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Niñez y consumo de alcohol

Por: Tahira Vargas García

El alcohol para la población adolescente estudiada es parte de la diversión y no está sujeta a sanciones.

El consumo de alcohol está legalmente prohibido para la población infantil y adolescente.  Esta disposición no se cumple a cabalidad en muchas familias, comunidades y establecimientos.

Estudios cualitativos realizados con población infantil y adolescente en distintas comunidades pobres tanto urbanas como rurales muestran la permisividad existente en el consumo y venta de alcohol a niños, niñas y adolescentes, aun cuando se reconoce su impacto dañino en la salud de niñez y adolescencia.

Padres, madres y personas adultas entrevistadas en las comunidades rurales y urbano-marginales niegan que les ofrezcan alcohol a sus hijos e hijas. Esta información entra en contradicción con la que ofrecen  sus hijos e hijas. Estos/as reconocen que los primeros “tragos” y bebidas fueron ofrecidos por sus padres-madres-familiares.

 “Fui a bailar al colmado de mi papá y duré como una hora bailando. Un día bebí romo, mucho romo y me dolía la barriga” (niño de 11 años)

 ”Yo he tomaó “vipe” y ron con mi papá y un amigo”. (niña de 12 años) 

“Mi hermana compra ron y yo bebo”. (niña de 11 años)

 El alcohol para la población adolescente estudiada es parte de la diversión y no está sujeta a sanciones. Algunas de las causas que identificamos de que el “alcohol” tenga una presencia significativa en población infantil y adolescente son:

  • Ausencia de restricciones  del acceso a estas bebidas para niños, niñas y adolescentes.
  • Inducción al alcohol por personas adultas y familiares en una lógica de “probar” o de simplemente darle “un traguito”
  • Débil conciencia sobre los graves daños del alcohol las condiciones de salud física, mental, psicológica de niños, niñas y adolescentes
  • El consumo de alcohol en niños, niñas y adolescentes es percibido por padres y madres como efímero y superficial no reconocen en estos hábitos posibles adicciones a la sustancia ni riesgos para la integridad física de sus hijos e hijas.
  • Presencia de pauta cultural de vínculo estrecho entre consumo de alcohol y diversión
  • Vinculos estrechos entre machismo y consumo de alcohol genera que muchos hombres fomenten que sus hijos consuman alcohol desde la niñez y adolescencia.
  • Peso de la aceptación en grupos de pares somete a niños y adolescentes (sobre todo sexo masculino) a la presión social del consumo para ser aceptados.

No solo la familia tiene permisividad hacia el consumo de alcohol en niños, niñas y adolescentes es toda la sociedad. La protección de la niñez y la adolescencia en el consumo de alcohol desde políticas públicas y campañas es débil, no se identifica como una violación de derechos a la niñez ni una situación de riesgo que debe ser abordada en su protección.

Las adicciones únicamente se “problematizan” en nuestra sociedad desde las drogas ilícitas  (marihuana, cocaína, crack, heroína).  El consumo de drogas ilícitas en nuestro país inicia con las “licitas” como las bebidas alcohólicas. Las bebidas alcohólicas no solo inician, siguen formando parte de la diversidad de mezclas de sustancias adictivas (alcohol-marihuana-tabaco-crack) que generan graves daños a la salud y a la vida de nuestra niñez y adolescencia.

Las familias y centros educativos no cuentan con herramientas para ofrecer orientación, acompañamiento y prevención. La prevención del consumo de alcohol es débil desde los distintos ámbitos y las prohibiciones de compra y consumo en lugres públicos son vulneradas continuamente sin consecuencias.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/ninez-y-consumo-de-alcohol-9044960.html

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Autonomía a la Universidad de Quintana Roo

Por: Miguel Ángel Casillas

El Caribe está de fiesta: en Quintana Roo la Universidad ha obtenido su autonomía.

A finales del año pasado, el gobernador Carlos Joaquín presentó ante el Congreso del Estado una iniciativa para dotar de autonomía a la Universidad de Quintana Roo, para gobernarse, expedir sus reglamentos, elegir de manera independiente a sus autoridades, planear, llevar a cabo sus actividades y aplicar sus recursos, con personalidad jurídica y patrimonio propios.

Este miércoles 16 de marzo, la XVI Legislatura del Congreso del Estado aprobó por unanimidad, con 16 votos a favor, la autonomía de la Universidad de Quintana Roo, tras más de 31 años de ser un organismo autónomo del Gobierno del Estado.

La finalidad de este decreto aprobado fue dotar de autonomía a la máxima casa de estudios del Estado, es decir, facultar a la Universidad para poder autogobernarse y autogestionarse. http://documentos.congresoqroo.gob.mx/dictamenes/DI-XVI-2022-03-16_846_8.pdf

La Universidad de Quintana Roo fue creada en 1991, por decreto del gobernador del Estado, Miguel Borge Martín siendo presidente Carlos Salinas de Gortari. En febrero de 1992 la Universidad dio inicio a los cursos de nivel licenciatura. La Universidad tiene 2 campus en Chetumal, uno en Cancun, otro en Cozumel, y en 2009 se estableció el campus Riviera Maya con sede en playa del Carmen.

