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Homicidios, corrupción y apropiación de tierras: violaciones de los derechos humanos de la población rohinyá en la actualidad

Han pasado tres años desde que alrededor de 740.000 personas de etnia rohinyá huyeron de la campaña de violencia selectiva de las fuerzas armadas myanmaras en el estado de Rajine para dirigirse a los campos de personas refugiadas en Bangladesh. Sin embargo, la población rohinyá que se quedó en Myanmar sigue enfrentándose a múltiples peligros en su vida, y las violaciones de derechos humanos no han cesado.

En enero, como parte de una causa abierta contra Myanmar por presunto genocidio, el máximo tribunal de las Naciones Unidas ordenó que el Estado myanmaro protegiera a los rohinyás. Aun así, igual que en 2017, Amnistía Internacional continúa recibiendo vídeos y fotografías de violaciones de derechos humanos en el estado de Rajine. En este blog explicamos cómo se ha verificado la localización de algunas de las imágenes de vídeo recibidas recientemente por Amnistía Internacional, y cómo revelan el alcance de los abusos que siguen cometiéndose actualmente contra la población rohinyá.

Crímenes contra la humanidad

En 2017, un equipo de investigación de Amnistía Internacional estaba trabajando sobre el terreno en Cox’s Bazar (Bangladesh), destino de muchas de las personas refugiadas rohinyás. Entrevistamos a personas en los campos, dejándoles espacio para contar su historia. También verificamos los vídeos que llevaban consigo en sus teléfonos móviles, utilizando imágenes de satélite para confirmar lo que nos contaban. Todo ello llevó a Amnistía a calificar la violencia sistemática de “crímenes contra la humanidad”. La Corte Penal Internacional puso en marcha una investigación, y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU estableció la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre Myanmar. El gobierno de Myanmar pasó a ser un paria en la escena internacional.

Desde entonces, la vigilancia todavía resulta más difícil. Uno de los motivos ha sido el prolongado bloqueo de Internet móvil, que ha durado más de 12 meses en muchos municipios del estado de Rajine, y continúa con unos servicios limitados de telefonía 2G. Donde hay conectividad actualmente, es lenta o ineficaz. No obstante, las imágenes de vídeo recibidas, verificadas y publicadas por Amnistía Internacional demuestran que la situación sobre el terreno sigue siendo grave en el norte del estado de Rajine. De hecho, la población rohinyá que no cruzó la frontera para huir a Bangladesh continúa en estado de sitio: asediada por el gobierno, que no ha desmantelado el régimen de segregación que rige todos los aspectos de su vida; asediada por el conflicto, ya que los enfrentamientos armados entre las fuerzas armadas de Myanmar y el Ejército de Arakan, grupo armado étnico de Rajine, continúan en forma de sangrientas batallas y la población civil —rohinyás y otras minorías diversas— está atrapada en el fuego cruzado; y asediada por la amenaza que representa la pandemia de COVID-19, en un estado donde ya soportan unos servicios médicos vergonzosamente desiguales e inadecuados. Además, Myanmar está haciendo modificaciones del paisaje en varias zonas del norte del estado de Rajine que dificultarán aún más el retorno al hogar de la población refugiada rohinyá.

Las pruebas que hemos publicado para conmemorar el tercer aniversario provienen de activistas del norte del estado de Rajine que corren riesgos a diario para grabar estos hechos. Los vídeos reflejan muertes de rohinyás, corrupción y nuevas estructuras administrativas extendiéndose por las tierras de esa comunidad. Este contenido, grabado en 2020, se entregó a Evidence Lab, del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía, y al equipo de investigación sobre Myanmar de Amnistía, que han trabajado juntos para verificarlo de manera independiente.

El proceso de verificación siempre es importante, ya que en Myanmar es habitual que circule contenido sobre casos anteriores con la pretensión de que corresponde a atrocidades recientes. Además, dado que gran parte del contenido ha sido grabado por personas que han corrido graves riesgos, es primordial preservar su seguridad. En muchos casos no podemos revelar el lugar ni el momento de las grabaciones. Sin embargo, en el caso de un vídeo grabado desde las inmediaciones del pueblo de Nan Yar Kone, en el distrito de Kun Taing, municipio de Buthidaung (estado de Rajine), sí podemos.

Pruebas en vídeo de apropiaciones de tierras

En el citado vídeo aparece una zona de obras. Activistas nos contaron que es la sede de una nueva escuela tecnológica pública en terrenos que pertenecen a la comunidad rohinyá. Pero, desde la distancia, ¿cómo confirmamos que este vídeo realmente se grabó cerca del pueblo de Nan Yar Kone y que es reciente?

El primer paso de este proceso es averiguar si el pueblo existe realmente y, si es así, determinar sus coordenadas geográficas. La Unidad de Gestión de la Información sobre Myanmar ha creado una base de datos con los nombres y localizaciones de muchos pueblos y municipios.

Descargado como hoja de cálculo, el archivo es grande y difícil de manejar pero, si se dedica un tiempo a estudiarlo, buscar las coordenadas de pueblos myanmaros nombrados es relativamente sencillo. Averiguamos que existe el pueblo de Nan Yar Kone, en el distrito (subdivisión de los municipios rurales de Myanmar) de Kun Taing, municipio de Buthidaung. El nombre al menos coincide con el que nos dijeron nuestras fuentes. Las coordenadas de Nan Yar Kone son: 20.875150, 92.5463027.

Google Earth Pro

Sin embargo, no basta con encontrar el nombre del pueblo y sus coordenadas geográficas para confirmar la localización del vídeo. Introduciendo las coordenadas en Google Earth Pro pudimos acceder a imágenes satelitales del pueblo y examinarlas. Justo al este del pueblo vimos lo que parecía una zona de obras.

Pero, ¿era reciente? Para averiguarlo utilizamos la función de imágenes históricas de Google Earth Pro. Examinando las imágenes históricas observamos que las obras ya estaban en marcha en septiembre de 2019 y que el terreno era un solar en 2017. Sin embargo no había imágenes disponibles de 2017 a 2019, por lo que no podíamos saber la fecha exacta del inicio de la construcción. Enseguida volveremos sobre eso…

¿Coinciden los edificios?

El siguiente paso era confirmar que los edificios coinciden. En el vídeo —que, según nos dijeron, se grabó en enero de 2020— pueden verse tres estructuras principales. Todos se corresponden con las imágenes de satélite.

Si se observa atentamente el edificio situado en el extremo izquierdo, se ve un tejado azul que aparece en las imágenes satelitales de marzo de 2020 pero no en las de noviembre de 2019. Las imágenes de satélite establecen el marco temporal en que se grabó el vídeo, que confirma lo que nos contaron.

¿Cuándo comenzó la construcción?

Como ya se ha dicho, las imágenes históricas sólo nos permitían remontarnos hasta septiembre de 2019, cuando las obras ya estaban en marcha. Entonces, ¿cómo podemos saber cuándo comenzó realmente la construcción? En Evidence Lab, del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía, aprovechamos nuestra asociación con Planet Labs para utilizar imágenes de inferior resolución y descubrimos que la construcción empezó entre el 28 de marzo y el 3 de abril de 2019.

Más pruebas

El siguiente paso es descubrir más información que esté públicamente disponible. Mediante una serie de sencillas búsquedas en Google utilizando palabras clave surgió una historia publicada en el sitio web The Stateless en febrero de 2019, según la cual en Nan Yar Kone se habían usurpado más de nueve hectáreas de terreno para construir una “escuela secundaria pública de tecnología”. En primer lugar, como con todas las fuentes, abordamos la información desde el prisma de la verificación. En este artículo destaca un dato: una apropiación de más de nueve hectáreas de terreno para construir la escuela.

En Google Earth Pro es posible delimitar la zona de obras. Usando la herramienta de medición de Google Earth Pro podemos medir el área. Con la herramienta Polígono se puede medir el vallado perimetral de las obras, y el resultado, prácticamente idéntico al dato publicado en el artículo, son nueve hectáreas.

