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Manosear niñas (no) es delito (en El Salvador)

Centroamérica/El salvador/14 Noviembre 2019/El país

En un país en el que una de cada diez denuncias de abusos a menores llegan a condena, la Cámara Penal no aceptó como delito el tocar la vulva de una niña de diez años sobre su ropa

En los últimos años, El Salvador ha sido un país conforme. Y no porque todo vaya bien. Al contrario: conforme porque, cuando todo va mal, en la debacle queda poco por hacer. Tras la guerra civil, ha ganado varias veces el triste podio del más homicida del continente. Es un país de apenas 6,5 millones de habitantes que permite que, en promedio, dos mujeres mueran a manos de sus parejas cada mes, y que hace oído sordo a las estadísticas que hablan de 12 denuncias por delitos sexuales cada día. Pero en la última semana, ese país conforme y derrotado por la violencia no aceptó un hecho: no aceptó que una Cámara Penal concluyera que tocar la vulva de una niña de diez años, sobre la ropa, no es delito.

Para quienes nacimos después de los Acuerdos de Paz de 1992, la protesta en las calles no ha sido una opción real para mostrar descontento ciudadano. Al menos no generacionalmente. Crecimos con madres listando muertos y recordando el ruido de las balas de la década de los ochenta, cuando miles de salvadoreños salían a protestar contra la represión estatal.

Con traumas de la guerra aún no resueltos, los nacidos en la posguerra y en colonias obreras aprendimos a callar por otras cosas. Quienes nos enseñaron el silencio en las últimas décadas fueron las pandillas. Su orden está escrita en los pasajes y calles de un sinfín de comunidades que controlan: “Ver, oír y callar”, ha sido la premisa. Y en general, el mandato se ha acatado. Cuando las familias salvadoreñas hablan de los pandilleros, no se les nombra así. Se habla de “los muchachos”. Cuando alguien dentro de una comunidad se atreve a contar la última extorsión o la última paliza que los muchachos han propinado, lo dice “quedito”, en susurro. El miedo convierte la queja en murmullos y silencio. En El Salvador, una marcha en contra de los asesinatos cometidos por la Mara Salvatrucha 13 o por el Barrio 18 sería impensable. Se ha aprendido que nombrar el descontento puede costar la vida.

La semana pasada, el silencio generalizado ante la violencia se rompió. Y empezó a resquebrajarse por la grieta de los abusos sexuales. En los juzgados salvadoreños, solo una de cada diez denuncias de abusos a menores llegan a condena. El 90% de los abusos denunciados quedan en la impunidad. Pero el lunes 4 de noviembre, cientos salieron a las calles con una consigna: “tocar a una niña sí es delito”.

Este hervidero de gente enojada en la calle empezó a prender en febrero, cuando Eduardo Escalante, un magistrado del Órgano Judicial, llegó en su carro a una colonia obrera y, según la acusación fiscal, tocó la vulva de una niña de diez años que jugaba con su vecino alrededor de un árbol. El hombre huyó a pie cuando familiares de la niña lo increparon, pero dejó su carro en el lugar. Así lograron identificarlo. Se le acusó de agresión sexual a menor, un delito castigado con una pena de ocho  a 12 años de cárcel. Pero la Cámara que conoce el caso, conformada por dos magistrados, concluyó la semana pasada que la conducta de la que se acusa al abogado es, a lo mucho, una falta que conlleva una multa de diez a treinta días de salario.

La resolución cayó como agua hirviendo sobre gente que acostumbra a apartarse de los problemas ajenos. Quemó. Y muchos en el país centroamericano, que acepta con normalidad la violencia en sus máximas expresiones, se hartaron. Una mujer dueña de 25 taxis, mandó a todos sus conductores a escribir “Tocar niñas sí es delito” en los parabrisas de cada uno de los carros. Las pancartas, repitiendo la misma consigna, se han visto por toda la ciudad. El presidente de la república ha hecho eco de la causa tuiteando al respecto. El movimiento feminista se ha asegurado de que el caso no se convierta en un signo del que intenten sacar rédito los políticos, a quienes negaron la palabra durante la protesta. Una movilización en defensa de las niñas y las mujeres empieza a despertar en una sociedad que por décadas ha callado.

En 1999, cuando Katya Miranda, una niña de nueve años fue violada y asesinada en un rancho familiar, no hubo una protesta que dijera a los agresores: aquí estamos y los estamos vigilando. Su caso se convirtió en un símbolo de la impunidad con la que en El Salvador se toca, se viola y se mata a las niñas. En 2013, cuando Ana Chicas, una joven de 18 años, fue asesinada por su expareja, no hubo nadie que saliera a defenderla ni siquiera por las calles de su polvoso cantón en Usulután, al oriente del país. En 2016, cuando Karen y Andrea, de 12 y 14 años, desaparecieron en Cojutepeque, no hubo ninguna movilización para buscarlas. Fuera de las organizaciones y los movimientos feministas, la violencia contra las mujeres ha sido, con suerte, algún hashtag en redes sociales.

El Triángulo Norte de Centroamérica es una región demasiado acostumbrada a la violencia. Nuestro termómetro para medir el fracaso o el éxito de políticas públicas que la combatan ha sido, por excelencia, la reducción de los números de asesinados cada día. Cuando se habla de violencia se piensa en pandillas, en enfrentamientos policiales, en cementerios clandestinos. Poco contamos a nuestras niñas y mujeres violadas, acosadas y humilladas.

