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Aprendamos de la emergencia

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

«Queda claro que la pandemia dejó al descubierto las grandes desigualdades y brechas sociales, desde donde la educación presencial debe de ser una prioridad para aquellas niñas, niños y adolescentes que se encuentran en situación vulnerable,»

Ante la llegada de la emergencia sanitaria en el mundo, pocas cosas hoy se encuentran en el mismo lugar que antes, situación que ha hecho que el mundo sea un espacio diferente al de antes de la pandemia, por ello, vale la pena preguntarnos sobre lo que hemos aprendido y, en consecuencia, cual es la manera de seguir adelante con nuestras vidas.

Definitivamente si algo queda claro, es que existieron espacios de aprendizaje acelerado en muchos de los espacios de nuestras vidas, como fue el caso de la educación, en donde luego de múltiples fracasos en las últimas tres décadas, la pandemia nos obligó a entender que necesitábamos de la tecnología para generar un nuevo modelo educativo, desde donde debemos voltear a ver dichos aprendizajes para no caer en los mismos vicios del pasado.

Por otra parte, también queda claro que la pandemia dejó al descubierto las grandes desigualdades y brechas sociales, desde donde la educación presencial debe de ser una prioridad para aquellas niñas, niños y adolescentes que se encuentran en situación vulnerable, de regiones de difícil acceso geográfico, con alguna discapacidad o con limitaciones culturales de acceso a la tecnología.

Sin embargo, existe un porcentaje importante de estudiantes, cuyo perfil perfectamente puede adaptarse a la aceptación de un modelo híbrido de aprendizaje y en donde, se pueden ejercer acciones y opciones en donde el uso de la tecnología se presente como una opción viable y no, forzando a todas las comunidades escolares, a aceptar el modelo presencial como la única opción viable y hacer como si nunca hubiéramos vivido la situación de emergencia que nos llevó a trasformar nuestras vidas por casi un año y medio.

En este sentido, vale la pena retomar los datos del Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México, en donde se aplicó la encuesta “Beneficios, motivación y utilidad de seguir aprendiendo”, en donde, según los datos obtenidos, 60% de los participantes elegiría un proceso de aprendizaje desde centros educativos, como las universidades, escuelas o institutos, pero a 40% le gustaría hacerlo desde un entorno más cotidiano como el hogar o el trabajo. De quienes prefieren un centro o institución educativa, 43% optaría por clases presenciales, 11% por internet y el resto un esquema mixto.

Además, se afirma que, en este último año, 70% tomó alguna clase o curso, debido a motivos laborales (24%), por gusto (24%), para adquirir conocimiento (14%) y para desarrollar o mejorar una habilidad (13%). Independientemente de las motivaciones, esa clase les ha ayudado mucho (59%) o ayudado (37%) para sentirse útil; 90% para sentirse feliz (47% ayudado mucho, 43% ayudado); 82% para reducir o eliminar el estrés (42% mucho, 40% ayudado); 74% para relajarse (34% mucho, 40% ayudado).

Definitivamente, tenemos que aprender de las experiencias y tenemos que aprender como sociedad, que empezar a generar opciones en donde exista un sector del magisterio orientado a la resolución de este tipo de servicios para un determinado sector de estudiantes, nos permitirá mejorar los servicios, optimizar los tiempos y continuar con los aprendizajes ahora que entramos en una nueva etapa en nuestras vidas.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Beatriz Malagón Picón: «Hay que visibilizar a las mujeres referentes para animar a las jóvenes»

Ingeniera de Minas, abre este sábado el programa ‘Stem Girl’ de Mujer y Talento y apuesta por explicar sus logros para que aumente el interés por los estudios técnicos.

Predicar con el ejemplo es una buena recomendación cuando se quiere animar a las jóvenes a que se decidan por los estudios técnicos, para potenciar lo que se conoce como habilidades STEM. Nadie mejor que Beatriz Malagón Picón, directora de la planta de Cementos Alfa de Mataporquera, Grupo Portland Valderribas, para impactar en las más jóvenes y eso es lo que va a hacer con su ponencia que abre este sábado 13 la V edición del programa ‘Stem Girl’ de Mujer y Talento.

Malagón, con más de 20 años de experiencia en los sectores del cemento, mortero, hormigón y dirección de proyectos, y directora de Cementos Alfa, es doctora en Ingeniería de Minas por la Universidad de Oviedo y su tesis fue ganadora del Premio Cátedra Hunosa 2013. Profesora de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Minas y Energía de la Universidad de Cantabria, realiza actividades de asesoramiento y evaluación de proyectos en la Agencia Europea de Investigación de la Comisión Europea.

