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Autonomía curricular

El Modelo Educativo (ME) que la SEP propone implantar en el sistema de educación obligatoria a partir de agosto de 2018, argumenta como una de sus mayores innovaciones la autonomía curricular, a través de la cual, se argumenta en la propuesta, las escuelas contarán “podrán adaptar los contenidos educativos a las necesidades y contextos específicos de sus estudiantes y su medio.” (ME, pág. 27-28).

La autonomía curricular, se indica, modifica “el antiguo modelo vertical y prescriptivo para transitar hacia uno más flexible” (ME, pág. 75), gracias a este dispositivo las comunidades educativas (estudiantes, docentes y padres de familia) podrán incidir sobre los contenidos educativos y sobre las actividades que complementan el currículum obligatorio.

En el planteamiento pedagógico del modelo, se aclara, la autonomía curricular tiene la finalidad de brindar atención a la diversidad y a las necesidades e intereses individuales. También se indican los cinco objetivos específicos del componente: a) ampliar la formación académica; b) potenciar el desarrollo personal y social; c) ofrecer nuevos contenidos relevantes; d) incorporar conocimientos regionales; e) desarrollar proyectos de impacto social (véase ME, Componentes curriculares de la educación básica).

El ME, en su versión 2017, no abunda en la forma de operación concreta de la autonomía curricular, salvo los ejemplos que se indican en la pág. 76 del documento. En el cuadro 4 (autonomía curricular en la educación básica) se enumeran algunos ejemplos, más bien triviales y poco novedosos, del tipo de actividades que podrían ser incluidos en el segmento de tiempo destinado al componente: taller de escritura creativa, inglés, debates, taller de matemáticas lúdicas, taller de tecnología, taller de exploración de condiciones del medio y cambio climático; ligas deportivas, orquestas, talleres de arte; asignaturas tales como educación financiera, programación, robótica, habilidades para emprender; contenidos regionales y locales, y finalmente proyectos como recolección de basura, potabilización, democracia escolar, entre otros.

Se aclara, por último, que el tiempo de autonomía escolar es variable por nivel educativo y en función de la modalidad educativa. Es mayor en preescolar que en primaria, y mucho más amplio en jornadas de tiempo completo. Para las escuelas de jornada regular el tiempo de autonomía se estima en 2.5 horas a la semana, mientras que en las de tiempo completo puede sumar hasta 20 horas semanales.

El documento complementario al ME de 2017, Ruta para la Implementación del Modelo Educativo, ofrece algunas aclaraciones relevantes. Primera, que un próximo acuerdo secretarial, será emitido en mayo de este año, definirá los lineamientos de la autonomía curricular, y posteriormente las adaptaciones que correspondan en programas vigentes a cargo de la SEP: Programa de Fortalecimiento de la Calidad Educativa, Programa Integral para la Igualdad Educativa, y Programa Nacional de Inglés.

Segundo paso, en el periodo de junio de 2017 a julio de 2018 se debe cumplir la tarea de diseñar e implementar el piloto (en 1,162 escuelas) del componente de autonomía curricular del Plan y los programas de estudio en escuelas públicas de educación básica. Esta fase es simultánea al pilotaje de los planes y programas del nuevo currículum en los distintos niveles y modalidades de la educación obligatoria. Solo un mes después de la implementación piloto se pondrá en práctica el nuevo componente curricular. Hasta ahora no se ha explicado cómo se evaluará la fase experimental ni el tipo de consecuencias de dicha evaluación en caso de llevarse a cabo.

Por lo pronto el estado de Aguascalientes ya se apuntó para diseñar y ejecutar un programa piloto, de alcance estatal, en materia de autonomía curricular. Según Raúl Silva Perezchica, director del Instituto de Educación de Aguascalientes, órgano de la autoridad educativa estatal, la SEP les solicitó participar en la fase piloto y ellos, en Aguascalientes, ya iniciaron la valoración sobre el tipo de cursos o actividades que se incluirán en el programa piloto a ser iniciado este año (Página 24, Aguascalientes, 28 de marzo de 2017: Fuente).

A pesar de la insistencia gubernamental en que la autonomía curricular, junto con la autonomía de gestión de las escuelas, son los componentes de máxima innovación del ME, no sobra recordar que la opción de generar contenidos escolares pertinentes a los contextos locales está presente en el sistema desde la reforma educativa de 1993. La Ley General de Educación aprobada ese año, en el marco del proceso de descentralización abierto por el Acuerdo Nacional de Modernización de la Educación Básica (ANMEB, 1992), estableció en el cuerpo normativo que corresponde en exclusiva a las autoridades educativas locales, entre otras competencias, la de proponer a la SEP los “contenidos regionales que hayan de incluirse en los planes y programas de estudio para la educación preescolar, la primaria, la secundaria, la normal y demás para la formación de maestros de educación básica” (Artículo 13).