La Ley Orgánica vigente tuvo una reciente reforma publicada en el Periódico Oficial del Estado el 16 de julio de 2021. Sin embargo, pasados unos meses, se vuelve a reformar para consagrar la autonomía.

Mediante esta reforma, se establece la autonomía en el artículo primero de la Ley Orgánica. Como consecuencia, la institución pasará a llamarse Universidad Autónoma de Quintana Roo. También se reforma la Junta Directiva que pasará de tener 11 integrantes a nueve. Se integra por cinco representantes del personal académico electos por el Consejo Universitario, dos del Patronato, y los dos restantes por el Consejo Social. Corresponderá a la Junta Directiva nombrar a la persona titular de la Rectoría de acuerdo con una comisión tripartita que integre al Consejo Universitario, al Patronato y al Consejo Social. La reforma formaliza la creación del Consejo Social en tanto vínculo con las organizaciones sociales y productivas de la región, cuyos integrantes deberán ser designados por el Consejo Universitario.

La reforma también es trascendental en cuanto a las relaciones laborales, pues modifica el artículo 39 para establecer que se regirán por el apartado A del artículo 123 Constitucional.

La autonomía es una enorme oportunidad para que la Universidad despliegue su potencial y se fortalezca académicamente. Debe quedar claro, la única posibilidad de ejercer la autonomía frente a las fuerzas políticas y los gobiernos, frente a las exigencias empresariales y económicas, frente a las iglesias y las ideologías, es conformar equipos de trabajo académico de alto nivel en cada una de las disciplinas que cultiva y consolidar la investigación científica. Debe, en este sentido, fortalecer su base pesada (como decía Burton Clark).

La experiencia nacional muestra que la autonomía ha sido la ocasión propicia para expandir y renovar a las universidades de Guadalajara, Guanajuato y Veracruz, por mencionar a las útimas tres que la obtuvieron al final del siglo pasado. En todos los casos, el gobierno autónomo ha favorecido una mayor participación de la comunidad y una importante distancia respecto de las prácticas y grupos políticos tradicionales. También se ha favorecido la innovación educativa y la renovación de la enseñana. No ha sido infrecuente la renovación organizacional y la descentralización para llevar la educación superior a todos las regiones.

La Universidad de Quintana Roo ya se distingue por su dinámica de innovación educativa, la cual seguramente se verá potenciada dada su condición autónoma.

En Quintana Roo, la autonomía era necesaria para pensar con libertad todos los asuntos, para tener la capacidad de criticar con fundamento científico las verdades arraigadas y las creencias del sentido común. En su contexto particular, la Universidad está fuertemente comprometida con las comunidades mayas y participa en la batalla contra el racismo y la desigualdad; al mismo tiempo, representa un valladar contra la destrucción medioambiental y encabeza muchos de los esfuerzos por proteger y restaurar los ecosistemas. La de Quintana Roo es una institución comprometida con el proyecto de universidad pública tanto por su composición como por los objetos que cultiva; es un espacio indispensable para la producción de conocimientos y la formación de profesionistas comprometidos con el desarrollo regional y de sus comunidades.

La autonomía ha sido, dada la experiencia nacional, la condición indispensable del fortalecimiento académico de las universidades. Enhorabuena por los universitarios y por los ciudadanos de Quintana Roo, pues se abre un horizonte promisorio para el crecimiento de su Universidad.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/autonomia-a-la-universidad-de-quintana-roo/

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Algunas reflexiones de las Asambleas de Análisis del Plan de Estudios 2022

Por: Abelardo Carro Nava

«¿Cómo desmontar todo un lenguaje basado en un enfoque por competencias en razón de las políticas educativas internacionales cuya premisa ha sido el logro de la tan anhelada calidad educativa?»

¿Cómo desmontar un modelo que durante tres décadas se introdujo hasta los huesos en el Sistema Educativo Mexicano (SEM)? Fue la pregunta que de botepronto vino a mi mente mientras se desarrollaba la Asamblea para el Análisis del Plan y los Programas de Estudio para el diseño de los Libros de Texto Gratuitos para la Educación Básica en el estado de Tlaxcala.

Y es que, desde que comenzó este ejercicio en enero de este año, he  tenido la oportunidad (cuando mis tiempos y actividades lo han permitido) de observar y escuchar las trasmisiones que, por diversas plataformas o redes sociales, se han difundido con la intención de conocer lo que en tales Asambleas se expone por parte de las autoridades educativas, pero, principalmente, por las maestras y maestros que en ellas participan.

El diálogo, pieza fundamental para el entendimiento humano, no solo se comprende a través de la escucha y lo que en una computadora o celular se observa; también se hace necesario ser parte del proceso, para tener una visión más amplia de lo que en determinado espacio acontece.

La llegada al recinto, la logística del evento, las conversaciones en los pasillos por parte de los diferentes actores que ahí concurren, los protocolos caracterizados por ciertos ritos y rituales a los que nos hemos acostumbrados cuando un evento de esta naturaleza ocurre, en fin, todo un cúmulo de cuestiones que, como decía, permiten que ampliemos la mirada con la intención de formular un posible análisis sobre tal o cual cosa u objeto de estudio.