Consideraciones éticas

En este vídeo describimos varias de las violaciones de derechos humanos que sigue sufriendo la población rohinyá en el estado de Rajine. Muchos de los vídeos que recibimos, que suman casi dos horas de contenido, muestran los momentos inmediatamente posteriores a explosiones de proyectiles de artillería o minas terrestres, a incendios provocados en pueblos, a desplazamientos y a extorsiones.

Seleccionamos cuidadosamente imágenes que contaran la historia de lo que está pasando actualmente en el norte del estado de Rajine —sin revelar identidades ni poner en grave peligro a quienes sufren estas situaciones— pero también tuvimos muy en cuenta que la gente necesita que el mundo conozca sus historias. Aunque la tragedia de los rohinyás en Myanmar ocupó titulares hace tres años, hoy está lejos de salir en las portadas. Contar estas historias durante un bloqueo de Internet móvil, cuando la gente corre riesgos para obtener vídeos y fotos que demuestren los abusos, es difícil. Se lo debemos a personas valientes que asumen tales riesgos para compartir sus historias. Garantizar la verificación exhaustiva en todo el proceso es fundamental para transmitir correctamente estas historias.

Con los problemas generales de acceso a que tienen los observadores independientes en el estado de Rajine, agravados por las restricciones del gobierno myanmaro y la pandemia de COVID-19, las grabaciones de vídeo, imágenes satelitales y otros datos para monitorear los acontecimientos son herramientas que aumentan nuestra capacidad de recopilar pruebas y exigir responsabilidades a las autoridades de Myanmar.

La población rohinyá no puede seguir esperando justicia, y la comunidad internacional de derechos humanos no puede dar la espalda a su terrible situación.

Fuente: https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/violaciones-de-los-derechos-humanos-de-la-poblacion-rohinya-en-la-actualidad/

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Morir de Covid-19 en los pueblos indígenas de México y no contar ni en las estadísticas

Por: Tlachinollan

Nadie tiene un conteo de los contagios y muertes por Covid en las comunidades de la Montaña. El gobierno estatal se basa en el registro que llevan los hospitales para dar las “cifras oficiales”. En las comunidades indígenas las personas pueden morir de Covid-19 y no ser parte de la estadística, los decesos que deja la pandemia no existe forma de saber si son por coronavirus, ni siquiera hay pruebas para el diagnóstico.

Desde que empezó la pandemia en el país, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan ha documentado un alza en la población que viaja a los campos agrícolas en autobuses en mal estado, sin seguro de viajero y llevando a los niños en los pasillos o en las piernas la mayoría de veces.

“Tan solo del mes de abril a julio se tiene el registro de 4 mil 800 personas que migraron, un 150% más que el año pasado. En las comunidades los precios de los productos han subido, no hay empleo y prefieren arriesgarse e irse a trabajar que morir de hambre en su comunidad”, dice el director de Tlachinollan, Abel Barrera Hernandez.

Gerardo tiene 21 años, es Na savi (gente de la lluvia), de la colonia de Rancho de los Hilarios, anexo de Calpanapa, municipio de Cochoapa el Grande, enclavada en la región de la Montaña del estado de Guerrero. Estudió hasta el 4to. año de primaria y él, como la mayoría de las y los habitantes de su comunidad, no tienen otra opción más que migrar a los campos agrícolas del norte del país.

A la edad de 10 años empezó a ir con  su papá a los campos, como a los 16 años inició su trabajo. “De niño no hay nada que hacer, nada más jugar con los otros niños. En los campos empezamos a sembrar chiles y cuando están buenos los cortamos. Aquí en la comunidad se siembra maíz, calabaza, frijol, no hay otra cosa que funcione porque es cerro, aquí pura milpa”.

Victoria es la esposa de Gerardo. Tiene 16 años, es de la comunidad de Calpanapa y solo habla Tuú Savi. Se juntó cuando tenía 15 años. Se le ve un silencio profundo en el rostro.

“Cuando nació pensé que iba a crecer, que iba a salir bien todo, pero a los tres o cuatro días empezó a estar mal y comencé a preocuparme. Nació el 8 de mayo de este año, en Rancho de los Hilarios, ahí estuvimos como un mes y luego nos fuimos a trabajar”, cuenta Gerardo.

“La niña cuando nació no podía respirar ni alimentarse bien, estuvo así como un mes y  días.  Llegamos allá a inicios de junio y al primer hospital que la llevamos, ya llegó mal, no podía respirar y la entubaron, después la mandaron al Centenario Hospital Miguel Hidalgo en Aguascalientes, ahí estuvo como dos meses y me dijeron que su corazón ya no aguantaba.

“Yo pensé que tenía mucha flema o algo así, pero no, era otra cosa. A lo mejor así nació. Lo primero que me dijeron en el hospital es que era covid-19, pero luego dijeron que no y que su garganta era pequeña y que al respirar se tapaba; no podía comer leche y la operaron para meter una sonda, eso fue un viernes. El miércoles falleció. De ahí venimos para acá”.

Acompañados por sus padres y en medio de la lluvia, tuvieron que dar sepultura a su hija como a media noche porque no hubo rezos, ni el sacerdote ni el rezandero quisieron acudir porque la niña no fue bautizada.

Gerardo y Victoria sólo regresaron a la Montaña para enterrar a su pequeña hija, la trasladaron en una carroza desde Aguascalientes, les cobró 23 mil pesos, de los cuales deben más de la mitad, por ello regresarán en unos días a esos mismos campos para volver a trabajar y pagar su deuda.

“Podemos tardar un poco para regresar porque tengo que hacer unas cartas, así me dijo la funeraria, que tengo que ir y llevar un papel, pero no sé qué, no me acuerdo para qué me dijo que era ese papel, pero tenemos que entregarlo para que salga bien, para que me den un acta de nacimiento, algo así. Me siento mal, no puedo ni pensar en nada. No estaba registrada, pero se llama Alexa Fernanda”.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/reportaje-morir-de-covid-19-en-los-pueblos-indigenas-de-mexico-y-no-contar-ni-en-las-estadisticas/

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Asilo y migración en la UE: cifras, hechos y el gran negocio del control migratorio en la Frontera Sur

FRONTEX y el registro de “cruces ilegales”

El último estudio del Parlamento Europeo sobre la migración recoge los datos que la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (FRONTEX) recopila sobre “los cruces ilegales de las fronteras exteriores de la UE registrados por las autoridades nacionales”.

Los datos del FRONTEX señalan que “en 2015 y 2016, se detectaron más de 2,3 millones de cruces ilegales. En 2019, el número total de cruces fronterizos ilegales en la UE se redujo a 141.846, su nivel más bajo desde 2013 y un 5% menos que en 2018″.

En el mismo informe advierten que una persona puede pasar por una frontera más de una vez, por lo que “el número de personas que vienen a Europa es en realidad menor“, aunque afirman que “en cualquier caso, los estados miembros han estado bajo una enorme presión”.

La tumba del Mediterráneo

Según el Parlamento Europeo “durante la primera mitad de 2020, un total de 23.288 personas arriesgaron sus vidas intentando llegar a Europa por mar, y se teme que alrededor de 248 personas pueden haberse ahogado en este intento”.

Las llegadas de personas migrantes al Estado español han descendido durante este 2020 casi un 40%. 11.460 personas han llegado a España en los siete primeros meses de este año, mientras que en el mismo periodo de 2019 lo hicieron 18.515, esto supone una caída del 38%.

Los datos que aporta FRONTEX recogen que casi 30.000 personas llegaron a Europa por vía marítima en 2019, frente al más de un millón en 2015. Además, reconoce que “sin embargo, la travesía por el Mediterráneo siguió siendo mortal, con 1.319 muertos o desaparecidos en 2018, frente a 2.277 el año precedente”.

