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Italia: Madre e hija con síndrome de down se gradúan de universidad con tesis trabajada en conjunto

Europa/Italia/06.08.18/Fuente: trome.pe.

Una madre de familia en Italia y su hija quien tiene síndrome de Down protagonizaron una historia de entereza y superación personal al obtener un doctorado en comunicación juntas, en la Universidad de Calabria.

Loredana Ambrosio y su hija Francesca presentaron la tesis Crítica de la predestinación social, con el cual obtuvieron este doctorado y lo más importante, cumplir una meta que años atrás parecía imposible.

En una entrevista con La Republica de Italia, Loredana Ambrosio contó que hace veintidós años un médico diagnosticó que Francesca no iba a ser capaz de escribir nunca. Esto motivó su deseo de brindarle un educación de nivel a la pequeña.

“Fue una dura apuesta: Mucha gente me desalentó, pero yo creía en la escuela, en la cultura, en el valor del entrenamiento y quería darle a mi hija esta posibilidad. Con este espíritu la inscribí en primer grado”, contó en una entrevista para este conocido medio de Italia.

Madre e hija trabajaron juntas en este proyecto. Cada una plasmó su experiencia sobre todas las dificultades que tienen que superar las personas con síndrome de down y su entorno familiar, para llegar a cumplir metas como estudiar o graduarse en la universidad.

Loredana Ambrosio narró que tras el nacimiento de Francesca comenzó a leer textos de pedagogía, documentarme y hasta pensó en seguir la carrera de educación. «Si Francesca decidía continuar con los estudios hasta la licenciatura, me propuse seguirla y así fue», manifestó.

También contó que Francesca ha sido scout, voluntaria en la Cruz Roja, llevó clases de danza moderna y hasta se acercado al mundo del cine. Añadió que la idea de hacer esta tesis conjunta le fue propuesta por un profesor. Ambas debían realizar investigaciones independientes que iban a complementarse.

Esta historia a conmovido a toda Italia, sin embargo Loredana contó que la tarea no fue fácil. Por eso entiende a otros padres con hijos con síndrome de down, que se rinden en el intento y al final tratan de meterlos como ‘en una burbuja’.

Al respecto el rector de la Universidad de Calabria, Gino Crisci destacó el trabajo duro que han emprendido esta madre e hija de Italia.

Fuente de la noticia: https://trome.pe/mundo/italia-madre-hija-sindrome-down-graduacion-universidad-tesis-conjunta-92543

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Entrevista: “Incluir significa responder a las capacidades y necesidades de cada alumno”

Por Educación 3.0

Psicóloga, directora del Equipo de Atención Temprana de Ávila de la Consejería de Educación de Junta de Castilla y León y colaboradora de diferentes proyectos con Down en España, Sonsoles Perpiñán ha escrito ‘Tengo un alumno con síndrome de Down’ (Narcea Ediciones). Hemos hablado con ella de su nuevo trabajo y de la inclusión en el aula de estos alumnos.

¿Cómo surge la idea de este libro y desde qué punto de vista lo ha escrito?

Mi trayectoria profesional ha estado muy vinculada al entorno Down. He tenido muchos alumnos con síndrome de Down y he podido aprender con ellos, sus familias y tutores. Lo he escrito desde la perspectiva de la escuela porque pensé que era muy importante mostrar lo que pasa en ella cuando llega un niño con una discapacidad intelectual. Me parecía interesante que las familias conocieran las emociones de los docentes y -sobre todo- acercar el entorno escolar al familiar. Es imprescindible la colaboración y comprensión mutua.

¿Qué van a encontrar en él educadores y familias?

Lo primero, una reflexión sobre la realidad de la inclusión educativa. En mi trayectoria profesional he pasado por muchas escuelas y he vivido en primera persona las dificultades de los profesionales para incluir a niños con necesidades educativas especiales, pero también he tenido momentos mágicos comprobando el efecto positivo de esta inclusión sobre otros niños, el profesorado y familias.

También ofrezco información actualizada sobre cómo es el perfil de aprendizaje específico de los niños con síndrome de Downsugerencias para aprovechar sus puntos fuertes y sus capacidades, e ideas sobre cómo trabajar con ellos. El objetivo es mostrar posibilidades para que el profesional pueda elegir o probar algunas de ellas y así mejorar la calidad de su respuesta educativa a la diversidad.

¿Qué le diría al docente que por primera vez da clase a un alumno con síndrome de Down?

Le diría que no tenga miedo, que su alumno con síndrome de Down es por encima de todo un niño y que aunque tiene algunas necesidades especiales comparte con todos los demás la mayoría de sus características: le encanta jugar, las canciones, los cuentos, le llama la atención todo lo que ocurre a su alrededor, y aunque aprende más despacio, también aprende. Que todas sus habilidades como docente son fantásticas e igualmente válidas para este niño.

«El trabajo en equipo rompe el aislamiento y la ansiedad, anima a probar, a aportar entusiasmo y facilita la tarea diaria»

Por otro lado, le explicaría que no está solo y que sus compañeros están ahí para ayudarle, que entre todos será más fácil. El trabajo en equipo rompe el aislamiento y la ansiedad, anima a probar, a aportar entusiasmo y facilita la tarea diaria. Además la familia del niño será su principal aliada.

