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CME/UNESCO: Garanticemos una financiación sostenible para el futuro de la educación mundial

Fuente: CME/ 27 de Abril de 2016

Las oportunidades y los retos planteados por la financiación de la nueva agenda en materia de educación, en particular con respecto a dar respuesta a las necesidades de las poblaciones más marginadas, han sido objeto de atención por parte de un grupo de alto nivel durante la Semana de Acción Mundial 2016.

Un evento conjunto UNESCO/CME

El 25 de abril, la UNESCO y la Campaña Mundial por la Educación (CME) realizaron este evento conjunto centrado en la equidad y la financiación, que tendrá lugar en la sede de la UNESCO en París, Francia.

El evento, titulado Financing for SDG4-Education 2030: Leaving no one behind – what will it take to narrow inequity gaps? [La financiación del ODS4 en materia de educación 2030: No dejemos a nadie atrás – ¿Qué se necesita para reducir las brechas de la desigualdad?],  brindó la oportunidad de promover medidas urgentes destinadas a incrementar la magnitud y la eficacia de las inversiones en el programa de educación global y que la educación esté al alcance de los más necesitados. Teopista Birungi, ex miembro del Consejo Ejecutivo de la Internacional de la Educación (IE) y actual miembro de la Comisión internacional sobre la financiación de las oportunidades educativas en el mundo, intervino en este grupo.

Los oradores principales fueron:

  • El Excelentísimo Embajador Tarald Brautaset, enviado especial del gobierno de Noruega para la educación, responsable de la Comisión internacional sobre la financiación de las oportunidades educativas
  • Fuad Omer, Delegado Permanente Adjunto, Delegación Permanente de Etiopía ante la UNESCO (por confirmar)
  • Andreas Schleicher, Director, Directorado de Educación y Habilidades, Organización de Cooperación y Desarrollo Económico
  • Romilly Greenhill, jefe del equipo sobre la financiación del desarrollo , Instituto de Desarrollo de Ultramar
  • David Archer, director de desarrollo de programas deActionAid, miembro del Consejo de Administración de la CME
  • Teopista Birungi, fundadora del Sindicato Nacional de Docentes de Uganda (UNATU), ex miembro del Consejo Ejecutivo de la Internacional de la Educación (IE),  Directora Adjunta de los Servicios Educativos de la autoridad municipal de la capital, Kampala, miembro de la Comisión internacional sobre la financiación de las oportunidades educativas en el mundo

La educación en el centro de la atención

Este evento conjunto, que se emitió en directo por la web aquí, se ha organizado en colaboración con la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME), cuyo tema es “Financiemos el futuro: ¡el derecho a la educación ahora mismo!”, y tiene lugar del 24 al 30 de abril.

El objetivo fundamental de la SAME 2016 es instar a los gobiernos a que:

  • Se comprometan y adopten medidas políticas y legislativas a nivel individual para permitir la aplicación y la financiación del Marco de Acción para la Educación 2030
  • Cumplan sus promesas financieras bilaterales y multilaterales contraídas en materia de educación
  • Realicen progresos apreciables para proporcionar mecanismos que garanticen la justicia tributaria a nivel nacional, regional y mundial

En consonancia con la campaña Unámonos por una educación de calidad de la IE y su respuesta mundial a la privatización y comercialización de la educación, la SAME ofrece “una valiosa oportunidad de colaborar con otras partes interesadas del ámbito de la educación para hacer que los gobiernos asuman sus compromisos y apoyen la plena aplicación del derecho a una educación de calidad universal y gratuita para todos”, subrayó el Secretario General de la IE, Fred van Leeuwen.

Presentación del informe sobre los recursos destinados a la educación

Antes del evento UNESCO/CME, el equipo del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo presentó las últimas noticias relativas a las tendencias recientes en materia de ayuda humanitaria y para el desarrollo destinada a la educación.

Financiemos el futuro

El primer año de aplicación de la nueva agenda de educación 2030 es crítico y brinda a los activistas de la sociedad civil una oportunidad única para garantizar que el tema de la financiación ocupe un lugar destacado.

La SAME centrará su atención en instar a los gobiernos y a la comunidad internacional a “Financiar el futuro”– no solo durante esa misma semana, sino también durante todo el año 2016. Se trata de una de las principales actividades organizadas por la CME, una amplia coalición formada por sindicatos, organizaciones no gubernamentales, instituciones y organizaciones comunitarias del ámbito de la educación, de la cual la IE es miembro fundador.

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Mercantilización y Socialización de la Información del Conocimiento

Se describe la privatización del sector informático y su coincidencia con una fase general de universalización del capital a todas las actividades económico-sociales. Se definen las diferencias entre información y conocimiento. La peculiar mercantilización de ambos recursos. Los obstáculos a la extensión de la propiedad intelectual. La tendencia a la difusión gratuita y el cuestionamiento del criterio de escasez.Ejemplos del conflicto entre socialización espontánea y restricción mercantil. Las dificultades neoclásicas para detectar esta contradicción. Los problemas de la óptica cuantitativista y de la reformulación posindustrialista. El enfoque evolucionista de la cooperación informal. La oposición entre valor de uso y valor de cambio de los dos recursos en la visión marxista. Una comparación entre estas interpretaciones. Ejemplos del conflicto entre socialización espontánea y restricción mercantil. Las dificultades neoclásicas para detectar esta contradicción. Los problemas de la óptica cuantitativista y de la reformulación pos-industrialista. El enfoque evolucionista de la cooperación informal. La oposición entre valor de uso y valor de cambio de los dos recursos en la visión marxista. Una comparación entre estas interpretaciones.

En la década del 90 la difusión de las nuevas tecnologías está acompañada de un acentuado proceso de privatización del sector. La expansión del «high tech», la creación de nuevos aparatos de procesamiento acelerado de la información, la revolución de los semiconductores, la generalización del uso de las computadoras, la «convergencia digital» de las telecomunicaciones con la microelectrónica, la irrupción de las redes y de Internet, son todos fenómenos directamente regulados por las normas del beneficio. La etapa «estatal-dependiente» del desarrollo informático, cimentada en la utilización militar y en la expermientación científico-académica ha concluido. El mercado orienta directamente todo el desenvolvimiento de las nuevas tecnologías.

La privatización es explícita en el campo de las telecomunicaciones a partir de la venta masiva -ya concretada o en curso- de las empresas estatales, en Europa, Japón, Latinoamérica y Asia. En dónde ya eran privadas (Estados Unidos) se está llevando a cabo un proceso de sustitución de la regulación de actividades (larga y corta distancia, telefonía y TV cable) por la competencia irrestricta .

La intervención pública también declina en la investigación. Las companías de microelectrónica, software o hardware financian el perfeccionamiento de las nuevas tecnologías y patentan cada innovación. Una dura batalla se libra en este campo, en torno a los derechos de propiedad .

La tendencia privatizadora se acentúa por la conformación de los mega-grupos, que aglutinan varias ramas del «high tech» con el propósito de distribuir el riesgo, las inversiones y los beneficios. El ingreso a estos acuerdos de la industria del entretenimiento, para proveer el contenido de los nuevos productos multimedia refuerza el perfil abrumadoramente mercantil del nuevo sector. A diferencia de lo ocurrido con la radio primero y con la televisión después, la noción de «servicio público» ni siquiera está presente en el desarrollo de la comunicación interactiva. Se expande como una actividad basada directamente en el lucro .

