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Semaforización e inequidad de género

Por: lahora.com.ec

El confinamiento devela verdades incómodas sobre el trabajo doméstico y la vida familiar. Antes de la pandemia, la tarea titánica de la crianza se repartía entre padres, educadores, abuelos y terceros. Un caso de crianza sin algún tipo de apoyo comunitario era la excepción. Hoy, abuelos y familias extendidas están guardados en casa y el apoyo de la escuela es mínimo, ante esta labor a tiempo completo.

Hasta que llegó el Covid-19, vivíamos en un capitalismo adaptado para remunerar con más generosidad a aquellos trabajadores incondicionales y disponibles a toda hora; características de cierto modo incompatibles con las necesidades vitales de los niños en etapa formativa. Tal es que, históricamente, las mujeres tuvieron menos acceso a posiciones laborales de alta jerarquía y mejores salarios.

El plan de reactivación productiva apunta a una incorporación paulatina de los adultos jóvenes al mercado laboral. Esto, sin un sistema de detección temprana ni soluciones para el cuidado de los niños de quienes tienen la opción de un trabajo formal y a tiempo completo. Entonces, serán las mujeres las que, en su mayoría, permanecerán al cuidado de los niños; aumentando la brecha salarial, de oportunidades y movilidad que ya existe entre géneros.

La semaforización debe acompañarse de un plan integral de cuidado infantil. Sin altruismos, está en el efectivo interés de los adultos de hoy ocuparse de criar, educar y avanzar a la generación futura. Ellos serán los que, en una década o dos, deban sostener el sistema de nuestras pensiones.

 . . .

Un niño con falta de educación es un niño perdido”.
John F. Kennedy (1917-1963) Presidente de EE.UU. entre 1961 y 1963.

Un ser humano no alcanza sus cotas más altas hasta que esta educado”.
Horace Mann (1796-1859) Escritos, político y filósofo estadounidense.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102317396/semaforizacion-e-inequidad-de-genero-

Imagen: mohamed Hassan en Pixabay

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La escuela intrusa

Un fantasma recorre el mundo. Busca y consigue entrar a las casas en nuestro País y en muchos otros: Es el esperpento de La Tarea, así, con mayúsculas, pesada, larga, cansada e impertinente. Se cuela por rendijas en el adobe, a través de las ventanas o llega como instrucción en un teléfono ¿inteligente? o una computadora.

Si se acomoda en la sala ya estuvo mal el asunto: Tantas páginas para repetir una operación mecánica hasta que aburra, tantas otras de escribir banalidades y no pocas para leer áridos libros de texto como pretexto para no leer algo interesante. Videos con actores que emulan a maestras o maestros y resultan más falsos que un billete de siete pesos. Preguntas a responder para hinchar la carpeta de evidencias y llegar con ella, repleta, cuando volvamos a las escuelas. Si no, ¿cómo vamos a evaluar?

No es posible que la escuela esté en la casa. Es tan contradictorio, diría mi abuela, como ponerle a un Santo Cristo dos pistolas. Sí se puede aprender en la casa, desde luego, pero la condición para ello es barrer, sacar, expulsar de las casas el virus de las tareas.

Las tareas atarean a quien tiene que hacerlas y por su inutilidad aterran. Atrapan. Si no fuese así, nadie las haría. En otros países les llaman “deberes” como deudas a saldar. En no pocos casos terminan haciendo las tareas los padres -No, corrijo: Casi siempre las madres al mismo tiempo que cocinan, lavan ropa o planchan.

Antes de salir a jugar tienes que hacer la tarea. ¿Y ahora que no se puede salir a jugar qué hacemos? Pues más tarea. Y ahí están, en una esquina de la mesa del comedor, atareados: La ociosidad es la madre de todos los vicios. Si la tarea se cuela, con ella llega una noción de escuela dominante: Esa construcción que entretiene, guarda, cuida, dicta, encarga; y carga de trabajos adicionales para hacer en casa a quienes asisten a sus espacios, donde hay docentes que, por su oficio de guardianes, nos salvan de estar tanto tiempo con las criaturas para poder trabajar.

Las maestras y los profesores creativos intentan hacer otras cosas, pero tienen, sin remedio, que enviar una captura de la pantalla en que están, cual estampitas, los rostros de sus aburridos pupilos. Y eso si hay computadoras. Cuando no, es preciso asegurar que la carpeta que dará cuenta del encierro creativo llegue llena cuando se retorne a las aulas. El objetivo es lograr evidencias que demuestren al director, al supervisor o vaya usted a saber a qué superior autoridad, que la escuela, el control y la “indocencia” siguen: ¿Cuál es la muestra de todas las muestras? Las tareas.

En mala hora hemos confundido al sistema educativo del País con el sistema escolar. De ello deriva que los signos de continuidad de la forma escuela sean predominantes: La clase cucha, la tarea abundante y el libro como muleta, sin el que no se puede andar.

Educan los medios, las conversaciones, el aburrimiento, el miedo porque se llevaron al abuelo al hospital, dibujar, cantar o jugar canicas y saltar la cuerda, lavarse las manos bien y aprender a hacer arroz. Ocurren excepciones: Hay docentes que tapan a la tarea con propuestas de actividades atractivas, pocas, bien pensadas, diversas y que, en su lógica apasionante, tal vez ocupen más horas de las que amontonan las tareas que atolondran. Estos días desnudaron la noción social mayoritaria de la escuela y la de sus funciones. Creo que la sociedad, y sobre todo el gremio, tenemos que repensar que la escuela es parte de la educación, pero la educación es mucho más amplia que la escuela atareada emitiendo tareas, acumulando deberes.

Abuelo, hacemos lo mismo que en la escuela, no más que es peor: Sin recreo y sin amigos. Deja de quejarte ya y ponte a hacer la tarea.

Fuente: https://www.elimparcial.com/columnas/La-escuela-intrusa-20200502-0006.html

 

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Clases presenciales en Italia se reanudarán en septiembre

Europa/Italia/30 Abril 2020/eldinamo.com

La decisión, según el primer ministro, se tomó tras considerar los “riesgos muy elevados de contagio” que prevé el comité científico que asesora al gobierno.

Italia ha sido uno de los países más afectados por la pandemia del coronavirus (COVID-19), y por lo mismo, el 4 de marzo se optó por suspender las clases presenciales en todos sus recintos educacionales.

Dentro de este contexto, y en entrevista con el diario La Reppublica, el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, afirmó que “la escuela está en el centro de nuestros pensamientos y reabrirá en septiembre“. Es decir, en el inicio de un nuevo año académico según el calendario del hemisferio norte.

Desde el gobierno ya habían anticipado que, de no volver a clases antes del 18 de mayo (cuando tan sólo restarían cuatro semanas para terminar el año), todos los alumnos pasarían de curso de manera automática. Esto, con el propósito de terminar el año escolar 2019-2020.

La decisión, según comunicó el primer ministro, se tomó tras considerar los “riesgos muy elevados de contagio” que prevé el comité científico que asesora al gobierno.

“Está en juego la salud de nuestros hijos, sin descuidar que la edad media del personal docente está entre las más altas de Europa”, agregó Conte.

