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El liderazgo femenino como potenciador del poder democrático en las comunidades

Por: Roberto Patiño

La presencia de la mujer es inseparable del trabajo que venimos desarrollando en Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive desde sus inicios. Muy temprano, cuando creamos el primer comedor de Alimenta la Solidaridad en La Vega, en el año 2016, fue evidente que el grueso de la participación de la comunidad se hacía cuerpo en un liderazgo femenino que asumía los objetivos de la organización como parte de un compromiso que era, a un mismo tiempo, personal y comunitario.

Cinco años después, con 240 comedores en 15 estados del país, 85% del voluntariado que da vida a Alimenta la Solidaridad, Caracas Mi Convive y Sustento está constituido por líderes que han desplegado un esfuerzo caracterizado por la transversalidad, el trabajo en redes y la articulación con sus vecinos.

Esta importancia de las mujeres en el trabajo en los sectores populares, que hoy recordamos durante la celebración del mes de la mujer, explica la razón por la cual pusimos en marcha el Programa de Liderazgo Femenino. Es evidente que todo proyecto de acción, cambio y mejora en la calidad vida en las comunidades, que aspire a conservarse en el tiempo y replicarse en todo el país, tiene que contar con un liderazgo femenino que sepa reconocerse como tal y que disponga, a través de este programa de formación, de las herramientas necesarias para su crecimiento.

Desde hace tres años, el Programa de Liderazgo Femenino ha venido acompañando a ese liderazgo natural que hay en los sectores populares, a través de herramientas de formación que les permite mejorar, potenciar y replicar el activismo comunitario al tiempo que ha sido parte del proceso de construcción y reconstrucción de buena parte del tejido social que se ha resquebrajado por la crisis y la erosión de las libertades políticas en Venezuela.

A lo largo de todos estos años que hemos compartido con nuestras líderes y con las profesionales que las acompañan en su proceso de formación, comprendimos que si hay algo que caracteriza al liderazgo femenino es su diversidad y su compromiso con la comunidad, entendida como una extensión de su propia vida doméstica. La mujer venezolana, cuando asume su rol de líder, cuando se empodera y toma conciencia de sus capacidades como activista y agente de cambio, se compromete en el servicio público con la misma lealtad con la que asume el trabajo por el bienestar de su familia, solo hay que dar oportunidades para que esta fuerza se despliegue.

El liderazgo femenino es diverso y complejo como lo es la vida en sociedad, y en ese trabajo por lo público se pone a prueba y ejercita las más profundas convicciones democráticas, al hacer del consenso, la resolución de conflictos y el trabajo en redes su mejor estrategia de lucha por una nueva Venezuela.

Estas nuevas generaciones de líderes mujeres, que apoyamos con firmeza desde Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive, a través del Programa de Liderazgo Femenino, son un reservorio de valores democráticos, de conciencia cívica, un lugar para el encuentro y el trabajo en redes, un espacio para el auto conocimiento y la reafirmación del compromiso por el cambio dentro de los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la democracia.

n este mes se recuerda el esfuerzo por visibilizar las luchas ciudadanas en contra de las desigualdades de género y la violencia de género. En Venezuela aspiramos que el empoderamiento de la mujer se replique, extienda y multiplique por todo el país pues en ellas, nuestras líderes, se concentra buena parte de la fuerza que nos puede ayudar a hacer frente a la crisis y lograr el cambio que tanto necesitamos.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/el-liderazgo-femenino-como-potenciador-del-poder-democratico-en-las-comunidades/

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Libro (PDF): América Latina. Sociedad, política y salud en tiempos de pandemia

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

 

Actualmente es indiscutible que la pandemia de COVID-19 es el acontecimiento contemporáneo de salud más importante. Ha irrumpido con fuerza en la cotidianidad de los países, ciudades, comunidades y familias. Sin embargo, parece necesario tener presente que es un advenimiento en progreso y no tenemos certeza sobre el curso que tomará y cuales serán sus ulteriores efectos. Esto significa que cualquier reflexión sobre COVID-19 es preliminar. Con el transcurrir de los últimos seis meses la pandemia se ha convertido en tema obligado en las primeras planas de los periódicos. Ha desatado un debate en el cual muchos se sienten con la competencia para opinar, apoyar o rechazar la actuación de los gobiernos. Ante los cuestionamientos los gobiernos han creado su propia narrativa sobre lo que están haciendo. La pandemia es en este sentido un tema altamente politizada.
La epidemia de SARS-CoV-2 confluye con otro proceso de largo alcance que es la transformación de inspiración neoliberal de los sistemas de salud desde por lo menos tres o cuatro décadas. Otro proceso en los orígenes de la epidemia es el acelerado deterioro del medio ambiente y el calentamiento global que está trastocando los ecosistemas en todo el planeta. En su determinación está entonces la confluencia de tres grandes procesos que caracterizan a la globalización. Éstos a su vez se irradian en toda la sociedad y tienen efectos sobre otros procesos.

