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España: «La educación es un negocio y un sistema de segregación social muy refinado»

Por: Luis Fernando Crespo Zorita

Nos hemos acostumbrado, y a nadie le sorprende, que los informes PISA en España, año tras año, desde 2000, demuestren que el nivel de rentas de los padres determina absolutamente el nivel educativo que alcanzan sus hijos. Formarse, como tarea personal, para quienes parten de las posiciones más desfavorables en la desigualdad económica imperante resulta cada vez más difícil.

Se ha hecho de la educación un negocio donde medran los intereses más espurios: si para unos es una inversión particular o familiar en defensa de sus propios intereses, para los otros es unainversión colectiva, pero muy limitada, justo la necesaria para mantener la competitividad del sistema productivo; para ambos un modo de clasificación y de segregación social muy refinado, a veces perverso, porque todos exigen obtener beneficios, es decir, resultados académicos excelentes, imprescindibles para acceder al mercado laboral, que es el bien supremo.

El sistema educativo legitima la desigualdad económica, que apabulla a la gran mayoría en nombre de la excelencia de los más capaces. Que estos últimos pertenezcan a determinada clase social no es significativo, en tanto en cuanto su labor de dirección social es imprescindible para el grupo: cuanto mejor sea su formación, mejor para todos.

No se pone en cuestión el sistema de clasificación ni la economía que lo soporta. Cualquier análisis de la educación o la formación remite al sistema de reparto de la riqueza producida colectivamente, pero esta perspectiva tan “sesgada ideológicamente”, por materialista, resulta fuera de lugar para muchos, cuando los problemas cotidianos e inmediatos alrededor de la escuela son tantos y requieren una solución tan urgente, entiéndase legislativa. En esa estamos, ley tras ley, según cambian las mayorías parlamentarias.

https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/educacion-negocio-sistema-segregacion-social-carta-lector-luis-f-crespo-80167478

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Jordi Collet, Jesús Soldevila-Pérez y Mila Naranjo: «Pensar que en un aula todo el mundo aprende lo mismo en el mismo momento es una idea feliz que debe eliminarse de raíz»

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Entrevistamos a Jordi Collet, Jesús Soldevila-Pérez y Mila Naranjo, profesores de la Universidad de Vic y coeditores del libro Global inclusive education. Lessons from Spain, en el que participan varios expertos en la materia. La inclusión, sostienen, o es global o no será. «Los cambios en la escuela –explican– deben ir acompañados de los cambios en la cultura social. Si cambiamos la cultura social obligaremos a mover también la cultura política».

Hace unas semanas, la editorial británica Springers publicaba Global inclusive education. Lessons from Spain, un libro sobre educación inclusiva y justicia social que han coordinado tres profesores de la Universidad de Vic vinculados a los grupos de investigación GRAD y GREUV, que tienen una larga tradición en estos ámbitos de estudio. El prólogo lo firma el profesor británico Mel Ainscow, uno de los grandes referentes mundiales en educación inclusiva, quien recuerda varios episodios en sus visitas a España para concluir que la inclusión no va tanto de la introducción de nuevas técnicas o de cambios organizacionales como de contextos y procesos de aprendizaje social. El libro aborda las diferentes cuestiones desde la persepectiva del aula, la escuela y la comunidad, y cuenta con la participación de expertos de diversas universidades y centros de investigación como Gerardo Echeita, Ignacio Calderón, Dolores Forteza, Joan Jordi Muntaner, Odete Moliner, Ángeles Parrilla, Javier Onrubia, Martin Mills, Haira Gandolfi, Sara Joiko, Cecilia Simón o Kiki Messiou. Por el momento sólo se puede encontrar en inglés.

¿Qué aporta el concepto o perspectiva de “educación inclusiva global”?

Mila Naranjo. El concepto de Global Inclusive Education (GIE) se sustenta y fundamenta en la base de conceptos que dan cuenta de su carácter complejo y, a la vez, exigente con una determinada manera de concebir la inclusión educativa y, en consecuencia, la necesidad de trabajar de forma coherente e interconectada a varios niveles, ámbitos, agentes y dinámicas. La finalidad última del concepto de Global Inclusive Education es articular cinco dimensiones a la vez de análisis y de actuación, como herramienta para seguir avanzando de forma clara y contundente en la transformación profunda del ADN de la escuela y la educación en su camino hacia la equidad, la justicia y la inclusión.

¿Qué dimensiones?

MN. La GIE debe ser a la vez: a) Sistémica e intersistémica. Por decirlo de forma sintética, o es “global” o no se puede considerar inclusiva. De ahí la necesidad de considerarla en su dimensión global y, por tanto, de la interacción entre sistemas, del trabajo en red entre actores y de la orientación de estos hacia una reprogramación de la escuela basada en el software inclusivo. b) Vinculada. La inclusión no podrá considerarse dentro de cada sistema o actor de forma aislada o segmentada. c) Incrustada. Con esta dimensión queremos decir que la GIE debe poder teñir, orientar y configurar todos los contextos educativos y sus prácticas. d) Cualitativa. La GIE no puede ponerse (sólo) en términos de números, o de estadísticas, sino de calidad educativa. e) Sentido intrínseco (Ethos). El proceso de inclusión educativa no debería ser una cuestión de opinión, de posicionamiento, de estar «más o menos de acuerdo», es, ante todo, una cuestión de derechos y de «justicia social».

Definida y conceptualizada de este modo, la GIE pretende ubicarse en una determinada forma de entender la educación en sentido amplio y, a la vez, avanzar en determinados debates educativos que generan tensiones no resueltas o, incluso, incoherencias en la toma de decisiones tanto en las políticas, culturas y prácticas educativas que acaban siendo obstáculos en el camino hacia la inclusión.

¿La escuela catalana es inclusiva?

Jesús Soldevila-Pérez. No. Tanto en el contexto catalán como el estatal mientras siga habiendo centros de educación especial, itinerarios, aulas, programas y políticas pensadas y diseñadas para separar, no podemos hablar de que la escuela es inclusiva. Ahora bien, si entendemos la inclusión como debería entenderse, como un proceso, podemos decir que hay escuelas que caminan y que están llevando a cabo experiencias muy positivas e interesantes. Por tanto, yo diría: ¿el sistema educativo catalán y estatal es inclusivo? No todavía. ¿Hay escuelas inclusivas en Cataluña y en el resto del Estado? Sí, hay escuelas que trabajan y se esfuerzan por hacerlo realidad.

En este sentido, un poco lo que busca el libro va por ahí, ofrecer algunos elementos para repensar de manera crítica cómo funciona la escuela, destapar algunas de las gramáticas y lógicas que deben romperse, y aportar algunos instrumentos para construir una escuela más inclusiva y justa. Todo esto se propone de forma que puede ser útil tanto para una maestra como para personas del ámbito de la investigación.

Os remontáis muy atrás, 150 años, a la hora de analizar el origen de la lucha por una escuela inclusiva, que no segregue por razón de clase social, género, raza o necesidades especiales. Y, finalmente, situáis el origen de la lucha contra esta cuarta forma de exclusión en el informe Warnock (1978) y la Declaración de Salamanca (1994). De eso hace 44 y 28 años… ¿Por qué avanza todo tan lentamente?

Jordi Collet. La escuela es un dispositivo que funciona bastante bien para los niños y familias “medias” en contextos homogéneos, pero que tiene bastantes dificultades para atender diversidades de todo tipo por su propia inercia, funcionamiento, horario, currículum, forma de evaluación, etc. Por eso, tanto las y los propios docentes, como los movimientos pedagógicos y políticos que trabajan por una escuela inclusiva y justa, tienen dificultades para conseguir la inclusión real y efectiva de niños de clase trabajadora, de origen inmigrante, con altas capacidades, con diversidad funcional, etc.

JS. Como muy bien dice Jordi, el avance de la educación inclusiva no es ni será fácil debido a que la escuela fue diseñada para producir y reproducir desigualdades, clasificar y segregar. Además, estos docentes y movimientos que trabajan por una escuela inclusiva se ven obligados a obrar en un marco político y social que tiene más bien la tendencia contraria. Estamos hablando de un marco político y social, reforzado por el neoliberalismo, donde la exclusión es, además, un negocio y donde lo importante es el beneficio a cualquier precio dejando de lado la ética, el bien común y la solidaridad. Los cambios en la escuela deben ir acompañados de los cambios en la cultura social. Si cambiamos la cultura social obligaremos a mover también la cultura política.

La educación inclusiva no es ni será fácil debido a que la escuela fue diseñada para producir y reproducir desigualdades, clasificar y segregar

Así, ¿las principales barreras en la escuela inclusiva son de recursos o de “cultura”, como decía el informe del Síndic de Greuges? ¿Cuáles son las resistencias del sistema?

JS. La cuestión de los recursos es un tema muy controvertido en el sentido de que está claro que la apuesta por un sistema educativo de calidad requiere inversión en recursos, como el sistema sanitario. Pero lo más importante es que los recursos con los que proveemos el sistema educativo tengan un carácter inclusivo. Un recurso tan básico como puede ser uno o una maestra puede ser inclusivo o exclusor dependiendo de las funciones que se le atribuyan. Por tanto, el planteamiento de los recursos debe estar soportado por una buena cultura inclusiva. Por eso Booth y Ainscow sitúan las culturas en la base de las políticas y las prácticas cuando exponen los tres elementos necesarios para configurar un sistema educativo inclusivo.