Por otro lado, y en relación a cómo lo harán los padres que deberán ir retornando al trabajo presencial, el primer ministro italiano destacó que se destinarán ayudas para el pago de niñeras y también se habilitarán permisos extraordinarios.

Asimismo, Giuseppe Conte afirmó que “no estamos todavía en las condiciones de reestablecer una plena libertad de movimiento, pero estamos estudiando una reducción de las normas actuales más rígidas”.

Fuente: https://www.eldinamo.com/educacion/2020/04/27/italia-coronavirus-clases-presenciales-en-italia-se-reanudaran-en-septiembre/

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¿Son los padres y las madres (in)competentes para educar?

Por: Catherine L’ecuyer 

La disciplina social solo es posible cuando existe, previamente, una responsabilidad personal.

En una de las bibliografías de María Montessori, Rita Kramer explica que se había puesto de moda, entre las mujeres del siglo XIX en Italia, el juego de encender y de apagar unas cerillas para matar el tiempo, mientras los niños estaban siendo cuidados por una niñera y el padre estaba ausente del hogar. Esa anécdota ilustra hasta qué punto no se veía la actividad educativa -por lo menos durante los primeros años del niño- como algo relevante. Educar era una tarea a la que se dedicaban principalmente los más vulnerables, a falta de otra alternativa. Montessori explica como era corriente escuchar en las familias burguesas decir al niño; “no te sientes en el suelo” o “no te sientes en el sofá”. Entonces el niño era un ciudadano que no tenía lugar en los espacios comunes de su propia casa. Se le decoraba de lazos y se le ataba inmóvil a una silla con su niñera para que no hiciera ruido y no molestara.

Si bien es cierto que en l’Émile, Rousseau había hablado en el siglo XVIII del niño como de un sujeto, no como un objeto, consideraba el Estado como su principal educador. Afirmaba que el Estado tiene un papel prioritario sobre el de los padres en el ámbito de la educación de los hijos, puesto que la educación de los niños no debe “abandonarse a los prejuicios de sus padres”. Quizás fue por exceso de coherencia consigo mismo que Rousseau abandonó a sus hijos en un orfanato. La idea rousseauniana de que los padres son incompetentes para poder educar a sus hijos y deben dejar que el Estado lo haga para ellos sigue hoy recibiendo atención, configurando muchas de las políticas educativas.

A inicios del siglo XX, se empiezan a multiplicar las teorías psicológicas respecto a la educación y se ponen de moda los parvularios para niños desde los 3 años. En los EE UU, Dewey tiene sus teorías encaminadas a resolver, desde el aula, la cuestión de la educación hacia la integración de los millones de inmigrantes que habían llegado a América después de la Primera Guerra mundial. En Europa, nace el movimiento de la Educación Nueva inspirado en gran parte en Rousseau. Las aulas de la Educación Nueva se convierten en laboratorios de psicología, y la psicología se convierte en el vestido de dignidad de la pedagogía. Surgen todo tipo de teorías educativas elaboradas por médicos o psicólogos, como Claparède, Decroly, Piaget, Montessori, que pueden dar de pensar a los padres que la educación es un asunto demasiado complicado para que ellos mismos puedan hacerse cargo. Los padres deben por tanto encargarlo a los especialistas, ya que ellos, sí saben.

Acabada la Segunda Guerra mundial, ante el horror de los campos de concentración, se rechaza enérgicamente la teoría de la eugenesia, se empieza a entender el poder de la educación y los Estados adoptan progresivamente la idea de cuidar a los colectivos desfavorecidos a través de políticas sociales y educativas, empezando desde la primera infancia. Como consecuencia de la Segunda Guerra mundial, los orfanatos de Europa están llenos. La OMS encarga entonces un informe a un psiquiatra llamado John Bowlby, sobre la consecuencia de una crianza sin madre sobre la salud mental de los niños en los orfanatos. En su informe, publicado en 1951, Bowlby hace hincapié en la importancia de la sensibilidad del principal cuidador para la creación de un vínculo de apego (de confianza) entre él y el niño. Nace entonces la teoría del apego, que revolucionará el ámbito de la psicología infantil.

En la década de los ochenta, el caldo es favorable a la aplicación de ciertas ideas neurocientíficas en el ámbito de la educación y la ciencia se convierte una vez más en el vestido de dignidad de la pedagogía bajo la etiqueta de la “educación basada en la neurociencia” (brain-based education). Esa situación da pie a las expresiones que hoy conocemos como: “todo se juega de 0 a 3 años” o “más y antes es mejor”. Y entonces se recomienda a los padres escolarizar a sus hijos cuanto antes, se pone el énfasis en la parte cognitiva de 0 a 3 años y se multiplican los métodos y los libros que hablan de la estimulación temprana. De nuevo, los padres tienen menos protagonismo, delegando la educación a parvularios especializados que usan métodos supuestamente basados en la neurociencia, pensando que ellos mismos no son lo suficientemente competentes para hacer ese trabajo. El apogeo de esa creencia es, en 1997, cuando Hilary Clinton, en un discurso dirigido a educadores en la Casa Blanca, dice: “En el momento en que la mayoría de los niños empiezan la escuela infantil, la arquitectura del cerebro está esencialmente construida.” Esa declaración levantó un tsunami de críticas por parte de neurólogos y neurobiólogos en todo EE UU, pues esa creencia es un “neuromito” (una mala interpretación de la literatura neurocientífica). El cerebro es plástico y puede modificarse a lo largo de toda la vida y el bombardeo temprano de información no necesariamente favorece el aprendizaje. Esos neuromitos dan una importancia excesiva a la estimulación cognitiva y restan importancia a la dimensión interpersonal en los primeros años, clave para el apego.

La disciplina social solo es posible cuando existe, previamente, una disciplina y una responsabilidad personal.

Los neuromitos han llevado a la abdicación del ámbito familiar, a favor de la industria educativa del consejo empaquetado conformado por aquellos gurús, expertos, libros o productos que dictan a los padres exactamente lo que han de hacer para que sus hijos sean exitosos y felices, y sobre todo para que coman, duerman y obedezcan. Ese enfoque educativo conductista, caracterizado por el adultocentrismo, está orientado principalmente hacía la tranquilidad de los padres. La industria del consejo empaquetado, en búsqueda del “manual definitivo” de una crianza perfecta, enfoca la educación desde el punto de vista de los “cómo” y de los “qué” y aleja a los padres de los “para qué” y los “por qué”. Contribuye, de nuevo, a despojar a los padres de su papel como primeros educadores, entregando a sus hijos a la industria del juego “con botones y pilas” y despojándoles de la intuición parental y del sentido común que debería guiar toda acción educativa.

La teoría del apego fue inicialmente criticada por el feminismo, por culpar a la mujer trabajadora de todos los males de la infancia. Pero hoy sabemos que el apego del niño puede hacerse tanto con el padre como con la madre. El apego es el vínculo de confianza que se establece entre el niño y un principal cuidador disponible y capaz de atender a tiempo sus necesidades básicas durante los primeros años de vida. El niño con apego seguro es más confiado, descubridor y empático en sus relaciones interpersonales. Hoy, esa teoría es una de las más investigadas, reconocidas y establecidas en el ámbito de la psicología del desarrollo, se ha convertido en el enfoque por excelencia para entender el desarrollo del niño y está siendo utilizada como base y premisa de la mayoría de las investigaciones y políticas sociales y de educación infantil en gran parte de los países desarrollados.