Para el caso que me ocupa, debo agradecer la maravillosa oportunidad que tuve al presenciar ese intercambio de conocimientos, preocupaciones, ocupaciones, intereses, necesidades y demandas de maestras y maestros que, independientemente de su ideología o preferencia política marcada en algunos diálogos, permitió el registro y reflexión sobre ciertos asuntos que han estado ahí por muchos años, en la agenda educativa, pero que no han sido lo suficientemente atendidos. No es para menos, de la noche a la mañana se implementará otra propuesta curricular que, como he referido en anteriores artículos, obliga a pensar en el establecimiento, en nuestro país, de una reformitis aguda que nada más no acaba de abonar en la definición de una ruta que permita priorizar el fin educativo: el desarrollo humano, o bien, si lo ha hecho, pero desde su propia perspectiva y, en medio, los alumnos y maestros.

¿Cómo desmontar todo un lenguaje basado en un enfoque por competencias en razón de las políticas educativas internacionales cuya premisa ha sido el logro de la tan anhelada calidad educativa? Fue otra de las interrogantes que, desde luego, siguieron construyéndose en mi mente. Y tampoco es para menos, pues en las distintas intervenciones de los participantes en este ejercicio casi siempre estuvo presente. Es obvio pues, como decía, el modelo caracterizado por lograr dicha calidad educativa permeó hasta los huesos en el SEM. ¿Atribuible el uso de ese lenguaje a las maestras y maestros y, por ello, responsables de los logros y/o tropiezos educativos? En absoluto, un tema con múltiples aristas no tendría que reducirse a ello, por el contrario, si analizamos todo lo que ha ocurrido a nivel internacional y nacional en materia curricular desde la década de los noventa, podríamos entender que, una de esas consecuencias, es esta, la del empleo de un lenguaje con ciertos rasgos que lo caracterizan: calidad, competencias, aprendizajes esperados, aprendizajes clave, evaluación formativa o sumativa, etc. ¿Qué responsabilidad tuvo el docente para que los planes de estudios fueran casi enciclopédicos o atiborrados de contenidos durante estos años?, ¿qué responsabilidad tuvo el docente en eso que hoy día llaman fragmentación del conocimiento?, ¿qué responsabilidad tiene el docente en la implementación de un nuevo plan de estudios cuya propuesta intenta romper con todo lo anterior sin considerar que no todo lo que ha provenido de occidente es malo y no todo lo del sur es extraordinario? Vaya, hay quienes han, o hemos, sido formados bajo ese conocimiento occidental y aquí andamos.

¿Cómo desmontar prácticas (ritos y rituales) de las autoridades educativas para que su quehacer facilite el del docente? Y es que ser facilitador significa responder una sencilla pregunta ¿qué necesita la maestra o el maestro para realizar su labor en la escuela y en el aula?, ¿un plan de estudios o unas condiciones sociales, económicas, políticas y culturales que abonen al desarrollo de una actividad tan noble entre seres humanos? Preguntas que, indistintamente, me llevan a otra ¿cómo desmontar las expectativas que los padres de familia y sociedad en general se han forjado en razón de la función de la escuela y del magisterio? Reiteradamente se ha dicho que se estudia para ser alguien en la vida, y en parte es cierto, las formas de reproducción sociales que observamos en muchos sistemas capitalistas, de alguna manera nos han orillado a ello. La individualidad anteponiéndose a la colectividad parece ser el rasgo distintivo de esta conducta, pero ¿cómo explicar y entender el que se viva en un país en el que algunos servidores públicos vivan en la opulencia por el simple hecho de haber transitado de un partido político a otro y por el cual han ocupado un cargo público mientras que miles de ciudadanos se parten el lomo día tras día para obtener un recurso que apenas alcanza para vivir sin decoro?, ¿qué es lo que se premia a partir de tal esquema?, ¿el perfil académico o una relativa lealtad política? Sin duda, vivimos en un país de grandes contradicciones, de todo tipo.

¿Cómo transitar hacia otra forma de mirar la educación y de todo aquello que de ésta se desprende? El tránsito no tendría que representar ningún problema u obstáculo si es que se contara con políticas y/o programas sólidos en cuanto a formación inicial o continua se refiere; sin embargo, pienso, este tema es el más endeble en estos momentos pues, como sabemos, los intentos por contar con un proyecto que permita fortalecer los conocimientos de las maestras y los maestros, no se ha logrado por completo. Desde luego que esto responde a esa dinámica sexenal de imponer o implementar una mirada gubernamental sin la debida valoración y orientación pedagógica y didáctica. Entonces, parto de la premisa de que un esquema de formación inicial, continua y permanente que favorezca este ejercicio, podría atenuar el hecho de que una propuesta curricular se pretenda establecer de la noche a la mañana. ¿El estado-gobierno apostará por ello? De una vez por todas, ¿se escucharán las necesidades y demandas del magisterio?