Las culturas son muy importantes. Por muchos recursos que volcamos en el sistema, sin una cultura inclusiva no dejaremos de hablar de normalidad y diferencia como si no fueran lo mismo, no romperemos ciertas gramáticas y lógicas que rodean la escuela, no entenderemos que ir a la escuela que escoges es un derecho, no entenderemos que la escuela no debe ser una institución de selección y proveedora de mano de obra en el mercado de trabajo, etc. Éstas son de las principales resistencias del sistema.

Un recurso tan básico como una maestra puede ser inclusivo o exclusor dependiendo de las funciones que se le atribuyan; por tanto, el planteamiento de los recursos debe estar soportado por una buena cultura inclusiva

Me ha sorprendido la conexión que se hace en la obra entre lucha por la inclusión y movimiento anarquista, y con personas y experiencias como Ferrer i Guardia, Summerhill, Freire, Reggio Emilia… No puede haber gente proinclusiva y al mismo tiempo ideas ¿liberales o conservadoras? ¿Este vínculo que hace la obra no es, en cierta forma, excluyente?

JC. En la obra se expone que la lucha por la inclusión no está igualmente distribuida en el espectro ideológico. Y los ejemplos que se ponen tienen que ver con esta desigual distribución que, históricamente, ha caído hacia las izquierdas. Ahora, seguro que hay personas de todas las sensibilidades políticas que piensen que la escuela es mejor con niños y jóvenes diversos que una escuela homogénea. Y ésta es su riqueza.

MN. Efectivamente, puede haber personas proinclusivas en cualquier ideología. Sin embargo, lo que cambia es el trasfondo, la esencia que justifica el por qué de la inclusión, que puede defenderse por el bien individual de la persona concreta o por el bien común que supone una sociedad heterogénea y diversa. De ahí precisamente que cuando hablamos de procesos de inclusión no tengamos únicamente al individuo como foco, sino que deba adoptarse una perspectiva “global”.

En algunos capítulos se habla de racismo y clasismo, como factores que explican los elevados índices de escuelas segregadas. ¿Pero esos racismo y clasismo son sociales o de sistema educativo?

JC. Como explicaba Bourdieu, la escuela es un subsistema de la sociedad y, obviamente, no está al margen. Las dinámicas clasistas, racistas, sexistas, capacitistas, etc. que se observan en la cultura, el ocio, la vivienda, los medios de comunicación o las redes sociales, entre otros, no son ajenas a la escuela. Pero en la educación tienen un impacto muy importante porque reproducen desigualdades sociales, prejuicios y estereotipos que ya existían en las nuevas generaciones. Y, con ello, (re)producen identidades en las que se normalizan este tipo de perspectivas segregadoras.

MN. Comparto del todo lo que dice Jordi y, además, la escuela es un contexto privilegiado para romper con este fenómeno y para favorecer situaciones en las que se aborden de forma deliberada y explícita estas situaciones. Pero esto sólo será posible si, como sistema educativo, se eliminan las distintas segregaciones y desigualdades y sus efectos: las escuelas homogéneas por clase social, origen, etc.

Evaluar si vamos en la buena dirección parece extraordinariamente difícil, y creo que este es uno de los retos que identifica al final de la obra. ¿Cómo tomamos el pulso al sistema en lo que se refiere a la escuela inclusiva?

MN. Podríamos partir de dos parámetros que nos ofrecerían una visión bastante aproximada de lo que sucede actualmente en nuestro sistema educativo. En primer lugar, cuál ha sido la evolución en términos de plazas ofertadas y cubiertas en centros (escuelas e institutos) ordinarios, y en centros de educación especial (por no abordar el tema del paso de la etapa de primaria a la secundaria obligatoria). Y, en segundo lugar, escuchar las voces de los distintos integrantes de la comunidad educativa (y de la sociedad en general) respecto a este fenómeno. Seguro que emergería el tema de los recursos, pero ya ha comentado antes Jesús que cuando hablamos de los recursos debatimos muy poco sobre el uso (inclusivo o excluyente) que se hace.

No he acabado de entender la alusión que hizo a las propuestas de innovación educativa. Como si hubiera una innovación que entronca con el modelo inclusivo y otra con tendencias segregadoras… ¿Me lo puede aclarar?

JC. Generar procesos de innovación educativa que realmente transformen los tiempos, los espacios, las metodologías, las evaluaciones… de la escuela y que estos cambios sean inclusivos no es fácil. Algunas escuelas nos han empezado a señalar que, en ocasiones, en dinámicas muy interesantes como el trabajo por ambientes, por proyectos, por problemas, etc., determinado alumnado con ciertas dificultades para relacionarse o para trabajar en entornos más dinámicos puede quedar excluido. Por eso creemos que esta es una buena pregunta, ¿cómo hacer innovación inclusiva?

El alumnado con mayores dificultades puede quedar excluido de dinámicas muy interesantes como el trabajo por ambientes, por proyectos o por problemas; por eso creemos que ésta es una buena pregunta: ¿cómo hacer innovación inclusiva?

¿Es realmente factible un aula en la que los alumnos estén haciendo cosas muy distintas y al mismo tiempo aprendiendo juntos?

MN. Obviamente que sí. De hecho, pensar que en un aula todo el mundo aprende lo mismo en el mismo momento es una idea feliz que debe eliminarse de raíz. Precisamente por este motivo, y siguiendo a Tharp y otros, desde un punto de vista psicoeducativo tiene sentido poder diseñar y desarrollar contextos de actividad diversificada y conjunta, donde el alumnado realiza tareas distintas pero juntos. En este sentido, y desde una perspectiva más didáctica, el aprendizaje cooperativo, como decía el profesor Pere Pujolàs, posibilita que aprendan juntos alumnos, por muy diferentes que estén entre sí.

Déjeme acabar con unas preguntas algo largas, pero que intentan ser más terrenales. Empiezo: el conseller [catalán de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray] hace meses que viene diciendo que debemos conseguir que los recursos acompañen al alumno a lo largo de toda su vida escolar, es decir, y eso ya es interpretación mía, que el alumno sea como ‘propietario’ del recurso y no sea el centro, el EAP, la inspección o quien sea quien ‘reparta’. ¿Crees que esto es viable y que va en la buena dirección?

JC. Probablemente, un replanteamiento en todos los soportes que, teóricamente, están al servicio del alumno pero que, por varios motivos, acaban siendo escasos, complejos de obtener, discontinuos en el tiempo, incoherentes entre sí, etc. es clave. Habrá que ver la letra pequeña de este planteamiento para que no suponga ni un aumento de la ya excesiva burocracia, ni la producción de un mercado de recursos y soportes.

En algún lugar del libro decís que en las escuelas está el alumnado legítimo y el que siempre está bajo sospecha. Seguro que habéis oído a algún docente diciendo, con toda la buena intención, aquello de “este niño estaría mejor atendido en otro tipo de centro”. ¿Qué le responderíais?

JS. Que esa falsa respuesta a la diversidad encuentra una de sus bases y fortalezas en la lógica de la sensibilidad. Desde la perspectiva del capacitismo se utiliza esta lógica para justificar las formas de atención y cuidado que se ofrecen a las personas que por sus condiciones se encuentran fuera de los límites de la preestablecida «normalidad». Así, cuando la magnitud de la dificultad, siempre atribuida al niño, supera lo que el maestro se representa dentro de los límites de su actuación, se considera que para poder dar respuesta se necesita un tratamiento y un maestro especial y, por tanto, se inicia la respuesta tradicional, histórica y sistémica de separar a la persona que no encaja en los parámetros de la pretendida “normalidad”. Así es cómo se normaliza y se legitima la respuesta a “la diversidad” de forma segregada.

Este fragmento que comentas aparece en el capítulo que he tenido el honor de escribir con Gerardo Echeita e Ignacio Calderón, donde explicamos que quien no se somete al dictamen de “normalidad” establecido por la institución escolar es segregado y hasta expulsado de ella y que, además, esto se hace usando el miedo, la ansiedad y la impotencia de las familias, que se encuentran en desventaja luchando por los derechos de sus hijos contra las fuerzas del sistema.

Quien no se somete al dictamen de «normalidad» de la institución escolar es segregado e incluso expulsado, y esto se hace usando el miedo, la ansiedad y la impotencia de las familias que se encuentran en desventaja contra las fuerzas del sistema

Una vez fui a un encuentro de docentes de centros de educación especial, en el que debían compartir ideas sobre estrategias de apoyo a la inclusión. La mayor parte del tiempo se le pasaron comentando las estrategias de contención cuando los alumnos que tenían se ponían violentos, con sus compañeros y con los propios maestros. Algunos de estos centros tenían una cámara, hermética y acolchada, para encerrar allí al alumno hasta que se calmara y no se autolesionara. ¿Este alumno puede ir a un centro ordinario sin que este centro disponga de este tipo de recurso?