Internet es el mayor retrato del giro privatista. La década inicial de redes públicas y abiertas está llegando a su fin y las nuevas actividades comerciales tienden a imponerse. Internet ya tiene 60 millones de usuarios (1996) y el volumen de sus comunicaciones se duplica anualmente. Esta envergadura ha desatado una euforia de negocios. Han comenzado a implementarse los sistemas de compra y venta directa, la comercialización eletrónica y el pago virtual. Siguiendo los pasos de la TV cable, el «home shopping» está ingresando en la red y por eso, el «com» tiende a reemplazar al «edu» y al «gov» en los códigos de utilización más corriente.

Según algunas estimaciones, el uso comercial de la WEB pasó del 4,6 % de las comunicaciones (1993) al 50 % (1996). Junto al debut de la publicidad ha comenzado el pago diferencial por el tipo de información obtenida a través de de la red . La privatización penetra todos los poros de la actividad informática.

«UNIVERSALIZACION DEL CAPITAL».

Para entender la significación de la oleada privatizadora hay que evitar considerar al cyberespacio como un mundo aparte, cualitativamente diferente de la realidad económica . El nuevo universo de los bits, flujos, simulaciones e hipertextos ha surgido y depende de los aparatos creados para procesar aceleradamente la información. Y estos artefactos son el pilar de una revolución tecnológica que impacta radicalmente sobre el proceso productivo y se desenvuelve en el marco de la crisis y la reorganización del capitalismo de fin de siglo . La gravitación del mercado en la evolución de la informática es un aspecto de la actual «universalización del capital», es decir la expansión de la acumulación a sectores y países cuyo desenvolvimiento no estaba directamente regulado por el mercado

En el clima ideológico y político neoliberal prevaleciente esta expansión de la privatización se considera un hecho natural. Particularmente en el «high tech» esta convergencia de las nuevas tecnologías con las reglas de mercado es celebrado como un acontecimiento muy auspicioso. Gates, Negroponte, Toffler, Gore y la prensa tecno-eufórica proclaman que «hacer buenos negocios» es la única forma de erigir la «autopista de la información», que sin libre empresa y derechos de propiedad «no hay futuro para las redes» y que para «ser digital» hay que asegurar los beneficios de las corporaciones del sector . Por eso el cyberespacio es concebido -en la tradición norteamericana- como una «nueva frontera», que serviría para afianzar la colonización mercantil» .

El «espíritu del informacionalismo» es considerado como una nueva ética basada en la acumulación desenfrenada. Pero si la mercantilización representa el «estado natural» de las nuevas tecnologías: Por qué la privatización actual estuvo antecedida por varias décadas de financiación pública casi integral de la informática ?. El funcionamiento directo del mercado se ha impuesto solo al concluir la fase previa de maduración técnica y formación de una demanda de productos del sector. La privatización de cada segmento del «high tech» -microelectrónica, computación, telecomunicaciones y redes- es un resultado de este agotamiento del ciclo preparatorio de tutela estatal. Recién en los años 90 la informatización es una fuente de beneficios extraordinarios y de grandes inversiones privadas en el propio sector.

La transformación de las nuevas tecnologías en un campo de negocios coincide con la euforia privatista general. Extraer directamente beneficios de cualquier actividad, instaurando la acción plena del capital en sectores tradicionalmente dependientes de la gestión estatal o «mixta» se ha vuelto un rasgo del capitalismo actual. Pero en el caso de la informática, la privatización no abarca solo al «high tech», sino también a la información en sí misma.

INFORMACION Y CONOCIMIENTO.

Muchos autores diferencian la información del conocimiento. El primer concepto se refiere a la organización y comunicación de los datos, mientras que en el segundo a la formulación de un juicio razonado a partir de estos mensajes. El conocimiento es un refinamiento de la información. Los datos procesados por el trabajo humano son integrados y sistematizados en forma relevante para cierta actividad social. La recolección de información es diferente a su utilización para la elaboración de ideas y el desarrollo del pensamiento . Las nuevas tecnologías actúan directamente sobre la información e indirectamente sobre el conocimiento. Al generar, procesar y retroalimentar la información potencian el desarrollo del conocimiento.

Lo más significativo de la oleada privatizadora actual es su extensión a todas estas facetas. La mercantilización de la informática abarca tanto la dimensión material (es decir los artefactos), como la inmaterial compuesta por la propia información y el conocimiento gestado a partir de ella.

Una evidencia de este fenómeno es la relevancia que han tomado las discusiones sobre la propiedad intelectual. Las grandes controversias comerciales recientes dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) giran en torno a cómo deben codificarse y legalizarse las nuevas formas de patentamiento. Los montos involucrados en estas discusiones son impresionantes.

Bienes que históricamente se consideraban públicos ahora son privados. El patentamiento ya no se aplica sólo a la innovación industrial, sino también al descubrimiento científico. El «modelo de biblioteca» que consagraba la transmisión universal del conocimiento está en retroceso, al igual que la restricción del copyright a la expresión material de lo fenómenos, pero no a las ideas generales que lo sustentan. Por eso se debate incluso el patentamiento de productos naturales-biotecnológicos, como el mapa genético humano y ciertas variedades de plantas .

Esta expansión del copyright implica la mercantilización de cada aspecto de la información y del conocimiento. Ambos recursos son valores de uso, que tienen una utilidad definida en el trabajo material y mental. Pero ahora tienden a convertirse también en valores de cambio, con precios proporcionales a su aporte a la valorización del capital . Un ejemplo de la transformación de la información en mercancía son los bancos de datos, que comercializan información especializada. Se ha tornado literalmente cierto, que la «información es dinero»

Con el conocimiento ocurre algo semejante. La tendencia a transformar a la educación en un campo de inversión del capital, cuya rentabilidad debe verificarse en beneficios inmediatos para los propietarios de escuelas o para las empresas vinculadas a la enseñanza, es el ejemplo más evidente de esta mercantilización. Como las ramas más lucrativas del capitalismo contemporáneo son de «conocimiento-intensivo», la privatización de la educación se ha vuelto un eslabón central de las ganancias. La privatización de la información y la conversión del conocimiento en propiedad particular se generalizan.

CONTRADICCIONES.

Históricamente el capitalismo se desarrolló extendiendo la propiedad privada a los recursos estratégicos de cada época. La acumulación originaria se basó en la eliminación de la propiedad comunal de la tierra y la consiguiente proletarización de los campesinos. Posteriormente la privatización de otros recursos naturales como el petróleo, el gas, los bosques o la pesca, fue determinante del rumbo y la escala de la acumulación. A fin del siglo XX, la extensión de la propiedad intelectual a la información y el conocimiento tiene un significado equivalente. Permite crear las condiciones para un salto cualitativo en la valorización del capital.

Pero existe una diferencia central: la tierra o el petróleo son claramente divisibles y cuantificables, mientras que no es fácil fragmentar y mensurar el conocimiento y la información. Su manejo como bienes privados enfrenta todo tipo de obstáculos, como por ejemplo la baratura de su socialización .

Con las nuevas tecnologías, la reproducción de la información se ha vuelto prácticamente gratuita. En forma instantánea se puede copiar cualquier software. Davis y Stack afirman que esta duplicación prácticamente infinita y sin costo tiene una implicancia subversiva para el capitalismo, puesto que cuestiona la noción de propiedad y desafía los criterios de escasez. La información y el conocimiento no se agotan con el uso. Al contrario, cuánto más se comparten más se amplifican. A diferencia de los zapatos, el acero o los automóviles, la información y el conocimiento son inmateriales, no se destruyen al ser consumidos y sus costos de reproducción tienden a cero. Como el aire o el agua pueden ser regulados por el principio de la abundancia.

