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Los niños amados se convierten en adultos que saben amar

Por: Raquel Aldana

Nuestras primeras experiencias con el mundo marcan nuestro desarrollo emocional. En los niños se entreteje una red que conectará su mente y su cuerpo, lo que determinará en gran parte el desarrollo de la capacidad de sentir y de amar.

En este sentido, nuestro crecimiento emocional dependerá de nuestros primeros intercambios emocionales, los cuales no enseñarán qué ver y qué no ver en el mundo emocional y social en el que nos encontramos.

Así, el campo de nuestra infancia nos permite sembrar las semillas del amor de manera natural, lo que determinará que la capacidad de amar y ser amados crezca de manera saludable y nos ayude a desarrollarnos.

“Somos seres emocionales que aprendimos a pensar, no máquinas pensantes que aprendimos a sentir”

-Stanisla Bachrach-

El significado de la nostalgia

Si alimentamos a los niños de amor, los miedos morirán de hambre

Las muestras de cariño y afecto elevan la autoestima en los niños y les ayudan a construir una personalidad emocionalmente adaptada e inteligente. Es decir, nuestro amor les ayuda a manejar los miedos naturales que surgen en las diferentes edades, fomentando un grado de sensibilidad saludable.

Los niños tienen una confianza natural en sí mismos. De hecho, nos asombra que ante desventajas insuperables y fracasos repetidos no se rindan. O sea, que la persistencia, el optimismo, la automotivación y el entusiasmo amistoso son cualidades innatas.

En este sentido, es el mundo o, mejor dicho, los adultos, los que vamos mermando esa inteligencia emocional con la que todos nacemos.

Darnos cuenta de esto nos ayuda a ser conscientes del papel tan relevante que tiene amar a nuestros hijos y educarlos desde el respeto, la empatía, la expresión y la comprensión de sentimiento, el control del enfado, la capacidad de adaptación, la amabilidad y la independencia.

el mundo azul

¿Qué podemos hacer para criar niños felices y saludables?

El temperamento de un niño refleja un sistema de circuitos emocionales innatos específicos en el cerebro, un esquema de su expresión emocional presente y futura, y de su comportamiento. Estos pueden ser o no adecuadas, por lo que la educación debe convertirse en apoyo y guía para ellos.

Para lograr una salud emocional óptima, debemos cambiar la forma en la que se desarrolla su cerebro. La idea es que a través del amor y de la educación emocional fomentemos ciertas conexiones neuronales saludables en los niños.

O sea, todos los niños y todos los adultos parten de unas características determinadas que tienen que gestionar juntos para lograr su bienestar físico y emocional.

Por ejemplo, el hecho de que un niño sea tímido por naturaleza, suele provocar que los adultos que nos encontramos a su alrededor lo sobreprotejamos, haciendo que se vuelva ansioso y perturbable con el paso del tiempo.

En este sentido, con lo que hoy en día conocemos, la educación emocional requiere de cierto desaprendizaje adulto. Un niño tímido debe aprender a poner nombre a sus emociones y a enfrentar lo que le perturba, no debe sentir que le cortamos las alas porque es vulnerable.

Un adulto tiene que mostrarse empático sin reforzar sus llantos y sus preocupaciones, proponiéndole a su vez nuevos desafíos socio-emocionales que le permitan evolucionar. Es decir, hay que proteger su salud emocional a través del desarrollo de sus características naturales.

que te importe quien te aporte (2)

Las claves básicas de una educación emocional saludable

Algunas de las claves básicas de una educación emocional saludable son:

  • Los especialistas suelen recomendar ayudar a los niños a hablar de sus emociones como una manera de comprender a sí mismos y a los demás. Sin embargo, las palabras solo dan cuenta de una pequeña parte (un 10%) del verdadero significado que obtenemos a través de la comunicación emocional.

Por esta razón, no podemos quedarnos solo en la verbalización, sino que tenemos que enseñarles a comprender el significado de la postura, de las expresiones faciales, del tono de voz y de cualquier tipo de lenguaje corporal. Esto resultará mucho más efectivo y completo para su desarrollo.

  • Desde hace años se viene promocionando el desarrollo de la autoestima de un niño a través del elogio y los refuerzos constantes. Sin embargo, esto puede hacer mucho más daño que bien. Los elogios solo ayudarán a nuestros niños a sentirse bien consigo mismos si están relacionados con logros específicos y con el dominio de nuevas aptitudes.
  • El estrés es uno de los grandes enemigos de la niñez. Sin embargo, es un inconveniente con el que tienen que vivir, por lo que protegerlos en exceso es una de las peores cosas que podemos hacer. Ellos tienen que aprender a enfrentar estas dificultades naturales de tal forma que desarrollen nuevos caminos neurales que les permitan adaptarse al medio en el que viven.

No podemos tratar de criar a nuestros niños en un mundo Disney de inocencia e ingenuidad. El estrés y la inquietud forman parte del mundo real y de la experiencia humana tanto como el amor y el cuidado.

Si tratamos de eliminar estos obstáculos, impediremos que tengan la oportunidad de aprender y desarrollar capacidades realmente importantes que les ayuden a enfrentar desafíos y decepciones que son inevitables en la vida.

Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/los-ninos-amados-se-convierten-adultos-saben-amar/

 

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Escuelas refugio. En el mundo hay 35,4 millones de niños refugiados y su salvación está en la educación, pero las escuelas han sufrido más de 14.000 ataques

Redacción: Hispanidad

Son más de la mitad del total de población refugiada (70,8 millones de personas) y representan el colectivo más vulnerable.

El pasado 20 de junio se celebró el Día Mundial de las Personas Refugiadas, que ascienden a 70,8 millones en el mundo. Dentro de este colectivo, 35,4 millones son niños refugiados y para estos, de forma mucho más relevante que para el resto de menores que no han tenido que dejar su tierra ni su hogar, la educación es su futuro. El problema es que se han registrado más de 14.000 ataques a las escuelas en 34 países entre los años 2013 y 2017.

Incluso en contextos tan difíciles como los que supone refugiarse en otro país a causa de la guerra o la violencia, para los niños el hecho de ir al cole es una necesidad básica. La escuela es un lugar seguro, necesario, que ofrece protección y educación, que acoge y permite aprender, jugar, encontrar nuevos amigos y construir nuevos espacios seguros de paz y convivencia. Pero dado que también son objeto de ataques, la organización sin ánimo de lucro Entreculturas ha lanzado la campaña ‘Escuela Refugio’, con el fin de reivindicar que las escuelas sean espacios de paz y libres de violencia, para que se garantice el derecho a la educación en situaciones de conflicto y refugio.

