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Pobreza y educación: un combate desigual

Por: Sebas Parra Nuño, Xavier Besalú 

La educación es un factor necesario (pero no suficiente) para poder disfrutar de una igualdad real de oportunidades. Sabemos que el elemento que tiene más impacto en la formación es el capital económico y cultural de las familias. Por tanto, si queremos combatir las desigualdades en educación ya sabemos por dónde empezar.

La escuela para todos es hija de la Ilustración, de aquella voluntad de liberar a las personas de las supersticiones y los dogmas para que, guiadas por la razón, se convirtieran en plenamente autónomas y capaces de gobernar sus vidas. La escolarización universal es, pues, una aspiración que no tiene mucho más de doscientos años, aunque en nuestro país no se hizo realidad hasta la década de los ochenta del siglo pasado. Las escuelas y los institutos han sido y son, por tanto, dispositivos con una voluntad profundamente democrática y emancipadora, nacidos para proporcionar a todos y cada uno de los individuos la posibilidad de constituirse como personas libres e independientes, sean cuales sean sus condicionamientos étnicos, geográficos, económicos, sociales o culturales, y sus características y capacidades físicas, psíquicas o intelectuales. La educación básica tiene sentido por sí misma y aspira a proporcionar a todos los chicos y chicas aquellos conocimientos, competencias, habilidades y valores que les permitan disfrutar de una verdadera igualdad de oportunidades para hacer frente a las demandas del mercado laboral y de la vida en general. Pero estos esfuerzos igualitarios, a pesar de sus éxitos indudables, no han dado los resultados esperados, y se ha acusado a los sistemas educativos de reproducir y legitimar las desigualdades socioeconómicas previas. No podemos aceptar este determinismo, pero sí hay consenso entre los especialistas en afirmar que la escuela sola no tiene suficiente fuerza para hacer revertir las desigualdades familiares y que hay que ayudarla con políticas sociales decididas si se quiere evitar que la pobreza y la desigualdad de origen no acaben también repercutiendo en los resultados escolares.

Así pues, la vulnerabilidad educativa es, en primer término, una consecuencia y un reflejo de la vulnerabilidad de las familias. El factor más determinante de la pobreza y la exclusión social es todavía hoy la clase social, es decir, la pertenencia a familias con poco capital económico, social y cultural, y con un estilo de vida que afecta de lleno sus expectativas y sus hábitos alimenticios, culturales y de ocio. Los datos nos dicen, de manera sostenida, que la población catalana en riesgo de pobreza está en torno al 20%, y que un 5% de esta vive en una privación material severa. Aplicado a la provincia de Girona, estaríamos hablando de más de ciento cincuenta mil personas y de más de treinta y ocho mil, en uno y otro caso, repartidas por todo el territorio. Si nos fijamos en la renta familiar disponible -los ingresos de que disponen las familias para el consumo o el ahorro-, sabemos también que en Girona hay varias ciudades que no llegan al índice 75 (cuando el de Cataluña es 100). Son, por este mismo orden, Lloret de Mar, Salt, Castelló d’Empúries, Roses y Palafrugell; serían las que, en términos medios, tendrían más familias en riesgo de pobreza.

El segundo factor relevante de pobreza y exclusión social hoy en Cataluña es ser miembro de una familia de origen extranjero. Estos ciudadanos comparten la vulnerabilidad de las familias pobres, pero suman su situación administrativa y el hecho de ser percibidos y, a menudo, tratados como elementos extraños y potencialmente peligrosos. En las comarcas de Girona, la población de origen extranjero es, en algunos pueblos y ciudades, superior al 25% (en Cataluña es de un 15%). Serían, por este orden, Castelló d’Empúries, Salt, Lloret de Mar, Sant Pere Pescador, Ullà, La Jonquera, La Escala, Castell de Aro, Pau, Roses, Vilamacolum, Palau Saverdera, Torroella de Montgrí, Figueres y Arbúcies.

Pobreza económica e inmigración extranjera confluyen, además, en determinados pueblos, barrios, urbanizaciones, edificios y calles, por lo que el territorio de residencia se acaba convirtiendo en un condicionante extraordinariamente potente y, de hecho, en un nuevo factor de exclusión social. Suelen aparecer procesos de regresión urbanística, que afectan el estado de conservación de las edificaciones, la urbanización, la red de servicios, los espacios públicos, los equipamientos … Viven ciudadanos -la mayoría extranjeros, muchos de ellos en el paro- con problemas económicos y sociales graves: de accesibilidad vial, de transporte público, de actividad comercial y de seguridad ciudadana … Todo ello hace que sean sectores que se perciben y se viven como zonas de riesgo, peligrosos, a veces como verdaderos guetos. En el caso de la ciudad de Girona, hablaríamos de barrios como Pont Mayor, Font de la Pólvora, Santa Eugènia o Can Gibert del Pla; de Figueres mencionaríamos los barrios del Culubret y Bon Pastor o la Marca de l’Ham; de Olot, los barrios de Sant Miquel, Sant Roc o los Pisos Garrotxa … En todas las ciudades grandes encontraríamos zonas con estas características y este estigma.