Autoras(es):

Carolina Tetelboin Henrion. Daisy Iturrieta Henríquez. Clara I. Schor-Landman. [Coordinadoras]

José León Uzcátegui. José Carvalho de Noronha. Leonardo Castro. Gustavo Souto de Noronha. Ana María Costa. Mario Hernández-Álvarez. Liliana Henao-Kaffure. Juan Carlos Eslava Castañeda. Manuel Vega Vargas. Deisy Arrubla-Sánchez. Javier Rodríguez-Ruiz. Marcela Vega Vargas. Pasqualina Curcio Curcio. Herland Tejerina Silva. Eduardo Aillón Terán. Nila Heredia Miranda. Jorge Jemio Ortuño. Oscar Feo Istúriz. Silvia Tamez González. Carmen Gloria Muñoz Muñoz. Giglio Salvador Prado. Gabriel Braguinsky. Graciela Biagini. Clara I. Schor-Landman. Patricia Domench. Juan Canella. Livia Angeli-Silva. Agleildes Arichele Leal de Queirós. Luciani Martins Ricardi. Mariana Bertol Leal. Clara Aleida Prada. Mario Parada-Lezcano. Angélica Ivonne Cisneros Lujan. Vianey González Rojas. Mauricio Torres-Tovar. Carolina Tetelboin Henrion. María del Carmen Piña Ariza. Karen Melo Hernández. Soledad Rojas-Rajs. Daisy Iturrieta Henríquez. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. Universidad Autónoma Metropolitana. Universidad Veracruzana. Universidad Mayor de San Simón. Universidad de Valparaíso.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-841-0

Idioma: Español

Descarga: América Latina, Sociedad, política y salud en tiempos de pandemia

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2315&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1480

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Los animales también practican distanciamiento social

Murciélagos, hormigas, monos y otras especies de animales practican el distanciamiento social de forma intuitiva cuando algún integrante de su grupo cercano está enfermo y podría infestarlos. Son prácticas naturales previas a la COVID-19 en los humanos.

Según establece un grupo de investigadores de Virginia Tech y otras universidades estadounidenses en un nuevo estudio, las prácticas intuitivas de distanciamiento social que llevan adelante distintas especies animales como los monos mandriles, las hormigas recolectoras o los murciélagos vampiro podrían ayudar a la humanidad a sobrellevar mejor la actual pandemia y otros desafíos similares en el futuro.

Mucho antes de la llegada de la COVID-19 y de la «globalización» del distanciamiento social entre los seres humanos, en la naturaleza existían métodos para detener la propagación de infecciones bacterianas, virales y parasitarias de los que podemos aprender. De acuerdo a un comunicado, las enfermedades infecciosas y el distanciamiento social se relacionan habitualmente en la naturaleza, a partir de la propia evolución de las especies a lo largo del tiempo.

Dana Hawley, autora principal del estudio, cree que “limitar las interacciones con los demás es una respuesta de comportamiento intuitiva cuando nos sentimos enfermos. Es algo que se observa en muchos tipos de animales en la naturaleza, pero los humanos a menudo reprimen este instinto por presiones económicas y de otra clase, asumiendo riesgos potenciales en forma individual y comunitaria”, expresó.

Diferentes reacciones según la especie

¿Cómo actúan los animales no humanos? En el marco del nuevo estudio publicado en la revista Science, los investigadores inyectaron a un grupo de murciélagos vampiro una sustancia que desencadena una reacción similar a una infección, pero que resulta inofensiva para estos mamíferos voladores. Teniendo en cuenta que se trata de una especie de fuerte comportamiento social, ya que naturalmente comparten prácticas como el acicalamiento o la alimentación comunitaria, los científicos querían estudiar especialmente sus reacciones.