Hacer creer a los padres que la híperestimulación durante los tres primeros años de vida es más importante que la atención afectiva y convencerles de la necesidad de una escolarización temprana ha contribuido a adormecer la conciencia de ser principales educadores y puesto en entredicho su vocación y su competencia educativa, generándoles agobio e inseguridad personal. Esas creencias han despojado a los padres de su rol, reduciéndoles a meros estimuladores y animadores de ludoteca que ni gozan, ni disfrutan de la belleza de su misión.

Esa creencia influyó, como es lógico, en la cuestión de la conciliación. Si los niños no necesitan a sus padres, entonces más vale delegar ese cuidado y escolarizarlos desde los 4 meses. Si el niño está mejor en el colegio, ¿para qué necesitamos una baja de maternidad o de paternidad más larga? Entonces los únicos argumentos que nos quedan son invocar el derecho de la mujer a tenerla, o la obligación del varón a cuidar de sus hijos para erradicar el machismo. Hoy sabemos que la rotación del principal cuidador es uno de los factores que interfiere en la creación del vínculo de apego. Pero preferimos prohibir la transferibilidad de las bajas, porque es más afín a nuestras mentalidades igualitaristas. En definitiva, las necesidades del niño, que deberían ser el principal protagonista de la cuestión, se relegan al segundo plano en un debate ideológico esencialmente adultocéntrico.

¿Qué es la sensibilidad? La sensibilidad (instinto maternal, paternal) es un mecanismo del que dispone la naturaleza para ayudarnos a tomar conciencia de nuestra responsabilidad como primeros educadores, para que seamos capaces de sintonizar con las necesidades reales de nuestros hijos. ¿Debería ser suficiente con el sentido del deber? Si, pero la naturaleza es generosa y nos facilita el trabajo. Sin embargo, no es suficiente tener ese regalo. Esa sensibilidad se desarrolla a base de pasar tiempo con nuestros hijos, dándonos cuenta de lo que necesitan para su buen desarrollo. En ese sentido el confinamiento ha sido y está siendo una oportunidad única para desarrollar esa sensibilidad maternal y paternal, para consolidar el vínculo de apego / de confianza con cada uno de ellos. En ese sentido, nuestra mirada es clave para transmitirles una actitud positiva y confiada hacía el mundo que nos rodea.

Por último, no iría mal recordar, en tiempos de des-confinamiento, que la disciplina y la responsabilidad social, tanto por parte de los padres como de los niños, no surge de “la nada”, ni de llenar la calle de personas uniformadas repartiendo multas, ni de las instrucciones del “BOE de cada día”. La disciplina social solo es posible cuando existe, previamente, una disciplina y una responsabilidad personal. Y la responsabilidad personal solo es posible cuando asumimos que la persona que actúa es competente, racional, consciente y libre de asumir las consecuencias de sus acciones. Montessori lo ilustraba con un hermoso ejemplo. Explicaba como era posible que un grupo de personas se queden en silencio ante un concierto. Nos recordaba que el silencio colectivo no es, o por lo menos no debería jamás de ser, el mero resultado de la imposición colectiva de una norma. En ese caso, la disciplina colectiva es la suma de la disciplina personal de cada uno de los que escucha en silencio. Es el resultado del que ha desarrollado la fortaleza personal y el autocontrol, del que entiende lo que acontece y tiene sensibilidad para apreciar la belleza y la armonía del sonido del conjunto de todos los instrumentos que se oyen en la pulcritud del silencio.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/04/26/mamas_papas/1587917046_474050.html

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Entrevista a Felipe De los Ríos: «Las tareas a distancia son un vínculo con la escuela»

Por: Rotman Paulina. 

 El titular de la cartera educativa sino por ser un profesor de alma, considera que en la enorme crisis desatada por la pandemia no se puede pretender que los alumnos adquieran contenidos académicos. Su apuesta es la contención y acompañamiento en este difícil momento. El ministro cuenta cuáles son las nuevas herramientas que ponen en vigencia para ayudar a los alumnos.

 

A esta altura de las circunstancias generadas para atenuar los efectos del Covid-19, con 42 días sin ir a la escuela, con estudiantes de todas las edades confinados en sus hogares, el ministro de Educación, Felipe De los Ríos, da su visión sobre la tarea que se está haciendo para no perder el ritmo y el contacto con la escolaridad. Porque a esto se suma que tanto alumnos como docentes tratan de sortear las exigencias de hacer una tarea escolar virtual, y se las ingenian para compatibilizar saberes con sus capacidades tecnológicas, sin descontar el esfuerzo de los padres que no saben a quién recurrir para pedir ayuda en el nuevo rol docente. Como si fuera poco, no siempre el servicio de Internet es óptimo y en muchas casas una computadora debe ser compartida por varios usuarios a la vez.

– Ahora que ha pasado más de un mes de aislamiento escolar, ¿cómo evalúa la educación que se lleva adelante desde las casas?

Hay que ponerlo en contexto: veníamos desde el 2016 preparando a los docentes, a través del Plan Provincial, en dos conceptos fundamentales como el aula aumentada y el desarrollo de la clase inversa. Vale aclarar que aula aumentada no es otra cosa que proponerse desde el sistema, el continuar la formación fuera del perímetro de la escuela tradicional. A nosotros nos daban tarea para la casa, hoy el concepto es seguir trabajando con Internet desde el hogar o desde otras fronteras. La clase invertida es convertir la clase tradicional en la que el docente imparte un tema y luego actividades que se comparten con el grupo de clase, una puesta en común y la evaluación. La clase invertida es exactamente al revés: el alumno a través del buscador o de los metabuscadores investigan una o varias interacciones de acuerdo con el docente que se transforma en guía, en orientador de un trabajo colaborativo, en el que se comparte información. La tarea del docente es la de hilvanar y asociar esa información para construir entre todos el conocimiento. A eso ahora le llamamos construccionismo.
Estábamos en esa preparación cuando irrumpió la amenaza del Covid-19 y entonces tuvimos que ponerlo en práctica en dos días y medio para empezar a trabajar en educación a distancia en todos los niveles con guías de aprendizaje. Los docentes de primaria estaban más avanzados pero en secundaria no. De todos modos, si no hubiésemos tomado esta iniciativa no lo hubiésemos podido resolver. Esta semana hemos alcanzado las 39.500 guías educativas en nivel inicial, primario, secundario, educación orientada, técnica y agrotécnica, adultos y educación especial. Y, desde esta semana quien entre a nuestro portal va encontrar además de esas guías con tareas, un ícono con clases en video, que son las guías explicativas. Están en un canal oficial de YouTube.

-¿Cómo evolucionó la propuesta inicial?