La campaña ‘Escuela Refugio’ reivindica que las escuelas sean espacios de paz y libres de violencia, para que se garantice el derecho a la educación en situaciones de conflicto y refugio

“Si venís, los amigos seremos nosotros”; “Quiero contarte que me gusta mi colegio, aprendo mucho y puedo jugar con mis amigas” o “La escuela para mí es un lugar bonito” son algunos de los mensajes que niños refugiados de la escuela primaria del campo de refugiados de Kinama (Burundi) y alumnos del colegio Nuestra Señora de la Paloma de Madrid han escrito y dibujado sobre cómo les gustaría que fueran las escuelas del mundo. Esta ha sido una de las propuestas de la campaña ‘Escuela Refugio’.

Burundi y República Democrática del Congo son dos de los 34 países que sufren ataques a la educación. Sanganyi Namangala Tamy, refugiada congoleña en el campo de refugiados de Kinama (Burundi) y vicepresidenta del Comité de Refugiados, ha señalado que “hay menos lugares para estudiar durante la guerra”. “El 10 de octubre de 2008, en mi casa en Rutshuru, en el norte del Kivu (República Democrática del Congo), mataron a mi marido, a dos de mis ocho hijos y me violaron. Fui secuestrada por rebeldes que me llevaron al bosque donde pasé un mes sirviendo como ama de casa, sufrí violencia sexual y física. En tiempos de guerra todo es posible. El derecho de los niños a la educación se ve vulnerado, porque donde hay conflictos, las escuelas son tomadas por los atacantes como lugares de guerra, para almacenar sus armas o como bases militares; las puertas y escritorios son usados como calefacción; y los niños son reclutados como luchadores. La juventud es el futuro del mañana, pero sin una educación básica, es difícil tener un futuro”, ha explicado.

La juventud es el futuro del mañana, pero sin una educación básica, es difícil tener un futuro, destaca la refugiada congoleña Sanganyi Namangala Tamy

En el campo de personas refugiadas de Kinama (Burundi), Sanganyi colabora con el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) y con Entreculturas para sensibilizar a los jóvenes sobre la importancia de la educación, especialmente la de las niñas. François Xavier Nsababandi, director de Proyectos de Educación y Medios de Vida de Entreculturas y del SJR en Burundi ha afirmado que “el JRS interviene en cinco escuelas de campos de refugiados, que deben estar a salvo de los ataques. En países que viven guerras, vemos que las escuelas son destruidas, incluso los estudiantes son asesinados. Por todo ello, trabajamos en zonas de conflicto para acompañar, proteger y defender a los refugiados para garantizar su derecho a la educación. Las escuelas nunca deben ser objeto de ataque, sino lugares de paz, libres de violencia y un refugio seguro”.

Los niños y jóvenes que son víctimas de conflictos internacionales e internos no solo están aumentando, también son cada vez más prolongados y afectan a más personas. Desde hace 10 años, el número de desplazados forzosos no ha parado de crecer, hasta alcanzar los actuales 70’8 millones. Además, uno de cada cuatro niños sin escolarizar vive en un contexto afectado por crisis.

Entre los más de 14.000 ataques a la educación en 34 países, en al menos 18, estos se han dirigido contra niñas y mujeres. Y es que el camino a la escuela también supone un grave peligro para niñas y jóvenes, pues pueden ser sorprendidas, secuestradas y atacadas sexualmente. “En Entreculturas, con programas de cooperación al desarrollo y de ayuda humanitaria, trabajamos para proteger las escuelas y que estas estén libres de violencia. Lo hacemos en muchos países del mundo, como Sudán del Sur, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Burundi, Venezuela y Colombia”, ha comentado Pablo Funes, coordinador de Cooperación de Entreculturas. Entre los testimonios que reflejan que la educación salva vidas, ha referido el de la refugiada congoleña Sanganyi, que conoce de primera mano la importancia de que las escuelas sean refugio.

Por su parte, Irene Ortega, coordinadora de Ciudadanía de Entreculturas, ha señalado que la campaña ‘Escuela Refugio’ lanza una propuesta con dos palabras: ‘incide’ y ‘expresa’. “Para incidir, hacemos una serie de recomendaciones al Gobierno, entre ellas, que alinee sus políticas exteriores, de cooperación y ayuda humanitaria con la Declaración sobre Escuelas Seguras y las Directrices para su implementación, así como que diseñe, apoye e implemente políticas y programas encaminados a garantizar las escuelas como espacios seguros y de protección en contextos de emergencia”, ha explicado. Y para ello, “es imprescindible destinar el 0,7% de la Renta Nacional a Ayuda al Desarrollo y de esa cifra, un 10% a la Acción Humanitaria, de la que un 4% debe ser para educación en emergencias”. La elección de la palabra ‘expresa’ se debe a que “no solo las personas con responsabilidades políticas pueden hacer algo, de hecho, lo harán en la medida en que la ciudadanía se lo demande, por lo que esta ha de estar unida y expresarse como una verdadera sociedad global dada la interdependencia que hay entre las personas”.

La escuela es un día sin violencia, una oportunidad para elegir un futuro, un sueño por cumplir, dignidad y respeto, acogida y protección para millones de niños.

La escuela no es solo una escuela. En concreto, representa un día sin violencia, una oportunidad para elegir un futuro, un sueño por cumplir, dignidad y respeto, acogida y protección para millones de niños, especialmente los que viven en situación de refugio o de desplazamiento forzoso. Por todo esto, el mundo no se puede quedar sin hacer nada.

Fuente: https://www.hispanidad.com/publirreportaje/en-el-mundo-hay-35-4-millones-de-ninos-refugiados-y-la-educacion-es-su-futuro-pero-las-escuelas-han-sufrido-mas-de-14-000-ataques_12011089_102.html

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Las vidas de las niñas destrozadas por los ataques a escuelas en la República Democrática del Congo

Redacción: Allafrica

Las niñas sufrieron violencia sexual y otros abusos cuando grupos armados atacaron cientos de escuelas durante el conflicto de 2016-2017 en Kasai, según un informe de la Coalición Global para Proteger la Educación del Ataque.