¿Cómo es el proceso de inclusión de un alumno con síndrome de Down en las aulas?

No es una tarea fácil. Requiere de recursos personales y materiales, además de mucha flexibilidad por parte del sistema educativo. El niño con síndrome de Down tiene derecho a compartir la escuela con sus compañeros y a una educación de calidad donde se consideren sus características y necesidades. En la etapa de Educación Infantil es más fácil puesto que el currículo es mucho más flexible, pero en Primaria y Secundaria las cosas se complican porque las diferencias entre este alumno y los demás son cada vez mayores.

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Estudiante con necesidades educativas especiales: síndrome de down

Los docentes tienen que adaptar sus metodologías, cambiar estrategias e incorporar algunas a las que no están acostumbrados. Estos primeros momentos son muy importantes porque es donde se va a asentar la inclusión. Que la escuela comprenda la situación emocional de la familia y que ésta sepa reconocer las dificultades de la escuela en una actitud de respeto mutuo y colaboración será clave para evitar conflictos innecesarios e iniciar una trayectoria realmente constructiva. Y desde luego tenemos que mirar al niño, su bienestar e integración social, buscando alternativas para que puedan aprender a desenvolverse en el futuro.

¿Qué elementos deben tenerse en cuenta?

La primera es el trabajo en equipo. Debe contar con los recursos personales necesarios:  los profesores especialistas en pedagogía terapéutica y audición y lenguaje le van a dar mucha seguridad, porque hay contenidos que se trabajarán individualmente aliviando la carga del tutor. Creo imprescindible crear una cultura de centro donde la inclusión sea un auténtico valor. Entre todos tenemos que ir alimentando esta cultura de tal modo que -cuando es real- ningún docente que tiene en su aula un niño con necesidades educativas especiales lo va a vivir como una carga sino más bien como una oportunidad.

Otros elementos importantes son la coordinación con las familias y el empleo de metodologías didácticas apropiadas. Pero sobre todo creo que hay que reflexionar sobre algunos conceptos. Hay tener claro que significa incluir, que no es hacer lo mismo y del mismo modo, sino responder a las capacidades y a las necesidades de cada uno; qué significa hacer una adaptación curricular;o cuál es el papel de los profesionales de la escuela o las propias familias.

¿Qué estrategias educativas son más efectivas a la hora de trabajar con estos estudiantes?

Hay que buscar aprendizajes funcionales, no podemos insistir en conocimientos si estos no les van a ser útiles para su vida cotidiana. Asimismo, el uso de apoyos visuales es una estrategia muy importante para estos niños. Aprenden mejor por la vía visual y necesitan manipular para aprovechar su potencial y su capacidad de memoria procedimental. No nos sirven las largas explicaciones, es mejor que manipulen los materiales y además tienen que practicar muchoporque olvidan con facilitad.

«Hay que buscar aprendizajes funcionales con los alumnos que tienen síndrome de Down. No podemos insistir en conocimientos si estos no les van a ser útiles para su vida cotidiana»

Tenemos que considerar que son niños con un gran potencial para detectar señales emocionalescaptan muy bien la comunicación no verbal y son muy sensibles a la interacción social. Su enseñanza debe basarse en la comunicación, es decir, disfrutar de la relación con ellos porque cuando se sienten aceptados y valorados aumenta enormemente su motivación por aprender.

Es muy interesante el aprendizaje mediado y la gestión del tiempo cuando trabajamos con niños con discapacidad intelectual. Ellos son más lentos, necesitan más tiempo para comprender y para responder. Es el adulto el que tiene que adaptarse y no pretender apremiar al alumno para que su ritmo se ajuste al de la mayoría.

Y para terminar es imprescindible asentar nuestras acciones educativas sobre la cultura del logro. Tenemos que acostumbrarlos a mirar en positivo, a buscar los avances en vez de significar los hándicaps. Se trata de trazar una trayectoria ascendente donde se busca el logro de pequeños objetivos ajustados a las capacidades reales del niño. La percepción de éxito es muy importante, no solo para el niño sino también para los adultos que le rodean. Mirar sus logros nos permite ilusionarnos y trabajar con más motivación.

¿Qué valoración realiza de la integración de estos niños en las escuelas?

Hoy en día, en nuestro país, la mayoría de los niños con síndrome de Down están escolarizados en centros ordinarios, sobre todo en las primeras etapas. La legislación ampara este derecho y creo que hemos avanzado mucho.

Alumno con síndrome de down

Es verdad que todavía nos encontramos experiencias dolorosas de familias en las que se les dice que su niño no puede estar en ese colegio o situaciones donde la respuesta no es de calidad. Pero a mí me gustaría significar la cantidad de experiencias exitosas de inclusión educativa en las cuales los tutores hacen una labor magnífica.

Creo que podemos decir con satisfacción que la escuela es más inclusiva de lo que era, aunque todavía nos quede mucho camino por recorrer. Atender la diversidad en un aula con 25 niños, todos ellos diferentes, es complejo. Todavía necesitamos aumentar la formación de los profesionales de la escuela y concienciar a la administración educativa de la importancia de disponer de recursos para poder atender mejor las necesidades diversas de nuestros niños.