Los docentes comenzaron con guías. Pero ahora la iniciativa es que retomen esas guías con videos que reproduzcan clases como sucede en la escuela física, por así llamarlo. La idea es que cualquier chico busque la guía, la lea (NdR: las guías están en la página del ministerio de Educación en un espacio denominado Nuestra aula en línea) y recurra al video para resolver las dudas y entender los conceptos. En nuestro portal ya hay algunos videos para nivel inicial y primaria y en estos días empezaremos a subir los del Secundario y Educación para Adultos. Inclusive la plataforma se va a enriquecer y para eso estamos trabajando para incorporar un espacio para la autocorrección con un software de Matemática que permite ir repasando los conocimientos y por otro lado, con un futuro esquema en línea para educación Secundaria que va a permitir la autoevaluación, para que el estudiante corrobore si lo que fue aprendiendo es correcto o no.

-¿Por qué es tan desigual la propuesta en las diferentes escuelas? Hay casos que mandaron una guía con 45 páginas, o no todos exigen la devolución de la tarea mientras que otros dan poco tiempo para resolverla, sólo por citarle algunos ejemplos.

Hay un concepto en Argentina, que es estatutario, que se llama libertad de cátedra. Si las autoridades, en este modelo, pretendemos unificar, podemos generar una controversia, es una libertad que el docente tiene para construir su guía de aprendizaje a partir del diseño curricular. Entonces hay docentes que, respetando todos los parámetros propuestos en la resolución 631 del ministerio por la pandemia, han elaborado guías que se han aprobado en las escuelas, las supervisoras y el equipo técnico. Quizás esas primeras guías fueron pensadas para las primeras etapas del aislamiento, en vez de mandar tarea todas las semanas. Así como hay otras docentes que tomaron la iniciativa por su parte, porque no es nada exigido por el Ministerio de Educación, de incluirse en el grupo de Whatsapp de los padres y responder a todas sus inquietudes.

-¿Será que no todos interpretaron la propuesta?

Absolutamente todos estamos aprendiendo de este nuevo modelo. Y, los ajustes y los acuerdos nos están costando. No es sencillo porque cambiamos de la noche a la mañana, la escuela física y tradicional a este modelo. Hay zonas donde la conectividad es intensa, hay otras donde es muy deficiente. Lo cierto es que las guías preparadas para todos los alumnos, no se tienen que resolver en 5 minutos. No es así. No hemos pedido un feed back de crecimiento en el conocimiento ni tampoco evaluaciones. El ritmo de aprendizaje es del alumno, no del docente. El docente es el que propone y el alumno va construyendo de acuerdo a su disponibilidad cognitiva pero también a la disponibilidad de tiempo dentro del hogar, de la tecnología y de esta situación extraordinaria que está viviendo todo el mundo. No pretendemos personas frente a las pantallas las 24 horas del día para resolver las 45 hojas que mandó la maestra.

-¿Sirve la tarea que se está haciendo en la casa? ¿Responde a lo que se pretendía?

Lo que pretendíamos es no perder el vínculo porque la construcción de un conocimiento no se hace únicamente desde el lado del razonamiento o del concepto. El acto educativo está basado en la interacción social. Por eso lo que no queríamos era perder el vínculo en primera instancia. Y, en segunda instancia que el tiempo que pudiésemos ir acompañando y a su vez, administrando los conocimientos no fuese en vano. Pero a esto lo vamos a lograr recién en el momento de la puesta en común, cuando el alumno salga del entorno virtual y vuelva a la escuela a encontrarse con sus docentes. Así se van a resolver todas las inequidades y diferencias para pasar entonces a una instancia de medición y evaluación. Si me dice si esto, ¿es mejor que nada? Y si, es mejor que nada.

-¿No cree que falta la instancia de la explicación? El reclamo de muchas familias es que llega una guía con un texto y preguntas o actividades para resolver, sin una intervención personal del docente.

La presencia del docente ahora con los videos que se van a incorporar en el portal, va a ser un poco mayor y eso va a mejorar el intercambio. Quien ingrese va a ver a una maestra o profesor, que puede ser el del alumno o no, pero es quien va a explicar y hacer reflexionar sobre los contenidos. De todos modos, hay que tener en cuenta que hay algo en lo que las mamás y los papás han ayudado y es en el vínculo afectivo de estar al lado del chico. Eso es lo que sucede normalmente en el curso: la maestra por excelencia es la segunda mamá y es la que ayuda en los momentos de mayor debilidad en el aprendizaje, en la parte cognitiva y volitiva con su afecto para que ese espacio que es la construcción del conocimiento tenga ese envolvente social, que nos caracteriza a los seres humanos. No tenemos una autonomía total y absoluta. Y esto ha quedado demostrado con esta crisis por el aislamiento, inclusive se ha puesto en valor y ha quedado explícito cuán necesaria es la escuela tradicional. De hecho, hemos realizado un trabajo de encuestas con el Gabinete Técnico y se ha detectado que los alumnos extrañan la maestra, los compañeros, los recreos, la escuela, resultados que demuestran que esa escuela que hace tanto tiempo se venía cuestionando en la Argentina, no sólo es útil sino necesaria. Hoy más que nunca tenemos en claro que una guía no pretende en ningún momento reemplazar el acto educativo de un docente. Esta guía virtual es una aproximación, es fomentar un vínculo para que no se debilite por la situación del Covid-19.

-¿En qué va a cambiar la escuela?

Cuando hayamos superado esta crisis sanitaria, ya van a haber cambiado muchas cosas y muchas más van a cambiar porque nos hemos visto movilizados internamente por cómo algo tan microscópico dejó en evidencia lo endeble que somos. Con la tecnología las cosas no van a ser iguales. Y en la escuela muchas cosas van a cambiar cuando retornemos. Ni los recreos, ni los actos, ni el contacto va a ser igual para seguir cuidándonos. De todos modos, hoy por hoy, la agenda depende de la pandemia.

– Cuando se retorne a la escuela, ¿va a ser suficiente el tiempo para adquirir todos los saberes del año escolar?

Ese es el gran interrogante del ministro de Educación de la Nación, de cada ministro de las 24 jurisdicciones, de todos los equipos técnicos, de los pedagogos e investigadores. Estamos evaluando cómo hacer para que este este año se genere los menos daños posibles, no sólo en los aprendizajes, especialmente en los alumnos que pasan de un nivel a otro. Hasta ahora todo es interrogante.

– ¿Se piensa en hacer un año en dos?

Es una idea del ministro Trotta, como otras que van surgiendo pero no tiene definición.

– ¿El aula aumentada, la clase invertida, la tecnología llegaron para quedarse en materia educativa?

El aula aumentada es una necesidad del sistema y una herramienta de ayuda a la construcción del conocimiento en el siglo XXI y la clase invertida es un modelo pedagógico de aprendizaje, pero el docente y el ámbito escolar son irremplazables para el proceso formativo. Una cosa no puede reemplazar a la otra. Hoy las propuestas de aula aumentada y clase invertida nos sirvieron en este contexto. De aquí en más se ocuparan para fortalecerse entre sí con la escuela tradicional, no tengo dudas.

Para pedir ayuda

Hay varios canales de comunicación implementados desde esta semana desde la Dirección de Gabinetes Técnicos Interdisciplinarios de Educación para asesorar y dar contención emocional y pedagógica a la comunidad educativa, especialmente las familias.

* Las líneas telefónicas 4305840-4305706 son los números de contacto disponibles para hacer consultas. Fue pensada para padres y alumnos con diferentes inquietudes puntuales para resolver los planteos escolares.