Debido a estas características, tanto la información como el conocimiento tienden a transformarse en bienes públicos, cuyo manejo mercantil se torna más indirecto. La actual generalización de la propiedad intelectual intenta revertir esta tendencia mediante la ampliación del copyright. Pero la implementación de estas normas enfrenta resistencias de toda índole, en especial en el terreno de la informática.

Las compañías recurren al encriptamiento, a las claves de seguridad, a los cambios de modelos y a los sistemas operativos incompatibles para contrarrestar la difusión espontánea de información y conocimiento. Existe un fuerte lobby de las corporaciones para imponer sanciones más estrictas a cualquier violación de la propiedad intelectual. Pero los obstáculos no son solo tecnológicos o económicos. Hay numerosos indicios de creciente aceptabilidad social de la difusión irrestricta del conocimiento y la información.

Branscomb sostiene que a pesar de las grandes campañas en favor de la extensión del patentamiento resulta muy dificil revertir prácticas ya incorporadas socialmente. No es sencillo sancionar el hábito de fotocopiar libros, grabar música o reproducir el software en la P.C. La norma legal choca con la legitimidad ya impuesta de estas costumbres.

OTROS EJEMPLOS.

El conflicto entre la mercantilización y la «socialización espontánea» apareció con el propio surgimiento de las nuevas tecnologías. En los años 70 las pequeñas companías californianas de computación estaban muy integradas a sociedades de aficionados que pretendían lograr mediante la informática, una democratización de la vida política estadounidense. La PC nació en un «club de ordenadores caseros», compuesto por «locos telefónicos», cuyo recelo de IBM y del Pentágono los condujo a buscar una computadora accesible a todos los usuarios . En un clima contracultural de cooperación e intercambio espontáneo de conocimientos entre los profesionales de distintas firmas se desarrolló la computación personal .

Pero el «utopismo informático» y los ideales cooperativos se desvanecieron en los años 80 junto a la expansión del negocio y la conversión del Sillicon Valley en un paradigma del capitalismo darwinista .

En el ambiente originario y actual de la informática se evidencian los componentes socializadores y mercantilizadores de las nuevas tecnologías. Una peculiar combinación de ambos aspectos perdura hasta hoy, en los hábitos y en la cultura prevalecientes en el «high tech». La fusión del espíritu bohemio y libertario original con el fanatismo empresario posterior ha generado una «ideología californiana», que amalgama resabios de informalidad e inconformismo con individualismo hiper-competitivo. En los comportamientos de la «tecno-inteligencia» de gerentes y profesionales bien remunerados de la informática se manifiesta esta síntesis tan peculiar .

Es sabido, por otra parte, que junto a la mercantilización de la informática se ha desarrollado un «cyber-gangsterismo», que aprovecha las dificultades de control de los sistemas para introducir la delincuencia en Internet (por ejemplo el narcotráfico). Como ocurre con cualquier negocio lucrativo, la criminalidad acompaña toda perspectiva de ganancias rápidas. Pero también ha crecido la «cyber-piratería», aprovechando la facilidad para ingresar en las redes. Las propias corporaciones están muy involucradas en el espionaje ilegal, ya que en el cyberespacio resulta más complejo instaurar las normas clásicas de la propiedad privada.

Junto a los cyber-piratas que practican el espionaje como una forma de enriquecimiento existen también los violadores de códigos informáticos («hackers»), cuyas actividades no delictivas son muy dificiles de clasificar. Los jóvenes que navegan en el cyberespacio por simple curiosidad actúan frecuentemente en el confuso margen de lo permitido y lo prohibido en el univeso de las redes . Estos comportamientos expresan también -aunque en forma parcial y deformada- las posibilidades espontáneamente socializantes de la informática, ya que introducen modalidades inéditas de colectivización de la información y el conocimiento.

Finalmente en estos últimos años ha surgido una gran variedad de foros, grupos de interés y debate interconectados a través de las redes. Estos núcleos precedieron al copamiento mercantil de Internet y han continuado extendiéndose, a pesar de la creciente primacía de la actividad comercial. La conexión interactiva de usuarios sin fines de lucro aumenta paralelamente y en conflicto con la tendencia privatizadora . Son numerosas, por lo tanto, las evidencias de un conflicto entre la mercantilización y la socialización de la información y el conocimiento. El desafío es interpretar el significado de esta oposición.

POS-INDUSTRIALISTAS.

Existe una corriente tradicional de estudios de la información centrada en el análisis cuantitativo (Fisher, Shanon) y en el perfeccionamiento de las técnicas de su medición y transmisión. Este tratamiento estadístico identifica a los datos con las ideas y equipara el conocimiento con la información. Se enfatiza el análisis de los problemas del cálculo con prescidencia del contenido, apuntando a ilustrar de qué manera el aumento de la información reduce la incertidumbre .

información reduce la incertidumbre . El enfoque «cibernético» ignora cualquier rasgo de la información no vinculado directamente a la cuantificación, como por ejemplo el contexto de su generación, el contenido de los mensajes o las relaciones entre emisores y receptores . En este registro puramente matemático no hay lugar para el reconocimiento de ninguno de los conflictos entre socialización y privatización de la información.

La visión cuantitativista inspiró el surgimiento de la «economía de la información», una disciplina que ha intentado desde los años 70 estimar el impacto económico de las «actividades informacionales». Sus teóricos (Machlup, Porat) definieron un «sector productor del conocimientos (educación, investigación, medios, equipos y servicios de información) y calcularon su incidencia en el PBI. Concluyeron señalando que este «sector cuaternario» se ha vuelto dominante en la economía contemporánea . Esta caracterización fue retomada por el pos-industrialismo para postular que en la sociedad actual «el conocimiento ha sustituido a la propiedad como fuente de poder» .

Pero es fácil observar que ni la información, ni el conocimiento gravitan por sí mismos. Influyen de acuerdo a su aplicación, es decir en función del uso que le asignan quienes detentan estos recursos. Y la propiedad -lejos de haber quedado subordinada al conocimiento- es determinante de esta utilización. Los poseedores de los medios de producción material controlan también los medios de la actividad mental. Por eso los asalariados científicos, técnicos y profesionales que procesan la información y desarrollan el conocimiento no pueden disponer libremente de estos recursos, ni obtener una remuneración proporcional al aporte que brindan a su desenvolvimiento. El posindustrialismo desconoce que esta fractura entre propietarios y proletarios de ambos recursos es otra expresión del conflicto entre mercantilización y socialización.

NEOCLASICOS.

El enfoque neoclásico ortodoxo estudia la economía a partir de un modelo que supone la existencia de información perfecta, gratuita y disponible. Esta accesibilidad de la información permite a los precios actuar como señales exactas de las preferencias de los consumidores. El conocimiento es visto como un acervo de datos codificables al alcance de todos los agentes. La conceptualización del «progreso técnico» como un fenómeno exógeno y neutral deriva de estos supuestos .

En este universo de total disponibilidad, la información y el conocimiento vienen «dados» y carecen de precio. Por eso no existe ningún conflicto entre la mercantilización y la socialización. Los supuestos del modelo eliminan la contradicción, pero estas pautas resultan insostenibles.

Reconociendo el irrealismo ortodoxo, todas las corrientes neoclásicas contemporáneas han incorporado los supuestos de información costosa, imperfecta y no disponible. Consideran que cada individuo construye una función de utilidad para procurarse la información que necesita, comparando el costo de obtener esta información con el beneficio que reportaría su uso. Reducir la incertidumbre tiene un precio y cada agente enfrenta de manera diferente la disyuntiva que plantea cuánto pagar para reducirla .