– ¿Por qué hay menos mujeres que hombres en las áreas científicos-tecnológicas?

-Es indudable la existencia de una brecha de género en las áreas STEM (siglas de Science, Technology, Engineering and Mathematics, en inglés) y que se manifiesta en el cada vez más reducido porcentaje de mujeres que eligen estas titulaciones. Este hecho impacta directamente en el diseño del futuro, donde áreas como la ingeniería, la innovación y la digitalización son claves, y en las cuales la mujer está infrarrepresentada lo que lleva por ejemplo a desarrollos tecnológicos con sesgos de género (sexualización de robots, inteligencia artificial discriminatorios, etc). Como sociedad tenemos que intentar construir un futuro equilibrado y justo: hombres y mujeres aportando su esfuerzo, visión y capacidades. Los estereotipos de género en áreas STEM se manifiestan en una edad muy temprana: por ejemplo entre los 6 y los 8 años, 9 de cada 10 niñas ya asocian la ingeniería con características y destrezas masculinas, consideran que la ciencia, matemáticas e ingeniería son ‘cosas de chicos’. Según el INE, en el 2019 el 18% de las mujeres que se gradúan en educación superior lo hacen en disciplinas STEM, mientras que en el 2010 este porcentaje constituía el 21%. También, en estas áreas el ratio de abandono es tres veces mayor en el caso de las mujeres que en el de hombres.

-¿Cómo animarlas a que se decidan por estos estudios?

-Hay diversas formas de fomentar las vocaciones STEM actuando en su entorno social y educativo. El cambio en lo social está relacionado con transformar la visión de las profesiones STEM, dando visibilidad en los medios de comunicación, redes sociales, etc.., a mujeres que estudian o trabajan en estas áreas y que puedan servirles de referentes, que conozcan sus logros, el impacto que han hecho o están haciendo en el mundo. En el entorno educativo, una de las formas más directas es la participación en experiencias científicas, concursos STEM y uso y comprensión de las TIC. Es muy efectivo la participación de mujeres jóvenes en programas de mentorización. En mi caso, apoyo a estudiantes de la Escuela de Minas y Energía de la Universidad de Cantabria y en organizaciones como WIM Spain. Y, por supuesto, iniciativas como el programa ‘Stem-Girl’ de Mujer y Talento son clave. Además, es imprescindible que desde las administraciones públicas se desarrollen acciones para romper con las desigualdades de género.

-¿Es difícil encajar en un sector como el cementero, mayoritariamente masculino ?

-Lo primordial es tener autoconfianza, valorar nuestros conocimientos y capacidades, no dejarnos llevar por la creencia de que nuestra valía es inferior. Es un camino difícil, al principio hay momentos en los que sientes que no mereces estar allí, que tus logros se deben a la suerte o a la coincidencia no a tu esfuerzo o capacidad. Se trata del síndrome del impostor que muchas mujeres sienten en estos ámbitos profesionales. Incrementar la autoestima y vencer miedos e inseguridades es clave para superarlo.

AJA

-¿Cuál es el reto para los próximos años de Cementos Alfa?

-Ante el escenario del Pacto Verde Europeo y, a nivel nacional, el Plan Nacional integrado de Energía y Clima, así como la Ley de Cambio Climático, los sectores intensivos en el uso de electricidad y energía térmica, como el cementero, tienen que afrontar una profunda transformación. En el caso de la fábrica de Mataporquera, se ha diseñado un Plan de Transición Energética y Neutralidad Climática 2021/ 2030 con objetivos ambiciosos. Aplicando los principios de economía circular desde hace más de 15 años, realiza la valorización material de residuos como materias primas alternativas en sustitución de recursos naturales, y la valorización energética de combustibles alternativos en lugar de combustibles fósiles tradicionales, estando en ratios de sustitución del 70%. En los próximos años se han establecido objetivos que pasan por incrementar el uso de estas materias primas secundarias, potenciando el uso de residuos procedentes de otras industrias de Cantabria. Respecto a la valorización energética de residuos se han planteado alcanzar un porcentaje de sustitución térmica del 80%, un 40 % biomasa, es decir, totalmente renovable.

-¿Los costes elevados de la energía pueden ser una barrera para la transición energética?

