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La educación en México. El Modelo Educativo que México necesita

Miguel Angel Pérez

Como parte del estilo personal que he asumido para hacer investigación, y en dicha tarea en donde fusiono a academia y la profesionalidad, me gusta mucho propiciar el hecho de que circule la palabra, escuchar las diversas voces aun las discordantes, las que están y no están de acuerdo, en todo ello las voces de los niños y niñas, docentes, asesores de escuelas, directores, padres y madres de familia son importantes, pero dichas voces paradójicamente no las encuentro en mal llamado Nuevo Modelo Educativo (NME versión 2017).

Las voces de los actores, de los usuarios, de los agentes y de todos aquellos y aquellas que se vinculan de cierta manera con la educación, no aparecen por ningún lado, no son voces activas, pero tampoco, son voces pasivas. Me pregunto entonces ¿a quién o para quién va dirigido el NME 2017?

Pareciera que más que un documento de política pública para el sector educativo cuya ruta de acción está pensada en el establecimiento de una serie de condiciones de sensibilización, convencimiento y legitimidad con los agentes educativos, más bien pareciera que es una especie de monólogo, que va dirigida (como efecto bumerang). Es un documento dirigido a la propia SEP para entender-sé qué es lo que quiere, qué es lo que busca, a partir de poner en juego todo lo que no-entienden.

Si bien a la década de los 80 se le ha definido como la década perdida en educación en el mundo, (Tedesco) los últimos dos sexenios en nuestro país (Calderón, Peña Nieto) son los dos sexenios perdidos en educación. La cúpula de la SEP sigue empecinada en escuchar y en intentar entender que pretende la OCDE, que sugiere el Banco Mundial, que establece el FMI. Pero jamás se han detenido a pensar qué quieren los mexicanos para la educación de los y las mexicanos.

Las voces de los actores, no están en la misma sintonía acerca de lo que pasa en la Secretaría que regula su trabajo sin bien es cierto que predomina la queja, el reclamo la inconformidad pero también y de manera embrionaria también hay propuestas y en ello la SEP no se ha querido detenerse para escuchar y pensarse hacia la mejora. En una lista de asuntos nuevos: el incremento y la intensificación de las cargas de trabajo, las nuevas dificultades para atender a los nuevos niños y jóvenes, para engancharlos en el trabajo escolar a partir de mirar solo a los nuevos, el celular, las tabletas, y las consolas de video juegos. El formato educativo en el que nos hemos desarrollado ha quedado rebasado, la demanda educativa exige arribar a un esquema de actualización de los y las educadores actuales y los que vengan.

El modelo educativo 2017 es una serie de sugerencias que sólo se ventilan por la superficie del sistema, lo que está debajo o lo que está en el fondo no se toca, tal vez porque ni siquiera conocen que existe un fondo del sistema al cual debieran atender.

Hacer circular la palabra y entender el sentido de las voces de los miles de actores educativos, nos obliga a generar un corpus significativo en donde reside el embrión de la verdadera reforma. Otro aspecto impórtate es gestionar la reforma pero no desde los espacios autoritarios de poder, sino desde las periferias, desde los márgenes del sistema, ahí en donde estamos los miles que hacemos la educación.

El modelo educativo que se construye desde los márgenes del sistema es el verdadero modelo en que trabajan, piensan y se ocupan miles de mexicanos, dicho modelo requiere legitimidad y visibilidad. Esa es la tarea, ese es el camino y el compromiso y el tiempo que viene que no deberá perderse nunca más.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/la-educacion-en-mexico-el-modelo-educativo-que-mexico-necesita/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2017/03/C60dM4OVoAQjZI0-768×576.jpg

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Modelo educativo: estrategia electoral y privatizadora

Por: Lev Moujahid Velásquez

El nuevo “Modelo Educativo para la Educación Obligatoria. Educar para la Libertad y la Creatividad” se presenta en un gran evento de relumbrón que no podría entenderse sino en el contexto coyuntural que se define por la abierta carrera hacia la sucesión presidencial y la conducción de la nación, así como la crisis de legitimidad que atraviesa la administración de Enrique Peña Nieto, pero también el PRI y sus posibilidades transexenales en el poder.