Alumnas de la República Democrática del Congo fueron violadas, forzadas a contraer matrimonio y usadas como escudos humanos por milicias que creían que tenían «poderes mágicos» durante la violencia hace más de un año, dijo el lunes una investigación de un grupo de organizaciones benéficas.

La Coalición Global para Proteger la Educación del Ataque (GCPEA) dijo que su investigación sobre la violencia de un año en la región central de Kasai en el Congo, que terminó en gran parte en 2017, encontró que las estudiantes sufrieron múltiples abusos por parte de grupos armados.

Basado en entrevistas con más de 55 estudiantes y maestros, el informe documenta testimonios de sobrevivientes y testigos de cómo los milicianos atacaron cientos de escuelas, secuestrando a niñas para la esclavitud sexual, el matrimonio forzado y para servir como niños soldados.

«Las milicias creían en los poderes mágicos de las niñas y, a menudo, las usaban como la primera línea de defensa para sacudir sus faldas para alejar a los soldados con armas», dijo Diya Nijhowne, directora ejecutiva de GCPEA, en un comunicado.

Armado solo con una escoba o un utensilio de cocina, las niñas fueron colocadas en el frente, dijo el informe, ya que se creía que poseían poderes que detendrían las balas y protegerían a toda la unidad en combate. Muchos niños fueron asesinados de esta manera, agregó.

El conflicto en Kasai, que enfrentó al ejército congoleño y alió a la milicia Bana Mura en contra de la milicia Kamuina Nsapu, mató a hasta 5,000 personas y obligó a 1,5 millones de personas a abandonar sus hogares, según Naciones Unidas.

Los investigadores de derechos humanos de la ONU dijeron en un informe de junio que los rebeldes y las tropas del gobierno cometieron atrocidades como la violación masiva y el canibalismo en Kasai, y agregaron que había «un grave problema de impunidad».

En julio de 2017, un tribunal congoleño condenó a siete soldados por el asesinato de presuntos miembros de la milicia en Kasai después de que un video mostraba a soldados disparando a personas, algunas de ellas mujeres jóvenes, a quemarropa.

«Los líderes de la milicia nos dieron a las niñas una escoba, que se consideraba mágica. Me dieron un (utensilio de cocina) de madera que se suponía que era una pistola mágica», dijo Lucia N., una estudiante de secundaria en el territorio de Dibaya, según se cita en el informe.

«Después de eso, fui con ellos dondequiera que iban y participé en varias batallas. Luego me di cuenta de que no podríamos derrotar a los soldados con la magia. Nos estaban matando en gran número».

Los grupos de derechos humanos instaron a las autoridades congoleñas a investigar y procesar a los responsables de las atrocidades, y pidieron que se brindara apoyo a los sobrevivientes.

«Encuentro que los casos documentados en el informe de niñas violadas por milicianos, y las que se ponen indefensas en el frente, son absolutamente horripilantes», dijo Bede Sheppard, subdirectora de derechos de los niños de Human Rights Watch, miembro de la GCPEA.

«Los estudiantes que sufrieron estos terribles ataques merecen acceso a asistencia médica, psicológica y social, incluida la asistencia para continuar sus estudios».

Fuente: https://allafrica.com/stories/201905210014.html

 

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“La infancia está más expuesta que nunca, ha perdido mucha libertad”. Entrevista a Leticia Fernández- Fontecha

Entrevista/27 Junio 2019/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la Educación 

La infancia pocas veces ha sido objeto de estudio por parte de la historiografía. Leticia es de esas pocas investigadoras que le dedica sus esfuerzos. Gracias a ella se ha editado por primera vez en España el libro ¡Y todavía dibujan!, de 1938 y prologado por Aldous Huxley, parte del esfuerzo de guerra de la República.

Leticia Fernández-Fontecha está intentando (y consiguiendo) dar voz a los niños. Historiadora de la infancia e historiadora de la medicina especializada en el dolor en la infancia, esta madrileña, seguidora de la Escuela de los Annales se ha propuesto cumplir la labor que, explica, corresponde a los historiadores: “Rescatar del archivo las voces de los vencidos. Y la infancia es la gran vencida de la historia”. Durante una de sus investigaciones, Fernández-Fontecha localizó un libro editado en Nueva York, en 1938, compuesto de dibujos que realizaron los niños españoles durante la Guerra Civil en un programa del Gobierno de la República. Pero el texto, titulado ¡Y todavía dibujan!  prologado por el escritor británico Aldous Huxley, nunca vio la luz en España. Enseguida pensó que tenía importancia histórica y merecía ser rescatado. Con la ayuda de la editorial La Uña Rota y la colaboración del Ministerio de Educación, ya es una realidad.

Eres historiadora de la infancia. Háblame de esto.

La Historia de la Infancia es una corriente que no tiene una vida muy larga. Empieza en 1960 con la publicación de un libro de Philippe Ariès, El Niño y la Vida familiar en el antiguo régimen. La revolución viene de que ellos argumentan que la historia, hasta esa época, se ha escrito siempre desde el punto de vista de los vencedores y que hay que hacerlo desde el punto de vista de los vencidos. Y la infancia, dentro de lo que cabe, es la gran vencida de la historia, porque se la ha tratado muy tarde como tema de estudio y porque siempre hay un adulto que le pone voz. La función del historiador es rescatar del archivo las voces de los vencidos. Yo quería investigar el dolor en la infancia, porque me interesa mucho la historia del dolor y no se había investigado. A la hora de estudiarlo he usado tanto la historia de la medicina y de la ciencia como los estudios que existen sobre la infancia. Estos intentan entender que la infancia es una experiencia histórica por lo que, al cambiar de época, la definición de la infancia varía y la experiencia del niño tiene que cambiar conforme a esa evolución del concepto de lo que es un niño. Por lo general, es un concepto que viene marcado por el mundo de los adultos.

¿Cómo cambió la concepción del niño en esa época que has estudiado, la que va de finales del siglo XIX a mediados del siglo XX?

