México / 21 de julio de 2019 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias
Cuando una orquesta filarmónica no logra la sincronía ni la armonía en sus ejecuciones, se dice que el director genera un “desconcierto”. Las señales que nos envían los gobiernos, federal y de la CDMX, en materia de políticas de gobierno para las Instituciones de Educación Superior Públicas (IESP) son, por decir lo menos, desconcertantes. Las cuestiones del financiamiento, en particular, para el sostenimiento y operación de dichas instituciones, donde se lleva a cabo la formación de profesionistas y especialistas, constituyen un asunto de fuertes disputas. A ello hay que agregar, por si algo faltara, el conflicto generado por los vaivenes en las decisiones que toman los legisladores federales, en el proceso de diseño anual del Proyecto de Presupuesto de Egresos, en el cual se decide el destino de los recursos de las IESP. Cabe recordar, al respecto, que el grupo parlamentario de Morena y aliados políticos en la Cámara de Diputados, tienen la mayoría simple.
Señales encontradas…
Por una parte, el presidente López Obrador lanzó la iniciativa para crear la red de Universidades “Benito Juárez”, lo cual significa la apertura de 100 nuevas IESP en todo el territorio nacional, con carreras profesionales que atiendan a las diversas necesidades regionales y locales. ¿Por qué no se asignaron los recursos financieros destinados para esta red a las universidades públicas existentes?
Por otra parte, el gobierno de la CDMX inauguró, hace unas semanas, el Instituto de Estudios Superiores de la CDMX “Rosario Castellanos” (con una oferta de carreras en las modalidades presenciales, a distancia y compartidas con la UNAM y el IPN), fuera del circuito de las universidades creadas por el actual gobierno federal. ¿A qué se debe tal diferenciación? ¿No existe acaso un proyecto educativo nacional unificado y consistente? Mientras tanto, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) juega el rol de “aficionado en tribuna”: Sólo ve como pasan las bolas lanzadas, desde el montículo, por parte de los gobernantes.
En este marco de desconcierto, el presidente de la República hizo recientemente una declaración, vía Twitter, en la que señaló lo siguiente: “A principios de este año, de los 13 mil 711 aspirantes a ingresar a la Facultad de Medicina de la UNAM, solo fueron aceptados 217, el 2%. Esta fue la política de 36 años del periodo neoliberal, por eso nos faltan cerca de 200 mil médicos en el país; es uno de nuestros desafíos.” (1) Junto con ese texto, se insertó una imagen con algunas cifras: “Hay 270 mil 600 médicos generales; debemos de tener 393 mil 600. Nos hacen falta 123 mil… Hay 146 mil 300 médicos especialistas; debemos de tener 219 mil. Nos hacen falta 72 mil…”. ¿Cuál es el mensaje implícito que da el presidente de la República al difundir esos datos? ¿Qué aspiraciones tiene el país para cubrir las necesidades mencionadas (jóvenes profesionistas y especialistas en áreas específicas del conocimiento y del servicio público) ante unas políticas educativas marcadas por el desaliento en el ámbito presupuestal y por el desconcierto a nivel del diseño institucional?
En un texto publicado la semana pasada, Imanol Ordorika afirmó que… “Para tener un mejor referente del significado de las variaciones en el financiamiento federal a las IES, resulta conveniente comparar los datos correspondientes al gasto por alumno durante cada sexenio. De acuerdo con Mendoza Rojas el promedio, a pesos de 2019, fue de: 53.2 mil pesos en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari; 61.7 mil en el de Ernesto Zedillo; 67.2 en el de Vicente Fox; 69.5 mil en el de Felipe Calderón; 59.3 en el de Peña Nieto, y de 49.3 mil en el primer año de López Obrador. En lugar del incremento esperado, la caída entre estos últimos años fue superior a 20 por ciento… Hoy se requiere un fuerte compromiso financiero que permita consolidar logros, ampliar la oferta pública y hacerla gratuita. Implica el establecimiento de un fondo que aporte 17.5 MMP anuales para alcanzar la gratuidad y una cobertura de 50 por ciento, al final del sexenio. Esta cantidad es adicional a la obligatoria asignación de más de 150 MMP para subsidios ordinarios y otros extraordinarios, en 2020… Los gobiernos tradicionales exaltaban la importancia de la ciencia y la educación superior, sin reflejo en el presupuesto. El reto ahora es pasar del dicho repetido a la asignación de los recursos suficientes. Esta es una de nuestras expectativas de cambio.” (2)
Cabe recordar que el porcentaje de cobertura de la educación superior en México (jóvenes formalmente inscritos, entre los 18 y los 23 años de edad), fluctúa entre el 33 y el 35 por ciento sobre el universo de población en ese rango de edad. También es conveniente no olvidar que los problemas de financiamiento público hacia las IESP, no sólo afecta a los procesos de formación de jóvenes profesionistas y especialistas, sino que también trastoca los procesos sustantivos que se llevan a cabo ahí en los ámbitos de la investigación humanística, científica y tecnológica, así como en las funciones de difusión, extensión y divulgación de la cultura.
Frente a estos hechos, caracterizados por las señales de desconcierto debido al conjunto de las políticas gubernamentales, hoy, hacia las IESP ¿qué posición juegan y asumen el titular de la SEP, Esteban Moctezuma y el subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro? ¿Cuál es el proyecto concreto (en lo nacional y regional) para solucionar las graves carencias que encaran hoy en día las IESP existentes, sobre todo las Universidades Públicas estatales?
En la actual coyuntura sobre las políticas públicas hacia las IES, se observa que otros actores políticos y sociales han manifestado su desacuerdo con dichas políticas. Recientemente, por ejemplo, grupos significativos de académicos, especialistas y las mismas autoridades de IESP, (incluso en algunos momentos excepcionales hasta los dirigentes de la ANUIES) han expresado su preocupación por estas asincronías y desarmonías en la conducción de y el apoyo a la educación superior en el país.
Es cierto que el horno de la política nacional y las condiciones económicas de la nación, no están para bollos; sin embargo, las comunidades de las IESP esperarían que las políticas públicas en este terreno, cuenten con una dirección de orquesta más unificada y consistente. Junto con ello, no debe descartarse la necesidad de que todas las IESP estén sujetas a procesos de gestión transparente y de rendición de cuentas.
Ojalá que al igual que existe talento para golpear la pelota con el bat, se tenga la inspiración para dirigir la batuta.
Fuentes consultadas:
(1) https://twitter.com/lopezobrador_ (13 de julio, 2019)
(2) Imanol Ordorika. Educación superior: financiamiento 2020. La Jornada, 10 de julio, 2019. https://www.jornada.com.mx/2019/07/10/opinion/018a1pol# (Texto reproducido en Educación Futura, misma fecha).
(3) Javier Mendoza Rojas. Presupuesto de Educación Superior 2019. IISUE-UNAM. SES. Mar.,2019. https://www.ses.unam.mx/integrantes/uploadfile/jmendoza/Mendoza2019_PresentacionSES.pdf
Fuente del Artículo:
https://www.sdpnoticias.com/nacional/2019/07/14/desconcierto-para-la-educacion-superior-publica
ove/mahv