inclusión porque de lo que se trata es de ofrecer a los estudiantes posibilidades de aprender, de constituirse en sujetos de su educación y de emanciparse como resultado de su paso por la escuela”.

En verdad al leer estos significativos pasajes que nos emocionan tenemos la fuerte convicción de que se inspiraron para la redacción de esas conceptualizaciones, en los valores y principios cooperativos, en su noble Doctrina.

Lineamientos políticos educativos.

La Ley de Educación Nacional N° 26.206/06 de la Argentina, según se lee en su Portal oficial “fue aprobada por el Congreso de la Nación el 14 de diciembre de 2006, constituyendo un paso fundamental en el proceso de recuperación de la educación para la construcción de una sociedad más justa”.

“Sus contenidos están orientados a resolver los problemas de fragmentación y desigualdad que afectan al Sistema Educativo y a enfrentar los desafíos de una sociedad en la cual el acceso universal a una educación de buena calidad es requisito para la integración social plena”.

“La Ley N° 26.206 regula el ejercicio del derecho de enseñar y aprender consagrado por el artículo 14 de la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales incorporados a ella, conforme con las atribuciones conferidas al Honorable Congreso de la Nación en el artículo 75, incisos 17, 18, y 19, y de acuerdo con los principios que allí se establecen y los que esta ley determina”.

“Asimismo la Ley de Educación Nacional establece en el artículo 3 que la educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico – social de la Nación”

Constituyen, a nuestro modesto entender, los párrafos anteriores un marco teórico formidable y que dan sustancia y fortaleza a la pedagogía cooperativa a tenor de sus virtudes, métodos y doctrina como la pedagogía más contundente en la procura de las aspiraciones anotadas en dicha Ley. Y de hecho que está incorporada a la citada Ley nacional en su artículo N° 90.

Por su carácter transformador y contestatario, la pedagogía cooperativa, de naturaleza didáctica incluyente, integral e integradora, teórica y práctica en su desenvolvimiento, encara, precisamente, a partir de su Doctrina de armonía, de manera amigable a la extinción de esos males sociales a que refieren… “a resolver los problemas de fragmentación y desigualdad que afectan al Sistema Educativo” y al mismo tiempo apoyar…” el proceso de recuperación de la educación para la construcción de una sociedad más justa”.

Así, sucintamente hemos anotado y dimos cuenta de la expresión de las políticas públicas referidas a la educación oficial argentina que nos sirven de marco conceptual para expresar qué expectativa nos genera el hecho de que el Ministerio de Educación de la Nación reglamentó la creación del Consejo Nacional de Calidad de la Educación.

Ahora, el Dr. Mariano Narodowski es miembro académico del Consejo Nacional de la Calidad de la Educación… ¿Qué expectativa nos genera a los docentes cooperativos?

Narodowski es profesor full time de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella. Ha publicado artículos de investigación en Journal of Education Policy, Compare, Comparative Education entre otros y es autor de 20 libros. Fue Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Además, Mariano ha sido Profesor Visitante de varias universidades del mundo y ha recibido premios y subsidios a la investigación como el John Simon Guggenheim Fellow o el Oustanding Scholar Award (LASIG-CIES). Además, es miembro fundador de Pansophia Project.

Antes que nada nos interesa subrayar nuestro beneplácito porque Mariano Narodowski asumió tan importante rol. Después sí, nos interesa expresar nuestra expectativa respecto a sus importantes funciones, centrada en especial en una: c) Elevar al Ministerio de Educación propuestas y estudios destinados a mejorar la calidad de la educación nacional…”

Lo dicho en segunda instancia del párrafo anterior nos lleva a señalar porqué entendemos que la Pedagogía Cooperativa Escolar y Universitaria califica suficientemente- a nuestro modesto juicio-para ser considerados como recursos educacionales de alta cualidad.

La expectativa se vuelve entonces un interrogante optimista: ¿Encontraremos un canal comunicativo que abra el diálogo con el flamante Consejero Académico, Dr. Mariano Narodowski?