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Entre los varios síntomas de ingobernabilidad que se han manifestado en el presente sexenio destacan los cuatro meses de paro magisterial –que de mayo a septiembre de 2016 consolidaron un ambiente generalizado de rechazo a la reforma educativa– que fue documentado ampliamente por los medios de comunicación, expresado en los análisis de las políticas de gobierno y reflejado entre los informes de los centros de inteligencia, en los que la resistencia docente aparece como un foco rojo para la seguridad nacional.

De suerte que el modelo educativo, inexistente en la praxis después de cinco años de oscurantismo pedagógico, se parece más a una plataforma electoral para recuperar la legitimidad y la gobernabilidad desde su punto más crítico: la reforma educativa. Tal plataforma comenzó, incluso, con el arribo de Aurelio Nuño a la SEP, pero toma mayor consistencia a través de una etapa prolongada de propaganda mediática so pretexto de consultar lo que se dio a conocer como documentos de discusión en 2016.

El nuevo modelo sólo será útil mientras aparezca en el discurso presidencial echando las campanas al vuelo porque ha nacido una “revolución educativa”, en tanto sirva para la persuasión del voto y el activismo político cada vez que los altos funcionarios públicos puedan seguir declarando, con sus matices cada uno, que los avances y la viabilidad de la reforma educacional se verán concretados si se da la continuidad del priismo en el próximo gobierno, de otro modo, un proyecto diferente que plantee la ruptura con el actual, pondría en riesgo el esfuerzo de todos los mexicanos.

Los tiempos del modelo educativo están encadenados a los del proceso electoral, más allá de éste perderá importancia en la agenda nacional; la evidencia implacable de su intrascendencia está en la ruta de aplicación en las escuelas, habrá que esperar hasta agosto-septiembre de 2018; es decir, después de las elecciones, en los últimos cuatro o cinco meses del actual gobierno, cuando ya estén empacando sus maletas para irse y al margen de poder concretar cualquier política pública por la transición hacia la nueva administración.

De ahí que sus conceptos pedagógicos repetidos, desgastados por la incongruencia entre el discurso y la realidad cotidiana de las escuelas –pero también de la sociedad– no hayan encontrado un lugar común donde habitar y que sean ejemplos palpables, vivos y orgánicos de que lo escrito en papel tenga evidencias; primero de que la reforma sea educativa y segundo de que haya dado muestras exitosas dignas de recuperarse. El propio slogan “educar para la libertad y la creatividad”, es la antítesis con la que se gobierna en México: el ejército en la calle intimidando a la sociedad civil es indicativo suficiente de tal incongruencia.
Además de ser una plataforma política, este modelo es la estrategia con la que hace dos décadas se inició el desmantelamiento del sistema educativo nacional público, el cual ha pasado de la descentralización federal a los estados, en algunos casos hasta la municipalización y ahora transita por esta nueva fase que coloca la “escuela al centro” como su atomización en núcleos separados de unidades autofinanciables, con la intervención cada vez más activa de la sociedad en el sostenimiento económico de las escuelas.

La pulverización de los sistemas educativos públicos no es la intención ocurrente de los políticos mexicanos, sino parte de las reconfiguraciones que se dan en la nueva organización de los consorcios económicos exitosos que se han acoplado a los cambios del capitalismo y sus revoluciones tecnológicas.

Betsy DeVos, la recién nombrada secretaria de educación en Estados Unidos, y además esposa del director ejecutivo de Amway, encarna el ideal de nueva empresa cuya base es el trabajo piramidal, en redes personales de vendedores y vendedoras, que sin ningún sistema de interrelaciones físicas o laborables que los vincule, generan nuevos patrones de autogestión individual de la economía empresarial y de consumo personal en línea. De hecho, para la señora DeVos, el sistema educativo conocido hasta hoy es obsoleto y debería funcionar en la misma lógica de su emporio familiar, para tal efecto la inversión estatal tendría que hacerse de forma directa a los centros escolares, tanto públicos como privados para la autogestión de escuelas, currículos y modelos de aprendizaje que sean ofertas diversas en el mercado educativo. De hecho su propuesta más fina es la financiación personal a través de un sistema de vouchers para el ejercicio real de la libertad de consumo, así que no sería difícil imaginar escenarios similares para el contexto mexicano como parte del proceso descentralizador que forma parte de este modelo educativo.

