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La verdad sobre las grietas y goteras de la Ciudad Universitaria

Por: Ignacio Mantilla

No pretendo desconocer que más de una docena de las edificaciones del campus de Bogotá requieren una intervención prioritaria, principalmente en sus cubiertas. Tampoco ha sido propósito de la dirección de la Universidad ocultar esta situación. En efecto, yo mismo cuando asumí la rectoría evidencié estos problemas provocados por décadas de baja inversión en la infraestructura de la Universidad. Una de las primeras tareas fue la de realizar un diagnóstico detallado de las edificaciones de la Universidad. El informe del estado de algunos edificios se plasmó en un folleto con más de 150 imágenes que presentaban el deterioro alarmante en Bogotá.

Por entonces convoqué a los exrectores de la Institución para presentarles con detalle el diagnóstico y buscar junto a ellos caminos de solución efectivos, pues sabía que esta situación había sido enfrentada de distintas maneras por cada uno de ellos. El grupo de exrectores redactó y firmó una carta enviada al Presidente Santos el 16 de agosto de 2012. En ella se exponía la preocupante situación del campus de Bogotá y de la insuficiente financiación de la Institución que le impide destinar los recursos necesarios a la infraestructura.

Ante el fracaso de la iniciativa me preocupé por gestionar los recursos para superar el más grave y urgente problema de ese momento: la ausencia de un hospital universitario para consolidar una adecuada formación en las distintas carreras del área de la salud. Este problema se agudizó desde el cierre del Hospital San Juan de Dios y había provocado ya un paro de estudiantes de medicina. Por supuesto, también gestioné recursos necesarios para el mantenimiento, actualización y modernización de la infraestructura. Así fue como durante un año trabajamos por la aprobación de la ley 1697 de 2013, ley de Estampilla pro Universidad Nacional. Este proyecto que tuvo el apoyo unánime del Congreso de la República y del Gobierno Nacional nos ha permitido disponer de nuevos recursos que se han destinado con exclusividad a la infraestructura de la Universidad. Gracias a ellos, hoy contamos con el nuevo Hospital Universitario Nacional en plena actividad, equipado con la más alta tecnología para la atención adecuada de los pacientes y la formación de calidad de nuestros estudiantes.

Adicionalmente, con los recursos de la Estampilla, algunas donaciones y la priorización de los recursos del presupuesto de la Universidad hemos llevado a cabo en la Ciudad Universitaria, entre otras obras, la intervención en un alto porcentaje de las cubiertas de edificios, áreas públicas y vías peatonales, la modernización del edificio insigne de la Facultad de Ingeniería y la construcción de dos nuevos edificios: el de la Facultad de Enfermería y el del Archivo Histórico. Durante los últimos cuatro años hemos realizado en el campus de Bogotá el reforzamiento estructural completo a 11 edificaciones que representan cerca de 50 mil metros cuadrados de construcción.

Sin embargo, es evidente que falta mucho por intervenir y por invertir, que el presupuesto no es suficiente y que las necesidades son urgentes. Hoy por hoy nos concentramos en el mantenimiento preventivo y correctivo de varias de las casi 40 edificaciones patrimoniales de la Ciudad Universitaria. Lamentablemente a veces la intervención urgente, por ejemplo de las cubiertas, enfrenta retrasos debidos a los trámites requeridos para obtener los permisos necesarios que establecen las normas de los entes de control. En ocasiones, ni siquiera con los recursos disponibles es posible llevar a cabo, a tiempo, las intervenciones necesarias.

Como lo informé en un reciente artículo, la Universidad Nacional cuenta en sus 8 sedes con más de 320 edificios dedicados a la docencia, la investigación y la extensión. Los problemas de infraestructura se han presentado especialmente en Bogotá y principalmente en algunos de los 102 edificios construidos antes de la expedición de las normas de sismo resistencia. Se ha llevado a cabo, como ya se dijo, el reforzamiento de una decena de edificios y hay 17 construidos en los últimos años que no requieren intervención. Actualmente, tenemos 15 edificios en observación, monitoreados permanentemente y 2 edificios que requieren una recuperación de emergencia.

Se ha priorizado la intervención de las cubiertas de otros 20 edificios. Esto tiene un costo de 17 mil millones de pesos; parte de estos recursos ya se han dispuesto, tomándolos de otros proyectos. El valor estimado para la intervención integral de todas las edificaciones de la Ciudad Universitaria que deben ser atendidas y actualizadas bajo las normas de sismo resistencia es de 750 mil millones de pesos. Si a esto se suman las nuevas obras proyectadas, la cifra requerida se acerca a los 900 mil millones de pesos.

El caso particular de la Facultad de Derecho está siendo atendido y revisado con urgencia. Sin embargo, la aparición de esta situación tiene que ver también con que en el pasado se llevaron a cabo intervenciones estructurales sin el debido estudio técnico que las soportara. El edificio de Derecho originalmente se construyó de dos pisos; hoy tiene tres.