Por ejemplo, la Cámara que conoce el caso del magistrado Escalante -según la resolución- no considera que tomar a una niña de diez años por los hombros y luego bajar la mano hacia sus genitales sea un hecho violento por sí mismo. No hubo balas, gritos, sangre, ni golpes de por medio. Solo una niña congelada. Y como el hecho sucedió de manera breve y sobre la ropa, los magistrados concluyeron que eso constituye un “tocamiento impúdico”. De acuerdo con la ley, ese tipo de tocamiento ocurre cuando alguien se aprovecha del “descuido” de una víctima que transita en un lugar público para tocarla. Pareciera que el mensaje es que son las niñas las que deben estar alerta, no distraerse, para que no aparezca un señor de traje y les toque la vulva.

La protesta que salió a las calles esta semana es una conquista pequeña para un país tolerante con el acoso, las agresiones y el abuso. Solo en 2018, la Policía recibió 4.304 denuncias de violencia sexual, y es un consenso que eso es apenas un subregistro de la realidad. Aunque la manifestación reciente en las calles abre la puerta grande a un movimiento social que reclama justicia para las mujeres, es una respuesta que llega tarde.

Ninguna marcha provocará que la niña de diez años vuelva a salir a jugar sin miedo, ninguna protesta devolverá a la vida a Katya Miranda, a Ana Elizabeth ni a Karen y Andrea. Pero ha sido reconfortante saber que, por un momento, esta sociedad que huele a podrido por los tantos cadáveres que esconde, pareció tener aún un sentido de justicia.

Fuente e imagen: https://elpais.com/internacional/2019/11/08/actualidad/1573236254_366551.html

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Promueven en El Salvador mayor rigor en el periodismo de ciencia

América Central/El Salvador/27-10-2019/Autor y Fuente: www.prensa-latina.cu

La necesidad de potenciar los temas de ciencia y tecnología en la agenda mediática de El Salvador fue reclamada hoy en un seminario sobre esa asignatura pendiente en el periodismo nacional.
La Universidad Pedagógica de El Salvador acogió el primer Seminario de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación, para fomentar una cobertura más rigurosa y profunda de una temática marginada en los medios del país.

Wilber Monterrosa, organizador del evento, confirmó que el periodismo de ciencia se resiente por la percepción equivocada de que lo científico es algo denso, inalcanzable o elitista.

‘El periodismo científico es una llave al conocimiento para abrir eventos trascendentales en la sociedad, en la medida que formemos comunicadores, se darán pasos importantes para el desarrollo’, aseguró Monterrosa.

El también fundador del portal especializado El Informe valoró este espacio como una brecha en la lucha contracorriente contra los estereotipos sobre el periodismo científico, y revertir su poca popularidad.

‘La ciencia está en todo y debería ser una prioridad en las agendas informativas, porque toca la supervivencia misma de la especie’, advirtió Monterrosa en diálogo con Prensa Latina.

Catalina Machuca, vicerrectora académica de la Universidad Pedagógica, saludó esta iniciativa, que estimula la búsqueda del conocimiento y crea un espacio para abrirse a nuevas formas de entender el mundo.

Este Seminario constituyó un colofón de una gira de Monterrosa por varias escuelas de comunicación del circuito universitario de El Salvador, y sentó las bases para un cercano taller de técnicas para la cobertura del tema.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=315841&SEO=promueven-en-el-salvador-mayor-rigor-en-el-periodismo-de-ciencia
Imagen: Mudassar Iqbal en Pixabay
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¡Que no se aburran en casa! 10 actividades fáciles que los niños pueden realizar en días lluviosos

América Central/El Salvador/20-10-2019/Autor(a): Osmín Monge/Fuente: www.elsalvador.com 

Las recientes e incesantes lluvias en El Salvador han provocado que se suspendan las clases a nivel nacional durante dos días.

El martes, El Salvador no solo amaneció con un incesante torrencial, sino también con la noticia de que el Ministerio de Educación suspendió las clases a nivel nacional debido, precisamente, a las constantes lluvias en el territorio. Esta situación de emergencia ha provocado que miles de niños y jóvenes permanezcan resguardados en casa durante dos días.

En esos momentos de abundante lluvia el único deseo que tienen muchos infantes es meterse en su cama, comer algo rico, ver televisión o entretenerse con algún videojuego; los más aplicados aprovecharán el tiempo para estudiar para los exámenes finales o para adelantar con alguna tarea.

Los días de aguaceros no deben ser aburridos. Foto EDH / Pixabay

A pesar de que esas actividades provocan bienestar, es probable que tarde o temprano llegue el aburrimiento. Es en ese momento que los padres deben hacer que sus retoños (párvulos y en edad escolar) se entretengan y no sean víctimas del tedio o del miedo.

Según la maestra Silvia de Avilés, los días lluviosos pueden ser aprovechados por los niños para realizar ciertas actividades y compartir con familiares y amigos vecinos.

“Existen muchas actividades que los niños pequeños pueden hacer en casa en días de temporal. También se puede utilizar el tiempo libre para realizar algunas tareas de mucho provecho. Deben ser los adultos lo que propicien esos momentos”, expresa la pedagoga.