Lo que importa es observar qué tipo de contenidos y actividades se van a desarrollar en el nuevo marco. Si son como las enunciadas, a título de ejemplo, en la propuesta del ME 2017, es difícil anticipar que con ello se revolucionará el sistema educativo vigente.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/autonomia-curricular/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/06/escuela-nicaragua3-768×480.jpg

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Frente al discurso político de la inclusión, es urgente reposicionar el derecho a una educación intercultural bilingüe

Por: Rosa Guadalupe Mendoza Zuany

En la coyuntura de la presentación del Modelo Educativo para la Educación Obligatoria y de la emisión de las Directrices para mejorar la atención educativa de niñas, niños y adolescentes indígenas por parte del INEE, el pasado 18 de marzo presentamos, en Xalapa, Veracruz, el libro “La educación indígena en Veracruz: diagnóstico y recomendaciones para la política educativa”. El objetivo de este trabajo es reposicionar el derecho a una educación intercultural bilingüe para la niñez indígena. ¿Por qué? Porque es innegable que ante la avanzada de la educación inclusiva hay de un debilitamiento, e incluso retirada, del enfoque intercultural en el sistema educativo mexicano.

En la coyuntura de la presentación del Modelo Educativo para la Educación Obligatoria y de la emisión de las Directrices para mejorar la atención educativa de niñas, niños y adolescentes indígenas por parte del INEE, el pasado 18 de marzo presentamos, en Xalapa, Veracruz, el libro “La educación indígena en Veracruz: diagnóstico y recomendaciones para la política educativa”. El objetivo de este trabajo es reposicionar el derecho a una educación intercultural bilingüe para la niñez indígena. ¿Por qué? Porque es innegable que ante la avanzada de la educación inclusiva hay de un debilitamiento, e incluso retirada, del enfoque intercultural en el sistema educativo mexicano.

En la presentación del libro estuvieron presentes Sylvia Schmelkes, Consejera Presidenta de la Junta de Gobierno del INEE, y Sara Ladrón de Guevara, Rectora de la Universidad Veracruzana, quienes resaltaron su utilidad como brújula orientadora para las tareas que debe emprender la Autoridad Educativa Local (AEL).

Veracruz es uno de los estados más diversos del país. En la entidad se ofrecen servicios educativos a niñas y niños de quince grupos originarios. Cabe mencionar que 16.2% de la población total de la entidad se autoadscribe como indígena, y 12.4% es hablante de alguna lengua indígena. Es importante contar con un enfoque intercultural bilingüe en todas las escuelas y no sólo en las de modalidad indígena: si bien 56.5% de los alumnos hablantes de lenguas indígenas de sexto grado de primaria estudian en una escuela del subsistema indígena, el resto lo hace en escuelas regulares, las cuales, por supuesto no implementan el enfoque intercultural bilingüe. Además, 61.4% de los preescolares indígenas son unitarios, y 53.6% de las primarias indígenas son unitarias o bidocentes, lo cual implica importantes retos en torno a la enseñanza multigrado y la gestión escolar, sólo por mencionar dos asuntos que requieren atención prioritaria con equidad (INEE-UNICEF, 2016).

El libro ofrece un diagnóstico del problema y recomendaciones para mejorar diversos aspectos relacionados con las características generales del subsistema indígena, el perfil docente, la formación continua, la pertinencia cultural del currículum, los materiales educativos, la infraestructura y equipamiento, así como la gestión escolar. Tanto el diagnóstico como las recomendaciones se fundamentan con datos de documentos públicos oficiales, estadísticas, investigaciones y evaluaciones de políticas educativas en el tema. Asimismo, las recomendaciones incluyen las voces de docentes, directores, supervisores, jefes de sector y asesores técnico pedagógicos (ATP) del subsistema indígena en Veracruz, quienes participaron en grupos de discusión en los que se abordaron cada uno de los temas que incluimos en el libro.

La marginalidad del subsistema indígena es palpable en el diagnóstico que se presenta. Se resaltan, entre otros problemas, la poca o nula disposición de materiales educativos en todas las lenguas, para todos los niveles y correspondientes a los planes de estudio vigentes, y la precaria condición de los centros de trabajo y su equipamiento. Con todo, se identifican avances en algunos temas, particularmente el trabajo de elaboración de programas de estudio y libros para el maestro en varias lenguas indígenas presentes en el estado (náhuatl, hñañhú y tutunakú).

Las recomendaciones van en el sentido de que las autoridades educativas locales ejerzan sus competencias y capacidad para diseñar e implementar una política educativa para atender a la niñez y juventud en el subsistema indígena y en todas las modalidades y niveles educativos. En este sentido, el libro provee insumos para elaborar una respuesta a las Directrices y para la adopción de medidas que respondan concretamente al contexto veracruzano.