Ante los efectos de la sustancia inoculada, como descenso en la actividad y otros síntomas similares a los que presenta una infección, los murciélagos redujeron notablemente sus interacciones sociales, principalmente el acicalamiento y las comidas en grupo. Los especialistas comprobaron que el letargo por el supuesto cuadro infeccioso reduce el contacto con los demás y que los vampiros enfermos se acicalan menos unos a otros.

En el mismo sentido, los investigadores destacan asimismo que los monos mandriles poseen prácticas sociales similares como el acicalamiento y aseo conjunto. Sin embargo, aquí las reacciones son diferentes, ya que los monos necesitan continuar con este tipo de prácticas para mantener su rol en la jerarquía social. Frente a esto, reducen el aseo grupal y practican distanciamiento social con los monos que no forman parte de su grupo familiar, manteniendo igualmente las prácticas dentro de su grupo de pertenencia, a pesar de los riesgos de contagio.

Las soluciones más radicales

Por otro lado, otras especies parecen tomar medidas más extremas, destacan los investigadores. Las hormigas recolectoras practican un “autosacrificio” cuando saben que están infestadas. Se retiran directamente de su grupo para vivir una existencia solitaria que, en esta clase de insectos, es prácticamente un suicidio. Sin embargo, se sacrifican para mantener a salvo al resto de la colonia y para preservar los genes de la especie.

Las abejas, en tanto, son más expeditivas. Cuando una de las integrantes de la colmena está enferma, es literalmente empujada a golpes por otras abejas y expulsada de la comunidad, protegiendo de esta forma al conjunto y, sobretodo, a la sacrosanta abeja reina. De forma más activa o pasiva, el distanciamiento social se concreta intuitivamente en la naturaleza.

¿Qué lecciones podemos aprender los humanos de estos comportamientos? Según los científicos, las actitudes de las distintas especies animales deberían hacernos comprender la trascendencia del distanciamiento social y otras prácticas de prevención sanitaria en el marco de pandemias como la actual u otras situaciones similares. La cuestión crucial parece ser entender el peso que puede tener el comportamiento y la responsabilidad individual en el destino de la sociedad en general.

Referencia

Infectious diseases and social distancing in nature. Dana Hawley et al. Science (2021).DOI:https://doi.org/10.1126/science.abc8881

Foto:

Los monos mandriles continúan cuidando a los miembros de la familia enfermos, mientras que evitan activamente a otros afectados por infecciones que no sean sus parientes cercanos. Imagen: Yomex Owo en Unsplash.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/los-animales-tambien-practican-distanciamiento-social.html

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Reseña del libro: ¿Persiguió realmente la iglesia a la brujería?

El profesor Diego Valor publica “La profesión de las meigas”, un ensayo sobre la brujería a la luz de documentos inéditos de la Inquisición.

La brujería ha acompañado al ser humano desde sus inicios hasta hoy. Oráculos, pitonisas, sacerdotisas chamanes, curanderos, brujos y otras formas de esoterismo han sido algo tan común desde la Antigüedad como la falta de métodos científicos para explicar la naturaleza o para curar enfermedades. Este fenómeno en España está íntimamente ligado, sobre todo, a Galicia y sus meigas. Pero… ¿Quiénes eran? ¿Cómo vivían? ¿Qué hacían? ¿Cómo las consideraba la sociedad? ¿Cómo actuó la Inquisición con ellas? El profesor Diego Valor Bravo ha tratado de responder a estas y otras preguntas desde una investigación puramente académica. Publica “La profesión de las meigas” (Ediciones Cydonia), basado, fundamentalmente, en los archivos de la Inquisición, donde ha encontrado documentos inéditos y extraordinariamente reveladores. El libro está prologado por el prestigioso juez, José Antonio Vázquez Taín.

“Este no es un libro de brujería, sino de antropología social, un ensayo científico en el que analizo socialmente el fenómeno, sin entrar en valoraciones y sin caer en esoterismos soterrados”, introduce el autor. “La brujería no pertenece al pasado, paseando por Madrid vemos cartistas, videntes, chamanes que se anuncian públicamente, es un fenómeno que está en los medios, cine, televisión porque despierta una infinita curiosidad, aunque entre ellos se encuentran muchos charlatanes y caraduras que se las dan de brujos y si van a la cárcel es por estafadores, no por brujos”, explica Valor.

