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Colombia: Convocado el segundo Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos

Colombia/08 de Mayo de 2017/ Terra

La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) convocó la segunda edición del Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos «Óscar Arnulfo Romero».

El galardón reconoce la formación en valores y la promoción de los derechos humanos en dos categorías: centros escolares y organizaciones de la sociedad civil (ONG), con dos ganadores por cada una de ellas.

Participan en la convocatoria el Instituto Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos (IDEDH), perteneciente a la OEI, y la Fundación educativa SM, con el apoyo de otras instituciones de toda Iberoamérica.

El concurso consta de dos fases, una primera nacional y una segunda iberoamericana, en la que los trabajos seleccionados en cada país serán evaluados por el Consejo Asesor de Educación en Derechos Humanos de la OEI, según informa esta organización en una nota.

El premio se entregará durante el II Seminario Internacional sobre Educación en Derechos Humanos, que se celebrará los días 23 y 24 de noviembre de 2017 en Colombia.

Cada uno de los cuatro ganadores recibirá un diploma acreditativo, así como un cheque de 5.000 dólares, que deberán ser invertidos en el proyecto premiado.

El proyecto «Mujeres Inspiradoras» de Brasil fue el ganador de la primera edición, en diciembre de 2015, que entonces solo era para centros escolares.

Toda la información de la segunda convocatoria puede encontrarse en http://www.oei.es/concurso-derechos-humanos/edicion-2017, con datos específicos sobre fechas de presentación y direcciones de correo electrónico por países a las que se deben enviar los trabajos.

Fuente: https://www.terra.com.co/noticias/mundo/europa/convocado-el-segundo-premio-iberoamericano-de-educacion-en-derechos-humanos,6136c1c29c32317a747d0549bca04293064ojyc3.html

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Regalías para ciencia y tecnología, un sistema creado para despilfarrar recursos

Por: Ángel Pérez Martinez

La Contraloría General de la República realizó una excelente evaluación del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, mediante la cual llama la atención sobre las funciones y responsabilidades de quienes ejecutan los recursos y la escasa importancia que el país otorga a este sector clave para el desarrollo del país

La evaluación de dicho fondo, sin decirlo de manera directa, advierte que hay sectores como educación, salud, ciencia, tecnología e innovación que la sociedad y el gobierno deberían cuidar en extremo en el momento de elaborar y ejecutar políticas y programas públicos, por lo menos concertar con sus actores y con quienes conocen los temas, además de promover un manejo eficiente de sus recursos.

De hecho, Colombia reconoció, según el CONPES 3582, que la política nacional de ciencia, tecnología e innovación (CTI) ha sido identificada por la sociedad colombiana como fuente de desarrollo y de crecimiento económico, sin embargo, el gasto público y privado en CTI es escaso, el manejo y la gestión del sector es errático y con magros resultados.

De acuerdo con los datos de la evaluación de la Contraloría de dicho Fondo, la inversión nacional en ciencia, tecnología e innovación para el año 2015 alcanzó 0,627 del PIB y el gasto en investigación y desarrollo el 0,23% del PIB (45,4% financiado con recursos privados), en los países de la OCDE del 3% (entre el 65% y el 75% invertido por recursos privados).

También la Contraloría sostiene que en el año 2015 el país contaba con 161,5 investigadores de tiempo completo por cada millón de habitantes (undécimo lugar en América Latina). “Países como Argentina (1.255,8), Brasil (710,2), Chile (389,2) y México (386,4), lo superan ampliamente, lo que refleja un rezago significativo. En 2013, el país contaba con 0,4 investigadores por cada 1.000 habitantes, mientras que, por ejemplo, Uruguay tenía un investigador y Argentina tres. El número total de investigadores activos de Colombia (año 2014) es de 11.566. En el año 2014 Colombia registró 112 patentes, Argentina 260, para el mismo año el país presentó 6.708 publicaciones científicas frente a 8.324 de Argentina, 11.510 de México y 38.114 de Brasil.