¿Cómo instalar una nueva escuela mexicana si la tradicional sigue vigente? Y vaya, con esto me refiero no a los espacios físicos en los que ocurre el proceso de enseñanza y de aprendizaje, sino a la ideología y mecanismos que permean en el actual SEM; por ejemplo: la verticalidad en las decisiones, muchas de ellas, impositivas y autoritarias sin el debido conocimiento de lo que en su aplicación generaría en los espacios escolares; limitada, pero limitadísima autonomía curricular puesto que, aunque el discurso y en los documentos se asienta que los profesores gozan de cierto grado de autonomía en su quehacer profesional, ésta es relativa (pensemos en la indicación que baja de las autoridades de la SEP para que se realice tal cosa, lo que después sucede en los estados, lo que emana del jefe de sector, supervisor y director y lo que ocurre en el aula); infraestructura educativa que responde a esa forma tradicional de concebir a la escuela (revisemos cuántas escuelas en el país tienen prácticamente la misma estructura y por qué ha sucedido esto); la aplicación de una política de estímulos salariales, la más neoliberal de todas, a través de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) que clasifica y excluye a los profesores. En fin, la pregunta sigue siendo la misma ¿cómo desmontar lo que hasta los huesos se ha arraigado?

Si la educación es un acto político como bien se ha dicho y reiterado en dichas Asambleas, por qué no se entiende que, como hecho vivido, requiere la participación de TODOS los actores en una franca negociación que beneficie a millones de alumnos quienes, para acabar pronto, son los viven los efectos de esta toma de decisiones mal implementadas en nuestro SEM.

Restan pocas Asambleas, ¿podríamos pensar en colectivo o seguiremos en esa lucha entre ustedes, los malos, y nosotros, los buenos?

Al tiempo.

Con negritas:

Terminó la Asamblea, y la mayoría de las maestras y maestros regresaron a sus escuelas y a sus aulas, con las mismas demandas y con las mismas necesidades para cumplir con su noble labor, tal y como lo han venido haciendo en todos estos años.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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El impacto educativo de una farsa

Por: Manuel Gil Antón

Tercera llamada, tercera. En el Gran Teatro del Mundo, genial alegoría de Calderón de la Barca, advertimos que la vida social puede ser concebida como la puesta en escena en la que somos actores. De acuerdo con los que saben, en la dramaturgia se clasifican las obras por géneros: hay tragedias y comedias, por ejemplo. Conviene no olvidar otro tipo de representaciones, conocidas como farsas.

Una farsa es (RAE) “una obra dramática desarreglada, chabacana y grotesca”. Otra definición considera que se refiere a “una pieza de teatro de carácter cómico y satírico, en especial aquella que muestra aspectos ridículos y grotescos de ciertos comportamientos humanos”.

El caso del galimatías alrededor de la figura del fiscal Gertz Manero, suscitado por su reciente e inexplicable incorporación al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) luego de muchos años de intentarlo, sin éxito, dado que varias comisiones evaluadoras consideraron que su labor académica no era, ni de lejos, suficiente para ello y, por si fuese poco, el posterior señalamiento, fundado en evidencias, de la falta de originalidad en buena parte de sus obras, cabe, a mi juicio, en la representación de una farsa.

Muchos colegas han tratado el tema desde distintos puntos de vista, y en este escrito me sirvo de la figura teatral no solo para clasificar, de manera análoga, lo que sucede en la realidad con un tipo de representación propia de la dramaturgia, sino para reflexionar sobre el impacto educativo que implica.

Con todas sus limitaciones, el SNI se ha convertido en un sistema que concede el aval de una comunidad experta en un tema, sobre la producción y actividades asociadas al oficio académico que ha desarrollado una persona. El hecho de conferirle al señor Gertz el nombramiento como integrante del Sistema en el nivel más alto, al que solo supera el de Investigador Emérito, es una farsa. Cumple con todas las características: un desarreglo monumental que pasa por alto las consideraciones de las comisiones adecuadas, y por ende deviene en algo chabacano y sobre todo grotesco, que muestra aspectos ridículos.

Hay quien sostiene que es más bien una tragedia, pero, sin desechar su parecer, creo que se desestima la fuerza crítica del pésimo humor involuntario y la participación de todo un elenco. Asociado a la farsa, muestro idioma cuenta con la palabra farsante, que se aplica “a la persona que aparenta lo que no es, o se hace pasar por quien no es”: en otras palabras, finge.

La farsa se ahonda cuando otros actores, siguiendo la trama, tropiezan con la misma piedra: hay debates jurídicos al respecto de lo que se entiende por plagio, su relación con los derechos de autor y su propiedad, y otras aristas; no soy experto en la materia, y no se necesita serlo para, a la luz de los documentos exhibidos, reconocer una falta de ética en la que incurre el fiscal sin duda alguna.

El negar el carácter burlesco a lo que henos vivido tiene consecuencias educativas: el incumplimiento de las normas sólo se aplica a las personas sin poder, o a las que no amenazan con represalias dada la investidura con la que cuentan. En este sainete, queda una cosa clara: la farsa tiene permiso. Si no tuviera impacto, disolvente, en la noción social de una ciencia sujeta a normas, bastaría reír. La risa se congela cuando las instituciones encargadas de asegurar las reglas aceptan su incumplimiento: fingen. Lo sucedido, entonces, no es menor, ni se agota en una anécdota ridícula. Tiene consecuencias, y no pocas ni triviales.

Fuente de la información: http://www.educacionfutura.org

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No debo reprobar a mis alumnos

Por: Sergio Martínez Dunstan

«En todos los grados y niveles se priorizará un enfoque que fortalezca y asegure los aprendizajes fundamentales.»