Es una época muy interesante. El estudio parte del texto que publica Darwin en 1870 sobre su hijo Willy. Es el primer texto científico que intenta abarcar la fisiología del niño como distinta de la adulta. El final del XIX es muy interesante para entender el dolor infantil y su evolución porque es cuando aparece una serie de disciplinas nuevas que se empiezan a diferenciar entre ellas como la psiquiatría, la psicología o la fisiología, que de repente se centran en el cuerpo del niño como distinto del adulto. Hasta finales del XIX el cuerpo del niño se estudia como igual al del adulto, pero entonces se vuelve un campo de estudio en sí mismo. Todas estas disciplinas generan una ciencia propia de la infancia y a la vez legitiman su existencia. Es la aparición de la Pediatría, por ejemplo, de los hospitales dedicados solo al estudio de las enfermedades infantiles. Otras disciplinas, como la Fisiología, van conceptualizando el sentir del niño. Empieza a finales del SXIX y abarca hasta finales de la II Guerra Mundial, cuando vuelve a cambiar la idea que se tiene de lo que es un niño porque cambian las condiciones históricas y empieza un periodo nuevo.

Y, aunque no le hayas dedicado quizá un estudio específico, supongo que desde finales de la guerra hasta ahora también ha habido alguna evolución. ¿Cuál ha sido?

El gran cambio que se produce en el XX es que el niño entra en lo que entendemos como el mercado. Se vuelve un sujeto que consume y empieza a tener más poder del que tenía anteriormente sobre el adulto. Hay un libro muy interesante de una socióloga que estudia este cambio, que dice que hasta principios del XX el niño aportaba un valor económico a la familia pero después, tras la II Guerra Mundial, se convierte un sujeto que tiene un valor emocional, un valor en sí mismo, y empieza a recibir un dinero por ello: aparece la paga, y empieza a consumir. Entonces, la sociedad se centra por primera vez en ese niño, que tiene un poder para consumir. Es un cambio bastante importante.

Este último cambio que comentas, ¿ha llegado de alguna manera al sector educativo?

Creo que se nota porque aparecen una serie de corrientes educativas nuevas que se centran en comunicarse con el niño entendiendo que tiene una vida propia más allá del marco del adulto. Esta idea de que tiene entidad es tanto positiva como negativa. Por un lado, tiene el poder de consumir y se vuelve un sujeto manipulable, pero también uno que puede manipular para conseguir lo que desea. A la vez, se le da mayor voz en la sociedad y en la cultura. Una cosa interesante de la historia del niño como sujeto histórico es que es un sujeto que no tiene voz cultural. Siempre es un adulto quien le da voz. Por eso se pensaba que la historia del niño es muy difícil de escribir, porque no ha dejado marcas en el archivo. Pero no es cierto. Las fuentes están siempre filtradas, sea escrita por un niño o por un adulto. Hasta hace poco se pensaba imposible rescatar las voces de los niños. Ahora se ha producido un cambio que intenta hacerlo y demostrar que la infancia tiene una presencia que va más allá de la idea que el adulto tiene de ella.

Te has anticipado a la pregunta que venía. ¿Qué fuentes se utiliza para estudiar a los niños?

Son muy variadas. No creo que el sujeto de estudio cambie las fuentes. A la hora de escribir la historia de los niños hay una gran variedad de fuentes, escritas o visuales. Hay textos escritos por niños, por ejemplo, cartas desde el hospital de niños que escriben a sus padres o fuentes visuales como fotos. La Historia se entiende a sí misma como una ciencia social objetiva y le ha dado más validez a la fuente escrita. Creo que es un error, porque responde a la idea de que algo escrito está menos mediado, es más directo, mientras que una imagen es más fácil que se vea sometida a alguna tergiversación. Pero realmente son igual de importantes. En el primer libro que se escribe sobre la historia de la infancia, el de Ariès, las fuentes que utiliza son básicamente pinturas. Para estudiar cómo ha cambiado la idea y la construcción de la infancia a lo largo del tiempo estudia cómo ha cambiado la representación del niño en las pinturas hechas por adultos. Él tiene una idea que luego ha sido muy criticada, que es la de que la infancia tal y como la entendemos (como una etapa diferente a la adulta) no aparece hasta el siglo XVI. La crítica viene de que hasta entonces, en la jerarquía de la pintura, los sujetos que se representan son religiosos o de clases altas y a los niños se les representa como el niño Jesús, que está antecediendo al adulto que va a morir en la cruz, o a niños de la monarquía o de las clases altas que están representados como pequeños adultos. Pero que esa sea la representación no significa que no se entendiera que la infancia era una etapa distinta a la de la vida adulta.

Hablemos del libro, ¡Y todavía pintan! ¿Cómo surgió originalmente?

Está basado en una edición de 1938 con el mismo nombre que se publicó en Nueva York para acompañar una exposición de dibujos de niños hechos durante la guerra. Se hizo para recaudar fondos para estos niños y para las colonias. El libro surge de la investigación que hice en la Universidad de Columbia, en la que iba a estudiar los dibujos y el contexto en el que se producen. Me interesaba mucho la psicología y la figura de Regina Lago, que dirige las colonias durante la guerra y analiza los dibujos una vez finalizada la guerra. Un poco antes de la investigación encontré este libro de 1938 perdido en el archivo y me pareció importante rescatarlo. Nunca se había publicado en España.

¿Cómo lo definirías?

Es un libro en el que los autores son los niños. Va acompañado de la introducción de Aldous Huxley y yo he escrito un prólogo dando contexto, para que el lector entienda dónde se enmarcan los dibujos. El original del 38 tiene 60 dibujos en cinco secciones. La primera es la representación de la guerra, la segunda los bombardeos. Hay una fascinación con el avión. La Guerra Civil es la primera en la que se ataca a civiles y se dan estos ataques desde el aire. La tercera sección es la representación de la huida; la cuarta, es la vida de los niños en las colonias escolares y la quinta es una sección de dibujos misceláneos, que creo que es importante porque, si bien todo el libro tiene un carácter político, muestra que a infancia dibuja cosas que van más allá de la guerra. Este proyecto lo organiza el Ministerio de Instrucción Pública al inicio de la Guerra Civil con una intención propagandística para conseguir fondos o aliados para la República. Pero tiene una segunda función terapéutica. El proyecto cayó en manos de la psicóloga Regina Lago (una figura muy interesante, olvidada, por cierto, como tantas otras personas en el exilio), quien se da cuenta de cómo esta empresa se puede utilizar para ayudar a los niños a superar el trauma de la guerra. Luego se exilia a México -pasando por París y haciendo una exposición con Picasso- y publica un artículo en el que analiza los dibujos desde el punto de vista de la psicología evolutiva. El libro contiene esas voces. El dibujo se acompaña del nombre del niño, a veces de la edad y de en qué colonia se ha hecho. El dibujo no es solo un símbolo de la resistencia infantil durante la guerra, sino que ves a la persona que había detrás.