En el propósito de cambiar esta situación en Colombia se han realizado diversas reformas normativas y de política que van desde de modificar la Ley de CTI (Ley 1286 de 2009), transformar a COLCIENCIAS y expedir el acto legislativo 05 de 2011 que determinó la creación del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación que recibe el 10% de los ingresos del Sistema General de Regalías (artículo 361 de la Constitución política). El Fondo tiene como uno de sus objetivos incrementar la capacidad científica, tecnológica, de innovación y de competitividad de las regiones, así como contribuir al progreso social, al dinamismo económico, al crecimiento sostenible y una mayor prosperidad para toda la población.

Los investigadores y las universidades celebraron la creación del Fondo, esta decisión garantizaba nuevos recursos para CTI, sin embargo, en la reglamentación estos recursos de regalías para CTI se entregaron a los gobernadores y al Alcalde de Bogotá (Ley 1530 de 2012). Los recursos del Fondo se distribuyen entre los departamentos y Bogotá utilizando indicadores de población, pobreza y desempleo. La norma se expidió a pesar de que quienes investigan y los expertos advirtieron desde el comienzo los riesgos de despilfarro y la posibilidad de escasa gestión con dichos recursos, entre otras cosas porque se subordinaba a Universidades, centros de investigación e investigadores, con entidades territoriales y gobernaciones que en su mayoría no cuentan con capacidad alguna para ejecutar este tipo de proyectos.

Lo anterior explica en parte las conclusiones de la evaluación de la Contraloría, además de los escasos avances en CTI, a diciembre de 2015, $1,1 billones seguían sin aprobar, de un total de $3,3 billones asignados a los 33 fondos (32 departamento, más Bogotá), aunque existe un solo Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, en la práctica la ejecución se atomizó y se dispersó al dividirse en 33 entidades territoriales; lenta ejecución de los proyectos, de los 271 aprobados, sólo se habían terminado 11 en 2015; La idoneidad de los contratistas y ejecutores no es clara, 201 proyectos son ejecutados por las gobernaciones y 70 por entidades como universidades, Colciencias, Corporación Ruta N y Corpoica; y alta dispersión temática de los proyectos de ciencia, tecnología e innovación, que a decir de la Contraloría de alguna manera señalan “la falta de definición de áreas estratégicas y que los criterios de priorización y aprobación de los proyectos terminan siendo muy laxos para definir que un proyecto sea considerado de ciencia y tecnología”, entre otras.

Lo anterior, permite afirmar algo elemental pero que debería ser el camino: la política pública para promover el desarrollo de la ciencia y la tecnología lo primero que debería reconocer es que institucionalmente quien investiga y produce ciencia, o alcanza los linderos en la cual ésta se encuentra, son las universidades y sus grupos de investigación, además de algunas instituciones especializadas públicas y privadas. Luego quienes conocen y tienen de manera permanente preocupaciones asociadas a la gestión, a los indicadores y a la obtención de recursos para CTI son de los rectores, decanos y directores de dichos centros de investigación, es a estos centros a quienes mediante la calidad de su proyectos y posibles impactos se les deben entregar los recursos para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la investigación.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/regalias-para-ciencia-y-tecnologia-un-sistema-creado-para-despilfarrar-recursos/243806

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Zarpazo a las universidades públicas

Por: Ignacio Mantilla

Por estos días se ha conocido ampliamente la iniciativa de un proyecto de ley que busca modificar los montos, mecanismos y, especialmente, el recaudo posterior de los recursos que el Icetex administra para que los jóvenes beneficiados puedan acceder a la educación superior. Incluso el debate se ha extendido en determinar si se trata del plagio de un proyecto que ya había sido formulado antes por el congresista Rodrigo Lara.