Aunque brujas ha habido en todo el mundo, Galicia es imposible entenderla sin sus meigas, fenómeno que tuvo allí un especial arraigo. “No eran seres marginales, pertenecían al ámbito rural, muy primitivo, eran mujeres pobres, pero que tenía un poder especial. Vivían instaladas en su entorno social con total libertad, trabajaban de labradoras o posaderas, eran conocidas y ejercían su profesión libremente, no vivían apartadas, sino en el pueblo, y cumplían una función social, sanaban y hacían hechizos. La gente estaba convencida de que existía la magia y que había personas con capacidad para ejercerla y esto afectaba a toda la sociedad, a las clases sociales altas también les fascinaba su poder”, afirma.

Helen Duncan, la última bruja
Helen Duncan, la última brujaESPACIO MISTERIO

De ahí que dedique un capítulo a las élites que practicaban la brujería. “Iglesia, nobleza, jueces… Por ejemplo, una sobrina del duque de Alba fue procesada por bruja o un catedrático de retórica de la universidad de Santiago. La brujería y la magia era algo muy transversal -afirma Valor-, el 95% de las meigas eran personas humildes del pueblo, pero a lo largo de la historia ha habido ejemplos de reyes, emperadores, papas, obispos, altas jerarquías que también la practicaron. Las élites se dedicaban a la alquimia, la nigromancia y la astrología, pero las meigas no hacían nada de esto porque eran funciones intelectuales para las que había que tener cultura y ellas eran personas mayoritariamente iletradas.

Por otro lado, afirma, “la brujería era profundamente femenina. En una sociedad machista y patriarcal, estaban convencidos de que la mujer era la portadora del pecado en el mundo desde Eva, presa de pensamientos impuros y del comportamiento sexual desordenado que provocaba deseo en el hombre, con lo cual se convertía en un agente maléfico y los pobres hombres eran víctimas sometidas a su poder mágico y pecaminoso”. El profesor destaca además que entre las meigas había cierta jerarquía, dependiendo de si tenían una escoba o media eran más o menos poderosas. “Yo distingo tres tipos de brujas, las sanadoras, llamadas sabias, que se dedicaban a hacer un bien, a curar a la gente, asistir partos, una especie de medicina homeopática muy básica que funcionaba en muchos casos; luego las hechiceras, cuyos hechizos hacían que ocurrieran cosas, quien buscaba novio quería una pócima de amor para enamorarlo”, subraya.

Recreación en 3D de la bruja Lilias Adie, condenada a muerte en Escocia en 1704, realizada por la Universidad de Dundee
Recreación en 3D de la bruja Lilias Adie, condenada a muerte en Escocia en 1704, realizada por la Universidad de Dundee

“Los ingredientes del hechizo podían ser cabellos, uñas, piedras, ropa, la escudilla, cedazos, tijeras… además de unas palabras mágicas o conjuro. También usaban hierbas para pócimas y ungüentos, empleaban plantas como la belladona o el cornezuelo, curaban lisiados, luxaciones, trataban problemas de artritis, de articulaciones… una especie de medicina natural que cumplía una función social positiva. Pero hay un tercer grupo de meigas -señala- que hacían el mal porque reconocen haber hecho pactos con el demonio, con el maligno, se han puesto al servicio del diablo, que les manda hacer el mal, llevar la enfermedad y la muerte, arruinar las cosechas del vecino o le quitar la leche a las vacas”.

Sostiene Valor, que “el poder de la bruja ha sido catalogado como algo paradójico, por una parte hace bien y por otra es temido y odiado, pero siempre es sentido como algo fascinante”. Y aporta algo novedoso, la idea de que cuando hablamos de brujería nos introducimos en el mundo de la psicología y psiquiatría. Cataloga la brujería como un producto de la mente humana que nos une a nuestra parte infantil, dominada por el pensamiento mágico. “Una persona que cree en la magia es un niño -afirma-, cuando éstos no saben cómo funcionan las cosas, ni tienen base racional para para explicarlas, aparece la magia. Está estudiado y comprobado que la gente que cree en la magia es aquella que mantiene ese mundo infantil muy presente. Hay una sugestión hacia las meigas y esto produce una relación psicológica entre ella y el cliente, que cree en su poder para solucionar su problema”.

