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Irena Vega Medina: Orgullo Crítico, otra forma de luchar por los derechos LGBTI diferente a la oficial: “Está muy monopolizada por los hombres homosexuales”. España

Diferentes colectivos toman las calles de Madrid para reivindicar la revueltas de Stonewall y en contra del capitalismo que se ha apoderado de la manifestación estatal

En el bar Stonewall Inn, en el barrio neoyorquino de Greenwich Village, varias personas, entre ellas Stormé DeLarverie —de quien se dice que fue la que lanzó la primera piedra— decidieron cambiar el mundo y la realidad del colectivo LGTBI el 28 de junio de 1969 al iniciar unas manifestaciones que duraron tres días. El Orgullo Crítico de Madrid, una plataforma que congrega diferentes asociaciones, rinde homenaje a los que comenzaron un movimiento que ya tiene 54 años. Para ello, desde el 2006, cada 28 de junio en Madrid, y cada vez en más ciudades, se celebra una protesta completamente alejada de la manifestación estatal del 1 de julio, organizada por MADO. “Nacemos como respuesta a la comercialización y mercantilización del Día del Orgullo y para que no se pierda el sentido de la conmemoración de la fecha”, explica Tigra, portavoz de Orgullo Crítico, en una videollamada con EL PAIS.

El año pasado llegaron a ser unos 15.000 manifestantes, comenta la vocal de la plataforma, y este año esperan superar su récord. El lema para 2023 es Contra la crisis, Orgullo e Insurrección. Comenzará a las 20.00 desde la glorieta de Cuatro Caminos, pasa por la calle de Bravo Murillo y finaliza en la plaza de la Remonta, cercana a la parada de metro de Valdeacederas. “Yo vivo en un barrio obrero del norte de Madrid, pero esto es como un hermanamiento entre el norte y el sur. Así se puede ver como no solo se comparten las sexualidades, sino otras opresiones, como en este caso la clase”, comenta Eugenia Tenenbaum (Santiago de Compostela, 26 años), divulgadora de arte con perspectiva de género, sobre la descentralización de la manifestación.

Ella acude a la convocatoria de Orgullo Crítico desde el 2018 y admite arrepentirse de no haber ido antes porque “la energía y la sensación de comunidad son inmensas”. Reconoce que no quiere ir a la del centro, la del MADO, porque es una manifestación que está muy despolitizada y, aunque no es “una purista” y cree que hay espacio para todo dentro de la protesta, no comparte la turistificación del evento. “Está muy monopolizado por los hombres homosexuales. Todo lo que se salga de ahí casi que tiene que pedir permiso ya no solo para ir, sino para encontrar a las amigas y moverse por ahí”, añade.

Orgullo Crítico nace como heredera de las posturas críticas desarrolladas por algunos colectivos del Madrid de los años noventa. Primero, recibieron el nombre de Bloque Alternativo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales y, en 2010, ya se conformó con el nombre por el que hoy se le conoce. “Salimos a las calles para marchar y reivindicar que estamos ahí, que todavía hay carencias en los derechos logrados, como en la Ley Trans, que aún sufrimos violencia, que nos discriminan”, incide Tigra.

La batucada toca en Vallecas el sábado 24 de junio durante la manifestación convocada por el colectivo Orgullo Vallekano.
La batucada toca en Vallecas el sábado 24 de junio durante la manifestación convocada por el colectivo Orgullo Vallekano.JUAN BARBOSA

Darko Decimavilla, que tiene la presidencia de No Binaries España, una asociación de ámbito estatal no mixta para personas trans no binarias, explica que uno de los motivos que les alejaron de la manifestación del 1 de julio fue la poca horizontalidad que existe dentro del MADO. Quisieron participar en el Orgullo del pasado año; pero al vocalizar sus reservas por la participación del PSOE, que votó en contra de incluir a las personas no binarias dentro de la Ley Trans, se les informó de que no podían vetar a nadie, ya que es “algo abierto a todo el mundo”. Este año llevaron la decisión a una asamblea y la decisión fue rotunda: no participarán.

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Además, cuenta que la organización de Orgullo Crítico y la manera de tomar las decisiones es siempre por consenso y de forma asamblearia. Tigra, portavoz de la plataforma, asegura que como tienen “las mismas necesidades y casi las mismas reivindicaciones, ponerse de acuerdo es bastante sencillo”. Decimavilla añade que muchas veces son cosas tan sencillas como decidir cuál será el lema del año. “Desde el MADO lo deciden las dos asociaciones organizadoras, sin contar con nadie más”, lamenta.

No Binaries no es la única plataforma que se ha alejado de la manifestación de 1 de julio. El colectivo Bisexuales y Combativas forma parte de la plataforma Orgullo Crítico desde el 2019. Ellas nacen en el mismo año, cuando se dan cuenta de que no hay un bloque para personas bisexuales. “Nos conocíamos de redes, de seguirnos mutuamente, pero no habíamos traspasado la frontera del ordenador”, revela Diana Cardo, portavoz del colectivo.

El sentimiento que les ha llevado a participar en el 28 de junio es similar al de No Binaries. “A la fiesta institucional no le queda reivindicación. Es el momento del año en el que las marcas se cuelgan las banderas de algo que no respetan”, afirma Sara García de Vicuña, otra vocal de Bisexuales y Combativas.

Como tónica general, todos los entrevistados concuerdan en que el Orgullo comercial, como lo llama Decimavilla, ha perdido el sentido de reivindicación y protesta. “Con tanto arcoíris, con tanta fiesta, con tanta carroza se nos ha olvidado que todavía nos faltan muchos derechos por conquistar”, manifiesta Tigra.

 Laura Argounova, asistente al Orgullo crítico, en los alrededores de la Puerta del Sol, Madrid.
Laura Argounova, asistente al Orgullo crítico, en los alrededores de la Puerta del Sol, Madrid.SAMUEL SÁNCHEZ

Laura Argounova (Madrid, 29 años) comenzó a ir a la manifestación del 28 de junio en 2014. La última vez que fue a la estatal fue ese mismo año. Durante la adolescencia acudía religiosamente a la cita del 1 de julio, pero no era consciente de que además de las carrozas, las fiestas y las carreras de tacones, también se trataba de una manifestación. “Lo llamaba cabalgata, desfile. Para mí era un día de fiesta”, cuenta sentada en una terraza cerca de Sol.

Con el tiempo, empezó a militar en diferentes asociaciones y conoció a Orgullo Crítico y su propuesta. “Algo básico es que se respeta el día y además en la estatal hay carrozas y participan partidos políticos que son abiertamente neoliberales y oportunistas”, justifica Argounova.