Hay algunas familias que eligen otra modalidad de escolarización en centros específicos de educación especial cuando las necesidades de sus hijos no pueden atenderse en los centros ordinarios. Las personas con síndrome de Down son muy diferentes entre sí y auque la mayoría tienen una discapacidad cognitiva moderada o ligera, un pequeño porcentaje  presenta una discapacidad grave o posee otras discapacidades asociadas, por lo que pueden necesitar otra modalidad de escolarización.

Yo creo que, en general, los niños con síndrome de Down se benefician de la inclusión educativa en recursos educativos ordinarios. El modelo de los demás niños es muy positivo para ellos, ya que aprenden mucho por imitación y además la interacción con sus compañeros les motiva mucho a la hora de poner en práctica todas sus capacidades.

Por otra parte, estoy convencida de que esta inclusión beneficia sobre todo al resto del alumnado. Educar es acompañar a los niños en su preparación para la vida. Y en su futuro, estoy segura de que será mucho más útil haber aprendido empatía, tolerancia, solidaridad y generosidad que dominar muy bien otras estrategias académicas.

 

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/incluir-responder-capacidades-necesidades-alumnos/87374.html
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Síndrome de Down y Autismo, dos condiciones, grandes oportunidades

Enfocados en las familias como eje de desarrollo y ciudadanía plena de las personas con discapacidad, la Secretaría Nacional de Discapacidad respaldó el desarrollo de la Primera Conferencia Anual sobre Síndrome de Down y Autismo, con el lema “Tenemos mucho que dar a la vida”.

Durante estas jornadas se compartieron experiencias que amplificaron la perspectiva de vida de activistas y padres y se instó a los profesionales y otros actores a trabajar en equipo para una incidencia sostenible y viable.

Hablar de la importancia de apoyar la autonomía de las personas con discapacidad sin pensar en sus limitaciones es de vital importancia para el fortalecimiento del movimiento asociativo y para promover FAMILIAS FUERTES y CIUDADANOS PLENOS, aseveró Magali Díaz Aguirre, Directora de la SENADIS.

Día a día la figura de los autogestores es muy relevante en este camino a la autodeterminación de las personas con discapacidad porque fomentan las potencialidades de cada persona, generando un proceso de “empoderamiento” que les permite tener el control sobre su propia vida. Es prioritario propiciar el acceso adecuado a la atención de la salud, a los programas de intervención temprana y a la enseñanza inclusiva, así como la investigación adecuada, para garantizar el crecimiento y el desarrollo de la persona en el contexto de su entorno social, cultural y geográfico, enfatizó Díaz Aguirre.

El sistema de naciones unidas quiere aumentar la conciencia pública sobre la cuestión y recordar la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades. También quiere resaltar la importancia de su autonomía e independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias decisiones.

La señora directora expresó que las personas con algún trastorno del espectro autista se enfrentan a numerosas barreras para disfrutar de sus derechos fundamentales y de formar parte plenamente de la comunidad. Estos obstáculos varían en función de cada individuo y de sus necesidades específicas. Es muy importante que la sociedad entienda cuáles son las barreras a las que se enfrentan para permitir una mejor adaptación y reforzar la inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.

Las 5 prioridades básicas para afrontar con responsabilidad esta realidad urge garantizar la detección, atención temprana interdisciplinar, específica y basada en la evidencia.

Finalmente la directora de SENADIS puntualizó que “Nos sentimos inspirados con el ejemplo de cada uno de ustedes por lo que hoy, renovamos nuestro compromiso con nuestra misión y visión, nuestro trabajo es arduo; pero juntos podemos hacer incidencia por nuestros derechos”.

Fuente de la reseña: http://www.panamaon.com/noticias/politica/44048-sindrome-de-down-y-autismo-dos-condiciones-grandes-oportunidades.htm.

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21 de marzo Dia Internacional del Sindrome de Down «Yo me veo genial, de arriba a abajo»

Por: abc.es/21-03-2018

El vídeo de #Auténticos, la campaña de Down España por el Día Mundial del Síndrome de Down que se celebra hoy miércoles 21 de marzo, ha alcanzado las 138.000 visualizaciones en una semana, según ha informado la entidad y recoge Ep. Down España ha lanzado la campaña para mostrar a las personas con síndrome de Down «tal y como son» y reflejar que son «inimitables, espontáneos y auténticos». Los protagonistas son adultos y jóvenes con síndrome de Down acompañados de hermanos, primos, amigos o sus parejas, que comentan en primera persona qué es el síndrome de Down y qué implica, cómo se ven y sienten. También aparecen varias madres con sus hijos contando su experiencia vital.

Frases como «yo me veo genial, de arriba abajo», «tengo un defecto y es que cuando saco el carácter, lo saco» o «con la operación bikini estoy bien para poder ir a la playa en verano», los protagonistas de la campaña se definen con naturalidad y sin complejos. «No somos un bicho raro, no somos enfermos», «cuando me tratan como a una niña lo que hago es que directamente ni hablo» o «no me siento diferente, la gente está equivocada», comentan respecto al Síndrome de Down.