La búsqueda de soluciones y la gestión permanente de recursos sigue siendo nuestra preocupación y prioridad. En este semestre estamos acudiendo a la contratación de nuevas cuadrillas y brigadas encargadas de atender los puntos vulnerables de la infraestructura. Hemos organizado el presupuesto y los proyectos de inversión de tal manera que se atiendan las necesidades de infraestructura de la Universidad para superar las urgencias y continuar con la modernización física de la Institución.

Ante este innegable esfuerzo de la administración de la Universidad, no entiendo que tenga mayor impacto en los medios, la aparición de una nueva gotera, que la apertura de un nuevo hospital o la inauguración de un nuevo edificio. En este sentido, insisto en que la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, tiene 8 sedes y cuenta con edificaciones y campus que no tienen nada que envidiar a las más modernas y bellas instalaciones de universidades europeas o norteamericanas. Invito a los medios a que visiten todas nuestras sedes para que puedan entregar a la comunidad una imagen más real de la universidad de todos, la Universidad Nacional de Colombia.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/verdad-sobre-grietas-y-goteras-de-ciudad-universitaria

Foto de archivo

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Africa needs more scientists for accelerated economic, social development

África/Nigeria/Noviembre de 2016/Fuente: The Guardian

RESUMEN: Nigeria y, de hecho, el continente africano deben trabajar para mejorar su stock de científicos, si se debe observar un crecimiento acelerado, incluido el desarrollo económico, social y sostenible. Esto establece, por lo tanto, el imperativo de reposicionar la enseñanza y el aprendizaje de la ciencia en el país y en el continente, que es el nexo para realizar esto. Este fue el consenso de los expertos que convergen en la Universidad de Lagos (UNILAG), para el Festival Anual de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Medicina y Matemáticas (STEMM), organizado por la Fundación de Embajadores Científicos (SAF).

Nigeria and indeed the African continent must work towards improving her stock of scientists, if accelerated growth, including economic, social and sustainable development must be witnessed.

This therefore establishes the imperative to reposition the teaching and learning of science in the country and on the continent, which is the nexus to realising this.

This was the consensus of experts who converge on the University of Lagos (UNILAG), for the yearly Science, Technology, Engineering, Medicine and Mathematics (STEMM) Festival, organised by Science Ambassadors Foundation (SAF).

The forum, which had as its theme, “Experiential Science Education: Prerequisite For Sustainable Development In Nigeria,” had over 100 public and private schools in attendance.

Head, Polymer and Textile Technology Division, Federal Institute of Industrial Research (FIIRO), Oshodi, Lagos State, Dr. Chika Ezeanyanaso, in her keynote address, highlighted the need for government at all levels to urgently incorporate experiential science education in its educational policies and ensure its strict implementation.

Enumerating the importance of science education in our individual and national lives, she said, “Experiential science education would not only help increase scientific literacy in the country, it would also excite and enthuse children with a sense of awe and wonder at the natural world. It would make them to be proficient at practical work and use of scientific equipment; aid them to know, understand at an abstract level, and be able to apply important scientific theories.

“For any nation, including Nigeria, to attain sustainable development, there is need to recognise science education as a priority area of education for her citizens. Science education is vital to promote a culture of scientific thinking and inspire citizens to use evidence-based reasoning for decision making. It would ensure that citizens have the confidence, knowledge and skills to participate actively in an increasingly complex scientific and technological world.

Country Director of SAF, Mrs. Chinyere Nnabugwu, in her presentation, said, “Advancement and growth of a country depends on trade. This has been so for ages past. The only difference is in the product or service used as a medium of exchange. In the 21st century and beyond, Information and Communications Technology (ICT) are the driving force for the vibrant economies of the industrialised nations.

“Taking a cue from most developed nations, we will discover that their curriculum and science education policy, and its implementation are key ingredients to their technological advancement.”

It is therefore key to note that some countries export human capital as a source of revenue. Looking inwards, Nigeria is blessed with resources (human and material) for the astronomical development it clamors for; the missing bridge in the equation has been the technical know-how.

“If this trend goes on unchecked, the current challenges bedeviling our economy as a dependent consuming and unproductive economy will be a joke. It is to this end that we make bold to state that our options are limited if the survival of our nation and wellbeing of our children is of paramount concern to us,” she submitted.

On the way forward she said, “We must advance activities, undertake actions, conceptualise concepts and programmes that will complement that of other stakeholders that will ideally encourage, support, and inspire, our children to explore and be engaged in prospects and platforms in the sciences to create constructive and relevant contribution to the prosperity and posterity of our people and nation.”

Fuente: http://guardian.ng/features/education/africa-needs-more-scientists-for-accelerated-economic-social-development/

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Entrevista a Juan Dal Maso, autor de «El marxismo de Gramsci. Notas de lectura sobre los Cuadernos de la cárcel». Debates Marxistas Contemporáneos

Entrevista a Juan Dal Maso, autor de «El marxismo de Gramsci. Notas de lectura sobre los Cuadernos de la cárcel». Debates Marxistas Contemporáneos

«El libro sostiene una interpretación de problemática de la hegemonía que cuestiona la oposición de esta categoría con la de revolución permanente»

En la reseña del libro que presenta Ediciones IPS se hace un recorrido de los temas abordados en los diferentes capítulos. ¿Qué te gustaría resaltar?