“El régimen migratorio europeo deja un saldo récord de víctimas en las rutas hacia Europa, especialmente en el Mediterráneo” denuncian en su investigación porCausa. “Los dos grandes beneficiarios de este modelo son los grupos criminales de tráfico de migrantes y la Industria del Control Migratorio. Entre perdedores y vencedores, aflora una contradicción: el 13% de los trabajadores esenciales en Europa con un papel clave durante la crisis de la covid-19 son migrantes extracomunitarios, según los datos más recientes de la Comisión Europea” aseguran.

Montse Sánchez, de Caminando Fronteras, denunciaba a El Foro de Ceuta que “en las políticas de control migratorio prima la ley de extranjería y no el rescate. Ha cambiado el sistema de rescate de Salvamento Marítimo, ahora depende un mando único de la Guardia Civil que se coordina con Marruecos y hay un apagón informativo respecto a este ente. Esta serie de cambios provocan más muertes. Está llegando menos gente pero se siguen produciendo muchas muertes”.

En el último informe de la APDHA se recoge que hay un incremento en términos relativos de las personas que han fallecido intentando alcanzar España. En total, 34 personas más han muerto este año respecto a las que hubieran correspondido por volumen de llegadas de 2018″.

Cooperación con Marruecos y reactivación de la ruta de Canarias

El control del Mediterráneo y la “colaboración” con Marruecos -con el ingreso de 140 millones de euros- ha hecho posible que el reino alautia fabrique un muro anti-inmigrantes muy cerca del vallado español -finalizado antes de que España comenzase a retirar sus concertinas- y que despliegue al ejército e intensifique los controles en los bosques colindantes y las redadas violentas para trasladar a los migrantes subsaharianos hacia el sur para ser abandonados en medio del desierto.

Esta “cooperación” ha hecho que se reactive la ruta de Canarias, una ruta mucho más peligrosa y mortífera, que en los últimos días ha dejado tras de sí, dos naufragios con al menos 50 personas muertas y otras tantas desaparecidas.

El negocio del control migratorio

La Unión Europea asegura haber aumentado significativamente su financiación para las políticas de migración, asilo e integración a raíz del incremento de la afluencia de solicitantes de asilo en 2015. En las próximas negociaciones sobre el presupuesto de la UE posterior a 2020, el Parlamento solicitará financiación adicional para la migración.

Según el informe de la fundación porCausa, la UE destinará a control migratorio y de fronteras 30.829 millones entre 2021 y 2027, según su nuevo marco presupuestario. En ese periodo, la UE también consagrará 24.322 millones de financiación pública para defensa y seguridad.

“La Industria del Control Migratorio es uno de los negocios con mejor perspectiva de futuro en el territorio europeo. En la última década, una amplia red de políticos y empresarios, principalmente del sector armamentístico y la construcción, han logrado consolidar un nuevo mercado en torno a la securitización de las migraciones y la militarización de las fronteras” apunta la investigación de porCausa.

Imagen de la valla de la frontera de Serbia con Hungría / Antonio Sempere

PorCausa asegura que “los capos del negocio migratorio dejan cierto espacio a organizaciones sin ánimo de lucro, que cumplen la tarea secundaria de asistir a los migrantes, y estos aprovechan su influencia mediática y política para situar las migraciones como un problema de seguridad. La reconstrucción postcoronavirus obligará a muchos Estados a ajustar sus presupuestos, pero la industria del control migratorio no atisba nubarrones en el horizonte: la incertidumbre, el miedo y la inestabilidad social son bazas favorables para su negocio”.

El negocio de las mafias

PorCausa señala además, que “esta política de contención migratoria y blindaje fronterizo también enriquece el negocio de los grupos criminales de tráfico de migrantes y redes de trata, dentro (movimientos secundarios) y fuera de nuestras fronteras. Sus ganancias aumentan cuanto mayor es el riesgo que asumen las víctimas. Incluso en tiempos de COVID19 y de cierres y restricciones fronterizas, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el nuevo escenario producirá un aumento del tráfico de migrantes que además huirán de la devastadora crisis económica y de empleo que se avecina”.

Según los últimos datos de Naciones Unidas, aportados en el informe de PorCausa, “cada año las mafias del tráfico de personas generan unos 400 millones de euros de beneficio tan solo en el Mediterráneo y 4.000 millones de euros a nivel europeo, una cifra similar al gasto de toda la UE en ayuda humanitaria”.

¿Qué piensan los europeos?

“La migración ha sido una prioridad de la UE durante años” aseguran desde el Parlamento Europeo. “Se han adoptado varias medidas para gestionar la crisis, así como para mejorar el sistema de asilo” afirman desde la institución.

Según el sondeo del Eurobarómetro de mayo de 2018, el 72% de los europeos quieren que la UE intervenga más en la gestión migratoria. La misma encuesta realizada en junio de 2019, refiere que “la inmigración fue el quinto tema que más influyó en las decisiones de voto de los ciudadanos que participaron en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mayo, aunque el Eurobarómetro más reciente, de 2019, registró una caída de su importancia. El 34% de los europeos votó con la mirada puesta en la inmigración. Los otros asuntos que más tuvieron en cuenta fueron la economía, el cambio climático, los derechos humanos, la democracia y el futuro de Europa”.

Frontera Sur: laboratorio de proyectos antimigratorios

“España es uno de los principales mercados de esta industria, que ha convertido la frontera sur española en un laboratorio para ensayar proyectos antimigratorios que después son exportados a otros países de la región. Empezando por el uso de la ayuda al desarrollo como mecanismo de presión, un modelo que el conjunto de la UE replicó después durante la crisis de acogida de 2014. Las concertinas (cuchillas de acero) de las vallas de Ceuta y Melilla subvencionadas con fondos europeos y fabricadas por una empresa malagueña, ya coronan las vallas de varios países de los Balcanes y del norte de Europa” aseguran en su informe.

En su investigación también señalan al “éxito de los drones desplegados en el litoral atlántico español y el estrecho de Gibraltar, que ya inspira nuevos proyectos en el Mediterráneo”. Y denuncian la opacidad del Gobierno de España en lo que se refiere a los CATE, “cárceles ‘express’ para migrantes, repartidas por el sur de España y cofinanciadas por Europa y España”.

Sin embargo, “el crecimiento de la Industria no logra frenar el flujo de personas que migran: sube el número de muertos en el Mediterráneo, crece la letalidad de otras rutas migratorias y aumenta la población migrante encarcelada”.

Migrante subsahariano tras su rescate en aguas del Estrecho / Antonio Sempere

La ‘España fortaleza’

Pese a que el 77% de los migrantes irregulares que hay en España proceden de América Latina, el Gobierno central focaliza el gasto antimigratorio en la frontera sur, “la mayor parte de los 1.677 contratos públicos analizados tienen por objeto reforzar el perímetro fronterizo de España (551,3 millones de euros, el 83,5% del gasto total), especialmente en la zona del Estrecho” denuncian desde la Fundación en otro artículo publicado en el diario Público.

Según los investigadores de PorCausa, “este dato revela un patrón consolidado en el negocio antimigratorio: cada año que pasa, la política antimigratoria de España y la UE refuerza el enfoque militar y securitario, centrado en impedir la migración, en detrimento de medidas que buscan gestionarla y abrir vías seguras”.

“El despliegue y mantenimiento de barcos de vigilancia marítima y salvamento, radaresavionesdrones y modernos sistemas de reconocimiento de personas representó el 83,5% de todo el dinero que el Gobierno puso en manos de las empresas que se lucran en el negocio antimigratorio. Si se suman los gastos derivados de detener y encarcelar a los migrantes en los CIE y la reesidencia “temporal” en los CETI para después expulsarlos en deportaciones forzosas, el porcentaje aumenta al 98,3%” advierten en su publicación PorCausa y Público.