Por su parte, las madres se muestran orgullosas de sus hijos y afirman que las personas con síndrome de Down «no son ni angelitos, ni regalitos de Dios, son personas con sus necesidades» y que «es muy importante una sociedad sin miedo a lo diferente, a lo desconocido». «Mi hijo es alegría, es superación desde el minuto uno, creo que la sociedad perdería muchísimo si no existiesen personas con síndrome de Down», añaden las madres.

La campaña se cierra con un mensaje que las personas con Síndrome de Down lanzan a la sociedad y que, según la organización, refleja las ganas que tienen de conseguir logros en la vida. «Estamos aquí para luchar juntos hacia el futuro. Si nosotros no triunfamos, no vale para nada, queremos triunfar, queremos hacer de todo», aseguran.

Down España ha realizado dos versiones reducidas de la campaña para televisión, que, según han informado, comenzarán a emitirse desde esta semana hasta el próximo 21 de marzo en diferentes cadenas nacionales y autonómicas. El vídeo completo de #Auténticos‘ está disponible pinchando en este enlace.

La Federación lanzará este 21 de marzo una campaña en redes sociales invitando a la sociedad a que ese día se una al movimiento de los #Auténticos. Para ello, ha elaborado dos pegatinas «Soy auténtico» y «Soy auténtica» y le pedirá que se sume haciéndose un selfie o grabándose un vídeo con la pegatina de la campaña en la solapa, explicando por qué creen que las personas con síndrome de Down son auténticas y compartiéndolo en sus redes sociales con el hashtag#auténtico.

Estas pegatinas están ya disponibles en la web de DOWN ESPAÑA (www.sindromedown.net) junto a una infografía que explica cómo pueden unirse al movimiento de los auténticos.

*Fuente: http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-internacional-sindrome-down-genial-arriba-abajo-201803210148_noticia.html

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Ecuador: Educación Inclusiva con mejoras y proyecciones

Ecuador/Enero de 2018/Fuente: El Tiempo

La inclusión educativa es uno de los retos que tienen por delante las personas con discapacidad intelectual con síndrome de Down.

Hace nueve años, Liliana Ochoa inscribió a su hija, que tiene dicho síndrome, en una escuela regular, pero no tuvo una buena experiencia. “Más que conocimientos, necesitaba que mi hija tenga amigos, se relacione con más personas, pero fue muy difícil para ella adaptarse y más para sus compañeros”, relató.

Aunque su hija estuvo poco tiempo en ese centro educativo, Ochoa buscó otras alternativas hasta que la inclusión educativa fue un hecho, y ahora está contenta con el avance de su pequeña: “tiene amigos y, sobre todo, una como madre también comparte experiencias con las demás familias”.

Ambiente
Para Ochoa es importante que los niños se integren a escuelas regulares, porque ese ambiente les ayuda a mejorar su lenguaje y la motricidad.

Edith Patiño, coordinadora provincial de la Federación Ecuatoriana de Atención a Personas con Discapacidades Intelectuales, manifestó que aún hay mucho qué hacer por las personas con discapacidad, en todos los ámbitos. “Sí se ha hecho mucho, pero aún es necesario apegarse a las políticas públicas de atención a las personas con discapacidad”, considera.

Insiste en que las escuelas regulares requieren profesores capacitados y más sensibilización, en el momento de adaptar su sistema de enseñanza.

Proceso
El Ministerio de Educación trabaja en la capacitación de los docentes y asignó recursos para adecuar la infraestructura de los planteles educativos.

Considera, además, a las personas con discapacidad dentro de los grupos de atención prioritaria, por lo que actualmente se cuenta con dos instancias que atienden a este grupo de personas como son la UDAI, Unidad Distrital de apoyo a la Inclusión, y el DECE, Departamento de Consejería Estudiantil.

Según informa Henry Calle, coordinador zonal del Ministerio de Educación, también dentro del plan ‘Más unidos, más protegidos’, se cuenta con las rutas y protocolos dirigidos a todas las personas del sistema educativo; en caso de delito de violencia, el trato es igualitario y con mayor atención a personas con discapacidad; además, se capacita a docentes y autoridades.

“En forma general, se podría decir que se debe trabajar en sensibilización y capacitación sobre temas de prevención del acoso y abuso sexual a personas con discapacidad”, completó.

Fuente: http://www.eltiempo.com.ec/noticias/cuenca/2/428384/educacion-inclusiva-con-mejoras-y-proyecciones

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Colombia: 18va Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Inclusión Educativa II)

Colombia / 21 de enero de 2018 / Autor: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube

Publicado el 30 oct. 2017

Continuamos con el tema: Inclusión Educativa. En huellas de maestros la sra María Mercedes Tabares contara la historia de su hija Marisol Velásquez Tabares (con síndrome de Down). En el palabrero: La profesora Astrid Elena Cardona de la IE José María Córdoba de Rionegro hablando del decreto 1421 del 2017. En La Nota Informativa se profundiza el análisis de dicho decreto sobre inclusión educativa.

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=-mDwENylzlI

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Entrevista a Emilio Ruiz: “Si tienes un alumno con síndrome de Down haz cosas para él que sirvan para todos”

11 enero 2017/Fuente: El Diario de la Educacion

Emilio Ruiz apuesta, lo primero, por dejar de mirar el síndrome de Down y ver al alumno. Creer en lo que puede hacer. Después, en que la maestra, el maestro, trabajen para que “todos los alumnos salgan beneficiados”.

