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OPINIÓN: En el laberinto del olvido y la violencia

Por: Tlachinollan

 

Desde la desaparición del presidente electo Daniel Esteban González, junto con su chofer Juventino García Rosas, el 2 de septiembre de 2018, la disputa política por la presidencia municipal de Cochoapa el Grande se tornó truculenta. No solo se dieron las impugnaciones en los tribunales electorales, sino que a nivel local algunos dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), acompañados por representantes del Partido del Trabajo (PT), tomaron las instalaciones del ayuntamiento para revertir el triunfo que el Tribunal Electoral Federal (TRIFE), le otorgó a Daniel Esteban. Fueron momentos de mucha tensión, en los que fracturó más la convivencia pacifica entre los pobladores y las divisiones comunitarias se hicieron más profundas.

A pesar de que Cochoapa el Grande es uno de los municipios de reciente creación, desde el 2003 ha ocupado los primeros lugares a nivel nacional en cuanto al mayor índice de marginación social. Desplazó a Metlatónoc y se colocó en el sótano de la miseria. Su extensión territorial que rebasa las 61 mil hectáreas, lo coloca como uno de los municipios con mayor reserva boscosa en la región de la Montaña. Cuenta con más de 140 comunidades del pueblo Na’Savi, que en su totalidad se dedican a la siembra de maíz de temporal. Lo contrastante de esta riqueza natural es la pobreza ancestral de las familias, que en gran medida se desplazan de sus comunidades para enrolarse como jornaleros agrícolas durante seis meses. La población no encuentra, en su propio hábitat, alternativas económicas para tener un ingreso seguro y garantizar una alimentación adecuada durante todo el año.

La ilusión que se habían forjado, de que habría una mejoría económica, con la creación del nuevo municipio, se ha tornado en un desenlace fatal. No solo se han empantanado por la disputa sorda que protagonizan cada periodo electoral los partidos políticos, sino que se profundiza la desigualdad social y se recrudece la violencia. Los 17 años como nuevo municipio no han significado mejoría alguna entre la población indígena mayoritariamente analfabeta y con un alto grado de monolingüismo entre las mujeres. La violencia se enseñorea contra ellas, y las mismas autoridades comunitarias y municipales, son parte de este sistema de justicia patriarcal. Es sumamente grave la situación de indefensión que enfrentan las mujeres. Se han registrado varios casos de feminicidios que la fiscalía no ha investigado, por esa visión racista y discriminatoria que tienen contra las mujeres indígenas.

La lucha que emprendieron los compañeros y compañeras del Frente Popular de la Montaña, para exigir la presentación con vida del defensor comunitario Arnulfo Cerón Soriano, desaparecido el 11 de octubre de 2019, obligó a que las autoridades del estado se avocaran a su búsqueda en las colonias periférica de Tlapa. En estas jornadas se lograron encontrar los restos de Daniel Esteban y de Juventino García, a un año y cuatro meses de su desaparición. Este hallazgo generó mayor encono y una situación de ingobernabilidad en el municipio. La misma presidenta municipal, Edith López Rivera, ha hecho públicas las amenazas que ha recibido, y por eso mismo, se desplaza con escoltas y su presencia en el ayuntamiento es esporádica. En la cabecera municipal nadie se siente seguro y tampoco hay confianza en las autoridades encargadas de la seguridad y los mismos elementos de la policía. Hay un sentimiento de orfandad y desamparo. No hay una autoridad que proteja a las mujeres que son víctimas de violencia. El trato es despótico e insensible. La compasión por el más débil no existe, los pleitos por tierras proliferan y las deudas son el mejor negocio de las autoridades municipales y los abogados, privando de la libertad por cualquier motivo a las personas. El colapso de las instituciones ha dado pauta para el incremento de la violencia y la justicia por propia mano.

El cierre del año 2019 fue trágico por el asesinato del expresidente municipal Luciano Moreno López, quien fue interceptado por personas armadas en pleno baile realizado en la cabecera de Cochoapa el Grande. En ese mismo evento, también fue lesionada la excandidata a presidenta municipal del PRI, Hermelinda Rivera Francisco. En este año arreció la violencia con el asesinato de Alberto Martínez Flores, quien se desempeñaba como comisariado de Bienes Comunales de este núcleo agrario. El 15 de marzo, en la colonia Tepeyac del municipio de Tlapa, fue arteramente asesinado Benjamín Ponce Martínez, quien contendió para presidente municipal de Cochoapa el Grande, por el Partido del Trabajo (PT). Fue sorprendido en su domicilio por su agresor cuando jugaba con su pequeña hija. Tres días después por el cerro De La Garza, una región inhóspita del municipio de Cochoapa el Grande, fue asesinada una familia de Yozondacua, cuando se desplazaban en su vehículo. El papá tenía parentesco con el comisariado de Bienes Comunales, Alberto Martínez. El primero de junio, el chofer de la ruta de Cochoapa el Grande – Ometepec, Felipe Chávez Flores, fue herido a balazos, cuando desplazaba en su vehículo, quedando gravemente herido.