El Departamento de Educación, consciente de las necesidades del alumnado para terminar su escolaridad obligatoria con éxito, y atendiendo justamente a las características socioculturales de las familias, ha puesto en marcha dos programas para ayudar a los chicos y chicas y los mismos centros educativos a garantizar que todo el mundo consiga los resultados escolares que se consideran imprescindibles para seguir estudiando, en su caso, o para insertarse en el mercado laboral. El más antiguo -del 2004- es el denominado «Planes educativos de entorno», verdaderos planes comunitarios que operan desde fuera de las escuelas. Los encontramos en Girona, Figueres, Blanes, Lloret de Mar, Olot, Salt, Palafrugell, Sant Feliu de Guíxols, Banyoles, Roses, Torroella de Montgrí, La Bisbal, Castelló d’Empúries, Ripoll y Maçanet de la Selva. El otro programa es el de «Centros educativos de máxima complejidad», que dota estas escuelas e institutos con más recursos personales y materiales que el resto. En estos momentos, tienen esta consideración centros de Salt, Figueres, Girona, Palafrugell, Lloret de Mar, Blanes, Olot, Roses, Maçanet de la Selva, Castelló d’Empúries, la Bisbal, Sant Feliu de Guíxols, San Miguel de Fluvià, Sant Pere Pescador y Torroella de Montgrí. Si nos fijamos, todas las ciudades que cuentan con un plan educativo de entorno -salvo Banyoles y Ripoll- tienen centros considerados de máxima complejidad.

 

Fases del proceso educativo y desigualdades

La educación infantil no es obligatoria, pero en el segundo ciclo, que va de los tres a los cinco años, el 97% de los niños están escolarizados. No es el caso del primer ciclo, de cero a dos años, que además de no ser obligatorio tampoco es gratuito. La escolarización se ha estabilizado en torno al 37%. Con un matiz: los que más se escolarizan en estas edades son los hijos e hijas de las familias con más capital económico e instructivo. De hecho, la tasa de escolarización apenas llega al 9% entre las familias extranjeras. Aquí hay una primera fuente de desigualdad, que afecta especialmente a las familias pobres y extranjeras y las que viven en pueblos pequeños y relativamente alejados de otras poblaciones más grandes. Parecería clara la necesidad de una intervención pública lo antes posible. De hecho, los países con más equidad social se caracterizan por sus políticas familiares, que hacen que los niños puedan ser atendidos inmediatamente por instituciones educativas y puedan comenzar su escolaridad obligatoria con un desarrollo cognitivo y una socialización primaria adecuados.

Una segunda fuente de desigualdad es el acceso a las enseñanzas postobligatorias: el bachillerato, la formación profesional y las enseñanzas de régimen especial (de idiomas, artísticas -música, danza, artes plásticas, diseño, arte dramático- y deportivos). No todos los institutos ofrecen las diversas modalidades del bachillerato. Y eso obliga a los estudiantes -que, recordemos, son aún menores de edad- a desplazarse si viven en poblaciones sin instituto o si quieren cursar una modalidad que no se ofrece en su centro de referencia, con todas las dificultades que conlleva una red de transporte público insuficiente y cara. Este problema se agrava si se quiere seguir algún ciclo de formación profesional, tanto de grado medio como superior, con veinticuatro familias profesionales y ciento sesenta y dos ciclos diferentes. Es lógico que una oferta tan extensa esté muy distribuida y que la necesidad de desplazarse casi sea obligada. Es similar lo que podríamos decir de las escuelas de idiomas, conservatorios o escuelas especializadas.

Mención aparte merece la formación de personas adultas, que con doce centros públicos ordinarios y media docena de dependientes de las corporaciones locales, dibuja un mapa similar al que se cerró hace cuarenta años con el Plan de Ayuda a la educación de Adultos de la Diputación de Girona. Las dificultades de acceso para las personas adultas -de dieciséis años en adelante- a las posibilidades de hacer efectivo su derecho a la educación en los tres ámbitos que propone la ley -formación instrumental y básica (para compensar los déficits formativos), formación para el mundo laboral (actualización y perfeccionamiento) y formación para el ocio y la cultura (para participar en la vida social)- son bastante evidentes, y no parece que se puedan resolver a corto plazo.

 

Condiciones de escolarización

En Cataluña, opera una triple red educativa, formada por los centros públicos, los centros privados y los centros privados concertados. La enseñanza obligatoria es de pago en los centros privados: la libertad de empresa ampara la creación de este tipo de negocio. En la práctica, en las comarcas de Girona hay muy pocos, con dos tipologías muy diferenciadas: los centros de élite y las escuelas alternativas. Los centros públicos son gratuitos, y los encontraremos en todas las ciudades y pueblos de la demarcación, salvo los más pequeños. Los centros privados concertados son de titularidad privada, mayoritariamente religiosa, pero mediante el concierto con la Generalitat de Cataluña, que se hace cargo del pago del profesorado y de los gastos ordinarios, se comprometen a actuar como si fueran centros públicos, especialmente en cuanto a la admisión de alumnado.