El libro, y las propuestas que se incluyen en éste, surgen a partir de la colaboración entre los ámbitos en los que nos ubicamos sus dos autoras: el técnico-pedagógico de la Dirección de Educación Indígena de Veracruz y el académico del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana. Su publicación es parte de las actividades de la Comisión Estatal para la Planeación y Programación de la Educación Indígena del Consejo Interinstitucional Veracruzano de Educación (CIVE), a la que pertenecemos María Consuelo Niembro Domínguez y una servidora. Este ejercicio de colaboración es una muestra de que es posible superar las barreras para el diálogo y la colaboración que habitualmente se observan entre la academia y quienes se ocupan de implementar políticas educativas.

Pese a ello, el documento no tuvo la recepción que esperábamos. Preocupa que a la presentación del libro no asistieron ni el Secretario de Educación, ni el Subsecretario de Educación Básica, ni tampoco el Subsecretario de Educación Media Superior y Superior del estado de Veracruz, pese a que este material está dirigido principalmente a ellos, intentando proveer un insumo para su importante trabajo. ¿Ello nos habla de un desdén histórico hacia la educación indígena? ¿De un desdén hacia el derecho a una educación pertinente desde el punto de vista cultural y lingüístico, ocasionado por la moda de la inclusión como alternativa? ¿De la marginalidad de los pueblos indígenas en el sistema educativo? ¿O quizá de la imposibilidad de escuchar opiniones y recomendaciones si éstas no se gestan dentro del principal círculo de toma de decisiones de la autoridad educativa local?

Sin duda, el panorama no es halagüeño. Los problemas son acuciantes y el diálogo con la autoridad está ausente. Así que habrá que pensar en qué mecanismos debemos utilizar para acercar a los tomadores de decisiones las investigaciones y las recomendaciones que desde la academia se generan y que, en principio, deberían contribuir a la solución de problemáticas históricas como las educativas.

Para concluir, sólo quiero señalar que el posicionamiento en la agenda educativa de la educación intercultural bilingüe en el sistema educativo mexicano, en la coyuntura del Nuevo Modelo Educativo, deja mucho que desear. El nuevo Modelo perpetúa vacíos y omisiones para el ejercicio de los derechos de los pueblos indígenas a una educación pertinente, tanto desde el punto de vista lingüístico como cultural. Urge, por tanto, tener un diálogo abierto con la autoridad educativa local, en el que se llegue a acuerdos, definiciones de política, soluciones, más allá de un discurso político de inclusión.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/frente-al-discurso-politico-de-la-inclusion-es-urgente-reposicionar-el-derecho-a-una-educacion-intercultural-bilingue/

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El método innovador de los ‘coles’ jesuitas, a examen: esto es lo que está funcionando

Por: Hector G. Barnés

En septiembre de 2015, Jesuitas Educación, la red de escuelas de los jesuitas de Cataluña, dio el pistoletazo de salida a la Nueva Etapa Intermedia, una innovadora experiencia piloto que intentaba dar la vuelta a las convenciones educativas en los cursos de 5º de Primaria a 2º de ESO. Esta se traducía en rediseñar las aulas (adiós a los muros), redefinir el rol de los profesores (las clases tienen 60 alumnos y tres profesores) y fomentar el trabajo por proyectos.

Un cambio de filosofía que cristaliza en distintas siglas, como el MCEFE (Modelo de Cambio del Espacio Físico de las Escuelas) o el MENA (Modelo de Enseñanza y Aprendizaje). El primero intenta propiciar «ambientes más flexibles y educadores», desde el cambio de colores en el aula hasta el diseño de estos espacios, más grandes y polivalentes. El MENA es el modelo pedagógico aplicado, que ha prorizado contenidos «para posibilitar un enfoque globalizado y hacer posible una comprensión más integrada y significativa del aprendizaje a través del descubrimiento guiado y el trabajo cooperativo, en proyectos basados en situaciones complejas y problemas reales».

En este innovador planteamiento, ocupaba un lugar privilegiado la evaluación de cada uno de los pasos dados en el programa para comprobar aquello que funciona y aquello que no. Uno de los primeros resultados es el ‘Informe final de la rvaluación de impacto de la experiencia piloto de la Nueva Etapa Intermedia’, que acaba de ser publicado y que ha sido elaborado por el Centro de Tecnologías Ituarte (Cetei) que ha trabajado de forma independiente a pesar de formar parte de la red jesuita, y ha contado con la participación de investigadores de la Universitat Ramon Llull, la Pompeu Fabra y la Northwestern University.