Pitu Aparicio, educadora social y monologuista hace muchos años que no va a la manifestación estatal “porque se ha perdido la reivindicación de la marcha y se ha convertido en una fiesta que está muy bien, porque es una celebración y una visibilidad, pero que es tan mainstream que se olvida del colectivo”, señala Aparicio por videollamada.

Pancarta reivindicando la bisexualidad y el no binarismo en la manifestación del Orgullo Vallekano, el sábado 24 de junio, en Madrid.
Pancarta reivindicando la bisexualidad y el no binarismo en la manifestación del Orgullo Vallekano, el sábado 24 de junio, en Madrid.JUAN BARBOSA

Ana Fernández Zarate (Madrid, 29 años) acude todos los años a la manifestación que convoca Orgullo Vallekano. Este año se celebró el 24 de junio y siente que tanto en la que estuvo ella como en la de este miércoles 28, hay una representación real de todas las disidencias. “Hay bloques para personas gordas, discapacitadas, racializadas…”, cuenta por teléfono.

Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), una de las entidades organizadoras del Orgullo, lamenta la distancia entre ellos y Orgullo Crítico. Conoce los reclamos y acepta algunos de ellos, pero siente que “ambos movimientos pueden convivir”, ya que todos tienen “el objetivo de los derechos humanos y el respeto por la diversidad”. Además, desde su perspectiva, las diferencias “son salvables” y está convencida de que “si se sentasen a hablar, se podrían solucionar los problemas”.

Tigra, por su parte, no sabe si esto es posible. “Durante este mes hay mucha solidaridad, mucho ‘el amor es amor’, logos y banderitas arcoíris, pero al final los mensajes que lanzan algunas empresas son contradictorios”, sentencia la vocal de Orgullo Crítico.

La mirada crítica en las periferias de la capital

La asociación Éboli LGTB, en Pinto, lanzó un comunicado el pasado 21 de junio en el que se desvinculaban por completo de todas las actividades promovidas por el gobierno de la localidad, una coalición del Partido Popular y Pinto Avanza. “No es congruente que hagamos la lectura del manifiesto cuando los dos partidos que nos gobiernan no nos apoyan como colectivo”, expone Abraham Febrer, presidente y fundador de la asociación, que añade que «no todo vale» cuando se trata de los derechos humanos.

Vallecas y Alcalá de Henares, entre otras, son dos zonas que también hacen una lectura crítica del MADO. “Como ambas coinciden, nos pareció importante apostar por orgullo de periferia y, en esta ocasión, priorizamos el de Alcalá”, cuenta Decimavilla, que acudió con No Binaries España a la manifestación propuesta por Alcalá Entiende.

Orgullo Vallekano quiere “recuperar la reivindicación alejados del capitalismo rosa”. “No queremos participar del pinkwashing que hace el MADO y las empresas de doble moral como el Corte Inglés, que puede patrocinar el orgullo y vender libros para ‘curar’ la homosexualidad”, inciden los activistas de la plataforma.

Celebraron su propia manifestación, el sábado 24 de junio, en un recorrido que abarca gran parte de la avenida de la Albufera, en el barrio de Vallecas, al sureste de Madrid. Quieren “un barrio educado y sensibilizado en la diversidad sexo afectiva y de género”, afirman desde la organización.

Para ellos, el MADO “ha perdido la capacidad de reacción frente a partidos políticos y tiene las manos atadas por las ayudas económicas”. La manifestación en Vallecas o la que convoca Orgullo Crítico, inciden, son espacios para “poder decir lo que realmente se opina de las cosas”, ya que, al ser colectivos completamente autogestionados, no “le deben nada a nadie”.

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Irene Vega Medina

Redactora en prácticas en la sección de Local desde febrero 2023, anteriormente en Planeta Futuro. Graduada en Lenguas Modernas Cultura y Comunicación, con un máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos, ambos en la Universidad Autónoma de Madrid. Cursó el máster de periodismo UAM-EL PAÍS con la promoción 2021-2023.

Fuente: https://elpais.com/espana/madrid/2023-06-28/orgullo-critico-otra-forma-de-luchar-por-los-derechos-lgbti-diferente-a-la-oficial-esta-muy-monopolizada-por-los-hombres-homosexuales.html

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Activismo revolucionario contra la injusticia racial

En agosto de 1955, un adolescente afroamericano de 14 años viajó desde Chicago, su ciudad natal, hasta el estado segregacionista de Mississippi, para visitar a unos familiares. Tres días después se encontró su cuerpo flotando en el río con muestras evidentes de haber recibido una brutal paliza. Los dos hombres acusados de la agresión, los dos blancos, adujeron que el joven había silbado a la esposa de uno, medio hermana del otro. Ante esta excusa y ante la palabra de la mujer, fueron declarados inocentes por un jurado popular integrado completamente por blancos, y los medios locales los encumbraron como héroes mientras se jactaban en las entrevistas de todo lo que le hicieron a Emmett Till, cuyo rostro, terriblemente desfigurado, apareció en las portadas de todos los periódicos nacionales después de que su madre dejase el ataúd abierto para que todo el mundo viera lo que le habían hecho a su hijo, y pidiera a los fotógrafos que hicieran difusión de tan duras imágenes.

En su honor, la “Ley contra los linchamientos de Emmett Till”, firmada por el presidente de los Estados Unidos, lleva su nombre. La legislación aprobada convierte esa execrable acción, el linchamiento, en delito federal de hasta 30 años de cárcel y multas considerables. Hay que hacer énfasis en que los asesinos del joven Till murieron, de forma natural, en 1981 y 1994, sin haber pisado nunca la cárcel por el asesinato cometido, mientras que la nueva ley se firmó en marzo de 2022 por un tal Joe Biden, sesenta y siete años después del brutal asesinato. Estas dos fechas, el linchamiento de 1955 y la ley de 2022, da una idea de la lentitud de los progresos sociales y de que todavía queda mucho por hacer, y, también, de la importancia de la memoria histórica para entender el pasado y el presente y anticiparnos en lo posible para evitar injusticias en el futuro.

Probablemente, este objetivo tan loable es el que tenía el guionista David F. Walker cuando se propuso escribir la historia del Partido de las Panteras Negras para la Autodefensa (a los dos años de su creación, el nombre quedó reducido a “Partido de las Panteras Negras”), creado en Oakland, California, en 1966, hasta su disolución definitiva en los años ochenta. Nacido en 1968, Walker es periodista y profesor a tiempo parcial en la universidad, pero destaca especialmente por su trabajo como guionista de cine y cómic, con numerosos reconocimientos. Entre otros, ha realizado guiones para personajes de cómic tan populares como Shaft (para Dynamite Entertainment), Luke Cage, Power Man o Deadpool (para Marvel) o Cyborg y Young Justice (para DC Comics). En DC Comics es cocreador del personaje Naomi, una superheroína adolescente afroamericana, de la que en 2022 se ha realizado una serie de televisión para la plataforma HBO.