JS. Lo que está clarísimo es que debe tener derecho a ir. Entonces hay que encontrar la mejor manera para que pueda estar, participar y aprender en situación de bienestar. Cuando he asistido a alguno de estos encuentros lo que percibes rápidamente es que hay mucha preocupación por la respuesta única y exclusivamente centrada en la persona, dejando al margen el contexto. Éste es un rasgo característico del modelo médico-rehabilitador. Fíjate que otro elemento muy significativo es que en estos encuentros se habla constantemente de terapia.

Desde el modelo social, se entiende que las situaciones siempre se dan en un contexto y que es sobre los elementos de ese contexto que podemos y debemos trabajar. Si un niño tiene trisomía 21 esto no es trabajable ni modificable, pero sí que podemos estudiar, analizar y transformar todas aquellas situaciones que puedan ser el detonante de la activación de una respuesta agresiva.

Una vez hablaba con una maestra de educación especial que, mientras hablaba conmigo, retenía, tomándolo por las muñecas, a un niño con diagnóstico de autismo. El niño, incómodo y angustiado por la situación, intentaba librarse de la maestra haciendo uso físico de la fuerza. Ante esto la maestra me decía: “¿Ves cómo es agresivo?”. Al librarlo y dejarlo moverse dejó de “ser agresivo”. ¿Es el niño agresivo entonces? Este mismo niño agredía a sus compañeros cuando entraba en el aula, porque les desconocía, la situación tenía varios elementos que le generaban angustia y la única forma comunicativa que tenía de manifestar su malestar, ya que no hablaba, era la agresión. Cuando estudiamos y eliminamos estos elementos, el niño empezó a estar en el aula con tranquilidad y bienestar.

Termino: hace poco tuve un debate con un padre de un niño con discapacidad, que también es maestro, a propósito de la idea de felicidad del alumno. Él aplaudía esta frase de una maestra de educación especial en una entrevista publicada en un diario: “La escuela inclusiva se basa en la premisa de que el alumnado es más feliz si convive en la diversidad, cognitiva y motivacional. Y esto, a menudo, es falso. El alumnado también necesita estar con iguales para sentirse bien y evolucionar, para poder estimularse entre sí. Lo reclama tanto quien tiene mayores capacidades como quien tiene más dificultades. La escuela debería ser más flexible y atrevida en cuanto a los agrupamientos del alumnado”. De hecho, muchas familias le aplaudirían basándose en su experiencia. ¿Cómo lo ve?

MN: Antes de abordar la respuesta quizá deberíamos recuperar cuál es la función de la educación escolar, que no es otra que promover el desarrollo social e individual de los niños. La cuestión, pues, sería «en una escuela donde reina la homogeneidad, ¿es posible promover el proceso de socialización?». La respuesta, obviamente, es que no. Si la sociedad, por definición, es diversa y heterogénea, no promoveremos sociedades inclusivas con agrupaciones guetificadas en las escuelas. Estos agrupamientos, de hecho, favorecen que posteriormente el alumnado sólo se vincule entre los mal llamados «iguales» y, por tanto, la idea de sociedad inclusiva desaparece de raíz. ¿Cómo pretender que una sociedad sea inclusiva si nos dedicamos a segregar en la propia escuela?

Si abordamos la pregunta desde una perspectiva única y exclusiva de la “felicidad del alumno”, el planteamiento sería analizar qué condiciones se están generando en el aula, en el centro educativo, para favorecer y facilitar el respeto a la diversidad y sobre todo, para promover el aprendJesus Soldevila, Mila Naranjo y Jordi Collet, con la cubierta del libro | Fotos cedidasizaje, no sólo de las competencias vinculadas a áreas curriculares específicas sino también y sobre todo, de competencias personales y sociales que se relacionan a factores de carácter más afectivo, emocional, motivacional y relacional, de forma que se garantice el bienestar de todo el alumnado, independientemente de sus características individuales.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/09/20/pensar-que-en-un-aula-todo-el-mundo-aprende-lo-mismo-en-el-mismo-momento-es-una-idea-feliz-que-debe-eliminarse-de-raiz/

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Presidente electo Gabriel Boric en la BBC: «No espero que las élites estén de acuerdo conmigo, pero sí que dejen de tenernos miedo»

Horas antes de presentar su gabinete, un gobierno diverso y con mayoría de mujeres, Boric concedió una entrevista a BBC Mundo, la primera a un medio internacional. Fueron casi dos horas de conversación en las que no solo habló de un «nuevo orden» para Chile, sino también de su relación con la izquierda latinoamericana, sus referentes políticos a nivel mundial o la violencia que se vio durante el estallido social.

Reconoce que él nunca pensó que estaría en este momento.

A punto de cumplir 36 años, edad que lo habilita para sentarse en el Palacio de La Moneda a partir del 11 de marzo, Gabriel Boric Font fuma un cigarrillo tras otro a pocas horas de dar a conocer su gabinete.

En su departamento ubicado en el centro de la capital chilena, el nuevo presidente sabía que daría un golpe a la cátedra.

El equipo que lo va a acompañar para el gobierno que promete transformaciones sociales profundas es probablemente el más diverso que se ha visto en el país: más mujeres que hombres, la mitad formados en la educación pública, miembros de partidos que salen de su coalición política; son un símbolo de un Chile que se aleja de las élites sociales que han gobernado el país desde la vuelta a la democracia.

«En un momento en que el mundo cambia vertiginosamente Chile también tiene que cambiar y adaptarse. Representamos la fuerza de una época«, le dice contundente a BBC Mundo en la primera entrevista que concede a un medio extranjero tras ganar las elecciones.

Fueron casi dos horas de conversación en las que no solo habló de un «nuevo orden» para Chile, sino también de su relación con la izquierda latinoamericana, sus referentes políticos a nivel mundial o la violencia que se vio durante el estallido social.

Acá lo resumimos.

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¿Qué piensa que representa usted y que finalmente le permite llegar a La Moneda?

Creo que representamos una energía generacional de transformación que ha aprendido en el camino a valorar la historia que nos constituye. Representamos aire fresco, juventud, novedad, pero con conciencia del encadenamiento histórico de los procesos. Representamos también que el statu quo o el conservadurismo es lo que peor le puede venir a Chile en estos momentos.

En un momento en que el mundo cambia vertiginosamente, Chile también tiene que cambiar y adaptarse. Representamos la fuerza de una época.

Acaba de anunciar un gabinete desequilibrado en cuanto a género, 10 hombres y 14 mujeres…

Qué alegría que se pueda decir eso en estos días. El que hayamos logrado esto es la lucha de miles de mujeres que han empujado las barreras de lo que se entendía posible durante mucho tiempo y ahora con la última ola feminista más aún. Pero no somos los primeros que lo intentamos, la presidenta Bachelet en su primer mandato hizo un esfuerzo por tener un gabinete paritario y las fuerzas del conservadurismo se lo aserrucharon rápidamente.

¿Por qué dice eso?

Porque tuvo que cambiar. El primer gabinete que presentó era paritario y nadie se repite el plato, dijo; y al primer cambio de gabinete tuvo que hacer cambios por presiones que iban más allá de lo que era su genuino deseo. Y hoy día nosotros recogemos esa experiencia también. No quiero presentarnos como pioneros, sino como que estamos recogiendo un legado que va mucho más allá de nosotros.

Y con ministros y ministras que provienen de distintas realidades educacionales… ¿Cuál es la señal que quiere dar?

Que Chile es diverso, y esa diversidad también tiene que expresarse en sus instituciones y en su política. Durante demasiado tiempo la élite chilena era excesivamente endogámica y no lograba ver más allá de sus propias narices y yo siendo parte de una élite creo que tenemos el deber y la responsabilidad de salir de nuestros círculos de confort y pensar un Chile más integral.

Imagen del gabinete de Boric
El gabinete de Gabriel Boric.

Y entre sus ministros tiene un profesor para la cartera de Educación que se formó en la educación pública…

Así es, en San Miguel, en el mismo colegio que Los Prisioneros. Y nos parecía que ese era un gesto importante, además de las competencias profesionales y la vocación de Marco Ávila yo creo que para el sector era un gesto necesario.

Durante demasiado tiempo tuvimos académicos sin aula, ingenieros comerciales dirigiendo la educación en nuestro país y creo que hacía falta un remezón desde el aula que es donde se expresan de manera más clara las desigualdades y los desafíos de la experiencia educativa. Esto no puede ser reforma sin sala, sin los niños y las niñas, no puede ser reforma sin profesores.

Y una mujer de 35 años, la expresidenta del Colegio dico, Izkia Siches -independiente- en el Ministerio del Interior…

Qué agallas tiene Izkia Siches, pero eso lo ha demostrado con creces durante mucho rato. Es un liderazgo reconocido por la sociedad chilena del rol que jugó en los momentos más difíciles que nos ha tocado con la pandemia.

De opiniones firmes pero a la vez abierta a escuchar y convocar transversalmente para un bien común por sobre los intereses personales; creo que logró darle un sentido de propósito a un colegio médico que durante mucho tiempo solo había defendido intereses de un sector muy reducido y desde ahí le habló a la sociedad y no me cabe ninguna duda que va a cumplir un excelente rol a cargo del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, que es un desafío tremendo, porque es un ministerio que tradicionalmente ha sido ardiente.