"Vuelo de brujas"de Francisco de Goya.
«Vuelo de brujas»de Francisco de Goya.

La Inquisición fue la institución encargada de perseguir la brujería. Iba contra las brujas, encarnación del maligno. Pero, ¿persiguió la Iglesia realmente a la brujería? “Al contrario de lo que se cree, nunca hubo una persecución feroz de la brujería -afirma el profesor-, la Inquisición gallega solo quemó a una bruja en toda su historia y su persecución fue menor que en el resto de España. Se calcula que en Europa mataron unas 50.000 mujeres acusadas de brujería y en España a una docena. La Iglesia luchaba por la pureza de la fe y para ellos algo contradictorio, los inquisidores eran personas con formación humanista y consideraban la brujería un producto de la ignorancia y no le prestaba mucha atención. En Galicia las penas fueron más benignas que en otros sitios, veían un problema irresoluble porque formaba parte del pueblo, que era inculto y estaba muy arraigado en él. Sin embargo, -como dice Vázquez Taín en el prólogo- la jurisdicción ordinaria, sí que mató a las brujas, con lo cual da la curiosa paradoja, de que la Inquisición no actúa sobre ellas, pero la justicia ordinaria sí”, concluye.

Fuente. https://www.larazon.es/cultura/20210217/5hnnyrxvsfhf7a6nemlhi2vxka.html

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Saraí Vallejo: ¿Por qué es tan importante que las niñas vayan a la escuela y cuál es el impacto en la sociedad?

La importancia de que las niñas vayan a la escuela muchas veces ha sido pasada por alto.

Desde el inicio de la pandemia el acceso a la educación ha sido limitado, especialmente en los países pobres o en desarrollo por la falta de internet y recursos. “Para unos 463 millones de niños cuyas escuelas cerraron a causa de la COVID-19, la educación a distancia no ha existido”, dijo Henrietta Fore, directora Ejecutiva de UNICEF.

En Ecuador, la pandemia afectó a 4.4 millones de estudiantes. Especialmente las niñas y adolescentes que están en situaciones de pobreza, que son migrantes o tienen alguna discapacidad se enfrentan a más desafíos para escolarizarse.

Aunque a nivel mundial, existen cientos de países que cuentan con leyes que protegen el derecho de la educación, esa no es la realidad de todos. Sin embargo, otro factor que limita dicho acceso es el género. Esto es porque excluyen a las niñas y jóvenes de las aulas y las limitan a trabajos del hogar o las casan en una edad temprana. Hasta 2017, 130 millones de niñas estaban desescolarizadas. Estas cifras siguen aumentando la analfabetización, la falta de oportunidades en el campo laboral y por ende la pobreza.

La importancia de que las niñas vayan a la escuela muchas veces ha sido pasada por alto. Sin embargo, es una situación que merece más atención por las repercusiones que tiene y puede llegar a tener en la sociedad, si es que no se gestiona rápidamente.

Según estadísticas de la ONU, si las niñas completaran la primaria cuando fueren madres la tasa de mortalidad materna podría reducirse en dos tercios. De igual manera, si es que recibieran educación secundaria la mortalidad infantil se reduciría a la mitad. Las tasas de niñas y adolescentes que se convierten en madres reducirían drásticamente si tan solo pudieran ir seguras a la escuela y colegio.

Nueve de cada 10 países donde la desescolarización es mayor, se encuentran en África. Allí se ha normalizado la practica de casar a las mujeres desde muy chicas. Sin embargo, si asistieran a las escuelas los matrimonios precoces reducirían en un 14% y eso aportaría autonomía a las mujeres.

En Ecuador, no estudiar hace que la red de trabajo infantil crezca cada día más. Aparte que las pone en situación de calle haciéndolas vulnerables para explotación sexual y otras practicas ilegales.

A pesar de los esfuerzos de la ONU, UNICEF, los gobiernos y otras instituciones por tratar de garantizar educación, no es suficiente. Gestionar el acceso a la educación de las niñas es el problema clave que, si se ataja de raíz, resolverá otros de los problemas como la pobreza extrema. Por lo tanto, la lucha por erradicar la desescolarización debe ser una lucha en la que todos aporten, por un mejor futuro para todos y todas. (I)

Fuente: https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/6/dia-de-la-mujer-escuelas-ninas-educacion?