Un caso que condensa la tragedia que enfrentan las mujeres Na’Savi de este municipio es el de Aurelia Vázquez Velázquez, quien además de padecer la violencia de su esposo, que lamentablemente fue asesinado en su domicilio, sus suegros la señalaron como responsable del homicidio de Santiago Esteban. Fue citada por el ministerio público de Tlapa para declarar como testigo, donde se le aplicó la prueba de rodizonato de sodio, que resultó negativa. Ante la intención fallida de señalarla como responsable de este homicidio, su suegro, la golpeó y con una navaja lesionó su cuello. Le arrebató a sus dos pequeñas hijas una de ellas de cuatro años y la bebé de seis meses. La madre de Aurelia, doña Catalina Velázquez y su hermano, Honorio García Velázquez de 17 años, fueron encarcelados de manera arbitraria en la cabecera de Cochoapa el Grande, por el mismo consuegro, Emilio Esteban, director de Seguridad Pública, porque supuestamente fueron cómplices del homicidio de su hijo Santiago Esteban. Lo más cruento es la desaparición de Aurelia Vázquez Velázquez que, ante la inacción de las autoridades ministeriales y de la misma sindica municipal que no atendieron las denuncias de violencia familiar y la sustracción de menores por parte de sus suegros, el 12 de mayo del presente año fue el último día en que su familia tuvo conocimiento de que se encontraba en el domicilio de sus suegros, obligada por las circunstancias de no ver a sus pequeñas hijas. Lo inaudito fue la actuación de la sindica municipal, que a petición del señor Emilio Esteban y su esposa Aurelia Lorenzo, citaron a Catalina Velázquez para que se presentara el 22 de mayo al ayuntamiento municipal. Fue en esa fecha cuando la sindica junto con los consuegros le reclamaron sobre el paradero de su hija Aurelia, porque no la han ubicado para entregarle a sus dos pequeñas hijas y al hijo mayor de siete años. Fue en ese momento cuando Catalina intuyó que su hija estaba desaparecida y que las autoridades en lugar de investigar su paradero, se empeñaron en criminalizarla y atemorizar a la misma familia.

Hasta la fecha no hay indicios del paradero de Aurelia, tampoco las acciones de búsqueda de las autoridades se han realizado como amerita el caso. El temor es grande, por eso la familia ha optado por guardar silencio y mantenerse oculta.

El pasado 22 de julio fue asesinado el excoordinador de la Policía Comunitaria de la Casa de Justicia de Zitlatepec, Rufino Gómez González, cuando se dirigía a presentar una ofrenda en el paraje conocido como Piedra de Petate, en San Lucas, municipio de Cochoapa el Grande, donde fue originario. En el 2018 en la fiesta del sexto viernes de cuaresma realizada en Cochoapa, acompañó a las autoridades de su pueblo junto con la Policía Comunitaria. En la noche cuando resguardaban el baile fue atacado a balazos por personas desconocidas. Fue trasladado al hospital de Tlapa, donde fue atendido teniendo una recuperación larga por lo delicado de la lesión. Fue en la mañana del 22 de julio, cuando llevaba sus flores, en compañía de su esposa y sus dos hijos, que impunemente que nada pudieron hacer cuando personas desconocidas se acercaron y le dispararon. Fue un defensor comunitario que se solidarizó con la lucha emprendida por el Frente Popular de la Montaña, para exigir la presentación con vida de Arnulfo Cerón Soriano, y al mismo tiempo, acompañó a las autoridades comunitaria de Tierra Blanca, para exigir al Fiscal Regional que impulsaran la búsqueda y la investigación de tres personas que fueron desaparecidas el 2 de julio del presente año, en el marco de un conflicto agrario que enfrentan con la comunidad de San Juan Huexoapa, municipio de Metlatónoc.

El pasado lunes 27 de julio como a las 10 horas, se suscitó una balacera atrás de la iglesia de Santiago Apóstol, en la cabecera municipal de Cochoapa el Grande. En esta acción violenta murió Alberto Flores, que acompañaba a Carlos Esteban, hermano de Daniel Esteban, y la niña Leticia, de cuatro años de edad, quien caminaba con su hermanito y su mamá, después de haber vendido atole en la pequeña plaza que se encuentra frente al ayuntamiento.

Esta cauda de violencia muestra la crisis de gobernabilidad que se agudizado con la pandemia provocada por el covid – 19, en los municipios de nuestro país. Para colmó de males, las autoridades municipales, se han ausentado de los ayuntamientos y han dejado a la deriva, a una población inerme, que es víctima de la violencia delincuencial y que se encuentran en extrema vulnerabilidad por la precariedad económica y los estragos del coronavirus que se suma al número de muertes que enlutan que nos sumergen en este laberinto del olvido y la violencia.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-en-el-laberinto-del-olvido-y-la-violencia/

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Los hijos de la violencia

9 de agosto día Internacional de los Crímenes Estadounidenses contra la Humanidad.