“Estamos convencidos de que el proceso que hemos iniciado es muy importante, porque nuestra innovación no se puede concebir sin que vaya acompañada de una evaluación, que es su motor”, nos explica Miquel Amor, director del Cetei. Es uno de los pilares de un sistema en el que resulta tan importante la innovación como la evaluación de estos cambios. Como recuerda el autor, en apenas dos años no se puede medir con exactitud el impacto que el NEI ha tenido en el rendimiento de los estudiantes, sino, más bien, se ha perseguido proveerse de instrumentos que permitan evaluar un sistema que se centra en lo “no cognitivo”. Algo a lo que no está acostumbrado el sistema educativo, que suele centrarse en los resultados.

El informe se ha realizado a través de la comparación entre los alumnos que participaron en el programa NEI y otros que cursaron el sistema tradicional en Jesuïtes Casp, unido a varios cuestionarios dirigidos a padres, docentes y directivos. ¿El principal objetivo? Comprobar que los estudiantes encajaban en las cinco cualidades de la persona que deben formar parte de su formación integral: ser consciente, competente, comprometida, compasiva y creativa.

El alumno, en el centro

Esta configuración se deriva del principio que ordena el NEI, que es otorgar protagonismo al alumno. “Es un miembro activo y el centro del proceso de enseñanza, que trabaja tanto individualmente como en equipo con sus compañeros”, explica el informe. Esta primera valoración es positiva: “Sin duda, el camino iniciado abre la posibilidad de rediseñar completamente el proceso de enseñanza y aprendizaje centrado en el alumno y en el impacto que deseamos producir al acabar un periodo terminado”.

Se constata que el descentramiento del rol del profesor en la NEI ha empoderado al alumno y ha sido el motor que ha impulsado que los otros elementos de la innovación analizada hayan podido tener éxito”, prosigue el texto. Uno de los hallazgos que han permitido respirar tranquilos a profesores e implantadores de sistema es que no ha perjudicado los resultados académicos de los estudiantes. “Obtenemos los mismos resultados excelentes que antes”, explica Amor. “No partíamos del fracaso escolar, porque teníamos muy buenos resultados, sino que queríamos actualizar nuestra propuesta porque se requieren más cosas que las académicas para tener éxito en la vida”.

Entre los hallazgos positivos se encuentra también un muy buen clima en el aula, un potencial problema, dado que el nuevo sistema obligaba a replantear las relaciones entre alumnos y con el propio profesor. Ya no hay 25 o 30 estudiantes con un único docente, sino entre 50 o 60 con dos o tres. La diferencia ahora se encuentra en que la relación con el tutor es mucho más estrecha. “Conoce bien al alumno y los alumnos le conocen”, explica Amor. Debido a que está siempre en el aula, es consciente de las necesidades y problemas de cada uno de los estudiantes. En el sistema tradicional, el tutor pasa en el mejor de los casos seis horas a la semana con sus alumnos; a veces, tan solo una.

Los alumnos parecen haber aceptado fácilmente el sistema del trabajo por proyectos y la creatividad es, junto a la conciencia, uno de los factores de la persona que más destacan en la evaluación (Amor destaca el caso del Blanquerna). Los alumnos, señala el informe, muestran una mayor autonomía organizativa, definida por “la propia tarea a realizar”, mientras que el grupo de control vinculado a la educación tradicional sigue guiándose por lo que el profesor determina.

Un sistema por encima de sus miembros

La mayor ventaja del NEI es, no obstante, su independencia del talento, tanto del profesor como del alumno. “Es un triángulo: el profesor siempre será esencial, porque puede hacer un sistema mejor o peor, y los alumnos también lo llevarán a un sitio u otro”, explica Amor. Sin embargo, uno de los objetivos del sistema es, a través del trabajo por proyectos o en grupo, que no sea del profesor de quien dependa el éxito o el fracaso del entramado, sino de la interacción entre los distintos miembros.

El objetivo de Jesuitas Educación no es, aclara Amor, evaluar el sistema de manera definitiva, sino tener una pequeña guía para orientarse en el medio plazo. Sobre todo, dado que apenas lleva dos años implantado. “Cualquier transformación tiene su recorrido, y cuando cambias culturas, también alteras marcos mentales, y no puedes conseguir impactos inmediatos o a medio plazo en pocos años”, recuerda el investigador. “Esto requiere su tiempo, tanto a nivel de profesionales como de alumnos”.