La profesora sugiere las siguientes actividades caseras que los adultos pueden realizar para mantener entretenidos a los niños.

1- Momentos en la cocina

Pon a cocinar a los niños; será muy entretenido para ellos. Esta acción la deben hacer bajo tu supervisión y con tu ayuda. Ellos pueden elaborar postres o alguna platillo sencillo. ¡Lo mejor es que tendrán un resultado sabroso que podrán disfrutar y compartir!

En la cocina se pueden pasar momentos entretenidos. Foto EDH / Pixabay

2- Día de campamento

No es necesario salir de casa para montar una tienda de campaña. Hazlo en las sala de la casa o en un dormitorio, para ello puedes utilizar sábanas y sillas. Cuando esté armada, mete libros de cuentos, algo para comer y empieza a contarles historias. Será una actividad muy entretenida para ellos y para ti.

3- Lee un libro

Pasa estos días lluviosos leyendo un buen libro junto a tus hijos. Leer es una excelente forma de ir en una aventura sin tener que salir de casa.

Leer algún libro de cuentos o aventuras es ideal para días lluviosos. Foto EDH / Pixabay

4- Teatro de títeres

Toma algunos muñecos (mejor si son títeres), coloca de forma improvisada una especie de escenario e interpreten juntos un cuento o alguna historia inventada.

5- Show de sombras

Apaga las luces, pon una linterna encendida delante de ti y haz que se reflejen figuras con tus manos; pídele a tus hijos que hagan lo mismo. Las sombras más chistosa y originales deben ser aplaudidas.

6- Es tiempo del arte

¿Tus hijos tienen dotes artísticos? Aprovecha este tiempo libre para que se expresen a a través del arte. Puedes montar un show casero para que canten, bailen o actúen. También puede ponerlos a dibujar o a pintar.

En el tiempo libre se pueden aprovechar el talento y el arte. Foto EDH / Pixabay

7- Juegos de mesa

Es hora de divertirse con algunos juegos de mesa: Monopoly, No te enojes, Uno, Jenga, Tabú, damas chinas, ajedrez, rompecabezas….

8- Fotos y recuerdos

Junto a tus hijos puedes pasar un buen rato viendo los viejos álbumes de fotos la familia o las imágenes en la computadora. Otra opción es ver los vídeos familiares. Así recordarán otros tiempos y buenos momentos.

9- Hora de las manualidades

Saca todos tus materiales para manualidades y dale paso a la creatividad. Haz títeres de mano, adornos para el hogar, tarjetas decoradas… No hay límites para la imaginación.

Elaborar manualidades es una de las actividades más divertidas. Foto EDH / Pixaby

10- Ayuda en los quehaceres

Los niños también pueden aprovechar su tiempo libre ayudando con algunos quehaceres del hogar. Debes ingeníartelas para que las realicen de manera entretenida.

Consejo sano

En los días de lluvia (y en cualquier otro día) no infundas miedo en los niños. Es conveniente mantenerse informado sobre lo que está pasando en el país y estar al tanto de las recomendaciones hechas por las autoridades correspondientes, pero jamás debes transmitirles angustia. Si hay alguna emergencia en tu casa, preocúpate por proteger a los niños. Hazlo siempre con calma.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/vida/amor-y-familia/10-actividades-caseras-que-los-ninos-pueden-realizar-en-dias-lluviosos/649822/2019/#

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Paula FAinsod: “La educación sexual les va a permitir tener herramientas para decidir”

Por: Violeta Rivas y César Jiménez.

 

La experta argentina explica que la Educación Integral de la Sexualidad gira más allá de la genitalidad, así como la importancia de esta enseñanza desde el nivel inicial educativo a los derechos permitidos y cómo deben ser respetados.

En marco del congreso sobre “Educación Integral de la Sexualidad: un derecho humano”, la directora del diplomado Educación Sexual Integral de la Universidad de Buenos Aires en Argentina, Paula Fainsod, visitó el país para dar una ponencia sobre la Educación Integral en Sexualidad (EIS) y compartir la experiencia en cómo esto se ha implementado en otros países.

Hace énfasis en la importancia de la información, pero en especial de la formación que se debe dar a las niñas y adolescentes para que puedan evitar cualquier tipo de violaciones en sus derechos.

¿Qué es la Educación Integral en Sexualidad?
Es una propuesta pedagógica que se plasma en distintos países con políticas públicas vinculadas al campo educativo y propone generar un espacio en los centros educativos desde el nivel inicial hasta en los lugares de formación docente donde se puedan trabajar distintos contenidos que propician, fundamentalmente, la toma de decisiones autónomas en relación a la sexualidad.

Lo que propone la educación sexual es, a través de distintos contenidos, la revisión de lo que se vienen desarrollando en las escuelas.

Propicia una mirada de la sexualidad que no remite sólo a lo biológico, sino que dar cuenta que la sexualidad tiene una dimensión psicológica, social, cultural vinculada a las emociones, derechos y que todo eso debe ser abordado en las instituciones educativas para poder generar una sexualidad más plena, responsable y libre de violencia.