-El precio de la energía eléctrica está siendo un lastre para muchas compañías, sobre todo electrointensivas. En nuestro caso, el coste eléctrico supone actualmente el 60% de los costes variables de producción mientras que hace un año suponía un 35%. En los planes de transición energética se han incluido acciones que eviten o minimicen el impacto de la inestabilidad del sector eléctrico, además de contribuir a la lucha contra el cambio climático. Nos planteamos el uso de energía renovable de hasta un 80% para 2030.

Fuente: https://www.eldiariomontanes.es/economia/visibilizar-mujeres-referentes-20211112203304-ntvo.html

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V Congreso Venezolano de Ciencia Tecnología e Innovación del 29 NOV al 3 DIC

Desde el 29 de noviembre hasta el 3 de diciembre se llevará a cabo la plenaria final del V Congreso Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación, con el objetivo de crear oportunidades para evaluar los desafíos actuales del país y para delinear, en colectivo, el futuro de la investigación a fin de que sea útil en la resolución de los problemas cotidianos y en la construcción de un modelo de desarrollo propio distinto al hegemónico.

El V Congreso venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación busca construir respuestas proactivas con tres horizontes: vencer el problema coyuntural que imponen el bloqueo imperial y la guerra económica; superar el rentismo petrolero e impulsar la producción nacional; trascender la incontrovertible crisis global de doble fundamento: el colapso del capitalismo y la crisis ambiental global.

Bajo el lema Sembremos conocimientos para la vida, este espacio de debate, organizado por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), promoverá pensar como país, en los problemas, meditar sobre las verdaderas necesidades para actuar y a transformar.

En este encuentro, se realizará un balance de las capacidades criollas, de cómo organizarlas para hacer de ellas fortalezas para el logro concreto en el campo de lo posible.

Las áreas temáticas del V Congreso Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación buscan propiciar la reflexión de la cotidianidad, sus problemas y retos, desde una perspectiva sistémica de aspectos esenciales para la vida, con especial énfasis en las demandas devenidas por un planeta en acelerada transformación, desde lo cultural hasta lo ambiental. Estas son: salud, agricultura, alimentación y vida; educación, cultura, vida, trabajo y naturaleza; ciudad, servicios públicos, ambiente y energía; industria, desarrollo, necesidades y ambiente.

El V Congreso Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación abarca cuatro modalidades de participación: conversatorios en tu espacio, redacción de ensayos sobre temas de CTI, conexión vía videoconferencia a las actividades y participación presencial en conferencias y paneles de debate sobre CTI.

Los interesados en participar en el Congreso Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación pueden registrarse a través del enlace: congresocti.mincyt.gob.ve

Fuente: https://www.vtv.gob.ve/mincyt-v-congreso-venezolano-ciencia-tecnologia-innovacion/

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Población, agua, biodiversidad, energía y alimentación: los pilares de una crisis global

El sexto informe del IPCC atribuye el calentamiento global claramente a la acción humana. Buena parte de la población de los países industrializados cree que un cambio radical en consumo, transportes y energía contribuirá a evitar o mitigar significativamente los efectos del cambio climático. Otra parte de la población, minoritaria, niega que exista el cambio climático. Pero el calentamiento es solo una entre muchas consecuencias de una crisis global.

Población: cada vez somos más

Entre 1700 y 2003, la población humana mundial se multiplicó por diez, desde unos 600 millones a 6 300. A partir de 2050 el crecimiento se irá estabilizando para alcanzar en torno a 12 000 millones en 2100. Europa y Norteamérica han frenado su crecimiento demográfico. Pero el resto del mundo representa la mayor parte de la población y está creciendo más.

El nivel actual de población del planeta supone un enorme estrés para su sostenibilidad por la demanda de agua, alimentos y energía, junto con pérdidas considerables de biodiversidad.

Agua dulce: la próxima fuente de conflictos

El crecimiento de la población mundial y el desarrollo económico tendrán un peso aún mayor que el cambio climático sobre la relación entre disponibilidad y demanda de agua dulce. El acceso al agua dulce ya está en riesgo para el 80 % de la población mundial.

Gran parte del mundo se enfrentará a desafíos sustanciales para asegurar el suministro de agua. Esto requerirá un importante esfuerzo en infraestructuras y tecnología, pero también en políticas de distribución y fijación de precios del agua. Cuando el suministro de agua se convierta en limitante, llevará a la reducción de actividades económicas, al abandono de infraestructuras, e incluso a conflictos en torno a cuencas hidrográficas.