Emilio Ruiz es maestro, orientador, psicólogo educativo y formador de formadores, pero además es uno de esos raros conferenciantes que saben transformar cada una de sus charlas en un chute de energía para la audiencia. Coincidimos en el último encuentro de familias de Down España, que tuvo lugar en diciembre en Cádiz y en el que impartió una charla a familias y un taller a jóvenes y adultos con síndrome de Down. Asesor educativo de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria y del Canal Down21, portal de referencia en España y Latinoamérica, hace años publicó Síndrome de Down, la etapa escolar. Guía para profesores y familias (CEPE), que sigue siendo una hoja de ruta plenamente vigente para padres y maestros. Su último libro, publicado en 2016, es Todo un mundo de emociones: educación emocional y bienestar en el síndrome de Down (CEPE).

Deme un consejo de urgencia para el maestro que por primera vez tiene en su aula a un alumno con síndrome de Down.

Yo siempre digo que para algunos maestros esa primera vez puede parecerse mucho a la del padre que recibe la noticia de que su hijo tiene síndrome de Down. También al maestro le acaba de nacer un alumno que no esperaba, o sea, que la primera reflexión es muy clara: es un niño. Y eso mismo les digo a los padres durante el proceso de aceptación, que culmina en el momento que dejan de ver el síndrome y ven al niño. Es un niño, con sus peculiaridades, pero lo principal es que es un niño. No mires al síndrome, mira al niño y cree en él.

Más consejos.

Lo primero que hace un niño en una escuela es echarle un pulso al maestro, a ver adónde llega. Y si te ve flojo, te va a dominar. El error en el que puede caer el maestro es no exigirle: pobrecito, es un niño con síndrome de Down, va a ser un niño toda su vida… Si vas con esa idea ese niño y tú no os entenderéis.

¿Y cuando te dice que ya tiene otros 25 en el aula y que este le da más trabajo que los otros?

En 2016 escribí un artículo con propuestas para la gestión del aula, que va en la línea de dar consejos que valgan para todos. Intenta trabajar en el aula de una manera que todos los alumnos salgan beneficiados. En las adaptaciones curriculares, que es el primer método con el que trabajé, tienes que hacer cosas distintas para el alumno con síndrome de Down, o sea que es un trabajo añadido. Por tanto, haz cosas que sean comunes a todos, y pongo un ejemplo. A un niño con síndrome de Down las explicaciones largas no le sirven, si le hablas más de 10 minutos se pierde, por lo que en mi aula no voy a dar ninguna explicación que dure más de 5 minutos ¿Le vale al niño con síndrome de Down? Sí ¿Les vale a los demás? También. Eso es una estrategia de aula. Otro ejemplo. Los niños con síndrome de Down perciben mejor por la vista. Pues mis lecciones van a estar acompañadas de fotografías, dibujos, gráficos, pictogramas… Eso beneficia al alumno con síndrome de Down y a todos los demás.

¿Entonces ya ha desestimado las adaptaciones curriculares?

Una vez ya he tomado medidas para todos, tengo en cuenta cómo aprende el niño con síndrome de Down y uso una metodología adaptada a él que sea útil para todos. Pero me puedo encontrar con que hay contenidos a los que no llega y que se tienen que adaptar. Por ejemplo, los demás están dando ecuaciones y el niño con síndrome de Down apenas multiplica. Hay materias como matemáticas en las que va a tener que ir a otro ritmo, con otros contenidos y otros objetivos, ahí hay que hacer la adaptación curricular. Pero es la última medida, cuando llega el momento de tomar decisiones sobre objetivos y contenidos que están muy apartados del resto de sus compañeros. Es una estrategia más, pero no se tiene que convertir en la única.

Fotografía: Down España

¿Para el profesor de secundaria el consejo sería el mismo: que vea al chico y no al síndrome?

Sin duda, pero la secundaria es una etapa más complicada. Se mezclan varios factores. Por ejemplo, la propia estructura del sistema educativo. Un alumno de primero de ESO tiene once asignaturas con once profesores distintos, y cada mañana da seis materias diferentes que cambian cada hora… Estás pidiendo a un chico con síndrome de Down que cambie su mente seis veces al día, para pasar de matemáticas a historia, de ciencias a lengua, de tecnología a música… Eso pedagógicamente es una barbaridad. Otro aspecto: el profesorado de secundaria, siendo sinceros y con el corazón en la mano, tiene en general una muy pobre formación pedagógica. Son especialistas en biología, en filosofía, en literatura… pero han hecho una formación bastante escasa en cuanto a pedagogía. Y en muchos casos consideran que lo único que tienen que transmitir son conocimientos curriculares.

Lo cual es un error.