Obviamente es más sensato aceptar la mercantilización de la información que negarla. Pero si este reconocimiento solo conduce a perfeccionar el cálculo micro-económico de las decisiones, no hay forma de avanzar en la comprensión de los problemas reales que plantea la privatización de la información. El conflicto entre la difusión cooperativa de la información y su restricción mercantil, no tiene nada que ver con las elecciones del «hombre económico racional».

Los neoclásicos se acercan más al problema al detectar el carácter «anormal» de la mercancía información. Su cuantificación es compleja, puede difundirse gratuitamente y no es claramente divisible. Pero al encarar el análisis de esta peculiaridad postulando la naturalidad del mercado y la excepcionalidad de cualquier rasgo que lo contradiga, la investigación queda bloqueada . Los neoclásicos no logran siquiera imaginar, que la socialización de la información cuestiona el principio de eternidad e inamovilidad del mercado.

Lo mismo ocurre con el conocimiento. En la visión ortodoxa y walrasiana este «factor» es simplemente cuantificable con los criterios de la productividad marginal. Ignoran que los saberes se encuentran siempre incorporados a sujetos, que no los transmiten automáticamente en función de los parámetros mercantiles. Esta omisión ha sido sistemáticamente puntualizada por la vertiente austríaca del pensamiento neoclásico, al destacar el carácter subjetivo del conocimiento . Pero si este recurso es «endógeno», tácito e informal y por lo tanto difícilmente regulable por el mercado; por qué sólo esta institución sería capaz de promover y optimizar la creación o transmisión del conocimiento ? Los austríacos rechazan fanáticamente cualquier interferencia al libre juego de la oferta y la demanda y por eso no responden a este interrogante.

Al considerar que el mercado detenta la capacidad excluyente para gestionar el conocimiento, los seguidores de Hayek le atribuyen de hecho a los capitalistas el monopolio del manejo de este recurso. El único grupo social con poder real de compra, venta, contratación y control en el mercado es el de los empresarios. Reconocer que el conocimiento es una cualidad específica de cada individuo y acotar la posibilidad de aprovecharlo al dominio de la propiedad es una contradicción del enfoque austríaco

EVOLUCIONISTAS.

El problema de los bienes que escapan a las reglas del mercado es mejor tratado en la visión evolucionista, que acepta la existencia de fenómenos económicos no regulables por los precios . No se caracterizan «anormalidades», ni «excepciones», sino acontecimientos corrientes, que no están sujetos a la dinámica mercantil. La repetida frase: «el estado debe intervenir frente a los problemas que el mercado no resuelve», sintetiza la presencia de esta dimensión no gobernada por la oferta y la demanda. El reconocimiento de la inexistencia de un «capitalismo puro» -total y exclusivamente regulado por la acción de empresarios privados- permite una aproximación al entendimiento de la información y el conocimiento. Para los teóricos evolucionistas existen relaciones informales dentro de la empresa basadas en la confianza, la reciprocidad y la buena voluntad, que generan intercambios de información y conocimiento.

Esta cooperación es el pilar del cambio tecnológico, en tanto proceso endógeno, es decir gestado dentro de la firma y generador de innovaciones difícilmente transferibles . En oposición al enfoque walrasiano y en común con la visión austríaca, los evolucionistas estiman que la información y el conocimiento dependen de la subjetividad compleja de los agentes. Pero a diferencia del enfoque de Hayek consideran que la política de las empresas y no el mercado, moviliza esta potencialidad de los individuos .

Para los evolucionistas una racionalidad no maximizadora, ni instrumental, sino parcialmente autónoma de la lógica de la rentabilidad y basada en el aprendizaje mutuo, guía el aprovechamiento económico de la información y del conocimiento. Por eso estiman que los hábitos y las culturas incorporadas a la empresa, más que las normas del mercado, determinan las cualidades del cambio tecnológico .

Pero en esta interpretación no se entiende porqué cooperan los individuos en la empresa, ni porqué esta colaboración genera innovaciones. Los evolucionistas naturalizan a la empresa de la misma forma que los neoclásicos al mercado. No aclaran porqué existiría una comunidad tan plena de intereses dentro de compañías que están internamente fracturadas entre propietarios y asalariados. Si la información y el conocimiento son tan compartidas entre los dueños y los trabajadores de la empresa: Por qué los beneficios de esta utilización no se distribuyen de la misma forma ?

Para explicar la socialización y la mercantilización de la información y el conocimiento no alcanza el estudio micro-económico de las conductas, ni tampoco el análisis de la «idiosincracia» de la empresa. Hay que situarse en el marco general del capitalismo. Algunos evolucionistas ensayan esta integración de lo que sucede dentro de la firma a un marco histórico-social . Pero en este tipo contextualizaciones el análisis está habitualmente focalizado en el grado de intervención o ausentismo del estado. Este fenómeno indudablemente influye en el conflicto entre mercantilización y socialización de la información y el conocimiento. Pero existe un fundamento objetivo de esta contradicción, que requiere situar el análisis en el cuadro de las leyes del capital y de su efecto en la economía contemporánea. Este enfoque está ausente en la caracterización evolucionista.

MARXISMO.

La interpretación marxista considera el choque entre mercantilización y socialización de los recursos, como una manifestación de la contradicción entre valor de uso y valor de cambio, que afecta a cualquier mercancía. La relación entre utilidad de un bien y su valorización mercantil es siempre conflictiva. Esta oposición se mantiene latente en el funcionamiento corriente del capitalismo y se exterioriza periódicamente en la crisis.

El valor de uso de la información es la reunión de los datos necesarios para la actividad productiva, mientras que el conocimiento contribuye a este mismo proceso al mejorar la comprensión de la realidad. El valor de cambio de ambos recursos es el tiempo socialmente necesario para producirlos en tanto mercancías, lo que incluye en particular para el conocimiento el costo de formación de la fuerza de trabajo calificada. El precio es la expresión mercantil de estos valores y en el venta de cada producto se define si es demandado por sus cualidades materiales o por el conocimiento contenido . Entre estas dos facetas de la información y del conocimiento -reglamentación mercantil y transmisión espontánea y gratuita- existe un conflicto.

Este misma oposición aparece en todos los bienes que no pueden satisfacer la necesidad que les corresponde por alguna restricción mercantil. Si un pan ya fabricado no alimenta o un autómovil no transporta porque faltan compradores solventes que aseguren la rentabilidad esperada, el mercado obstaculiza el cumplimiento de las finalidades que tiene estos valores de uso. Pero en el caso de la información y el conocimiento este conflicto es particularmente intenso, porque ambos recursos presentan una gran adecuación a la socialización del trabajo y una alta inadaptabilidad a la apropiación privada.

La socialización del trabajo es una tendencia que acompaña la centralización de la producción en grandes conglomerados y que se viene afianzado ininterrumpidamente desde el fin del siglo pasado. De la la competencia entre numerosas empresas (libre cambio) se pasó a la competencia entre monopolios y en la actualidad, a la rivalidad entre corporaciones internacionalmente integradas.