El proyecto se enmarca en un modelo que ha sido experimentado en otros países como Australia, por ejemplo, y que se denomina Crédito Educativo Contingente al Ingreso. Al graduarse, el endeudado profesional puede tener periodos de gracia y pagar el crédito de acuerdo a su salario y con intereses blandos, sin que sus ingresos se vean drásticamente menguados por esta causa y sin la presión de un corto tiempo límite para cubrir la deuda. Es decir que su empleo profesional y el salario que devengue será el determinante de la modalidad de pago del crédito educativo.

Sin lugar a dudas este es un buen e ingenioso mecanismo para financiar la demanda de educación superior. Pero no quiero ahondar en los detalles del proyecto, más bien quiero resaltar que se trata de una alternativa más de financiación a la demanda, que sumada a otra fuentes, estrategias y programas ampliamente conocidos, permiten concluir que el modelo de financiación que quiere reforzarse desde el Gobierno Nacional apunta, cada vez más claramente, a subsidiar la demanda.

Lo anterior no admitiría crítica alguna si estos programas tuviesen sus propias fuentes de financiación y sumaran opciones para los estudiantes universitarios colombianos, sin debilitar la financiación de la oferta que hacen, principalmente, las universidades públicas. En este punto coincidimos rectores de universidades, tanto públicas como privadas.

En efecto, con enorme desilusión hemos visto cómo los anhelados recursos que se habían aprobado en la última Reforma Tributaria para la educación superior pública (el 40 % de medio punto del IVA) ahora se quieren destinar, en su mayoría (cerca del 70 %), para fortalecer los fondos del Icetex y para garantizar los créditos nuevos y los que están desfinanciados. Así que la duda sobre el presunto plagio está despejada. No hay plagio sino originalidad, pues es difícil creer que el representante Lara o la senadora Claudia López hubieran pensado siquiera en echar mano a estos recursos para financiar esa propuesta.

Naturalmente, si se quiere estimular el crédito educativo como solución para cubrir los altos costos de la educación superior, las universidades públicas tendrán que adaptar sus sistemas de financiación porque los recursos para tales créditos y créditos-beca finalmente son los mismos que estaban destinados a financiar las universidades públicas exclusivamente.

Pero tal parece que la meta nacional se hubiese cambiado y que en lugar de apostarle a alcanzar un número N de nuevos profesionales universitarios, se aspire ahora más bien a otorgar M nuevos créditos (con M>N). Esto parece el mundo al revés: el Icetex, que con sus fondos debería estar fortaleciendo las universidades, ahora resulta fortalecido con los fondos de las universidades.

En mi opinión, creo que es un “disparate”, de enorme impacto negativo, atraer cada vez a más jóvenes y a sus familias al endeudamiento para cursar un pregrado en Colombia. La opción del crédito debe ser la última y no la primera, como se está presentando. Es como si dejásemos que los bancos formulen la nueva política educativa y prime el interés por endeudar a las familias sobre el de graduar a sus hijos.

Hace unas semanas, en el encuentro de Macrouniversidades de América Latina (de Colombia sólo forma parte la Universidad Nacional), realizado en Santiago de Chile, la presidenta Bachelet informaba a los rectores y delegados sobre su proyecto para tener gratuidad en la educación universitaria y hacía un llamado al Congreso chileno para que le apoye en la aprobación de esta nueva ley que propone su gobierno. El debate que se ha dado en Chile en torno al financiamiento de las universidades a través de costosas matrículas que pagan los estudiantes con créditos bancarios, tanto en universidades públicas como privadas, permite observar que en Chile el Estado se desentendió de la financiación de sus universidades a tal punto que universidades tan emblemáticas, como la Universidad de Chile, recibe hoy menos del 10% de sus recursos de funcionamiento de parte del Estado. Los efectos que este sistema ha tenido debe alertarnos para no incurrir en los mismos errores que hoy se quieren corregir en Chile.

En Colombia los grandes avances y logros en materia de cobertura, calidad y financiación en educación básica y media pueden intentarse también en la educación superior. Creo que en el Estado y su capacidad actual, las políticas del crédito educativo pueden ser una buena alternativa para cursar estudios de posgrado y no así para extenderla a los estudios de pregrado.