-El libro se puede leer de dos maneras. Para el público que se está iniciando en la lectura de Gramsci y busca por así decirlo las “principales definiciones” que se hacen en los Cuadernos de la cárcel, hay una exposición bastante completa de conceptos como Estado integral, hegemonía, revolución pasiva, crisis orgánica, guerra de posición y guerra de movimiento, el moderno Príncipe, nacional-popular, las distintas acepciones del término Occidente, su concepción del Estado obrero y el socialismo o algunas cuestiones del itinerario de Gramsci en América Latina.

Para quienes están más familiarizados con el pensamiento de Gramsci, el texto propone una lectura “metodológica” que se basa en la idea de que los conceptos de “traducibilidad de los lenguajes científicos y filosóficos” y el “nuevo concepto de inmanencia” son inherentes a la construcción de los propios argumentos gramscianos. Esto quiere decir que aquellas categorías que Gramsci utiliza para pensar la coherencia interna del marxismo pueden utilizarse para comprender el modo en que él intenta desarrollar conceptos “unitarios” o “integrales” a partir de una relación permanente entre filosofía, política, economía e historia. Esto permite a su vez poner límites a las lecturas excesivamente “politicistas” de su pensamiento, que separan la política de las condiciones y los procesos económicos y sociales.

-Hablando de eso, la obra de Gramsci ha sido muy discutida durante las últimas décadas. Contanos sobre sus “usos”….

-Bueno, en primer lugar, deberíamos señalar que un “uso” no necesariamente es algo negativo. O mejor dicho, hay “usos” más distorsivos que otros del pensamiento de Gramsci. El “uso” es necesario porque la incorporación de los conceptos gramscianos también lo es para pensar ciertas situaciones históricas. Por ejemplo, si uno usa la categoría de “crisis orgánica” para analizar la situación de países como Estados Unidos (más ahora con el triunfo de Trump que fue posterior a la redacción de libro) o la de “revolución pasiva” como hace Massimo Modonesi para analizar los gobiernos “progresistas” latinoamericanos (desde el PTS utilizamos un término relacionado que es el de “pasivización”) no tiene nada de cuestionable en sí mismo, salvo que se defienda una concepción de tipo “academicista” sobre la teoría, en la que uno está obligado a hacer una especie de “historia de las ideas” cada vez que usa un término para analizar un proceso de la realidad.

En resumen, lo más discutible, por así decirlo, son los “usos” que asimilan a Gramsci a perspectivas políticas que le eran básicamente ajenas, en algunos casos incluso sin aclarar en qué medida se está distorsionando el sentido de sus ideas, como las instrumentalizaciones de su pensamiento que hizo el Partido Comunista Italiano durante la segunda posguerra o la que hicieron los intelectuales latinoamericanos cuando a principios de los ’80 presentaron a Gramsci como punto de partida para pensar la “transformación democrática” de la sociedad. De todos modos, incluso en esos casos hay desarrollos que pueden ser productivos. Fueron los propios intelectuales del PCI en un equipo dirigido por Valentino Gerratana quienes publicaron la edición crítica de los Cuadernos de la cárcel en 1975, superando las “ediciones” temáticas que habían sido publicadas por Togliatti y Felice Platone entre 1948 y 1951 y abriendo nuevas posibilidades para el conocimiento e interpretación de la obra de Gramsci. En el caso de América Latina, muchas reflexiones, sobre todo de Aricó y Portantiero, aunque se hicieran desde una matriz de tipo “reformista” echaron luz sobre problemas de la realidad latinoamericana, por lo que merecen ser rescatadas, aunque no compartamos las motivaciones políticas de los autores.

En un sentido más amplio, los desarrollos teóricos referenciados en Gramsci son muchísimos, desde los estudios culturales en Inglaterra y EE.UU., hasta la escuela de los estudios subalternos de la India, las distintas apropiaciones de su obra en América Latina entre las que podríamos mencionar además de José Aricó y Juan Carlos Portantiero a René Zavaleta Mercado, Carlos Nelson Coutinho, entre otros autores, obras como las de Giovanni Arrighi, teórico del sistema mundial o el referente de la lectura posmarxista y “populista” de Gramsci, Ernesto Laclau, aunque este último es especialmente distorsivo de las concepciones originales gramscianas, como señala Perry Anderson en su último artículo de New Left Review. Precisamente Anderson ha sido el autor de una obra muy popular, sobre todo fuera de Italia, que es Las antinomias de Antonio Gramsci y sintetiza varias de las críticas que se pueden hacer “por izquierda” a la interpretación eurocomunista de Gramsci. Aunque ha recibido varias críticas bien fundadas sobre algunas debilidades filológicas presentes en sus argumentaciones, que en parte podría distorsionar el sentido de ciertas ideas de Gramsci, a lo que hacemos referencia en el libro.