Las compañías transnacionales que operan con múltiples filiales desenvuelven una rigurosa división interna del trabajo, que no se guía por la oferta y la demanda. En su contabilidad interna pueden simular al mercado, pero el sistema de precios solo actúa efectivamente en las dos puntas de su actividad: la compra de los insumos y la venta de los productos. Durante todo el proceso interno de producción y comercialización, la conexión entre las distintas tareas se encuentra centralizada por un plan común. Mientras que el mercado rige las relaciones exteriores de la empresa, su economía interna está comandada . La gravitación de las operaciones intermedias de la empresa, basadas en decisiones puramente técnicas tiende a aumentar en la etapa actual de creciente internacionalización productiva. Este es el fundamento objetivo de la ascendente socialización de la información y del conocimiento. Ambos recursos tienden a circular con autonomía de la oferta y la demanda, a medida que aumenta la centralización del proceso económico. Esta circulación enfrenta al interior de la corporación restricciones que impone la gerencia, pero no el mercado.

La expansión de esta socialización es paralela a la asignación mercantil decreciente y la privatización acompaña la mayor universalización del capital. Se trata de dos movimientos opuestos, que tienden a reducir y a extender la gravitación del mercado. Por un lado, la centralización económica aumenta habitualmente con la expansión de las corporaciones y en forma extraordinaria en las situaciones de crisis financiera o industrial, cuando «las pérdidas se socializan» a través del rescate estatal. Por otra parte, la acumulación se amplía hacia nuevas regiones («ex bloque socialista») y hacia nuevos sectores, a través de la privatización de empresas y actividades (educación, salud, cultura, etc).

En el «capitalismo neoliberal» la privatización explícita y reivindicada coexiste con la estatización oculta (rescate de empresas en bancarrota), de la misma forma que durante el keynesianismo el intervencionismo actuó como manto protector de los negocios privados. Al tender a la socialización, la información y el conocimiento violan el principio de escasez, escapan al patrón de los precios y se tornan abundantes. Esto significa que brindarlos gratuitamente en otro régimen social resultaría más eficiente que cobrarlos. La pérdida de legitimidad social de la propiedad intelectual que registra la literatura sobre el «copyright» expresa este fenómeno. El pensamiento neoclásico no logra interpretar este proceso porque considera a la escasez como un concepto absoluto y no relativo a su utilización corriente. Pero todo bien, cuya producción o consumo se encuentra altamente socializado, tiende a colocarse fuera del patrón mercantil. Los evolucionistas reconocen este fenómeno, pero sin explicarlo satisfactoriamente.

Los marxistas deducen de esta caracterización que el aprovechamiento del conocimiento y de la información se optimizaría a través de una gestión planificada, democrática y socialista de la economía . La «socialización espontánea» de ambos recursos podría ampliarse con la generalización de criterios cooperativos y no mercantiles a los principales resortes de la actividad económica.

La planificación socialista permitiría transparentar la información y asegurar la libre difusión del conocimiento, superando los obstáculos que interpone el mercado. Para una gestión planificada la democratización del manejo de ambos recursos resulta esencial, porque el plan se basa en recolectar y procesar información confiable y someterla a la verficación de sus consumidores. La planificación presupone ademas, la creciente accesibilidad popular al conocimiento para que la innovación pueda ajustarse a las prioridades democráticamente establecidas por cada sociedad .

CONCLUSION.

Con el desarrollo de las nuevas tecnologías la tendencia a convertir a la información y al conocimiento en mercancías se ha reforzado tanto, como la dificultad para consumar este objetivo. Los conflictos que plantea esta contradicción han reactivado las controversias teóricas sobre la naturaleza de ambos recursos. Reconocer la existencia de una oposición entre la expansión y la privatización de la información y el conocimiento es la condición para avanzar en la comprensión del fenómeno.

El enfoque cuantitativo elude este análisis al concentrarse en las técnicas de medición. Sus continuadores pos-industrialistas también soslayan el problema, al suponer que el conocimiento sustituye a la propiedad como fuente de poder. El tratamiento neoclásico se basa en estudiar las «excepcionalidades» de la información y del conocimiento. Intentan además definir formas de evaluación microeconómicas del costo de su obtención y el beneficio de su uso para cada agente. Pero a través de este análisis no se esclarece porqué existe una tendencia a la «socialización espontánea» de la información y el conocimiento, en conflicto con la «universalización del capital».

Los evolucionistas contribuyen a situar el problema fuera del restrictivo marco neoclásico, al aceptar la existencia de procesos no regulados por los patrones mercantiles. Pero no correlacionan estos fenómenos con las tendencias objetivas de la economía contemporánea. El enfoque marxista establece esta conexión y explica la difusión espontánea de la información y del conocimiento por la creciente asignación planificada de los recursos que impone la producción altamente socializada en la economía contemporánea. Explica por otra parte a la mercantilización, como un resultado de la compulsión a expandir el trabajo productivo y la acumulación del capital. Desarrollar esta hipótesis contibuirá a la comprensión del capitalismo de fin de siglo.

BIBLIOGRAFIA ADICIONAL.

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-Petras James. «El imperialismo cultural». Voces y culturas, n 4, 2do semestre 1992.

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-Virilo, Paul. «La technique et la guerre». L’Empire des techniques. Seuil, 1994, Paris. -Waterman, Peter. «El movimiento obrero interanacional y la comunicación por computador». Nueva Sociedad, n 140, noviembre 1995, Caracas

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Más allá del islam: el cuerpo como espacio de lucha

La «cuestión» del pañuelo de las musulmanas se suele explicar de un modo individualista o localista: se hace referencia a los deseos de las mujeres, a sus obligaciones, a pragmatismos o a circunstancias religiosas, políticas o sociales.

Por un lado, el pensamiento liberal aplica un burdo marco que asocia el hecho de taparse el cuerpo con la subordinación a los hombres y el destaparse, con la liberación de la dominación masculina. Aquí las mujeres son conminadas a quitarse el hiyab como medio para acabar con su subordinación.

Por otro, en un planteamiento más propio de una parte de la militancia de izquierdas, feminista o postcolonial, se sitúa el hiyab en el centro de las estrategias de resistencia de las mujeres y los pueblos, lo que podría nombrarse como orientalismo invertido. Las mujeres con pañuelo son presentadas desde un punto de vista romántico, muchas veces marianista, que ignora o invisibiliza otras opresiones que pueden darse acompañando –o no– a los modos de vestir.

Un tercer esquema de pensamiento asocia el pañuelo a la resolución de dilemas cotidianos esbozados por el capitalismo: el hiyab ayudaría a franquear el paso a los espacios públicos para consumir o para ejercer trabajos remunerados exteriores al hogar.

Pero hay otros modos de pensar estas cuestiones. Me refiero a los marcos que ponen en el centro el cuerpo y su control como sujeto y objeto político. En los cuerpos de las mujeres se llevan a cabo, de modo real y constante, una serie de batallas políticas fundamentales en los procesos sociales, que incluyen tanto los movimientos de, por ejemplo, Stop Gordofobia como, efectivamente, las luchas por llevar el pañuelo musulmán o por no llevarlo.

La historia nacional contemporánea de Irán, como la de muchos otros lugares, se relaciona con la construcción de un cuerpo nacional femenino

El caso de la vestimenta musulmana en Irán tiene elementos que permiten pensar el cuerpo de las mujeres como una arena política sin pasar por los procesos individuales por los cuales las musulmanas optan por ponerse o quitarse un pañuelo.

La historia nacional contemporánea de Irán, como la de muchos otros lugares, se relaciona con la construcción de un cuerpo nacional femenino.

En 1936, Reza Shah prohibió que las mujeres llevaran velo facial y chador, influido por las políticas modernistas de Ataturk. Después de su abdicación, volvió el chador, que fue perseguido informalmente por Mohammed Reza Pahlevi, con una fuerte política de imagen que lo asociaba al retraso y a la pobreza, humillando públicamente en ocasiones a las mujeres que lo portaban.

