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Educación y pandemia: tiempo de preguntas

Por: Iván Salinas.

Hay una cierta tentación –motivada quizá por un deseo de control de la “anormalidad”- de retornar a las formas habituales de trabajo, independiente de lo que ocurre en el país. Esa tentación es visible en las autoridades del Ministerio de Educación, pero se extiende a las instituciones de educación, que han buscado promover formas de escolarización a distancia, las cuales claramente solo serían posibles si el país dispusiera de las condiciones socioeconómicas con que cuenta una minoría privilegiada. Es decir, condiciones de comunicación constante (por internet), preparación adecuada para ambientes no presenciales, posibilidad de optar a quedarse en casa con niñas y niños en edad escolar, entre muchas otras que claramente no permiten establecer una “normalidad”. Menos aun cuando se cierne la posibilidad de una cuarentena general.

Pero hay otra tentación que no ayuda a enfrentar a la primera. Se trata de aquellas que ven en las soluciones del poder, como la educación a distancia (y su adulta versión de tele-trabajo), un monstruo neoliberal que acabará con las relaciones pedagógicas. Esta tentación se desliza y aparece como discurso anti-tecnológico, como si el aprendizaje desde la tecnología y las redes de comunicación online fuesen con certeza un imperio del neoliberalismo. Por cierto que hay un nivel de justicia en la crítica cuando se mira el trabajo en general, pues no hay un tele-conductor de buses, ni un tele-recolector de basura, como tampoco tele-cajeros o tele-cajeras (por ahora). Cual distopía de Orwell, lo que han llamado “tele-disciplina” tiene un límite, pues el disciplinamiento se origina más allá de la ‘virtualización’ de las relaciones que existen ya en la sociedad. Pero el contexto escolar, o de instituciones educativas, sí ofrece un debate.

¿Qué pasa y debería pasar con la educación en época de pandemia? En este debate, hay que tener clara una distinción: educación no es lo mismo que escolarización. Por una triste herencia de la modernidad neoliberal, hemos llegado a hablar inseparablemente de la educación y la escuela. Y es casi obvio: pasamos doce años de nuestra vida obligatoriamente institucionalizados –en la escuela segregada- para poder decir que estamos bien o mal educados. Y podemos seguir y endeudarnos para pasar otros 5 ó 6 años en otra institución educativa para adquirir un título profesional. En la teoría del Capital Humano, solo recién al terminar el proceso escolarizante “estamos preparados” (o no) para la vida. El neoliberalismo nos dice que la vida en serio comienza después de educarnos, o bien prepararnos en la escuela. De allí que sea tan importante para el sistema el contener la educación en la escuela, pues es la institución que distribuye las certificaciones de ser persona ‘educada’ o ‘no educada’.

Pero sabemos que la educación supera a la escuela. Como bien nos ha enseñado la filosofía de la educación, la escuela es parte de la vida, y debiese entonces ser un lugar donde se desplieguen capacidades y se constituyan identidades que no están exclusivamente en la escuela. La escuela, así, no es exclusivamente un lugar para “capacitarse”, sino que es un lugar para aprender sobre el mundo y su organización, participando de ese mundo activamente. Es solo uno de los espacios para educarse.

Pero, ¿es la escuela nuestra educación? Si miramos los procesos de la vida misma, podremos notar que hay un asidero en pensar que la educación está ocurriendo más allá de la escuela. Las tecnologías de información y comunicación están teniendo un efecto en las formas de aprender que aún no logramos dilucidar ¿Cómo re-definen la educación las nuevas tecnologías? Hay quienes quizá pensarán que estamos de nuevo en un momento de que la tecnología podría armar “máquinas de enseñanza”, como soñaba Skinner en los 40, y que la pandemia permite probarse nuevamente con la educación virtual. Pero la respuesta no es tan simple. ¿Se puede una persona educar prescindiendo de la escuela? ¿Se puede educar sin la autoridad conferida a la escuela? ¿Se puede educar sin acceder al espacio físico de la escuela, a sus registros, a sus relaciones sociales? Y si se pudiera, ¿qué futuro le cabe a la escuela, al rol docente? ¿Qué nos dirá esta crisis social y sanitaria sobre la escuela y sus desigualdades?