Boris e Izkia Siches.

Izkia tiene muchas ganas de asumir este desafío también y yo confío plenamente en ella.

¿Qué criterios utilizó para elegir a su equipo?

Los criterios que tuvimos a la vista fueron, por un lado, que tenía que ser un gabinete paritario o más mujeres que hombres; que incorporara diversidad de realidades donde también tuviera presencia la educación publica, tanto a nivel de formación escolar como universitaria; un gabinete que lograra ser una síntesis de generaciones en donde por un lado está nuestra generación que emerge en la vida pública el 2006 y que se ha fogueado a partir de luchas sociales pero también otra que ha administrado el Estado durante mucho tiempo y que tiene experiencias valiosas de las cuales queremos aprender.

Y también un gabinete que represente la amplitud social que logramos convocar en la victoria del 19 de diciembre que es Apruebo Dignidad como su base, pero va más allá de Apruebo Dignidad, con los partidos políticos que nos dieron su apoyo en la segunda vuelta y que tienen representación parlamentaria y también, por cierto, de organizaciones sociales y personas independientes que son las que más se movilizaron y marcaron la diferencia junto con las mujeres.

Gabriel Boric

La señal de elegir al actual presidente del Banco Central para manejar el Ministerio de Hacienda es aplaudida por los empresarios e inversionistas. ¿Cuánto le costó convencer al Partido Comunista (PC) de este nombramiento?

Los nombramientos, de ningún cargo, fueron discutidos en términos de personas con los partidos. Ellos me entregaron plena libertad para designar el gabinete, confinado en el criterio que yo tuviera para conformar nuestro equipo de trabajo. Y en eso agradezco la altura de miras que tuvieron todos los partidos.

¿Fue una decisión colectiva?

Fue una decisión colectiva, yo lo conversé al comienzo del proceso con Apruebo Dignidad, la posibilidad de incorporar a gente independiente y a militantes de partidos políticos que no fueron parte de la coalición y me dieron plena libertad para hacerlo y yo la ejercí como corresponde.

Además, creo que en el caso de Mario Marcel en particular, tiene una trayectoria y una experiencia en el Estado, en la dirección de presupuesto, en el Banco Central y también afuera, en el Banco Mundial, en la OCDE, y esa trayectoria es incuestionable, y que además es una garantía de seriedad para las reformas que tenemos que empujar y que van a ser difíciles y que van a requerir de amplios consensos y que necesitaban, creo yo, esta garantía que una persona como Mario Marcel le puede dar, además de sus firmes convicciones progresistas, como él se define socialdemócrata.

Usted siempre responde en plural, en circunstancias que todas las preguntas se las he hecho a usted, probablemente porque usted toma sus decisiones parlamentando con el resto de su equipo. Me refiero a esa lógica de asamblea que utiliza su conglomerado para tomar las decisiones, que puede que sea muy democrática, pero ¿le parece eficiente a la hora de tomar decisiones?

Hay harto mito en esto de las asambleas. Toda organización requiere de algún tipo de orden. Y el desafío que nosotros tenemos como gobierno es generar un nuevo orden.

Yo diría que el problema de Chile hoy día es que ese orden no existe. El contrato social ha sido roto. Y desde mi punto de vista por las élites. Y, por lo tanto, para poder recuperar el orden, se requieren nuevas formas y no repetir lo mismo del pasado.

¿En qué sentido dice que se ha roto el contrato social?

Cuando vemos que, durante la pandemia, por ejemplo, las principales riquezas de Chile aumentaron de manera sustantiva su capital, mientras que la pobreza y la extrema pobreza por primera vez en décadas crecieron.

Cuando vemos el nivel de precariedad y de vulnerabilidad que tiene la clase media mientras para las personas más ricas de este país el lugar donde se nace sigue determinando de manera muy sustantiva o predictiva el lugar donde se morirá. Y por tanto la promesa de igualdad, más allá de que haya habido sin lugar a dudas un mayor acceso a bienes básicos, ampliación de matrícula, disminución de la pobreza; creo que la promesa de igualdad y de inclusión no ha sido cumplida, y por lo tanto, ese pacto social está roto y necesitamos construir uno nuevo.

¿Puede definir ese «nuevo orden»?

A lo que nosotros aspiramos es a poder construir una sociedad colaborativa, en donde parte de sus integrantes no queden abandonados ni discriminados por las condiciones de vida que les haya tocado vivir, y en donde además el Estado sea capaz de garantizar derechos sociales de manera universal sin importar el lugar donde se nace, la etnia de la que se proviene o el color de la piel. Y eso requiere reformas estructurales.

Sabemos que estas cosas no se logran de la noche a la mañana, sabemos que seguramente nuestro gobierno va a construir sobre lo que se ha construido en Chile en los últimos 30 años, pero además vamos a tener un giro de timón respecto a la lógica neoliberal del sálvese quien pueda en la sociedad, que es algo con lo que tenemos que terminar.

No podemos pasar del «no lo vimos venir» al «aquí no ha pasado nada». En Chile sigue existiendo un profundo malestar que no ha sido resuelto en términos sociales todavía. Hay mucha precariedad.

separador estilo de gobernar Boric.

¿Usted es un hombre de dudas o de certezas?

Yo soy un hombre más de dudas que de certezas. Es importante acompañar a las convicciones que tengo de la posibilidad de dudar sobre ellas, para ir mejorando. Las personas que son demasiado seguras de sí mismas me provocan más bien lejanía y distancia.

No serán pocas las veces en que tendrá que tomar decisiones duras y en soledad, ¿qué tanto le estresan esas circunstancias?

Es súper difícil, no va a ser la primera vez, uno tiene que tener muy claras sus convicciones y principios y actuar siempre en coherencia con ellos y a veces eso implica ir en contra de lo que puede ser más popular en un momento o de lo que te digan tus más cercanos y ahí hay algo que es imposible de medir que es la intuición en política, cuando uno tiene convicciones firmes no anda zigzagueando por la vida y eso te permite tener una trayectoria que sea predecible en ese sentido.

¿Cuáles son las habilidades y competencias que debe tener hoy un presidente?

Yo me he ido formando la convicción de que un buen presidente no es el que está más ocupado, no es el que tiene más papeles a su alrededor. Un buen presidente es el que tiene la capacidad de escuchar, de abrirse a nuevas ideas aunque no provengan de su círculo más intimo, un presidente que tenga la capacidad de reflexionar y de convocar.

Siempre he dicho que la radicalidad de nuestra propuesta no está dada por cuán fuerte uno las diga, por cuántas esdrújulas ocupe en sus intervenciones, sino en la capacidad de convocatoria y por el sentido que le hagan a la gente.

Uno es primero clase dominante antes que clase dirigente. Primero uno hace cambios culturales antes de tener la oportunidad de dirigirlos. Y yo creo que nuestra generación ha sido justamente eso.

Gabriel Boric
Boric en la entrevista con BBC Mundo.

Usted ha practicado una nueva forma de relación con las personas, muy horizontal, cercano, cariñoso, la gente le cuenta sus problemas, usted los escucha y anota, ¿no teme generar expectativas imposibles de cumplir?

Es una preocupación, pero yo también siempre le digo a la gente en esas conversaciones que yo no voy a poder cumplir todo. Y hay una sabiduría popular que es mayor de la que se presume en las élites.

La gente sabe que esto va a ser difícil, sabe que los cambios no van a venir de la noche a la mañana, pero quiere que lo intentemos, que seamos honestos en intentarlo. Y una de las cosas que me importa es ir contándoles cuáles son los obstáculos que vamos enfrentando y por qué hay ciertas cosas que hacemos y otras que no podemos hacer.

Y también ir involucrándolos en el proceso de gobierno, que se sientan parte, y ahí vamos a ir en conjunto, moldeando las expectativas en función de la realidad. La realidad es más porfiada que cualquier ideología.

¿Y cuáles son sus expectativas?

Mi expectativa es que al final de nuestro mandato tengamos un Chile que se encuentre, donde colaboremos más que compitamos; un Chile que se escuche, y por sobre todo un Chile más justo en el sentido de que las tremendas desigualdades que hoy marcan a fuego el lugar de origen y el lugar de muerte vayan diluyéndose en función de la trayectoria vital y las posibilidades que tenga cada persona. Y que esas posibilidades sean cada vez más igualitarias.

No es fácil echarse al hombro este país… ¿qué está dispuesto a perder?

Es buena esa pregunta porque en política siempre te preguntan qué es lo que quieres hacer pero no a lo que estás dispuesto a renunciar. Y a mí lo que me importa es mejorar las condiciones de vida de manera sustentable y sostenible en el tiempo de quienes habitan nuestra patria y por lo tanto en eso uno tiene que tener lindes más que fronteras rígidas.

Yo estoy dispuesto a conversar mucho y me importa más llegar a puerto que solamente seguir el camino que me he trazado en un comienzo. Nosotros tenemos una hoja de ruta, pero si nos encontramos con que hay un precipicio en el camino, vamos a buscar la forma de vadearlo, aunque eso haga que el camino sea un poco más largo.

