Eduard Punset sobre la inteligencia y el aprendizaje

Redacción: National Geographic

«El viaje más emocionante» es el título de este editorial de la revista especial «National Geographic Cerebro y Emociones» publicado en 2010 y en el que el famoso divulgador nos explicó por qué la ciencia se ha inmiscuido de un tiempo a esta parte en campos tan trascendentales como la salud mental, la educación o la vida empresarial de las personas.

De unos años a esta parte hemos empezado a reflexionar -y, en cierto modo, a inventar- la inteligencia emocional, la inteligencia social y el aprendizaje social y emocional. Se trata de tres conceptos que están ya siendo aplicados en campos tan trascendentales como la salud mental de las personas, los sistemas educativos y la vida corporativa.
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En primer lugar, por el hecho insólito de que la esperanza de vida se haya casi triplicado en los últimos 200 años. Los recién nacidos en este nuevo siglo dispondrán, en promedio, de 40 años de vida redundante en términos biológicos. Una vez cumplidos los cometidos evolutivos como el de perpetuar la especie, nos siguen quedando a los humanos varias décadas para plantearnos misiones, objetivos y procesos que hace sólo unos años no nos hubiéramos podido ni siquiera imaginar. Por primera vez en la historia, la gente puede sustituir la vieja e inconclusa pregunta de si hay vida después de la muerte por la constatación de que hay vida antes de la muerte, que merece la pena vivirla.

Por primera vez en la historia podemos cambiar la pregunta de si hay vida después de la muerte por la constatación de que hay vida antes de la muerte y que merece la pena vivirla

El Segundo factor responsable de este cambio radica en la revolución tecnológica, que está permitiendo medir por primera vez los procesos internos como el estrés, la actividad cerebral y hasta la propia capacidad de aprender e imaginar. Las técnicas, basadas la mayoría de ellas en las resonancias magnéticas funcionales, han permitido a los científicos diferenciar los papeles desempeñados por el entorno y por la genética, y calibrar el impacto mental del aprendizaje o, simplemente, del paso del tiempo en el entramado neuronal. Esta entrada en tromba de la ciencia en la gestión de las emociones representará un alivio insospechado para la gente. A eso me refiero cuando hablo de la irrupción de la ciencia en la cultura popular.

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