* sanjuaneducacionteorientayguia@gmail.com es otra alternativa que tienen alumnos, padres y docentes inclusive para plantear consultas e inquietudes personales, de índole psicológica, psicopedagógica, social, académica, lúdica o inclusive, es un canal abierto a cualquier situación compleja que amerite abordarse desde este ámbito. Las respuestas llegarán en el menor tiempo posible de parte de los profesionales del Equipo de Intervenciones Inmediatas en Situaciones de Complejidad compuesto por psicólogas, psicopedagogas, trabajadora social y recreóloga, teniendo como objetivo fundamental generar un espacio de acompañamiento, escucha y contención.

* Además en la página del Ministerio de Educación (http://educacion.sanjuan.gob.ar/) hay un link – a la mitad del sitio web – «Nos cuidemos entre todos’, en el que al hacer click se abre un despliegue de recursos de todo tipo desde consejos para organizarse en casa, recomendaciones psicológicas para pasar largos períodos en aislamiento, propuestas para trabajar la convivencia y las emociones, sugerencias de comunicación intrafamiliar, hasta videos, cuentos, canciones, lecturas para padres, reflexiones, ejercicios de respiración y relajación, juegos y experimentos para hacer con los chicos de diferentes edades o normas de higiene y cuidados personales que puedan servir para pasar lo mejor posible esta contingencia sanitaria que impide salir de la casa.

Fuente de la entrevista: https://www.diariodecuyo.com.ar/suplementos/Felipe-De-los-Rios-Las-tareas-a-distancia-son-un-vinculo-con-la-escuela–20200424-0090.html

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Las nuevas cárceles

Escrito por: Luis Miguel Alvarado Dorry

“La realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera, ninguna realidad es dueña de sí misma, esta realidad está así porque de este modo sirve a determinados intereses del poder” (Freire, 2006, pág. 71)

Actualmente las realidades y necesidades de les estudiantes, docentes y familias se enfrentan a la incertidumbre laboral, sea formal e informal y, resguardarse para evitar el contagio del coronavirus COVID-19, aunado a esto, el encierro, la falta de interrelación y socialización, y las exigencias de las autoridades educativas mexicanas en construir y distribuir cuadernillos (virtuales y físicos) con actividades escolares, planeaciones, evidencias, entre otras, con el fin de cubrir lo más posible el currículo para salvar el ciclo escolar, minan los espacios de confinamiento e incrementan los niveles de estrés de les protagonistas educativos.

En este artículo hago unas reflexiones y evidencio otras a partir de pequeños acontecimientos de nuestras neocotidianidades y neoconvivencias que dan cuenta cuán importante son las escuelas como espacios físicos de socialización y con-vivencias.

 

Una breve narrativa

Un sábado de abril, me levanté de la cama luego de despertarme, me dirigí al espejo y me vi la gran melena que tenía, esta, provocada por el tiempo. A casi un mes de confinamiento, evitamos salir lo más posible por el temor al contagio, a su vez, contagiar a nuestra familia y, solo para poder cortarme el cabello no lo vi tan necesario.

Recordé que tenía una máquina para cortar cabello que me había regalado hace tiempo mi madre, en seguida,  coloqué un espejo grande encima de una mesa, con el fin de verme en el reflejo a la hora de cortarme el cabello, conecté una extensión para poder conectar la rasuradora y, dispuse a raparme.

Mi compañera de vida me apoyó con la parte trasera donde mi vista no podía llegar, detallando el corte, no fue hasta que, mi hijo de cuatro años, me dijo que él también quería cortarse el cabello como yo. Era mi primera experiencia en el corte de cabello y, una vez que terminó mi compañera de vida de dar los últimos retoques, me dispuse a cortarle el cabello a mi hijo.

En ese escenario, recordé algunas películas sobre reclusorios, celadores y recluses, en donde les recién llegades a las cárceles para cumplir su condena, les rapan como medida de higiene, disciplina y, una vez homogenizades, para evitar fugas. En ese momento, sentí y me vi en los zapatos de un recluso al observar que, encerrades hace casi un mes a causa de la contingencia sanitaria provocada por el coronavirus COVID-19, el corte de cabello homogenizado con mi hijo por la falta de habilidad al respecto y, solamente movernos hacía la cocina, sala, recámaras, patio y garaje sin poder ver ni salir hacia las calles, con la añoranza de que todo esto transcurra lo más pronto posible para poder visitar a nuestres seres queridos.

Por lo anterior, ¿qué delito cometimos para estar encerrades y, al parecer, todavía no existe sentencia alguna? Nuestros hogares se han convertido en nuestras nuevas cárceles y, no me refiero a no querer estar y permanecer en ella, sino que, el temor, nos obliga a permanecer y evitar el encuentro con nuestras familias, amigues y compañeres de escuela y de trabajo.

Las nuevas cárceles y les nuevos recluses empezamos a sufrir angustias e incertidumbres, principalmente, por el bienestar de nuestras familias y amigues y, por la impotencia de no poder ayudar a las demás personas; nuestras convivencias con les otres se han reducido a una llamada telefónica, escribir mensajes de textos o una videollamada en su caso. Mandar besos, abrazos, caricias y expresar todo tipo de emociones y sentimientos a través de un dispositivo. Esto, se ha convertido hoy en día en los nuevos modos de convivencia, la tan mencionada digitalización-virtualización de nuestra cotidianidad.

Mientras que, les más pequeñes, aun explicándoles sobre el tema y de nuestras condiciones, a diario preguntan ¿hasta cuándo podremos salir a la calle? Cada lunes me preparo para salir de casa a comprar frutas, verduras y agua, con las medidas de seguridad pertinentes; cuando mi hijo me ve, me dice rápidamente “quiero ir contigo” y en mi negativa, observo la tristeza en sus ojos.

Un día me pide subirme a su resbaladilla (deslizadero o rampa) que le compramos hace un par de años, mi respuesta fue “no, porque estoy muy grande y pesado y, al subirme, puedo quebrarla”, empezó a caminar pensando en qué jugar, se vuelve a dirigir a mi preguntándome “¿papá puedes subirte a mi triciclo?, tú te subes al rojo y yo en el azul” volví a responderle lo mismo.

Ante esto, mi hijo empezó a caminar y pensar, su aseveración fue “creo que necesitamos otro niño o niña”, en consecuencia, asevero acerca de la importancia que tiene la escuela como espacio de coexistencia con les otres, de socialización, de con-vivir, es decir, de vivir con otres, a este proceso Rubén Reinoso [1] afirma que “el cerebro, es el único organismo que se termina de desarrollar producto de la interacción social, hay un fenómeno biológico llamado neotenia”. En este sentido, investigaciones del historiador Yuval Noah Harari (2014) menciona que, este hecho, fue causado por la evolución humana de hace aproximadamente 2.5 millones de años, en donde la crianza y educación de les niñes no solo estaba en manos de la madre o el padre, sino que era necesario el apoyo de la familia y otres miembros del grupo, por lo tanto, “la evolución favoreció a los que eran capaces de crear lazos sociales fuertes” (pág. 22), es pues, la escuela, un lugar importante para el desarrollo integral de las capacidades de los seres humanos en presencia física de les otres.