Cuando el modelo para la educación obligatoria mexicano plantea que el desafío del siglo XX fue la cobertura y que el del siglo XXI debe ser la calidad, nos está anunciando el abandono de cuatro millones de menores en edad de estudiar que no están en la escuela, de miles de planteles rurales o urbano marginales en los que aún prevalecen carencias estructurales, pero que no serán parte de esa concreción de la política educativa que se presume llegará a cada centro escolar, porque no los incluye a todos por igual, sino que dependerá del número de alumnos y sus resultados.

Asimismo, la reconcentración escolar es una medida de la escuela al centro, en la que Aurelio Nuño propuso eliminar 100 mil planteles de organización incompleta, los cuales atienden una población dispersa que representa un 15 por ciento en el universo total de alumnos, absolutamente prescindibles, porque no son sujetos de consumo, porque su capital cognitivo no servirá para acrecentar la economía del empresario, según demuestran los bajos niveles de aprendizaje medidos en las evaluaciones externas que justifican su exclusión.

El derecho universal a educarse en el lugar de residencia, por el sólo hecho de ser mexicano, ya no será una prioridad, mucho menos es una propuesta inclusiva según sus propios preceptos, porque la calidad educativa sólo llegará a las ciudades, a las zonas de crecimiento poblacional y desarrollo económico del campo; será accesible únicamente para los que cumplan con las mediciones estandarizadas de los aprendizajes, con lo cual se violenta el principio pedagógico de la educación integral y humanista que se pregona en el modelo educativo.

Este proceso de pulverización va en avanzada en el sector de la formación docente, donde Ana María Luz Aceves Estrada, quien fuera premiada como “vendedora diamante” por la empresa Amway –propiedad de la familia de Betsy DeVos– es la actual titular de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente. Hasta hoy, la exvendedora estelar de Amway no ha aplicado ninguno de los trece principios pedagógicos de la labor docente que se describen en el modelo educativo, pero sí ha llevado a cabo los de su matriz ideológica economicista: la entrega de recursos públicos a través de contratos exclusivos con instituciones privadas como el Tecnológico de Monterrey, la capacitación docente precarizada desde espacios virtuales y la eliminación de instituciones públicas para la formación continua, como es el caso de los Centros de Maestros.

Finalmente, es necesario decir que sí hay una revolución educativa, pero no por decreto presidencial, sino que se gesta desde seno del magisterio democrático, se cultiva en las comunidades autónomas y experiencias colectivas de educación popular; se discute, construye y valora de forma permanente en encuentros de redes y congresos pedagógicos alternativos. Sin embargo, ninguna de sus aportaciones que han hecho crisis en el paradigma impuesto por la globalización económica, están presentes en el nuevo modelo educativo para la educación obligatoria.

Fuente: http://educacion.nexos.com.mx/?p=492

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Modelo Educativo: ¿qué cambió?

Por: Pedro Flores Crespo

El pasado lunes 13, se presentó la versión revisada del Nuevo Modelo Educativo. Palacio Nacional fue el escenario elegido por el actual gobierno para dar a conocer su propuesta filosófica y curricular. Como era de esperarse, fue un acto político, del cual voy a comentar algunos pormenores a reserva de revisar detalladamente los documentos y compararlos con la versión previa.

El interés por ver la presentación del Modelo Educativo tenía al menos dos propósitos. Por un lado, obviamente, informarme sobre la nueva propuesta y segundo, guardaba la ilusión de que los actuales servidores públicos, explicaran al ciudadano en qué había cambiado el modelo luego de la amplia consulta que se llevó a cabo el año pasado. De acuerdo con el informe del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), se registraron casi 300 mil comentarios por medio de seis estrategias: (1) foros organizados por la propia SEP, (2) Consejos Técnicos Escolares, (3) órganos académicos de los bachilleratos, (4) foros y documentos externos, (5) foros estatales y (6) una plataforma de consulta en línea que, sorprendentemente, acumuló tres quintas partes del total de registros.