Claro, ese profesor tiene que entender que se llama Educación Secundaria Obligatoria (ESO), y esa “O” final le obliga a atender a todo tipo de alumnado, no puede pensar que únicamente debe transmitir contenidos curriculares, sino que tiene que atender a las personas individualmente. Pero aún hay otra razón que hace difícil esta etapa: el propio alumnado con síndrome de Down tiene discapacidad intelectual, y en la secundaria los contenidos son tremendamente abstractos y conceptuales, son contendidos de una complejidad que en muchos casos se escapa de la capacidad de los jóvenes con síndrome de Down. O sea no hay que echar toda la culpa al sistema ni al profesorado, hay que pensar que hay una discapacidad intelectual y los contenidos son abstractos. De hecho, Piaget dice que esa es la etapa del pensamiento formal abstracto, y a ese pensamiento es al que no llegan los chicos con síndrome de Down, ya que normalmente funcionan con pensamiento concreto. A los datos me remito, el número de jóvenes con síndrome de Down que han obtenido el título de secundaria es muy limitado.

Eso puede depender de factores como la sintonía que tengas con tu centro o con tu inspector, o incluso de la laxitud de la legislación autonómica.

El título no me preocupa en absoluto. Sólo lo tomo como un dato de la dificultad de la secundaria en general. El nivel curricular de los chicos y chicas con síndrome de Down iría de tercero a quinto de primaria. Hablo en general. No podemos ocultar la realidad, su CI se mueve entre 40 y 65, y su nivel curricular se mueve de un tercero a un quinto de primaria. Por eso los contenidos de secundaria son demasiado complejos para ellos.

Sin embargo, tienen que hacer una secundaria inclusiva.

En eso estoy de acuerdo. Entonces hay que ver con qué estrategias. Yo propuse en su día un sistema de aulas abiertas. Una aula específica en un centro ordinario, en la que seis, ocho o diez chicos y chicas con un nivel intelectual semejante comparten un aula, trabajando objetivos adaptados a su nivel, posiblemente con contenidos prácticos para la vida diaria, etc. Y luego determinadas materias las comparten con los demás. Pero de verdad que me cuesta ver a la mayoría de adolescentes con síndrome de Down en un aula de secundaria dando seis materias distintas con el nivel de complejidad que tienen esas materias.

¿Ni con adaptaciones?

Pero es que en esos cursos están ya dando algunos contenidos inaccesibles. La adaptación es hacer una selección de objetivos y contenidos para ese niño en concreto, que sea lo más cercana posible a lo que están dando los demás. Pero hay un momento en que se abre una gran brecha y esa cercanía desaparece. A mí me gusta transmitir ilusión, pero lo digo siempre en mis charlas: los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas. Vamos a luchar para que lleguen al máximo de sus posibilidades, pero con los pies en el suelo. No obligas a una persona ciega a sacar buenas notas en educación plástica o a una persona sorda en música, de hecho se les exime de estas materias porque están intrínsecamente unidas a su discapacidad. Al alumno con discapacidad intelectual no se le puede eximir de todas las asignaturas, pero el nivel es el que es.

No es lo que estamos acostumbrados a escuchar desde la óptica de la escuela inclusiva…

Yo creo en métodos como las comunidades de aprendizaje, en los que toda la escuela se convierte en escuela inclusiva, también el aprendizaje cooperativo o el aprendizaje por proyectos son metodologías maravillosas, pero vayamos a un instituto cualquiera, entremos y veamos qué hacen. Como orientador he visitado muchos. Y allí el profesor de matemáticas da matemáticas, el de filosofía da filosofía y el de inglés da inglés. Lo digo siempre: jamás he visto una manifestación de profesores gritando “¡queremos inclusión! ¡queremos inclusión!” Eso es poner los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas. Yo sigo creyendo en todas esas metodologías, pero mientras esté en el mundo en el que estoy ahora tengo que buscar formas de trabajar que sean lo más inclusivas posibles. En realidad, muchas veces los límites entre integración e inclusión se difuminan, y lo que nos ofrecen como medidas inclusivas en realidad son integradoras o a veces incluso excluyentes.

Pero se ha avanzado mucho en poco tiempo…

La mayor parte de niños con síndrome de Down, alrededor del 80%, pueden llegar a leer y escribir de manera comprensiva y utilizar esa lectura para un puesto de trabajo o su tiempo de ocio, pero no te voy a decir que ni el 1% va a ir a la universidad porque eso no es cierto. Ahora mismo menos del 10% se están sacando el título de secundaria. Y llevamos 27 años desde la LOGSE. En cuanto se les empezó a enseñar a leer en poco tiempo se demostró que muchos podían leer. La mayoría también pueden trabajar en empresas ordinarias, y si ahora mismo no hay más trabajando es porque no se les está dando la oportunidad. Una minoría muy escasa pueden cursar la secundaria y una minoría que prácticamente es nula pueden ir a la universidad. Con esos datos me atrevo a ser realista y decir que la secundaria está complicada. Pero de la misma forma digo que por la secundaria hay que intentar pasar, para que los chicos con síndrome de Down remuevan la conciencia de los profesores, y para seguir luchando por una renovación en las estructuras de la etapa.

Sostiene que hay que educar en emociones a los chicos y chicas con síndrome de Down. ¿A qué se refiere?