Energía: seguiremos quemando combustibles fósiles

Entre 2015 y 2050, las emisiones globales de CO₂, relacionadas principalmente con la energía, aumentarán un 6 %, de 33 a 35 Gt, según las políticas actuales y previstas. Estas emisiones deberían caer a 9,7 Gt en 2050 para cumplir con el objetivo de aumento máximo de 2 °C del Acuerdo de París.

Las visiones más optimistas proponen que las energías renovables pueden aportar dos tercios de la demanda energética global. Eso requiere multiplicar por seis el actual ritmo de crecimiento de estas fuentes. El objetivo UE de neutralidad climática en 2050 es compartido con los Estados Unidos, e incluso China ha propuesto esforzarse para alcanzar esa meta en 2060.

No obstante, los datos de la Agencia Internacional de la Energía sobre consumo de petróleo para el periodo 2019-2026 todavía prevén un incremento del 4,4 % de la demanda mundial de crudo. El menor uso de combustibles fósiles en algunos países de la OCDE será ampliamente compensado por el mayor consumo en países en desarrollo. En definitiva, los propietarios de combustibles fósiles no van a dejar de aprovechar sus recursos.

Total de emisiones de dióxido de carbono por región. Our World in Data, basado en el Global Carbon ProjectCC BY

Producción y consumo de alimentos

Lograr un equilibrio entre la intensificación agrícola, la lucha contra el hambre y la conservación de la biodiversidad, reduciendo al tiempo los impactos ambientales negativos, es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad.

En principio, las tierras de cultivo y pastizales del planeta tierra pueden producir el alimento necesario para toda la población humana. Sin embargo, en 2019 casi 690 millones de personas (8,9 % de la población) sufrieron malnutrición. Y estas cifras llevan varios años empeorando.

Además, el sistema alimentario mundial tiene importantes impactos en el medio ambiente a través de la extracción de agua, la contaminación, el cambio de usos del suelo y la pérdida de biodiversidad. La producción de alimentos contribuye al calentamiento global a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque en mucha menor medida que el uso de combustibles fósiles.

A nivel mundial, se prevé un incremento de las emisiones derivadas de la producción de alimentos, sobre todo por el crecimiento demográfico y económico del continente africano, que duplicará su contribución en 2030.

Producción de carne global. FAO/Our World in DataCC BY

Pérdida de biodiversidad

La pérdida de biodiversidad deriva de cambios en el uso del suelo mediados por la agricultura, de cambios en el clima por el uso de combustibles fósiles, así como de otros efectos asociados a la acción del ser humano. Las consecuencias de esta pérdida afectan al funcionamiento de los ecosistemas y a los servicios que proporcionan.

El clima mediterráneo y los ecosistemas de pastizales experimentarán el mayor cambio proporcional, debido a la influencia sustancial de todos los impulsores de pérdida de biodiversidad. Pese a los esfuerzos internacionales, los objetivos de conservación de la biodiversidad no se están alcanzando.

Soluciones a una crisis global

No estamos ante una crisis climática, sino ante una crisis global derivada de la sobreexplotación de recursos en un planeta de dimensiones finitas. Centramos nuestra atención en el calentamiento, la pérdida de biodiversidad y otras consecuencias colaterales de la sobreexplotación de recursos. Pero no queremos ver el elefante en la habitación: un crecimiento demográfico insostenible que necesitamos estabilizar o incluso revertir.

En el Londres de 1798, Thomas R. Malthus escribió que “la tendencia perpetua de la raza humana a crecer más allá de los medios de subsistencia es una de las leyes generales de la naturaleza animada, que no podemos esperar que cambie”.

En su llamamiento desde la ciencia, el mundo científico abogaba en 2019 por intentar mitigar y adaptarnos al cambio mediante transformaciones en la forma en que gobernamos, gestionamos, nos alimentamos y utilizamos los materiales y la energía.

En una actualización reciente, propone abordar tres frentes:

  • Implementar un precio global del carbono,
  • Eliminar y eventualmente prohibir los combustibles fósiles,
  • Crear reservas climáticas estratégicas para proteger y restaurar los sumideros naturales de carbono y la biodiversidad.

Algunos de esos mensajes encajan con la apuesta verde de Europa, el continente que más sufre la escasez de materias primas, donde existe mayor presión social a favor de las políticas verdes, y que mantiene cierto liderazgo en energías alternativas y tecnologías necesarias para mitigar el cambio global. Pero esa visión resulta utópica, pues ninguna sociedad está realmente dispuesta a renunciar a su crecimiento y bienestar por el bien del planeta.