La decisión de Walker fue un reto extraordinario, puesto que eligió realizar el guion de una novela gráfica, a pesar de que la obra requeriría de mucho texto explicativo y de muchos datos, con gran cantidad de personajes y escenarios. Pero el medio escogido favorecía la producción y, sobre todo, la divulgación del resultado, a medio camino entre el ensayo y un documental audiovisual. En el guión se propuso realizar una introducción de los antecedentes que llevaron a la creación del partido, datando el origen, evidentemente, en el secuestro y posterior esclavitud de los nativos africanos que fueron llevados a la fuerza al continente americano, tratados de forma atroz durante siglos. Se propuso describir someramente la conocida como “la gran emigración” en los años treinta del siglo XX, donde millones de negros estadounidenses huyeron del sur buscando una mejor vida lejos de la segregación. Y, a partir de ese instante, se propuso destacar las personas más relevantes y los eventos más importantes acontecidos hasta los años sesenta, por desgracia, la mayoría desoladores, como el del joven Emmett Till.

Una vez definida la idea del proyecto a llevar cabo, al guionista David F. Walker solo le faltaba el artista que lo llevaría a cabo, y lo encontró en el dibujante Marcus Kwame Anderson, y, después de casi dos años de trabajo conjunto, el resultado es la novela gráfica

El partido de las panteras negras. Una historia gráfica (The Black Panther Party: A Graphic Novel History, 2021), publicado en marzo de 2022 en catalán por Tigre de Paper Edicions, con traducción de Octavi Gil, y en mayo de 2023 en castellano por Alianza Editorial, con traducción de Ladislao Bapory Sité. El dibujante tiene un estilo versátil y ha sabido dotar de gran sobriedad las páginas diseñadas, especialmente teniendo en cuenta la carga emocional que supone dibujar acontecimientos reales, complejos y trágicos a la vez, mientras intentas ser lo más fidedigno posible a la realidad e intentas que las decenas de personas citadas a lo largo de toda la obra se parezcan lo máximo posible y que los más conocidos sean identificados fácilmente por el lector.

El trabajo final publicado es una muestra evidente del poder divulgativo de la imagen, y de la gran contribución del dibujante en la obra resultante, y no solo por el carácter documental de gran parte de la novela gráfica, sino también por su contribución en las diferentes escenas narradas de eventos fundamentales de la historia del partido. Además, la portada originalestá cargada de gran simbolismo, al mostrar la famosa foto de Huey Newton sentado en un sillón de mimbre, con su boina característica, acompañado por las siluetas de los diferentes líderes del partido: Bobby Seale, Kathleen Cleaver y Fred Hampton, todos con un fondo naranja y amarillo. El sillón de mimbre es conocido como “pavo real” (peacock chair) por su forma, y tiene su origen en el siglo XIX, como parte del mobiliario utilizado en las colonias francesas del Pacífico Sur, lo que facilitó que se popularizara en Europa, primero, y en Estados Unidos desde principios del siglo XX, con una carga colonial evidente en la pieza.

El partido de las panteras negras. Una historia gráfica rastrea el contexto histórico de la filosofía política que germinó en la creación del partido, contextualizando la opresión y la violencia racista sistémica y la brutalidad policial, especialmente en la conocida como la era de “Las Leyes Jim Crow”, que propugnaban la segregación racial en todas las instalaciones públicas. La segregación, de facto, fomentaba la desigualdad económica y social en todos los sentidos, evidente en el desempleo y en la segregación forzada de las viviendas. También en la justicia y en la educación. Conocido es el caso de Ruby Bridges, de 6 años, que en 1960 tuvo que asistir a diario al colegio de primaria escoltada por los Marshals, por ejemplo.

En 1966, el Partido de las Panteras Negras era creado por Huey Newton y Bobby Seale, inspirándose en el movimiento Black Power, y con un decálogo que fundamentaría el programa político, tan ambicioso como contundente, pidiendo una vivienda digna, pleno empleo, educación, justicia, paz y solicitando el fin de la brutalidad policial y la liberación de todos los hombres negros encarcelados. El partido también fue impulsor de los conocidos como “programas de supervivencia”, que incluían desayuno gratis para los niños, clínicas de salud y escuelas. Llegaron a tener más de sesenta sucursales a lo largo del país, influyendo en otras minorías y creando organizaciones similares en otros países.

Se hicieron famosos por su estética (boinas negras y chaquetas de cuero) y su visible armamento, sobre todo en los primeros años hasta que cambió la legislación del país, pensada a medida de ellos, obstaculizando que volvieran a ir armados por la calle y, en su caso, facilitar su detención si los pillasen. La idea de las armas era que fueran disuasorias en caso de que quisieran atacarles. Fueron revolucionarios en los hechos y agresivos en las formas, en contraposición con los movimientos de derechos civiles no violentos que llevaban años luchando por los derechos de los negros.

El ímpetu y la contundencia con la que actuaban iba en consonancia con la nobleza de la imagen escogida para representarlos, la de una pantera negra, un animal feroz que solo ataca cuando se siente acorralado. Pero la irrupción de sus originales acciones en todos los ámbitos inquietó al sistema, lo que provocó todo tipo de represalias: cambio de leyes, redadas continuas, acusaciones arbitrarias y falsas que conllevaban estancias prolongadas en la cárcel, hasta la puesta en libertad por falta de pruebas (o ni eso, algunos pasaron muchos años encarcelados sin motivo), represión policial con impunidad, todo ello con el beneplácito de la justicia y los medios de comunicación, que actuaban como cómplices e inductores de la injusticia racial.

Algunos ejemplos de dichas acciones se han popularizado recientemente con el estreno de dos películas basadas en hechos reales y que incluyen eventos fundamentales en la historia del partido. Las películas El juicio de los 7 de Chicago (The Trial of the Chicago 7, 2020) y Judas y el mesías negro (Judas and the Black Messiah, 2021), dirigidas por Aaron Sorkin y Shaka King, respectivamente, debería de avergonzar a los que permitieron los abusos descritos, al menos quedan retratados. En el caso del famoso juicio de Chicago, en la película vemos la detención arbitraria de uno de los creadores del partido, y el trato vejatorio que se le dio en el juicio por parte del déspota del juez, que lo amordazó y encadenó delante del jurado.

La película Judas y el mesías negro, en cambio, muestra el asesinato de Fred Hampton por parte de la policía de Chicago cuando acribillaron con ametralladoras su apartamento mientras dormía (de hecho, ni se despertó porque lo había drogado previamente una persona de su equipo, sobornado por los agentes). Hampton, de 21 años, era el jefe de personal y portavoz nacional del Partido Pantera Negra cuando, en la madrugada del 4 de diciembre de 1969 fue asesinado con total impunidad.