¿Hay un plan para encubrir los crímenes contra la Humanidad? Sí, se llama Capitalismo.

Quedarse quieto es hacerse cómplice. Ésta no es una denuncia cómoda para tranquilizar conciencias pequeño-burguesas. Es denuncia y es autocrítica. Mientras Trump y sus jaurías criminales reprimen, humillan y encarcelan a familias de “inmigrantes”; todos los Crímenes Estadounidenses se coagulan en las injusticias fronterizas, la inmensa mayoría de nosotros aporta su cuota de ignorancia, indolencia e inutilidad funcionales. Algunos claman a cielo y oran, otros se subliman mentando madres, algunos hacen donativos, limosnas y gestos compungidos. Otros más, alzan los hombros y siguen viendo sus noticiero favorito.

La única solidaridad concreta ocurre desde abajo, de la mano del pueblo que mira en el que sufre sus propios sufrimientos. Para no importunar al magnate de La Casa Blanca, cientos de funcionarios se cosen la boca con hilos de burocracia y silencian lo que les queda de consciencia para que el horror no les quite el sueño. Algunos abogados fabricaron trincheras de “jurisprudencia” a prueba de toda vergüenza, desde ahí pontifican deyecciones leguleyas expelidas por el “Estado de derecho” y los “tratados internacionales”.

Se exhiben muy pulcros para el tecnicismo y muy puntuales para la cobranza. Van y vienen de congreso en congreso, de conferencia en conferencia, de burocracia en burocracia… mientras los niños aprenden, tras las rejas, que viven en un mundo donde ser pobre se castiga, no importa de dónde vengas ni qué edad tengas. Castigo inclemente sin delito, sin juicio sin defensa. “La única forma de salvar la vida de las personas detenidas es su liberación”, dice el periodista Jacob Soboroff, que ingresó a estas cárceles del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) donde, ya en 2008, vio niñas y niños encerrados en jaulas. Soboroff lo relata en su nuevo libro “Separated: Inside an American Tragedy” (Separados: una tragedia estadounidense).

Es uno más de los Crímenes Estadounidenses contra la Humanidad, convertido en mercancía “mediática”. Mercancía del horror prefabricado por intereses de clase a cuyo servicio está el Estado, para venderla en el mercado de la dominación de una clase sobre otra. Esta vez usando a los niños, sin clemencia, sin defensa, sin piedad. En el alma de esa violencia la complacencia de gobiernos reformistas y oportunistas escupiendo a mansalva discursos legalistas. Se descargan, minuto a minuto, ráfagas de violencia ideológica para esconder la tortura a que son sometidos los más indefensos en el imperio oligarca de la indefensión social. No importa el horario, no importa el tema y no importa el impacto… siempre hay violencia a destajo contra niñas y niños victimados tras las rejas del imperio. Y parece tan “natural”. “Según diferentes cables, en mayo ICE tenía a unos 184 menores, pero los activistas creen que pueden ser más, después de trascender que el gobierno federal está deteniendo a los niños en hoteles de Texas y Arizona antes de deportarlos a sus países de origen.”

Esto no es una arenga contra la solidaridad genuina, es una reflexión contra esa violencia infiltrada en las cabezas de los pueblos para naturalizar todo lo que  el capitalismo impone como modelo para mentalidades dóciles, cómplices de las aberraciones del saqueo y la explotación que reinan planetariamente. “Casi 2.000 niños han sido separados de sus padres desde que el fiscal general, Jeff Sessions, anunció la política que determina que los funcionarios de seguridad interna deriven todos los casos de ingreso ilegal a los EE.UU. para procesamiento.

Esto es un llamado de atención no sólo sobre el papel que cumple el aparato de Estado y gobiernos gerenciadores de esclavitudes a diestra y siniestra, sino también contra las jaurías de burócratas que, con toda impunidad, violan los derechos humanos. El plan de exterminio contra las “familias de inmigrantes”, desatado por Trump, es una declaración de guerra a la que debemos presentar frentes de lucha de todo tipo y a toda costa. Los niños y las niñas enjaulados no pueden defenderse y menos si encuentran otra forma de violencia agazapada en la indiferencia, la ignorancia y la apatía nuestras.

Fuente: https://rebelion.org/los-hijos-de-la-violencia/

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República Dominicana: ONU MIGRACIÓN advierte trata de personas puede aumentar con pandemia

América Central/República Dominicana/02-08-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.doacento.com.do

En el Día Mundial contra la Trata de Personas, Marcelo Pisani, director de ONU MIGRACIÓN, compartió el artículo reflexivo “Cuando la trata de personas se adapta a la pandemia”, para contextualizar la forma en que este negocio ilícito puede operar durante la crisis mundial actual.