Después está todo el trabajo de tipo filológico que se realiza en los marcos de la International Gramsci Society, que si bien en muchos casos mantiene ciertos núcleos compartidos con aspectos de la lectura “togliattiana” de Gramsci, contiene muchos aportes, podríamos decir, científicos para la comprensión de su obra. Actualmente hay un equipo de investigadores dirigidos por Gianni Francioni que está preparando una nueva edición crítica de los Cuadernos de la cárcel.

Lógicamente, estos estudios no están exentos de interpretaciones, pero tienen la ventaja de que reconstruyen el desarrollo de los conceptos de Gramsci de un modo más ajustado al proceso de escritura, haciendo sinergia entre los textos precarcelarios, el texto de los Cuadernos, las cartas que Gramsci enviaba y recibía en la cárcel y el contexto histórico.

Otra cuestión interesante es la exploración sobre las relaciones de afinidad y diferencia entre Althusser y Gramsci, a lo cual dedicó su dossier de mitad de año la revista de estudios althusserianos Décalages.

-¿Cuál es tu lectura? ¿En qué te diferencias de las principales interpretaciones?

-Quizás sería un poco pretencioso hablar de “mi lectura”. En primer lugar porque antes de este libro algunas ideas las fuimos planteando en común con Fernando Rosso en distintos artículos de la revista Ideas de Izquierda. Vengo escribiendo sobre estos temas desde hace algunos años, tengo algo que decir, pero me considero nada más que un tipo curioso que trata de explorar y exponer algunas conexiones o relaciones en las que otros no repararon con tanta atención, o sea que la “lectura” sería más una lectura atenta que extremadamente novedosa. Esto lógicamente implica algunas hipótesis, para las cuales uno se apoya también en los resultados de otras investigaciones. En este sentido, creo que es importante que el libro sea un disparador para que los lectores aborden también los textos que están incluidos en la bibliografía, con los cuales hay un diálogo crítico implícito o explícito según el caso, como los de Gianni Francioni, Fabio Frosini, Guido Liguori, Giuseppe Cospito, Alvaro Bianchi y Peter D. Thomas, entre otros o los trabajos de Massimo Modonesi sobre la realidad latinoamericana.

Aclarado esto, propongo en primer lugar establecer un registro en el que no se contrapongan los “usos” con el trabajo de tipo filológico. Es decir que la interpretación se sostenga desde el punto de vista de un análisis cuidadoso del texto gramsciano. Sigue siendo una interpretación, pero tomando ciertos recaudos como el cotejo de las fechas de redacción de los pasajes que cito y una reconstrucción parcial de la cronología en que son elaborados los conceptos a los que hacía referencia anteriormente, además de distinguir aquello que es predominante o principal en la argumentación de Gramsci de aquello subordinado o secundario.

Yendo más a los contenidos, lo que sostiene El marxismo de Gramsci es una interpretación de problemática de la hegemonía que cuestiona la oposición total de esta categoría con la de revolución permanente. Este es muchas veces un lugar común compartido por tanto por gramscianos antitrotskistas como por trotskistas con una visión un poco estrecha. Por el contrario, una parte importante de este trabajo está dedicada a explorar las afinidades y los elementos en común entre las temáticas de la hegemonía y la revolución permanente. En este contexto, abordamos otros problemas relacionados, como la propuesta de una comprensión “integral” de la hegemonía contra la idea que contrapone este concepto a la centralidad de la clase obrera. Aquí es importante destacar que esto no se plantea desde un punto de vista “moral” o por defecto (“Gramsci luchaba por la revolución” o “Gramsci nunca renegó de la centralidad de la clase obrera”, cuestiones ciertas pero relativamente estériles teóricamente) sino estableciendo un nexo metodológico entre el “nuevo concepto de inmanencia” y el de hegemonía, que por razones de espacio no vamos a explicar acá, pero que podemos sintetizar en la idea de que el rol fundamental en la actividad económica es parte constitutiva de la hegemonía y esa cuestión es planteada claramente por el propio Gramsci.

Si se quiere, las dos principales “operaciones” del libro son esas, que a su vez guardan relación con los otros temas abordados, que mencioné al principio, del que destacaría la cuestión del Estado. De este modo, continuando el trabajo de reflexión sobre las convergencias y divergencias entre Trotsky y Gramsci que venimos realizando como corriente internacional (con los trabajos de Emilio Albamonte junto con Manolo Romano y Matías Maiello), intentó establecer o mejor dicho demostrar la existencia de un área de mayor convergencia entre ambas teorías que permita reflexionar sobre la cuestión de la revolución permanente en la actualidad.

-¿En ese sentido, qué contrapuntos y confluencias podés rescatar entre Gramsci, Lenin y Trotsky?