Para cada una de las tentaciones, la negadora de la crisis social y la negadora de la tele-tecnología, las escuelas de hoy ofrecen algo de realidad. Por un lado, lo que está pasando les dice que las escuelas hacen más que solo escolarizar, pues son necesarias para entregar vacunas, para comunicarse, y –en varios casos- para alimentar a sus comunidades. Por otro lado, la multitud de profesionales docentes han debido imaginar –forzadamente o no- formas de conectarse con sus estudiantes, de proveerles materiales para que continúen con los objetivos de su docencia. Lo hacen como tele-educación, repartiendo en físico casa por casa, o por grupos de mensajería, o por correo electrónico, o armando sitios web. En la práctica arman un espacio educativo que supera a la escuela, pero no prescinde de ella. No hay una dicotomía entre la tecnología y la educación y hoy parecen ser más necesarias que nunca para mantener ciertos grados de conexión pedagógica. ¿Cuál es la autenticidad de la educación cuando hay crisis social? ¿Quién tiene la autoridad para decirlo? ¿Cuál es la autenticidad de la pedagogía? ¿Cómo se encuentran profesores y estudiantes cuando hay ausencia de la institución escolar, que les aglutina y llama a conectarse?

Si hay algo que la crisis social y sanitaria nos debe empujar es a imaginar, a pensar la educación y la escuela desde otros lugares, sin abandonar su imprescindible presencia. Imaginar desde la vida misma es un paso, pero es muy desafiante aún –considerando que llevamos décadas de gobernantes mirando a la escuela como puntajes en pruebas estandarizadas-. Este escenario de crisis social y sanitaria invita a abandonar la idea de que las escuelas son las unidades productoras de “calidad” de la educación. El contexto de explosión e incertidumbre institucional nos refleja que toda la discusión educativa que se amarra del “mejoramiento” escolar, de las “habilidades del siglo XXI”, o del rendimiento y la calidad, se quedan desnudas, pues son incapaces de describir qué es la educación cuando hay crisis en la sociedad. Pero también es necesario abandonar los idearios romantizados de la escuela moderna y modernizante, que la sitúa como único lugar posible para la educación.

En tiempos de preguntas, más que negarse a la tecnología –que es parte del devenir de “la vida misma”-, hay un llamado natural a experimentar, a volcarse a crear y mostrar las creaciones, a dejar que la sociedad y sus ‘multitudes’ puedan mostrarse superiores a ese poder opresor que nos llama a trabajar sin sentido. Si eso se transforma en un curso online o en una revolución sanitaria, depende de cuánto estemos dispuestos a jugarnos por mirar el mundo con preguntas con las que experimentar. No nos neguemos la posibilidad de esta oportunidad, porque hoy será de preguntas, pero también necesitamos al menos algunas respuestas que no sean las mismas de siempre. Son quizá esas respuestas las que necesitaremos debatir para aportar al momento constituyente que aún tenemos en tarea, a pesar de la pandemia.

Fuente del artículo: https://radio.uchile.cl/2020/04/10/educacion-y-pandemia-tiempo-de-preguntas/

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China: Students wearing masks return to school as some countries start to reopen during covid-19 crisis.

Asia/ China/ 05.05.2020/ Source: www.vanitatis.elconfidencial.com.

 

Although most schools remain closed for the rest of the 2019-20 school year in the United States, some countries have started reopening schools during the novel coronavirus pandemic.

Students are returning to class — but things don’t look like they did before schools closed when the coronavirus began to spread around the world. Now, social distancing means students and teachers wear masks and sometimes plastic shields, and the kids sit farther apart than they did before.

Countries where students are returning to classrooms include Germany and Denmark in Europe, and China, South Korea and Vietnam in Asia.

The pictures tell the story:

Novice Buddhist monks, seated to maintain social distancing, participate in a religious class at Molilokayaram Educational Institute in Bangkok on April 15. All schools in Thailand were closed earlier than the scheduled school break due to the outbreak.
Novice Buddhist monks, seated to maintain social distancing, participate in a religious class at Molilokayaram Educational Institute in Bangkok on April 15. All schools in Thailand were closed earlier than the scheduled school break due to the outbreak. (Gemunu Amarasinghe/AP)
An Israeli student sanitizes her desk upon the return to school at Hashalom elementary school in Mevaseret Zion, in the suburbs of Jerusalem, on Sunday.
An Israeli student sanitizes her desk upon the return to school at Hashalom elementary school in Mevaseret Zion, in the suburbs of Jerusalem, on Sunday. (Emmanuel Dunand/AFP/Getty Images)
Palestinian high school students receive exam-seating information in a school in the southern Gaza Strip on Sunday.
Palestinian high school students receive exam-seating information in a school in the southern Gaza Strip on Sunday. (Ibraheem Abu Mustafa/Reuters)
Students enter the Sadot Elementary School in the town of Pardes Hanna-Karkur in central Israel on Sunday as the country eases lockdown restrictions.
Students enter the Sadot Elementary School in the town of Pardes Hanna-Karkur in central Israel on Sunday as the country eases lockdown restrictions. (Jack Guez/AFP/Getty Images)
A student joins a protest of schools reopening in front of the North Rhine-Westphalian Parliament in Düsseldorf, Germany, on Wednesday.
A student joins a protest of schools reopening in front of the North Rhine-Westphalian Parliament in Düsseldorf, Germany, on Wednesday. (Sascha Steinbach/EPA-EFE/REX/Shutterstock)
Teachers Claudia Mohme and Nicola Witzlau demonstrate the correct application of protective masks on April 23 at the Freiherr-vom-Stein school in Bonn, Germany.
Teachers Claudia Mohme and Nicola Witzlau demonstrate the correct application of protective masks on April 23 at the Freiherr-vom-Stein school in Bonn, Germany. (Wolfgang Rattay/Reuters)
Students leave a high school in Beijing on April 27. Senior students in Beijing returned to class for the first time after schools were closed down in January. (Wu Hong/EPA-EFE/Shutterstock)
Students leave a high school in Beijing on April 27. Senior students in Beijing returned to class for the first time after schools were closed down in January. (Wu Hong/EPA-EFE/Shutterstock)
Chinese leader Xi Jinping inspects a primary school in Laoxian township in Ankang city in northwestern Shaanxi Province on April 21. (Xie Huanchi/Xinhua/AP)
Students sit spaced apart during an exam at Clementi Secondary School in Hong Kong on April 24. (Jerome Favre/EPA/Bloomberg News)
Students sit spaced apart during an exam at Clementi Secondary School in Hong Kong on April 24. (Jerome Favre/EPA/Bloomberg News)
Students take the Hong Kong Diploma Secondary Education visual arts exam at Clementi Secondary School in Hong Kong on April 24. (Jerome Favre/EPA/Bloomberg News)
Students take the Hong Kong Diploma Secondary Education visual arts exam at Clementi Secondary School in Hong Kong on April 24. (Jerome Favre/EPA/Bloomberg News)
Teacher Marie Kaas-Larsen speaks with her students at the Norrebro Park primary school outside in a nearby park in Copenhagen on April 29. Denmark was the first country in Europe to reopen its schools for the youngest pupils on April 15. In addition to practicing social distancing and regular hand-washing, classes must be held outdoors as much as possible to limit the spread of the virus. (Thibault Savary/AFP/Getty Images)
Teacher Marie Kaas-Larsen speaks with her students at the Norrebro Park primary school outside in a nearby park in Copenhagen on April 29. Denmark was the first country in Europe to reopen its schools for the youngest pupils on April 15. In addition to practicing social distancing and regular hand-washing, classes must be held outdoors as much as possible to limit the spread of the virus. (Thibault Savary/AFP/Getty Images)
A student washes hands at the Korshoejskolen in Randers, Denmark, on April 15, the first day that the youngest pupils returned to school in the country amid the novel coronavirus pandemic. (Bo Amstrup/EPA-EFE/Shutterstock)
A student washes hands at the Korshoejskolen in Randers, Denmark, on April 15, the first day that the youngest pupils returned to school in the country amid the novel coronavirus pandemic. (Bo Amstrup/EPA-EFE/Shutterstock)
After closing amid social distancing restrictions to contain the spread of the novel coronavirus, a school reopens on April 27 in Trondheim, Norway.
After closing amid social distancing restrictions to contain the spread of the novel coronavirus, a school reopens on April 27 in Trondheim, Norway. (Gorm Kallestad/AP)
Second- and third-grade students attend a lesson as school reopened in the village of Kvivik, Faroe Islands, on April 20 after being closed for five weeks. (Jens Kristian Vang/EPA-EFE/Shutterstock)
Second- and third-grade students attend a lesson as school reopened in the village of Kvivik, Faroe Islands, on April 20 after being closed for five weeks. (Jens Kristian Vang/EPA-EFE/Shutterstock)
Students take part in class on April 16 at Sindong Elementary School in Seoul. (Yonhap/EPA-EFE/Shutterstock)
Students take part in class on April 16 at Sindong Elementary School in Seoul. (Yonhap/EPA-EFE/Shutterstock)
South Korean Education Minister Yoo Eun-hae, center, observes an online class at a high school in Suwon, South Korea on April 9. (Yonhap/EPA-EFE/Shutterstock)
South Korean Education Minister Yoo Eun-hae, center, observes an online class at a high school in Suwon, South Korea on April 9. (Yonhap/EPA-EFE/Shutterstock)
Students walk in the Marie Curie school's yard in Hanoi on Monday. Students at secondary and high schools in many provinces nationwide have returned to school after a three-month closure. (Luong Thai Linh/EPA-EFE/Shutterstock)
Students walk in the Marie Curie school’s yard in Hanoi on Monday. Students at secondary and high schools in many provinces nationwide have returned to school after a three-month closure. (Luong Thai Linh/EPA-EFE/Shutterstock)