Las vallas que separan Melilla y Ceuta de Marruecos, suponen otros de los fuertes del control migratorio al que más fondos se destinan: en el año 2006, que se colocaron las concertinas, se realizó un gasto de unos 20 millones de euros, “entre 2006 y 2013, este y otros gastos de la valla sumaron un desembolso de más de 47 millones de euros del erario público” exponen en su investigación. “Buena parte de ese dinero lo ingresó Mora Salazar, la empresa malagueña que fabrica estas cuchillas y que pasó de ser una desconocida a firmar contratos con más de 20 países, principalmente de la Unión Europea. También grandes empresas del Ibex, como Indra, Dragados y Ferrovial”.

Pero el negocio no acaba ahí, según la investigación de la fundación, “al menos 45 altos cargos que estuvieron en el Gobierno en ese periodo fueron contratados después por empresas armamentísticas y de seguridad de la Industria del Control Migratorio”.

La retirada de las concertinas de las vallas de Ceuta y Melilla, para la implementación de “medios menos cruentos y más eficaces” ha supuesto un nuevo desembolso. La empresa adjudicataria fue Tragsa y el ministerio de Grande-Marlaska destinaba al proyecto de las concertinas un total de 18 millones de euros. El paquete completo, de 32 millones, incluía otros “sistemas de protección fronteriza” que afectan a los controles del Tarajal. Entre estas medidas de “modernización” de la Frontera se encuentran el circuito de control televisión o la instalación de la “frontera inteligente“.

Fundación porCausa ha podido constatar que “desde 2014 hasta 2019 se han adjudicado 188 contratos con un valor total de 71,2 millones —sin contar los 32 millones antes mencionados— para el mantenimiento, control y vigilancia de los perímetros fronterizos terrestres en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, cuyo fin es impedir el paso de migrantes irregulares”.

  • En esta galería se puede ver todo el proceso de construcción del vallado marroquí con una triple sirga tridimensional de concertina, así como la retirada de las concertinas del vallado español y la sustitución por “elementos menos lesivos”
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Fuente: https://elforodeceuta.es/asilo-migracion-ue-cifras-hechos-gran-negocio-control-migratorio-frontera-sur/

¿Y los solicitantes de asilo y refugiados?

Los solicitantes de asilo son personas que presentan una petición formal de asilo en otro país porque temen que su vida esté en riesgo en su país de origen. Los refugiados son personas a las que ya se les ha reconocido oficialmente el derecho a recibir asilo por un temor fundado de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, política o pertenencia a un grupo social determinado. En la UE, la directiva sobre la cualificación establece las directrices para asignar protección internacional a quienes la necesitan.

“En este momento, los nacionales de terceros países deben solicitar protección en el primer país por el que acceden a la UE, de acuerdo con las reglas comunitarias de asilo. La presentación de una reclamación les convierte en solicitantes de asilo, pero solo reciben el estatuto de refugiado o una forma diferente de protección internacional una vez que las autoridades nacionales hayan tomado una decisión positiva sobre su caso” explica el Parlamento Europeo.

Sin embargo, no habla de las devoluciones en caliente -avaladas desde febrero por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH)- de aquellas personas que ya han pisado suelo español y que con esta práctica se les impide tener acceso a las oficinas de asilo que debe haber en frontera.

La Comisión Española de Ayudar al Refugiado (CEAR) denunciaba que es de sobra conocido “la imposibilidad de solicitar asilo en una embajada para ser trasladado a territorio español“. Cuando se conoció la sentencia del TEDH alertaban que “desde que existe esta posibilidad en la Ley de Asilo solo ha sido aplicada en casos contados y muy excepcionales. Además, las autoridades españolas no garantizan una política de visados efectiva en materia laboral, tal y como justifica la Gran Sala, lo que supone un preocupante desconocimiento de la realidad migratoria en la frontera sur europea“.

  • En esta galería se pueden ver algunas de las devoluciones en caliente producidas en los últimos años en la frontera sur

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Decisiones de asilo en la UE

En 2019 hubo 714.200 solicitudes de protección internacional en la UE, Noruega y Suiza, un 13% de las 634.700 recibidas en 2018. En 2017, hubo 728.470 solicitudes y en 2016, casi 1,3 millones.

En 2019, los países de la UE concedieron protección a casi 295.800 demandantes de asilo, frente a los 333.400 de 2018, lo que supuso una bajada de casi el 40% con respecto a 2017 (533.000). Cerca de uno de cada tres (27%) procedían de Siria, un 14% de Afganistán y un 13% de Venezuela, las principales tres nacionalidades. El número de demandantes de asilo de Venezuela aumentó casi 40 veces en 2019 comparado con el de 2018. De los 78.600 ciudadanos sirios que recibieron protección internacionaen la UE, casi el 71% la recibieron en Alemania.

En 2019 España vivió un nuevo año récord de peticiones de asilo, con un total de 118.264, más que el doble respecto a 2018. Las 5 nacionalidades con mayor número de solicitudes fueron: Venezuela (40.906), Colombia (29.369), Honduras (6.792), Nicaragua (5.931) y El Salvador (4.784). De este modo, el 80% de las solicitudes fueron presentadas por personas de América Latina.

Pero, España se sitúa muy por debajo de la media de la Unión Europea que registra alrededor de un 30% de resoluciones favorables. Así, de un total de más de 60.000 resoluciones, se otorgó el estatuto de refugiado en 1.653 ocasiones y se ofrecieron 1.503 protecciones subsidiarias. Sin embargo, cabe destacar como un claro avance respecto a periodos anteriores, la concesión de 39.776 permisos por razones humanitarias.

Estrella Galán, directora de CEAR, denuncia que “resulta indefendible que España imponga obstáculos como el visado de tránsito a quienes que huyen de países que viven graves conflictos y no tengan otra forma de solicitar asilo en nuestro país que arriesgando sus vidas poniéndolas en manos de traficantes de personas“.

“La política de visados impuesta por España está determinando el perfil de los solicitantes de asilo en nuestro país, dificultando enormemente la llegada de nacionales de Siria, Yemen o Palestina, entre otros, al imponerles un visado de tránsito. De este modo, estas decisiones se convierten en la práctica en una herramienta selectiva de control de fronteras“, denunció Galán.

  • En las imágenes se muestran personas de diversas nacionalidades con la “tarjeta roja” de solicitud de asilo protestando en el CETI y en la Delegación del Gobierno para poder salir de Ceuta

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Refugiados en el mundo

Según los datos aportados por Europa, en todo el mundo, el número de personas que huyen de la persecución, el conflicto y la violencia ha alcanzado los 79,5 millones por primera vez. Eso equivaldría a que casi toda la población de Alemania fueran expulsadas de sus hogares. Los niños representan aproximadamente el 40% de la población refugiada del mundo.

Los países que acogen al mayor número de refugiados son Turquía, Colombia, Pakistán, Uganda y Alemania. Solo el 15% de los refugiados de todo el  mundo se alojan en países desarrollados.

Fuente: https://elforodeceuta.es/asilo-migracion-ue-cifras-hechos-gran-negocio-control-migratorio-frontera-sur/
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Desterrados en París: un drama sin fin para los inmigrantes

Por: Eduardo Febbro

El impacto económico de la pandemia obligará a más personas a desplazarse.

Desde que se reabrieron las fronteras hace algunas semanas, inmigrantes de Somalia. Afganistán, Libia, entre otros, llegaron a la capital francesa para terminar amontonados, en su mayoría, en un suburbio del que acaban de ser desalojados.