Pero, independientemente de calificar de bueno o malo el proyecto para el Crédito Educativo Contingente al Ingreso, lo que tampoco es aceptable a favor de este nuevo modelo es el argumento de un aparente debilitamiento académico o una ineficiencia administrativa de las universidades públicas. Ese no debe ser el soporte, no es admisible que se intente asfixiar a las instituciones públicas para poder mostrarlas moribundas y justificar así el uso eficiente del oxígeno en otros pacientes menos enfermos.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/zarpazo-las-universidades-publicas-columna-692478

 

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Adolfo León Atehortúa: “Se viene una masacre de licenciaturas en el país” (Colombia)

América del Sur/Colombia/07 Mayo 2017/Fuente:las2orillas /Autor:Observatorio de la Universidad Javeriana

El rector de la Universidad Pedagógica, Adolfo León Atehortúa, anuncia la debacle a partir de una ley del 2015 que será efectiva el próximo 9 de junio

La Ley 1753, de 2015, o Plan Nacional de Desarrollo, aprobado por el Congreso por recomendación del Gobierno y, en este caso del Ministerio de Educación Nacional (art. 222), dice que todos los programas de licenciatura tienen que acreditarse en alta calidad antes del 9 próximo de junio. De no hacerlo, deberán cerrar.

El rector de la U. Pedagógica Nacional, Adolfo León Atehortúa, IES que por Ley 30 de 1992 (art. 136) es “asesora del Ministerio de Educación Nacional en la definición de las políticas relativas a la formación y perfeccionamiento de docentes no universitarios”, pero que no fue consultada para este tema, dice que además de inconveniente, la norma afectará la cobertura en varios departamentos, y golpeará la cobertura nacional entre 40 y 80 mil estudiantes.

“Increíble paradoja. Un plan de desarrollo que busca ampliar la cobertura en educación superior, la reduce de tajo con un solo artículo; un país que requiere de maestras y maestros para la construcción de paz renuncia a formarlos en las regiones que vivieron con más saña el conflicto que pretende terminarse”, dice en su columna de El Espectador, denominada “en defensa de las licenciaturas” que reproducimos a continuación:

En virtud del artículo 222 de la Ley 1753 de 2015, por la cual se expidió el Plan Nacional de Desarrollo, los programas de licenciatura, construidos para la formación de maestras y maestros en todo el país, fueron obligados a tramitar y obtener su acreditación de alta calidad antes del 9 de junio de 2017. En caso de no lograrlo, dispuso la ley, perderán el registro calificado otorgado para su funcionamiento y, por consiguiente, tendrán que suspender inscripciones y cerrar su oferta.

El proceso no ha sido sencillo. Durante el plazo concedido de dos años, a partir del 9 de junio de 2015, las licenciaturas debieron acogerse también al Decreto 2450 del 17 de diciembre de 2015, que reglamentó las condiciones de calidad para el otorgamiento y renovación de sus registros calificados, y a la Resolución 2041 del 3 de febrero de 2016, por la cual se establecieron las características específicas de calidad de dichos programas para la obtención, renovación o modificación del registro calificado.

En dichas condiciones, el artículo 222 de la ley del Plan Nacional de Desarrollo, que para el caso es norma instrumental y temporal, derogó parcialmente una ley marco, la Ley General de Educación, que otorga carácter voluntario a la acreditación y reconoce, además, la autonomía universitaria que consagra el artículo 69 de la Constitución nacional. Pero, por otra parte, decreto y resolución arriba mencionados, exigieron sin lógica la inmediata autoevaluación de los programas y emprender las reformas necesarias para presentarse en solo seis meses al Consejo Nacional de Acreditación, con la previa implementación de nuevas y rigurosas características específicas de calidad impuestas para su funcionamiento.