La solución, si es que surge, no vendrá de un repentino acuerdo mundial que logre revertir las tendencias actuales. Solo la ciencia podría aportar soluciones tecnológicas que permitan controlar el clima, aumentar la disponibilidad de agua, maximizar la producción de alimentos y conservar lo que nos queda de biodiversidad. Y es posible que ya sea tarde.

Autores

Christian GortazarCatedrático de Sanidad Animal en el IREC, responsable del grupo SaBio, Universidad de Castilla-La Mancha

José de la Fuente. Profesor de Investigación del CSIC. Biología Molecular y Biotecnología, Universidad de Castilla-La Mancha

Octavio Armas Vergel. Profesor de Máquinas y Motores Térmicos, Universidad de Castilla-La Mancha

Fuente: https://theconversation.com/poblacion-agua-biodiversidad-energia-y-alimentacion-los-pilares-de-una-crisis-global-165912

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La biblioteca nacida de un reportaje periodístico de Eriss Khajira

La reportera keniana se involucra en sus historias hasta el punto de que ha fundado una librería para resolver la escasez de libros en escuelas de Nairobi y fabrica y reparte jabón para combatir la covid-19

Eriss Khajira, una periodista keniana que se dedica a documentar historias de las comunidades marginales, espera desempeñar un papel a favor del cambio social. Cada vez que escribe un artículo, las personas que entrevista le preguntan si el publicarlo solucionará sus problemas o provocará un cambio. Khajira, que nació en uno de esos barrios, entiende sus preocupaciones. “Nací en el suburbio de Dandora. A pocos metros del vertedero del mismo nombre siempre hay miles de personas rebuscando entre la basura de los habitantes de Nairobi. Entiendo lo difícil que es vivir en un barrio marginal. Sé lo que significa elegir entre comida o alquiler, o no tener nunca lo necesario; entiendo la frustración de contar tus problemas a los periodistas y que no te ofrezcan soluciones”, afirma.

Por eso, junto con otras siete personas fundó en 2019 la biblioteca del Centro Big5 en el barrio de Komarock, en Nairobi. El establecimiento dispone de los materiales de estudio correspondientes al plan de estudios de primaria y secundaria que se utilizan en las escuelas públicas. “He escrito reportajes sobre educación, y un problema común de los barrios marginales es la falta de recursos, como libros de texto. Muchos niños de los suburbios no tienen, y eso limita su rendimiento académico. Van de casa en casa buscándolos para hacer los deberes, lo cual hace que pierdan mucho tiempo”, lamenta la periodista.

Hasta enero de 2021, los alumnos de diferentes colegios acudían a la biblioteca del Centro Big5 a hacer los deberes. También adelantaban las lecciones que luego impartiría el profesor para entender mejor y sacar buenas notas.

Un alumno de secundaria estudia en la biblioteca que ha instalado el Centro Big5 en el suburbio Komarock.
Un alumno de secundaria estudia en la biblioteca que ha instalado el Centro Big5 en el suburbio Komarock.RAHAB GAKURU

Khajira explica que se dio cuenta de que la biblioteca estaba demasiado lejos de sus posibles usuarios. La mayoría de los estudiantes caminaba desde otro Estado para acceder a ella. Según la reportera, “la covid-19 nos recordó que necesitábamos un espacio mayor. En 2020 no pudimos abrirla porque era imposible mantener la distancia social. Por eso empezamos a buscar un lugar más amplio y seguro para instalarnos, ya fuese en Kayole, en el suburbio de Soweto, o en la barriada de Umama, en Kamarock”.

El Centro Big5 quería reproducir la idea de uno de sus patrocinadores, My Book Buddy, cuyo objetivo es crear en los colegios bibliotecas especiales para niños desfavorecidos. Khajira recuerda la llamada de Ken Situma, fundador del Centro Educativo Sadedi, en el suburbio de Kayole, para pedirle donaciones de libros. “Fue de lo más oportuna. Habíamos encontrado el local perfecto, más cerca de una de las comunidades que más la necesitaba”.

Situma dice que se enteró de la existencia del Center Big5 por algunos de sus estudiantes. “Nuestro mayor problema es que, cuando un profesor utilizaba un libro de texto para preparar las clases, significaba que un alumno se quedaba sin él para estudiar, así que cuando oí hablar de una biblioteca comunitaria a la que iban para hacer los deberes, me pareció interesante. Me puse en contacto para ver si podían reservar algunos ejemplares para nosotros. Nuestro centro ya está en desventaja comparado con los colegios públicos o los lujosos privados, pero ahora tenemos una cosa menos de la que preocuparnos”.