Ha dicho en muchas oportunidades que quiere ser un presidente que al terminar su período tenga menos poder que cuando comenzó. ¿A qué se refiere en concreto?

Eso tiene que ver con el lugar de donde vengo. Yo soy magallánico, nacido y criado a orillas del Estrecho y desde que tengo uso de razón vengo escuchando la palabra descentralización sin que haya tenido mayores efectos en la vida cotidiana de las personas. Y en donde las decisiones se terminan tomando por una élite santiaguina, de clase alta, por sobre las realidades que se viven en las comunas, en los barrios. Y ahí la figura presidencial está al tope de eso.

De hecho, la cantidad de expectativas que hay, tienen que ver con la idealización de la figura presidencial que va mucho más allá de mis características. Es algo que ha pasado muchas veces en la historia de Chile. Por lo tanto, espero, y esto va a estar al alero del proceso constituyente, que podamos construir un país en que seamos democráticos, donde una persona no ostente tanto poder y donde el poder también sea más transparente, no solamente en términos de la presidencia de la república sino también de los famosos poderes fácticos que lo ejercen sin mediar ningún tipo de decisión ni deliberación democrática.

En concreto, espero que al final de nuestro mandato tengamos un Chile descentralizado, que en los barrios, en las comunas, en las regiones, puedan decidir su futuro más que desde la Moneda o el barrio alto de Santiago.

Gabriel Boric

¿Prefiere que le digan presidente o Gabriel a secas?

Es un desafío difícil, pero he ido entendiendo que es importante asimilar la institución presidencial. Porque yo hoy estoy sentándome en una institución que ya existe. Y, por lo tanto, sin perder mi esencia, creo que es importante lo que se construye y lo que se lega a posteriori. Y, en ese sentido, pienso que lo que corresponde en este momento es que se me trate como la institución que represento.

Da la sensación que para usted es muy importante demostrar afecto.

Es que en un país que ha estado tan golpeado últimamente y tan divido, es importante que volvamos a querernos. Y para mí la preocupación por la salud mental ha sido clave en mi desarrollo en los últimos años y el entender que como chilenos y chilenas nos falta afecto, nos falta cariño, y si uno puede contribuir un poquito a darlo, y si además es algo que me nace, en buena hora.

Ahora, el escuchar tiene mucho de reparación. Cuando uno escucha a una persona, aunque no pueda solucionarle su problema, va generando un vínculo distinto consciente, insisto, en que probablemente no se van a resolver todos los problemas. Pero uno va teniendo un termómetro diferente. Si uno se rodea solo de la misma gente que es igual a uno, de la misma clase social que uno, o que piensa igual que uno, finalmente terminas en una burbuja que te distorsiona la realidad. Y eso es un problema endémico de la política que tenemos que tratar de cambiar.

No digo que seamos más virtuosos, ni moralmente impolutos, sino que, aprendiendo, y voy a insistir mucho en esta idea, de los errores y aciertos del pasado, debemos cambiar y mejorar.

Hay una frase que cité hace poquito en un discurso y que me gusta mucho, es del compositor Gustav Mahler, que dice «la tradición no consiste en la adoración de las cenizas sino en la preservación del fuego» y eso, de alguna manera, también es un leitmotiv.

Boric.

También hay muchos que le temen, o más bien que no confían en su discurso convocante… «lobitodisfrazado de cordero»comentan¿Qué representa usted que puede generar miedo en parte de la élite?

Parte de la élite está muy ensimismada, sigue siendo muy endogámica. Como han vivido tanto tiempo en una posición de privilegio, cualquier cambio les genera la incertidumbre que la mayoría de los chilenos vive en el día a día. Y eso genera rechazo. Un rechazo un poco atávico.

Espero por un lado que las élites dejen de tenernos miedo. No espero que estén de acuerdo conmigo, pero sí que dejen de tenernos miedo.

Pero esa desconfianza no es una crítica sin sustento porque de alguna forma usted ha pasado de ser un político de frases y acciones a ratos impetuosas a uno acogedor, moderado...

En el camino de la política, que está cruzado con el de la vida, siempre se tienen aprendizajes y en mi construcción política prefiero ser arcilla más que piedra. Y las experiencias o las acciones en las cuales algunos se basan para hacer esos juicios son también las que me han formado. Porque me he equivocado es que he logrado aprender. Entonces yo no lo vería como un problema sino como parte de un proceso de aprendizaje.

Otra de las dudas es la capacidad de su sector -demasiado millennials para algunos- para asegurar la gobernabilidad del país…

Esa crítica de que somos demasiado millennials es como si alguna vez hubiésemos dicho que los baby boomers jamás podrían haber asumido el poder cuando son los que gobernaron Chile durante los últimos 30 años.

Esa crítica se queda corta de perspectiva histórica cuando uno ve lo que han sido las generaciones anteriores. En el «Balance Patriótico» (Vicente) Huidobro en 1920 lo decía muy claro a propósito de los primeros años de la República, todo lo grande en Chile lo han hecho los jóvenes: Carrera a los 26 años, O’Higgins a los 36, Manuel Rodríguez a los 24… hay que mirar la historia y ver que no es un fenómeno nuevo y al que no hay que tenerle tanto miedo.

separador la nueva izquierda de Boric.

Su victoria en las elecciones: ¿es el triunfo de una idea de sociedad o de la mirada de una nueva generación?

Como todo en estas cosas es multicausal. Tiene que ver con la emergencia de una nueva generación, con la necesidad de renovación, con la idea de una sociedad que claramente es opuesta a lo que presentaba el actual gobierno en ejercicio y la candidatura con la cual nos enfrentamos en segunda vuelta de la elección. Es opuesta al gerente 24/7, el selfmade man que estudió solo en universidades gringas, sino también tiene que ver con conocer bien la trayectoria de Chile.

Pareciera que su triunfo tiene más de capital político personal, un poco menos de identidad frenteamplista y casi nada de identidad comunista… ¿Qué le aporta el Partido Comunista a su gobierno?

Mucho. Nuestra alianza es Apruebo Dignidad pero hemos convocado al gabinete a partidos que forman parte de otra tradición. Hay que lograr desmitificar los temores frente al PC chileno. Hemos tenido diferencias tácticas y otras en determinados momentos.

El 15 de noviembre (fecha de la firma del acuerdo que convoca a una Convención Constitucional y que el PC no firmó) es el más visible, pero el PC hoy está comprometido con la implementación de nuestro programa. Además, ha sido un partido que en Chile ha sido profundamente democrático y que ha estado al lado de las luchas sociales y los oprimidos, y eso es algo que a mí también me inspira.

Pasados 2 años del estallido social, ¿cómo lee hoy lo que ocurrió allí?

Creo que el estallido social fue un momento de encuentro en la frustración de que las promesas de meritocracia no se estaban cumpliendo. Y hubo una conciencia colectiva que esto no solo ocurría al interior de mi casa, sino que pasaba en distintos lugares del país.

Y ese encuentro llevó a una movilización por fuera de las vías institucionales que congregó a su vez rabia y esperanza. Yo espero que en esto lo que predomine sea la esperanza y por eso el encausamiento en la Convención Constitucional es algo muy importante. Pero, paralelo a eso, mientras discutimos las normas del futuro, tenemos que ser capaces de solucionarle los problemas concretos a la gente, que en pandemia se vio particularmente afectada.

El estallido social en Chile en octubre de 2019.
El estallido social en Chile en octubre de 2019.

¿Existe una posibilidad de un gobierno de izquierda mesurado y reformista?

Discrepo de la obsesión de parte de la élite de moderarnos en el discurso para encasillarnos con lo del Boric de primera vuelta o el Boric de segunda vuelta. Es más un complejo de ellos que de nosotros. Tenemos una dirección y vamos a avanzar en esa dirección y estamos dispuestos a elegir el mejor camino. Y esa dirección es crear un Estado de Derecho que consagre derechos sociales universales, con pleno respeto a los derechos humanos, que descentralice el poder, que se haga cargo de los desafíos medioambientales, de la crisis climática, y eso no es una fiebre roja, en Chile eso tiene más que ver con el sentido común.

No hablamos de moderación entonces...

Me hace más sentido la idea de ser ponderado que moderado. Hay algunos fanáticos de la moderación que terminan no moviéndose nada y esos fanáticos le han hecho un daño profundo al país. Porque en su miedo atávico de cambio, terminaron haciendo reventar la olla a presión.

¿Usted se ubica más cerca de la socialdemocracia o del comunismo?

Yo provengo de la tradición socialista libertaría americanista chilena. Ese es mi espacio ideológico de referencia. Soy un demócrata, y creo que la democracia tiene que ir cambiando y adaptándose y no petrificándose. Creo que a la democracia en Chile le falta mayor densidad.

Y dentro del concierto latinoamericano, ¿se reconoce en alguno de los gobernantes de izquierda?

Me da mucha esperanza y espero tener un trabajo codo a codo con Lucho Arce en Bolivia, si Lula gana las elecciones en Brasil con Lula, la experiencia de Gustavo Petro si se consolida en Colombia. Creo que ahí se puede armar un eje tremendamente interesante.