¿Qué se desprende de los dibujos? ¿Entienden la guerra los niños?

Depende de la edad. También del género, según argumenta Regina Lago. Según la edad, los dibujos son más políticos: los niños más mayores se nota que tienen una posición política más marcada y hablan mucho del ataque que se está produciendo, de una idea de heroísmo, de victoria y de un deseo de ganar la guerra. Los dibujos de la evacuación muestran bastante dolor, muestran cómo han tenido que huir y abandonar a sus familias. Son dibujos más complicados a la hora de enfrentarse a ellos. Los de los aviones son llamativos-es lo que más interesa a Huxley en el texto- porque el avión se vuelve un objeto muy complejo. Por un lado es novedoso, casi parece un juguete, y por otro, es una máquina de destrucción, y esto en los dibujos queda muy claro. Luego hay dibujos muy interesantes que muestran al niño imaginándose fuera de ese contexto en el que vive: en el campo, dando de comer a los patos o acompañando a sus familiares al pozo… Así salen un poco de esas vivencias y dibujar cosas que van más allá de esa guerra atroz que están viviendo.

Comentabas antes que históricamente no se ha dado voz a los niños. ¿Ha cambiado esa mentalidad ahora? ¿Se ha mejorado algo?

Es una pregunta complicada. No creo que la historia sea una experiencia de progreso. No creo en la idea de progreso. Hay áreas que mejoran y eso hace que otras empeoren. En lo que tiene que ver con la infancia ha sucedido así: está más expuesta que nunca, ha perdido mucha libertad. El capítulo más importante del libro de Ariès es el de la aparición de la enseñanza y la institucionalización de los niños. La infancia está muy expuesta. En las redes, en los medios… Si bien es cierto que tienen más voz y hay más espacio para entenderlos como un sujeto con su propia voz y un deseo de definirse, creo que es un arma de doble filo. Ha habido mejoras, pero también ciertos retrocesos. Si piensas en la historia del dolor, ha habido una progresión. Aparece la anestesia, conseguimos eliminar el dolor, es una mejora. Pero esa mejora viene de la mano de la aparición del dolor crónico. Entonces, ¿qué es una mejora? Lo que encontré en mi tesis es que hasta finales del XIX en el mundo médico se creía que los niños eran más sensibles al dolor que los adultos. Pero a finales del XIX, por las teorías de Darwin, la idea de que la expresión va de la mano de la emoción o la experiencia, surge una corriente de pensamiento que dice que los niños no son capaces de percibir el dolor, lo que lleva a dejar de usar la anestesia sobre todo en niños recién nacidos, pero también mayores. Al final fue un retroceso. Es una cuestión compleja.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/06/21/la-infancia-esta-mas-expuesta-que-nunca-ha-perdido-mucha-libertad/

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Derecho a la educación en contextos migratorios: narrativa biográfica (2/3)

Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

El Plan Nacional de Desarrollo (2019) señala que en Estados Unidos viven poco más de 12 millones de migrantes mexicanos, la mitad de ellos indocumentados y hacia los cuales, en muchos de los casos, se observan prácticas infrahumanas en el mundo laboral e injusticia social y educativa. De acuerdo con Honneth (2007, 2010), el olvido y el menosprecio hacia la otredad o la diferencia genera un agravio moral en las sociedades del capitalismo moderno, particularmente en el terreno de la migración, que es tolerada y permitida entre los países centrales y periféricos.

La ilusión de la hospitalidad del cosmopolitismo kantiano se ve truncada por las migraciones masivas contemporáneas, las políticas migratorias y el retorno a los nacionalismos, a pesar de los acuerdos internacionales en materia de derechos humanos, que garantizan a los migrantes los derechos de todo ciudadano a recibir un trato digno y a trabajo sin abusos inhumanos, físicos y sexuales; el respeto a su libertad de creencias y costumbres; el acceso a la información de sus derechos, y a garantizar su derecho a los servicios educativos y sociales, entre otros, como lo señala la Convención Internacional sobre la protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (1990).

Como se mencionó en la primera parte de este texto (1/2), el acercamiento a la población migrante en la Ciudad de Nueva York, ciudad santuario de la población migrante a propósito de la problemática del derecho a la educación superior, abunda en el sentido de la investigación que se realiza en la Ibero, en la línea Derecho a la educación, política y justicia educativa  y en el compromiso ético y político acerca de ¿para quién investigar? Sin duda, los aportes de la teoría de reconocimiento de Axel Honneth permiten centrar la atención en dar voz de los sin voz y en estudiar los intersticios que se abren para generar procesos de exigibilidad y justiciabilidad en materia de derecho a la educación.

Angelo Cabrera arribó a los Estados Unidos con el sueño americano de mejorar sus condiciones de vida y de sus padres (que viven en México), y en su camino se fue configurando como sujeto de derecho, una vez que descubrió que los migrantes sí tienen derechos, a pesar de su experiencia de injustica en el mundo laboral. Como lo narra en sus propios términos:

Trabajé en varios lugares, en supermarkets, fruterías, trabajé… limpiando los cines. En sí, primero trabajé limpiando cines, porque era en la noche; entonces, no había ningún problema. Después trabajé en fruterías, trabajé en un supermercado, ahí sí creo que… ahí sí me tenían encerrado en el basement, no podía… Salir, le ayudo a concluir la idea, sin despojarme aún de la indignación de verlo en pleno Bronx, sustraído de su propia vida y en el fondo de un sótano.

Ajá, continúa, no podía estar afuera, en el día, entonces… Obviamente, para mí, era normal, ¿no? Pero cuando lo analizas, es como… es un abuso a tus derechos laborales, y fue de ahí que me salí y me fui a Manhattan a buscar trabajo.

Conforme avanza el relato, lo siento un poco más ligero, más confiado, agradecido.

Ya después… empecé a trabajar en restaurantes, en delis coreanos, fue ahí donde conocí a una muchacha de Sudcorea y ella me regaló $280 dólares para yo ir a hacer mi GED, que es la equivalencia al high school de acá, la cual no podía estudiar, o sea, no había terminado el bachillerato; entonces, aquí me puse a estudiar la revalidación del bachillerato, la Prepa Abierta, digamos, el programa se llama GED y… pues, al final, inicia este interés por ir a la escuela, después de que termino mi GED apliqué a la universidad… Era difícil porque, como indocumentado, pues no, casi no sabes de los posibles beneficios, casi no sabes si puedes entrar a estudiar o no, y pues todo fue como… ir aprendiendo en el camino, preguntando. Yo apliqué, llegué y dije “quiero estudiar” y me dijeron si tenía docu… que si tenía seguro social y dije que no, que yo quería estudiar, y fue entonces cuando… ingresé a la universidad y me dieron un número de identificación (que utilizó como su numero de seguro social)  y fue ahí que descubrí que un indocumentado podía estudiar.