Por supuesto, muchas universidades no tuvieron la capacidad ni el tiempo suficiente para poner en inmediata marcha los ajustes pretendidos, con las consecuentes afectaciones curriculares y presupuestales, que impidieron en muchos casos la presentación ideal del conjunto de características y factores de calidad que se exigían.

No era tampoco asunto de voluntad. Uno de los requisitos perentorios consistió en alcanzar de inmediato, por parte de todos los licenciados, el nivel A2 de desempeño en una lengua extranjera. Desde luego, comprendemos la bondad presente en el espíritu e intención de la norma, pero una lengua no se aprende por decreto: en el contexto colombiano, el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera es atravesado por diferentes factores como las profundas brechas del desarrollo regional, el nivel socioeconómico, el capital cultural familiar, las posibilidades de inmersión y otras condiciones que facilitan o retrasan el aprendizaje de una segunda lengua en el nivel esperado. Más aún, si se considera que la gran mayoría de los estudiantes que ingresan a las licenciaturas de las universidades estatales llegan del bachillerato sin herramientas para el dominio de una lengua extranjera, sería necesario brindar 180 horas en cursos para alcanzar el nivel A1 y luego 180 horas para lograr el A2. Este hecho exigiría dos años en función de obtener el nivel establecido por la norma, siempre que se ofrezcan cursos de cinco horas semanales, y rompería en la práctica los currículos sin cumplir con el exiguo plazo estipulado por la ley.

En consecuencia, nos encontramos hoy ante la perspectiva de una auténtica “masacre” de licenciaturas. De acuerdo con un estudio adelantado en la Universidad Pedagógica Nacional, existen 501 licenciaturas en el territorio nacional: 300 en instituciones de carácter oficial y 201 en instituciones privadas. Entre ellas, a 2016, solo 89 contaban con acreditación de alta calidad vigente y 272 tenían la obligación inmediata de acreditarse. Sin embargo, solo 154 se presentaron al proceso; lo cual significa que, a junio 9 de 2017 conforme dispone la ley, en el mejor de los casos, menos de 200 licenciaturas contarían con acreditación de alta calidad o estarían en perspectiva de lograrla, mientras el resto cerraría sus puertas para el próximo semestre. A corto plazo, entonces, la cobertura en educación superior del país se reduciría por este efecto en 40 u 80 mil estudiantes; una meta muy contraria a la que se había propuesto el mismo Plan Nacional de Desarrollo.

No obstante, lo más grave es que, según el mismo estudio, al discriminar por departamentos la distribución de las licenciaturas con acreditación de alta calidad, estas se concentran en Bogotá (33.71 %), Antioquia (13.48 %) y Boyacá (11.24 %), mientras en departamentos como Bolívar, Cesar, Chocó, Guajira, Magdalena, Putumayo y Sucre, que ofrecen hoy el 11,8 % de las licenciaturas en Colombia, estas no alcanzarían la acreditación y dichas regiones se quedarían, muy probablemente, sin programas para la formación de maestras y maestros. Aún más, licenciaturas creadas en virtud de las diversidades regionales y en atención a las expectativas de desarrollo requeridas en importantes escenarios rurales afectados por el conflicto político armado serían las más perjudicadas.

Increíble paradoja. Un plan de desarrollo que busca ampliar la cobertura en educación superior, la reduce de tajo con un solo artículo; un país que requiere de maestras y maestros para la construcción de paz renuncia a formarlos en las regiones que vivieron con más saña el conflicto que pretende terminarse.

El presidente de la República, premio Nobel de Paz, debiera examinar la situación y utilizar los instrumentos legales a su alcance para impedirlo. El Ministerio de Educación Nacional es consciente de lo que sucede.