La Educación, un derecho de unos pocos

La Constitución de Kenia de 2010 reconoce la Educación como un derecho humano básico. En 2012, alrededor del 63% de los niños de dos barrios marginales de Nairobi estaban matriculados en colegios privados económicos de primaria. Se encuentran sobre todo en entornos de bajos recursos y en ellos se ofrece el plan de estudios oficial. En su mayoría no están registrados en el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, y carecen de las infraestructuras básicas que caracterizan a las escuelas públicas o privadas.

El Centro de Educación Sadedi, que empezó a funcionar en 2017, tiene 76 matriculados. “Cada lunes, de cuatro a cuatro y media, tenemos una sesión de lectura. Animamos a los estudiantes a que lean cualquier libro para promover la lectura porque no queremos que se limiten a leer para aprobar los exámenes, sino que lean para adquirir conocimientos sobre el mundo”.

Situma añade que también animan a los de las escuelas vecinas a que vayan una hora a la biblioteca al acabar el colegio, además de los sábados. “La nuestra es comunitaria. De todas maneras, estamos consultando si podemos cobrar 10 chelines (siete céntimos de euro) por cada alumno de otro centro para ayudar a mantenerla”.

Una biblioteca móvil creada por el Centro Big5 con la colaboración de My Book Buddy.
Una biblioteca móvil creada por el Centro Big5 con la colaboración de My Book Buddy.RAHAB GAKURU

En el futuro, Situma espera que el Centro Big5 pueda proporcionarles más libros donados por simpatizantes del proyecto para abastecer de suficientes fondos a la primera biblioteca, así como para encontrar y dotar de otras nuevas a Kayole. En marzo se creó una más en el colegio The Keen Primary de Komarock. Moses cuenta que oyó hablar a sus alumnos del Centro Big5. “Nunca le presté mucha atención hasta que mi amigo Situma, de Centro Educativo Sadedi, me invitó a la presentación. Hablé con Khajira sobre cómo proporcionarnos un servicio parecido, y lo hizo”.

El Keen Primary empezó ofreciendo clases de refuerzo a 12 alumnos durante las vacaciones. Sin embargo, en 2008 se registró oficialmente como colegio. Hoy en día tiene 250 alumnos. “Debido a que somos asequibles, tenemos problemas de espacio, infraestructuras, maestros y materiales. El nuevo plan de estudios introducido por el Gobierno en 2018 supuso gastos adicionales para la compra de libros de texto”.

Según Moses, la biblioteca instalada en su escuela resuelve en parte sus dificultades para comprar nuevos ejemplares. “Siguen siendo insuficientes porque tenemos más o menos un ejemplar de cada asignatura por cada 15 alumnos”. El director agradece que Khajira intente impulsar la lectura en las comunidades marginales ofreciendo un recurso clave. Khajira señala que incluso si los padres pueden permitirse comprar los libros de texto, el alumno puede seguir necesitando una zona acogedora donde estudiar, porque las casas de los suburbios son pequeñas y a veces no tienen electricidad.

Agua y jabón para espantar la covid-19 de los suburbios

El Centro Big5 también ha estado apoyando a las comunidades marginales desde que el Gobierno anunció los primeros casos de covid-19. Armada con una cámara, Khajira visitó el suburbio de Umama, en Komarock, una barriada bastante reciente formada por unos 400 hogares. Lucy, dueña de un de sus comercios, explicaba sus temores y sus esperanzas. “Actualmente no tenemos agua. Un bidón de 20 litros cuesta 20 chelines (14 céntimos de euro) si vas a buscarlo a los vendedores, que tienen un pozo, pero si te lo traen a casa los carreteros, pagas 50 chelines (0,38 euros) por lo mismo. Ahora el Gobierno me exige que compre agua y jabón para los clientes. Creo que en esta comunidad nadie va a dedicar ese dinero a comprar agua para lavarse las manos”, zanja.

El Centro Big5 distribuye agua en el suburbio de Kayole.
El Centro Big5 distribuye agua en el suburbio de Kayole.CENTRO BIG5

Durante su visita, Khajira observó que varios hogares se enfrentaban a los mismos problemas que Lucy, pues es difícil mantener la distancia social entre las familias de más cinco miembros que están compartiendo la misma habitación. “El abastecimiento de agua en estos barrios no es estable. Puede que tengan suministro una vez a la semana, pero también pueden pasar dos sin que les llegue nada. Tienen que decidir si comprarla para su higiene o para usos domésticos como beber, cocinar y hacer la colada. Ninguna de las personas con las que hablé daba prioridad a la compra de jabón y agua para lavarse las manos a menudo sobre la de otros artículos”, añade.