¿Cuáles son los contenidos que se están abordando hasta el momento?
La EIS propone una serie de contenidos específicos para cada uno de los niveles educativos. Por ejemplo en mi país (Argentina) se plantean cinco ejes de trabajo que tienen que ver con el cuidado del propio cuerpo, cuidado de la salud, respeto a las diversidades, el poder pensar con una perspectiva de equidad de género.
Por ejemplo, a nivel inicial se trabaja que cada niño y niña pueda conocer su corporalidad, a qué refiere la intimidad, cómo poder construir desde la educación sexual una subjetividad en los niños en la que ellos puedan poner límites ante situaciones que no quieren que les sucedan.

De alguna manera lo que se trabaja desde los niveles iniciales hasta la educación superior va generando distintos contenidos que refieren a como poder pensar en las diferentes dimensiones de la sexualidad que abarca una pluralidad de contenidos muy significativas.

En nivel primario es cuando se enseña historia y qué nos enseñan: ¿Hay mujeres en esa historia? ¿Qué mujeres científicas nos muestran? ¿Qué mirada en torno a las ciencias enseñan?
Todas esas preguntas que desde la EIS habilitan a pensar los estereotipos de género, los mandatos que están presentes en nuestra sociedad y que luego conllevan situaciones de desigualdad y violencia entre los géneros.

¿Cómo se van estableciendo estos contenidos? ¿Quién y cómo los definen?

En Argentina hay una ley nacional de EIS… fue sancionada en el 2006 y en uno de sus artículos establece que se deben definir lineamientos curriculares, que fueron definidos por un consejo federal de la educación con representantes de los ministros de las distintas provincias, organizaciones de la sociedad civil, investigadores y de distintas instituciones.

Tengo entendido que acá, en El Salvador, hay un desarrollo vinculado a la EIS y es importante que estos instrumentos se pongan en acción… Son los elementos que permiten a los docentes generar estrategias en sus aulas para generar desde las escuelas espacios donde los niños y las niñas sientan la posibilidad de expresar lo que les pasa, lo que sienten, sus problemáticas.

Eso genera un clima de confianza para los niños y a partir de ahí se despliega la posibilidad que tiene la escuela no solamente de trabajar contenidos vinculados al EIS, sino que junto a otras instituciones puedan desplegar estrategias para la protección integral de los derechos de los niños y adolescentes.

¿Cómo hacer llegar todo este tipo de contenidos a las niñas embarazadas que interrumpen su educación?
Cuando pensamos en los embarazos y maternidades adolescentes nos preocupa cuando esa situación se vincula a una cuestión no planificada y conlleva a diferentes dificultades en sus vida.

Es importante pensar que la educación sexual les va permitir a ellas tener herramientas para tomar mayores decisiones, pero esto no depende de que tengan mucha información sino que se construyan relaciones más igualitarias donde un varón no abuse de esas niñas.

Es fundamental que las niñas y adolescentes puedan contar con un espacio donde puedan acceder a esa información, y no solo eso, también a una educación que les permita pensar en su propia sexualidad y corporalidad, pero los embarazos y las maternidades adolescentes y en niñas frecuentemente se vinculan a situaciones de violencia.

También el sistema educativo debería de contar con espacios que las empoderen para tomar decisiones autónomas y decir que no.

Además educar a los niños para poder tener información y formación que ponga en tensión el mandato de violencia y agresividad en los varones y eso la EIS lo potencia.

Es muy importante desde la EIS pensar en la integralidad de la sexualidad, pero también en la necesidad de una política integral que entienda que el trabajo debe ser en la escuela con las niñas, los niños, las adolescentes; en la capacitación de los docentes; en el trabajo con las familias; en el trabajo con otras instituciones de distintos sectores para garantizar derechos; en el trabajo con las organizaciones sociales de la sociedad civil que tienen muchos recorridos y también pueden aportar a repensar estas cuestiones. Todo eso hace también a una mirada integral de una política en EIS.

Los niños están viendo parejas del mismo sexo. ¿Cómo le explico eso a ellos?

La UNFPA (El Fondo de Población de las Naciones Unidas) es un organismo internacional que participó del congreso y comentaba que la educación sexual no se puede pensar sin una perspectiva de género, esto implica el respeto a las distintas experiencias vinculadas a la sexualidad.

Esto no quiere decir que la escuela promueva la diversidad sexual, de ninguna manera. Lo que hace es generar un espacio donde se pueda construir una mirada respetuosa de las decisiones de cada quien y que sean tomadas autónomamente.

Lo que la educación sexual propone es que hay distintas formas de vivir la sexualidad… Lo importante es que podamos construir una sociedad que respete la diversidad en esas elecciones.

Yo tengo hijos y para ellos quiero determinadas cosas y tengo el derecho de quererlas en el marco de la familia. Igualmente mis hijos son sujetos de derechos y pueden decidir algo que yo no quiera para ellos, pero tengo que respetarlos como sujetos de derechos.

Los niños y las niñas no son de nadie, son sujetos de derechos y nosotros debemos responsabilizarnos como adultos en acompañarlos para que tengan una vida lo más plena, libre y saludable posible, pero respetando su autonomía.

Una cosa es lo que sucede en las familias, y las escuelas tienen otra función que es que los niños y las niñas puedan encontrarse con las miradas de quienes están ahí, abriéndose a nuevas miradas para poder pensar y reafirmar sus elecciones.