Dado el cúmulo de información y la débil tradición de escuchar y respetar la voz de la gente, albergaba la esperanza de que el gobierno de Enrique Peña Nieto haría lucir sus propuestas explicando qué elementos del modelo educativo fueron incorporados a partir de la consulta, cuáles no y por qué. Esto no fue lo que vimos, en cambio, constatamos que el modelo mantuvo sus cinco ejes: (1) cambio pedagógico (dejar atrás la memorización), (2) escuela al centro, (3) formación de profesores, (4) equidad e inclusión y (5) una nueva gobernanza del sistema educativo.

También observamos al titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño, utilizando anécdotas para justificar las acciones de cada eje. ¿Acaso su dependencia no genera la suficiente evidencia para sustentar y justificar las acciones públicas? ¿Por qué no le acercan sus asesores estudios e investigaciones sobre la efectividad de los programas de tutoría y de las comunidades de aprendizaje? Asumir que es más válido citar el nombre de la maestra Bernarda en esos actos que un estudio publicado en alguna revista científica es menospreciar la capacidad del ciudadano.

Luego del titular de la SEP, tomó la palabra Juan Díaz de la Torre, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Se acomodó a todos los públicos con su discurso (“no a la batalla ideológica”). Dejó claro que para él no hay contradicción entre una educación de calidad y los derechos laborales de sus representados.

Posteriormente, le tocó el turno a Sylvia Schmelkes, consejera presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). Del discurso de Schmelkes, me llamaron la atención dos cosas. Primero, resaltó la contribución técnica del INEE para sustentar las propuestas del modelo. Esto fue posible, según ella, gracias a la construcción de indicadores, la evaluación curricular y la emisión de directrices que ha hecho el Instituto.

Segundo, la titular del INEE sí hizo notar algunos cambios entre esta versión del modelo y la pasada. Por ejemplo, habló de que hay una mejor articulación entre la educación básica y la media superior y de que la educación bilingüe se reconoce en todos los niveles educativos. Con valor, enlistó también algunos “puntos luminosos” del modelo como haber  llegado a él por medio de un esfuerzo democrático y reconocer, por otro lado, a los maestros y directores como sujetos capaces de actuar de manera autónoma. ¿Compartirá ya la SEP esta visión? ¿Sirvieron los foros de consulta para mostrarle al secretario y a sus grupos afines que los mentores no son seres desconfiables a los que hay que someter por medio de la evaluación? Una rectificación explícita de la SEP en este sentido sería en verdad brillante y deseable.

Sabiendo el terreno político y mediático que pisaba, tomó la palabra Graco Ramírez, gobernador de Morelos y presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). Después de hablar de “amarres corporativos” y “aristocracias sindicales” pasó a condenar a los “conservadores y populistas”. Graco tuvo para todos: alabó la reforma que “va, camina y empieza a dar frutos”, regañó niños, reconoció la actitud del sindicato porque, según él, ya no tolera comisionados y le dio coba al secretario Nuño diciendo que a pesar de tener una hermosa oficina, va a las escuelas y conoce a los maestros. Todos felices sonreían; pero, ¿cuántas plazas habrá disponibles en Morelos y en cada estado que no se han concursado? ¿Qué proporción de plazas y horas se han asignado de manera transparente? ¿Por qué se critica constantemente a los gobernadores de esconder los puestos públicos y de bloquear la reforma educativa? Para Graco fue más fácil disparar en todas direcciones que asumir su propia responsabilidad.

Después de un video testimonial y de las palabras de una estudiante de la Ciudad de México, vino la intervención del presidente Peña Nieto. Queriendo improvisar sin mucho éxito, nos regresó al pasado y a lo que ya sabíamos. Vasconcelos entró de nuevo en el discurso, PISA (Programa Internacional de Evaluación de los Estudiantes) fue utilizado para justificar el cambio curricular y repitió la consabida diferencia entre calidad y cobertura.