En esta este contexto, el acelerado interés del sistema capitalista neoliberal que aprovecha el confinamiento, espacio otorgado por la pandemia, que denominé en mi artículo anterior como prueba piloto del capitalismo en el advenimiento de la cuarta revolución industrial [2], intenta destruir los imaginarios colectivos de encuentro y con-vivencias cara a cara con el hito de crear sociedades totalmente virtualizadas, individualistas y con ideologías autosuficientes y aisladas. La pandemia evita, en este tiempo, nuestras relaciones sociales físicas confinándonos a nuestras nuevas cárceles, mientras que, el capitalismo tecnológico y cognitivo, pondera la virtualización de las relaciones interpersonales y del acto educativo, con ello fragmentar las cosmovisiones colectivas.

 

La vocación obligada

Por lo que respecta a niñes, jóvenes y adultes, ensayan y construyen, en sus nuevas cárceles devenidas de la contingencia sanitaria, neoconvivencias y neocotidianidades, es decir, pasan mayor tiempo en la digitalización-virtualización, unes por la excesiva carga curricular virtualizada para salvar el ciclo escolar presionades por sus docentes y, estos a su vez, por las autoridades, pero les han preguntado siquiera ¿cómo están emocionalmente?¿disponen de al menos un dispositivo electrónico y conectividad para hacer sus tareas? Y para aquellos que no cuentan ni siquiera con luz eléctrica ¿quiénes les resolverán sus dudas? ¿sus familiares? ¿y si estos no cuentan con los conocimientos adecuados? A las autoridades no les importa, al parecer, solo les interesa salvar el ciclo escolar, pero ¿cómo se evaluarán? O ¿qué evaluarán? ¿aprendizajes, conocimientos o información? ¿dónde queda la evaluación formal e integral? ¿Cómo se evaluarán las subjetividades de les estudiantes? Interrogantes que las organizaciones gremiales del magisterio, docentes de izquierdas, las pedagogías críticas y educaciones populares deben plantearse y entrar al debate para poder protegerse de la peligrosa instrumentalización de la razón en donde, las subjetividades, se reducen a la lectura de instructivos preestablecidos que reducen la libertad del pensamiento, con el hito de la construcción de seres explotados cognitiva-corporalmente y de consumo.

Otres grupos de niñes, jóvenes y adultes, solo se la pasan entretenidos con los dispositivos diversos como la TV, teléfonos inteligentes, computadoras, videojuegos entre otros, pertenecientes al complejo industrial cultural (Bonilla-Molina, 2018), ambos consumen acríticamente informaciones de todo tipo, por lo tanto, quedan expuestos a la alienación de los intereses del neoliberalismo salvaje, les excluides solo se la pasan sobreviviendo y añorando regresar a las aulas.

En este sentido, ¿les estudiantes están más interesados en regresar a la escuela para cubrir el currículo? O quisieran regresar para jugar, para rozarse, abrazarse, contarse todo lo que hicieron en casa y de sus añoranzas que tuvieron. Si las pedagogías, las educaciones y nuestras prácticas docentes están dirigidas con base a los intereses de les estudiantes, por lo tanto, hay que dejarles hacer lo que quieran hacer, cuidando que todo esto, este bajo el marco del respeto, sin embargo, las autoridades educativas distan de estos intereses y, su único hito es, cubrir lo más posible el currículo del programa para poder salvar el ciclo escolar, se observa entonces que, el modelo educativo neoliberal, dista de los intereses de les estudiantes e impone sus propios.

Por lo anterior, las autoridades inmediatas en Chiapas, México han dictado a manera de cascada en la estructura vertical para que, les Asesores o Auxiliares Técnico Pedagógico y docentes frente a grupo, construyan cuadernillos de actividades que emanen de los planes y programas de estudio o bien se apoyen en unos que ellas mismas construyeron para distribuirlos vía digital para los que cuenten con al menos un dispositivo y conectividad, les demás, donde no existe ni siquiera electricidad, mucho menos señal telefónica, se espera e invita a que les docentes por «vocación», a mi perspectiva más por obligación, a distribuir casa por casa o bien escuela por escuela esos cuadernillos.

En este contexto, las autoridades educativas están más preocupados no por salir de la crisis sanitaria, sino por la manera de evaluar los «aprendizajes» y salvar el ciclo escolar, dan instrucciones para distribuir los cuadernillos con el fin de que les estudiantes repasen los contenidos, a mi parecer, estas acciones van en contra de uno de los derechos fundamentales como la salud, de les docentes, familias y estudiantes, por lo tanto, a su derecho de vivir, exponiendo a todes al contagio, sin embargo, les docentes debemos exigir y buscar las maneras de manifestarnos contra este tipo de acciones, pues, cerca de que les estudiantes aprendan, se pondera aún más la instrumentalización de la razón y el contagio.

Contrario a estas acciones en donde, las autoridades educativas de Chiapas, México, llevan a cabo desde el 20 de abril en la reanudación de las clases virtuales y la distribución de cuadernillos en nuestras nuevas cárceles, Vigotsky (1979) asevera que, el aprendizaje y el desarrollo cultural se construyen en presencia e interacción con les otres.

Lo que debemos hacer y exigir primero les docentes, es esperar a salir de la crisis sanitaria, para luego, buscar los caminos no para cubrir los currículos y atiborrar de contenidos y tareas a les estudiantes, sino atiborrarles de juegos, de presencia, de existencia, de con-vivencias, de encuentros, es decir, de otredad.

Para mitigar el encierro obligatorio en nuestras nuevas cárceles varios artículos digitales invitan a establecer rutinas, hora de despertarse, de asearse, de desayunar, comer y cenar, de jugar, de hacer deporte, de charlar con les compañeres de encierro, de descanso, y al otro día lo mismo ¿qué dista de la vida en un reclusorio? O ¿de un “panóptico?  (Foucault, 2008, págs. 88-89), estas megacárceles se han reducido en minicarceles llamados «casa», «hogar» o domicilio y, dentro de ellas, todes nosotres, los recluses.

Si bien es cierto que, en muchos espacios familiares en este confinamiento, se fortalecen los lazos familiares que tanto habíamos anhelado, pero por nuestras vidas apresuradas y falta de tiempo no podíamos construirlas, otros tantos, se ha incrementado las violencias intrafamiliares, exclusiones, acosos, etc. Es decir, para el segundo grupo, el confinamiento, se ha convertido en verdaderas neocárceles.

En los reclusorios, las autoridades penitenciarias imponen tareas a los recluses para su readaptación, mientras que, las autoridades educativas mexicanas en educación básica, imponen cuadernillos de actividades, ver videos de hasta 50 minutos, entre otras actividades virtualizadas, con el fin de “entretener” y “readaptar” los tiempos y modos de les estudiantes y docentes, más no para desarrollar el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje, porque para esto, se necesita de la presencia física e interacciones cara a cara de todes les actores educativos, en las escuelas.

Por lo anterior, las educaciones populares, pedagogías críticas y el magisterio en resistencia no debemos dar las espaldas a las tecnologías, sino que las tres primeras, debemos repensar en la construcción de una estrecha relación dialéctica con las segundas con el hito de humanizarlas, es decir, las tecnologías humanizadas, las pedagogías críticas, las educaciones populares y el magisterio en resistencia, colaboremos en la construcción de sociedades justas, con respeto a la diversidad y a nuestra Madre Tierra, más humanas y humanizantes.