Este 30 de julio, en el Día Mundial contra la Trata de Personas, Marcelo Pisani, director regional de la Organización Internacional para las Migraciones (ONU MIGRACIÓN) para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe, hizo una reflexión sobre el nuevo contexto COVID y cuáles son las nuevas señales y formas de operar de las redes de trata de personas.

En un artículo que escribió Pisani para conmemorar el día, explicó que las redes de trata de personas aprovechan la vulnerabilidad durante la crisis humanitaria causada por la COVID-19 de múltiples formas para su provecho. Estas vulnerabilidades, indicó, están ocasionadas principalmente por el aumento del desempleo, la falta de acceso a servicios de salud y educación, el aumento de la violencia y el aumento de las restricciones para el desplazamiento.

Pisani argumentó que según la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, una red de más de 500 expertos internacionales en derechos humanos, las redes de trata tienen la capacidad de adaptar sus operaciones para capitalizar el impacto socioeconómico de la pandemia. La agencia de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) advierte que estos ajustes en su “modelo de negocios” son muchas veces posibles a través del abuso de herramientas tecnológicas.

El incremento de la captación en línea es una de las modalidades que la Iniciativa Global advirtió, de acuerdo a Pisani, al considerar que ahora las personas, y especialmente los menores pasan mucho más tiempo encerrados en sus casas y utilizando internet debido al cierre de las escuelas.

Expuso que algunos tipos de trata de personas pueden generar menores ganancias debido a la pandemia, y en estos casos los tratantes se adaptan moviendo a sus víctimas a labores con productos de mayor demanda, como el trabajo forzado en agricultura o la explotación sexual de menores en línea.

Aunque es un fenómeno aun no estudiado con profundidad, dijo que algunos comercios o empresas que anteriormente pudieran no estar realizando prácticas explotadoras con sus trabajadores, en el contexto de la pandemia pueden verse tentados a recurrir a constantes amenazas de despido, lo que coloca a los empleados en situación de vulnerabilidad, incluyendo por ejemplo la aceptación de nuevas condiciones poco favorables: jornadas más largas, pago menor, etc.

Por otro lado, desarrolló que dada la pérdida de ingresos económicos de la población, muchos tratantes llegan con ofertas “salvavidas” para aliviar su situación, lo que significa captación para trabajo informal, servidumbre, trabajo sexual o inclusive para que se unan a la misma red como criminales.

En cuanto a la respuesta institucional, Pisani afirmó que las instituciones también están trabajando con fuerza en su propia adaptación a la nueva realidad para asegurar así que la fiscalización por parte de las autoridades esté acorde con las necesidades en términos de recursos humanos, preparación y acceso a recursos tecnológicos adecuados.

En ese aspecto, resaltó la importancia de asegurar que las organizaciones no gubernamentales que brindan apoyo en casos de trata de personas no pierdan recursos para mantenerse operativas en la lucha contra este flagelo.

“El brote de COVID-19 ha obligado a los estados, organismos de cooperación internacional y autoridades en general a repensar la manera en que se abordan las problemáticas sociales que se han visto impactadas por las medidas sanitarias, incluidas las restricciones a la movilidad. Es necesario que se estudien a fondo los cambios en el comportamiento de las redes criminales para poder plantear medidas de prevención y asistencia a víctimas según las características específicas que toman los delitos en el contexto de la pandemia; y con esta base de conocimientos realizar también los ajustes institucionales y de las normas vigentes que esta nueva realidad demanda”, concluyó diciendo en su reflexión.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/revocacion-de-los-contratos-administrativos-por-razones-de-interes-publico-2-de-2-8844544.html

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El silencio

Por: Manuel Gil Antón

A contracorriente de lo que sucede en nuestros días, es menester recuperar el valor educativo de callar. En medio del diario aguacero de palabras y sentencias a cual más filosas y terminantes, necesitamos hallar en el viejo ropero, o en el fondo de la covacha donde guardamos los triques que no podemos ya tener ni tirar, el paraguas del silencio. Estará desvencijado, con varios alambres doblados y algo cucho por desuso. Ni hablar. Hoy hace falta.

Las voces incesantes aturden. Son gotas del agua que va llenando el salón y no encuentra salida. No hay desagüe. Sube el nivel y parados de puntitas apenas alcanzamos a sacar la cara un poco y respirar. Tanta y tanta palabra que va y viene: chocan ruidosas y, cuando no se atropellan, con su filo descalabran y lastiman.

No paramos de hablar. Sabiondos infalibles no eludimos algún tema: de epidemias, sabemos; de economía, somos duchos; de tratados internacionales, expertos; de violencia en cualquiera de sus presentaciones, prontos. ¿En torno a las clases virtuales? Todo clarito. Venga, no tenga miedo: diga un tema y yo le respondo a bote pronto y sin pudor alguno. De todo sé, menos callarme. Ponga un asunto y lo embisto a palabreos sin dilación. La cuestión es soterrar al silencio. Todo menos cerrar la boca.