Uno de los puntos a mejorar es, precisamente, el del papel del profesor, cuya exigencia es mucho mayor que en el pasado inmediato. “Todo cambio provoca cierto coste energético y emocional, como cuando te mudas”, explica Amor. En este caso, el vínculo constante entre docente y alumno es una carga adicional. “Hasta ahora, los profesores no lo tenían, porque su función no era acompañar personas, sino transmitir contenidos”. De ahí que, en último lugar, los investigadores reivindiquen también una diferente preparación de los docentes, así como un replanteamiento de su rol. “Si le pides a un profesional algo nuevo, el sistema también debe cambiar”, concluye Amor.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-03-23/colegios-jesuitas-metodo-innovador_1352816/

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Modelo educativo y opinión pública

29 de marzo de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx

Por: Carlos Ornelas

La contienda entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y quienes se oponen a la Reforma Educativa se da en varios planos. En el Legislativo, el presidente —entonces en alianza con el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática— ganó una batalla importantísima: enmiendas a la Constitución y dos nuevas leyes. Institucionalizó lo más importante, el servicio profesional docente. 

En el plano de la lucha política, el gobierno fue enrevesado. Por una parte, como diría Maquiavelo, el Presidente actuó como zorro. Puso en prisión a Elba Esther Gordillo y apaciguó —sin dejarlos gozosos, por supuesto— a sus vicarios. En sentido contrario, EPN operó de manera embrollada para bregar con los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Les ofreció prebendas y propició su crecimiento.

En la parte programática, el gobierno avanzó con propuestas concretas derivadas del ambiente internacional, planteadas en el Programa Sectorial de Educación 2013-2018. Por ejemplo, Escuela al centro, Autonomía de gestión escolar, Normalidad mínima, que el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, popularizó con su actividad mediática.

En el trozo de la ejecución, aun contra la oposición férrea de la CNTE y la desconfianza de docentes de base, la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación realizaron concursos para el ingreso a la profesión y la primera evaluación del desempeño docente. No obstante, la rivalidad, aunque exangüe, continúa y puede renacer en alguna coyuntura.

En el plano institucional, el gobierno implantó nuevas dependencias como la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente y el Sistema de Información y Gestión Educativa; también recentralizó el pago de la nómina y eliminó la participación del SNTE en el sistema de incentivos a los maestros.

Sin embargo, en la pugna por la opinión pública que, en una de las acepciones que propone Jürgen Habermas, es la medida de la legitimidad, el gobierno sólo levanta cabeza cuando promueve alguna acción trascendente u organiza una ceremonia ostentosa para hacer un anuncio.

Por ejemplo, la firma del Pacto por México; el acto del 10 de diciembre de 2012, cuando el Presidente avisó que al día siguiente enviaría al Congreso la iniciativa de reforma constitucional; la gala del 25 de febrero de 2013 en el Palacio Nacional, para firmar el decreto de que la reforma era ley vigente; la captura de la señora Gordillo al día siguiente y el mensaje en cadena nacional de EPN para proclamar que nadie estaba por encima de la ley.

Empero, en términos generales, los opositores parecían llevar ventaja. Pusieron en la discusión pública, con éxito inusitado, que la reforma era laboral, no educativa —hasta el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue, redimió esa idea— y por lapsos tomaron la iniciativa, salvo cuando la Policía Federal desalojó a militantes de la CNTE que habían bloqueado la Autopista del Sol; también cuando los expulsó del Zócalo.

La tendencia en la opinión pública era que la reforma no tocaría las partes sustantivas de la educación: pedagogía, currículo y formación de docentes.

A juzgar por la única encuesta que se ha publicado (ver el artículo de Ulises Beltrán y Alejandro Cruz, en Excélsior, 20 de marzo), el gobierno de Peña Nieto y la SEP recuperan terreno. Con todo y que nada más 41% de los entrevistados declaró conocer el Modelo, la mayoría (61%) expuso su acuerdo con él. En suma, generó expectativas optimistas.

La ceremonia del 13 de marzo en Palacio Nacional para presentar el Modelo Educativo de la Educación Obligatoria rindió frutos. La prensa y los medios —las redes sociales también— todavía se ocuparon del asunto. Los reporteros entrevistaron a expertos, docentes y padres de familia; decenas de editorialistas la comentaron. La emisión del Modelo era una deuda del gobierno con la sociedad; hoy trata de solventarla.

Si las nociones habermasianas son correctas, este hecho otorga credibilidad a la acción gubernamental. Pero no es permanente, la opinión pública es veleidosa y da giros bruscos. Si bien la propaganda intensa por radio y televisión que patrocina la SEP ocasiona que la gente sepa que hay un nuevo Modelo, no implica que todos lo crean.

Una legitimidad consistente sólo provendrá de la coherencia entre los planteamientos y los hechos. ¿Qué tanto podrá hacer este gobierno en menos de dos años? ¿Calará el modelo?