Si yo estoy viviendo una situación de discriminación por mi elección sexual, bueno, puedo saber que tengo derechos y que sea respetada mi elección.

La escuela abre, a diferencia de la familia, la posibilidad de encontrarse con distintas formas de pensar como en ciencias sociales, matemáticas y en las distintas áreas que trabaja la escuela, que es lo que potencia. Abrir nuevos mundos.

Fuente de la entrevista: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/paula-fainsod-la-educacion-sexual-les-va-a-permitir-tener-herramientas-para-decidir/644350/2019/

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El daño del machismo en la sociedad salvadoreña

Redacción: El Mundo

Durante las últimas semanas en nuestro país abundan los casos donde se evidencia el daño que ha hecho y sigue haciendo el machismo y su cultura patriarcal a nuestra sociedad.  Cada día existen abundantes casos, muchos de ellos virales por medios de las redes sociales y algunos que alcanzan cobertura en prensa, radio y televisión. En El Salvador se reflejan y evidencian diversas formas de masculinidad, pero se distingue la hegemónica dentro del aspecto sociocultural.

Lastimosamente este poder machista nos enseña en las comunidades, barrios, colonias, cantones, caseríos, escuelas, momentos de ocio, que hay un patrón de macho que los hombres salvadoreños debemos seguir y no debemos de romper, es un mandato.

Los mandatos son aquellas cosas que me han dicho a mí que debo hacer como hombre, de esos ejemplos más cotidianos en nuestra sociedad están : los hombres no deben llorar, si le pegan usted se defiende o sino yo le pegaré,  por una mujer no debes de llorar, nadie te puede tocar, al hombre se le respeta, etc.  Pero de igual forma, a los hombres desde chiquitos se nos dan “prohibiciones” como: los hombres no debemos de hacer oficio en la casa,  jugar con muñecas, expresar las emociones, renunciar a la venganza,  ir al mercado, para mencionar algunas.

Los roles y estereotipos machistas se venden como exitosos, pero será hasta que este hombre sea verdaderamente libre del machismo que podrá experimentar una vida plena.

En El Salvador la violencia de los hombres se expresa en tres vías: violencia de hombres hacia otros hombres (homicidios y lesiones) violencia de hombres hacia la mujer (feminicidios) y de los hombres hacia ellos mismos (suicidios); cuando una sociedad trabaja y educa a sus hombres, las tasas de homicidios y otras tipologías delictivas comenzarán a disminuir de manera sostenida.

Los hombres en El Salvador no tenemos formación ni educación adecuada y oportuna; un porcentaje muy alto de familias salvadoreñas   están en problemas por que sus padres están divorciados o separados,  y tanto niños y niñas tienen padres ausentes. Estas familias esperan que la Escuela o la Iglesia hagan su papel; ¿qué pasaría si en nuestro país nosotros los padres diéramos un cambio y fuéramos papás más afectuosos, responsables, cercanos, involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje, si nos preocupáramos e involucramos genuinamente por cómo va su vida y no en solo proporcionarles cosas materiales y alimento?  sería una gran bendición y habría transformación social, menos adicciones, menos delito, menos privados de la libertad en las cárceles, menos pobreza, más desarrollo,  una vida plena para muchas mujeres, tendríamos familias fuertes y por ende una sociedad en desarrollo. Trabajemos en los procesos de educación para formar en procesos de nuevas masculinidades a los niños, adolescentes y hombres a todo nivel. Aún es tiempo de restauración.

Fuente: https://elmundo.sv/el-dano-del-machismo-en-la-sociedad-salvadorena/

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Gestión pública y realidad social

Por: Luis Armando González.

 

Tenemos ante nosotros dos esferas (instancias o ámbitos) cuyas interacciones son complejas y difíciles de entender y prever: la gestión pública, que concierne al Estado, y la realidad social que concierne a las interacciones diversas que tienen los individuos entre sí y con el medio ambiente en el que están insertos, interacciones que dan lugar a consecuencias impredecibles y no queridas por nadie en particular. Para aclarar las cosas desde el principio, se tiene que decir que el Estado (y los individuos que toman decisiones desde el mismo) es parte de la realidad social, sólo que una parte con unas tareas específicas, entre las que sobresalen la de conducir (orientar, dirigir) al conjunto social, mantener el orden en el mismo y corregir anomalías (problemas, fallas, carencias) que friccionan o amenazan la estabilidad del orden social y el  bienestar ciudadano.

O sea, el Estado no flota en aire, como algo independiente de la realidad social, ni es una instancia que decida o haga cosas por su cuenta: son los individuos que lo integran –especialmente en su jerarquía superior de mando— quienes hacen planes y toman decisiones que repercuten (que tienen consecuencias) en grupos e individuos particulares, y también sobre el entorno medio ambiental.

Se trata de interacciones complejas las que se dan entre los dos ámbitos, como ya se dijo. Y ello se explica, ante todo, por el carácter de la realidad social, cuyas dinámicas y estructuración tienen lógicas que van más allá de la voluntad y deseos que puedan emanar de los individuos, estén estos o no involucrados en la gestión pública. Así como el Estado no flota en el aire, tampoco sucede eso con la realidad social que se articula y estructura a partir de realidades físicas, químicas y biológicas, cuya legalidad (natural, no jurídica) impone sus ritmos –por ejemplo, el de la vida y la muerte, la corrosión y el desorden— a los principales componentes de la realidad social –los individuos, que son realidades físicas, químicas, biológicas y psicológicas— y por supuesto al entorno socio-natural en el que éstos se reproducen, viven y mueren.