Con un gesto de congratulaciones, me dispongo a ir mucho más allá pues, quién es este hombre y por dónde ha llegado hasta esta situación, todavía bastante comprometida en un país donde los derechos de las minorías importan tan poco, menos aún si son migrantes. ¿Y cómo es posible?, le pregunto, para provocarlo una vez más, mientras pienso en qué red salvadora tuvo que tenderse para ampararlo.

Ah, todo se dio así; entonces, empecé a decirle a la gente qué podía estudiar, podía ir a la universidad. Ayudaba a estudiantes, uno por uno; todavía no estaba la organización, y los ayudaba. Eventualmente, por ahí de 97 fue cuando conocí a Robert Smith (profesor de la Universidad de la Ciudad de Nueva York). Hubo un evento comunitario al que vino un senador o, qué sé yo, de México, y, pues, estaba ahí, en la conferencia, estaban hablando sobre las necesidades de la comunidad, pero al último, como que se desvió un poco la reunión y empezaron a hablar sobre la imagen de los mexicanos… me presenté como estudiante de la universidad. Les dije que no conocía a muchos estudiantes y que era importante seguir… promoverles los estudios y les dije que yo ayudaba a estudiantes así, individualmente, uno por uno, los ayudaba a que entraran a la universidad, pero que no conocía muchos, ¿no? Si acaso, había conocido uno ahí, en la universidad, y era ciudadano americano, pero que yo era indocumentado y que sí se podía estudiar, ¿no? Entonces, fue cuando ya se acercó el profesor Smith, Domínguez, que era de Mi Casa México; Pérez también se acercó, que él trabajaba ya para CUNY y el consulado, y todo como que se fue haciendo, ¿no? Pues, vamos a hacer talleres. Por ahí de 97 hicimos el primer taller universitario en el consulado de México y, este… incluso los… personal mismo del consulado me habían dicho… fuera del evento dicen, “no, ni saquen muchas sillas, no va a venir gente, la gente no quiere estudiar, no saquen sillas”. Y lo habíamos promovido como para estudiantes indocumentados, ¿no?, que podían ir a la universidad. Se anunció por los medios de comunicación, el periódico y, para nuestra sorpresa, había llegado muchísima gente, como más de 500 personas. Tuvieron que sacar los speakers a la calle. Las bocinas, afuera, porque había mucha gente. Conocí hasta gente que era de Polonia y estaba esperando, ahí… esperando por la noticia.

Mi mente se instala en algún lugar de Nueva York, reproduzco la escena de cientos de jóvenes de diversos orígenes convocados por la única idea de cumplir el legítimo sueño de acceder a la educación superior. Ah, también había muchachos de otras nacionalidades, le digo para inducir a la siguiente fase del relato.

Ajá, sí, porque era la primera vez que se hablaba abiertamente sobre que los indocumentados podían ir a la universidad. Entonces, ahí estaban todos, se les dio el taller y, pues, empieza una serie, ahí, de trabajo, porque era… por primera vez se veía el interés por la comunidad y la universidad. Entonces, empieza a trabajar en la creación de un grupo de apoyo en la universidad, un taskforce… Un grupo de trabajo que se encamina a lograr un objetivo definido, un bloque de acción, una marea humana que se dirige socavar la herrumbre de la discriminación, divaga mi mente, mientras dejo que continúe su relato.

Y empezamos a… no recuerdo quién estaba de cónsul, pero se empezó a trabajar dentro de la universidad, se empezó ya a crear una serie de ferias educativas para la comunidad mexicana, se empezó a promover en todos lados y, bueno, pues, todo dio resultado, ¿no? Y, eventualmente, también nos sucede el evento del In-State Tuition, que es el evento de las Torres Gemelas, se cambian diferentes políticas dentro de la universidad, y a los estudiantes se les obliga a pagar como “estudiantes fuera del estado…”.

La mención de las Torres gemelas me marca un nuevo alerta en la reconstrucción de la historia del joven líder. Un suceso que cimbró al mundo y dividió la historia de la humanidad en un antes y un después del 9/11, no pudo dejar intacto el orden de los acontecimientos que Angelo narra. Me dispongo a atrapar los distintos impactos que semejante hecho tuvo en la vida los jóvenes esperanzados en continuar con sus estudios en el país de destino. Estudiantes, ¿qué?, le cuestiono con asombro para que sea más preciso.

Fuera del estado. So, hay un programa; bueno, antes, existía una política interna, era lo que se le llamaba en In-State Tuition, pero ya en 2001, cuando fue lo de las Torres Gemelas, el abogado de la universidad mandó un aviso, cartas a estudiantes indocumentados, que porque la ley de mil novecientos noventa… 1996 Idle Law prohibía a las instituciones universitarias que recibían fondos de… de gobierno, proveer algún tipo de beneficio a personas que sean indocumentadas. Entonces… pues de ahí, como éramos estudiantes indocumentados, nos mandan a decir… Fue en Thanksgiving, después de Thanksgiving que nos mandaron las cartas, que tenían que pagar como estudiantes extranjeros o fuera del estado, o sea, era la colegiatura más alta, ¿no? En sí, tenían que pagar como estudiantes extranjeros. Pues, obviamente, para muchos de los estudiantes indocumentados, amigos míos, fue como un… sí, un shock, algo muy duro, heartbreaking, le llamamos acá, porque ellos tenían que pagar ya como, más, dos veces, tres veces más de lo que pagaban. Entonces, por alguna razón, pues, no sé, pasé desapercibido, nunca recibí esa carta.

Como oriunda de México, algunos sucesos inexplicables me resultan familiares. ¿Cómo fue que este joven pudo pasar desapercibido y continuar en el apoyo de otros? Pero como investigadora, me resistí a creer que “algo” hubiera ocultado el nombre de Angelo Cabrera de la lista de interpelados por la norma “Fuera del Estado”. Decidí ir más a fondo de este asunto. ¿Tú, seguías en la universidad?, inquirí mirándole a los ojos.