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Miriran Martínez: La Educación Popular Feminista una acción de cambio social

Desde el 2018 con la llegada de la 4T a México, las reformas legales a favor paridad, la llegada de muchas mujeres a las diferentes cámaras y el uso de las redes sociales ha retomado auge la participación política de las mujeres en diversos ámbitos, ante la inminente visibilización de su participación social.

Sin embargo, este ejercicio no debe encasillarse ni limitarse al ámbito público o electoral, ya que la participación de las mujeres no debe ser tomada como un jugoso botín político que representa un 52% de la población.

Cambiar el mundo y transformar la sociedad requiere del compromiso de todas y todos los actores desde el territorio. Para ello impulsar la educación popular feminista, implica asumir nuestro poder como educadoras populares.

Propiciar espacios de coincidencia desde el territorio es necesario para impulsar el intercambio de experiencias y procesos de aprendizaje entre iguales, tomando en cuenta que la colectividad representa una parte fundamental en el proceso de deconstrucción y transformación.

Por ello me permito afirmar que es desde tierra donde la educación popular adquiere sentido como una práctica educativa “de, por y para el pueblo.”

Dentro de este enfoque de aprendizaje, las personas enseñan y aprenden analizando críticamente sus vidas, sus contextos y los temas que son de mayor importancia para ellas.

Que la mujeres se reúnan para cuestionar el mundo implica el primer ejercicio de emancipación social, puesto que la participación activa promueve el proceso de aprendizaje, concientiza, empodera y define una agenda en común para la organización y las acciones conjuntas de las personas, a la vez que fortalece la concientización a favor de la organización y la construcción de movimientos.

Visibilizar como mujeres nuestro sentir con respecto a la realidad que vinimos implica reencontrarnos en colectividad, esto nos devuelve el poder para rescatar la esperanza, desde el acompañamiento, la organización y movilización. Por ello, no te juzgo, te escuchó y te leo.

Movilizar mujeres con una visión política contra la injusticia a partir de sus intereses es trabajar hoy en la construcción de nuevas sociedades a partir del diálogo, la reflexión y la acción.

Por ello, hombres y mujeres reflexionemos para transformar el mundo desde la acción.

Fuente: https://www.idimedia.com/noticias/politica/la-educacion-popular-feminista-una-accion-de-cambio-social/

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Unidad por la paz

Por: lahora.com.ec

Ecuador necesita unidad; sin olvidar la meta común de reconstruir el tejido social, las instituciones y terminar con la corrupción.

Hablar de fraude sin pruebas es irresponsable. Leonidas Iza se confunde al decir, “lo que está en juego es nuestro proyecto político”; lo dijo ayer en su convocatoria. Lo que está en juego trasciende a un partido, un proyecto y un puñado de egos hinchados; lo que está en juego es el país.

Ecuador necesita salud: este año no llegará la inmunidad contra el Covid-19, pero tampoco hay vacunas del calendario regular, peor un plan de diagnóstico para manejar la pandemia.

El país necesita educación: vacunar a los maestros para el regreso paulatino a clases que reintegre a los más de 350.000 niños que desaparecieron de las aulas. Ellos no entienden de derechas o izquierdas, pero sí de hambre y abusos.

El país necesita conectividad: un tendido de redes y fibra óptica que alcance a toda la población, especialmente en zonas remotas, y que facilite la educación, así como su participación política y económica.

El país clama por inclusión, de la mujer -pero no en vitrina, como cuota, trofeo o víctima-; de pueblos y nacionalidades indígenas, en la economía y la toma de decisiones.

El “odio al banquero” y a las “movilizaciones violentas” incendian pasiones que no deben sobreponerse a la meta de derrotar al narcotráfico, al autoritarismo y a la impunidad para los sentenciados por corrupción, y los que aún se escudan tras el poder.

Que así lo entiendan Pérez y Lasso, que actúen en coherencia con sus observadores electorales -metidos de cabeza en la revisión de las actas-, y que así se pronuncien cuando llegue la hora.

Si la mujer no existiese más que en las obras escritas por hombres, se imaginaría importantísima.” Virginia Woolf Escritora feminista, en ‘Una habitación propia’

No sirve arrinconarlos; en esos momentos todos ellos podrían desarrollar colmillos y garras.” Stephen Crane (1971-1900) Poeta y novelista estadounidense.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102340418/unidad-por-la-paz

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