¿Un policía asesinando a sangre fría a una persona desarmada e indefensa? El estupor que provoca llegar a hacerse una pregunta así, imaginamos que es el mismo estupor que tendría el mismo guionista de la novela gráfica, David F. Walker, cuando se dispuso a escribir, el 27 de mayo de 2020, el epílogo de la obra en la que llevaba más de dos años trabajando. Lo que nunca hubiera imaginado es que tuviera que escribir el texto dos días después de la muerte de George Floyd en la ciudad de Minneapolis, como consecuencia de la asfixia que le provocó un policía al presionar con su rodilla el cuello de Floyd contra el pavimento durante cerca de 10 minutos, mientras hacía caso omiso a los espectadores que le alertaban de la mala praxis y de los problemas para respirar del detenido. El funesto desenlace, grabado con detalle por un transeúnte, fue el detonante del movimiento Black Lives Matter (también conocido por las siglas BLM; en castellano: “Las vidas de los negros importan”). La fatal coincidencia del trabajo final de los autores con diferentes noticias trágicas de pátina claramente racista no hacía más que reforzar la intención inicial de la novela gráfica de la importancia de dar a conocer la memoria histórica del activismo por la injusticia racial.

El prólogo de la edición española está escrito por Conciencia-Afro, una propuesta artística, cultural y política creada en 2016, con sede en Madrid. En su página web se presentan como una asociación “centrada en reivindicar, celebrar y difundir las realidades y los conocimientos del continente africano, diseminados por todo el planeta, trabajando en el ámbito de la creación artística, el diseño de proyectos culturales y en el impulso de procesos comunitarios”. En el prólogo afirman que el legado del Partido de las Panteras Negras sigue vivo en todas las personas que luchan por la justicia social. De hecho, en los años ochenta, ya había inspirado en España la creación de diferentes organizaciones (entre ellas, la Asociación Panteras Negras). En palabras de Conciencia-Afro: “Los ideales de autodefensa y autoorganización fueron fundamentales para hacer frente a la violencia neonazi, tan presente en esos años en las calles de Madrid”… ¿en esos años?

 

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Francesc Nogales: Educar en clase pero también en casa, un viaje pedagógico a los casos de éxito educativo. España

Francesc Nogales, reconocido a nivel nacional e internacional por sus propuestas educativas innovadoras, ha volcado su experiencia en su primer libro, “Educar en clase… y en casa”, un “viaje pedagógico” que reclama vincular las aulas y el proceso de aprendizaje con el entorno social y familiar.

“Se trata de un viaje en el que vamos creciendo”, desde la infancia hasta la edad adulta, explica Nogales en una conversación con EFE, “en el que al principio replicamos un modelo de educación que hemos recibido y del que luego renegamos”.

Nogales, profesor en el colegio San Enrique de Quart de Poblet (Valencia), fue elegido el mejor profesor de Primaria de España en los Premios Educa Abanca en 2021, y ha recibido también numerosos reconocimientos internacionales por sus proyectos pedagógicos que lleva a la práctica con sus alumnos, tras más de 25 años de “prueba-error”.

Francesc Nogales, reconocido a nivel nacional e internacional por sus propuestas educativas innovadoras. EFE/Ana Escobar

Propuestas de educación que implican a las familias y al entorno social de los alumnos

El libro que publica Plataforma Editorial reúne siete de estos proyectos relacionados con la lectura, las matemáticas, el abordaje del “bullying” o el Alzheimer con la recuperación de la memoria de los mayores, a través de propuestas que implican a las familias y al entorno social de los alumnos y les sirve de motivación para el aprendizaje.

Con sus alumnos ha realizado reseñas literarias que se han publicado en medios de comunicación; talleres de matemáticas con la presencia de las familias en el aula; ha tratado como afrontar situaciones que pueden derivar en “bullying” con vídeos elaborados por los niños para su difusión en YouTube; ha recopilado las historias de los abuelos en “un pueblo para recordar” y trabajado con las familias las frustraciones con propuestas como “De pequeño seré”.

Nogales precisa que son experiencias educativas de éxito después, en algunos casos, de “muchos errores”, consejos a los que los docentes y familias interesadas pueden acceder a través de códigos “QR” y modificar y adaptar a sus aulas de manera colaborativa.

El libro se divide en cuatro capítulos: infancia, juventud, madurez y vejez, y se acompaña también de varios temas musicales con la educación como temática, de Pink Floyd, Mecano, Fito y los Fitipaldis, Maluma o Seguridad Social.

Educación tradicional o innovadora

Nogales habla sobre las continuas reformas de la ley de Educación y opina que “ahora hay una confrontación muy evidente entre educación tradicional y educación innovadora cuando el camino, el debate, no tiene que ser ese sino qué podemos sacar de positivo de la educación tradicional y qué aporta de positivo la innovación metodológica”.

A su juicio, “las leyes están muy bien pero no sirven de nada si estamos dando clases como hace 30 años” y deberían centrarse en “ser útiles”. “No se trata de cambiar la ley sino de plantear la educación como una prioridad social, que se hable de la educación no tanto para debatir y generar polémica sino para generar unión”, añade.

Además, defiende que tenga un papel más visible socialmente, con propuestas como una sección de información educativa en los informativos, al igual que hay de sociedad o de cultura, que muestre las experiencias en las aulas que están desarrollándose con éxito. “Hay muchos colegios haciendo cosas que merece la pena contar y no lo cuentan ni ellos”, lamenta.

Francesc Nogales ha volcado su experiencia en su primer libro, “Educar en clase… y en casa”. EFE/Ana Escobar

Prólogo de Pilar Alegría

La ministra de Educación, Pilar Alegría, que contactó con Nogales tras su elección como mejor docente en 2021 para conocer su trabajo y el de otros profesores con su misma visión pedagógica, es la encargada del prólogo del libro.

Alegría destaca que es una llamada al orgullo de enseñar, al privilegio de ser referente para las nuevas generaciones y un aviso a los riesgos de estar siempre subido a la tarima, ya que “un profesor que no escucha es un profesor que no sabe lo que ha aprendido”.

“Un docente maduro es sensato y no depende solo del libro, tiene buen juicio y ofrece proyectos diversos y variados, y también es prudente y sabe que cada alumno necesita algo distinto”, reflexiona Nogales, que propone a los lectores “sumarse a la acción” y lanzarse a realizar alguna de sus propuestas. “Podemos llevarnos sorpresas increíbles”, asegura el docente.