Las licenciaturas en cifras (consulta en SNIES)

– Total de licenciaturas activas: 533

– Ofertadas por universidades oficiales: 295

– Ofertadas por universidades privadas: 2138

– Ofertadas por instituciones universitarias oficiales: 16

– Ofertadas por instituciones universitarias privadas: 84

– En metodología presencia: 442

– En metodología distancia tradicional: 74

– En metodología distancia – virtual: 17

Fuente de la noticia: https://www.las2orillas.co/se-viene-una-masacre-licenciaturas-pais/

Fuente de la imagen:https://www.las2orillas.co/wp-content/uploads/2017/05/pedagogica-1.jgp

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Cinco países se unen en nuevo proyecto para la inclusión social

07 Mayo 2017/Fuente:eltiempo /Autor: Educación

El Banco Interamericano de Desarrollo, la Agencia Presidencial de Cooperación de Colombia y el Departamento Administrativo del Deporte, la Recreación, la Actividad Física y el Aprovechamiento del Tiempo Libre (Coldeportes) lanzan un nuevo proyecto llamado ‘En sus marcar, listos…inclusión’ con el fin de promover el deporte paraolímpico para la construcción de una sociedad más inclusiva para las personas con discapacidad.

‘En sus marcar, listos, inclusión’, tiene como objetivo fortalecer las estructuras paralímpicas nacionales en los países de El Salvador, Ecuador, Nicaragua, Perú, Colombia y Brasil, que será mentor y proporcionará asistencia a la región. Para facilitar el acceso de estas personas a la práctica deportiva y así favorecer su inclusión social y su economía.

En comunicado de la APC-Colombia, del BID y de Coldeportes, afirmaron que el costo de esta iniciativa será de US$680.000 de los cuales el BID aportará US$650.000. Este dinero será invertido para el fortalecimiento de las capacidades de los atletas de las comunidades de escaso o nulo desarrollo paralímpico, altos índices de pobreza, exclusión social, población con alto porcentaje de discapacidad y afectada por la violencia.

Además, se capacitarán entrenadores y técnicos, líderes regionales del movimiento, administradores locales de deporte paralímpico y una serie de atletas líderes embajadores en cada país para lograr una construcción conjunto de una inclusión social más activa.

De acuerdo a lo estipulado en la iniciativa, según estas entidades encargadas, trabajarán hasta el 2019 con los Comités Paralímpicos Nacionales, los Institutos Nacionales y Municipales del Deporte en cada país, y los clubes deportivos en dos regiones por cada país donde se concentrarán en las actividades de fortalecimiento de la oferta deportiva paralímpica.

Por otro lado, según las estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la región la cifra de personas con discapacidad llega a 70 millones de personas. Se estima, que esta cantidad de personas en condición de discapacidad lo constituyen el 6,3 por ciento en Colombia, 5,6 por ciento en Ecuador, 4,1 por ciento en El Salvador, 10,3 por ciento en Nicaragua y 5,2 por ciento.

El Ministerio de Educación Nacional se une a la iniciativa

A raíz de la iniciativa ‘En sus marcar, listos…inclusión’, el Ministerio de Educación suscribió a Colombia en un acuerdo con el Comité Paralímpico Colombiano (CPC) y el Comité Paralímpico Internacional (IPC, por sus siglas en inglés) a un programa mundial llamado I’m posible.

I’m possible tiene como objetivo fomentar en niños y jóvenes la inclusión y promover los valores que inspiran al deporte paralímpico, como el coraje, la determinación y la equidad.

Según Yaneth Giha Tovar, ministra de educación, “‘I’m possible’ busca que los niños con y sin discapacidad aprendan los valores paralímpicos y apropien en su corazón la importancia de creer que todo es posible si hay determinación y disciplina”.

La iniciativa está dirigido a profesores y a estudiantes entre los seis y 12 años, el cual incluye 15 guías de aprendizaje sobre valores paralímpicos y el paradeporte, para que los docentes puedan incorporar en sus enseñanzas la información y estas disciplinas en sus clases.

Además, el programa también busca cambiar las percepciones de la sociedad en relación a las personas con discapacidad y apoyar a los comités paralímpicos en la promoción de los valores de esas disciplinas deportivas.