-Lenin es para Gramsci la referencia principal para pensar el problema de la hegemonía, por lo que considero infundadas las interpretaciones que dicen que en los Cuadernos de la cárcel Gramsci rompió con el marco teórico y estratégico de Lenin. Con Trotsky la relación es más problemática. Me parece que hay una confluencia clara en el análisis de la reconfiguración de las formas estatales durante el período de entreguerras, que Gramsci relaciona con la cuestión del Estado integral y Trotsky con la de la estatización de los sindicatos. A su vez, la reflexión gramsciana sobre la lucha por la hegemonía contra las alternativas burguesas que denomina de “revolución pasiva”, es decir, procesos en los que se refuerza la autoridad estatal asumiendo algunas demandas que vienen desde abajo pero vaciando su potencial revolucionario, tiene notables puntos de contacto con lo que sería la “mecánica” de la revolución permanente en Occidente. Hay un punto de confluencia también en la importancia de las relaciones de fuerzas militares, pero con diferencias de énfasis no menores. Ambos coincidirían en líneas generales en distinguir la lucha de clases “legal”, la guerra civil y la insurrección. Pero Gramsci de algún modo subsume la cuestión insurreccional en un proceso de más largo aliento, centrado en la preparación política primero y en la guerra civil después. Trotsky, por su parte, hace mucho más hincapié en la insurrección como momento específico clave de toda revolución. Por último, en el análisis de la relación entre política nacional e internacionalismo y la cuestión del “socialismo en un solo país” hay un punto de divergencia fundamental. Todos estos temas están abordados en el libro, aunque está centrado en los planteos de Gramsci y los puntos de vista de Trotsky se exponen sólo en la medida en que no se puede darlos por supuestos.

-¿Cuál te parece que es la actualidad de estos debates?

-Para decirlo resumidamente, la descomposición de la democracia burguesa y los fenómenos aberrantes de las derechas “populistas” como Trump permiten pensar que estamos viviendo un momento de “crisis orgánica” en algunas de las principales potencias y también en algunos países latinoamericanos. Este fue un debate que se dio en la última Conferencia de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional, de la que forma parte el PTS. Es decir que la propia realidad internacional vuelve a plantear la vigencia de muchas categorías y análisis de Gramsci. Por otra parte, asistimos en los últimos años a las experiencias de formaciones de tipo “neorreformistas” como Syriza o Podemos, que buscaron reeditar una lectura “eurocomunista” de Gramsci, que lima el alcance revolucionario de sus ideas y políticamente da lugar a prácticas contrarias a la lucha consecuente de la clase obrera y los sectores populares. Ambas circunstancias plantean que la recuperación de su pensamiento es parte de una batalla teórico-política que tenemos que dar de manera urgente, aquí y ahora, en el terreno de las ideas y como parte de la lucha por unir a la clase trabajadora con el marxismo revolucionario.

La situación de la clase trabajadora es muy heterogénea. Incluye desde un obrero norteamericano “clásico” que vota a Trump como forma de rechazo a la degradación de sus condiciones de vida, como al trabajador inmigrante de cualquier país africano que trabaja en condiciones precarias en las ciudades europeas. Una concepción de la hegemonía en los términos de lucha cultural gradual es totalmente impotente frente a un cuadro como éste. Pero por otra parte, se demuestra que la dinámica objetiva de la crisis, no necesariamente produce procesos revolucionarios, porque no hay una correspondencia mecánica entre los procesos económicos y los políticos. En este sentido, frente a la crisis del movimiento obrero tradicional agrupado en los sindicatos burocratizados e integrados al Estado, y contra cierta izquierda quejumbrosa que centra sus críticas en el “atraso” de la clase obrera sin cuestionar su propia práctica, es necesario plantear una estrategia marxista que contemple tanto la cuestión de la hegemonía, es decir que la clase obrera levante las demandas de todos los sectores oprimidos, en lugar de actuar como un sector corporativo, como la de la revolución permanente, es decir, no buscar salidas intermedias sino el desarrollo hasta el final de las luchas que comienzan por demandas democráticas o parciales, y si no se dirigen hacia el objetivo del poder de la clase trabajadora son derrotadas, como pasó en Egipto y a otro nivel en Grecia. Es decir, se plantea en toda su vigencia dramática la cuestión de la hegemonía obrera como central para pensar la actualidad de la revolución permanente.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219267

Imagen: http://www.gramscimania.info.ve/2015/12/o-renascimento-milagroso-de-antonio.html

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Perú: Solo existen 134 psicólogos para casi 4 mil colegios públicos

América del Sur/Perú/Noviembre de 2016/Fuente: RPP Noticias

La Dirección Regional de Educación (DREP) informó que tiene solo 134 psicólogos para las 3 mil 800 instituciones públicas que existen en Piura.

Los colegios con Jornada Escolar Completa (JEC) son los únicos que cuentan con los servicios de un profesional de Psicología, el resto de escuelas no tienen psicólogo para dar orientación a los estudiantes.

Por eso anunciaron que para el 2017 se contratarán 49 psicólogos más, debido a que la JEC se implementará en 49 instituciones educativas de la región.

Por su parte, los representantes del Consejo Regional, la Dirección de Educación y el Colegio de Psicólogos se reunirán este jueves para establecer la ordenanza que exigirá a los profesores y especialistas administrativos en Educación, un Certificado de Salud Mental antes de ingresar al Magisterio. Esta ordenanza se ejecutaría a partir del próximo año.