Nosotros ubicamos en un sitial relevante y urgente recibir un gesto y actitud positiva de los gobiernos para con la Pedagogía cooperativa, en verdad, una suerte de “Reparación histórica”.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Fuente: Los autores escriben para el Portal «Otras Voces en Educación»

Comparte este contenido:

Juan Rodríguez Zapatero: “La LOMLOE no avanza en la educación inclusiva, consagra el artículo 74 de la LOE, incompatible con la Convención de la ONU”

Juan Rodríguez Zapatero es abogado. A más señas, es uno de los abogados que más causas está llevando en relación con la inclusión de niñas y niños con discapacidad en centros ordinarios. Es también el responsable de la redacción de un manifiesto de una plataforma recién creada de familias que reclaman el cambio de los dictámenes psicopedagógicos que abocan a menores y a sus familias a transitar por la educación especial aunque no quieran. Hablamos con él de la situación hoy por hoy en España, con la mirada puesta a los próximos meses, con la tramitación de la LOMLOE.

Juan Rodríguez Zapatero se ha convertido en un referente en la lucha por la educación inclusiva en España. Este abogado aterrizó en este mundo casi de casualidad, por echarle una mano a una amiga que tenía un niño con discapacidad y lo estaba pasando muy mal. “Estaba promoviendo una asociación en este terreno, se acercó a mí. Empecé a ver casos, muchos más de los que parece, y me metí”. Ya no pudo salir. “Te va llevando, y me comprometí. Jurídicamente ha sido gratificante, hemos abierto caminos que estaban por abrirse”, comenta. Desde entonces, ha peleado por el derecho de las familias a escolarizar a su hijo en el centro de su elección, y los dedos de la mano se le empiezan a quedar escasos para contar las sentencias favorables. Aunque no todas son positivas, poco a poco, explica el abogado, se va creando un cuerpo jurídico favorable a madres y padres, incluyendo una sentencia clave del Tribunal Supremo de 2017.

La última batalla de este colectivo, que lucha por el derecho a la educación en centros “mal llamados” ordinarios de todos los alumnos, es que se eliminen los informes psicopedagógicos que se les hacen para determinar sus capacidades y que, en muchas ocasiones, acaban en resoluciones de escolarización por las que la administración envía a alumnos a centros de educación especial sin contar con la opinión de las familias. Estos informes, que solo se les hacen a los alumnos con diversidad funcional, son segregadores, explica el colectivo, y van contra la ley.

¿Cuál es vuestra propuesta alternativa a los informes psicopedagógicos?

La primera petición es el reconocimiento pleno del derecho a la educación inclusiva, con la derogación del 74 de la LOE y del 18.3 de la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Se pide también que los informes psicopedagógicos y los dictámenes de escolarización se supriman en su orientación actual. Con esto me refiero a la orientación clínica de señalar los déficits de los alumnos, problemas de inteligencia, hacerles tests, etc. Creemos que se deben hacer informes de actuación educativa. Que reseñen de verdad cuáles son las capacidades de cada alumno, sus puntos favorables y los negativos o las barreras, y establecer, en función de ello, los apoyos necesarios. También se pide un tema importante, que es que estos alumnos ni siquiera son oídos. Con esto me refiero a que todo niño con uso de razón puede tener el derecho a ser oído en estos informes. Los padres tampoco participan en estas evaluaciones, solo al final y para decir en una casilla si están conformes o disconformes con el dictámen. Creemos que debe haber una participación activa de las familias, pudiendo aportar sus propios informes de expertos para valorar las necesidades de los alumnos.

Otro tema importante es que no hay mecanismos de impugnación ágiles cuando los padres no están de acuerdo con los dictámenes y tienen que acudir a la vía judicial, que lleva unos trámites largos en el ámbito educativo y muchas veces tarde, y, además, tienen unos costes económicos. Por ello se proponen comisiones de medicación y arbitraje independientes para resolver estas diferencias.

La petición final es una ley integral de inclusión educativa. Una ley transversal que recoja todos los aspectos de la educación en igualdad. La ley actual y la reforma que se está haciendo es insuficiente, tiene que haber una ley orgánica integral y específica de la inclusión educativa.

Con los informes psicopedagógicos tenéis ya buenos argumentos, muchas veces en forma de sentencias que han tumbado dictámenes de escolarización precisamente porque no estaban bien hechos.