El reinado del Shah fue el momento de la inserción capitalista de Irán, que vino unida a la corrupción y la represión de la disidencia. Pero fue este mismo proceso, acompañado de urbanización y migraciones, el que permitió el cuestionamiento –entre otras cosas– del proceso de occidentalización por el que pasó Irán.

El chador se convirtió en un símbolo de resistencia contra el Shah, con fuertes contradicciones. Algunas estudiantes optaban, dentro de su activismo político, por llevar un chador en el Irán de los setenta, a pesar de lo que les suponía académicamente; a la vez, eran presionadas por sus compañeros para ponérselo (Keddie, 2006).

Después de la Revolución de 1979, conocida como Revolución islámica, aunque no lo fue sino al final, el estatuto de las mujeres sufrió diferentes cambios, que tenían como fin restringir su presencia en el espacio público. Inmediatamente después de la revolución, se impuso una norma jurídica vestimentaria que obligaba a las mujeresa cubrirse con hiyab.

La desnudez de las mujeres que no lo llevaban era considerada, por parte de algunos grupos políticos, como un pisoteo de la sangre de los mártires que dieron su vida por la Revolución (Afshar, 1985).

De este modo, la reivindicación de estos modelos femeninos acabó convirtiendo la revolución en contrarrevolución (Sedghi, 2007). Después de una relajación relativa, la victoria en las elecciones de Ahmadinejad (2007), abrió un ciclo más conservadoren lo que se refiere a la presencia de las mujeres en el espacio público.

Las bad-hejabi son detenidas, amonestadas o multadas por la policía religiosa no sólo por no cumplir la ley, sino por no respetar la moral musulmana

Aún hoy se producen campañas que endurecen la vigilancia sobre las mujeres cuyo hiyab no se considera apropiado, por su estampado o porque deja asomar demasiados cabellos. Las bad-hejabi son detenidas, amonestadas o multadas por la policía religiosa no sólo por no cumplir la ley, sino por no respetar la moral musulmana. El presidente Rouhani, electo desde 2013, ha comenzado a plantear dudas en el último año sobre la legitimidad de que la policía use la violencia para obligar a las mujeres a taparse.
Una consecuencia importante de la regulación de la vestimenta de las mujeres en los espacios públicos, como ocurre no sólo en Irán, sino en Francia o Bélgica, es que cualquier persona se convierte en posible denunciante sólo a partir de la mirada. De este modo, las mujeres-objetivo están permanentemente vigiladas.

Irán, además, distribuye una serie de pósters a los negocios (Koo, 2014) para que ellos también vigilen el mantenimiento de la norma. El Estado fiscaliza así a las mujeres y a la población en general. Por ello la norma vestimentaria tiene un enorme valor como instrumento de control de la población.

La reglamentación se produce sobre el cuerpo y desde el cuerpo se responde. En este contexto se inscribe la campaña My stealthy freedom, iniciada por la periodista iraní residente en Gran Bretaña Masih Alinejad.

En la primavera de 2014 se creó una página en Facebook en la que las mujeres de Iráncomparten fotos en espacios públicos sin el hiyab que el Estado persa les impone desde 1979. Actualmente, se alimenta un blog donde además colocan las reacciones, artículos y comentarios sobre todo lo que tiene que ver con la política vestimentaria del Estado iraní.

Las mujeres, junto con sus fotos, comentan sus sentimientos respecto al hiyab obligatorio y relatan experiencias relacionadas con su desafío a la ley. Una de los temas más interesantes es que en la mayor parte de los comentarios se reivindican a la vez el derecho a vestir sin hiyab y el derecho a llevarlo; se exige un Irán para todas las mujeres: es decir, no se discute el deseo de las mujeres de llevar el hiyab («I believe in hijab, but I hate obligatory hijab»), sino el hecho de su imposición.

Esta ley termina siendo, como escribe una de las activistas, no sólo un acto directo de represión contra la mitad de la población, sino un pretexto para inmiscuirse en las vidas de la gente. El objetivo del control está cumplido. Hay también un claro interés por presentar a los hombres como compañeros de lucha y no como enemigos.

En palabras de Yion Koo, mientras el gobierno iraní usa la ley del hiyab como un modo de control, las mujeres lo utilizan como una metáfora política de resistencia contra él.

La imposición vestimentaria no es algo irrelevante, sino una cuestión fundamental en el control de la población

Por eso el ejemplo de Irán y la lucha política desde el cuerpo nos enseña dos cosas: la primera, que la imposición vestimentaria no es algo irrelevante, sino una cuestión fundamental en el control de la población. Aquí habrá que estar atentas a lo que ocurra en Francia, a su búsqueda de espacios para nuevas restricciones vestimentarias para las musulmanas y a su contagio a España, como ya ha ocurrido en lo concerniente a las regulaciones del hiyab y del niqab; la segunda, que la romantización e individualización del pañuelo musulmán invisibilizan su papel como instrumento de lucha política, que no pasa por preguntarse por su legitimidad o no, sino por el cuestionamiento sistemático de la legitimidad de legislar sobre el cuerpo.

Referencias Bibliográficas

AFSHAR, Haleh (1985): “Women, State and Ideology in Iran”, en Third World Quarterly, vol. 7, nº 2, abril.
KEDDIE, Nikki R. (2006): Las raíces del Irán moderno, Barcelona, Belacqva.
KOO, Gi Yeon (2014) “Women as Subject of Defiance and Everyday Politics of Hijab as Dress Code in Modern Iran”, en Asian Women, vol. 30, nº4: 30-51
SEDGHI, Hamideh (2007): Women and Politics in Iran. Veiling, Unveiling and Reveiling, Nueva York, Cambridge University Press.

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Toward Racial, Economic and Social Justice

The Slaughter-Bench of Race

It seems that it is an everlasting open hunting season in the United States and the kills are Black men. The senseless killing of unarmed Black young man Michael Brown by a White police officer and the grand jury’s decision to allow the officer to walk without facing a trial through a faltering prosecutorial process (that aims to defend when the target of indictment is a police officer) has brought Ferguson, Missouri, and other communities across the country to their feet in loud and incendiary protest.

Approximately 50 protesters on a 120-mile march from Ferguson to Jefferson City decrying the shooting death of Brown were met with counter-protesters all along the route. Especially stomach-churning was the reception given to the protesters in the sleepy hollow of Rosebud, where the caterwauling and public scouring was most intense as 200 residents screeched at the protesters to “go home and get jobs” along a route littered with 40-ounce beer bottles, watermelons, Confederate flags and fried chicken, and where at least one concerned citizen was wearing a makeshift white hood, redolent of the vile knights of the “Invisible Empire.”

While the corporate media has suggested that the violent response by some protesters – property damage and looting in some instances – diminishes the authentic call for “change” – i.e., a demilitarization of the police, improved police-community relations, urban job creation, increased sensitivity training regarding race among police force recruits – it is hard to ignore the storied observation by Frantz Fanon that violence is oftentimes the only possible response by communities that have lived through centuries of violence – slavery, joblessness, poverty, police profiling, the school-to-prison pipeline and a military-industrial complex that thrives upon the deaths and killing of Black and Brown young men.