Tras haber documentado varias historias, Khajira decidió ofrecer un pequeño apoyo a esta comunidad a través del Centro Big5 en asociación con The Healthy Teeth Foundation [Fundación para la Salud Dental]. “Cuando era joven, mi madre y yo solíamos hacer jabón líquido, así que pensé que, si lo hacía y lo distribuía, la gente tendría una preocupación menos”.

Además de con una biblioteca, el Centro Big5 ha estado en primera línea apoyando a las comunidades marginales desde que el Gobierno anunció los primeros casos de covid-19

El Centro Big5 empezó haciendo jabón y distribuyéndolo gratis en los suburbios de Umama, Kayole, Soweto y Mukuru. Sus colaboradores se dirigían a los comercios locales, a las madres y a las tiendas de frutas y verduras. La reportera cuenta que cada vez que iba a verlos, le pedían agua y mascarillas. “Adaptamos bidones para que sirvieran de puesto de lavado y los instalamos en lugares públicos con mucho movimiento. También empezamos a suministrar agua con un camión cisterna. Cada semana pasamos por el puesto de lavado para reponer el jabón y el agua, que repartimos entre los puntos que instalamos y las familias necesitadas”, explica.

El Centro Big5 también vendía parte del jabón líquido para ayudar a mantener el proyecto y distribuía mascarillas gratis. Durante su visita, sus miembros explicaban a los habitantes del barrio la importancia de asegurarse de que la covid-19 no entrara en la comunidad. “Temíamos que, si un habitante se contagiaba, la densidad de población intensificase la propagación. Por eso no parábamos de explicarles la importancia de mantener la distancia y lavarse las manos todas las veces que pudieran”, recuerda la reportera.

Algunos sueños se han hecho realidad. Mi dolorosa historia me ofreció la oportunidad soñada de convertirme en cineasta

ERISS KHAJIRA

El Centro Big5 tiene muy pocos recursos, y solo puede ayudar a unas 100 familias. Para hacerlo sostenible, empezó a enseñar a grupos a hacer jabón que luego venden en los barrios porque tiene muchos usos y es más barato que el que se usa en pastillas. “Hemos enseñado a las Kayole Starlets, que están en la primera división femenina de fútbol, a hacer jabón líquido. De momento, los partidos se han suspendido, y ellas necesitan ganar dinero de otra manera”, explica Khajira.

El Centro Big5 cuenta con el apoyo de My Book Buddy, Booksteps, Sams Foundation y Yoga Heart Kenia. Khajira concluye diciendo que es importante que se cuenten las historias de las comunidades marginales, aunque sean desagradables. “A partir de esas historias, algunos sueños se han hecho realidad, y el talento y las innovaciones únicas encuentran una plataforma para crecer. Mi dolorosa historia me ofreció la oportunidad soñada de convertirme en cineasta”.

En 2014, Khajira estrenó su primera película, Dusty Bin Dreams, que la devuelve a su hogar en el mayor basurero de África oriental, el vertedero de Dandora. En medio de todas las dificultades de los suburbios, la directora centra su mensaje en la desesperación y la traición, pero también en la esperanza, la amistad y los sueños de sus amigos de esos barrios marginales.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-08-31/la-biblioteca-nacida-de-un-reportaje-periodistico-de-eriss-khajira.html

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1a Edición del Proyecto Editorial OVE: Marx al Sur. Educación, ética, derechos y tecnología

Compartimos este primer libro de nuestro proyecto editorial de Otras Voces en Educación en coedición con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en donde comenzamos a abrir uno de tantos caminos que nos llevan a la construcción de conocimientos y saberes, siguiendo la «filosofía de acceso abierto» de CLACSO.

Reseña: Peter McLaren

Karl Marx al Sur es un libro que demanda nuestra atención, especialmente en esta coyuntura histórica actual. José Carlos García nos presenta una obra importante con la que logra atrapar las implicancias cruciales del pensamiento marxista para América Latina y más allá. Durante mucho tiempo, la clase trabajadora ha sufrido los estragos de la acumulación por el despojo, los tentáculos crecientes del Estado policíaco y los avances tecnológicos que empoderan a las corporaciones en lugar de a los trabajadores.

Este es un libro que habla de los desafíos de nuestro tiempo para estos tiempos.