 

Las bondades, la entrega

El capitalismo cognitivo y tecnológico está tratando por todos los medios de apoderarse de los sistemas educativos en todo el mundo, con el hito de construir, a partir de esta prueba piloto, neosociedades y neoconvivencias, confinados en nuestras nuevas cárceles. Ante esto las grandes corporaciones y emporios digitales-virtuales como Google, Microsoft, Facebook, GSM, Weidong, Zoom, KPMG, Coursera, entre otros no menos importantes, dueñas de un cúmulo sobre contenidos escolares, técnicos educativos, base de datos, inteligencias Artificiales (IA), entre otras innovaciones, ofrecen de manera gratuita espacios educativos virtuales, sin embargo, a mi perspectiva, detrás de esas bondades se oculta las enormes informaciones de transferencia no solo de la base de datos de estudiantes y docentes, sino que también de todo el proceso educativo.

De lo anterior, en esta prueba piloto del capitalismo cognitivo y tecnológico, nosotres les docentes, no le daremos los contenidos a los emporios de innovaviones científicos-tecnológicos y  a sus IA, porque ellos son los dueños de estos, empero, les otorgaremos en cada clase virtual de manera gratuita e inocente, nuestras prácticas, nuestras formas de organizar el grupo, nuestras actividades, el tiempo, las maneras de convivencia y motivación hacia nuestres estudiantes, las formas de relacionarnos, es decir, les daremos toda nuestra subjetividad y nuestra esencia, esto les servirá con el fin de dar los últimos ajustes a las Inteligencias Artificiales para su perfeccionamiento, lo que provocará, en un tiempo no muy lejano, seamos reemplazades [3].

Sin duda, estas aseveraciones no van en contra del uso de las tecnologías en las escuelas, en las aulas y en la vida escolar, pues somos seres tecnológicos, en este sentido, Noah Harari (2014) menciona que “en comparación con otros animales, los humanos nacen prematuramente” (pág. 22) sin garras, grandes colmillos, sin olfato, oído y vista aguda, pero fuimos recompensado con el enorme cerebro, sus diversas funciones y capacidades que nos dotó la evolución. El mismo historiador da cuenta de sus hallazgos en donde se encontraron “utensilios líticos” hace aproximadamente 2.5 millones de años, mientras que hace 300,000 años, el hombre ya había “domesticado” (pág. 26) al fuego, hoy se viaja a la luna, se desarrolla la inteligencia artificial, entre otras innovaciones tecnológicas. Sin embargo, estas innovaciones tecnológicas deben estar bajo las cosmovisiones de la ética, estética y lo más humanamente posible con el fin de beneficiar a todas las poblaciones sin exclusión alguna.

Las sociedades exigen conectividad y dispositivos tecnológicos en todos los territorios, mientras que les docentes exigimos capacitaciones como mero “adiestramiento”, los gobiernos nos lo darán, será el as bajo la manga del sistema capitalista bajo la premisa «construir las necesidades, para luego poner las soluciones a disposición» con el hito de apoderarse de toda las infraestructuras construidas y otorgadas por los gobiernos corruptos, con el fin de llegar hasta lo más recóndito del planeta, no para cerrar las brechas, sino para alienar la mayor cantidad de subjetividades, apoderarse de los territorios, privatizar la educación y, obtener la mayor ganancia posible a costa de la explotación salvaje de nuestra madre tierra y de la vida de las personas, con estas exigencias, aceleraremos nuestras sentencias a una cadena perpetua en nuestras nuevas cárceles.

 

A modo de cierre

Por todo lo anterior, Freire (2006) asevera que “La realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera, ninguna realidad es dueña de sí misma, esta realidad está así porque de este modo sirve a determinados intereses del poder” (pág. 71), en este marco, el problema y uno de los grandes retos del magisterio en resistencia es la deconstrucción de nuestras concepciones que tenemos sobre la educación (presencial y virtual) y, de su peligrosa instrumentalización de la razón, esto debido a que docentes, estudiantes y familias estamos alienados a la espera de instrucciones para poder llevar a cabo las actividades escolares en este confinamiento, en donde, cerca de generar aprendizajes, dista mucho de ello y provoca una acumulación de información acrítica que evita el libre pensamiento.

En efecto, mientras no haya instructivos o manuales, les actores educativos nos mantenemos siempre como espectadores, a la espera que otres, desde otros contextos y realidades los construyan bajo sus particulares intereses, ente esto Freire (2005) menciona que “[…] el único modo correcto de pensar, desde el punto de vista de la dominación, es evitar que las masas piensen” (pág. 118), del mismo modo advierte que “el problema radica en que pensar auténticamente es peligroso” (pág. 54) peligroso en el sentido que, las masas, exigiremos dar cuenta de nuestras condiciones miserables en las que nos encontramos.

En este sentido, desde nuestras particularidades y contextos, el magisterio en resistencia tenemos que exigir-nos, con base en la relación dialéctica individual-colectivo y lo presencial-virtual, la construcción de alternativas educativas en las que luchemos juntes  y entre todes,  en palabras de Freire por “una educación que enseñe a pensar y no por una educación que enseñe a obedecer”.

Del mismo modo, el magisterio en resistencia debemos exigir a los gobiernos la construcción de plataformas educativas digitales-virtuales con la participación de nosotres les docentes, nuestres estudiantes y las familias, estas plataformas serían propias de la nación sin ofertarles nuestras subjetividades y base de datos a las grandes corporaciones antes mencionadas que acechan a nuestro sistema educativo nacional con miras a privatizarlo, sino que esta, sea de carácter nacional, pública, gratuita, inclusiva, de calidad y popular.

Una vez construidas, estas, nuestras plataformas, educarnos en ella desde la presencialidad no como meros centros de acopio, sino que nos problematice a nosotres docentes, a les estudiantes y familias, con el hito de construir unas educaciones y escuelas diferentes, unas educaciones y escuelas tecnológicamente humanas y humanizantes, unas educaciones y escuelas glocales.

Termino con algunas aseveraciones y exigencias de mi hijo al preguntarle del por qué le gusta ir a la escuela, su respuesta fue contundente “porque ahí hay niños y niñas y, porque me gusta jugar y aprender, correr, tocarlos y verlos”.

Palabras Claves: Educación, Neoconvivencia, Neocotidianidad, Con-vivir, Niñes, Socialización, Razón Instrumental, Alienación, Virtualización, Nuestras Plataformas, Inteligencias Artificiales, Capitalismo Cognitivo y Tecnológico, Pedagogías Críticas, Educaciones Populares.

Referencias

Bonilla-Molina, L. (2018). Mafaldas o Zombis. El complejo industrial cultural en el siglo XXI. Caracas: Ediciones OVE.

Foucault, M. (2008). Nacimiento de la biopolítica: curso en el Collage de Francia: 1978-1979. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI editores S.A. de C.V.

Freire, P. (2006). El grito manso. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI.

Harari, Y. N. (2014). De animales a dioses. Breve historia de la humanidad. Ciudad de México: DEBATE.

Vygotski, L. S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Crítica.