Fuente: https://efe.com/sin-categoria/2023-06-17/educar-en-clase-pero-tambien-en-casa/

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España: Una escuela que segrega priva a los ricos del conocimiento de las cosas

Una escuela que segrega priva a los ricos del conocimiento de las cosas

Guadalupe Jover

La verdadera cultura se compone de dos cosas: pertenecer a la masa y poseer la palabra. Una escuela que selecciona destruye la cultura. A los pobres les quita el medio de expresión. A los ricos les quita el conocimiento de las cosas”. (Alumnos de la escuela de Barbiana, 1967).

Una escuela que segrega daña no solo al alumnado más vulnerable, condenado a no salir de allá donde lo puso el azar de su nacimiento. Daña también, y no poco, a quienes encierra en entornos de pretendido privilegio pues los priva, como denuncian los alumnos de Barbiana, del conocimiento de las cosas.

Hace ahora dos años, la Casa Real emitió un comunicado para informar de que la Princesa de Asturias cursaría el Bachillerato Internacional en una institución educativa privada del Reino Unido, previo pago de 67.000 libras esterlinas. En ese mismo comunicado se subrayaba que se trataba de un colegio en el que “puede haber unas 80 nacionalidades, con alumnos procedentes de diversos estratos económicos”, como prueba de un ideario que propugna el entendimiento intercultural y la valoración de la diversidad. Quienes conocemos el mapa escolar madrileño no pudimos dejar de sentir estupefacción. El instituto público que en razón del domicilio corresponde a las hijas de los Reyes de España cuenta con un número análogo de nacionalidades entre su alumnado, (aunque es verdad que sin gran diversidad de estratos socioeconómicos, visto que quienes pueden elegir, porque tienen dinero para ello, huyen de esa diversidad hacia entornos mucho más homogéneos). Para ese viaje, nunca mejor dicho, no necesitábamos alforjas.

El mensaje real del comunicado estaba sin embargo en lo no dicho: en la desafección hacia la escuela pública española por parte de quien, como en el caso de otras monarquías europeas, debiera ser su principal valedor. Lo mismo ocurre con gran parte de las élites políticas de nuestro país, cuyo currículum, por más que acumule posteriormente grados y másteres, adolecerá de una ceguera en muchos casos incurable: la que impide ver al otro como a un igual, sea cual sea su origen geográfico y cultural y su entorno socioeconómico, su lengua y sus creencias religiosas; la que impide luego comprender las razones azarosas, y por tanto esencialmente injustas, del desigual futuro que espera a unos y otros.

¿Dónde estarán los pobres, que no los veo?”, se preguntaba nada menos que el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, tras la publicación de un informe de Cáritas que alertaba de que un 22% de la población madrileña se encuentra en situación de exclusión social. Y lo hacía con gesto burlón, calificando de “error” la existencia de ese tipo de informes.

Pero es que no los ve. No los ven. “Una escuela que segrega destruye la cultura”: destruye, es verdad, los valores civilizatorios básicos, que debieran ser compartidos. “A los ricos les quita el conocimiento de las cosas”: privados de la capacidad de alzar la vista y mirar en derredor, aquejados de una miopía incapacitante, refugiados en la confortabilidad del privilegio, siguen alimentando –por activa o por pasiva– una segregación escolar que causa ya escándalo en Europa.

Para la educación democrática no hay atajos. El primer presupuesto de una sociedad democrática es la consideración del otro, de los otros, como personas iguales en dignidad y derechos. Y eso se aprende (o no) desde la infancia. Se vive o no se vive. “Solo se mira como a iguales a aquellos con los que se ha compartido pupitre en la escuela” afirmaba José Pedro Varela, maestro uruguayo, hace ya siglo y medio. Haber crecido, codo con codo, con niños y niñas diferentes en todo es lo único que puede despertar la conciencia del propio privilegio y no atribuir este a un mérito personal. Es lo único que puede despertar reflejos de empatía no atravesados por la asimetría de la desigualdad y conformar una suerte de “velo de ignorancia” que, llegado el momento de proponer medidas para el conjunto de la sociedad, haga abstracción de la propia posición en la rueda de la fortuna.

Educarse en una escuela diversa debería entenderse como un derecho de todo menor, tanto de los que están a un lado o al otro del privilegio. Y eso es algo que ningún dinero puede comprar.

Pero aún hay más. “Una escuela que selecciona destruye la cultura. […] A los ricos les quita el conocimiento de las cosas”. Nuestra cultura compartida –un posesivo hoy felizmente ampliado– incluye un suelo ideológico irrenunciable: no solo los derechos humanos, sino también el derecho a vivir en un planeta con futuro (y el deber de legarlo a las próximas generaciones).

¿Está en riesgo la provisión de ese conocimiento a no pocos niños y niñas de nuestro país, en favor de unas creencias religiosas concretas (no compartidas, por tanto, por el conjunto de la sociedad) y de unos filtros ideológicos que dan la espalda a la fundamentación científica en la selección del saber? Mucho nos tememos que sí.

Porque vivimos en una época de avalancha de información, desinformación y manipulación, es fundamental el papel de la escuela como agente de validación de la información y de transmisión de conocimientos validados científicamente. No se trata de convertir la escuela en un instrumento de adoctrinamiento ideológico, sino de garantizar que no se construyan opiniones que no están apoyadas en hechos”, afirman João Costa y João Couvaneiro en un libro de título bien elocuente: Conhecimentos vs competências. Uma dicotomia disparatada na educação. (2019).

El aprendizaje de la convivencia en condiciones de igualdad con quien es diferente, la educación en derechos humanos, la formación en un conocimiento científicamente contrastado o la libertad de conciencia son derechos de todo menor. Y su mejor garantía es la escuela pública.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2023/06/08/una-escuela-que-segrega-priva-a-los-ricos-del-conocimiento-de-las-cosas/

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/una-escuela-que-segrega-priva-a-los-ricos-del-conocimiento-de-las-cosas/

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El fantasma de la despolitización

Por: Rafael Fraguas

Los resultados de las recientes elecciones municipales y autonómicas así lo demuestran. Ni ideas, ni proyectos, ni medidas concretas de tipo alguno avalan tan resonante victoria electoral como la obtenida por el Partido Popular. ¿Interés por la cosa pública?: se desconoce. ¿Propuestas de gobierno alternativo y mejorado?: no constan. ¿Innovaciones en la gestión política?: ninguna. ¿Programas electorales?: ausencia de medidas visibles. Entonces, ¿qué es lo que en verdad se ha votado?: todo indica que, muy posiblemente, el voto mayoritario ha sido emitido sin nada sustantivo que adquirir por el votante ni nada que ofrecer por parte del PP. Por consiguiente, cabe decir que se ha tratado de una especie de pataleta antigubernamental con ciertos visos, permítaseme decirlo, políticamente suicidas.