Para evitar más casos de violencia sexual y bullying en los colegios, el director de Educación, Pedro Periche, explicó que desde agosto se envió al Congreso de la República una propuesta legislativa que exige una evaluación psicológica a todos los profesores que tienen aula a cargo, incluido directores.

También propone muerte civil y expulsión del Magisterio para los docentes con denuncias comprobadas de violencia o acoso sexual. Sin embargo, hasta el momento no se ha recibido respuesta alguna.

Fuente: http://rpp.pe/peru/piura/piura-solo-existen-134-psicologos-para-casi-4-mil-colegios-publicos-noticia-1010382

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Panamá: Meduca justifica su baja ejecución presupuestaria

Centroamérica/Panamá/Noviembre de 2016/Fuente: Panamá América

La baja ejecución presupuestaria que presenta este año 2016 el Ministerio de Educación (Meduca), en el renglón de inversión, se debe a la burocracia que hay para poder hacer uso del mismo, así lo justificó Carlos Staff, viceministro de esta institución del Estado.

Staff también indicó que «hay que mejorar el nivel de eficiencia en la ejecución del presupuesto de inversión del Meduca», el cual es usado para la construcción, rehabilitación y equipamiento de escuelas.

Al 30 de septiembre de este año, el Meduca ha ejecutado tan solo un 21% de su presupuesto asignado para la rehabilitación y construcción de escuelas.

De los 63 millones 21 mil 197 dólares asignados para esta finalidad, esta institución del Estado panameño tan solo ha ejecutado unos 13 millones 306 mil 999 dólares, es decir, que unos $48 millones 880 mil 998 los ha dejado de ejecutar.

Mientras que en el renglón de equipamiento, el Meduca tan solo ha ejecutado un 25% del presupuesto asignado para este fin.

De los $5 millones 111 mil 653, la institución educativa tan solo ha ejecutado un millón 301 mil 349 dólares hasta septiembre.

Fuente: http://www.panamaamerica.com.pa/nacion/meduca-justifica-su-baja-ejecucion-presupuestaria-1050467

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Google lo sabe todo de ti

Por: Ignacio Ramonet

En nuestra vida cotidiana dejamos constantemente rastros que entregan nuestra identidad, dejan ver nuestras relaciones, reconstruyen nuestros desplazamientos, identifican nuestras ideas, desvelan nuestros gustos, nuestras elecciones y nuestras pasiones; incluso las más secretas. A lo largo del planeta, múltiples redes de control masivo no paran de vigilarnos. En todas partes, alguien nos observa a través de nuevas cerraduras digitales. El desarrollo del Internet de las cosas (Internet of Things) y la proliferación de objetos conectados (1) multiplican la cantidad de chivatos de todo tipo que nos cercan. En Estados Unidos, por ejemplo, la empresa de electrónica Vizio, instalada en Irvine (California), principal fabricante de televisores inteligentes conectados a Internet, ha revelado recientemente que sus televisores espiaban a los usuarios por medio de tecnologías incorporadas en el aparato.

Los televisores graban todo lo que los espectadores consumen en materia de programas audiovisuales, tanto programas de cadenas por cable como contenidos en DVD, paquetes de acceso a Internet o consolas de videojuegos… Por lo tanto, Vizio puede saberlo todo sobre las selecciones que sus clientes prefieren en materia de ocio audiovisual. Y, consecuentemente, puede vender esta información a empresas publicitarias que, gracias al análisis de los datos acopiados, conocerán con precisión los gustos de los usuarios y estarán en mejor situación para tenerlos en el punto de mira (2).

Esta no es, en sí misma, una estrategia diferente de la que, por ejemplo, Facebook y Google utilizan habitualmente para conocer a los internautas y ofrecerles publicidad adaptada a sus supuestos gustos. Recordemos que, en la novela de Orwell 1984, los televisores –obligatorios en cada domicilio–, “ven” a través de la pantalla lo que hace la gente (“¡Ahora podemos veros!”). Y la pregunta que plantea hoy la existencia de aparatos tipo Vizio es saber si estamos dispuestos a aceptar que nuestro televisor nos espíe.

A juzgar por la denuncia interpuesta, en agosto de 2015, por el diputado californiano Mike Gatto contra la empresa surcoreana Samsung, parece que no. La empresa fue acusada de equipar sus nuevos televisores también con un micrófono oculto capaz de grabar las conversaciones de los telespectadores, sin que éstos lo supieran, y de transmitirlas a terceros (3)… Mike Gatto, que preside la Comisión de protección del consumidor y de la vida privada en el Congreso de California, presentó incluso una propuesta de ley para prohibir que los televisores pudieran espiar a la gente.