[1] https://www.youtube.com/watch?v=-HHITyfdscM

[2] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/343543

[3] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/344408

Fuente: El autor escribe para OVE

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¿Se deberá adaptar el modelo VARK a las clases en línea?

Por: Paulette Delgado

Según el modelo VARK, todo estudiante posee un estilo de aprendizaje propio. ¿Deben los docentes adaptar sus clases para complacer a todos?

Al igual que en un salón de clases tradicional, cada estudiante aprende de manera diferente en línea, por lo que ante la adopción generalizada de la enseñanza remota de emergencia, los educadores deben aprender a equilibrar las necesidades de aquellos estudiantes que prefieren estudiar solos a aquellos que extrañan la socialización en la escuela. Para esto, es importante que el maestro tome en cuenta los distintos estilos de aprendizaje ya que ayudará a los estudiantes a enfrentar los retos de aprender desde su casa.

El modelo VARK (Visual, Aural, Read/Write, Kinesthetic) estudia los cuatro sistemas representacionales básicos de la programación neurolingüística (PNL) que se pueden dividir en cuatro tipos de aprendizaje: Visual,  Auditivo, Lectura / escritura y Cinestésicos. Este modelo ha existido por años, pero no fue hasta 1987 que el maestro Neil Fleming desarrolló un cuestionario que ayudó a los educadores y alumnos a distinguir qué estilo de aprendizaje se ajusta mejor a ellos. Tanto la Universidad Estatal de Carolina del Norte como la organización VARK realizaron pruebas donde identificar qué tipo de estilo de aprendizaje tiene cada alumno.

Estilos de aprendizaje (según el modelo VARK): 

  1. Alumno visual: este alumno es aquel que aprende mejor cuando la información la pueden visualizar y recordarla así después. Son aquellos que prefieren las clases con apoyos visuales como flechas, puntos, videos o cualquier forma que demuestre jerarquía de información. Suelen aprender mejor cuando la presentación se les presenta en cuadros y diagramas en lugar de diapositivas secuenciales. La Universidad de Illinois Springfield (UIS) los describe como alumnos tranquilos que prefieren estudiar solos, por lo que adaptarse al entorno en línea no es difícil, más porque muchas clases tienen todo por escrito, con gráficos y resumido.

  2. Estudiantes auditivos: estos son los alumnos que aprenden mejor escuchando, por lo que muchas veces repiten la información en voz alta para recordarla. También son aquellos que prefieren no tomar nota para prestar más atención a lo que escuchan y concentrarse en eso. Según la UIS, se benefician de hablar con otros ya que escuchan al otro hablar del tema o ellos lo discuten en voz alta.

  3. Alumno de de lectura / escritura: son aquellos que aprenden mejor al leer y escribir, incluyendo leer la información de presentaciones, folletos o sintetizando el contenido, no solo leyendo libros, también son buenos realizando investigaciones en línea. Se acoplan fácilmente al modelo online ya que mucho material de un curso en línea está por escrito

  4. Alumno táctiles / cinestésicos: este tipo de alumno es aquel que prefiere la práctica o ejercicios ya que tienden a involucrar todos su sentidos al aprender. Son aquellos que prefieren las demostraciones o experiencias prácticas o de campo. En el caso de aprendizaje en línea, se benefician de gráficas tridimensionales o experimentos que pueden hacer desde su casa para después comentarlas en los foros virtuales y con sus compañeros.

Lo que Neil Fleming quería lograr al desarrollar esta teoría era un modelo que ayudara a los maestros a acoplar sus clases a distintas maneras de aprendizaje y así enseñar mejor y de manera un poco más personalizada a sus alumnos. Abby Knoll, estudiante de doctorado de la Universidad Central de Michigan, enfocada en estilos de aprendizaje dijo que: “A los maestros les gusta pensar que pueden llegar a todos los estudiantes, incluso a los estudiantes con dificultades, simplemente adaptando su instrucción para que coincida con el formato de aprendizaje preferido de cada estudiante”. Pero esta mentalidad puede resultar en una arma de doble filo ya que algunos alumnos lo han utilizado como excusa para justificar sus malas calificaciones y culpar a sus maestros de que no adaptarse a su manera de aprender.

¿Realmente funciona el modelo VARK?

Aunque la teoría de los estilos de aprendizaje es ampliamente conocida y estudiada, hay muchos que critican este enfoque de  aprendizaje. Un estudio publicado en Anatomical Sciences Education donde alumnos responden el cuestionario VARK,  descubrieron que a pesar de asignarles actividades personalizadas de acuerdo a su estilo de aprendizaje, estos no mejoraron sus resultados académicos. La autora del artículo, Polly R. Husmann, cree que los alumnos ya habían formado sus hábitos de estudio y por más interesados que estuvieran en su estilo de aprendizaje, les costaba mucho romper con sus costumbres.

«Creo que como un ejercicio puramente reflexivo, solo para hacerte pensar en tus hábitos de estudio, [VARK] podría tener un beneficio pero la forma en que hemos estado categorizando estos estilos de aprendizaje no parece sostenerse», señaló la Dra. Husmann. Otro estudio publicado en el British Journal of Psychology, descubrió que los alumnos simplemente preferían palabras o imágenes, pero que esto no significaba que facilitara el  aprendizaje. Esto confirma lo dicho por Husmann, respecto a que los estudiantes se centran en aprender según lo que ellos creen que es su estilo, no porque realmente les ayude a aprender mejor, lo que a la larga les puede perjudicar.

Estilos de aprendizaje vs. Habilidades

Por otro lado, un artículo del Journal of Educational Psychology no encontró relación entre las preferencias de aprendizaje y el desempeño académico. Los autores concluyeron que lo mejor sería que los maestros dejen de orientar sus lecciones según un estilo de aprendizaje particular y enfocarse en fortalecer todas las habilidades. Por ejemplo, dejar de enfocar las clases en alumnos auditivos y ayudarlos a fortalecer sus habilidades visuales.

Aún así, esto no significa que todos los alumnos sean buenos en todas las habilidades posibles. Según Daniel Willingham, psicólogo de la Universidad de Virginia, más que tener estilos de aprendizaje, la gente tiene habilidades diferentes, por eso algunos aprenden mejor leyendo y otros escuchando. También depende de lo que se quiera estudiar, por ejemplo, para aprender otro idioma no se puede visibilizar la pronunciación, se tiene que escuchar y repetirlo para perfeccionarlo.

A pesar de la controversia detrás del tema, tanto Willingham como Husmann concluyen que no es perjudicial creer en los estilos de aprendizaje. El primero dice que lo mejor es ver estos estilos como herramientas y pensar cuál es la que mejor ayuda a los alumnos a aprender, ya que todos pueden pensar en palabras o imágenes. Mientras que Husmann advierte que lo más importante es concentrarse en la lección, más que en cómo aprenderla; por ejemplo, si se aprende un idioma, concentrarse en lo auditivo más que en imágenes o gráficos.

Al final, cada persona tiene una forma distinta de recopilar, analizar y memorizar la información, el reto es saber cómo abordar las diferentes habilidades de los alumnos y adaptarlas al entorno en línea, para que el alumno siga aprendiendo de manera remota, eligiendo qué habilidad o herramienta les funciona mejor.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/adaptar-el-modelo-vark-a-las-clases-en-linea

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