En la práctica, esta segmentación es fuente de desigualdad. En primer lugar, porque los centros privados, concertados o no, se encuentran generalmente en las ciudades de más de diez mil habitantes, por lo que una parte significativa de la población queda excluida o se ve obligada a hacer largos desplazamientos. En segundo lugar, porque estos centros, en el tramo que va de los tres a los doce años, hacen una hora más de clase que los centros públicos; al cabo de estos nueve años, significa que sus alumnos han cursado 1.575 horas más de clase, lo que equivale casi a dos cursos enteros. En tercer lugar, porque en la práctica escolarizan alumnado procedente de familias con un nivel socioeconómico y cultural superior a la media, lo que contribuye a la segregación escolar. Y, finalmente, porque en estos centros concertados se pagan cuotas mensuales y unos servicios adicionales (transporte, comedor, etc.) que no están al alcance de todos.

La segregación escolar hace referencia a la concentración artificial de un determinado tipo de población en un mismo centro educativo, aunque sería razonable y deseable que todos los centros públicos y privados concertados escolarizan una muestra representativa de su entorno. Sabemos de centros que concentran alumnado de familias de un nivel socioeconómico y cultural elevado; de centros que concentran alumnado casi exclusivamente gitano; de centros que escolarizan en proporciones altísimas alumnado de origen extranjero …

Esta segregación no ayuda a mejorar los resultados globales del sistema educativo, pero sobre todo va en detrimento del aprendizaje de la convivencia entre personas diferentes, que es lo que encontramos en todas nuestras ciudades y pueblos. El Síndic de Greuges de Cataluña, que ha promovido el Pacto contra la segregación escolar, ha estudiado a fondo este fenómeno y ha mostrado como en la provincia de Girona hay centros educativos donde más del 50% del alumnado es de origen extranjero: Salt, Girona, Figueres, Castelló d’Empúries, Torroella de Montgrí, la Bisbal, Lloret de Mar, Roses … Y ha elaborado también un índice de disimilitud, que mide la desigualdad en la distribución del alumnado con necesidades educativas específicas, en el que la máxima igualdad equivaldría a 0 y la máxima desigualdad a 1. Con un índice de más de 0,25 tenemos Girona, Salt, Figueres, Blanes, Castillo de Aro, Palafrugell, Olot, Lloret de Mar y Sant Feliu de Guíxols.

Durante la Segunda República, fue una voluntad manifiesta hacer que los edificios escolares fueran los más bellos y funcionales de las ciudades y pueblos, como indicador de la importancia que se daba a la educación y también como elemento educativo en sí mismo. ¿Qué deberíamos decir hoy ante la multiplicación de los barracones (módulos prefabricados, en lenguaje oficial), más de trescientos en las comarcas de Girona? Es aceptable que sean una solución provisional y breve a problemas puntuales de escolarización, si realmente se llevara a cabo una planificación cuidadosa y una inversión suficiente. Pero no es así, porque hay escuelas e institutos que hace más de diez años que funcionan en barracones, como sería el caso de Sant Julià de Ramis, de Forallac, de Vilafant y otros. En unos tiempos en que la imagen cuenta tanto, en que se hacen inversiones millonarias de rentabilidad más que discutible, la presencia sostenida de tantos barracones acaba siendo un símbolo bien expresivo de la importancia que la sociedad da a la formación de las nuevas generaciones.

 

Resultados

Algunos datos de Cataluña (de 2015) a tener presentes: tasa de idoneidad (alumnado que hace el curso que le corresponde por edad) a los diez años, 94%; tasa de idoneidad a los quince años, 76%; tasa de graduación de ESO, 84%; tasa bruta de graduación de bachillerato, 52%; tasa bruta de graduación de ciclos formativos de grado medio, 23%; tasa bruta de graduación de ciclos formativos de grado superior, 30%; población de dieciocho a veinticuatro años que ni estudia ni trabaja, 19%;v población de veinticinco a sesenta y cuatro años que accede a la formación de adultos, 7%.