Cabe preguntarse si ha sido un voto antisistema, esa actitud tan cara a muchos españoles proclives a una acracia de derechas, protestona, refunfuñona, individualista e insolidaria; esto es, aquella que con su nihilismo antiparticipativo, beligerante/abstencionista y malencarado, abre el camino a que la gran derecha se enseñoree luego de la escena política en las urnas, con su arrogante actitud empeñada en desmantelar todo lo que tenga contenido social, colectivo, mayoritario, en síntesis, democrático, la única tarea que esa derecha sabe acometer de manera impecable. ¿Oferta diferencial propia del PP aquí y ahora?: la única conocida, la privatización de la mayor cantidad posible de riqueza pública, de servicios públicos, de prestaciones para todos que pronto pasarán a ser sólo para unos pocos y los demás tendrán que pagar a precio de oro.

Fulminado por sospechar

Veamos. El Partido Popular tiene hoy un líder que se hallaba muy a gusto en su Galicia natal. Aquí, al líder del PP, Pablo Casado, se le ocurrió insinuar corrupción en el entorno de Isabel Díaz Ayuso, presidenta regional, por los contratos de un hermano de ella adjudicados en plena pandemia. Casado sería literalmente fulminado. Núñez Feijóo sería llamado de urgencia a Madrid, pero no parece hacer el menor esfuerzo por ofrecer alguna idea propia sobre cómo gobernar mejor que el actual Gobierno; justifica su vagancia porque dice que le basta con esperar; ya vendrán luego las grandes corporaciones, a las que el PP tanto debe electoralmente, para asumir su tarea. Tal vez asistamos a su fagocitación por parte de la dama a la que tanto abrazaba, quién sabe.

Por su parte, la presidenta regional durante su estrambótico mandato, no ha tenido reparo alguno en demostrar -tras calcular el número de bares por kilómetro cuadrado en la región madrileña y confirmar la voracidad de las grandes inmobiliarias adquiridas por migrantes de postín-, que ha gobernado únicamente para los suyos; es decir, multinacionales, constructoras, grandes empresarios, hoteleros, taberneros y parroquianos todos, sin que haya parecido importarle el desmantelamiento de la sanidad pública madrileña hecha por los suyos o la pésima calidad de las infraestructuras educativas cuyo deprimente estado es de su incumbencia. Desde luego, distinguía, con claridad desdeñosamente discriminante, entre la migración de las gentes que huyen de la pobreza y la selecta migración de los que vienen de allende el mar forrados del dinero que allí no pagan en impuestos para comprarse a manos llenas barrios enteros de Madrid o predios de la Comunidad madrileña; y, de paso, financiar la publicidad que tan generosamente ha decorado las calles con lemas del partido único, publicitariamente hablando claro.

Verticalidad en la izquierda

Vamos ahora hacia la izquierda. Las candidaturas, al parecer, no se discuten. Siempre vienen de arriba, nunca de abajo. La verticalización de los partidos impide que fluya la inteligencia en su interior y que los más capacitados accedan democráticamente a los puestos de dirección. El ordeno y mando, el ronroneo sempiterno de anquilosados aparatos, el miedo a no salir en la foto, zanjan cualquier atisbo de imaginación y de vitalidad políticas, históricos rasgos distintivos de la izquierda, hoy tan desdibujados. Los egos proliferan por doquier. El adanismo de los recién llegados a la política causa efectos devastadores. La empanada ideológica que sufren algunos y algunas dirigentes les lleva a no discernir entre lo vital y lo accesorio. Tozudamente, la obstinación sustituye al pacto, al acuerdo que hubiera propiciado avances. No reparan en que anteponiendo su lógica particular, su infantilismo izquierdista, a la lógica social lo único que consiguen es que tengamos que soportar cuatro años más a esa plana mayor de la derecha, insoportable por su arrogancia, su incultura y su banalidad, tan amoral y tan tóxica, sin nada que decir ni nada que ofrecer.

Todo ello permite confirmar la pésima calidad de la cultura política existente, aún, en España, como siniestro legado del franquismo capaz, como lo fue, de desertizar la vida cívica y política del país entero. Y, sobre todo, el gran triunfo del mediocre general: el de franquistizar, como vemos a diario, a casi toda la derecha, escorándola hasta la derecha extrema, sin dejar el menor vestigio ni espacio de democraticidad a los sectores conservadores. En Europa hay derecha conservadora democrática. Aquí, desgraciadamente, hoy no la hay. La hubo, pero ya no queda nada de aquellos democristianos, liberales, republicanos de derechas que, puntual pero valientemente, se opusieron al dictador. El centrismo, copado por pijos y pijas de distinta catadura, se ha mostrado incapaz de entender que su apuesta política es diferencial respecto de la extrema derecha, por lo que el votante le ha pasado factura. Siempre son mejores las primeras marcas que las marcas secundonas; esto también se aplica a ese vetusto sector del socialismo y de las autonomías, tan rencoroso con el Gobierno de Pedro Sánchez, sector presto siempre a pactar con la derecha: la misma derecha que en su día le descabalgó arteramente del Gobierno, para ahora palmearle en sus diatribas dislocadas contra el quehacer político del primer Gobierno de coalición desde la Guerra Civil; Gobierno, por cierto, trufado de dificultades y errores de algunos principiantes, recelosos frente al pragmatismo del sector gubernamental mayoritario.

Querida clase obrera:

¿Qué decir de nuestra querida clase obrera?: que la crítica debe asimismo incluirla. Mayormente, por tirar, no piedras, sino grandes pedruscos, sobre su propio tejado. Votar a las formaciones de derecha y extrema derecha por parte de un asalariado es hoy, sin duda alguna, ejemplo supremo de alienación, de ignorancia y de desconocimiento de los intereses de todos, los propios incluidos. Aunque la alienación es una impostura más de los poderosos, de la que no cabe culpar siempre a quien la sufre, el error es previo: pocos asalariados se reconocen como tales –los sociólogos sabemos que muy pocos encuestados se reconocen pertenecientes a la clase obrera-; para colmo, algunos de ellos alardean de disponer ya de una individualidad y unos estilos de vida más propios de otra clase no asalariada y superior en ingresos -y en Código Postal-, a la clase a la que ellos, obreros, empleados, funcionarios, pertenecen. Legítimo es que se aspire a un ascenso social que la democracia puede facilitar, pero cosa bien distinta es creer que ya se halla uno inserto en esa categoría social por encima de aquella a la que en realidad se pertenece.