In the wake of this blow to the Black community, we have seen a string of similar White police killings of unarmed Black men and an unwillingness to indict them. These include the killing of Eric Garner who was caught on video repeating the words, “I can’t breathe,” 11 times as a New York Police Department officer had him in a chokehold that has been banned by the NYPD for years; the killing of Rumain Brisbon in Phoenix, Arizona; the killing of a 12-year-old boy, Tamir Rice, who was holding a toy gun in a park and shot within two seconds of police arriving on the scene; and the killing of Akai Gurley, a young man who was fatally shot by a rookie NYPD officer in a dark public housing stairwell in Brooklyn. With the growing confidence among White police officers that Black men are fair game for killing without consequences, how many more of our Black children’s lives will we lose?

In the cases of Eric Garner, Tamir Rice and Akai Gurley, the police did not make any effort to assist their dying victims. In the case of Gurley, the officers who shot him – in true “cover your ass fashion” – decided to text their union representative while ignoring calls from the police and medics. Six and a half minutes went by before they finally radioed for assistance. It wasn’t until a detective and FBI agent arrived at the scene of the Tamir Rice slaying that the victim received any first aid. In Eric Garner’s case, numerous police officers stared at his unconscious handcuffed body for seven crucial minutes instead of performing urgent CPR or frantically seeking professional medical assistance. In the case of Michael Brown, we know that his body lay lifeless on a Ferguson street for four hours before it was carted off to the local morgue. While some have attempted to justify police killings of Black men as a function of the job demand for quick decisions and their own survival instincts, this unconscionable and merciless failure to attempt to save these men’s lives, points to something much deeper.

Astonishingly, we are now hearing backlash against protesters that Black men must be suicidal since they are acting in ways that are surely to get them killed. It seems no matter what the circumstance, the narratives shift in order to maintain the sanctity of the White cop. The institutionalized and pretentious discourse of conservative talk show hosts now includes remarks to the effect of: “If Garner can say ‘I can’t breathe’ 11 times, then he can breathe” (obviously these self-proclaimed “critics” don’t realize that being pinned down by police may prevent lungs from re-expanding, forcing out the functional reserve capacity of air while the expiratory reserve volume – which is not oxygenated and basically exists as carbon dioxide gas – still permits vocalization). This vicious insensitivity from the frenetic ranks of these racist prodigies have ripped away any cosmetic prostheses hiding the seething subterranean animus of the White population who have inherited a historical proclivity to blame Blacks for their own suffering and who continue to do so with an increasingly smug impunity.

Given the rancid history of racial violence in the United States, should we be aghast at the audacity of White police officers who continue to shoot first and show little restraint prior or remorse after, and at the imperviousness of prosecutors and grand juries that see only through the dominant lens, justifying the growing epidemic of Black killings by White cops as a “natural” reaction to fearing for their lives? Protesters are demanded to show restraint in a country that has shown no restraint in killing Black communities and other communities of color – physically, psychologically and economically. While we do not advocate for violence, we understand how centuries of pain and humiliation can result in a pent-up rage that eventually explodes.

More recently, African-Americans face the grim new reality of moving from the super-exploited sector of the working class to being even more marginalized as capitalists switched from drawing on Black labor in favor of Latino/a immigrant labor as a super-exploited workforce. As a result of increased structural marginalization, African-Americans are subject to whatWilliam Robinson describesas “heightened disenfranchisement, criminalization, a bogus ‘war on drugs,’ mass incarceration and police and state terror, seen by the system as necessary to control a superfluous and potentially rebellious population.”

Racism is not a natural phenomenon, but one that has been produced within each and every institution of our society. Racism is exacerbated through a capitalist production process that teaches us that some people have a God-given right to pursue their own economic and social interests with little regard for the right of every human being and other living organism to thrive in the world free of fear for their own survival and with dignity and freedom. Racism stems from a world that has lost its ability to recognize its social nature and absolute need to love one another. While we must work to make people safe today, we must also consider the long-term goal of anti-racist struggle, which in our view is one and the same as class struggle, such that a new world order, one free from class and founded on love, interdependence, social responsibility, equality and freedom can thrive.

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BID/ PRIDI: Urgency and Possibility

Author
Verdisco, Aimee; Cueto, Santiago; Thompson, Jennelle; Neuschmidt, Oliver
For many children, the circumstances of their birth and earliest years have lifelong consequences. Where and to whom a child is born can predict her economic and social outcomes later in life. Children born to parents who invest emotional and economic resources in their development tend to become healthy and productive adults, passing on the advantages that such investments bring to their own children. Children born in adverse circumstances, where poverty and stress limit possibilities and aspirations, fare less well. The odds are stacked against them from the beginning. Chances are that neither school nor any life experience will level the playing field.
Para muchos niños, las circunstancias de su nacimiento y primeros años-tienen consecuencias de por vida. El lugar dónde nace un niño ayuda a predecir sus resultados económicos y sociales más tarde en la vida. Los niños nacidos de padres que invierten los recursos emocionales y económicas en su desarrollo tiende a convertirse en adultos sanos y productivos. Es decir, son evidentes las ventajas que estas inversiones traen a sus propios hijos. Los niños nacidos en circunstancias adversas, donde la pobreza y el estrés son unas constantes, ven limitadas sus posibilidades y aspiraciones, y es muy probable que no les vaya tan bien. Las probabilidades están en contra ellos desde el principio. Lo más probable es que ni la escuela ni ninguna experiencia de la vida les van a nivelar el campo de juego
Ver documento en el siguiente enlace
Fuente de la imagen: http://es.freeimages.com/premium/lover-kids-flirting-cartoon-illustration-1612320
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Analfabetismo y alfabetismo: ¿de qué estamos hablando?

Rosa Maria Torres

Alfabetismo «Habilidad para leer y escribir, con comprensión, un enunciado simple relacionado con la propia vida cotidiana. Incluye un continuo de habilidades de lectura y escritura, y a menudo aritmética básica».
UIS-UNESCO, Global Education Digest 2010, Glossary (nuestra traducción del inglés, p. 264)

 

El campo del analfabetismo es particularmente confuso, caracterizado por terminologías y definiciones variadas e incluso ad-hoc. La falta de consenso sobre el tema, y los continuos cambios en términos y nociones, se dan no solo en América Latina y el Caribe sino a nivel mundial.

En primer lugar, existe una confusión generalizada entre los términos alfabetismo yalfabetización. Dicha confusión proviene entre otros de malas traducciones del término «literacy» en inglés (literacy equivale a alfabetismo; literacy education equivale aalfabetización). Alfabetización se refiere al proceso de adquisición de la lectura y la escritura.Alfabetismo se refiere a la condición o grado de manejo de la lectura y la escritura que tiene una persona, un grupo o un país. Deberíamos hablar, por tanto, de tasa de alfabetismo, no de tasa de alfabetización.

Algunas diferencias tradicionales vinculadas a los diferentes usos de los términosanalfabetismo/alfabetismo/alfabetización tienen que ver con:
▸ la usual asociación de estos términos con jóvenes y adultos, versus alfabetizaciónentendida como concepto abarcativo que incluye a todas las edades, dentro y fuera del sistema escolar;
▸ la inclusión o no del cálculo dentro del concepto de alfabetismo y de los programas de alfabetización;
▸ la alfabetización entendida como un período o un programa, o bien como un proceso y un continuo que se prolonga más allá de cierto número de años de escolaridad o de un determinado programa;
▸ el alcance de la alfabetización. Esta se entiende usualmente como básica, inicial o elemental. Esta visión estrecha y antigua contrasta con una comprensión de la alfabetización como apropiación de la cultura escrita – en todas sus variantes y soportes, incluidas las modernas tecnologías y las que sigan apareciendo – y el uso de la lectura y la escritura con fines diversos en la vida diaria;
▸ en algunos casos se especifica la lengua o lenguas a considerarse en la definición de una persona como alfabetizada (por ejemplo, creole en Haití u holandés en Surinam).