Pobre bisabuela. Era sabia. Lo mal que lo pasaría ahora. Ya iba camino al siglo de su edad cuando con la voz hecha hilo de delgada dijo: Manolo, escuche bien; nunca hable si lo que va a decir no es más bello que el silencio. Y luego regresó a su tejido, callada, viendo como baja hacia el jardín la calle de El Correo. Nos acompañaba su presencia sin hablar con los ojos muy atentos al hilo y el gancho, al baile del que brotaban manteles, colchas y recuerdos.

En el plan de estudios de la Nueva Escuela Mexicana (si es que un día existe algo que responda a ese nombre) o en las actividades propias y centrales de cualquier proyecto educativo, es urgente que se establezcan espacios para aprender la maravilla e importancia del silencio. Y practicarlo juntos con la calma y paciencia que requiere.

Saber elegir un rincón donde sentarse en un banco de madera para estar callada, o el tronco de un árbol donde recargar la espalda y quedar por un rato, largo, mudo. Dejar de hablar, de oír el inmisericorde coro de quienes de todo saben y atolondran. Apagar los oídos, clausurar la boca, respirar despacio y si viene a cuento, o no – qué importa – llorar sin prisa tanta pinche muerte que con una basta, tanta ligazón de la tragedia con la brutal desigualdad que toleramos, la increíble obscenidad de quienes quieren muertos en la banqueta para tener razón sin importar el bando.

¿Qué clase toca luego? La clase del silencio. El ejercicio cotidiano de escuchar lo no dicho, de oírnos respirar enmudecidos, asombrados del olvidado milagro de estar papando moscas: sin juzgar, sin tratar de entender, sin procurar tener razón y asestarle en la cabeza a alguien el caudal de voces que conforma nuestra verdad, armada con verbos cual varillas , cemento de adjetivos y argamasa de otras formas del hablar humano irreflexivo.

Que vayamos a la escuela a aprender a callarnos, a disfrutar el silencio, a no tapar el dolor o la alegría con palabras más sabidas que la tabla del dos. Por una escuela en que aprendamos a cerrar la boca y abrirnos a sentir sin claves verbales lo que cala, enoja, indigna, alegra, ilumina o moja.

Que se calle el presidente, el locutor, la maestra y el profesor que de todo creen saber y no saben un carajo. Ni sermones, discursos o lecciones. Urge una escuela en que cada quien tenga en el patio un lugar, y su distancia, para sentarse en la mochila y construir ese silencio que hoy tanto extrañamos para poder entendernos.

Manuel Gil Antón.

Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de

El Colegio de México

mgil@colmex.mx

@ManuelGilAnton

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-silencio/

Imagen: philm1310 en Pixabay

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Semilla de rabia y victoria

Por: Daniel Seixo

«No es lo mismo  hablar de revolución democrática que de democracia revolucionaria. El primer concepto tiene un freno conservador; el segundo es liberador.«

Hugo Chávez

Me indigna la gente que no se implica. Callar es una forma de colaborar

Dario Fo

Se cumplen 19 años desde que la mano de un soldado italiano, a las órdenes de las economías más industrializadas del planeta, apretó el gatillo de su arma reglamentaria para arrebatar en un instante la vida al militante y simpatizante antiglobalización Carlo Giuliani. Casi 7000 días en los que el sistema capitalista mundial ha logrado pasar una y otra vez por encima del cadáver del anticapitalismo, sin apenas encontrarse en su labor oposición política organizada.

Hijo de un sindicalista de la Confederación General Italiana de Trabajadores, Carlo no era ningún mártir, ni tan siquiera un héroe o un aguerrido combatiente urbano dispuesto a liderar una lucha suicida contra un sistema autoritario. Carlo Giuliani no era nada de eso, ni de lejos, pero sí era un orgulloso hijo de la clase obrera. Un militante concienciado de la lucha que se estaba desarrollando sin piedad para los suyos y que aquel julio de 2001 la cumbre del G8 en Génova había trasladado directamente a sus calles. Un joven que alentado por los disturbios, las cargas policiales y las detenciones indiscriminadas de muchos de sus compañeros y compañeras, decidió renunciar a un plácido día de playa y a su ocio individual, para plantar batalla a un sistema injusto en las calles de una ciudad tomada por fuerzas policiales y ricos dirigentes, apartados de los pueblos a los que dicen representar por la imposición de la violencia.