“Todo lo que tenga que ver con política de inclusión es una bandera que queremos poder sacar adelante; es una deuda que tenemos. En Colombia hemos avanzado pero nos falta y en eso estamos trabajando, afirmó la ministra de educación.

Fuente de la noticia: http://www.eltiempo.com/vida/educacion/cinco-paises-se-unen-en-nuevo-proyecto-para-la-inclusion-social-84486

Fuente de la imagen:

http://images.etn.eltiempo.digital/files/article_main/files/crop/uploads/2017/05/04/590b5ed85e07e.r_1493917688543.0-63-2293-1209.jpeg

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La memoria del conflicto armado y la escuela

06 de mayo de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Nancy Palacios Mena

Los padres de familia y profesores pueden ser grandes protagonistas en la construcción de propuestas pedagógicas innovadoras.

La firma de los acuerdos que ponen fin a varias décadas de conflicto armado en Colombia nos plantea la emergencia de varias líneas de investigación y reflexiones pedagógicas en las cuales, sin duda, los maestros pueden llegar a ser grandes protagonistas.

El impacto del conflicto armado en el ingreso, deserción y permanencia de los estudiantes y los maestros de los centros educativos, la necesidad de implementar estrategias pedagógicas para enseñar a los estudiantes a prevenir ser víctimas de acciones violentas, caer en los campos minados y/o ser reclutados para la guerra, la vinculación de los niños y jóvenes sobrevivientes del conflicto y en condiciones de desplazamiento forzado a las aulas, son algunos problemas a ser abordados dentro del gran abanico de investigaciones que podría formar la memoria histórica del conflicto armado colombiano.

En el campo de la reflexión pedagógica se tienen grandes desafíos: los contenidos, las metodologías y las metas de aprendizaje, son aspectos en los cuales es necesario trabajar con mucho cuidado para no cometer errores que desemboquen en procesos de enseñanza mal enfocados y mal orientados. Llevar el conflicto armado a las aulas sin asumir posturas ideológicas que fomenten sentimientos nacionalistas radicales, poner a los actores del conflicto en calidad de víctimas y victimarios sin hacer matices, proyectar la imagen de las víctimas como personas en condición de minusvalía que merecen lástima, narrar los hechos violentos como las masacres, los atentados y las tomas a pueblos como películas de acción de Hollywood, son retos que debe superar el componente didáctico y pedagógico sobre la memoria del conflicto armado en el país.

Los padres de familia y profesores pueden ser grandes protagonistas en la construcción de propuestas pedagógicas innovadoras que permitan que las nuevas generaciones conozcan y reflexionen sobre un conflicto armado que ha marcado el destino del país. Como testigos de primera mano, padres y maestros pueden aportar un sin número de experiencias que no solo evidencian la afectación que han tenido las comunidades sino, también, las múltiples estrategias de supervivencias que estas tuvieron que adoptar para seguir adelante en medio de la violencia.

Estamos ante una muy buena oportunidad para examinar qué se está haciendo en el campo de la enseñanza de las ciencias sociales en general y la historia en particular; es una buena oportunidad para revisar los enfoques epistemológicos, disciplinares y las estrategias pedagógicas en marcha, así como para la implementación y consolidación de aquellas que apuntan a la orientación de un pensamiento histórico que integre desarrollos cognitivos, habilidades procedimentales y la formación de una ciudadanía crítica.

El reto que tenemos es superar la enseñanza de la historia como una narrativa plana, en palabras de Jorge Sáiz (2015), “aprender historia debe suponer aprender a representar y significar el pasado, a construir conocimientos históricos propios y utilizarlos para pensar y comprender la realidad social”. Desde esta perspectiva, aprender historia equivale a desarrollar un pensamiento histórico, un conocimiento que no es intuitivo, ni natural, sino que requiere un proceso formativo, gradual de instrucción, para conocer, comprender y saber utilizar los contenidos metodológicos sobre historia, es decir, competencias para significar cuestiones históricas y para entender el pasado como se hace desde la investigación en este campo del saber.