Las autoridades educativas federales y locales obligan a los maestros de educación básica a cumplir la orden de “no reprobar a sus alumnos”. ¿Por qué se debe evitar la reprobación? ¿Por qué hay que promoverlos en automático y por sistema? ¿Cuáles son las razones subyacentes de no reprobar a nadie? ¿Por el interés superior de la niñez? Quizá haya algo más de fondo. Una maquiavélica intención. Lo expondré al final del texto no sin antes señalar algunos antecedentes.

En junio del dos mil veintiuno escribí “La política de la no reprobación en la educación básica”. Destaqué el Acuerdo Número 12/06/20 por el que se establecen diversas disposiciones para evaluar el ciclo escolar 2019-2020. Resalté que “la aprobación generalizada se ha dado por decreto aunque se establezca que la evaluación sea potestad del docente”.

Asimismo, en noviembre del mismo año, “La promoción por decreto. Todos pasan, nadie reprueba”. La aseveración aludida en el título del texto la sustenté en la normatividad aplicable. Específicamente en:

El Acuerdo 11/03/19 (Artículo 11 Fracciones I y II así como Artículo 12 Fracción I y II) mediante el cual se establece que los educandos de preescolar y primaria serán promovidos automáticamente con el sólo hecho de haber cursado el grado correspondiente.

El Acuerdo 16/06/21 por el que se regulan las acciones específicas y extraordinarias relativas a la conclusión del ciclo escolar 2020 – 2021, en beneficio de los educandos de Preescolar, Primaria y Secundaria ante el periodo de contingencia sanitaria generada por el virus SARS-COV2 (COVID 19), publicadas en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 22 de junio del 2021. Entre otros puntos de interés se menciona que la calificación mínima a señalarse en la boleta (…) será de 6.

El Oficio Nº DGAIR-DGDC/391/2021 —en concordancia con los incisos A), y B) y último párrafo del numeral Tercero del acuerdo referido anteriormente — mediante el cual la Secretaría de Educación Pública (SEP) ordenó que “la calificación mínima que deberá registrarse en la boleta de evaluación de los educandos del nivel educativo de primaria y secundaria que hayan sido valorados por el docente, no podrá ser inferior a 6. El criterio segundo dispone la vigencia hasta la conclusión del ciclo escolar 2021 – 2022.

Y además, en días recientes, siete de marzo del dos mil veintidós, mediante el Oficio Circular Nº DGAIR-DGDC/62/2022 se instruyó a los Responsables del Área de Control Escolar de la Secretaría de Educación, Organismo Público Descentralizado y/o Área Educativa Central apegarse a tales lineamientos. Como también se insiste en que los docentes tienen que tomar en cuenta las orientaciones pedagógicas previstas en el Acuerdo número 26/12/20 por el que se establecen las orientaciones pedagógicas y los criterios para la evaluación del aprendizaje para la educación, preescolar, primaria y secundaria publicado en el DOF el 28 de diciembre del 2020.

El Oficio Circular Nº DGAIR-DGDC/62/2022, Numeral Segundo convoca a todos los integrantes del Sistema Educativo Nacional a gestionar lo necesario para que las y los estudiantes pueda ser valorados y reincorporados al servicio educativo y con ello, contribuir a prevenir el abandono a fin de priorizar el interés superior de niñas, niños y adolescentes en el acceso, permanencia, tránsito continuidad y egreso oportuno.

Es conveniente traer a colación que, según el Calendario Escolar 2021 – 2022, vigente para las escuelas públicas y particulares incorporadas al Sistema Educativo Nacional en los Estados Unidos Mexicanos, se entregarán las boletas de evaluación a las madres y padres de familia o tutores durante el periodo comprendido del 28 al 31 de marzo. También habría que recordar que se ha determinado un periodo extraordinario de recuperación partiendo de una valoración diagnóstica de los educando a cargo del docente del grupo o de asignatura. Sobre esa base se debió implementar un plan de atención de los educandos bajo un esquema de nivelación que podría ampliarse durante todo el ciclo escolar con actividades adicionales, ampliaciones de horarios, tutorías personalizadas y otras estrategias que permitan además de la recuperación de aprendizajes del grado previo, avanzar en los aprendizajes del siguiente grado escolar. En todos los grados y niveles se priorizará un enfoque que fortalezca y asegure los aprendizajes fundamentales. Sugiero la lectura del texto “El primer periodo de evaluación del ciclo escolar 2021 – 2022”

No obstante lo anterior, dichas disposiciones oficiales apenas están llegando a los docentes. Basta poner de ejemplo los comunicados oficiales remitidos por las autoridades locales de Veracruz y Estado de México.

Siendo así, en los últimos 3 ciclos escolares: el aprovechamiento escolar se elevará; habrá reprobación cero, se reducirán los índices de deserción, se incrementará la cobertura y la cantidad de egresados. Los datos estadísticos y los indicadores educativos así lo revelarán. Se dará una idea falsa que bien podría influir en la percepción sobre el rezago.

Seguramente, el discurso exaltará los esfuerzos dignos de ser reconocidos como buena práctica de gobernanza a nivel mundial para subsanar los saldos en materia educativa que dejaron los anteriores gobiernos neoliberales. Y que se avanzó hacia estadios superiores de desarrollo humano sobre la base de una educación de excelencia con equidad para el progreso social. Y quizá algunos inocentes serán embaucados. La política educativa del gobierno actual arrojará resultados superiores a los periodos anteriores… ¡de manera ficticia! La mejora educativa ocurrirá por decreto.