El término alfabetizaciones, en plural, ha sido introducido en los últimos años por académicos vinculados a la corriente llamada New Literacy Studies.

Otros preferimos ampliar el concepto de alfabetización y de alfabetismo para incluir en éste las nuevas y cada vez más amplias demandas puestas a la lectura y la escritura y a la cultura escrita en general, en la actualidad, incluyendo el mundo digital, que se ha incorporado de lleno a los requerimientos y competencias vinculados a la lectura y la escritura, a la información y el conocimiento.

Asimismo, los términos analfabetismo y alfabetización se vienen usando de manera cada vez más laxa, para indicar respectivamente ‘desconocimiento’ y ‘conocimiento básico’ de prácticamente cualquier campo (analfabetismo/ alfabetización científica, analfabetismo/ alfabetización ambiental, analfabetismo/ alfabetización en salud, analfabetismo/ alfabetización digital, etc.). Esto refleja entre otros el viejo prejuicio que asocia analfabetismo con ignorancia y alfabetismo/alfabetización con conocimiento.

Persisten las dicotomías tradicionales analfabetismo/ alfabetismo, analfabetismo ‘absoluto’/  ‘funcional’. No obstante, el conocimiento sobre el campo ha avanzado considerablemente en las últimas décadas, mostrando la obsolescencia de este pensamiento dicotómico. La alfabetización es un continuo y existen diversos niveles de dominio de la lengua y de la cultura escrita, en sus diversos formatos y soportes, como se reconoce hoy ampliamente. [1]

El término ‘alfabetización funcional’ fue oficialmente aprobado en 1978 en la Conferencia General de la UNESCO, entendiéndolo como la habilidad de una persona para “involucrarse en todas aquellas actividades requeridas para funcionar de manera efectiva en su grupo o comunidad, así como para permitirle continuar leyendo, escribiendo y calculando, para su propio desarrollo y el de su comunidad” (Glosario, Informe de Seguimiento de la EPT 2006:La alfabetización, un factor vital. Nuestra traducción del inglés).

Lo ‘funcional’ ha venido dando lugar a dos interpretaciones:
(a) lo ‘funcional’ entendido como el manejo efectivo de la lectura y la escritura, y éste asociado con determinado número de años de escolaridad, y
(b) lo ‘funcional’ entendido como el vínculo entre alfabetización y capacitación vocacional, trabajo o actividades generadoras de ingresos.

Ambos usos están presentes en América Latina. La tendencia dominante hoy es asociar ‘analfabetismo funcional’ con menos de cuatro años de escolaridad (la noción de ‘educación incipiente’ propuesta por el SITEAL) [2]. No obstante, la idea de que cuatro años de escolaridad aseguran ‘alfabetismo funcional’ ha sido desafiada, probada empíricamente desde los 1980s y crecientemente reclamada por el Caribe anglófono. Como ratifican los informes mundiales de la Educación para Todos y de los Objetivos de Desarrollo del Milenio,cuatro años de escuela – buena o mala – son hoy claramente insuficientes para aprender a leer, escribir y calcular de manera autónoma en la vida real, fuera del aula de clase y los textos programados de instrucción. (Ver: El fracaso alfabetizador de la escuela).

Un estudio pionero sobre ‘alfabetismo funcional realizado por la UNESCO-OREALC a fines de los 1990s en áreas urbanas de siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Paraguay y Venezuela) aportó evidencia empírica que confirmó la insuficiencia de cuatro años de escolaridad; mostró, además, que importa no sólo el número de años que alguien permanece en la escuela sino la calidad de dicha escuela y del contexto (Infante, 2000). Por muchos años la CEPAL ha venido afirmando en esta región que se necesitan al menos 12 años de escolaridad para que el alfabetismo alcanzado sea ‘funcional’ y pueda hacer una diferencia en la vida de las personas.

[1] Hay varias propuestas de clasificación de niveles y competencias de alfabetismo (para un breve recuento internacional, ver Letelier, 2008). La IALSS (International Adult Literacy and Skills Survey– Encuesta Internacional de Alfabetización y Habilidades de Adultos) la cual mide alfabetismo, cálculo y habilidades para la resolución de problemas, identifica cinco niveles de manejo. Ver IALLS/Statistics Canada  Ver también el LAMP (Literacy Assessment and Monitoring Programme-Programa de Evaluación y Monitoreo de la Alfabetización) desarrollado por el UIS en base a la IALLS y a la IALS (IALS- International Adult Literacy Survey-Encuesta Internacional de Alfabetización de Adultos).
[2] En Paraguay, el Censo de 2002 definió como analfabeta a la persona de 15 años o más que no ha terminado el segundo grado de la escuela. (Informe de Paraguay para CONFINTEA VI, 2008).

* Texto tomado y adaptado de: Rosa María Torres, «De la alfabetización al aprendizaje a lo largo de toda la vida: Tendencias, temas y desafíos de la educación de personas jóvenes y adultas en América Latina y el Caribe», Informe Regional preparado para la VI Conferencia Internacional sobre Educación de Adultos – CONFINTEA VI (Belém-Pará, Brasil, 4-6 dic. 2009). Ver: CREFAL y UIL 

Este articulo fue publicado originalmente en el blog de la autora:   http://otra-educacion.blogspot.com/2010/12/analfabetismo-y-alfabetizacion-de-que.html

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Perú: Transfieren S/.10 mllns para mejorar servicio educativo desde las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL)

América del Sur/Perú/Abril 2016/Fuente:Andina/Autor:Jack Ramón

A través de un decreto supremo, se autorizó al Ministerio de Educación la transferencia de partidas en el presupuesto 2016 a favor de los gobiernos regionales, para financiar la contratación de especialistas en seguimiento de gestión administrativa e institucional en las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL).
El Decreto Supremo N°091-2016-EF indica que se hará una transferencia de S/. 10 millones 420 mil para financiar la contratación de este personal bajo el régimen de Contratación Administrativa de Servicios (CAS).
Las 213 UGEL deben iniciar su proceso CAS según la norma que orienta la selección y contratación emitida en diciembre del el año pasado para este fin.
La finalidad de esta acción consiste en fortalecer la capacidad operativa de las instancias de gestión para mejorar la calidad del servicio que brindan a las instituciones educativas y comunidad educativa.
Uno de los objetivos de este tipo de medidas es que las UGEL cuenten con personal de acuerdo a su necesidad de servicio, explicaron voceros del Ministerio de Educación.
Para ello, se ha propuesto diversos perfiles de puestos para especialistas en las áreas de: planificación, finanzas, infraestructura, abastecimiento, contabilidad, tesorería, patrimonio, informática, procesos administrativo disciplinarios, legal, recursos humanos- modernización de la gestión-, escalafón y supervisión de la instituciones educativas privadas.
Esta transferencia es un paso importante para consolidar procesos en el marco de una gestión educativa moderna y descentralizada, que contribuya a la mejora de la prestación de los servicios educativos y garanticen la mejora de aprendizajes en todos los estudiantes, añadieron los voceros.
Fuente de la noticia: http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-transfieren-s-10-mllns-para-mejorar-servicio-educativo-desde-ugel-609388.aspx
Fuente de la imagen: http://portal.andina.com.pe/EDPfotografia2/Thumbnail/2009/07/01/000099213W.jpg
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