Ya hay un cuerpo jurisprudencial, un conjunto de sentencias importantes y armadas jurídicamente en el sentido de que consideran estos informes y las resoluciones de la administración educativa cuando deciden que un niño vaya a un centro de educación especial no reúnen las motivaciones exigidas. No suelen señalar que se hayan agotado las posibilidades de inclusión educativa o ni explican por qué los apoyos y refuerzos que necesita ese niño no los puede prestar un centro ordinario y tienen que ir a un centro de educación especial. Se ha abierto una jurisprudencia importante que, sin duda, es un material jurídico trascendente en defensa del derecho a la educación inclusiva.

¿Tienen esperanzas reales de que esto salga adelante o lo hacen también con la intención de ir acumulando iniciativas y hacer ruido?

Creo que el tema va a tener recorrido. En mi opinión, como alguien que trabaja en temas de derecho a la educación, hay otros aspectos que llaman más la atención, como los informes PISA, la calidad, segregación por sexo… A este tema de los derechos de las personas con discapacidad necesita una expansión, más visibilidad mediática y, por tanto, el primer objetivo del documento es que se conozca por la sociedad. Pero se ha hecho con la idea de que tenga recorrido, si no inmediato si a medio plazo con el objetivo mencionado.

¿Hemos avanzado en educación inclusiva desde que España se adhirió a la Convención de la ONU?

En el panorama jurídico y del derecho a la educación inclusiva ha habido avances en algunos aspectos. Probablemente, los mayores se han dado con algunas sentencias, que han establecido los límites y las obligaciones que la Administración educativa tiene en este ámbito. Concretamente, una sentencia del 14 de diciembre de 2017 del Tribunal Supremo deja claro el contenido de la educación inclusiva. Pero falta lo esencial: que tengamos un único sistema educativo, como dice el artículo 27 de la Constitución: “Todos tienen derecho a la educación”; y sin exclusión: no solo para personas con discapacidad: para personas con discapacidad, sin discapacidad, con razón de ideología o cualquier otra circunstancia, como dice el artículo 14. Los artículos 27 y 14 de la Constitución no se cumplen porque seguimos teniendo un sistema dual. Dual quiere decir que hay uno ordinario para los niños sin discapacidad, y luego están quienes tienen algún grado de discapacidad o diversidad funcional, que deben pasar por todo un sistema específico (evaluación psicopedagógica, dictamen de escolarización) y luego se decide si van a un centro ordinario o especial, qué apoyos o ajustes razonables tienen. El sistema dual es radicalmente incompatible con la Convención. Lo más urgente e importante es derogar el artículo 74 de la LOE de 2006, que después de decir que la escolarización del alumnado con necesidades educativas especiales se rige por el principio de inclusión, lanza la excepción: la escolarización de estas personas en unidades de educación especial solo se llevará a cabo cuando sus necesidades no puedan ser atendidas en el marco de las medidas de atención a la diversidad de los centros ordinarios.

Es decir: la ley vigente de educación, en su artículo 74, establece la facultad, además en gran medida discrecional a la Administración educativa, para escolarizar alumnos con necesidades educativas especiales en centros de educación especial. Estos centros no son compatibles con la Convención porque solo escolarizan alumnos que presentan diversas discapacidades o diversidades funcionales. O sea, se produce segregación y el agrupamiento de alumnos según su discapacidad. ¿Qué une a esos alumnos? La discapacidad. Sin entrar a valorar a los profesionales, los centros son segregadores y eso no es compatible con la Convención de la ONU.

Y si ese artículo específicamente atenta contra una ley superior, como es la Convención, ¿no se puede denunciar que es ilegal?

Puedo responder con una pregunta. ¿Cómo esto se puede mantener a día de hoy jurídicamente? ¿Cuál es la razón de que se mantenga un precepto incompatible con la Convención? Creo que la respuesta es política, no ha habido voluntad de abordar esto de manera urgente, prioritaria y necesaria, y que este tema entre de lleno en la agenda política.

Las vías jurídicas no son sencillas, de ahí que se haya producido una demora, pero se están abriendo ya algunas sentencias del TS en otros ámbitos, no educativos, sobre los informes de la ONU que se refieren a una convención ratificada por España y, por tanto, norma jurídica de obligado cumplimiento con valor superior a la ley, solo debajo de la Constitución. Lo que se está estudiando es la posibilidad de requerir al Gobierno ya en el ámbito más bien jurisdiccional para llevar esto a efecto.

¿Qué rol les queda a los centros de educación especial en su propuesta?