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/03/22/1153398

Foto: http://news.radiocentro.com/files/2015-07/Noticia_EdoOax_20150721_CarlosOrnelas.jpg

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El sistema educativo para aprender, no solo para aprobar

Por: Víctor Pavón

La educación es una poderosa herramienta de la civilización para la transferencia de valores y conocimientos. Esto es lo que ya sabemos. Pero, lo que muchas veces no se toma en cuenta es que la educación requiere de un sistema coherente y facilitador de las tremendas fuerzas que de las ideas emergen. En Paraguay, el sistema educativo se expresa en la repetición continua de un modelo rezagado no solo en la relación docente-alumno, sino también en su misma pedagogía.

La raíz de este inconveniente está en su pernicioso verticalismo que, pese a las buenas intenciones de sus funcionarios, el ministerio en el ramo es el primer problema. La educación se encuentra atrapada y es incapaz de evitar las decisiones de la matriz político burocrática, como en efecto se prueba cuando miles de alumnos ingresan a aulas sin las debidas condiciones de infraestructura, lo mínimo que se exige al sistema.

La extrema burocracia, verticalismo y politización hacen difícil responder a las siguientes interrogantes que de la pedagogía emergen. ¿Qué estamos enseñando? ¿Cómo enseñamos y para qué enseñamos? Estas preguntas requieren de respuestas iluminadas no desde la concepción verticalista y burocrática, sino desde una visión participativa, crítica, reflexiva de los protagonistas de la educación; los maestros, alumnos y padres de familia.

Sin esos intercambios de ideas y propuestas no se podrá avanzar en temas relevantes como la evaluación. Los estudiosos de la educación saben que si se quiere cambiar el sistema educativo se debe abordar el modo de evaluación del proceso enseñanza aprendizaje, de modo que los niños y jóvenes comprendan y sientan lo que significa conocer y hacer más y mejor, mediante la participación activa de sus maestros, quienes deberán mostrarse motivadores y no apáticos intermediadores.

No debería sorprendernos que en el presente el sistema educativo tienda a confundir la evaluación con la calificación. Parece muy obvio decir que los exámenes no son la única manera de evaluar el aprendizaje; sin embargo, se ha dejado de lado que el propósito del buen docente es la calidad del aprendizaje de sus alumnos, por lo que pasar los exámenes y obtener títulos no son indicadores fiables de la calidad educativa.

Aprender con el fin de aprobar exámenes supuestamente cada vez más difíciles es el modelo tradicional de enseñanza que se viene implementando en los niños y jóvenes. Este modelo provoca la desidia y el desinterés de educadores y educandos, desvaloriza la educación al punto que se tienen muchos docentes pero menos maestros.

Un sistema educativo hecho solo para aprobar y no para aprender tiene fuertes efectos sobre los niños y jóvenes que así se instruyen en la creencia de que los demás se deben hacer cargo de la cultura, la política y la economía, siendo esta la mejor forma de dar cabida a los avivados de siempre que luego ocupan altos cargos en los gobiernos.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/el-sistema-educativo-para-aprender-no-solo-para-aprobar-1570889.html

 

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Canadá, el modelo educativo que seduce al mundo

Canadá/Marzo de 2017/Autora: María Jesús Ibañez/Fuente: El Periódico

Que ningún alumno se quede atrás. Esta es la filosofía de la escuela en Canadá, un país que en el último informe PISA se consolidó, por méritos propios, en el ‘top ten’ de los mejores sistemas educativos del mundo. «La educación allí es muy inclusiva, de manera que todos los alumnos de una misma clase avanzan juntos y no hay estudiantes que queden descolgados por el camino», explica John Mighton, profesor de Matemáticas en ese país y creador del método de enseñanza Jump Math, por el que ha sido premiado internacionalmente. Canadá es una de las mecas de la enseñanza individualizada, esa que se adapta a los ritmos, motivaciones y capacidades de cada niño y que, según los expertos, debería ser el objetivo final de los métodos de innovación pedagógica que se están implantando en las aulas de todo el mundo.

El último reconocimiento recibido por un docente canadiense es el que el jurado del Global Teacher Prize, el popularmente conocido como Nobel de los maestros, otorgó la semana pasada a la profesora de secundaria Maggie MacDonnell. El galardón de un millón de dólares valoró la extraordinaria labor que está desarrollando MacDonnell en una pequeña comunidad esquimal del norte de Quebec, en la que las condiciones de vida (en pleno Ártico y sin acceso por carretera, solo por avión) son extremadamente complicadas. En ese entorno inhóspito, donde el aislamiento alimenta altas tasas de adicciones, de embarazos precoces y de suicidios adolescentes, MacDonnell ha conseguido que, en los seis años que lleva allí, varios de sus estudiantes hayan ingresado en la universidad.