Sorprendió que, por un lado, Peña Nieto hablara de la importancia del “consenso social” y por otro, se mostrara muy orgulloso de la rápida aprobación de la reforma educativa. Recordó que en diciembre de 2012 se propuso y en febrero de 2013 ya había sido aprobada por casi todos los congresos de los estados. Utilizar la “aplanadora” priista y el fast track quizás sea rentable políticamente, pero suprime el debate público y parlamentario; así como el entendimiento a las posiciones contrarias del otro. Esto seguramente no es lo que consigna el “nuevo” modelo educativo, entonces, ¿qué cambió?

Fuente: http://linkis.com/educacionfutura.org/R9zOo

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Singapur: Prevén mejora en prueba PISA con nuevo modelo educativo

Singapur/23 marzo 2017/Fuente: La Razón

En Singapur, el de mejores resultados en el mundo, cambió su sistema desde 1982 y lo volvió una política de Estado; esperan que nuestro país repunte en 2021.

Impulsado en los primeros 20 países que llevan la delantera en los resultados de la prueba PISA que realiza cada tres años la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el modelo de enseñanza Aprender a aprender, que comenzará a aplicarse en el ciclo escolar 2018-2019, se verá reflejado en los resultados de este examen en 2018 y en 2021.

“No podemos esperar que en unos cuantos meses haya cambios, aunque yo creo que se verán mejores resultados en PISA (Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos) en sus próximas ediciones”, aseguró Juan Alfonso Mejía, director ejecutivo de la organización civil Mexicanos Primero.

Explicó que este nuevo esquema no sólo implica darle la vuelta a la enseñanza a través de la memorización, sino también trabajar en equipo y entre pares, solidaridad.

De los 72 países que integran la OCDE, los estudiantes de Singapur encabezan la lista de los mejores evaluados en PISA.

Esta nación, agregó Mejía, implementó este nuevo modelo en 1982 y le tomó alrededor de 15 años ver reflejados los resultados de estas nuevas prácticas y desempeños de enseñanza en la prueba PISA.

“Singapur estableció desde esa década que sus reformas educativas fueran una política de Estado. Es decir, que no importando qué gobierno llegara al poder la conservaría, lo que permitió seguir adelante con estas reformas a pesar de los vaivenes políticos.

Tal como se pretende hacer en México, en Singapur con estos cambios a la educación se estableció el plurilingüismo, principalmente el inglés. Actualmente, todas las materias se imparten en este idioma”, detalló.

En 2000 esta nación aún no figuraba entre los países con mayor puntaje y es en 2009 que empieza a perfilarse ocupando, por ejemplo, el sitio 12 en ciencias.

En 2015 este país alcanzó 585 puntos, seguido por Japón, Estonia, China, Finlandia, Canadá, Vietnam, Corea, Nueva Zelanda, Eslovenia, Australia, Reino Unido, Alemania, Holanda, Suiza, Irlanda, Bélgica Dinamarca, Polonia y Portugal, donde desde hace por lo menos dos décadas se implementó esta técnica de aprendizaje.

México, sin embargo, ocupa el sitio 58 y desde la aplicación de PISA, en 2000, los resultados no han sido satisfactorios.

Durante los 15 años en los que los estudiantes mexicanos han participado en este examen que aplica la OCDE, se siguen obteniendo los mismos resultados en ciencias, matemáticas y comprensión de lectura.

En 2009, por ejemplo, 39 por ciento de los estudiantes se ubicó en los niveles inferiores (nivel 1), 54 por ciento en los intermedios (nivel 2) y sólo 6 por ciento en los superiores.

En 2012 el país se colocó en el lugar número 60 con 413 puntos, mientras los estudiantes de Shanghai, China y Singapur se ubicaron en los dos primeros sitios, con 613 y 573 puntos, respectivamente, en matemáticas, lectura y ciencias.

“Nuestro país no ha tenido buenos resultados desde que inició esta prueba, precisamente porque había mantenido un modelo educativo deficiente y debido a las inercias que aún persisten por parte de los maestros que integran la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación”, señaló Mejía.