No entro a valorar su calidad ni la de sus profesionales, que seguro que los hay excelentes. Pero tienen que convertirse en centros de recursos materiales, humanos, etc. para los centros ordinarios. Hay que establecer un plan progresivo para que se reconviertean, dejen de ser centros de escolarización separada y quede un único modelo de escolarización. Los otros centros serían de apoyo a los ordinarios (que no deberían ni llamarse así).

Les habrán dicho a menudo que si unos padres quieren llevar a sus hijos a un centro de educación especial, sin obligar a nadie más a hacerlo, cuál es el problema.

Tiene una respuesta clara: no es un derecho de los padres. El derecho a una educación en igualdad es de la persona que lo recibe, lo dice la ONU. Los padres tienen que apoyar el interés del menor, que no es otro que recibir una educación en igualdad. Eso le va a permitir al niño o la niña desarrollar todas las potencialidades. Cuando se dice que un padre quiere o no quiere el problema es que no existe un derecho subjetivo del padre. Es del alumno y, por tanto, los poderes públicos deben apoyar que se realice en un centro ordinario. Los padres lo hacen de buena fe, por supuesto, pero hay que decirles que todas las necesidades se pueden cubrir con un sistema único. Los países que han dejado sin efecto los centros de educación especial tienen un sistema educativo mejor que el español y no ha pasado nada. Italia suprimió los centros especiales de la noche a la mañana y no pasó nada. La experiencia comparativa dice que donde un niño desarrolla toda su potencialidad es en un entorno ordinario, con sus iguales. En socialización, relación con otros chicos y chicas, etc.

¿Cree que las administraciones abusan del desconocimiento que suelen tener las familias sobre sus derechos en este asunto?

No sé si la Administración se aprovecha, pero sí creo que falta sensibilización e información a las familias. Cuando estas reclaman, el sistema educativo reacciona a la defensiva. Por ahí falta sensibilización. Y también falta información, y el deber de la Administración pública es informar, pero a veces se transmiten opiniones subjetivas.

Como profesional que lleva casos de educación inclusiva puedo decir que, aunque no siempre, en bastantes ocasiones las familias se sienten indefensas ante el poder de la Administración o una autoridad educativa, que le dicen “esto es lo mejor para su hijo”, a veces más como recomendación, pero otras de manera más impositiva. Pero es cierto que están indefensas. Por eso abogamos por instancias de medicación independientes, que no existen. Es curioso que uno reclame por un tema de consumo y haya juntas arbitrales de consumo en las comunidades autónomas, pero no existen en el ámbito educativo instancias para mediar cuando hay discrepancias de las familias con la Administración.

¿Supone algún avance la LOMLOE en la materia?

No hay avance e, incluso, hay una disposición adicional, la cuarta, donde se cita y consagra el artículo 74 y se habla de un plan de diez años para que los centros ordinarios cuenten con los recursos necesarios, pero dejando bien claro que se continuará prestando los apoyos necesarios a los centros de educación especial. Esta disposición es claramente contraria a la convención también. No solo no hay avances, sino que esta disposición adicional si no se modifica viene a consagrar los centros de educación especial como centros de educación.

Entramos un poco en el terreno de lo especulativo, pero pregunto igual. ¿A qué cree que se debe este interés de las administraciones –unas más que otras– en mantener los centros de educación especial incluso aunque vayan contra la ley? ¿Cree que tiene que ver algo con el hecho de que muchos de ellos son concertados y hay mucho dinero moviéndose ahí?

En cuanto al peso del apoyo a los centros de educación especial es porque es un sector en el que hay unos intereses económicos fuertes, y no está desligado todo ello de la educación concertada, que es otro reto pendiente de nuestra educación. Creo que efectivamente es así, tienen un peso económico y social importante. También utilizan muy hábilmente los medios de comunicación y las plataformas sociales.

En cuanto a la actitud del Gobierno le falta claridad y valentía política. Claridad porque no han visto que esto es un tema importantísimo, que no es un tema cuantitativo que afecte a 30.000 o a 100.000. Es un tema de dignidad. Es como si cuando se habló del matrimonio homosexual nos hubiéramos preguntado a cuántos afecta. Es un tema de dignidad de país. Insto desde aquí al Gobierno, desde este texto, que cuenta con un número importante de padres, madres y expertos comprometidos con la educación inclusiva, para que asuma este reto de realmente adaptar las leyes educativas a la Convención y que España tenga una ley educativa digna, que no se produzcan los casos lamentables de marginación.