«Es un sistema muy inclusivo, en el que ningún alumno queda descolgado», afirma un profesor de Matemáticas

“Hace ya unos años que Canadá va obteniendo buenas posiciones en PISA, por eso para nosotros el último informe no ha sido ninguna sorpresa… Aunque comprendo que fuera del país haya llamado la atención”, agrega Mighton, que hace unas semanas visitó Barcelona para comprobar cómo funciona el Jump Math en las escuelas que lo han implantado.

ESCUELAS PÚBLICAS

Ya sea por sus buenos resultados académicos, por esa capacidad que tiene el sistema educativo canadiense de adaptarse al alumno (y no al revés, como ocurre en muchos otros lugares) o por los asequibles precios que pagan las familias -la gran mayoría de los centros son de titularidad pública-, lo cierto es que en poco tiempo Canadá también ha despertado el interés de muchas familias españolas, que lo están eligiendo cada vez más como destino educativo para sus hijos.

“Existe una fuerte demanda por Canadá, en los últimos cinco o seis años, tanto para aprender inglés en verano como para cursar años escolares enteros”, corrobora Ana Pedrero, directora del departamento de Curso Escolar de la consultora educativa Astex. “Es un país con un sistema educativo de gran calidad, equiparable a los mejores del mundo y, además, estamos viendo que las familias canadienses, quizá porque son culturalmente más europeas que las de Estados Unidos, hacen que la adaptación al país para los estudiantes españoles sea menos traumática y más llevadera”, indica Pedrero.

Los últimos cursos de la secundaria obligatoria (tercero y cuarto de ESO) y el bachillerato son los que más interés despiertan entre los españoles, “aunque también hay quien manda a sus hijos en primaria”, asegura la directiva de Astex. “Hemos llegado a tramitar una inscripción para un niño de nueve años”, explica.

«La acogida en familias es muy positiva, porque culturalmente son más europeas que en EEUU», destaca una experta

SISTEMA EQUITATIVO

Los estudiantes canadienses de 15 años (la edad a la que se realizan las pruebas de la OCDE) sobresalen sobre todo en Comprensión Lectora, ámbito en el que solo son superados por los de Singapur. El informe del 2015 constata, además, que en esta competencia no existen apenas diferencias entre anglófonos y francófonos. En Matemáticas, otra de las disciplinas evaluadas por PISA, Canadá se sitúa en el décimo lugar de la clasificación. Tanto en una como en otra materias aventaja a Finlandia, uno de los principales países de referencia en materia educativa.

En Ciencias, los canadienses ocupan la séptima posición. En este ámbito es en el que más se constata que los alumnos avanzan al unísono: casi un 90% de los estudiantes obtuvieron puntuaciones por encima del nivel 2, cuando el promedio de la OCDE es del 79% y un 12% llegaron o superaron el nivel 5 de competencias científicas, cuatro puntos por encima de la media de los países de la OCDE. En conjunto, las diferencias entre chicos y chicas o por origen cultural y socioeconómico son prácticamente irrelevantes en Canadá.

“En la encuesta que se realiza a todos los alumnos que llevan a cabo las pruebas PISA, los estudiantes canadienses destacan sobre todo cómo se trabaja en el laboratorio en sus escuelas”, cuenta Alfonso Echazarra, experto educativo y analista del informe que cada tres años elabora la OCDE. «Los chicos manifiestan que las explicaciones de los profesores se adaptan a cada nivel y que, por ejemplo, antes de ir al laboratorio se hace un trabajo previo de preparación», relata Echazarra, que recientemente participó en Barcelona en una jornada organizada por el Sindicat de Pares. “No solo es importante el hecho de que existan unas buenas instalaciones, sino que es determinante qué actividades se realizan allí. Esta es una de las grandes diferencias, sin ir más lejos, entre Canadá y el Reino Unido”, subraya.

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/canada-modelo-educativo-seduce-mundo-5924259

 

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El nuevo modelo educativo

Blanca Heredia

En este texto abordo las siguientes tres preguntas. ¿Para qué sirve contar una propuesta orientadora en materia educativa? ¿Qué elementos valiosos contiene la que presentó la SEP la semana pasada y cuáles le hacen falta? ¿Qué tan viable es el aterrizaje y la sustentabilidad en el tiempo de ese ‘nuevo modelo educativo’, a menos de dos años de que termine el gobierno que lo impulsa?

Antes de hacerlo, resulta importante precisar los alcances y límites del trabajo del equipo PIPE/CIDE que me tocó encabezar en relación al nuevo modelo educativo. Dicho trabajo se centró en el proceso de consulta pública, fue de carácter técnico y tuvo dos vertientes principales. Primero, contribuir a maximizar la transparencia y la autenticidad de la consulta pública en torno a la propuesta original presentada por la SEP en julio de 2016. Segundo, ordenar y sistematizar, con base en una metodología rigurosa y replicable, la multitud y diversidad de opiniones vertidas sobre la propuesta original durante el proceso de consulta pública del año pasado, e integrar un informe público que le facilitase a la SEP conocer las opiniones expresadas en la consulta y le permitiese a la sociedad cotejar qué tanto sus opiniones habían sido tomadas en cuenta.