Desde París

 La primera vez se asustó y se sintió agredido, la segunda salió corriendo, la tercera y cuarta trató de recuperar sus cosas y la quinta, es decir, ayer, dejó que todo ocurriera sin intervenir. Salió de la carpa, fue hasta el bus de la policía y miró desde allí “todo ese absurdo y esa injusticia que nos seguía cortando el camino”. Idil vivió este 29 de julio su quinta evacuación por la fuerza desde que llegó a Francia proveniente de Somalia. Junto a otros 2.000 inmigrantes oriundos de Sudán, Somalia, Tchad, Etiopía o Afganistán Idil se había instalado en uno de los campamentos improvisados que los inmigrantes van montando en la periferia Norte de París hasta que la policía los desaloja y trata de reubicarlos en hoteles y gimnasios de la zona. La víspera, el Prefecto de París, Didier Lallement, les había dado un plazo de “12 horas para abandonar el lugar”. La mayoría se quedaron y a la seis de la mañana el operativo comenzó a orillas del canal Saint-Denis, en la localidad de Aubervilliers.

La

situación era doblemente nociva: para los mismos inmigrantes expuestos ahora al calor y la insalubridad, y para las autoridades, interpeladas pos los vecinos debido a la suciedad y las peleas entre comunidades distintas. ”De todas formas, no sabemos ni siquiera a dónde vamos a ir a parar. Lo más esencial es que alguien nos ayude porque ya no podemos más”, cuenta Saidi, un afgano con unos cuántos meses de residencia en la calles, primero en París, luego en las afueras. La evacuación es tensa. Hay mucha gente, muchos niños en las carpas, muchos policías y militantes de las asociaciones de protección al migrante (France Terre d’Asile, Solidarité Migrants Wilson), muchos gritos y nervios y miedo e incomunicación. Un destierro sobre muchos otros destierros. Cada respiración es una bocanada de tragedia. De un lado están los buses para los hombres solos, del otro el reservado a las familias. Michel, una militante de la asociación Utopía 56 que asiste a la evacuación, anticipa la crueldad del futuro:” volverán aquí u a otro lugar. Ni ellos tienen donde ir, ni el Estado la responsabilidad y la voluntad de asumir la situación. La gran mayoría de la gente que está aquí regresará a la calle dentro de un tiempo. Es un ciclo infernal”. Michel y otros militantes de France Terre d’Asile y Solidarité Migrants Wilson se apresuran para recuperar los utensilios y las carpas. Hay más de seiscientas (representan unos 10.000 euros) y, en un par de meses cuando llegue el invierno, salvarán unas cuantas idas.

Los inmigrantes son personas muy pobres, perseguidas en sus países, torturadas también, que saltaron al Mediterráneo en un barco cualquiera desde las costas de Libia y se salvaron porque un navío humanitario las rescatóOtros, como en el caso de los afganos, emprendieron un terrorífico viaje a través de Irán, Turquía y Grecia hasta llegar a Francia. Las cosas son ahora peor que antes. La pandemia no arregló el mundo, al contrario. Robert (France Terre d’Asile), desliza una frase que hiere como un latigazo por su carga de lúcida veracidad: «esta gente está más allá de la posibilidad de que algo cambie para ella, incluso si en un mes el liberalismo o las bolsas se vienen abajo. No son ni pobres ni ricos, ni víctimas de la desigualdad de los sistemas. Son las voces del otro lado de la fractura provocada por la improvisación occidental. Siempre los dejarán solos”. Ningún barco humanitario opera ya a lo largo de las costas de Libia para socorrer a los migrantes. Los últimos dos, el Ocean-Viking y el Sea-Watch, fueron, una vez más, víctimas del ardor perverso de los guarda costas italianos. Desde que se reabrieron las fronteras hace algunas semanas, los inmigrantes, sin embargo, continúan llegando para terminar amontonados, en su mayoría, en este un suburbio del que acaban de ser desalojados. 

Las cifras son imparables: durante los dos meses del confinamiento, en las orillas del canal Saint-Denis había unas 200 personas, luego, dos meses después del fin del encierro, ya sumaban 2.300. Su viaje no empieza por mar sino por tierra, a menudo en la frontera entre Irán y Turquía o en la misma Grecia a través de la no menos terrorífica “ruta de los Balcanes” (Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Croacia, Hungría). Desde allí zanjan todos los peligros que un ser humano pueda imaginar con tal de llegar a un país europeo seguro: los traficantes de personas, las autoridades turcas, las cárceles de Turquía, los robos, las violaciones, las agresiones, la corrupción de los policías de Albania, de Grecia, Croacia, Serbia o Hungría (les roban su dinero, sus pasaportes y sus teléfonos), las denuncias, los malos tratos o la persecución.

Osmane, un somalí con más de cinco años de residencia en Francia, espera tranquilo sentado en el bus. Cuenta que “los nuevos, los que llegaron hace dos meses, me dan un poco de pena. ¡Han hecho tanto, sufrido tanto para llegar hasta aquí !. Y mirá, mirá lo que les espera”. Osmane es el tango del migrante, la historia que, sin,- que sea contada, se refleja en la absorbente soledad de las miradas: en su caso huyó de Somalia para escapar de las milicias chabab, llegó a Francia, obtuvo los papeles, trabaja, pero nadie le alquila una casa, sea porque no le alcanza “sea porque no entiendo”, dice señalando a un hombre joven, conocido por todos debido a la adversidad de su historia. Es Chenar Gull Nasairi, el afgano. Pasó tres años en Alemania hasta que le negaron el asilo político. Se desplazó a Francia donde, este año, también se le negó el asilo. Aunque Gull Nasairi asegura que en Afganistán los talibanes le pusieron precio a su vida, la Corte Nacional del derecho de asilo no cree ni en su historia, ni en que sea afgano. Ya va por su tercer intento de suicidio. Hay otros ejemplos como él: les rechazan el asilo en Gran Bretaña, en Austria, en Alemania, en Francia y van así, con el correr de los años, probando de un país a otro.

Luis Barda, miembro de Médicos del Mundo, advierte que los flujos serán más importantes porque quienes estaban bloqueados por la pandemia y el cierre de las fronteras “ahora vuelven a los caminos”. Ismail y Faycal son hijos de ese flujo. Estos dos afganos estuvieron bloqueados en Serbia un par de meses y llevan apenas tres semanas en Francia. Recién ahora empiezan a entender que lo peor está por venir. Faycal cuenta con cierta desesperanza: «obtener una cita con la OFII (Office français de l’immigration et de l’intégration) para presentar un pedido de asilo es imposible”. Y hasta que no lo obtenga tampoco tendrá un estatuto, o sea, ayuda mínima. Por eso terminó a orillas del canal Saint-Denis. ”Fue una sorpresa. Después de todo lo que viví y ahora esto, la calle, las carpas, la policía, los periodistas, no sé, no sé…”.

El traqueteo y el ruido mundial que destapó la covid-19 silenció sus voces, pero su drama continúa siendo como un fino chorro de agua helada que cae sobre el rostro de mundo. Jagan Chapagain, Secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja, anticipa que “el desastre económico de la pandemia y sus efectos devastadores obligarán a muchas personas a desplazarse más allá de sus fronteras. Muchos inmigrantes sentirán que, pese a los riesgos, atravesar el mar será más seguro que permanecer en sus países porque habrá, también, la posibilidad de una vacuna contra el virus”. El canal Saint-Denis recupera su fisionomía. Pero en este paseo al que vuelven los ciclistas ha quedado como un dolor cautivo, una tensión latente. Dentro de unos meses regresarán los inmigrantes, aquí o un poco más al Norte. Volverá la policía, las asociaciones, la palabra y la indiferencia. Ellos están en la frontera de todas las fronteras. Ese lugar donde se acepta la fatalidad sin hacer demasiado para detenerla.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/281874-desterrados-en-paris-un-drama-sin-fin-para-los-inmigrantes

 

 

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Cómo una generación de niños sirios en el Líbano fueron despojados de su Educación

El racismo, la xenofobia y la corrupción convirtieron a cientos de miles de niños sirios en «una generación perdida».

l Día Mundial de los Refugiados de este año se celebró en medio de un aumento en los movimientos antirracistas en todo el mundo.

Pero, la respuesta humanitaria a la crisis de los refugiados todavía está muy influenciada por la geopolítica, el racismo y la xenofobia, que fueron explotados por muchos políticos en el Líbano para obtener sus ganancias económicas.