Vamos a ahondar mínimamente en esto, porque estas situaciones se dan. La gente igual lo desconoce, porque si no tienes un caso cercano de un pequeño con discapacidad lo más probable es que no conozcas estos periplos. Que hay niños de ocho años que se pasan uno en casa sin escolarizar por el choque entre la Administración educativa y las familias, que se niegan a llevarlos a centros de educación especial.

Cuando he dicho que el Gobierno le falta visión es que le falta de verdad conocer. La Comisión del Congreso debía haber llamado a los padres y madres. Los expertos están muy bien, pero la realidad es que se producen situaciones muy lamentables de discriminación, marginación y sufrimiento de los padres y madres, y por supuesto de los niños. Creo que esto no se visibiliza en la medida en que una situación de este tipo requeriría. Este documento debe servir para que se oigan la voz de los más directamente afectados, las familias.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/23/la-lomloe-no-avanza-en-la-educacion-inclusiva-consagra-el-articulo-74-de-la-loe-incompatible-con-la-convencion-de-la-onu/

Comparte este contenido:

Covid-19 evidenció las desigualdades de la Educación en Costa Rica

Centroamérica/Costa Rica/23 Julio 2020/prensa-latina.cu

Las investigadoras del Estado de la Educación Isabel Román y Valeria Lentini afirman hoy que la pandemia de la Covid-19 evidenció aún más las desigualdades entre estudiantes de diferentes regiones de Costa Rica.
En un análisis de los datos del Estado de la Educación, Román y Lentini sostienen que el sistema educativo costarricense siempre ha dejado al desnudo algunas de las desigualdades existentes, principalmente entre la enseñanza pública y privada, pero -añaden- las diferencias también son notorias al comparar centros de una misma provincia.

Antes de la pandemia varios estudios realizados por el Estado de la Educación señalaban que la falta de acceso a recursos tecnológicos y docentes calificados figuraban entre los principales factores asociados a los bajos rendimientos que mostraban los estudiantes que vivían fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM).

La GAM abarca los principales centros urbanos de las provincias San José, Cartago, Heredia y Alajuela, donde reside el 60 por ciento de los poco más de cinco millones de habitantes de esta nación centroamericana.

Román y Lentini basan sus conclusiones en cifras oficiales, como las del Ministerio de Educación Pública (MEP), las cuales reflejan que del millón 200 mil estudiantes matriculados en el curso lectivo 2020 y que desde marzo están en las casas por la Covid-19, al menos 500 mil de ellos tienen una mala o nula conectividad a internet.

Además, la Encuesta Nacional de Hogares de 2019 refiere que el 67 por ciento de estudiantes de la Región Central -una de las seis en que se divide socio-económicamente este país- tenía conexión a internet desde el hogar; un 29 por ciento solo tenía acceso a través del celular y un tres por ciento carecía de conexión.

En este mismo parámetro, las regiones Huetar Caribe, Huetar Norte o la Brunca -fueras de la GAM- la conexión a internet desde el hogar rondaba apenas un 40 por ciento, la mitad lo hacía solo por celular y cerca de un 10 por ciento carecía de acceso a la red de redes.

Para las investigadoras, estas brechas en el acceso a los recursos tecnológicos reflejan las desigualdades territoriales históricas del país, asociadas al bajo desarrollo relativo y socio-económico que ha caracterizado a las regiones de la periferia y en el contexto actual, profundizan las diferencias en el de acceso a la educación.

De ahí que, aseveran, sin un acceso universal a la buena conectividad, la profundización de las desigualdades territoriales y educativas son inevitables.

No obstante reiterar que la pandemia ha dejado en evidencia problemas que veníamos arrastrando, las investigadoras consideran que también genera oportunidades inéditas para resolverlos.

‘Hoy más que nunca queda claro que una buena conectividad es un derecho fundamental de todas las personas. Para lograrlo se requiere actuar rápido y con visión estratégica’, concluyen.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=383680&SEO=covid-19-evidencio-las-desigualdades-de-la-educacion-en-costa-rica
Comparte este contenido:
Page 34 of 822
1 32 33 34 35 36 822