Yo entiendo que la pregunta va muy relacionada con Venezuela y Nicaragua. En el caso de Nicaragua no logro encontrarle nada ahí, y en el caso de Venezuela es una experiencia que más bien ha fracasado y la principal demostración de su fracaso son los seis millones de venezolanos en diáspora.

¿Se siente parte de la generación de Jacinda Ardern, Sanna Marin, Emmanuel Macron, incluso Alexandria OcasioCortez? ¿Hay algo más grande, distinto, a que todos sean menores de 45 años?

No conozco en detalle cuáles son las convicciones de cada uno de ellos y el tener la misma edad no necesariamente indica algo.

Yo puedo decir que tengo una cercanía ideológica con García Linera, independiente de la edad que tenga, o una complicidad clara con Podemos en España, que no tiene que ver con un tema de edad, tiene que ver con las convicciones que tenemos. Y valoro mucho la experiencia de Lula pero también trato de leer la de Cardoso. Uno no puede fijarse referentes estáticos.

Lo que sí es cierto es que hoy hay una crisis global en términos de crisis climática de la cual creo que nuestra generación tiene más conciencia que las anteriores. Y eso yo espero sea algo que nos una. Tuve la oportunidad de conversarlo con Justin Trudeau, recibir una carta de Emmanuel Macron, también, en ese sentido, sé que Jacinda Ardern ha tenido esa preocupación, así es que espero que ahí tengamos un punto de encuentro donde forcemos a las generaciones anteriores y a los gobernantes de todos los países, como lo ha dicho Greta, de tomar acción ya.

separador prioridades económicas Boric.

¿Cuáles son sus prioridades en términos económicos?

Hay que distinguir en materia de plazos. Que podamos tener una consolidación de la reactivación económica que sea justa. Que no reproduzca de manera calcada las desigualdades anteriores. Y eso implica darle mayores herramientas a las pequeñas empresas para que haya una desconcentración del mercado. El 87% de las ventas en Chile están concentradas en las grandes empresas y solo el 13% en la pequeña y mediana empresa. Esa es piedra fundante de la desigualdad en nuestro país.

Tenemos que lograr la combinación entre crecimiento y redistribución. Una distribución más justa de la riqueza. Ninguna es sostenible sin la otra. Todos han crecido, eso es cierto, pero algunos mucho más y eso ha acrecentado la división y la fractura de la sociedad chilena.

Usted habla de un pacto tributario y no de una reforma, una diferencia semántica de fondo, lo primero significa un acuerdo con todos los sectores políticos.

Qué bueno que lo notes porque es a lo que tratamos de aspirar.

Esto no es algo de buenos contra malos sino que queremos que todas las fuerzas productivas del país se pongan de acuerdo en que es necesaria una mejor redistribución de la riqueza para poder crecer. Y que además sea sustentable y sostenible con el medioambiente y a eso esperamos convocar a los trabajadores organizados, las pymes y los grandes empresarios.

Recibirá un país con una de las tasas de inflación más alta en las últimas décadas, con un déficit estructural relevante, ¿en qué minuto piensa comunicarle a la ciudadanía que no será fácil cumplir las promesas de su programa?

Lo estamos haciendo permanentemente. Nos hemos comprometido a respetar el presupuesto aprobado por el congreso que tiene una reducción del gasto fiscal de un 22% y también de avanzar en nuestras reformas en la medida de que vamos asegurando ingresos permanentes aquello que considera gasto permanente. Y esa es una línea de la que no nos podemos desviar. No puede haber atajos irresponsables. Tengo confianza en que la ciudadanía lo vaya entendiendo.

¿Qué tan complejo es instalar un Estado de Bienestar en un país que no tiene los estándares económicos ni sociales que tienen los modelos socialdemócratas más exitosos?

En eso hay que ver el estado en que estaban los países que hoy día tienen estados de bienestar desarrollados, en el momento que eligieron tomar ese camino.

Los desafíos son distintos. En el caso de los países europeos, no solo los nórdicos, tomaron la decisión de crear estados de bienestar que garanticen derechos sociales universales cuando tenían un PIB per cápita parecido o inferior al que tiene Chile hoy. Y ahí yo espero que nos pongamos de acuerdo como sociedad, en el sentido de que hay metas de largo plazo que no van a ver resultados antes de las próximas elecciones y que por lo tanto, muchas de las decisiones que tomemos, no pueden estar mediadas por la ansiedad electoral y que hay frutos que no me va a tocar cortar la cinta a mí.

¿Cuál diría que es nuestro talón de Aquiles?

Hoy, la desigualdad.

¿Y el suyo?

Hay hartas cosas que uno podría decir ahí, pero si tuviera que elegir uno, más que mío personal, el gran riesgo de nuestro gobierno es no poder afirmar nuestra base social de apoyo más allá de nuestras fronteras actuales.

Si nos quedamos solamente con quienes estamos hoy, no vamos a logar hacer las transformaciones que queremos. Por lo tanto, si no nos movemos todos juntos en eso, y no empezamos con el clásico y permanente fraccionamiento de la izquierda, será un desafío muy difícil.

separador respuesta a la violencia de Boric.

Como dirigente estudiantil usted estuvo muchas veces en la calle. Viene de la protesta por una educación gratuita y de calidad. Muchas de esas manifestaciones terminaron en actos de violencia. Y ustedes mismos hablaban de personas que ensuciaban esas marchas, pero eran pocos… Hoy parecen ser la norma¿qué pasó?

No son la norma respecto de la mayoría, lo que sucede es que hay varias explicaciones, pero antes quiero dejar claro que sigo creyendo que la vía no es la violencia, en eso quiero ser muy claro. Yo creo que hay una frustración acumulada al ver que por los caminos institucionales no se podía hacer cambios.

La violencia es un fenómeno que debemos tratar de entender para tratar de erradicar.

Ahora, si quieres asegurarte de que siga habiendo violencia, entonces hay que dejar las cosas tal como están.

violencia en las protestas en Chile en 2020.

Hay un sector de la izquierda que probablemente no le va a conceder espacio para una radicalidad ponderada…y la respuesta puede ser más violencia en las calles¿Cómo piensa enfrentar esa violencia?

Tenemos el deber de hacer respetar el orden público, eso no es una opción para el gobierno. Y hacer cumplir la ley. Lo que nosotros esperamos es que mediante el proceso de transformaciones que vamos a iniciar, la convocatoria y la manera en que le hablemos al pueblo de Chile, esos sectores van a ser cada vez más minoritarios.

¿Qué tipo de Constitución le atrae más, una bien reglamentada o una más orientadora?

Me gusta más la idea de una Constitución orientadora pero no aséptica. Una Constitución que consagre derechos sociales universales, que defienda la libertad y la igualdad, una Constitución que descentralice pero una Constitución no abarcadora de todos los temas y todas las problemáticas.

La Constitución no puede estar pensada solo desde el 2021 y el 2022. Tiene que permitir de que incluso preguntas que todavía no tenemos, quepan en la Constitución.

separador corbata de Boric.

En lo personal, ¿qué ha tenido que transar además de su pelo largo, poleras rockeras y sus guayaberas?

Ahora último la posibilidad de salir a un bar, de ir a una librería, es cada vez más difícil.

¿Bajo qué circunstancias sí usaría una corbata?

Lo de la corbata tiene dos sentidos. Uno estético medio absurdo, pero yo también me di cuenta que cuando pasó lo del reclamo en el Congreso, había un ánimo de disciplinamiento y homogenización de parte de una élite muy cerrada y muy parecida entre sí y por eso me mandaron a la comisión de ética, por andar sin corbata. Ahora se naturalizó completamente y es totalmente normal andar sin corbata en el Parlamento.

Y a propósito de eso, una vez tuve la suerte de conocer a Joan Baez y bailamos y me preguntó (después de haberla escuchado cantar a capella) sobre el tema, porque le contaron la anécdota de la corbata y meses después me llegó una corbata hecha por aborígenes australianos, enviada por Joan Baez. Si algún día tuviera que ocupar una, seguramente sería esa.

¿Y podría ocuparla luego?

No lo tengo pensado. Quizás en el matrimonio de algún amigo.

¿Y no en el cambio de mando?

No, hay límites. Sería simbólicamente renunciar a la esencia.

Viene de una familia creyente, una madre católica, que reza y tiene un altar a la virgen en su casa. ¿Nada de eso le hace sentido en momentos de angustia?

Respeto mucho la fe de mi madre y a veces extraño el don de la fe, pero no es algo que tenga en este momento y no creo que sea algo a lo que se puede recurrir solo en estado de necesidad. Tengo un tema pendiente de cómo trabajar la espiritualidad. Es algo que siempre me ha interesado y nunca me he dado el tiempo de hacerlo.

¿Cómo controla su ansiedad?

A veces comiendo, que no es el mejor método. Leyendo, la lectura me tranquiliza, cuando tengo tiempo de hacer deporte, me gusta jugar fútbol.

Boric.

¿Y siente que a veces se le escapa de las manos?

He aprendido, acompañado de tratamientos, a ir controlándola. Yo tengo un trastorno obsesivo compulsivo y tomo medicamentos por eso. También es algo que he logrado domesticar gracias la ciencia, esto no solo es voluntad.