En 2015 los resultados de esta prueba arrojaron que los estudiantes de 15 años tienen un bajo rendimiento en las materias de ciencias, lectura y matemáticas, muy por debajo del promedio de los países de la OCDE.

En ciencias nuestros alumnos son incapaces de usar conocimientos básicos de esta materia, interpretar datos e identificar las preguntas que emergen de un simple experimento.

En lectura no tienen capacidad de localizar información en textos que no les son familiares, ya sea en forma o en contenido; no comprenden lo que leen, no evalúan críticamente los textos ni construyen hipótesis acerca de ellos.

En matemáticas apenas pueden realizar operaciones simples y son incapaces de comparar la distancia total entre dos rutas alternativas o convertir precios a una moneda.

Mejía señaló que éste es el momento “para definir qué tipo de país queremos. ¿Seguirá habiendo resistencias? Por supuesto, todo proyecto de transformación las presenta. Pero quienes creemos que ésta es una buena opción para salir como país, debemos defender este tipo de proyecto. El país ya no podía seguir con una educación de hace 58 años, desde los tiempos de Jaime Torres Bodet”.

Fuente: http://www.razon.com.mx/spip.php?article341754

 

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La educación en la era digital.

Por: Gonzalo Chavez A.

Primera escena: Llega el nuevo celular a la casa, con manos temblorosas, el propietario desempaca el equipo y comienza a leer un grueso manual de letra súper menuda y redactado o traducido al español por algún un chino que detesta la sintaxis y la ortografía. Después de descifrar el mamotreto, con dedo ET, el usuario se dispondrá a encenderlo y nunca dejando de abrazar el manual, comenzará un largo y tedioso proceso de aprendizaje. Segunda escena: Arriba el móvil, el joven de la casa abre la caja de la máquina, lo enciende y comienza a manejar el equipo, y por prueba-error, en minutos se convierte en un experto. Si Usted pertenece al segundo grupo puede considerarse en un nativo digital. Si se encuentra en la primera situación es probable que sea un Neandertal digital. Ahora bien, puede que Usted esté en un punto intermedio en cuyo caso puede considerase un inmigrante digital. Me considero parte de este grupo de transición.

A los nativos del internet también se los conoce como Milenios. El gran desafío del siglo XXI es crear sistemas educativos para estas nuevas generaciones, en especial en países como Bolivia. Claramente, el modelo educativo actual, salvo raras excepciones, es completamente disfuncional y obsoleto. No atendemos ni a sus expectativas personales ni los preparamos para la sociedad digital y del conocimiento. Entre tanto, algo que no ha cambiado en los tiempos actuales es que la educación aún es un poderoso instrumento de transformación. Invertir en educación produce un efecto carambola, especialmente en países en vías de desarrollo como el nuestro. Por una parte es el camino para mejorar la situación económica y de ingreso de una persona, y por otra es el mecanismo a través del cual se puede promover la igualdad y la justicia social.

Como es ampliamente conocido, la revolución de la tecnología y de la información está provocando transformaciones radicales en la sociedad, las instituciones y la economía. Estamos frente a la cuarta revolución industrial. De manera desigual y fragmentada se construye la sociedad digital. Cada vez más personas, empresas, movimientos sociales, instituciones, gobiernos interactúan de forma abierta, cambiante, conectada y global, aunque, por supuesto, también, con estos cambios digitales, a las brechas de pobreza, se suman las grandes desigualdades en conocimientos tecnológicos.

Los nativos digitales vienen con otro chip educativo en la cabeza, demandan metodologías de aprendizaje donde predomine el «aprender haciendo», son una generación práctica que aprecia la experimentación antes que la teorización. Exigen ser los actores de su propia educación y valoran más a los entrenadores, primus inter pares, de sus equipos antes que a los profesores acartonados, que sólo dan clases magistrales.