¿Qué hacer? ¿Por dónde empezar? ¿Cómo sobrellevar cuatro años más de alcaldes, algunos de ellos trincones, caciquiles o mafiosos, más muchos más simplemente desprovistos de vocación de servicio y con tendencia a considerar la política como una forma directa de enriquecerse, como diría el prócer exministro levantino?. Lo grave ahora es que se creerán avalados en sus exacciones por el sufragio de gentes que no pensaron apenas en los efectos de su voto sobre sus propias vidas o que no se molestaron en dedicar un cuarto de hora para acudir a las urnas.

¿Qué podemos hacer con esta izquierda amante de los reinos de taifas, enemiga de los acuerdos, obstinadamente amurallada en rígidos dogmas? ¿Qué cabe explicar a tantos jóvenes replegados sobre sí mismos, abducidos por sus teléfonos móviles y sus pantallas, que no se permiten ver la vida discurrir a su alrededor, mientras, cuando consiguen trabajo, soportan empleos de salarios miserables y suelen mostrarse incapaces de dedicar media hora a la semana en averiguar cómo mejorar sus condiciones de existencia y las de sus compañeros? ¿Dónde han quedado los sueños emancipadores que anidaron en las mentes de tantas generaciones jóvenes que en la Historia han sido?

¿Hemos de deslegitimar desde ya mismo, como ha hecho el PP desde el minuto cero, los Gobiernos surgidos de las urnas porque no nos gustan? No. La izquierda no es tan ruin. Empecemos por cambiar percepciones, métodos, aproximaciones, manías, vicios y, sobre todo, intentemos reflexionar de un modo hondamente autocrítico. La clase obrera llegó a ser antifranquista, pero no pudo o no supo descubrir que aquel régimen era una tapadera más del capitalismo que hoy, en su dimensión financiera, es el principal enemigo de la democracia. La sombra del franquismo es alargada. Demasiado alargada. Su legado tóxico se llama despolitización, falta de conciencia colectiva, irracionalidad, odio al migrante pobre, servilismo ante los poderosos de siempre, anticomunismo… la vida concebida en torno a una simple cerveza. Eso es todo lo que promete la cúpula más irresponsable del Partido Azul y su aliado natural. Pero en las clases asalariadas, pese a los desconciertos habidos, reside la potencialidad de todo cambio a mejor. Y más temprano que tarde, la despolitización pasará factura a sus irresponsables mentores.

Si entendemos la politización en clave democrática, como compromiso colectivo con la lucha por la satisfacción de los intereses mayoritarios y el respeto de los intereses minoritarios, la tarea a asumir es esa. El voto ha sido ahora adverso a tal misión. Despliéguese el ingenio, la imaginación y el talento para revertir esa tendencia tan impolítica y dañina ahora observada. Y admitamos que las derrotas, como la ahora sufrida, pueden ser la antesala de nuevas y prometedoras victorias. España las merece.

Fuente de la información e imagen: https://www.mundoobrero.es

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España: La ‘provención’, o cómo dotarse de los medios que impidan los conflictos en la escuela

La ‘provención’, o cómo dotarse de los medios que impidan los conflictos en la escuela

La Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, a través del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Dirección General de Personal, pone en marcha un protocolo para la gestión de conflictos en el entorno laboral de los centros educativos, que pretende responder a la necesidad de convivir en un entorno de paz así como sensibilizar sobre la importancia de la construcción de una convivencia positiva basada en la escucha activa y la aceptación de la propia responsabilidad. El protocolo ha sido sometido a audiencia y negociación con las organizaciones sindicales.

Este instrumento de prevención y gestión positiva de conflictos sirve como guía para facilitar la convivencia y el buen clima laboral de los centros educativos e incluye los mecanismos de resolución precoz para evitar la escalada de los conflictos y prevenir riesgos psicosociales.

El protocolo está a disposición de cualquier docente o Personal de Administración y Servicios (PAS) para la resolución de conflictos del entorno laboral mediante la petición de ayuda para su gestión. Se trata de un compendio de diferentes alternativas cuyo objetivo es ayudar en la resolución pacífica de los problemas derivados de las relaciones laborales, para poder afrontarlos como una oportunidad de crecimiento personal y de fortalecimiento en las relaciones interpersonales.

Las herramientas y procedimientos para la gestión positiva de los conflictos incluyen la “provención” (concepto que alude a la necesidad de proveerse de estrategias, habilidades y recursos que permitan afrontar y transformar los conflictos de manera no violenta para que pasen a representar una oportunidad de crecimiento personal y colectivo para todas las partes, la conciliación, la negociación, la mediación y otras prácticas restaurativas; además del arbitraje y del procedimiento disciplinario, cuando no haya sido posible un acuerdo mediado en el que “ambas partes resulten ganadoras”.

Este proceso se caracteriza por su positividad, al ser un procedimiento alternativo a la dinámica tradicional de confrontación de ganar o perder, ya que su finalidad primordial es transformar el conflicto en una situación más positiva, que cuida la relación entre los miembros de la comunidad educativa.

Entre las diferentes alternativas que se plantean, se potencia el uso de la mediación. En esta herramienta prevalece la cooperación, la persona mediadora colabora y guía a las partes, al tiempo que se facilita el entendimiento y la comunicación; la voluntariedad, dado que estas acuden de forma libre y pueden desistir en cualquier momento, así como la imparcialidad, porque la función de la persona mediadora es la de ayudar y asistir a las partes enfrentadas para que ellas mismas puedan entender lo que les está ocurriendo y cómo quieren solucionarlo, pero sin posicionarse a favor de una u otra.

De igual manera, la mediación pone en valor la independencia, porque las partes son las únicas que pueden decidir y tomar decisiones libres, sin la influencia de la persona que guía el proceso.

El Protocolo se puede descargar clicando en este enlace

 

Fuente de la Información: https://exitoeducativo.net/la-provencion-o-como-dotarse-de-los-medios-que-impidan-los-conflictos-en-la-escuela/

 

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España – Juan Fernández (Investigación Docente): “No parece que haya pruebas como para afirmar que la educación de hoy sea peor”

Juan Fernández (Investigación Docente): “No parece que haya pruebas como para afirmar que la educación de hoy sea peor”

Juan Fernández es docente desde hace más de una década. Creó el proyecto Investigación Docente (@profesmadeinuk) en el que comenta libros y artículos sobre educación que no han sido traducidos al castellano.

Es autor del libro ‘Educar en la complejidad’ y ‘La evaluación formativa’, este último en coautoría con Mariana Morales. Ha escrito sobre educación para distintos medios, y ha participado como formador en diversas instituciones. Actualmente está realizando su doctorado en Psicología Educativa.

La Fundación SM contó con él como ponente el pasado mes de abril durante su Seminario Internacional de Educación Integral (SIEI) ‘Juntos renovamos la educación’ en España, Brasil, México y Chile de forma simultánea. En esta entrevista concedida a ÉXITO EDUCATIVO expone sus reveladores puntos de vista sobre la educación.