En virtud de las leyes (físicas, químicas y biológicas) que gobiernan los fundamentos materiales de la realidad social, esta seguirá un rumbo propio, aunque desde la gestión pública no se haga nada para incidir en el entorno social y natural: la realidad social siempre está cambiando, se está transformando en sus fundamentos materiales. También está cambiando debido a las acciones e interacciones de todo tipo que tienen los individuos en su vida cotidiana, sin importar que en ellas haya una finalidad consciente por cambiar algo de la realidad pues, aunque en lo inmediato exista esa finalidad, en el mediano o largo plazo hay consecuencias no queridas de esas acciones e interacciones.

En consecuencia, las dinámicas de la realidad social son sumamente complejas; son difíciles de comprender teóricamente y difíciles de manipular técnicamente, no sólo de manera global, sino en aspectos particulares suyos. Hay dinámicas de distinto carácter, y algunas de ellas son especialmente perjudiciales para la vida y el bienestar de los seres humanos. Reciben el nombre de “problemas”, y van desde la pobreza, la marginalidad y la exclusión hasta el deterioro de las ciudades, la contaminación, la basura, la violencia criminal y las precariedades en los sistemas sanitarios y educativos. La lista de problemas se puede ampliar o puede hacerse más corta –lo mismo que serán más o menos agudos—, dependiendo de las sociedades y el tipo de gestión pública que se impulsa en ellas.

Hay sociedades en las cuales los problemas sociales son múltiples y agudos. Es decir, sus ciudadanos se encuentran en una situación poco envidiable en empleo, ingresos, salud, educación, seguridad, convivencia, bienestar, cultura, instituciones y legalidad. En estos contextos, la lógica del deterioro (o de la entropía) ha hecho de la suyas, y lo seguirá haciendo a menos que haya una intervención humana no para anular la tercera ley de la termodinámica, sino para contenerla y paliar sus efectos más nocivos sobre el bienestar y la felicidad de las personas. Esa intervención debería provenir del Estado, a través de una gestión pública oportuna, eficaz y anclada en una visión lo más apegada posible a la realidad social (natural, física, química, biológica y psicológica).

Al hablar de gestión pública no hay que perder de vista que son personas concretas las que la piensan, diseñan y ordenan su ejecución a otras personas concretas. Al hablar de personas concretas –es decir, de homo sapiens— no se puede obviar lo que en filosofía de la ciencia, biología evolutiva y paleontología es sabido hasta la saciedad: el homo sapiens –cualquier persona, hombre o mujer— es falible (propensa al error), emocional, con intereses inevitables (comenzando con los que la vinculan a sus parientes cercanos) y con conocimientos limitados, pero también con herramientas a su disposición para corregir sus errores (no para anular su falibilidad), para que sus intereses y sus emociones no lo atrapen más allá de lo prudente y para que su conocimiento se aproxime mejor a la realidad. Estas herramientas son la ciencia (natural y social), la tecnología y las instituciones jurídicas y morales.

De cara a las personas que diseñan e implementan acciones de gestión pública –dígase planes de gobierno o políticas públicas— hay variables que no se deben subestimar y que ellas mismas no deberían subestimar, como es el caso de su falibilidad y de lo limitado de su conocimiento, así se trate de los expertos mejor cualificados del mundo. A ello se añade el que –por ser agentes sociales— realizan acciones e interacciones cuyas consecuencias escapan a su control, es decir, son no queridas ni previstas por ellos. Y, por último, está la propensión humana, demasiado humana, al abuso y a la corrupción, por aquello de que el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Con todo, la gestión pública sólo cobra vida –y sólo puede incidir en los problemas de la realidad social— si hay personas a cargo de la tarea. Su responsabilidad es grande, tanto más cuando los problemas sociales son variados y agudos, y sus limitaciones (emocionales, de intereses y cognoscitivas) son muchas. Y se trata aquí de limitaciones inevitables, propias de cualquier homo sapiens: no hay humanos sin emociones, sin intereses e infalibles en sus decisiones o su conocimiento.

A lo anterior se suman otras limitaciones, estas sí corregibles, pero no de manera fácil. En primer lugar, los compromisos ideológicos, políticos o económicos que puedan tener (o tienen) las personas que tienen la responsabilidad de la gestión pública condicionan fuertemente sus sesgos y es bueno prestarles atención, pues pueden ir en contra del bienestar ciudadano; en segundo lugar, el nivel de conocimiento que esas personas tienen de la realidad social, ya que un pobre conocimiento puede traducirse en decisiones contraproducentes; en tercer lugar, lo lógico o ilógico de su visión de la realidad (su cosmovisión, si se quiere), que puede dar pie a una interpretación equivocada de los problemas; en cuarto lugar, el carácter de los recursos financieros, técnicos e institucionales con los que cuentan en un momento determinado para realizar sus propuestas de gestión pública, lo cual es decisivo para el éxito de cualquier intervención en la realidad social; en quinto lugar, la fuerza de sus socios y aliados, y la fuerza de sus oponentes y “enemigos”, que pueden facilitar u obstaculizar de manera significativa una gestión pública; y por último los tiempos de gobierno en una democracia, que imponen límites temporales a las acciones que se pueden diseñar y ejecutar desde la administración pública. En una democracia, para cualquier gestión pública que tenga que encarar problemas diversos y graves, el tiempo siempre será poco, y sólo por eso no le será posible resolver todos o la mayoría de problemas.