Nueve años después del comienzo de la crisis de refugiados sirios, con cientos

de millones gastados en educación pública en el Líbano por donantes, los resultados son decepcionantes por decir lo menos.

¿CUÁL FUE EL IMPACTO DE LOS ACUERDOS ENTRE DONANTES INTERNACIONALES Y POLÍTICOS LIBANESES SOBRE LOS POSIBLES RESULTADOS DE LA ESCOLARIZACIÓN DE LOS NIÑOS SIRIOS EN EL LÍBANO?

Por desgracia, los niños refugiados sirios fueron víctimas de este acuerdo informal que comprometió sus oportunidades de escolarización.

El periodista libanés Riad Kobeissi realizó una investigación sobre el plan de respuesta educativa dirigido por el Ministerio de Educación y Educación Superior de Líbano (MEHE), que se emitió el 28 de mayo de 2020.

Kobeissi alegó que el ministerio malversó fondos de donantes destinados a la educación de niños refugiados sirios.

Durante su investigación, Riad Kobeissi se centró en el número de estudiantes sirios matriculados en escuelas públicas libanesas que MEHE ha inflado en un intento de obtener más fondos de los donantes. Sin embargo, las tasas de inscripción presentan solo una pieza del rompecabezas.

Si examinamos otros indicadores de la Unidad de Gestión del Programa (PMU), encontramos que el 40% de los niños en edad escolar no tienen educación, mientras que el 1% de los matriculados están en el grado 9, y menos del 4% llegan a la etapa secundaria.

El acuerdo entre los donantes y los políticos libaneses se resume mejor por el ex ministro de Educación, Elias Abu Saab, quien se dirigió al ex primer ministro británico, David Cameron, en su visita a Beirut, declarando: “Una de cada 50 personas que vinieron a Europa era miembro de ISIS «.

LOS PAÍSES RICOS DEL NORTE GLOBAL TIENEN UNA POLÍTICA CLARA, MOTIVADA POR EL RACISMO Y LA XENOFOBIA, DE PAGAR A LOS PAÍSES PARA MANTENER A LOS REFUGIADOS ALEJADOS DE SUS FRONTERAS.

Esta compensación fue bien entendida por los políticos libaneses que ahora podrían exigir cualquier precio para seguir «acogiendo a los refugiados», incluso si esto fue a expensas del derecho a una educación de calidad para muchos niños sirios.

En una entrevista realizada con un funcionario de una agencia de la ONU que pidió permanecer en el anonimato, señaló que un funcionario de la Unión Europea, durante el pico de la crisis de refugiados en 2015, le dijo que la Unión Europea está dispuesta a cubrir los costes del Programa de educación infantil sirio en el Líbano a cualquier coste, siempre y cuando permanezcan allí.

LAS DONACIONES

Si bien la decisión de los donantes de invertir en el sector público puede generar resultados y desarrollo más sostenibles, esto ha sido a expensas de la educación de los niños sirios.

Que la educación llegase a todos los niños fue el primer plan de 3 años desarrollado por agencias de la ONU y el Ministerio de Educación.

Fue financiado por donantes como el Banco Mundial, el DFID, la UE y otras embajadas, lo que sin duda es un paso necesario en la dirección correcta.

El ministerio limitó el acceso a la educación formal a las escuelas públicas, incluso cuando solo podía absorber a la mitad de los niños sirios en edad escolar.

Según el plan RACE I, el ministerio necesita duplicar su capacidad para poder inscribir a la mitad de los estudiantes, lo cual es bastante ambicioso considerando las debilidades que ha sufrido la educación pública libanesa durante décadas.

Para absorber a este gran número de estudiantes, el ministerio lanzó turnos por la tarde en muchas escuelas públicas y cobró a los donantes 600 dólares por estudiante, mientras que el costo de inscribir a los estudiantes sirios por la mañana aumentó de 150 a 300 dólares.

Sin embargo, los padres sirios estaban menos interesados. para inscribir a sus hijos en el segundo turno, que consideraron de menor calidad en comparación con el turno de la mañana, algo que está respaldado por las estadísticas de PMU.

LA EXPLOTACIÓN DE LOS LIBANESES DE LA CRISIS SIRIA

Hasta la fecha, la hegemonía del ministerio, que fue apoyada y financiada por los donantes, dejó al 40% de los niños sirios fuera de la escuela debido a la falta de escuelas, aulas superpobladas y costes de transporte.

Todas estas razones revelan que la participación de escuelas privadas podría haber aumentado la capacidad de las escuelas en el Líbano para inscribir a más niños sirios.

El racismo, la xenofobia y la corrupción, ya sea en el Norte Global o entre algunos políticos libaneses que explotaron la crisis siria para obtener ganancias financieras o ganar favores con su base electoral local, convirtieron a cientos de miles de niños sirios en «una generación perdida».

Una reforma educativa inclusiva y estructural podría haber arrojado mejores resultados para los refugiados y los nacionales.

La magnitud de la crisis siria requiere la colaboración de todas las partes, públicas, privadas, ONGs y la comunidad de donantes.

Fuente: https://timis.es/como-una-generacion-de-ninos-sirios-en-el-libano-fueron-despojados-de-su-educacion/

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Covid-19 E (In)Movilidad En Las Américas

América/03/06/2020/Autor y fuente: inmovilidadamericas.org

 

El año 2020 será recordado como un tiempo de pandemia. En menos de cinco meses, desde que se oficializó el primer caso de Covid-19 en China, millones de cuerpos en todo el mundo se han contagiado, mientras otros cientos de miles más han muerto. Ante la imparable movilidad del virus, la inmediata – y hasta ahora única – respuesta global común ha sido la momentánea interrupción de la movilidad transnacional y el control a la movilidad al interior de los espacios nacionales. Durante la Peste Negra, inspeccionar los cuerpos que llegaban de fuera, rechazarlos o forzar a su inmovilidad por cuarenta días para evitar el contagio, fueron la promesa para recuperar la salud. Seis siglos después, estamos reactualizando esa misma promesa y por eso hoy la tensión entre (in)movilidad y control está en el centro de esta pandemia.

Localizar esa tensión en las Américas tiene relevancia analítica y política. Éste es un continente en movimiento. La formación social, económica, política y cultural de este espacio geográfico es incomprensible sin atender a las diversas formas de movilidad humana que lo han configurado. Todos los países del continente han sido y/o siguen siendo simultáneamente  emisores y receptores de flujos transnacionales, mientras que otros se han convertido, además, en espacios de tránsito y de retorno voluntario y/o forzado. En América, solo por nombrar algunos casos notables, están Estados Unidos y México, el mayor destino migratorio y el principal emisor de migrantes del mundo, respectivamente. Está Colombia, el país con mayor número de desplazados internos y con un significativo número de personas en necesidad de protección internacional. También están Guatemala, El Salvador, y Honduras, países que no dejan de expulsar a miles de connacionales que huyen de la violencia; o Venezuela, desde donde han emigrado en los últimos años más de 4 millones de venezolanxs. De sur a norte, a este continente le atraviesan rutas migratorias clandestinas que históricamente han servido para que latinoamericanxs y caribeñxs irregularizados en tránsito lleguen hasta Estados Unidos. Y, en la última década, hasta las Américas han llegado flujos migratorios extra-continentales; se ha multiplicado la migración intrarregional, los flujos sur-sur, y el tránsito migratorio norte-sur. La movilidad en el continente es hoy protagonizada por desplazadxs internos, deportadxs, solicitantes de asilo y de refugio, y también por niñxs y adolescentes que emigran solos o acompañados. Porque cientos de mujeres y hombres adultos y menores de edad, regionales o extra-continentales, no han dejado de ponerse en movimiento para reconfigurar sus proyectos vitales, éste es un continente donde la lucha migrante no cesa.