Por el contrario, Jim Dempsey, director del centro Derecho y Tecnologías, de la Universidad de California, en Berkeley, piensa que los televisores-chivatos van a proliferar: “La tecnología permitirá analizar los comportamientos de la gente. Y esto no sólo interesará a los anunciantes. También podría permitir la realización de evaluaciones psicológicas o culturales, que, por ejemplo, interesarán también a las compañías de seguros”. Sobre todo teniendo en cuenta que las empresas de recursos humanos y de trabajo temporal ya utilizan sistemas de análisis de voz para establecer un diagnóstico psicológico inmediato de las personas que les llaman por teléfono en busca de empleo…

Repartidos un poco por todas partes, los detectores de nuestros actos y gestos abundan a nuestro alrededor, incluso, como acabamos de ver, en nuestro televisor: sensores que registran la velocidad de nuestros desplazamientos o de nuestros itinerarios; tecnologías de reconocimiento facial que memorizan la impronta de nuestro rostro y crean, sin que lo sepamos, bases de datos biométricos de cada uno de nosotros… Por no hablar de los nuevos chips de identificación por radiofrecuencia (RFID) (4), que descubren automáticamente nuestro perfil de consumidor, como hacen ya las “tarjetas de fidelidad” que generosamente ofrece la mayoría de los grandes supermercados (Carrefour, Alcampo, Eroski) y las grandes marcas (FNAC, el Corte Inglés).

Ya no estamos solos frente a la pantalla de nuestro ordenador. ¿Quién ignora a estas alturas que son examinados y filtrados los mensajes electrónicos, las consultas en la Red, los intercambios en las redes sociales? Cada clic, cada uso del teléfono, cada utilización de la tarjeta de crédito y cada navegación en Internet suministra excelentes informaciones sobre cada uno de nosotros, que se apresura a analizar un imperio en la sombra al servicio de corporaciones comerciales, de empresas publicitarias, de entidades financieras, de partidos políticos o de autoridades gubernamentales.

El necesario equilibrio entre libertad y seguridad corre, por tanto, el peligro de romperse. En la película de Michael Radford, 1984, basada en la novela de George Orwell, el presidente supremo, llamado Big Brother, define así su doctrina: “La guerra no tiene por objetivo ser ganada, su objetivo es continuar”; y: “La guerra la hacen los dirigentes contra sus propios ciudadanos, y tiene por objeto mantener intacta la estructura misma de la sociedad” (5). Dos principios que, extrañamente, están hoy a la orden del día en nuestras sociedades contemporáneas. Con el pretexto de tratar de proteger al conjunto de la sociedad, las autoridades ven en cada ciudadano a un potencial delincuente. La guerra permanente (y necesaria) contra el terrorismo les proporciona una coartada moral impecable y favorece la acumulación de un impresionante arsenal de leyes para proceder al control social integral.

Y más teniendo en cuenta que la crisis económica aviva el descontento social que, aquí o allí, podría adoptar la forma de motines ciudadanos, levantamientos campesinos o revueltas en los suburbios. Más sofisticadas que las porras y las mangueras de las fuerzas del orden, las nuevas armas de vigilancia permiten identificar mejor a los líderes y ponerlos fuera de juego anticipadamente.

“Habrá menos intimidad, menos respeto a la vida privada, pero más seguridad”, nos dicen las autoridades. En nombre de ese imperativo se instala así, a hurtadillas, un régimen de seguridad al que podemos calificar de “sociedad de control”. En la actualidad, el principio del “panóptico” se aplica a toda la sociedad. En su libro Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, el filósofo Michel Foucault explica cómo el “Panóptico” (“el ojo que todo lo ve”) (6) es un dispositivo arquitectónico que crea una “sensación de omnisciencia invisible” y que permite a los guardianes ver sin ser vistos dentro del recinto de una prisión. Los detenidos, expuestos permanentemente a la mirada oculta de los “vigilantes”, viven con el temor de ser pillados en falta. Lo cual les lleva a autodisciplinarse… De esto podemos deducir que el principio organizador de una sociedad disciplinaria es el siguiente: bajo la presión de una vigilancia ininterrumpida, la gente acaba por modificar su comportamiento. Como afirma Glenn Greenwald: “Las experiencias históricas demuestran que la simple existencia de un sistema de vigilancia a gran escala, sea cual sea la manera en que se utilice, es suficiente por sí misma para reprimir a los disidentes. Una sociedad consciente de estar permanentemente vigilada se vuelve enseguida dócil y timorata” (7).

Hoy en día, el sistema panóptico se ha reforzado con una particularidad nueva con relación a las anteriores sociedades de control que confinaban a las personas consideradas antisociales, marginales, rebeldes o enemigas en lugares de privación de libertad cerrados: prisiones, penales, reformatorios, manicomios, asilos, campos de concentración… Sin embargo, nuestras sociedades de control contemporáneas dejan en aparente libertad a los sospechosos (o sea, a todos los ciudadanos), aunque los mantienen bajo vigilancia electrónica permanente. La contención digital ha sucedido a la contención física.