No nos engañemos, puesto que no existen motivos para hacerlo. Cuando Carlo Giuliani decidió esa mañana de julio de 2001 acudir a la manifestación del movimiento antiglobalización Tute Bianche en Génova, lo hizo plenamente consciente de que tarde o temprano la violencia de los carabinieri haría su aparición en unas calles tomadas por y para la puesta en escena del músculo del sistema capitalista. Bajo las túnicas blancas y los cuerpos acolchados de sus compañeros, la fuerza de un bloque unido por su pertenencia a una misma clase social, suponía la última línea de defensa posible que todos aquellos jóvenes de una generación sin futuro, podían llegar a plantar frente a un sistema impuesto por la fuerza arrolladora de unos dirigentes supuestamente democráticos que sin embargo desde los sucesos acaecidos en la contracumbre de la OMC en Seattle de 1999, no dudaban en identificar al movimiento anticapitalista como su más firme enemigo.

La violencia, las barricadas y la rabia de los manifestantes en las calles, no se trataba pues de un mero alto de rebeldía, sino de un indispensable ejercicio de autodefensa y supervivencia. Nunca, por tanto, debería atreverse un militante de izquierda a condenar a aquellos que ante la ignominia del sistema se deciden a plantarle cara con sus cuerpos desnudos. Nunca puede ser interpretada como violenta la respuesta del pueblo desesperado contra un gobierno autoritario.

El asalto de las fuerzas del «orden» a la escuela Díaz, las cargas policiales, las detenciones arbitrarias, el sellado de la ciudad para sus habitantes y al descontento e incluso la muerte de Carlo Giuliani y la profanación de su cuerpo por el vehículo policial que cobijaba a sus asesinos, todo ello formó parte de un mismo mensaje destinado a quienes pese a la continua y disparatada exhibición de fuerza de la globalización neoliberal, se decidieron una y otra vez a plantarle cara en las calles: oponerse al sistema, te puede costar la vida. Tú vida no va a cambiar nada. Un único mensaje para el pueblo, el miedo.

«Las balas no van a detenernos«, afirmaba ante las cámaras en su regreso a España desde Génova un joven activista Pablo Iglesias, hoy convertido en todo un Vicepresidente del gobierno. Las balas no van a detenernos,  resuena hoy en mi cabeza mientras recuerdo las imágenes del asesinato de un joven militante italiano y leo en nuestros periódicos los últimos apuntes de una madrugada de intensas negociaciones en la que el Plan anticrisis de la UE, amenaza directamente con sumir al Sur de Europa de nuevo en el austericidio neoliberal. Casi 7000 días han pasado desde el asesinato de Carlo Giuliani, 19 años en los que sin saber muy bien si por miedo o impotencia, nos hemos acostumbrado únicamente a recordar y a llorar a nuestros mártires, mientras el sistema capitalista sigue pasando impunemente una y otra vez sobre su memoria, sus sueños y nuestros cuerpos. Hoy, por desgracia, lejos queda ya la obligatoriedad de la rabia anticapitalista en el seno de nuestras filas. Lejos queda la creencia generalizada en una posible victoria final.

Por todo ello, descansa en paz Carlo. Nuestro mejor homenaje compañero, será sin duda alguna, lograr reactivar tu lucha.


Fuente e imagen:  https://nuevarevolucion.es/semilla-de-rabia-y-victoria/

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El virus de la desigualdad viaja en moto: reflexiones a más de seis meses del primer caso

Por: Facundo Di Vincenzo

Historia de un virus que muta

Desde que los europeos se lanzaron al mar, allá por el 1400, comenzó a llegar a las costas del sur del planeta un virus, mezcla de ambición, ansiedad, violencia, traición y, por sobre todas las cosas, explotación de “los otros” no europeos. Hoy en el 2020 y tras un sinfín de mutaciones, el virus parece renacer con más fuerza que antes, con más velocidad, aprovechándose una vez más, de las coyunturas, contextos, circunstancias.

Hay cada vez menos dudas entre los que estamos “en el conurbano del mundo”, que la idea de la globalización con su conectividad “sin fronteras” es un fábula más, de una larga lista de fábulas para nosotros, tales como: la idea de raza, el evolucionismo, la idea fuerza de orden y progreso, el desarrollismo, la revolución tecnológica y de las telecomunicaciones, la idea de vivir en una aldea global, etc…

Entre los historiadores (y también entre los religiosos o creyentes en un más allá) siempre se escucha la frase “el tiempo acomoda todo”. A fines del 2019 comenzó a expandirse el virus Covid 19. En poco más de seis meses la mayoría de los países del mundo estuvieron en cuarentena y nuevas fábulas fueron difundidas en todo el planeta.

“Todos estamos afectados”, “El virus no mira clases sociales”, “el virus ha homogeneizado el mundo” y otras tantas fantasías más. La Civilización Occidental de la OTAN, con los sajones a la cabeza como siempre (EEUU-Gran Bretaña), intentó por todos los medios correr los cadáveres debajo de alfombra. Primero acusaron a China y Rusia, luego minimizando los efectos del virus ridiculizando a la Organización Mundial de la Salud.