¿Qué nos dicen estos datos? Primero: que con sólo diez años, ya hay un 6% del alumnado que ha repetido algún curso, porcentaje que sube al 24% al finalizar la ESO. La repetición de curso -que, una vez más, afecta sobre todo al alumnado más vulnerable- simboliza la insuficiencia de las ayudas proporcionadas y, además, se ha demostrado que es enormemente ineficaz. Segundo: que un 16% del alumnado matriculado termina la escolaridad obligatoria sin haber alcanzado aquellos conocimientos y competencias que se consideran mínimos e imprescindibles y que la sociedad se había comprometido a garantizar para todos. Si vamos más al fondo, nos daremos cuenta de que estos porcentajes se duplican en el caso del alumnado de origen extranjero. Tercero: que, con respecto a las enseñanzas postobligatorias, la tasa de graduación es muy baja, de manera especial en los ciclos formativos, señal de que algo importante está fallando. Cuarto: es conocido que los índices de desempleo juvenil son insufribles; entonces habría que hacer todo lo posible para que los jóvenes siguieran formándose. Y quinto: la formación de personas adultas sigue siendo la pariente pobre de todo el sistema educativo, en unos tiempos tan cambiantes como los nuestros, en que se nos hace saber, por activa y por pasiva, la necesidad de seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida.

En resumidas cuentas, y mirando el futuro con esperanza, sólo un cambio radical en materia de ayudas a las familias más vulnerables, con un aumento considerable de los recursos que se destinan, y un combate serio y sostenido contra los factores que dificultan la acceso a la educación y generan segregación y fracaso escolar podrían empezar a hacer revertir la situación actual y conseguir de verdad que la educación cumpla la función social y cultural que le asignan las leyes: la igualdad de derechos y oportunidades; el respeto a los derechos humanos, a todos los seres vivos y el medio ambiente; el reconocimiento de la pluralidad lingüística y cultural; el ejercicio de la ciudadanía, y la participación con actitud crítica y responsable.

Fuente: https://rebelion.org/pobreza-y-educacion-un-combate-desigual/

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Afganistán revoca prohibición de que niñas canten en público

La prohibición de que las niñas canten en público, impuesta la semana pasada por las autoridades educativas de la capital de Afganistán, fue revocada tras una campaña de protesta en las redes sociales.

Los coros de colegialas son habituales en los actos oficiales afganos, pero cuando las autoridades educativas de Kabul prohibieron la participación de adolescentes se produjo una reacción inmediata.

La orden suscitó temores de que los funcionarios de educación estuvieran «talibanizando» el país, anunciando un retorno a la época en que el grupo islamista prohibía la participación de las mujeres en casi todos los ámbitos de la sociedad.

A última hora del domingo, el ministerio de Educación emitió un comunicado en el que afirmaba que la prohibición «no refleja las posiciones o políticas del Ministerio».

El anuncio llegó tras una reacción masiva en las redes sociales con el hashtag #IAmMySong.

«En Afganistán, el ministerio de Educación ha sofocado hoy las voces de nuestras niñas al hacer ilegal que canten», tuiteó Shamila Kohestani, excapitana de la selección nacional de fútbol femenino.

La controversia se produce en medio de los temores de un posible regreso de los talibanes al poder, cuando Estados Unidos está estudiando la posibilidad de retirar las tropas que todavía tiene en el país en las próximas semanas, de conformidad con un acuerdo histórico firmado con los insurgentes el año pasado.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/03/15/mundo/por-descontento-afganistan-revoca-prohibicion-las-ninas-canten-en-publico/

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33 Libros para iniciarte en el Pensamiento Crítico Latinoamericano Contemporáneo

versión 1.1

Compilación de Bhanzy

1. Antología del pensamiento crítico argentino contemporáneo

2. Antología del pensamiento crítico boliviano contemporáneo

3. Antología de pensamiento crítico brasileño contemporáneo

4. Antología del pensamiento crítico caribeño contemporáneo

5. Antología del pensamiento crítico cubano contemporáneo

6. Antología del pensamiento crítico chileno contemporáneo

7. Antología del pensamiento crítico colombiano contemporáneo

8. Antología del pensamiento crítico costarricense contemporáneo

9. Antología del pensamiento crítico dominicano contemporáneo

10. Antología del pensamiento crítico ecuatoriano contemporáneo

11. Antología del pensamiento crítico guatemalteco contemporáneo

12. Antología del pensamiento crítico haitiano contemporáneo

13. Antología de pensamiento crítico hondureño contemporáneo

14. Antología del pensamiento crítico mexicano contemporáneo

15. Antología del pensamiento crítico nicaragüense contemporáneo

16. Antología del pensamiento crítico panameño contemporáneo

17. Antología del pensamiento crítico paraguayo contemporáneo

18. Antología del pensamiento crítico peruano contemporáneo

19. Antología del pensamiento crítico puertorriqueño contemporáneo

20. Antología del pensamiento crítico salvadoreño contemporáneo

21. Antología del pensamiento crítico uruguayo contemporáneo

22. Antología del pensamiento crítico venezolano contemporáneo

23. Construyendo las Epistemologías del Sur: Para un pensamiento alternativo de alternativas Volumen I de Boaventura de Sousas Santos 

24. Nuestra América y pensar crítico: Fragmentos de Pensamiento Crítico de Latinoamérica y el Caribe – Eduardo Grüner (Coordinador)