A veces, esta vigilancia constante también se lleva a cabo con ayuda de chivatos tecnológicos que la gente adquiere libremente: ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, abonos de transporte, tarjetas bancarias inteligentes, tarjetas comerciales de fidelidad, localizadores GPS, etc. Por ejemplo, el portal Yahoo!, que consultan regular y voluntariamente unos 800 millones de personas, captura una media de 2.500 rutinas al mes de cada uno de sus usuarios. En cuanto a Google, cuyo número de usuarios sobrepasa los mil millones, dispone de un impresionante número de sensores para espiar el comportamiento de cada usuario (8): el motor Google Search, por ejemplo, le permite saber dónde se encuentra el internauta, lo que busca y en qué momento. El navegador Google Chrome, un megachivato, envía directamente a Alphabet (la empresa matriz de Google) todo lo que hace el usuario en materia de navegación. Google Analytics elabora estadísticas muy precisas de las consultas de los internautas en la Red. Google Plus recoge información complementaria y la mezcla. Gmail analiza la correspondencia intercambiada, lo cual revela mucho sobre el emisor y sus contactos. El servicio DNS (Domain Name System, o Sistema de nombres de dominio) de Google analiza los sitios visitados. YouTube, el servicio de vídeos más visitado del mundo, que pertenece también a Google –y, por tanto, a Alphabet–, registra todo lo que hacemos en él. Google Maps identifica el lugar en el que nos encontramos, adónde vamos, cuándo y por qué itinerario… AdWords sabe lo que queremos vender o promocionar. Y desde el momento en que encendemos un smartphone con Android, Google sabe inmediatamente dónde estamos y qué estamos haciendo. Nadie nos obliga a recurrir a Google, pero cuando lo hacemos, Google lo sabe todo de nosotros. Y, según Julian Assange, inmediatamente informa de ello a las autoridades estadounidenses…

En otras ocasiones, los que espían y rastrean nuestros movimientos son sistemas disimulados o camuflados, semejantes a los radares de carretera, los drones o las cámaras de vigilancia (llamadas también de “videoprotección”). Este tipo de cámaras ha proliferado tanto que, por ejemplo, en el Reino Unido, donde hay más de cuatro millones de ellas (una por cada quince habitantes), un peatón puede ser filmado en Londres hasta 300 veces cada día. Y las cámaras de última generación, como la Gigapan, de altísima definición –más de mil millones de píxeles–, permiten obtener, con una sola fotografía y mediante un vertiginoso zoom dentro de la propia imagen, la ficha biométrica del rostro de cada una de las miles de personas presentes en un estadio, en una manifestación o en un mitin político (9).

A pesar de que hay estudios serios que han demostrado la débil eficacia de la videovigilancia (10) en materia de seguridad, esta técnica sigue siendo refrendada por los grandes medios de comunicación. Incluso una parte de la opinión pública ha terminado por aceptar la restricción de sus propias libertades: el 63% de los franceses se declara dispuesto a una “limitación de las libertades individuales en Internet en razón de la lucha contra el terrorismo” (11).

Lo cual demuestra que el margen de progreso en materia de sumisión es todavía considerable…

(1) Se habla de “objetos conectados” para referirse a aquellos cuya misión primordial no es, simplemente, la de ser periféricos informáticos o interfaces de acceso a la Web, sino la de aportar, provistos de una conexión a Internet, un valor adicional en términos de funcionalidad, de información, de interacción con el entorno o de uso (Fuente: Dictionnaire du Web).

(2) El País, 2015.

(3) A partir de entonces, Samsung anunció que cambiaría de política, y aseguró que, en adelante, el sistema de grabación instalado en sus televisores sólo se activaría cuando el usuario apretara el botón de grabación.

(4) Que ya forman parte de muchos de los productos habituales de consumo, así como de los documentos de identidad.

(5) Michael Radford, 1984, 1984.

(6) Inventado en 1791 por el filósofo utilitarista inglés Jeremy Bentham.

(7) Glenn Greenwald, Sin un lugar donde esconderse, Ediciones B, Madrid, 2014.

(8) Véase “Google et le comportement de l’utilisateur”, AxeNet (http://blog-axe-net-fr/google-analyse-comportement-internaute).

(9) Véase, por ejemplo, la fotografía de la ceremonia de la primera investidura del presidente Obama, el 20 de enero de 2009, en Washington (http://gigapan.org/viewGigapanFullscreen.php?auth=033ef14483ee899496648c2b4b06233c).

(10) “‘Assessing the impact of CCTV’, el más exhaustivo de los informes dedicados al tema, publicado en febrero de 2005 por el Ministerio del Interior británico (Home Office), asesta un golpe a la videovigilancia. Según este estudio, la debilidad del dispositivo se debe a tres elementos: la ejecución técnica, la desmesura de los objetivos asignados a esta tecnología y el factor humano”. Véase Noé Le Blanc, “Sous l’oeil myope des caméras”, Le Monde diplomatique, París, septiembre de 2008.

(11) Le Canard enchaîné, París, 15 de abril de 2015.

Fuente: http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=2dea492b-db8d-4d34-a23c-844915d6e6ab

Imagen: http://www.t13.cl/noticia/tendencias/tecnologia/como-averiguar-todo-google-sabe-ti

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