Otros estados, más educados, pero no por ello menos cínicos, optaron por salvar la economía del colapso reduciendo la cuarentena al mínimo posible. Plantearon incluso, un debate bobo por lo inhumano: economía vs salud. En realidad, estas fábulas esconden un problema profundo, vinculado a los Estados neoliberales y las transnacionales.

Estos Estados, desde mediados de los años ochenta se fueron desprendiendo de áreas fundamentales de servicios públicos, desguazando instituciones tradicionales, laboratorios, y demás organismos de salud pública, acciones que hoy tienen consecuencias tremendas en para los sectores sociales más pobres de Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, España, Italia.

Las revueltas de las minorías en Francia (por Adama Traoré) y Estados Unidos (por el asesinato de George Floyd) son revueltas raciales -claro está-, pero seríamos ingenuos si no las relacionaríamos con la cantidad de muertes que han tenido estos sectores en relación proporcional con las muertes por Covid 19 de los otros sectores “blancos” y con más poder adquisitivo.

De lo virtual a lo real. Vencedores y vencidos

El Papa Francisco en su encíclica Laudato Sí´ del 24 de marzo de 2015 afirma que “La verdadera sabiduría, producto de la reflexión, del dialogo y del encuentro generoso entre las personas, no se consigue con una mera acumulación de datos que termina saturando y obnubilando, en una especie de contaminación mental”.

“Al mismo tiempo, tienden a reemplazarse las relaciones reales con los demás. Con todos los desafíos que implican, por un tipo de comunicación mediada por internet. […] y así suelen generarse un nuevo tipo de emociones artificiales”, añadía.

El filósofo y ensayista italiano Diego Fusaro, en un reciente texto titulado “Capitalismo Viral”, sostiene que: “el capitalismo se basa en una antropología “indisociable” (Kant), basada en el distanciamiento del otro con respecto de cualquier vínculo que no sea el mero nexo del dinero (Carlyle). Podemos afirmar con razón que el coranavirus ha confirmado y reforzado esta tendencia.”

En consecuencia, ¿hay vencedores en esta pandemia? Aparentemente sí, el capital transnacional, en especial, los gigantes del comercio electrónico y las industrias farmacéuticas. Me interesa aquí abordar los efectos de lo que llama Diego Fusaro, “El capitalismo viral”.

El 8 de mayo la empresa Mercado Libre anunció que en el primer trimestre del año tuvo ingresos por 652 millones de dólares, un 37% más que en el mismo período del año anterior. Las multinacionales de internet (el “websoft”) ocupan el primer renglón entre los grandes vencedores. Las ventas en el sector, entre ellas Amazon -que representa más de un tercio-, aumentaron en 17,4% y el beneficio neto en 14,9%.

Mientras, el pago por medios electrónicos (Visa, Mastercard, etc.) creció en un 4,7%. Al mismo tiempo, el volumen de negocios para las multinacionales farmacéuticas (Bayer, Pfizer, Abbott, Merck, Roche, Novartis, entre otras) aumentó un 6,1%, mientras que el beneficio neto creció de un 20,5%.

¿Y los vencidos? En principio, en nuestra región los sectores sociales que pueden aprovechar la bondades del comercio electrónico no son los mayoritarios, por varias razones: los costos del envió son elevados, y son recurrentes las denuncias de los consumidores del conurbano profundo latinoamericano, quienes protestan por la marginación que sufren, ya que muchas veces, los productos no son enviados porque en los GPS marcan sus barrios aparecen como “Zonas peligrosas”,

Y por último, simplemente estos sectores bajo el contexto de la pandemia, apenas alcanzan a cumplir las necesidades básicas para el humano, y no tienen los recursos para gozar de esos servicios o productos.

A pesar de todo esto, lo hermoso, paradójico y extraordinario en esta coyuntura, es que los lugares que se caen del mundo es donde emerge lo más puro que tiene la humanidad, que no es otra cosa que sacrificarse por el otro. En Argentina, Perú, Bolivia y Chile por ejemplo, ha crecido la cantidad de personas en los comedores voluntarios, y los voluntarios han respondido y se han sacrificado.

Ahora bien, también los estados nacionales de representación popular en Latinoamérica y el Caribe están entre los vencidos o al menos, entre los que luchan contra los vencedores. La pandemia ha generado una competencia a nivel mundial por los recursos necesarios. Los países de nuestra región debieron esperar atrás en la cola de países, mientras que las potencias de la OTAN ocuparon los primeros lugares.[11]

Sí, la civilización de la OTAN se volvió a olvidar de la ONU y demás aglutinamientos internacionales, una vez más, y el internacionalismo de izquierda, centro y derecha, se manifiesta como la legitimación -la cara oculta- de la situación semicolonial que atraviesa los Estados Nación de la llamada «periferia».