Se habló bastante de su salud y también del TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) que padece y que usted hizo público¿Cree que hubo otras intenciones al relevar este tema durante la campaña electoral?

Sin lugar a dudas. Hay un estigma respecto de la salud mental.

¿Qué situaciones le incomodan?

Me incomoda mucho la mentira intencionada, no el error, me carga la gente que habla en off en el periodismo, me molestan los cahuines.

Usted ha demostrado ser un político bien tolerante al juicio opositor, ¿pero qué ocurre cuando ello apunta a la gente que usted más quiere, como su compañera Irina Karamanos, quien asumirá el rol de primera dama y quien ha sido criticada por ello, principalmente por su sector?

Hay que distinguir entre la crítica constructiva y el debate político que se da al interior del feminismo y que es totalmente legítimo de la crítica oportunista y artera y me parece que ha habido harto de lo primero y poco de lo segundo. Los debates del feminismo son deseables. Tenemos que acostumbrarnos a que el tener divergencias de opinión no significa una tragedia. Pero cuando los ataques son personales, y particularmente contra mis seres queridos, hermanos, padres, amigos o la Irina, es algo que efectivamente me molesta mucho.

¿Cuál es la épica que le gustaría imprimir a su gobierno?

Que a través de la política es posible cambiar el mundo. Que la política no es un espacio de corrupción, mentiras y acomodos. La política puede ser un oficio honesto para las transformaciones sociales, inclusivo, no solo de profesionales.

Fuente de la información e imagen:  https://www.elmostrador.cl

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El poder colosal de nuestra voz

Por: Ilka Oliva Crado

Nos hemos acostumbrado a que otros opinen por nosotros, porque creemos que lo que nosotros tenemos que decir no es importante, que carece de consistencia y sentido: por no tener el grado de escolaridad, por no ser de tal clase social, por no ser de tal color de piel, de tal género, por tener tal peso, por tener tal edad, tal estatura, tal adicción; en uno de los tantos patrones con los que hemos crecido en este mundo de estereotipos, cobardía, clases sociales, presunción y patriarcado.

Y guardamos silencio, con el corazón a mil, con las palabras como borbotones anudándose en nuestra garganta, sin salir; por miedo, por vergüenza, por timidez, por no tener el valor de atrevernos a escucharnos a nosotros mismos y a que otros escuchen lo que tenemos que decir.

Y es así como nos vamos relegando, auto censurándonos, nos aislamos, nos convertimos en las masas que ven cómo otros hablan por ellas, cómo otros sí se atreven a decir; cómo otros sí elevan la voz, sí expresan su opinión, sí debaten, sí cuestionan, sí proponen, sí crean. Y lo que es peor, muchas veces en una inconformidad propia de la lucha personal y los demonios personales, a esas personas que sí se atreven las apedreamos por haber tenido las agallas de hacer lo que nosotros no. Y nos pudrimos por dentro, en el silencio, la ira y la frustración. De ahí que existan las drogas medicadas con las que permitimos nuevamente que otros nos digan qué sentimos, qué pensamos y qué debemos hacer con nuestras vidas.

Generalmente a esos otros les damos el poder de pronunciarse en nuestro nombre aunque muchas veces no estemos de acuerdo con lo que tienen que decir; el creer que no somos importantes y por ende no es importante tampoco lo que tenemos que decir nos paraliza y es así como vemos a distancia la imposición de un sistema que nos convierte en marionetas. En las masas frente al televisor. En las masas creyendo todo lo que dicen quienes manipulan la información. En las masas dando vueltas en los centros comerciales, ansiosas, añorando comprar lo que no necesitan.

En hijos que no se atreven a hablar con sus padres, en padres que no se atreven a conversar con sus hijos, en parejas sin comunicación que terminan engañándose y fingiendo estabilidad para no romper con lo que saben que es un farsa, en amistades de mensajes de texto. En estudiantes que no se atreven a cuestionar a su maestro, en docentes que son incapaces de cuestionar a sus alumnos. Porque el deber del docente es otro, no han dicho y no nos hemos atrevido a romper con lo que otros nos impusieron.

Y adentro nuestra voz devanándose por salir, reventándonos el pecho, doliéndonos los huesos, a flor de piel la enclaustramos una y otra vez.

Y así nos sucede y se nos pasa la vida, dejando que otros nos digan qué pensar, qué comer, cómo vestirnos, porque somos incapaces de escuchar nuestra propia voz. ¿Qué sería de nosotros el día que la dejáramos salir? ¿Qué seríamos como humanidad? ¿Cómo seres individuales? ¿Cómo género? ¿Cómo sociedad que se atreve a derribar patrones opresores? ¿Derribando clases sociales y estereotipos? ¿Cuándo seremos nosotros expresando para que otros escuchen lo que tenemos que decir? Ese día tal vez desaparezcan las drogas recetadas que nos mantienen sedados y excluidos de nuestro propio ser y de nuestra propia voz.

Ese día desaparecerían las fronteras que nos impusieron. Ese día empezaría el sueño de otro mundo inclusivo y tal vez, de perdida, en algún malaya, no veríamos más niños viviendo en las calles porque escuchando nuestra propia voz, sabríamos que los niños del mundo también son nuestros hijos.

Fuente: https://www.aporrea.org/actualidad/a273913.html

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Cuba: II Escuela de Clacso estará dedicada al pensamiento crítico de Carlos Marx

Autor: La Ventana

En su segunda edición, la Escuela Internacional de Posgrado “Paradigmas críticos de la emancipación en el Caribe y América Latina” se desarrollará entre el 25 y el 29 próximos en la Casa, en ocasión del aniversario 200 del natalicio de Carlos Marx.

Es por ello que el tema principal de los análisis será justamente el pensamiento crítico marxista y su vigencia para la emancipación del Caribe y la América Latina. Se dedicará además especial atención al tema de la revolución en el pensamiento crítico marxista caribeño y latinoamericano, así como al análisis de las experiencias iniciadas en Haití a finales del siglo XVIII, en Cuba, Granada, Nicaragua y Venezuela.

La conferencia inaugural (lunes 25 a las 10:00 a.m.) estará a cargo de Isabel Monal (Cuba), y llevará por título “Carlos Marx, a 200 años de su natalicio”, en la Sala Manuel Galich de la Casa; y el 26 llegará desde Argentina el filósofo Nestor Kohan, quien impartirá la conferencia “El marxismo latinoamericano y el pensamiento de Karl Marx sobre las periferias del sistema capitalista mundial” a las 9:00 a.m.

Ese mismo día, entre las 3:30 p.m. y las 5:30 p.m., tendrá lugar el taller Para estudiar El Capital de Carlos Marx, con Carlos Perzabal Marcué (México), y conducido por Francisco Cerezo (México), en el Instituto de Filosofía (Calzada y J).

El miércoles 27 en la mañana, el cubano Jorge Luis Acanda hablará sobre “La centralidad de la concepción marxiana sobre las clases y las luchas de clases”, en la Sala Manuel Galich; y a las 3:30 p.m. se proyectará el filme El joven Marx (2017, Raoul Peck), en el Pabellón Cuba, seguido de un debate sobre el mismo conducido por Astrid Santana.

La conferencia “La idea de clase social en la época post fordista”, abrirá la jornada del jueves, impartida por Carlos Pérez Soto (Chile) y presentada por Matías Bosch Carcuro (Fundación Juan Bosch, República Dominicana), en la Sala Manuel Galich.

Finalmente, el viernes 29 a las 9:00 a.m. Yves Dorestal, de Haití, impartirá “Marx y Haití. El marxismo haitiano dentro del marxismo latinoamericano”, conferencia presentada por Camila Valdés León (Casa de las Américas, Cuba), en la Sala Manuel Galich.

Fuente: http://laventana.casa.cult.cu/noticias/2018/06/20/ii-escuela-de-clacso-estara-dedicada-al-pensamiento-critico-de-carlos-marx/

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Pelicula: La Historia de Ron Clark

Ron Clark: una manera diferente de enseñanza.
Autora de la reseña: 
 