En cierta forma se les presiona para que lean, escriban, aprendan conceptos matemáticos, de conocimiento del medio, etc., es decir, que vayan adquiriendo conocimientos de carácter intelectual, y en cambio tenemos abandonado lo emocional. ¿Por qué pierde un puesto de trabajo un joven con síndrome de Down? Nunca lo pierde por falta de habilidad en el desempeño de sus tareas, porque con el sistema de empleo con apoyo ha habido una selección previa del puesto de trabajo, y se estudian las tareas para que ese trabajador las pueda desempeñar. Cuando pierden el trabajo es por falta de habilidades emocionales, porque no son capaces de recibir una crítica –baja tolerancia a la frustración–, porque uno le manda un mensaje a su jefa en el móvil diciendo que es muy guapa y quiere ser su novio –falta de empatía, de saber diferenciar entre un compañero y un superior jerárquico–, cosas así. Estamos empeñados en trabajar lo cognitivo cuando lo más importante es que sepan relacionarse socialmente y gestionar tus emociones. Defiendo que se aborde lo emocional, que por otro lado lo considero un punto fuerte del síndrome de Down.

¿En qué sentido?

Tienen facilidad para acercarse a los demás, tienen cierta capacidad para detectar emociones en otros, tienen gusto por estar con otras personas… También tienen carencias. Por ejemplo, tienen un enorme lío a la hora de nombrar emociones, confunden unas con otras. Pero es un campo en el que no se ha trabajado nada, y hay muchísimo que sembrar y muchísimo que recolectar. Tampoco está trabajado su gusto por la música, la inteligencia musical. Y en cambio les damos caña para que multipliquen y dividan, algo que para su vida futura tendrá una escasa utilidad. Su fortaleza emocional se tiene que aprovechar para sacar lo mejor de sí mismos, no son superdotados emocionalmente ni musicalmente, pero son campos que van desde lo positivo, puede sacarse mucho de ellos.

¿En qué consiste el programa que elabora con Down España?

Ya en 2004, desde que oí a Rafael Bisquerra, me interesó todo esto, y escribí un artículo sobre emociones y síndrome de Down. Durante dos años aplicamos un taller de educación emocional en Cantabria, se trataba de algo muy sencillo para reconocer emociones, relacionarlas, aplicar una relajación, entonces escribí sobre lo que habíamos hecho y me fueron llamando para que diera charlas… A eso le he seguido dando vueltas y en 2016 escribí “Todo un mundo de emociones”. Down España quería hacer un proyecto sobre educación emocional y me pidieron que coordinara el grupo de trabajo.

Habla de la creación de la figura del mediador emocional.

Esa idea es de Down España. En el programa de educación emocional se propone que cada asociación tenga un mediador emocional, siguiendo el modelo del mediador educativo, que hace de intermediario entre escuela y familia. El programa se divide en las que serían las cuatro funciones fundamentales del mediador emocional, que son sensibilizar a la institución y a la comunidad educativa sobre la necesidad de trabajar las emociones; en segundo lugar a los profesionales de la institución y de los centros educativos; luego a las familias; y en cuarto lugar las personas con síndrome de Down. Para estos últimos se ha editado un cuadernillo que contiene 20 actividades en cuatro bloques: conozco mis emociones, gestiono mis emociones, conozco como te sientes tú, que es la empatía, y gestiono las relaciones. En esos cuatro bloques hay una serie de actividades. Y ese es el cuadernillo del alumno, que va entrelazado con el cuadernillo del mediador emocional. Down España sugiere que cada entidad que lo desee cree la figura del mediador emocional, que sea la persona responsable de abordar estos temas a partir de estos cuatro bloques.

A su manera eso ya lo vienen haciendo las psicólogas de las asociaciones.

Lo que hemos querido aportar es la sistematicidad. Por ejemplo, sugerimos que ese cuadernillo sea aplicado de manera trimestral, con una o dos sesiones semanales. De la misma manera que el programa de lectura y escritura está asentado, y en todas las entidades se aplica hasta que el niño lee, tarde lo que tarde, vamos a introducir esto de manera sistemática, porque efectivamente los psicólogos de los centros abordan aspectos emocionales. Pero la diferencia entre la educación emocional respecto al abordaje psicológico de las emociones es que la psicología fundamentalmente ha abordado las emociones desde la perspectiva del déficit. Cuando la tristeza se convierte en depresión es cuando se decide que hay que ir a ver a la psicóloga. O cuando la ansiedad se convierte en estrés o la ira en pérdida de autocontrol. Un programa de educación emocional es preventivo, al chico se le enseña a conocer sus emociones y las de los demás, y a gestionarlas.

Un ejemplo.

Un joven con síndrome de Down que tiene hermanos pequeños que se van de casa. Esto ocurre a menudo. Ese adulto va viendo que se va quedando solo y va entrando en una depresión. Nunca ha entendido lo que es la tristeza, nunca le han hablado de emociones, y se va hundiendo sin saber qué le está pasando. Si desde pequeño le has puesto palabras a lo que siente podemos estar previniendo que en su momento ocurra una depresión.

¿A partir de cuándo se deberían empezar a aplicar?

En mis charlas digo que la educación emocional empieza desde el mismo instante que el bebé se pone en el pecho de la madre recién nacido. Porque esa mirada que le lanza la madre al niño y el niño a la madre es un lazo emocional que da inicio a su educación emocional. Por eso también hay un bloque para el trabajo con las familias, porque tienes que fortalecer y empoderar a las familias para que sean capaces también de gestionar sus propias emociones para ayudar a gestionar las de su hijo.