25. Forjadores del pensamiento crítico latinoamericano. Biografías de luchadores y pensadores revolucionarios de America Latina y el Caribe siglos XIX y XX y Cronología Histórica (1850-1939)

26. Escenarios para el desarrollo del pensamiento crítico

27. Pensamientos críticos contemporáneos: Análisis desde Latinoamérica

28. Pensamiento crítico latinoamericano: Conceptos Fundamentales Volumen I

29. Pensamiento crítico latinoamericano: Conceptos Fundamentales Volumen II

30. Pensamiento crítico latinoamericano Volumen III

31. Pensamiento crítico y filosofía: un diálogo con nuevas tonadas de Javier Suárez y otros autores

32. Polémica sobre la filosofía latinoamericana de Cristóbal Arteta Ripoll

33. Filosofía de la liberación de Enrique Dussel

 

ENLACES RELACIONADOS:

 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuente: http://obrascompletasenpdf.blogspot.com/2021/01/33-libros-para-iniciarte-en-el.html
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El liderazgo femenino como potenciador del poder democrático en las comunidades

Por: Roberto Patiño

La presencia de la mujer es inseparable del trabajo que venimos desarrollando en Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive desde sus inicios. Muy temprano, cuando creamos el primer comedor de Alimenta la Solidaridad en La Vega, en el año 2016, fue evidente que el grueso de la participación de la comunidad se hacía cuerpo en un liderazgo femenino que asumía los objetivos de la organización como parte de un compromiso que era, a un mismo tiempo, personal y comunitario.

Cinco años después, con 240 comedores en 15 estados del país, 85% del voluntariado que da vida a Alimenta la Solidaridad, Caracas Mi Convive y Sustento está constituido por líderes que han desplegado un esfuerzo caracterizado por la transversalidad, el trabajo en redes y la articulación con sus vecinos.

Esta importancia de las mujeres en el trabajo en los sectores populares, que hoy recordamos durante la celebración del mes de la mujer, explica la razón por la cual pusimos en marcha el Programa de Liderazgo Femenino. Es evidente que todo proyecto de acción, cambio y mejora en la calidad vida en las comunidades, que aspire a conservarse en el tiempo y replicarse en todo el país, tiene que contar con un liderazgo femenino que sepa reconocerse como tal y que disponga, a través de este programa de formación, de las herramientas necesarias para su crecimiento.

Desde hace tres años, el Programa de Liderazgo Femenino ha venido acompañando a ese liderazgo natural que hay en los sectores populares, a través de herramientas de formación que les permite mejorar, potenciar y replicar el activismo comunitario al tiempo que ha sido parte del proceso de construcción y reconstrucción de buena parte del tejido social que se ha resquebrajado por la crisis y la erosión de las libertades políticas en Venezuela.

A lo largo de todos estos años que hemos compartido con nuestras líderes y con las profesionales que las acompañan en su proceso de formación, comprendimos que si hay algo que caracteriza al liderazgo femenino es su diversidad y su compromiso con la comunidad, entendida como una extensión de su propia vida doméstica. La mujer venezolana, cuando asume su rol de líder, cuando se empodera y toma conciencia de sus capacidades como activista y agente de cambio, se compromete en el servicio público con la misma lealtad con la que asume el trabajo por el bienestar de su familia, solo hay que dar oportunidades para que esta fuerza se despliegue.

El liderazgo femenino es diverso y complejo como lo es la vida en sociedad, y en ese trabajo por lo público se pone a prueba y ejercita las más profundas convicciones democráticas, al hacer del consenso, la resolución de conflictos y el trabajo en redes su mejor estrategia de lucha por una nueva Venezuela.

Estas nuevas generaciones de líderes mujeres, que apoyamos con firmeza desde Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive, a través del Programa de Liderazgo Femenino, son un reservorio de valores democráticos, de conciencia cívica, un lugar para el encuentro y el trabajo en redes, un espacio para el auto conocimiento y la reafirmación del compromiso por el cambio dentro de los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la democracia.

n este mes se recuerda el esfuerzo por visibilizar las luchas ciudadanas en contra de las desigualdades de género y la violencia de género. En Venezuela aspiramos que el empoderamiento de la mujer se replique, extienda y multiplique por todo el país pues en ellas, nuestras líderes, se concentra buena parte de la fuerza que nos puede ayudar a hacer frente a la crisis y lograr el cambio que tanto necesitamos.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/el-liderazgo-femenino-como-potenciador-del-poder-democratico-en-las-comunidades/

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Libro (PDF): América Latina. Sociedad, política y salud en tiempos de pandemia

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

 