Lo anterior nos pone ante el reto de llevar a la escuela una memoria del conflicto armado sin sesgos, sin moralismos, sin apasionamientos que conduzcan a polarizaciones inconvenientes y a planteamientos anacrónicos y atemporales; el reto que tenemos es llevar el conflicto armado a la escuela, más allá de simples explicaciones descriptivas sobre los acontecimientos los actores y sus efectos, no se puede quedar por fuera la comprensión crítica de las causas estructurales que condujeron al conflicto y de las cuales adolecen muchas de las descripciones de acontecimientos violentos que han producidos grupos e investigadores muy destacados, narran masacres, desapariciones y desplazamientos de la población, como si éstos fueran brotado naturalmente, obviando que en el fondo del conflicto armado colombiano, se encuentra el abandono estatal y una larga tradición de inequidad, desigualdad y exclusión, factores que han llevado a que comunidades y regiones enteras hayan vivido en una situación de miseria, pobreza y privación de las necesidades básicas inaceptables para un país con abundantes recursos como el nuestro.

Requerimos, pues, de una formación histórica que integre el desarrollo de habilidades cognitivas y habilidades procedimentales complejas, con una formación ética y política que permita que nuestras nuevas generaciones de niños y jóvenes no solo conozcan y reflexionen sobre la violencia que hemos vivido, sino que construyan una ciudadanía que propenda por la convivencia, rechace la confrontación armada y crezca con la convicción de que esté sufrimiento colectivo no lo podemos volver a repetir nunca más.

Referencias
Sáiz, Jorge. (2015). Educación histórica y narrativa nacional. Tesis para optar por el título de doctor en didácticas específicas. Didáctica de las ciencias sociales. Universidad de Valencia- España.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-memoria-del-conflicto-armado-y-la-escuela

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En Colombia, Antioquia: La universidad digital tendría socio destacado

America del Sur/Colombia/Elcolombiano.com

La universidad digital, uno de los proyectos destacados de la actual administración departamental, podrá contar con el apoyo del principal centro de educación superior antioqueño de carácter público.

Tanto el gobernador Luis Pérez Gutiérrez como el rector de la Universidad de Antioquia,Mauricio Alviar Ramírez, informaron sobre la intención de trabajar juntos en dicho proyecto.

Según Pérez, la idea es que los universitarios matriculados en programas presenciales puedan aprovechar la virtualidad para cursar entre 20 % y 40 % de las materias.

Agregó que la principal institución académica de Antioquia podría generar entre 15 y 20.000 nuevos cupos.

El mandatario departamental invitó a las demás instituciones de educación superior a vincularse. “Qué bueno que las universidades públicas se asociaran con nosotros”.

El camino de la U digital

La U digital es una alternativa de educación superior que apunta a conseguir 100.000 matriculados en cuatro años.

Para ello, la Secretaría de Educación de Antioquia envió al Ministerio de Educación, información sobre la viabilidad técnica, jurídica y financiera.

En marzo, los funcionarios de la Gobernación recibieron a los cinco pares académicos (profesionales e investigadores), quienes aprobarán o no el estudio de factibilidad para la creación de la institución.

Según el gobernador de Antioquia, la administración departamental entregó toda la información solicitada por la cartera de Educación.

“Estamos esperando que se reúna la Conaces (Comisión Nacional Intersectorial de Aseguramiento de la Calidad), que decide el permiso”, aseguró Pérez Gutiérrez.

En caso de que se reciba la aprobación por parte del Ministerio de Educación, la Gobernación presentará un proyecto de ordenanza a la Asamblea Departamental, para la creación de la entidad pública.

 Fuente: http://www.elcolombiano.com/antioquia/la-universidad-digital-tendria-socio-destacado-XH6449909
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