¿En qué estaba usted pensando cuando creó investigacióndocente.com?

Jajaja, pues en realidad la idea fue de Mónica, mi mujer. En principio, pensaba en tener a mano algunas notas que había tomado sobre un libro que me ayudó mucho: “Hidden Lives of Learners”. Pero a ella (también es profesora) se le ocurrió que tal vez esas notas fueran útiles para más gente. Lo que empezó con libros, fue creciendo en lectores y ahora ya hay contenido más diverso: recursos que he creado, enlaces a libros interesantes, y hasta una entrevista a un gran investigador sobre la motivación en el aula. Más de 18.000 visitas mensuales implican una gran responsabilidad de crear contenido de calidad.

Uno de los libros de los que es autor es ‘Educar en la complejidad’. Con el título se dice todo ¿Tan compleja es la cosa esta de la educación o lo complicamos?

La educación es un fenómeno en el que inciden muchos factores. La misma clase a distinta hora o la misma actividad con distinto alumno ilustran cómo las relaciones entre estos factores son complejas. En el libro trato de invitar a una reflexión sobre esta complejidad para que el debate no sea superficial. Lo que sucede es que, a veces, el debate educativo se complica en una sucesión innecesaria de eslóganes y siglas, detrás de las cuales hay mucho dinero en formación y muchos intereses en mantener ese statu quo. Además, todos hemos pasado por la educación, de un modo u otro, y los mensajes se entrelazan con nuestros afectos. Por lo tanto, sí, es muy compleja, porque también influye mucho nuestra memoria emotiva de lo que fue para nosotros la escuela.

¿Cómo ve usted la educación en España a día de hoy, pero, sobre todo, cómo ve la de pasado mañana, que ya sabe que el futuro se echa encima sin avisar?

La veo como una barca que avanza llevaba por la corriente. Al menos no se hunde, pero faltan estructuras que puedan direccionar la barca hacia un objetivo claro. Pasado mañana, ojalá se propicie un debate a fondo y un pacto educativo. Estructuras a modo de timón: relación con las facultades de formación del profesorado, generación de espacios de reflexión y de intercambios de experiencias a largo plazo (no de un día), y sobre todo una mayor relevancia de las ciencias del aprendizaje. Quizás no pasado mañana, sino la semana que viene. Algunos trabajamos intensamente para que suceda cuanto antes.

Actualmente se está especializando en psicología de la educación ¿Le falta al sector ponerle más cabeza que corazón, o es esta una pregunta idiota?

Me parece una pregunta muy relevante. La emoción y la cognición van unidas, por lo tanto, la cabeza y el corazón trabajan juntos. Sin embargo, en mi opinión existe un desequilibrio claro hacia el lado afectivo. En ocasiones me han reprochado en redes el hecho de compartir artículos, como si fuera una especie de blasfemia contra el dogma común de que en educación todo vale si se hace con buena intención. Por eso pienso que existe la creencia de que la investigación educativa no tiene nada relevante que decir y sólo importa la experiencia del día a día en el aula y el cariño que uno le pone. Me preocupa experimentar a veces que somos una profesión que vive de lo inmediato, pero que es ajena a lo que desde su propio ámbito de conocimiento se aporta para mejorar el aprendizaje.

Gracias a su blog, el sector está al tanto de las últimas investigaciones en materia educativa. Los avances en este campo siempre son notorios, pero ¿por qué existe la sensación en la calle de que la educación es hoy peor que la de generaciones atrás? Ya sabe que, con o sin bromas, empieza reivindicarse la denostada EGB como un referente, a la vista de lo posterior…

Para estas cosas sirve la investigación educativa, por ejemplo. No parece que haya pruebas como para afirmar que la educación de hoy sea peor. Probablemente tiene algunos problemas comunes con el pasado, y otros nuevos. Existe la tendencia a creer que todo tiempo pasado fue mejor. Y aquí, como decíamos en la pregunta anterior, la experiencia del día a día no vale, porque está sesgada por la percepción de cada uno y por lo que pasa en mi contexto concreto. Cuando se analiza el contexto global de la educación, no podemos afirmar que haya un empeoramiento. Esto no quiere decir que haya aspectos preocupantes y problemas inmediatos que se deberían solucionar lo antes posible.

¿Qué les pasa a los jóvenes escolares que se les ve apáticos y aparentemente desinteresados en los centros educativos?

De nuevo, la respuesta la tomo de “Educar en la complejidad”. No hay un único factor. Hay gente que se esfuerza, fracasa y se rinde enseguida. Hay gente que no se esfuerza porque quiere ajustarse al barrio, o al grupo. Hay gente aparentemente desinteresada sólo por pasar desapercibida en clase. Hay una apatía que se explica por la falta de desafío en algunas tareas. Otros son tal vez más parecidos a nosotros de lo que nos gustaría reconocer. Habría que atajar las causas por varios frentes, pero nunca bajo la idea de que existe “una juventud” que comparte causas y consecuencias.

Supongo que lo habrá observado también: se trata de una apatía que alcanza a la universidad ¿Tiene algo que ver esto con que la adolescencia se prolonga más en el tiempo que antes?

Quizás sí que percibo una cierta pasividad que no es exclusiva de la juventud, sino de la sociedad en su conjunto. Tal vez nos hemos cansado en cierta manera de perseguir ideales, tal vez estamos de vuelta de la promesa de que algún día seríamos totalmente libres. Tal vez estamos encerrados en nuestro bienestar individual, y los proyectos colectivos van perdiendo capacidad de movilizar voluntades. Por eso, y disculpen los lectores si cito de nuevo mi libro, la visión del bien común me parece imprescindible para el futuro de la educación. Habría que reflexionar sobre si generamos espacios de aprendizaje donde se potencian las cosas que nos unen, y no las que nos separan.

¿Se atreve con un consejo para aquellos profesores que dan todo lo que saben y pueden, innovando tecnológicamente incluso, pero que no terminan de animar a sus alumnos?

Me atrevo a darles todo mi apoyo, y mi compromiso para seguir leyendo y compartiendo lo que leo en aras de dar respuesta a situaciones como estas. Como digo, existen varias causas. Lo importante es que sientan el apoyo constante de la sociedad, el reconocimiento a su trabajo y esfuerzo, y entre todos aportemos claves para mejorar su desempeño profesional. La mejor manera de ayudarles a apoyar la investigación educativa y la transferencia de esos hallazgos a la práctica docente, para que no tengan que ser ellos los que la descubran en un constante prueba y error que desgasta mucho.

 

Fuente de la Información: https://exitoeducativo.net/juan-fernandez-investigacion-docente-no-parece-que-haya-pruebas-como-para-afirmar-que-la-educacion-de-hoy-sea-peor/

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