*Disponible sólo en versión digital

Autor: José Carlos García Ramírez.
Presentación: Luis Miguel Alvarado Dorry

Editorial/Edición: CLACSO. Tecnológico de Estudios Superiores. Otras Voces en Educación. Tecnológico Nacional de México.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina. México

ISBN: 978-987-722-954-7

Idioma: Español

Descarga: Marx al Sur. Educación, ética, derechos y tecnología

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2383&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1554&orden=

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Chile: Declaración pública Comunidades Científicas Regionales rechazan Reglamento de Comités Regionales de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo

El Gobierno promulgó el 10 de julio el reglamento que constituye los Comités de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo. El espíritu del legislador fue que, la y los Gobernadores Regionales contarán con una instancia asesora, con capacidad técnica y científica en la formulación de políticas para el desarrollo de capital humano avanzado, investigación y equipamiento científico, apoyar la innovación, el desarrollo y la transferencia a diversos sectores públicos, privados, sociales y productivos, entre otras dimensiones y actores del desarrollo regional.

Quienes hemos dedicado nuestra vida a la generación de conocimientos útiles al desarrollo regional y nacional señalamos nuestro apoyo a cualquier iniciativa que ayude al fortalecimiento del conocimiento y la institucionalidad científica territorial. Sin embargo, el reglamento promulgado merece observaciones de forma y fondo, tal como lo han planteado, en una reciente declaración la y los rectores de las Universidades Regionales.

En una medida que no compartimos, la definición del reglamento no consideró la opinión de las comunidades científicas regionales y tampoco de las/los Gobernadores Regionales, autoridades a las que están llamadas a asesorar. Impone un formato único y homogéneo, obviando la diversidad en tamaño y especialización que tienen los ecosistemas científicos territoriales y las necesidades e idiosincrasias propias de cada región. No considera la contribución específica y diferencial de las instituciones en masa crítica, infraestructura, publicaciones, vinculación con el entorno, reconocimiento nacional e internacional, entre otros. Y tampoco distingue, instituciones de la región respecto de otras que tienen presencia circunstancial en ese territorio, a veces por motivaciones de mercado.

El reglamento desconoce antecedentes elementales del desarrollo de los territorios y, por ende, no comprendemos por qué son marginadas de ese Comité instituciones que han sido y son parte constitutiva de la región, de su historia, presente y futura.

Estas universidades son las que forman mayoritariamente los y las técnicos. profesionales e investigadores en sus territorios. Han creado programas de magíster y doctorados, vitales para el quehacer científico y tecnológico regional, y promueven programas de docencia e investigación en especialidades médicas y ciencias de la salud.

En varias regiones estas instituciones son las principales, y a veces únicas, generadoras de conocimiento científico, técnico e innovación tecnológica y social, disponiendo de centros, laboratorios y equipos especializados. Capacidades y saberes que, incubados en las universidades, siempre han sido compartidos con el entorno y alimentado las políticas públicas nacionales y locales.

Bajo la actual pandemia se constituyeron en la principal instancia de apoyo al aparato público de salud, realizando investigaciones con contrapartes nacionales e internacionales, haciendo exámenes PCR, diseñando equipos de alta complejidad, elementos de protección personal y materiales diversos, colaborando en las estrategias del gobierno y propuestas del congreso a través de mesas consultivas de expertos/as, entre otras actividades de relevancia.

La Red Científica Nacional, de la que habla la autoridad, son las universidades regionales. Las mismas que un reglamento elaborado con demasiada premura y sin participación, podría marginar.

Son ellas, las que generan conocimientos en áreas tan diversas como medio ambiente y astronomía, migración y sismología, desarrollo urbano y paleontología, estudios de opinión y minería, pueblos originarios e inteligencia artificial, salud pública y epidemiología, educación e inclusión, humanidades y ciencias sociales, entre otras.

Investigaciones que les permiten contribuir con más del 40% de las publicaciones científicas en Chile y el 50% de los fondos del estado destinados a investigación y desarrollo tecnológico.

En virtud de la relevancia del tema aquí planteado y en nuestra calidad de profesionales y directivos (as) de la ciencia, solicitamos formalmente que se revise y genere un cambio explícito, en el que se incorpore a las universidades regionales en dicho reglamento, tarea para lo cual comprometemos desde ya, el aporte de las 22 universidades regionales que conforman AUR.

Comisión de Vicerrectorías de Investigación
Agrupación de Universidades Regionales de Chile (AUR).

Fuente: http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/declaracion-publica-comunidades-cientificas-regionales-rechazan-reglamento-de-comites-regionales-de-ciencia-tecnologia-e-innovacion-para-el-desarrollo

 

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