Actualmente es indiscutible que la pandemia de COVID-19 es el acontecimiento contemporáneo de salud más importante. Ha irrumpido con fuerza en la cotidianidad de los países, ciudades, comunidades y familias. Sin embargo, parece necesario tener presente que es un advenimiento en progreso y no tenemos certeza sobre el curso que tomará y cuales serán sus ulteriores efectos. Esto significa que cualquier reflexión sobre COVID-19 es preliminar. Con el transcurrir de los últimos seis meses la pandemia se ha convertido en tema obligado en las primeras planas de los periódicos. Ha desatado un debate en el cual muchos se sienten con la competencia para opinar, apoyar o rechazar la actuación de los gobiernos. Ante los cuestionamientos los gobiernos han creado su propia narrativa sobre lo que están haciendo. La pandemia es en este sentido un tema altamente politizada.
La epidemia de SARS-CoV-2 confluye con otro proceso de largo alcance que es la transformación de inspiración neoliberal de los sistemas de salud desde por lo menos tres o cuatro décadas. Otro proceso en los orígenes de la epidemia es el acelerado deterioro del medio ambiente y el calentamiento global que está trastocando los ecosistemas en todo el planeta. En su determinación está entonces la confluencia de tres grandes procesos que caracterizan a la globalización. Éstos a su vez se irradian en toda la sociedad y tienen efectos sobre otros procesos.

Autoras(es):

Carolina Tetelboin Henrion. Daisy Iturrieta Henríquez. Clara I. Schor-Landman. [Coordinadoras]

José León Uzcátegui. José Carvalho de Noronha. Leonardo Castro. Gustavo Souto de Noronha. Ana María Costa. Mario Hernández-Álvarez. Liliana Henao-Kaffure. Juan Carlos Eslava Castañeda. Manuel Vega Vargas. Deisy Arrubla-Sánchez. Javier Rodríguez-Ruiz. Marcela Vega Vargas. Pasqualina Curcio Curcio. Herland Tejerina Silva. Eduardo Aillón Terán. Nila Heredia Miranda. Jorge Jemio Ortuño. Oscar Feo Istúriz. Silvia Tamez González. Carmen Gloria Muñoz Muñoz. Giglio Salvador Prado. Gabriel Braguinsky. Graciela Biagini. Clara I. Schor-Landman. Patricia Domench. Juan Canella. Livia Angeli-Silva. Agleildes Arichele Leal de Queirós. Luciani Martins Ricardi. Mariana Bertol Leal. Clara Aleida Prada. Mario Parada-Lezcano. Angélica Ivonne Cisneros Lujan. Vianey González Rojas. Mauricio Torres-Tovar. Carolina Tetelboin Henrion. María del Carmen Piña Ariza. Karen Melo Hernández. Soledad Rojas-Rajs. Daisy Iturrieta Henríquez. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. Universidad Autónoma Metropolitana. Universidad Veracruzana. Universidad Mayor de San Simón. Universidad de Valparaíso.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-841-0

Idioma: Español

Descarga: América Latina, Sociedad, política y salud en tiempos de pandemia

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2315&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1480

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Los animales también practican distanciamiento social

Murciélagos, hormigas, monos y otras especies de animales practican el distanciamiento social de forma intuitiva cuando algún integrante de su grupo cercano está enfermo y podría infestarlos. Son prácticas naturales previas a la COVID-19 en los humanos.

Según establece un grupo de investigadores de Virginia Tech y otras universidades estadounidenses en un nuevo estudio, las prácticas intuitivas de distanciamiento social que llevan adelante distintas especies animales como los monos mandriles, las hormigas recolectoras o los murciélagos vampiro podrían ayudar a la humanidad a sobrellevar mejor la actual pandemia y otros desafíos similares en el futuro.

Mucho antes de la llegada de la COVID-19 y de la «globalización» del distanciamiento social entre los seres humanos, en la naturaleza existían métodos para detener la propagación de infecciones bacterianas, virales y parasitarias de los que podemos aprender. De acuerdo a un comunicado, las enfermedades infecciosas y el distanciamiento social se relacionan habitualmente en la naturaleza, a partir de la propia evolución de las especies a lo largo del tiempo.

Dana Hawley, autora principal del estudio, cree que “limitar las interacciones con los demás es una respuesta de comportamiento intuitiva cuando nos sentimos enfermos. Es algo que se observa en muchos tipos de animales en la naturaleza, pero los humanos a menudo reprimen este instinto por presiones económicas y de otra clase, asumiendo riesgos potenciales en forma individual y comunitaria”, expresó.

Diferentes reacciones según la especie

¿Cómo actúan los animales no humanos? En el marco del nuevo estudio publicado en la revista Science, los investigadores inyectaron a un grupo de murciélagos vampiro una sustancia que desencadena una reacción similar a una infección, pero que resulta inofensiva para estos mamíferos voladores. Teniendo en cuenta que se trata de una especie de fuerte comportamiento social, ya que naturalmente comparten prácticas como el acicalamiento o la alimentación comunitaria, los científicos querían estudiar especialmente sus reacciones.