Yo seguía como si nada, pero, pues a todos mis amigos sí les mandaron la carta, y dijimos pues, hay que organizarnos como estudiantes, ¿no? Y fuimos con Domínguez de Mi Casa México, nos organizamos e iniciamos una serie de campañas para poder erradicar… bueno, para poder pasar una ley, una legislación, que les diera el beneficio a Nueva York, a los estudiantes indocumentados que estaban en universidades y pagar como residentes americanos, lo que le llamamos ahorita, es el In-State Tuition, o colegiatura del Estado. Entonces, a la misma vez, en Texas, también se iniciaba un movimiento; era como cuando estábamos en medio de protestas, Texas también, Texas, obviamente, en Texas hubo más apoyo rápido y se pasó allá y fueron los primeros. Después fue en Nueva York y después se adhirieron como 18 estados que pasaron este In-State Tuition y, pues, de esa forma, los estudiantes indocumentados podían asistir a las universidades y pagar como residentes ciudadanos americanos, digo, apenas hace como unos dos meses, New Jersey acaba de pasar esto.

Lo narrado por Angelo Cabrera en el fragmento anterior da cuenta de los procesos de exigibilidad por parte de los estudiantes que se organizaron para cambiar la política universitaria del pago de colegiatura como residentes de los estados de Nueva York, Texas y Nueva Jersey, entre otros. En términos de la investigación del derecho a la educación superior en contextos migratorios, esto nos invita a preguntarnos acerca de los procesos de constitución de los sujetos de derecho y de la construcción de agencia, lo que también abre el campo del derecho a la educación más allá de la educación obligatoria: la educación superior como derecho nos enfrenta y reta a dar cuenta del cumplimiento obligado del mismo.

Referencias

Honneth, A. (2007). Reificación. Un estudio en la teoría del reconocimiento. Buenos Aires: Kats editores.

Honneth, A. (2010). Reconocimiento y menosprecio. Sobre la fundamentación normativa de una teoría social. Buenos Aires: Kats editores.

Oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (1990). Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares. Adoptada por la Asamblea General en su resolución 45/158, de 18 de diciembre de 1990. Recuperado de https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/cmw.aspx

Presidencia de la República (2019). Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.  México: Gobierno de México. Recuperado de http://gaceta.diputados.gob.mx/PDF/64/2019/abr/20190430-XVIII-1.pdf

 

Fuente: http://www.educacionfutura.org/derecho-a-la-educacion-en-contextos-migratorios-narrativa-biografica-2-3/

 

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Los niños necesitan ser felices, no ser los mejores

Por culturainquieta.

 

Vivimos en una sociedad altamente competitiva en la que parece que nada es suficiente y tenemos la sensación de que si no nos ponemos las pilas, nos quedaremos rápidamente atrás, siendo barridos por los nuevos adelantos.

Por eso, no es extraño que en las últimas décadas muchos padres hayan asumido un modelo de educación sustentado en la hiperpaternidad. Se trata de padres que desean que sus hijos estén preparados para la vida, pero no en el sentido más amplio del término sino en el más restringido: quieren que sus hijos tengan los conocimientos y las habilidades necesarias para hacerse de una buena profesión, obtener un buen trabajo y ganar lo suficiente.

Estos padres se han planteado una meta: quieren que sus hijos sean los mejores. Para lograrlo, no dudan en apuntarles en disímiles actividades extraescolares, allanarles el camino hasta límites inverosímiles y, por supuesto, empujarles al éxito a cualquier costo. Y lo peor de todo es que creen que lo hacen «por su bien».

El principal problema de este modelo educativo es que añade una presión innecesaria sobre los pequeños, una presión que termina arrebatándoles su infancia y crea a adultos emocionalmente rotos.

Los peligros de empujar a los niños al éxito

Bajo presión, la mayoría de los niños son obedientes y pueden llegar a alcanzar los resultados que sus padres les piden pero, a la larga, de esta forma solo se consigue limitar su pensamiento autónomo y las habilidades que le pueden conducir al éxito real. Si no le damos espacio y libertad para encontrar su propio camino porque le colmamos de expectativas, el niño no podrá tomar sus propias decisiones, experimentar y desarrollar su identidad.

Por eso, pretender que los niños sean los mejores encierra graves peligros:

 

– Genera una presión innecesaria que les arrebata su infancia. La infancia es un periodo de aprendizaje, pero también de alegría y diversión. Los niños deben aprender de manera divertida, deben equivocarse, perder el tiempo, dejar volar su imaginación y pasar tiempo con otros niños. Esperar que los niños sean “los mejores” en determinado campo, poniendo sobre ellos expectativas demasiado elevadas, solo hará que sus frágiles rodillas se dobleguen ante el peso de una presión que no necesitan. Esta forma de educar termina arrebatándoles su infancia.

 

– Provoca una pérdida de la motivación intrínseca y el placer. Cuando los padres se centran más en los resultados que en el esfuerzo, el niño perderá la motivación intrínseca porque comprenderá que cuenta más el resultado que el camino que ha seguido. Por tanto, aumentan las probabilidades de que cometa fraude en el colegio, por ejemplo, ya que no es tan importante lo que aprenda como la nota que consiga. De la misma manera, al centrarse en los resultados, pierde el interés por el camino, y deja de disfrutarlo.

 

– Planta la semilla del miedo al fracaso. El miedo al fracaso es una de las sensaciones más limitantes que podemos experimentar. Y esta sensación está íntimamente vinculada con la concepción que tengamos sobre el éxito. Por tanto, empujar a los niños desde temprano al éxito a menudo solo sirve para plantar en ellos la semilla del miedo al fracaso. Como consecuencia, es probable que estos pequeños no se conviertan en adultos independientes y emprendedores, como quieren sus padres, sino que sean personas que apuesten por lo seguro y acepten la mediocridad solo porque tienen miedo a fracasar.

 

– Genera una pérdida de autoestima. Muchas de las personas más exitosas, profesionalmente hablando, no son seguras de sí. De hecho, muchas supermodelos, por ejemplo, han confesado que creen que son feas o están gordas, cuando en realidad son iconos de belleza. Esto sucede porque el nivel de perfeccionismo al que siempre han estado sometidas les hace creer que nunca será suficiente y que basta el más mínimo error para que los demás las desprecien. Los niños que crecen con esta idea se convierten en adultos inseguros, con una baja autoestima, que creen que no son lo suficientemente buenos como para ser amados. Como resultado, viven pendientes de las opiniones de los demás.