El caso de Argentina es fluorescente en este escenario. Frente a la ausencia de recursos y la imposibilidad de responder a una “explosión” de contagios, el gobierno llamó a una cuarentena en forma prematura (en relación a otros Estados del continente) y asistió con subsidios extraordinarios a más de ocho millones de personas.

Sin embargo, en estos tiempos de pandemia, los Estados Nación de representación popular están entre los vencidos o al menos, entre los que luchan contra los vencedores, ya que deberán costear ellos solos los resultados de un virus (hoy) inevitable. En resumen: el capital sin Estado, sin fronteras y deshumanizado sigue creciendo. Hoy, mientras todos estamos en nuestras casas, hay un virus que viaja en moto.

Fuente e imagen: http://estrategia.la/2020/07/15/el-virus-de-la-desigualdad-viaja-en-moto-reflexiones-a-mas-de-seis-meses-del-primer-caso/

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El Salvador: La violencia ha acabado con la vida de 42 niños este año

América Central/El Salvador/19-07-2020/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Cifra corresponde a registros de Fiscalía. También reporta denuncias de otros 1,087 menores víctimas de ataques sexuales y de maltrato infantil.

La Fiscalía General registra los asesinatos de 42 niños en el transcurso de este año. A los homicidios de estos menores se le suma otros 1,087 casos en que se ha denunciado acciones violentas contra niños como ataques sexuales y maltrato infantil que han sido denunciadas en el primer semestre de 2020 en las unidades especializadas que investigan delitos contra de la niñez.

El más reciente crimen que ha consternado a la sociedad salvadoreña es el de Erick G., un niño de tres años que fue hallado muerto este miércoles, tras cuatro días de estar desaparecido. Su cuerpo estaba en un terreno cubierto de piedra volcánica en la zona de El Playón, de Quezaltepeque, La Libertad.

Las investigaciones preliminares aún no arrojan pistas ni indicios de quién o quiénes habrían cometido este atroz asesinato de un indefenso niño, según las autoridades.

Fuentes policiales aseguraron que por las condiciones en las que se extravió Erick G. y en las que se encontró su cadáver, existe bastante probabilidad de que el agresor o agresores puedan ser conocidos del niño y de la familia.

Al igual que Erick, hay menores que también han sido víctimas de ataques armados que han acabado con sus vidas. Tal es el caso de Jeremías A., quien tenía 11 años.

Jeremías fue atacado a balazos, la noche del 27 de abril pasado, por dos motociclistas, mientras él estacionaba el pick up de su padre en la cochera de su casa. El ataque se produjo en el caserío Santa Rita de El Porvenir, Santa Ana, en la carretera hacia Candelaria de la Frontera.

Pero la violencia criminal no solo ha cobrado la vida de niños y menores a manos de las pandillas o delincuentes; sino que también hay pequeñas víctimas, a quienes asesinaron justo en momentos de nacer.

Son casos en los que sus madres, supuestamente, han asesinado a sus hijos recién nacidos, como el ocurrido el 17 de junio pasado en San Miguel. En esa ocasión, Lesli Ramírez, con 20 años de vida, le habría causado la muerte a su bebé.

Aunque la joven alegó que no sabía que estaba embarazada, eso no fue suficiente para convencer a un tribunal de San Miguel de que la dejara en libertad. Lesli guarda prisión en un penal mientras se llega el día de su audiencia preliminar.

La hija de Lesli tenía cinco lesiones de arma blanca en el cuello que le causaron la muerte de manera inmediata, según el reporte fiscal.

La violencia contra la niñez y adolescencia no solo se manifiesta con quitarle la vida a un menor de edad. Hay otras vulneraciones a la integridad física y mental de niños como ataques sexuales y maltrato.

Las cifras que maneja la Fiscalía General a través de la Dirección de Análisis, Técnicas de Investigación e Información, dan cuenta de 1,087 niños que fueron víctimas de esos delitos en el primer semestre de este año, según denuncias.

El reporte detalla que 119 menores sufrieron violaciones sexuales agravadas, otras 399 fueron víctimas de violación sexual; mientras que 298 recibieron algún tipo de agresión sexual y hubo 271 niños víctimas de maltrato infantil.

La mayoría de las víctimas que sufrieron ataques sexuales y maltrato eran niñas. 725 por agresiones sexuales y 149 por maltrato, según los datos oficiales.

Así también, 91 niños sufrieron agresiones sexuales y otros 120 fueron víctimas de algún tipo de maltrato, en su mayoría por sus padres, algún familiar o conocido.

La mayoría de las víctimas (436) de los ataques sexuales, tenían entre 13 y 17 años. Otros 380 que sufrieron abusos sexuales tenían entre 0 y 12 años de edad.

En el caso del maltrato infantil, los menores de 12 años son los más castigados: 198 víctimas tenían entre 0 y 12 años; en 73 casos tenían entre 13 y 17 años.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/violencia-42-ninos-asesinados-2020/733701/2020/

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