En este contexto, los desafíos de la educación digital para las nuevas generaciones están atravesados por las siguientes dimensiones. La militancia obsesiva en la creatividad, el impulso constante del pensamiento crítico, el desarrollo de una conciencia social basada en valores, la firme creencia en el trabajo en equipo y la amplia capacidad y actitud emprendedora.

Quiere decir, que los niños y jóvenes de la sociedad digital requieren de otro tipo de competencias y actitudes para hacer un uso creativo y seguro de las tecnologías de información, entender la lógica de trabajo de la era del Internet y desarrollar habilidades sociales en base a la solidaridad.

Comencemos por las competencias. La más importante la competencia de aprender a aprender, la cual está conectada a la formación de por vida. Bachilleres, licenciados o doctores nunca dejan de estudiar porque la realidad de la innovación tecnológica es mucho más rápida que los saberes.

En la era actual quien no se comunica se «trumbica» (se perjudica), como decía un genio de la televisión brasileña Chacrinha, por lo tanto, desarrollar competencias de comunicación en la lengua materna y en lenguas extranjeras es fundamental. Así mismo, competencias tradicionales como la matemática, la ciencia o la tecnología son también importantes. Las nuevas generaciones también requieren competencias en iniciativa y espíritu emprendedor. Los Milenios prefieren crear empleos y que buscarlos. Por supuesto, no se quiere formar una banda de nerds y anacoretas por lo que se necesita desarrollar competencias sociales, éticas y cívicas. Finalmente, y no por eso menos importante, están las competencias digitales que son el diferenciador de estos tiempos.

Ahora veamos algunas de las actitudes y habilidades que se sintonizan las competencias mencionadas anteriormente. Entre las habilidades están la de orden operativo como ser: conocer y utilizar equipamientos digitales, entender el rol de las redes sociales en el aprendizaje y comunicación, saber almacenar contenidos digitales, conocer cuestiones jurídicas y éticas de los medios digitales. Entre las actitudes importantes están la gestión de la intercultural crítica y la creativa autónoma y responsable.

El desafío central actual es colocar al modelo educativo como el centro de la construcción social, política y digital. Como dice Sergio Fajardo «Debemos salirnos del marco restringido de la educación, entendida como el proceso de asistir a un aula para aprender algo, y convertirla en verdadero motor de la actividad social. (…) Al proponer la educación como elemento central en la transformación de nuestra sociedad, sabremos en qué dirección vamos y, por lo tanto, la política misma se convertirá en actividad educadora, y a los políticos les corresponderá buena parte del liderazgo pedagógico de la sociedad». Pero complementado el desafío político de la educación está la reinvención del modelo de enseñanza-aprendizaje en la era digital.

Fuente: http://correodelsur.com/opinion/20170319_la-educacion-en-la-era-digital.html

Imagen: http://cdn.impacto.mx/wp-content/uploads/2016/07/epedig_fotosuperior.jpg

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El Modelo Educativo y el Artículo Tercero

Miguel Ángel Casillas

Además de constatar que el Modelo Educativo presentado por el Secretario de Educación hace unos días llega tarde como señala Rodolfo Ramírez; que comprende un listado de buenos propósitos que casi todos podemos compartir; de coincidir en la exigencia hacia las autoridades para que indiquen qué y cómo recuperaron la gran cantidad de aportaciones que derivaron de la discusión realizada en los últimos meses; y antes de revisar a detalle todos los contenidos propuestos, quizá un ejercicio elemental es observar el grado de congruencia del Modelo Educativo con los preceptos constitucionales.

Dice el artículo tercero:

La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.

El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos.

I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa;

II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.

En orden de prelación, la fracción primera es ineludible, se establece expresamente que la educación será laica. Por tanto, en un sentido de congruencia, el Modelo Educativo debería expresar un compromiso fuerte con el laicismo y formular un proyecto educativo en ese sentido.

Sin embargo, esto no sucede así. Si buscamos alguna referencia al laicismo o a la educación laica en el cuerpo del documento del Modelo Educativo no encontraremos más de tres breves y dispersas referencias en las páginas 188, 201 y 211. Sólo al final del documento, como referencia a la ley y como parte de un glosario. A los redactores del Modelo se les olvidó el laicismo y no refieren a él como un principio estructurante del proyecto educativo nacional.