Ante los efectos de la sustancia inoculada, como descenso en la actividad y otros síntomas similares a los que presenta una infección, los murciélagos redujeron notablemente sus interacciones sociales, principalmente el acicalamiento y las comidas en grupo. Los especialistas comprobaron que el letargo por el supuesto cuadro infeccioso reduce el contacto con los demás y que los vampiros enfermos se acicalan menos unos a otros.

En el mismo sentido, los investigadores destacan asimismo que los monos mandriles poseen prácticas sociales similares como el acicalamiento y aseo conjunto. Sin embargo, aquí las reacciones son diferentes, ya que los monos necesitan continuar con este tipo de prácticas para mantener su rol en la jerarquía social. Frente a esto, reducen el aseo grupal y practican distanciamiento social con los monos que no forman parte de su grupo familiar, manteniendo igualmente las prácticas dentro de su grupo de pertenencia, a pesar de los riesgos de contagio.

Las soluciones más radicales

Por otro lado, otras especies parecen tomar medidas más extremas, destacan los investigadores. Las hormigas recolectoras practican un “autosacrificio” cuando saben que están infestadas. Se retiran directamente de su grupo para vivir una existencia solitaria que, en esta clase de insectos, es prácticamente un suicidio. Sin embargo, se sacrifican para mantener a salvo al resto de la colonia y para preservar los genes de la especie.

Las abejas, en tanto, son más expeditivas. Cuando una de las integrantes de la colmena está enferma, es literalmente empujada a golpes por otras abejas y expulsada de la comunidad, protegiendo de esta forma al conjunto y, sobretodo, a la sacrosanta abeja reina. De forma más activa o pasiva, el distanciamiento social se concreta intuitivamente en la naturaleza.

¿Qué lecciones podemos aprender los humanos de estos comportamientos? Según los científicos, las actitudes de las distintas especies animales deberían hacernos comprender la trascendencia del distanciamiento social y otras prácticas de prevención sanitaria en el marco de pandemias como la actual u otras situaciones similares. La cuestión crucial parece ser entender el peso que puede tener el comportamiento y la responsabilidad individual en el destino de la sociedad en general.

Referencia

Infectious diseases and social distancing in nature. Dana Hawley et al. Science (2021).DOI:https://doi.org/10.1126/science.abc8881

Foto:

Los monos mandriles continúan cuidando a los miembros de la familia enfermos, mientras que evitan activamente a otros afectados por infecciones que no sean sus parientes cercanos. Imagen: Yomex Owo en Unsplash.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/los-animales-tambien-practican-distanciamiento-social.html

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Reseña del libro: ¿Persiguió realmente la iglesia a la brujería?

El profesor Diego Valor publica “La profesión de las meigas”, un ensayo sobre la brujería a la luz de documentos inéditos de la Inquisición.

La brujería ha acompañado al ser humano desde sus inicios hasta hoy. Oráculos, pitonisas, sacerdotisas chamanes, curanderos, brujos y otras formas de esoterismo han sido algo tan común desde la Antigüedad como la falta de métodos científicos para explicar la naturaleza o para curar enfermedades. Este fenómeno en España está íntimamente ligado, sobre todo, a Galicia y sus meigas. Pero… ¿Quiénes eran? ¿Cómo vivían? ¿Qué hacían? ¿Cómo las consideraba la sociedad? ¿Cómo actuó la Inquisición con ellas? El profesor Diego Valor Bravo ha tratado de responder a estas y otras preguntas desde una investigación puramente académica. Publica “La profesión de las meigas” (Ediciones Cydonia), basado, fundamentalmente, en los archivos de la Inquisición, donde ha encontrado documentos inéditos y extraordinariamente reveladores. El libro está prologado por el prestigioso juez, José Antonio Vázquez Taín.

“Este no es un libro de brujería, sino de antropología social, un ensayo científico en el que analizo socialmente el fenómeno, sin entrar en valoraciones y sin caer en esoterismos soterrados”, introduce el autor. “La brujería no pertenece al pasado, paseando por Madrid vemos cartistas, videntes, chamanes que se anuncian públicamente, es un fenómeno que está en los medios, cine, televisión porque despierta una infinita curiosidad, aunque entre ellos se encuentran muchos charlatanes y caraduras que se las dan de brujos y si van a la cárcel es por estafadores, no por brujos”, explica Valor.

Aunque brujas ha habido en todo el mundo, Galicia es imposible entenderla sin sus meigas, fenómeno que tuvo allí un especial arraigo. “No eran seres marginales, pertenecían al ámbito rural, muy primitivo, eran mujeres pobres, pero que tenía un poder especial. Vivían instaladas en su entorno social con total libertad, trabajaban de labradoras o posaderas, eran conocidas y ejercían su profesión libremente, no vivían apartadas, sino en el pueblo, y cumplían una función social, sanaban y hacían hechizos. La gente estaba convencida de que existía la magia y que había personas con capacidad para ejercerla y esto afectaba a toda la sociedad, a las clases sociales altas también les fascinaba su poder”, afirma.