Por eso el control a esa movilidad prolifera en las mismas dimensiones. Por un lado, el peso histórico de Estados Unidos ha sido definitivo para delinear la geopolítica del control a la movilidad en la región. Ese es el país donde reside el mayor número de migrantes irregularizados en el mundo, el que más ha endurecido sus políticas migratorias, el que detiene y deporta a más latinoamericanxs y caribeñxs, y el que desde hace más de tres décadas ha transferido el control a la movilidad a terceros países “seguros” en la región bajo convenios de cooperación binacional en materia de seguridad. Por otro, en la última década, los países de las Américas se han cerrado cada vez más ante la cuestión migratoria. El giro securitista ha venido a multiplicar la producción de migrantes irregularizados en todos los países del continente. A mayor irregularidad migrante, mayor riesgo de deportación,  mayor confinamiento a las economías informales y mayor riesgo de precarización. De manera generalizada, el foco de interés regional ha girado del derecho a los migrantes al combate a la irregularidad inmigrante al interior del espacio nacional y al fortalecimiento de la seguridad fronteriza, mientras un violento discurso xenófobo se normaliza en las sociedades receptoras.

El Covid-19 arremete entonces en un espacio geográfico de antemano marcado por la tensión entre (in)movilidad y control, tensión que toma matices mucho más violentos en contextos desiguales. Ese es el caso de las Américas. En las últimas décadas la desigualdad socio-económica, entre los países del continente y al interior de los mismos, se ha profundizado sin precedentes históricos. De ahí que, en solo dos meses, la pandemia haya desnudado la desatendida e irresuelta desigualdad estructural, desatando consecuentemente considerables afectaciones en nuestros países. A la emergencia sanitaria hoy se suma el colapso económico y el de los sistemas de protección social, hechos que en conjunto asolan las vidas de las poblaciones más vulnerabilizadas, siempre racializadas, como aquellas en condición de movilidad humana.

¿Qué es este proyecto?

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Este es un proyecto (in)acabado, por lo tanto en construcción, que reflexiona colectivamente en torno a la (in)movilidad y el control en las Américas durante la pandemia. Hemos querido mapear las respuestas estatales; las situaciones de alerta que enfrenta la población migrante, particularmente desplazados internos, deportadxs, detenidxs, solicitantes de asilo, refugiados, migrantes irregularizados sean éstos adultos o niñxs o adolescentes; y, las respuestas sociales en cada uno de los espacios nacionales. Al mapear, no hemos pretendido en lo absoluto producir una cartografía fija del continente, ni menos aún información geo-referenciada. En el contexto de este proyecto, mapear ha tenido otras significaciones. Por un lado, ha supuesto levantar información de prensa, sistematizarla y crear un archivo digital donde quede registrada la tensión entre (in)movilidad y control desatada en la gran mayoría de los países del continente durante el momento inicial de la pandemia. Por otro, inspirados en la cartografía crítica, mapear ha implicado “deconstruir el mapa” (Harley, 1989), o la imagen nítida que da la cartografía tradicional del continente, para sacar a la luz los espacios ocultos, los conflictos no vistos ni captados por la prensa, pero latentes; esos conflictos que deliberadamente quedan por fuera de un mapa tradicional y a la vez de la discusión pública.

Con este mapeo, nos interesa sacar a la luz por ejemplo, el hecho de que durante la pandemia se ha configurado un estado de excepción de facto en materia migratoria construido legalmente y que ha permitido a los gobiernos de la región tomar una o algunas de las siguientes medidas excepcionales: 1- cierre y militarización de fronteras; 2- negar la entrada al país de aquellas personas que supongan un riesgo sanitario, incluyendo niñxs y adolescentes; 3- poner fin sumariamente al derecho al asilo y al refugio; 4- acelerar deportaciones, incluso de migrantes contagiados por Covid-19; o, 5- dejar varados a miles de migrantes irregularizados, deportados o solicitantes de asilo entre fronteras, en espacios de confinamiento precarizados, poco salubres y altamente riesgosos para su salud. Nos importa mostrar que en el actual contexto de emergencia sanitaria la vulneración de derechos de migrantes es exponencial y afecta particularmente a solicitantes de asilo/refugio; a niñxs y adolescentes migrantes; a migrantes detenidos; a migrantes deportados; y a trabajadores irregularizados.

Queremos dar cuenta de que las acciones estatales a favor de la protección social no contemplan a los miles de migrantes irregularizados que hoy residen en las Américas. Los proyectos de ayuda a trabajadores en todos los países han apuntado mayoritariamente a brindar apoyo a trabajadores nacionales o a residentes regularizados. El gran número de migrantes irregularizados, – muchos trabajadores esenciales como campesinos, repartidores de entregas a domicilio, u organizadores de productos en mercados y supermercados –, han quedado por fuera de cualquier ayuda estatal. Hemos constatado así que actualmente hay una doble negación a la protección social: a pesar del rol esencial que los migrantes irregularizados cumplen en la vida económica en países de destino como mano de obra esencial y en países de origen al enviar remesas, en ambos contextos, de manera generalizada, han quedado excluidos de dichos programas.

El mapeo hecho nos ha revelado paralelamente excepcionalidades que sin duda abren reflexiones futuras pues hemos registrado casos de gobiernos centrales que deliberadamente han incluido a la población en condición de movilidad como beneficiaria de las medidas adoptadas. Es el caso de Argentina, por ejemplo, que ha extendido medidas de ayuda sanitaria y financiera  para argentinos en el extranjero y que hayan perdido su empleo. O el caso de Brasil donde, a contracorriente de su postura como gobierno de extrema derecha y gracias a la postura de una bancada del Congreso, el gobierno federal implementó el programa Auxilio Emergencial para la población más vulnerable, incluyendo a migrantes irregularizados quienes recibirán un pago de tres mensualidades. También hemos constatado el abordaje y prioridad dispar existente entre gobiernos centrales y gobiernos locales frente a la población migrante, sobre todo irregularizada. Ese es el caso de las medidas tomadas por la gobernación de California en Estados Unidos, con un programa de beneficio económico para migrantes irregularizados, o el de la municipalidad de Iquique  y de Colchane en Chile, que han implementado programas de apoyo para migrantes bolivianos, por nombrar algunos casos. Estas evidencias revelan el potencial rol que los gobiernos locales pueden cumplir como garantes de derechos sociales y económicos contradiciendo a  medidas centrales híper nacionalistas y excluyentes.

Hemos comprobado que al interior de los espacios nacionales, de forma generalizada, la criminalización y la xenofobia a los migrantes no ha cesado. Esto ha tenido como efecto que el miedo opere como medida de control interno para que migrantes, no solo irregularizados pero también regularizados, no acudan a servicios de salud, y pongan en riesgo sus vidas, ni exijan medidas de protección social. La producción del miedo, como forma de control, da cuenta de cómo en los países hay un limitado ejercicio de derechos que afecta a ciertas categorías de población confirmando un ejercicio ciudadano profundamente jerarquizado. De hecho el miedo a la enfermedad, a sentirse desprotegido de cualquier programa de ayuda económica o social, junto con la crisis económica, han  provocado un fenómeno sin precedentes en la región: migración en reversa, o retorno a países de origen a pesar del cierre fronterizo.

Por último, en nuestro mapeo se resaltan persistentes respuestas sociales en todos los espacios nacionales. Por una parte, luchas migrantes protagonizadas por detenidxs que han hecho huelgas de hambre, plantones, o incluso se han fugado, como forma de protesta por las condiciones inhumanas y de riesgo vital en las que están confinados. O, los tránsitos en reversa de migrantes irregularizados que retornan a sus países de origen para cuidar así sus vidas ante el colapso económico, la imposibilidad de trabajar, y de vivir en condiciones dignas. Por otra, redes de solidaridad constituidas por asociaciones de migrantes, organizaciones de base, la iglesia, el periodismo independiente y colectivos sociales a favor de los derechos de los migrantes. Se han desplegado múltiples acciones públicas, firmas de peticiones, cocinas comunitarias, entrega de alimentos, incluso acciones binacionales, sobre todo entre activistas en Estados Unidos y México, para sostener la lucha para ampliar la garantía de derechos para todxs.  Sin embargo, con alarma, también hemos constatado que se han exacerbado así mismo brotes xenófobos en contra de migrantes irregularizados, brotes que no solo están presentes en las prácticas sociales cotidianas sino también en los discursos oficiales que dan cuenta de una postura estatal también xenófoba. Estas reflexiones son las que se despliegan y profundizan en las secciones de la página.