La fracción segunda es clara, ineludiblemente la educación debe estar basada en los resultados del progreso científico. Por tanto, al igual que respecto del laicismo, el Modelo Educativo debería establecer con claridad su proclividad hacia el pensamiento y el conocimiento científico.

Sin embargo, en el cuerpo del texto del Modelo sólo aparece una breve referencia al pensamiento científico en la página 62 y en el glosario del final aparecen las voces conocimiento interdisciplinar y conocimiento, que se define de la siguiente manera:

Conocimiento. Entendimiento teórico o práctico de la realidad, elaborado por la sistematización de las experiencias adquiridas en diversos ámbitos de la vida. Producirlo conjuga las capacidades de percibir, asimilar, razonar y recordar. Cada persona construye el conocimiento en relación con su ambiente físico y socioemocional. P 203.
Ni una referencia al conocimiento científico.

En el glosario también se definen las voces pensamiento analítico, pensamiento complejo, pensamiento crítico y pensamiento creativo. En ninguno de los cuatro casos se hace referencia al pensamiento científico, a los procedimientos, valores, metodologías y criterios de rigurosidad que caracterizan a la ciencia.

Ambos olvidos son graves, evidencian en el mejor de los casos un descuido inexcusable. Los dos pilares sobre los que descansa el proyecto educativo nacional definido por el Constituyente están fuera de los fundamentos y de las definiciones sustantivas del Modelo Educativo del gobierno federal.

Sin laicismo explícito y sin fundamento en el pensamiento científico el Modelo Educativo abre la puerta a cualquier cantidad de intentos por vulnerar los principios constitucionales. Esto es inadmisible ahora que conmemoramos el centenario de la Constitución, en estos días aciagos en que el pensamiento científico está siendo negado por el nuevo fascismo norteamericano, y cuando observamos la intolerancia de las religiones frente al progreso y a la evidencia de la ciencia.

Para ser congruente con la Constitución, el Modelo Educativo debe declarar abiertamente y sin tapujos su adhesión al laicismo y fundamentar la enseñanza en la ciencia y en sus procedimientos.

 

Fuente del Artículo:

El Modelo Educativo y el Artículo Tercero

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Las deudas del Modelo educativo

Por: Alberto Sebastián Barragán

Si el Plan de Estudios 2011, para educación básica, fuera una persona física, podría denunciar a los titulares del “nuevo modelo educativo” por calumnias. El pasado lunes 13 de marzo se presentó la última versión de reforma educativa. Con el típico discurso maniqueo y triunfalista de la administración: todo lo anterior era malo, y lo nuevo es bueno.

Es importante subrayar que la participación de maestros y especialistas ha estado acotada a espacios y tiempos controlados por la política educativa. Primero, en 2014 se abrieron foros de consulta en donde concurrieron muchos profesores de todos los niveles educativos, y se concentraron relatorías, que no son referidas en la propuesta curricular. Después, se presentó el modelo curricular el 20 de julio de 2016, y posteriormente fue analizado en mesas de especialistas, y en muy pocas horas se revisó de manera improvisada por parte de los profesores de educación básica en los Consejos Técnicos Escolares del mes de agosto de 2016.

Sin considerar los estados del conocimiento que por décadas ha arrojado la investigación educativa mexicana, se impulsó el modelo educativo. Los ambiciosos planteamientos se han tenido que volver a diseñar. Como la estrategia de Laptops, luego Tablets, y luego nada; como la evaluación impuesta, obligatoria, y luego voluntaria. Los que dirigen las acciones del sistema educativo, en una supuesta buena voluntad de hacer el bien, terminan convirtiéndose en todo lo contrario.

Los mejores argumentos para demostrar las calumnias, son la realidad y los hechos. Hay que tomar en cuenta las “innovaciones” del     nuevo modelo educativo, que están en la página de la SEP. En esa comparación del antes y el ahora, hay grandes vaguedades e imprecisiones que no deben quedar sin ser señaladas.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/las-deudas-del-modelo-educativo/

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