Carpe diem quam minimun credula postero

 

Fuente de la información: https://profelandia.com

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La pobreza del aprendizaje en América Latina y el Caribe

Por: Paulette Delgado

De acuerdo con un informe del Banco Mundial, los niveles de aprendizaje han sido negativamente afectados en los países de América Latina y el Caribe durante la pandemia, dejando una pobreza de aprendizaje en la región. 

Anteriormente, en el Observatorio publicamos un texto sobre el “aprendizaje inconcluso”, que se refiere a estudiantes que no completaron el aprendizaje durante la pandemia en comparación con un año típico. Ahí se menciona que estudiantes de primaria y secundaria de Estados Unidos están en promedio cinco meses atrasados en matemáticas y cuatro meses atrás en lectura pero ¿qué hay de América Latina?

A raíz de la pandemia de COVID-19, la región de América Latina y el Caribe (ALC) atraviesa en la actualidad una crisis educativa sin precedentes. De los 25 países del mundo que han tenido el mayor número de muertes por millón de habitantes debido a la pandemia, seis pertenecen a América Latina. Con esta situación, los sistemas educativos tuvieron que cerrar por más tiempo que otras regiones.

Después de la conmoción durante las primeras semanas de la pandemia, la mayoría de los países comenzaron a trabajar en estrategias para asegurar que la educación continuara durante el cierre de las escuelas. Sin embargo, por más que se intentó llegar a los estudiantes, sus familias y educadores, ha sido difícil lograr niveles de participación adecuada y de calidad. En este sentido, el Banco Mundial publicó un reporte titulado: “Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños: Los costos y la respuesta ante el impacto de la pandemia de COVID-19 en el sector educativo de América Latina y el Caribe” el cual explica la situación actual de la región. Este reporte es un análisis del Banco Mundial sobre la posible tragedia educativa en la región ALC y confirma la importancia de proteger el futuro de las niñas y niños de la región.

Con el fin de tratar de prevenir esta tragedia educativa, los países de la región han hecho diversos esfuerzos para afrontar la crisis sanitaria. Para manejar la continuidad educativa, la mayor parte de los países recurrió a la tecnología, utilizando el internet y medios tradicionales como la televisión, la radio y materiales impresos, centrando su atención en apoyar a los padres y docentes para hacer la educación más inclusiva. El problema es que existe una brecha digital significativa en la región, lo que hizo que el sistema educativo latinoamericano no sólo se enfrentara a la crisis del COVID-19, sino también a los de continuidad educativa, participación, calidad e inclusión. Sólo el 77 % de los estudiantes de 15 años tienen acceso a internet en sus casas.

Para afrontar este desafío, varios países recurrieron a programas que habían empleado antes, como México, que utilizó la iniciativa multimodal “Aprende en Casa” que se lanzó en 1998. Esta iniciativa alcanzó a 25 millones de alumnos durante el cierre de las escuelas. Otro ejemplo es Uruguay, que utilizó una plataforma integral de aprendizaje en línea que ya existía. Además, en Uruguay el 85 % de las casas ya contaban con conectividad desde mucho antes de que sucediera la pandemia, lo que hizo del país uno de los mejores preparados para la educación remota.

En el tema de conectividad y acceso a internet, en la región de América Latina y el Caribe sólo 77 % de los estudiantes de 15 años tienen internet en sus casas y este porcentaje ya incluye dispositivos electrónicos como computadoras, celulares y tabletas. Aunque el porcentaje no es muy bajo, está 19 puntos porcentuales abajo que el promedio de los países de la OCDE. Sin embargo, este porcentaje se ve aún más reducido entre estudiantes de bajos recursos, quienes tan sólo el 45 % tienen acceso a internet en sus casas. Esta cifra cambia de país a país; en Perú el 14 % de los menos favorecidos tienen acceso a internet, en México es el 19 %, en Panamá el 24 % y en Colombia es del 25 %. Aún cuando la región ha enfrentado estos desafíos de conectividad, las estrategias de educación a distancia han llegado a un gran porcentaje de la población. Según información de la UNESCO, UNICEF y el Banco Mundial, todos los países en ALC utilizaron material impreso (el promedio global es del 85 %), un 86 % utilizó plataformas digitales, un 84 % la televisión y un 63 % utilizaron aprendizaje por radio. La televisión, según el informe, es la que tuvo el mayor alcance ya que el 88 % de los hogares de la región cuenta con un televisor.

Sin embargo, el Banco Mundial argumenta que “la educación a distancia no es un sustituto natural de la educación presencial” ya que “no es un reemplazo adecuado para impartir muchas capacidades que se adquieren en las escuelas”. Para los autores del reporte, ALC ya enfrentaba una crisis educativa desde antes de la pandemia, dejando como consecuencia la pobreza de aprendizaje y resultados desiguales. Según estimaciones del Banco Mundial, el 51 % de los niños y niñas de 10 años no podían leer ni entender un texto simple (el promedio global es de un 48 %). Y esta situación varía entre países; va de un 21 % en Trinidad y Tobago a un 81 % en la República Dominicana.