¿Qué debe saber realmente un niño?

 

Los niños no necesitan ser los mejores, solo necesitan ser felices. Por eso, solo debes cerciorarte de que tu hijo sepa:

– Que es amado, de forma incondicional y en todo momento, sin importar los errores que cometa.

– Que está a salvo, que le protegerás y apoyarás siempre que puedas.

– Que puede hacer el tonto, perder el tiempo fantaseando y jugar con sus amigos.

– Que puede elegir lo que más le gusta y dedicarse a esa pasión, sin importar de qué se trate. Que puede pasar su tiempo libre haciendo collares de flores o pintando gatos con seis patas si es lo que le apetece, en vez de practicar la fonética o el cálculo.

– Que es una persona especial y maravillosa, al igual que muchas otras personas en el mundo.

– Que merece respeto y que debe respetar los derechos de los demás.

ninos

 

También es fundamental que los padres sepan:

– Que cada niño aprende a su propio ritmo, y que no deben confundir la estimulación que desarrolla con la presión que agobia.

– Que el factor que más influye en el rendimiento académico infantil es que los padres les lean a sus hijos, que les dediquen un rato cada noche para cultivar juntos esa pasión por la lectura, no las escuelas carísimas o los juguetes hípertecnologicos.

– Que el niño que mejores calificaciones saca casi nunca es el pequeño más feliz porque la felicidad no se mide en esos términos.

– Que los niños no necesitan más juguetes sino una vida más sencilla y despreocupada, así como más tiempo con los padres.

– Que los niños merecen la libertad para explorar todo y decidir por ellos mismos que les gusta y les hace felices.

Fuente de la reseña  https://culturainquieta.com/es/inspiring/item/14033-los-ninos-necesitan-ser-felices-no-ser-los-mejores.html

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España: La pobreza en la infancia, un grave obstáculo para los niños recibir una buena educación

Fuente: Aleteia

Lo dice el alto comisionado de la lucha contra la pobreza infantil español, Pablo Mari-Klose

La pobreza en las familias representa para los niños un hándicap no solo para su salud física y mental, sino para su educación, para poder adquirir conocimientos en su etapa educativa. Hay una gran diferencia clara entre un niño de familia pobre y un niño de familia que no lo es. Así, la tasa de abandono escolar en España es del 30,2 por 100 en las rentas más bajas frente al 6 por 100 en las más altas. Además, los hogares con pobreza registran mayores índices de obesidad infantil.

Así lo expuso en una Jornada sobre “Las políticas de infancia y familia en el marco de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible)” organizado por la UIC (Universidad Internacional de Catalunya), el Alto Comisionado de la Lucha contra la Pobreza Infantil del gobierno socialista español, Pau Mari-Klose.

La pobreza crea condiciones de estrés familiar y presión medioambiental, son hogares tensionados, con tensiones intergeneracionales entre padres e hijos”, dijo el profesor Mari-Klose. Lo niños “pueden sufrir alteraciones biológicas” como efecto de los traumas que padecen en el periodo infantil, según diversos estudios de epigenética.

En este sentido, ha añadido que, en el caso de la primera infancia, cuando las estructuras cerebrales son “más plásticas”, el sistema endocrino y los nervios “trasladan a las células esas señales externas, alterando la transcripción del ADN e influyendo en la propensión a desarrollar determinadas enfermedades y rasgos de la personalidad”.

También se ha detectado en estudios con escáneres realizados en 2015, según Mari-Klose, un vínculo entre “el nivel socioeconómico y el desarrollo de determinadas áreas cerebrales asociadas con frecuencia a funciones ejecutivas y a las capacidades lingüísticas”. En su opinión, la probabilidad de que esto suceda está ligada a la privación material.

La obesidad o el sobrepeso es otra de las consecuencias de la pobreza infantil, según un estudio de Save the Children de 2016. Los niños, muchas veces a causa de la ausencia de sus padres, no tienen una dieta equilibrada en la alimentación, suelen comer solos sin control de nadie.

El ex alto Comisionado de Lucha contra la Pobreza Infantil del gobierno español también se ha referido a otros estudios que analizan las competencias cognitivas de los niños desde que tienen 22 meses. Según estos informes, se detectan “brechas cognitivas en edades muy tempranas, aunque son relativamente pequeñas”, y es cuando tienen 5 años cuando “las brechas son importantes”.

La escuela no corrige las desventajas cognitivas

Así, los niños de familias pobres tienen un déficit cognitivo que no es corregido en las escuelas, dijo el Alto Comisionado, y por ello es necesario “intervenir en las primeras etapas, en la escuela 0-3 años, para tratar de corregirlo”.

Según se desprende de los datos del Informe PISA 2015, la tasa de repetición de los niños con un índice socio-cultural más bajo es de un 53,6% frente a un 8,7% de aquellos con una renta más alta. Las diferencias también son muy grandes en lo que respecta a las tasas de abandono escolar temprano.

Para luchar contra la pobreza infantil y tratar de acabar con las desigualdades, Pau Mari-Klose, que es también diputado socialista, ha propuesto desarrollar políticas contra la privación material, vinculadas con la alimentación escolar, las becas o las prestaciones, así como políticas de prevención de la privación material, con refuerzo educativo, actividades de ocio o acciones contra la segregación escolar.

La maternidad

La jornada contó con la presencia de expertos en políticas de infancia y familia como Pablo García Ruiz, profesor del departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza o el sociólogo Pau Miret, investigador en el Centre d’Estudis Demogràfics de la Universitat Autònoma de Barcelona, quien ha destacado que las tasas de mortalidad y natalidad se han igualado en España, por lo que no hay un crecimiento demográfico, sino más bien un decrecimiento. Asimismo, ha recordado datos de la última encuesta de fecundidad de 2018, que indica que el 19 % de las mujeres de 40 a 49 años no ha tenido hijos ni tiene intención de tenerlos y que el 95% de las españolas menores de 25 años no ha tenido aún su primer hijo.

Según el sociólogo, lo más común en España es tener dos hijos. El 45 % de las mujeres mayores de 40 años tiene dos hijos frente al 25 % que tiene sólo uno. En contra de la creencia generalizada, son las mujeres con estudios superiores quienes tienen más hijos, según la última encuesta de fecundidad.

Fuente: https://es.aleteia.org/2019/05/24/la-pobreza-en-la-infancia-un-grave-obstaculo-para-los-ninos-recibir-una-buena-educacion/

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