¿Las escuelas hacen también un excesivo hincapié en los aspectos prácticos, como aprender a contar dinero, y deberían hacerlo más en los emocionales?

Sin ninguna duda. Creemos que ese programa se podría aplicar en cualquier centro y no solamente para niños con síndrome de Down, sino a cualquiera. La inteligencia matemática tiene una asignatura que se llama matemáticas, la inteligencia lingüística tiene lengua y literatura, la espacial tiene educación plástica y visual, la musical tiene música… todas las inteligencias tienen una representación en el ámbito educativo, mientras que la inteligencia emocional, el conocimiento y gestión de emociones y de las relaciones, no tiene ningún reflejo en el ámbito escolar. El hecho de que no se les esté educando en emociones no es únicamente una carencia de los niños con síndrome de Down, es una carencia del sistema educativo. Las emociones se tienen que abordar en la escuela sí o sí para todos los niños. Pero hay más.

¿…?

¿La educación emocional debería trabajarse transversalmente en cualquier materia o en las clases de tutoría?

Se puede llevar de distintas maneras. Una es introducirlo en el currículo de las distintas materias. Por ejemplo, si estoy trabajando ciencias naturales voy a trabajar lo que hablábamos, la amígdala, igual que aprendo el sistema circulatorio o digestivo podemos aprender cómo funciona el cerebro; si estoy trabajando lengua y literatura voy a introducir el vocabulario emocional, porque la primera estrategia de autocontrol emocional es poner palabras a las emociones. En educación física aprendo relajación, estrategia básica de autocontrol emocional. Etcétera. Otra forma es en extraescolares o asignaturas optativas. O también efectivamente en las horas de tutoría, que cada vez se están introduciendo más en primaria. Pero lo ideal es lo que Rafael Bisquerra llama sistema de programas integrados, puesto que la educación emocional interrelaciona todas las materias. Por ejemplo, entramos por la mañana y todos los profesores, al margen de su materia, dedican los primeros cinco minutos a preguntar a sus alumnos cómo se sienten. Eso ya se hace en algunos centros. O cuando afloran emociones en el aula, en lugar de “sentaros y callaros” es el momento de preguntar “qué ha pasado?, ¿qué hiciste?, ¿qué podías haber hecho?, ¿cómo gestionaste la emoción?, ¿qué sentiste?, ¿qué te obligó a hacer?”. O todos los alumnos al volver del recreo hacen una sesión de relajación porque eso les baja su nivel de activación, porque aprenden mejor si su cerebro está emocionalmente estable. En ese sistema de programas integrados de Bisquerra las emociones están inmersas en toda la estructura del centro. Eso requiere que el equipo directivo crea en ello y que el profesorado esté formado en la materia, incluso que se forme a los padres y trabajen en la misma línea. Una materia que se llamara educación emocional, y que se impartiera a lo largo de toda la escolaridad, sería la más útil para el alumno. Mientras no exista, hay estas otras formas de irlo introduciendo.

Déjeme cambiar de tema. Como usted tiene mucha relación con los países de Latinoamérica me gustaría preguntarle sobre la situación de las personas con síndrome de Down allí. Si es que se puede generalizar, ¿qué diferencias constata?

Efectivamente, en Canal Down 21 tenemos muchos seguidores en Latinoamérica y yo voy por ahí con relativa frecuencia. Hace poco he estado en Guatemala y en agosto estuve en Colombia. Primera gran diferencia con España: allí los niños con síndrome de Down nacen. Aquí cada vez tenemos menos. Esa diferencia es enorme y eso hace de toda Latinoamérica una región con unas potencialidades enormes para el síndrome de Down. En el aspecto de la inclusión están como nosotros hace 27 años, empezando a caminar. Lo que ocurre es que ahí, en general, y sigo generalizando con los riesgos que ello comporta, hay una diferencia enorme entre la educación pública y la privada. En las escuelas públicas hay un profesorado que trabaja en unas condiciones vamos a decir difíciles, con muchos alumnos por aula y que hace lo que puede. Es decir, una gran cantidad de niños, con una ilusión tremenda por la inclusión, lo que produce es un gran potencial, pero están empezando a caminar, y eso hace que tropiecen en algunas cosas.

Habrá diferencias entre países, claro.

Yo he conocido experiencias como la de la Fundación Complementa en Chile, que ha escrito un Manual de buenas prácticas para la inclusión escolar y una colección de cuadernillos, que se pueden descargar, sobre estrategias de inclusión para el profesorado, y esos cuadernillos son fabulosos. Y ahora en Guatemala he visitado la Fundación Margarita Tejada que cuenta con un centro escolar, el colegio Las Margaritas, donde tienen un 15% de alumnos con síndrome de Down y un 85% sin discapacidad. Esto es una modalidad absolutamente novedosa que yo consideraría inclusiva y que en España no se ha hecho, o sea se está experimentando con unos formatos inclusivos que aquí no se dan. Yo lo veo en conjunto como un continente lleno de ilusión y de posibilidades.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/01/08/inteligencia-emocional-sindrome-down-mucho-sembrar-mucho-recolectar/

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