Procedo a abordar la primera pregunta planteada al comienzo: ¿Sirve de algo contar con un nuevo modelo educativo, es decir, con una propuesta que defina qué tipo de persona queremos formar en el sistema educativo mexicano y cuáles los elementos clave para lograrlo?

Mi respuesta: Sí. Para empezar, porque disponer de un planteamiento capaz de ponerle nombre a lo que queremos lograr y cómo hacerlo, pareciera no sólo útil, sino indispensable tanto en lo educativo como en cualquier otro ámbito. Para seguir, pues una reforma educativa sin norte y contenido propiamente educativo –como era el caso, hasta hace poco, con la iniciada en 2013– estaba condenado a ser un proceso trunco, sin alma ni derrotero.

En cuanto a las virtudes y faltantes del nuevo modelo, destaco, de las primeras, las siguientes. Primero, una propuesta explícita y, por tanto, escrutable, opinable y exigible, frente al planteamiento fundamentalmente implícito que busca reemplazar, así como un planteamiento que recoge muchos de los comentarios y críticas expresadas durante el proceso consulta pública. Segundo, fijar como propósito último de la educación obligatoria el formar ciudadanos, es decir, sujetos activos, libres, responsables y diversos. Ello, en contraposición al viejo modelo educativo que, desde Vasconcelos, tenía como objetivo central formar mexicanos, iguales todos, e igualmente sumisos frente a la autoridad. Tercero, proponer contenidos educativos centrados en lo fundamental y no en lo enciclopédico –crucial en un contexto de abundancia de información y producción vertiginosa de nuevo conocimiento– que incluyan, además, lo socioemocional, así como pedagogías que vayan más allá de la memorización y la repetición a fin de, en efecto, formar ciudadanos capaces de aprender y decidir por sí mismos. Cuarto, transitar de directivos escolares burocráticos a directivos capaces de fungir como guías educativos en sus comunidades escolares. Quinto, pasar del modelo maestro-canal de transmisión-de una misma currícula y una misma pedagogía para todos los alumnos/as del país, a maestros con la formación requerida para motivar y acompañar el aprendizaje de alumnos/as extraordinariamente diversos.

Sexto, escuelas con mayor autonomía tanto en lo administrativo
–resupuestos propios, por primera vez, para hacer frente a necesidades inmediatas– como en lo curricular. Séptimo, centros escolares abiertos a sus comunidades y no, como en el viejo modelo, cerradas a capa y espada frente al involucramiento de padres de familia y demás integrantes del entorno escolar cercano.

En cuanto a los faltantes, entre otros, los siguientes. Primero, la definición de la forma en la que habrán de desarrollarse las habilidades socioemocionales de los alumnos, en especial en educación básica, no es del todo clara. Segundo, insuficiente precisión en los criterios y forma concreta en la que habrán de reducirse contenidos a fin de concentrar la atención en lo fundamental. Para obtener respuestas al respecto, habrá que esperar a los nuevos planes y programas. Tercero, mayor atención a las necesidades de los alumnos migrantes que en el planteamiento original, pero aún insuficiente, en particular en lo pedagógico. Cuarto, pocas propuestas específicas sobre la forma en la que habrá de incentivarse y hacerse efectiva la participación de los padres de familia en las actividades escolares, más allá de la mención a las instancias formales contempladas para ello, mismas que, hasta el momento, no han sido muy efectivas. Quinto, falta de metas medibles en términos de avances en alcanzar aprendizajes fundamentales para todos los alumnos. Sexto, insuficiente atención a temas tales como forma en la que habrán de cubrirse plazas de subdirectores académicos y administrativos –¿por concurso?–, así como a metas en materia de información y transparencia en la operación de los centros escolares.

Séptimo, prácticamente nula atención a temas burocráticos y administrativos tales como la reforma (indispensables para hacer realidad el nuevo modelo en la práctica) de los aparatos burocráticos de las Secretarías de Educación tanto federal como estatales.

Por último: ¿Son sostenibles en el tiempo la reforma educativa y el nuevo modelo propuesto por la SEP? Dependerá, desde luego, de quién gane las elecciones de 2018. Pero dependerá mucho también de qué tanto la sociedad mexicana defienda lo alcanzado hasta ahora, exigiéndole a los(as candidatas, y luego a los gobiernos emanados de dichas elecciones, al menos posicionamientos claros al respecto.

Fuente de la noticia: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/el-nuevo-modelo-educativo.html

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