Helen Duncan, la última bruja
Helen Duncan, la última brujaESPACIO MISTERIO

De ahí que dedique un capítulo a las élites que practicaban la brujería. “Iglesia, nobleza, jueces… Por ejemplo, una sobrina del duque de Alba fue procesada por bruja o un catedrático de retórica de la universidad de Santiago. La brujería y la magia era algo muy transversal -afirma Valor-, el 95% de las meigas eran personas humildes del pueblo, pero a lo largo de la historia ha habido ejemplos de reyes, emperadores, papas, obispos, altas jerarquías que también la practicaron. Las élites se dedicaban a la alquimia, la nigromancia y la astrología, pero las meigas no hacían nada de esto porque eran funciones intelectuales para las que había que tener cultura y ellas eran personas mayoritariamente iletradas.

Por otro lado, afirma, “la brujería era profundamente femenina. En una sociedad machista y patriarcal, estaban convencidos de que la mujer era la portadora del pecado en el mundo desde Eva, presa de pensamientos impuros y del comportamiento sexual desordenado que provocaba deseo en el hombre, con lo cual se convertía en un agente maléfico y los pobres hombres eran víctimas sometidas a su poder mágico y pecaminoso”. El profesor destaca además que entre las meigas había cierta jerarquía, dependiendo de si tenían una escoba o media eran más o menos poderosas. “Yo distingo tres tipos de brujas, las sanadoras, llamadas sabias, que se dedicaban a hacer un bien, a curar a la gente, asistir partos, una especie de medicina homeopática muy básica que funcionaba en muchos casos; luego las hechiceras, cuyos hechizos hacían que ocurrieran cosas, quien buscaba novio quería una pócima de amor para enamorarlo”, subraya.

Recreación en 3D de la bruja Lilias Adie, condenada a muerte en Escocia en 1704, realizada por la Universidad de Dundee
Recreación en 3D de la bruja Lilias Adie, condenada a muerte en Escocia en 1704, realizada por la Universidad de Dundee

“Los ingredientes del hechizo podían ser cabellos, uñas, piedras, ropa, la escudilla, cedazos, tijeras… además de unas palabras mágicas o conjuro. También usaban hierbas para pócimas y ungüentos, empleaban plantas como la belladona o el cornezuelo, curaban lisiados, luxaciones, trataban problemas de artritis, de articulaciones… una especie de medicina natural que cumplía una función social positiva. Pero hay un tercer grupo de meigas -señala- que hacían el mal porque reconocen haber hecho pactos con el demonio, con el maligno, se han puesto al servicio del diablo, que les manda hacer el mal, llevar la enfermedad y la muerte, arruinar las cosechas del vecino o le quitar la leche a las vacas”.

Sostiene Valor, que “el poder de la bruja ha sido catalogado como algo paradójico, por una parte hace bien y por otra es temido y odiado, pero siempre es sentido como algo fascinante”. Y aporta algo novedoso, la idea de que cuando hablamos de brujería nos introducimos en el mundo de la psicología y psiquiatría. Cataloga la brujería como un producto de la mente humana que nos une a nuestra parte infantil, dominada por el pensamiento mágico. “Una persona que cree en la magia es un niño -afirma-, cuando éstos no saben cómo funcionan las cosas, ni tienen base racional para para explicarlas, aparece la magia. Está estudiado y comprobado que la gente que cree en la magia es aquella que mantiene ese mundo infantil muy presente. Hay una sugestión hacia las meigas y esto produce una relación psicológica entre ella y el cliente, que cree en su poder para solucionar su problema”.

"Vuelo de brujas"de Francisco de Goya.
«Vuelo de brujas»de Francisco de Goya.

La Inquisición fue la institución encargada de perseguir la brujería. Iba contra las brujas, encarnación del maligno. Pero, ¿persiguió la Iglesia realmente a la brujería? “Al contrario de lo que se cree, nunca hubo una persecución feroz de la brujería -afirma el profesor-, la Inquisición gallega solo quemó a una bruja en toda su historia y su persecución fue menor que en el resto de España. Se calcula que en Europa mataron unas 50.000 mujeres acusadas de brujería y en España a una docena. La Iglesia luchaba por la pureza de la fe y para ellos algo contradictorio, los inquisidores eran personas con formación humanista y consideraban la brujería un producto de la ignorancia y no le prestaba mucha atención. En Galicia las penas fueron más benignas que en otros sitios, veían un problema irresoluble porque formaba parte del pueblo, que era inculto y estaba muy arraigado en él. Sin embargo, -como dice Vázquez Taín en el prólogo- la jurisdicción ordinaria, sí que mató a las brujas, con lo cual da la curiosa paradoja, de que la Inquisición no actúa sobre ellas, pero la justicia ordinaria sí”, concluye.

Fuente. https://www.larazon.es/cultura/20210217/5hnnyrxvsfhf7a6nemlhi2vxka.html

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