La pérdida del aprendizaje en la región

Según estimaciones iniciales del Banco Mundial, “la ausencia de educación presencial debido al cierre de escuelas podría llevar a que, aproximadamente, dos de cada tres estudiantes no sean capaces de leer o comprender los textos adecuados para su edad”. Consideran que la pobreza de aprendizaje en América Latina y el Caribe “podría incrementarse en más de 20 por ciento”, lo que se traduce a que uno de cada tres estudiantes de primaria no podrán leer o comprender un texto al nivel que requieren para su edad.  Utilizando los resultados de la prueba PISA, el porcentaje de estudiantes que no son capaces de identificar los puntos centrales de un texto y poder analizar y reflexionar sobre el mismo podría aumentar de un 55 % a un 70 % después de que las escuelas cerraran por 10 meses. Incluso, en comparación con otras regiones, ALC es una de las que tienen más estudiantes con el mínimo de rendimiento, sólo superado por Medio Oriente y África del Norte cuyo porcentaje en este rubro es del 71 % y un 88 % en África Subsahariana.

A diferencia de Estados Unidos que el cierre de las escuelas provocó el retraso escolar de cinco a siete meses, en la región de ALC este retraso podría ser de casi 1.3 años de escolaridad para los estudiantes cuyas escuelas cerraron por 10 meses. En caso que hubieran cerrado 13 meses, la pérdida se estima que es de 1.7 años. Si se toma en cuenta el puntaje del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA en inglés), el Banco Mundial estima que el 71 % de los estudiantes que entren a secundaria estarían por debajo del mínimo. Nuevamente, esto significa que “dos de casi cada tres estudiantes del primer ciclo de educación secundaria no podrán comprender un texto de extensión moderada”. Según el reporte, en comprensión lectora, medido por puntaje de la prueba PISA, la comprensión lectora podría disminuir 38 puntos en la prueba si las escuelas cerraron 10 meses. Sobre esto último, el reporte remarca que “con más del 80 por ciento de los alumnos por debajo del nivel mínimo de rendimiento, las pérdidas de aprendizaje podrían impedir que los estudiantes desarrollen habilidades y competencias consideradas básicas/fundamentales en varios países”. Esto sólo haría que la brecha socioeconómica en la educación aumente en un 12 % donde los estudiantes más privilegiados podrían tener, en promedio, casi tres años de escolaridad más que sus compañeros más desfavorecidos, lo que el Banco Mundial describe como una “tragedia”.

El aprendizaje inconcluso en la región no es algo nuevo; desde antes de la pandemia, los alumnos menos privilegiados ya tenían más desventajas educativas pero a raíz de la pandemia, se teme aún más que abandonen la escuela. Simulaciones que realizó el reporte sugieren que la deserción escolar en ALC podría aumentar en un 15 %. En el peor de los casos, la “pobreza de aprendizaje” de ALC aumentaría de un 53 % a un 63 %, lo que representaría 72 millones de niños y niñas. Aun así, el mayor problema generado por la pandemia podría ser estudiantes por debajo del mínimo de rendimiento escolar, más que la pobreza de aprendizaje.

Para estimar la perdida de aprendizaje, el Banco Mundial utiliza una herramienta que les permite valorar los efectos del cierre de las escuelas llamada “Learning-Adjusted Years of Schooling”, (LAYS por sus siglas en inglés), que se podría traducir como “años de escolaridad ajustados por aprendizaje”. La organización dice que esta herramienta “combina la escolaridad que generalmente alcanzan los niños con la calidad del aprendizaje durante los años de escuela, en relación con cierto punto de referencia”. Estos resultados varían entre los países de la región, aquellos que ya estaban en una mala condición desde antes del COVID-19 y si cerraron las escuelas por 10 o 13 meses. En el reporte, el Banco Mundial también investigó cómo la pérdida de aprendizaje puede afectar los ingresos de los estudiantes a lo largo de sus vidas. Para calcular esto, usaron el retorno de la inversión educativa, la esperanza de vida y el mercado laboral. Descubrieron que, con el cierre de las escuelas durante 10 meses, un estudiante puede perder hasta $23.63 dólares de ingresos, lo que equivale a $1,313 dólares anuales.

Los impactos del COVID-19 también van a variar entre países. En aquellos con un menor rendimiento, la pobreza de aprendizaje hará que los estudiantes no desarrollen habilidades fundamentales para tener éxito en un futuro, además que significa que el país tiene que invertir más recursos en mitigar y remediar la educación. Según el Banco Mundial, estas pérdidas de aprendizaje podrían representar hasta el 88 % de lo que los estudiantes aprenden en un año escolar. En un reporte que hicieron para Chile, la organización consideró varios factores de mitigación para estimar la educación en distintos escenarios y concluyó que se podría alcanzar hasta un 88 % de pérdida de aprendizaje de un año escolar.