¿Cómo surge este proyecto?

A mediados de marzo de 2020, prácticamente todos los países del continente se declararon en emergencia sanitaria, cerraron sus fronteras y adoptaron una serie de medidas excepcionales para provocar la inmovilidad forzada que promete contender al virus. Fue entonces cuando más de 30 investigadorxs de las Américas, interesados analítica y políticamente en la cuestión migratoria, nos juntamos virtualmente y nos empezamos a preguntar por la situación particular de millones de migrantes mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes, del continente o provenientes de otras latitudes, todos sujetos en movimiento.

Sabíamos que la pandemia había agarrado de improvisto a cientos de migrantes en el medio de sus tránsitos clandestinos; a solicitantes de asilo y refugio en el medio de sus trámites; a otros tantos detenidos en estaciones migratorias o en el medio de vuelos de deportación; y, a otros cientos más en sus trabajos precarizados. Estábamos conscientes de que el cierre de fronteras, es una medida que abiertamente atenta contra el derecho a la libre movilidad y a los derechos de los migrantes garantizados por la Declaración Universal de Derechos Humanos, dejando de facto a miles de solicitantes de asilo y de refugio en un limbo legal, varados en espacios de confinamiento entre fronteras. Y, también avizorábamos, que las medidas excepcionales de control a la movilidad en el espacio nacional, en el marco de la pandemia, podrían exacerbar el híper nacionalismo, reforzando la imagen del extranjero como el que encarna y transmite el virus, algo que fácilmente detona violencias. De hecho, comprendíamos que la inmovilidad forzada no solo supone una promesa de contención al virus, sino que tiene simultáneamente un impacto directo y violento en las vidas de miles de sujetos en movimiento.  Nos convocamos así con la intención de mapear la situación migratoria en tiempos de Covid-19.

¿Qué hicimos?

Once equipos de investigación se configuraron para levantar información de prensa en torno a la cuestión migratoria en las Américas. Esta actividad tuvo lugar entre el 1 de abril y el 15 de mayo de 2020, cuando inició la sistematización de la información que permitió crear un mapeo a dos escalas. A escala nacional, hemos producido una ficha inicial por país, que no supone una revisión ni exhaustiva ni cronológica de todo lo sucedido en cada espacio nacional, sino que es un registro digital de las medidas de control, situaciones de alerta y respuestas sociales que ocurrieron en los siguientes países: Canadá, Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Haití, República Dominicana, Cuba, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Argentina y Brasil. Nuestro mapeo ha dejado por fuera a algunos países del continente. Esto se debe que los equipos de investigación solo levantaron información de los espacios nacionales donde residían. Porque éste es un proyecto en construcción, queda abierta la posibilidad para incluir los espacios nacionales faltantes. Dada la rapidez en los cambios en materia migratoria, aspiramos a que las fichas puedan ser actualizadas de acuerdo a eventos relevantes, de tal modo que el archivo digital se vaya ampliando.

Leyendo entre líneas la información de prensa recolectada, en cambio, a escala transnacional, hemos identificado situaciones comunes que nos muestran cómo la tensión entre (in)movilidad y control tiene efectos espaciales en el continente, formas de contestación social, y cómo se ejerce y exacerba el control a la movilidad y la precarización de las vidas de migrantes. Estas son las once situaciones identificadas:  1- Cierre de fronteras e híper vigilancia; 2- Híper-nacionalismo selectivo; 3- Espiral de violencia al sur; 4- Irregularizados y desposeídos de derechos; 5- Suspensión del derecho al asilo y al refugio; 6- La producción del miedo como forma de control; 7- Espacios de confinamiento y sacrificio humano; 8- Migración en reversa; 9- Esenciales pero desechables; 10- Niñez y adolescencia al borde; y, 11- Respuestas sociales.

Al ser este un proyecto en construcción, es nuestra intención generar conversaciones y debates vía el espacio digital en torno a estas situaciones identificadas, y quizá a nuevas que vayan surgiendo en el futuro. De hecho estamos consientes de que varios espacios nacionales han quedado por fuera del mapeo colectivo y sobre todo, no se ha logrado capturar todavía, desde un enfoque interseccional, cómo los tiempos de la pandemia exacerban la previa desigualdad de género, raza, edad, clase, nacionalidad, orientación sexual constitutiva de la cuestión migratoria en las Américas. Esos vacíos iniciales sin duda abren nuevas avenidas analíticas y de discusión futura a ser incluidos en este primer ejercicio.

A pesar de esas limitaciones iniciales, creemos que el mapeo que presentamos en esta etapa inicial ya sirve como fuente de investigación y enseñanza, en particular durante los actuales tiempos virtuales. A partir de este material, procuraremos debates transnacionales críticos sobre los espacios ocultos – mejor dicho ocultados–, en los mapas tradicionales y el debate público sobre la (in)movilidad y el control en tiempos de pandemia. Así, impulsaremos encuentros virtuales que entre lxs investigadorxs de este proyecto, e invitados diversos como intelectuales, representantes de organizaciones de migrantes, activistas, periodistas, entre otros actores. Estos encuentros serán de acceso público, y quedarán grabadas y subidas en esta página web. Sistematizaremos los debates, para producir así textos reflexivos que alimenten la breve explicación inicial que consta en cada una de las secciones de la página web.

Harley, JB (1989). Deconstructing the map. Cartographica: The international journal for

geographic information and geovisualization, 26(2), 1-20.

Fuente e imagen: https://www.inmovilidadamericas.org/el-proyecto

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Libro(PDF): «Octubre y el derecho a la resistencia. Revuelta popular y neoliberalismo autoritario en Ecuador»

Reseña: CLACSO

Entre defensivo y anticipatorio, el Paro Nacional repuso al pueblo en el campo político. La vía neoliberal, abierta sorpresivamente desde 2017, había conseguido asentar cierta idea del Estado austero como única forma de reparación social y ética ante los «excesos del dispendioso y corrupto gobierno populista» (sic.). En su progresiva implantación, sin embargo, la austeridad combinó el desfinanciamiento de sectores de provisión de servicios públicos masivos, política de precarización del trabajo y recurrentes exenciones tributarias para grandes grupos económicos. Dicho combo de políticas fue ratificado con el Decreto 883. Quienes comparten más o menos similares experiencias de injusticia o entornos de privación como efecto de tales políticas se encontraron en Octubre.

De la Introducción de Franklin Ramírez Gallegos

Autor (a):  

Franklin Ramírez Gallegos. [Editor]

Daniel Andrade. Matthieu Le Quang. Nila Chávez Sabando. Daniel Vizuete. Santiago Ortiz Crespo. Ernesto Vivares. Jahiren Noriega. Gonzalo Criollo Galván. Adoración Guamán Hernández. Andrés Chiriboga Tejada. Leonardo A. Arias. Jonathan Báez. Christian Pino Garrido. Soledad Stoessel. Rodrigo Iturriza. Isabel Díaz. Adriana Mejía Artieda. Jorge Daniel Vásquez. Valeria Coronel. David Chávez. René Unda Lara. René Ramírez. Analía Minteguiaga. Jacobo García. Eduardo Soria. Paco Salazar. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina.

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-607-2

Descarga: Octubre y el derecho a la resistencia. Revuelta popular y neoliberalismo autoritario en Ecuador

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2056&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1395

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