Pues bien, es con todos esos condicionantes y limitaciones que, desde el Estado, se diseñan y ejecutan acciones de gestión pública con la finalidad de incidir en (corrigiendo o intentando solucionar problemas de) la realidad social. Definitivamente, ésta es mucho más compleja que lo que se conozca de ella en un momento determinado; y sus problemáticas son tan intrincadas que atinarle a la solución de todas (o varias de) ellas es sumamente incierto. O sea, lo problemas sociales (y las dinámicas de la realidad social) siempre superan los conocimientos y la capacidad de intervención mediante la gestión pública. Y esta distancia es más crítica ahí donde es mayor la brecha entre el conocimiento y los recursos (financieros, técnicos e institucionales) y la diversidad y gravedad de los problemas sociales.

Ahora bien, toda gestión pública, por definición, tiene como finalidad incidir en la realidad social, y de muchas manares siempre termina haciéndolo. Otra cosa es que incida poco o mucho; que esa incidencia sea eficaz o ineficaz, o que la misma genere consecuencias imprevistas positivas o negativas. No tiene sentido, pues, decir que tal o cual gobierno no hizo nada, ya que en el límite por el sólo hecho de constituirse y funcionar como gobierno genera una incidencia –por los recursos que consume y por las decisiones que no se toman— en la realidad social.

Dejando de lado, por tanto, la hipótesis extrema de que desde una determinada administración gubernamental no se haga nada en materia de gestión pública, en la práctica las posibilidades de intervención que se ofrecen para aquélla son las siguientes: a) buscar atacar la totalidad de los problemas sociales en un momento dado; b) elegir un conjunto de problemas para su solución; c) apuntar a un problema fundamental, a la espera de que esta gran solución sea una especie de locomotora que articule, como vagones, otras soluciones a problemas que están asociados con el problema mayor.

Se trata de tres visiones de la gestión pública, cada una con sus puntos fuertes y sus puntos débiles. No necesariamente se dan en estado puro y no resulta extraño que un determinado gobierno las mezcle o las haga suyas en distintos momentos de su gestión, o cuando hay continuidad en el control gubernamental por parte de un mismo partido. Sin embargo, la primera ha acompañado a varias gestiones de gobierno de izquierda en América Latina. Por ideología y por una incorrecta interpretación de la teoría de sistemas (o del “holismo” como gusta decir a muchos), importantes líderes e intelectuales de izquierda han creído que desde la gestión pública se puede incidir (para resolver, por supuesto) en la totalidad de los problemas sociales.

Al obviar los recursos disponibles, las limitaciones humanas, institucionales, técnicas y temporales (además de la propensión al abuso y los condicionamientos impuestos por las relaciones de poder vigentes) les cuesta darse cuenta de que atacar la totalidad de los problemas sociales es un imposible, y que realistamente lo único que puede suceder es que la ineficacia y la superficialidad ganen la partida. Varios de los dirigentes e intelectuales de la izquierda latinoamericana no se han dado cuenta de que “el que mucho abarca, poco aprieta”. Por aquí quizás esté la explicación de por qué algunas izquierdas han dejado la sensación de no haber hecho nada: quisieron hacer tanto que al final sólo rozaron en el tratamiento de todos los problemas que habían prometido resolver, con lo cual defraudaron a quienes esperaban el surgimiento de un nuevo ordenamiento socio-económico, cultural y político como desenlace feliz de esas gestiones.

Ampliar, sin control alguno, el abanico de los problemas a resolver cuando los recursos, las capacidades y los tiempos son limitados (y las relaciones de fuerza son adversas) no puede más que traducirse en acciones ineficaces –es decir, en una incidencia pobre— en prácticamente todos los problemas a los que se presta atención. Y, claro está, como desde el “holismo” en el que descansa esa visión se cree, erróneamente, que incidir en la totalidad significa incidir en todos los problemas, se termina por obviar el peso y relevancia de cada uno de ellos en la estructuración del todo social.

Desde una visión sistémica más rigurosa, se debe entender que en la totalidad no todos los componentes, dinámicas, fuerzas, etc., tienen el mismo peso, pues las decisivas (en las que hay que incidir si se quiere alterar la totalidad) son las que estructuran al todo. Eso permite identificar, no sin dificultades teóricas y empíricas, los problemas fundamentales, que tienen que ver con las dinámicas que configuran la realidad social, y atacarlos de frente, con todas las energías, capacidades y recursos disponibles.

De alguna manera, este es el espíritu que anima a quienes creen que la gestión pública no debe pretender alterar o transformar la totalidad social, sino atacar, de entre un abanico amplio de problemas, un conjunto limitado de ellos que afectan gravemente el bienestar ciudadano.