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En nuestra última clase de Estrategias de Aprendizaje, vi junto con mis compañeras la película Ron Clark. La misma se encuentra basada en la historia de Ron Clark, un profesor estadounidense quien ha trabajado con diferentes tipos de estudiantes de diferentes clases sociales.
En la película se refleja claramente el paso del profesor Ron por la escuela de Carolina del Norte y su paso por la principal escuela del barrio de NY, Harlem. Cada una de estas escuelas era totalmente diferente: desde las clases sociales, tradiciones, sistema educativo hasta los problemas que se presentaban en la misma. A pesar de lo diferentes que eran cada una de las escuelas donde trabajaba, Ron Clark siempre fue el mismo. Mantenía el mismo carisma, la misma actitud y las mismas ganas de obtener resultados óptimos de cada uno de los estudiantes.
Se me hace muy difícil encontrar una palabra para definir a Ron Clark, pero por el momento lo defino como «único». Una de las cosas que más me llamo la atención de Ron, fue su perseverancia ante las cosas en la escuela de Harlem. En mi opinión dicha perseverancia se puede dividir en dos grandes partes: 1. Una perseverancia dirigida al trabajo en la escuela y 2. Una perseverancia dirigida al trabajo con cada estudiante.
En relación a la primera Ron Clark nunca dejo que sus energías colapsaran. Para empezar, no le fue fácil entrarle al grupo. Se puede afirmar que era la única persona blanca en el grupo por lo que los problemas de discriminación surgieron. Se encontró con grandes críticas por la implementación de sus estrategias de aprendizaje ya que las autoridades de la escuela consideraban que no iban acorde “con lo establecido” pero yo diría que no iban acorde con lo antes visto. Ron Clark era diferente y su manera de enseñar era diferente. Al final demostró que no importa cuántas o cuáles sean las estrategi425full-the-ron-clark-story-screenshotas que utilices, siempre existe una manera de que el aprendizaje ocurra de manera efectiva y espontánea.
Por otro lado, la perseverancia dirigida al trabajo con cada estudiante se puede ver claramente en la relación que mantuvo cada uno de ellos de manera individual. En primer lugar se tomó la “molestia” de conocerlos: conocer sus fortalezas y sus debilidades. En base a las deficiencias que encontraba en cada uno de ellos, diseñó un plan estratégico para poder conseguir lo que deseaba y así ponerlos a un nivel superior en su historia académica. Luego de que conseguía su meta, trabajaba con la autoestima con el propósito de hacerlos conscientes de sus dones, de su buen trabajo, de que sus virtudes hacen grandes cosas y que en la vida todo se puede, nada es imposible y que tienen que ir en busca de sus sueños.
Independientemente de su gran perseverancia, Ron Clark fue para sus estudiantes un sistema de reglas basado la unión, cooperación y amor. La «familia» como él los llamaba, se desarrollaba en el salón de clases por medio de reglas las cuales intentaban promover el orden y la disciplina. En principio, como todo… no fue bien acogido por el grupo, pero los resultados al finalizar el año fueron los que demostraron que era necesario. Por otro lado, en las estrategias que implementó trabajo con las Inteligencias Múltiples para que los contenidos a trabajar no fueran guiados por la monotonía y para conseguir un aprendizaje significativo. En la película pude apreciar la inteligencia musical, lingüística, matemática, espacial, entre otras.
Finalmente, está de más decir que me encantó la película. Ron Clark representa una grata experiencia: una fuente de inspiración para el trabajo que diariamente se realiza en las escuelas y salones de clases, una manera diferente de enseñar, un mecanismo único de aprendizaje y una manera de fomentar la relación profesor-alumno muy significativa. Considero que es una película muy importante para cualquier docente que tenga la intención y/o el deseo de trabajar con adolescentes y con un grupo de realidades diferentes a la suya.
Moraleja: Un maestro que es capaz de transmitir sus conocimientos y aprender de sus alumnos, es capaz de hacer grandes cambios en su vida. (Les dejo el siguiente video con una parte de la película, sin dudas… una de mis favoritas.
Fuente de la Reseña:
http://estrategiasaprendizajeunibe.blogspot.com/2010/12/ensayo-ron-clark-una-manera-diferente.html
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El retorno de la clase privilegiada

Por Leonardo Boff

2016-05-20


 

  El principal problema brasileño que atraviesa toda nuestra historia es la monumental desigualdad social que reduce gran parte de la población a la condición de chusma.

Los datos son alarmantes. Según Marcio Pochman y Jesse Souza, que reemplazó a Pochman en la presidencia de IPEA, son sólo 71.000 personas (el 1% de la población, que representa solo el 0,05% de los adultos), los multimillonarios brasileños que controlan prácticamente nuestras riquezas y nuestras finanzas y a través de ellas el juego político. Esta clase adinerada, que Jesse Souza llama la clase privilegiada, además de ser socialmente perversa es muy hábil, pues se articula nacional e internacionalmente de manera que siempre consigue maniobrar el poder del Estado en su beneficio.

Estimo que su logro más reciente fue inclinar la orientación de la política de los gobiernos de Lula-Dilma hacia sus intereses económicos y sociales, a pesar de las intenciones originales del gobierno de practicar una política alternativa, propia de un hijo de la pobreza y del caos social, como era el caso de Lula.

Con el pretexto de asegurar la gobernabilidad y de evitar el caos sistémico, como se alegaba, esta clase privilegiada consiguió imponer lo que le interesaba: mantener inalterable la lógica acumuladora del capital. Los proyectos sociales del gobierno no obligaban a renunciar a nada, antes bien eran adecuados para sus propósitos. Llegaban a decir entre sí, que en lugar de que nosotros, la élite, gobernemos el país, es mejor que gobierne el PT, manteniendo intocables nuestros intereses históricos, con la ventaja de ya no tenemos ninguna oposición. Él firma nuestros proyectos esenciales.

Esta clase adinerada obligaba al gobierno a pagar la deuda pública antes de responder a las demandas históricas de la población. Así quitaba la deuda monetaria con el sacrificio de la deuda social, que era el precio para poder hacer las políticas sociales. Estas, nunca antes habidas, fueron vigorosas e incluyeron en el consumo alrededor de 40 millones de pobres.

Los más críticos se dieron cuenta de que este camino era demasiado irracional e inhumano para prolongarlo. Fue aquí donde se instaló una falla entre los movimientos sociales y el gobierno Lula-Dilma.

Todo indicaba que con cuatro elecciones ganadas, a pesar de las limitaciones sistémicas, se consolidaba otro sujeto de poder, venido desde abajo, de las grandes mayorías procedentes de las senzalas (viviendas de los esclavos) y de los movimientos sociales. Estas comenzaron a ocupar los lugares y a utilizar los medios antes reservados a la clase media y a la clase privilegiada, que en el fondo nunca aceptó al obrero Lula y nunca se reconcilió con el pueblo, sino que lo despreciaba y humillaba. Entonces los antiguos dueños del poder despertaron con rabia, pues a través del voto podrían no volver al poder nunca más.

Instaurada una crisis político-económica bajo el gobierno de Dilma, crisis cuyos contornos son globales, la clase privilegiada aprovechó la oportunidad para agravar la situación, y por la puerta de atrás, llegar a Planalto. Se creó una articulación nada nueva, ya probada contra Vargas, Jango y Juscelino Kubischek, asentada sobre el tema moralista del combate contra la corrupción, salvar la democracia (la de ellos, que es de pocos). Para esto era necesario suscitar la fuerza de choque que son los partidos de la macroeconomía capitalista (PSDB, PMDB y otros), con el apoyo de la prensa empresarial, que era el brazo extendido de las fuerzas más conservadoras y reaccionarias de nuestra historia, con periodistas que se prestan a la distorsión, la difamación y directamente a la difusión de mentiras.

La historia es vieja, se sataniza al Estado como un antro de corrupción y se magnifica el mercado como lugar de las virtudes económicas y de la integridad de los negocios. Nada más falso. En los estados, incluso en los países centrales, existe la corrupción. Pero donde es más salvaje es en el mercado debido a que su lógica no se rige por la cooperación, sino por la competición donde casi todo vale, cada uno buscando tragarse al otro. Hay evasiones millonarias de impuestos y grandes empresarios esconden sus ganancias absurdas en cuentas en el extranjero, en paraísos fiscales, como recientemente ha sido denunciado por los Zelotes, Lava jato y los papeles de Panamá. Por lo tanto es pura falsedad atribuir las buenas obras al mercado y las malas al Estado. Pero este discurso, martilleado continuamente por los medios de comunicación ha conquistado la clase media. Jesse Souza dice con razón que «literalmente en todos los casos la clase media conservadora fue usada como fuerza de choque para derrocar al gobierno de Vargas, de Jango y ahora al de Lula-Dilma y dar el «apoyo popular» y la consecuente legitimidad a esos golpes, siempre en interés de media docena de poderosos» (El atontamiento de la inteligencia brasilera, 2015, p. 207).

En la base está una mezquina visión mercantilista de la sociedad, sin ningún interés por la cultura, que excluye y humilla a los más pobres, robándoles tiempo de vida en transportes sin calidad, en bajos salarios y negándoles cualquier posibilidad de mejora, ya que carecen de capital social (educación, tradición familiar, etc.). Para asegurar el éxito en esta empresa perversa se creó una articulación que incluye a grandes bancos, FIESP, MP, la Policía Federal y la justicia. En lugar de bayonetas ahora trabajan jueces justicieros que no son reacios a llevarse por delante los derechos humanos y la presunción de inocencia de los acusados con prisiones preventivas y presión psicológica a la delación premiada con información confidencial divulgada por la prensa.

El actual proceso de impeachment a la presidenta Dilma cae dentro de este marco golpista, pues se trata de quitarla del poder no a través de elecciones, sino mediante la exageración de prácticas administrativas consideradas delito de responsabilidad. Por errores eventuales (concedidos y no aceptados) se castiga con la pena suprema a una persona honesta a la que no se le reconoce ningún delito. La injusticia es lo que más lastima la dignidad de una persona. Dilma no merece este dolor, peor que el sufrido a manos de los torturadores.

Fuente: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=770

Imagen tomada de: http://www.aulafacil.com/uploads/cursos/2215/editor/724px-sem_la_tribune_des_proprietaires.es.jpg

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