Es importante reconocer las desigualdades que existen dentro de los países de la región. Aquellos menos privilegiados son los más afectados por razones como la falta de acceso a la educación a distancia, poca participación en clases remotas, problemas económicos o familiares, entre otros. Considerando el puntaje de la prueba PISA, aquellos estudiantes con mayores ingresos podrían perder hasta un 30 % de aprendizaje, mientras que los más pobres podrían perder hasta 41 % de su aprendizaje. Además, el reporte señala que “la brecha socioeconómica de desempeño entre los estudiantes podría aumentar de 94 a 105 puntos PISA, lo que equivale a aproximadamente un cuarto de año de escolaridad”. En Chile, los jóvenes desfavorecidos podrían perder hasta el 95 % de lo que aprenden en un año regular si las instituciones cerraron 10 meses, en comparación con el 64 % de los estudiantes más privilegiados. En el caso de Colombia, la pérdida de aprendizaje para los estudiantes de quinto de primaria con dificultades económicas podría ser el doble que la de los más favorecidos, ampliando la brecha aún más. Pero esta desigualdad no es nada nuevo, en la prueba PISA del 2018, la brecha equivalía a 2.5 años de educación en la República Dominicana y a 4.1 años de escolaridad en el caso del Perú.

Ante esta situación, el Banco Mundial hace un llamado a la acción. Advierten que, “todas las métricas de aprendizaje están empeorando drásticamente y los efectos de la pandemia también impregnan muchas otras áreas de la vida de los estudiantes”, pero no todo está perdido. Los autores mencionan que se necesitan tres frases críticas para abordar la crisis: enfrentar el cierre de las escuelas, gestionar la continuidad y recuperar los aprendizajes durante la reapertura de escuelas y, por último, impulsar mejoras y aceleración para el largo plazo, las cuales cubriremos en la segunda parte de este texto que se publicará la próxima semana.

¿Qué opinas de los resultados del Banco Mundial? ¿Consideras que se vive una verdadera tragedia educacional en América Latina y el Caribe? ¿Cómo crees que se vean afectadas las próximas generaciones debido a esta pobreza de aprendizaje? Déjanos tus respuestas en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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Quid pro quo o el negocio perfecto

Por: Carolina Vásquez Araya

Una forma perversa y efectiva de corrupción transformada en valor cultural.

Según lo establece el DRAE, Quid pro quo es una locución latina que significa literalmente ‘algo a cambio de algo’. Se usa como locución nominal masculina con el sentido de ‘cosa que se recibe como compensación por la cesión de otra’. En términos corrientes, es un buen negocio y en nuestros países -dependientes de un sistema económico alineado con los intereses de los grandes capitales- es el mecanismo perfecto para obtener el bocado más grande. Dicen con toda razón que en donde hay quien reciba el soborno, siempre habrá quien lo ofrezca.  En los países subdesarrollados, cuyas normas y leyes se han diseñado para beneficio de algunos grupos muy reducidos de propietarios del gran capital, esta ha sido la palanca para financiar multimillonarias campañas políticas, propiciar incursiones bélicas y rediseñar el mapa.

De esta mancuerna entre los poderes económico y político surgen no sólo las estrategias comerciales del primer mundo, sino también las tácticas puntuales para infiltrarse en las estructuras de las naciones en desarrollo con el propósito de planificar la utilización más rentable de sus recursos naturales, su mano de obra barata y sus mercados emergentes.

En otras palabras, mientras las condiciones de pobreza extrema, desigualdad, discriminación y corrupción existan de manera predominante en las naciones del tercero y cuarto mundos, las pretensiones de estas naciones en términos de igualdad de oportunidades o inserción plena en los procesos de globalización no pasarán jamás de ser fantasías de sus reducidos círculos de decisión.

En los sucesivos informes de Transparencia Internacional sobre la percepción de corrupción en los países del mundo, se puede apreciar cómo se establece, de manera evidente, la relación entre aquellas naciones cuyas compañías multinacionales pagan los sobornos y aquellas cuyos funcionarios los reciben.  Las primeras, ricas, poderosas, con democracias estables; las segundas, carentes de instituciones fuertes, con la mayoría absoluta de su población viviendo bajo la línea de la pobreza, pero con una impresionante riqueza en recursos naturales.

Esta realidad, sumada a la destrucción patente del entorno con su secuela de devastación de los ecosistemas, el robo de las aguas y la pérdida de oportunidades en las comunidades afectadas, constituye el escenario sobre el cual deberían delinearse las políticas mundiales tendentes a propiciar políticas de desarrollo. Los informes de desarrollo humano elaborados por la ONU para mostrar un escenario más o menos aproximado de los efectos de la corrupción, muestran lo que ya sabemos: una división entre bloques, una visión opuesta respecto a las prioridades –Estados poderosos evadiendo su responsabilidad en la destrucción del medio ambiente y países en desarrollo exigiendo políticas más acorde con sus necesidades- pero, en resumen, un ambiente de polarización que no ayuda a paliar el hambre ni las carencias básicas de la población mundial.

En medio, resulta patente la pérdida de soberanía de nuestros países, en donde existen leyes casuísticas cuyo propósito consiste en ocultar, justificar y otorgar impunidad a decisiones ilegítimas de gobernantes venales. Todo ello, santificado por los Estados más poderosos cuyo respaldo a un oscuro quid pro quo, negociado por la industria mundial con corruptos locales, sumen a nuestras naciones en la miseria y el desamparo.

La integridad del territorio es un mito en países que cada día pierden un pedazo.

Fuente de la información:   www.carolinavasquezaraya.com

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