No es este un mal enfoque de la gestión pública. Por supuesto que se corre el riesgo de no elegir bien los problemas a resolver o de no articular sus respectivas soluciones correctamente. Pero es una respuesta razonable, dada la complejidad de la realidad social (y sus problemas) y dada la limitación de los recursos, los tiempos y las capacidades humanas. Además quienes enfocan así la gestión pública no juegan al todo o nada: aunque no resuelvan plenamente el conjunto de problemas escogidos para la intervención pública, pueden atacarlos con eficacia y ofrecer resultados positivos a los ciudadanos.

Y, por último, los problemas de la realidad social se pueden atacar seleccionando uno de ellos, como el objeto privilegiado de la gestión pública. Sin duda, hay problemas cuya envergadura e impacto en la sociedad exigen una priorización casi absoluta por parte no sólo de los gobiernos, sino de los Estados. Atinarle a la solución de un problema de envergadura y que esa solución sea la palanca para atender otros problemas puede ser un gran acierto de un gobierno. El riesgo es que la apuesta falle, pues eso se traduciría en un fracaso absoluto de la gestión pública. Y ello porque aquí también se juega al todo o nada. Empero, la política supone riesgos –y la gestión pública es gestión política— y hay quienes están dispuestos a correr el riesgo resolver un problema fundamental o de fallar en el intento. No es lo usual, pero sucede de vez en cuando.

En definitiva, caben pocas dudas que –dados unos recursos, tiempo y capacidades limitados— lo razonable es inclinarse por elegir un conjunto limitado de problemas sociales que estén articulados entre sí, y diseñar e implementar una gestión pública orientada a su solución. Es tan razonable esta forma de proceder que, en la práctica, tanto la gestión pública “holística” como la gestión pública centrada en un problema fundamental no pueden evitar (por las presiones y condicionamientos de la realidad) moverse hacia ella; y la que lo tiene más fácil es la gestión pública centrada en un problema, pues irremediablemente éste se haya asociado a otros que, en lo inmediato, también exigen una intervención desde la esfera pública.

San Salvador, 5 de septiembre de 2019

[1] Docente Investigador de la Universidad Nacional de El Salvador. Escuela de Ciencias Sociales. Miembro del Grupo de Trabajo CIESAS Golfo, del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

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El Salvador: Aumentan delitos de violencia en escuelas, según confirmó la ministra de Educación

Por: www.elsalvador.com

Los estudiantes, incluidos niños, están en grave riesgo de ser víctimas de violaciones y otros delitos dentro de su mismo centro escolar.

Un incremento de delitos graves dentro de los centros escolares y sus alrededores se han registrado en los últimos tres meses a nivel nacional, según confirmó la ministra de Educación, Carla de Varela.

Aunque no dio una cifra exacta ni los centros escolares en los que se ha dado, dijo que han tenido casos de violaciones, amenazas, extorsiones y homicidios.

“Nos hemos dado cuenta que la comunidad educativa es víctima de muchas situaciones de violencia, amenazas e inseguridad (y) no es posible que nuestros alumnos y docentes vivan en esta situación de inseguridad”, expresó la ministra.

La funcionaria aseguró que ella, de forma personal, atendió varios casos de violaciones a niños pequeños, los cuales se han dado dentro del mismo centro educativo. A parte, en lo que lleva de fungir en el cargo, han registrado tres homicidios de estudiantes.

En el caso de los delitos de violencia sexual, tampoco dio detalles si los agresores son estudiantes o docentes; sin embargo, ya están en manos de la Fiscalía General de la República (FGR). De esos casos ya existen personas detenidas.

Respecto a los homicidios “los tres han sido en el marco de riñas entre pandillas”, lo que significa que se han dado en centros escolares que se encuentran en zonas de riesgo social.

Otra de las preocupaciones del Ministerio de Educación, dijo la titular, son los casos de suicidio que se han dado de estudiantes, los cuales tienen una diversidad de causas y esperan atenderlos con planes y programas destinados a la seguridad de los alumnos.

Con todos los casos de delitos de violencia que han registrado en los distintos centros escolares a nivel nacional, la cartera de Estado ya está trabajando con la Policía Nacional Civil (PNC), en los que requieren de su intervención, así como otras instituciones que le están dando apoyo especializado a los alumnos y maestros.

Aplicación contra la violencia

El Ministerio de Educación también dio a conocer una nueva herramienta con la que dispondrán los directores y maestro de los centros escolares del país, para atender y denunciar violaciones, extorsiones, homicidios, bullying, robo y hurto en escuelas, expresiones de violencia física y verbal, entre otros.

La aplicación, que se encuentra en la página de la institución, se denomina Sistema de Alerta de Violencia en Educación (Salve). La oficina de recepción estará en las oficinas centrales del Ministerio de Educación.

“Ellos (directores y maestros) de forma inmediata van a poder reportar cualquier anormalidad y amenaza en su centro educativo y alrededores”, aseguró de Varela.

Esta nueva herramienta estará articulada con las recién creadas consejerías escolares, las cuales prestarán el servicio de consejería psicológica, jurídica. La aplicación Salve también se va a articular con la Policía Nacional Civil, quien tendrá un delegado policial.

Cuando se dé un caso en que la PNC tenga que intervenir, se tendrá al delegado policial en la consejería escolar. Este tipo de instancia serán 14, una por departamento.

*Fuente: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/aumentan-delitos-de-violencia-en-escuelas-segun-educacion/635649/2019/

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