Valerie Strauss is an education writer who authors The Answer Sheet blog. She came to The Washington Post as an assistant foreign editor for Asia in 1987 and weekend foreign desk editor after working for Reuters as national security editor and a military/foreign affairs reporter on Capitol Hill. She also previously worked at UPI and the LA Times. Follow

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Source or the notice: http://www.vanitatis.elconfidencial.com/noticias/2014-07-25/carta-abierta-de-javier-bardem-contra-el-genocidio-de-israel-en-gaza_168080/

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Argentina: Un informe advierte sobre las dificultades de la educación a distancia

América del Sur/ Argentina/ 05.05.2020/ Fuente: www.infobae.com.

Ya pasó un mes y medio desde que se suspendieron las clases en todo el país a partir del avance del Covid-19. En su lugar, se propició una serie de mecanismos de educación a distancia, más allá de que se sabía que iba a ser muy difícil sostener la enseñanza en un contexto de tanta de desigualdad y pobreza. Un nuevo informe confirma esas dificultades: señala falta de recursos y de estrategias claras.

El informe pertenece a la Fundación Cimientos, que se encarga de acompañar a adolescentes vulnerables para que terminen la secundaria. Los datos, que surgen de encuestas a 1.220 becados y 45 tutores, muestra que la gran mayoría de las escuelas (96%) está implementando una estrategia de continuidad pedagógica, pero la falta de computadoras, tanto en los hogares de los alumnos como de los maestros, dificulta la tarea.

Más de la mitad de los jóvenes, incluso, estudia a través del celular, con la complejidad que ello supone: una pantalla pequeña, que solo permite lecturas breves. El 70% de los alumnos becados no cuenta con una PC con conexión a internet y solo el 17% de las escuelas relevadas está entregando material impreso.

“Antes de esta crisis sanitaria, en Argentina 1 de cada 2 jóvenes no obtenía el título secundario. Este número, cuando los estudiantes vuelvan a las aulas, seguramente se incremente ya que muchos de ellos deberán insertarse en el mercado informal de trabajo para hacerle frente a la crisis económica de sus familias. Es necesario generar campañas y políticas educativas especificas para que, cuando esto pase, estar preparados para la vuelta a clases”, señaló Marcelo Miniati, director ejecutivo de Cimientos.

A su vez, Miniati consideró: “El rol del docente es irreemplazable en los sectores vulnerables. Es esencial el contacto con los profesores para el seguimiento de las tareas que las escuelas proponen, poder tener algún ida y vuelta, plantear dudas, etc. Más allá de la buena predisposición de las familias, en los sectores con mayores necesidades, el responsable adulto del hogar no cuenta con el capital educativo ni con el tiempo necesario para poder ser soporte de la educación de los chicos”.

La mayoría de los chicos encuestados (80%), procedentes de 15 provincias del país, dispone de un celular propio con Internet. El 92% tiene algún tipo de conectividad en su casa, pero el 62% se conecta únicamente a través de un dispositivo móvil, sea propio o familiar. Casi todos utilizan Internet habitualmente, principalmente en redes sociales (82%) y para la búsqueda de información (77%).

“Nadie estaba preparado para esta situación. Ni los chicos, ni los docentes ni las familias. Todos utilizan un celular para recibir las consignas de sus docentes. El inconveniente es que son viejos, tienen las pantallas rotas y hasta algunos no tiene wifi. Tienen que estar comprando datos para recibir la información. Les piden trabajos en Word por lo que deben bajar la aplicación y escribir hasta 5 carillas en un celular de esas características”, comentó la tutora Virginia Cleti, de San Lorenzo, Rosario, que acompaña a adolescentes por debajo de la línea de la pobreza.

Los docentes, según las encuestas, optan por enviar tareas a través de plataformas online y mensajes de WhatsApp como estrategias prioritarias. Sucede que, en muchas ocasiones, el vínculo no va más allá del envío de la actividad y solo el 5% de los chicos señala que no necesita ayuda para realizar las tareas que se les proponen. El 95% requiere apoyo.

“Existen muchas familias con varios hijos en edad escolar que solo cuentan con un celular con capacidad de conexión dentro del hogar. Se vuelve muy dificultosa la tarea de organizar la educación dentro del hogar. No hay una política unificada en las escuelas. Se va alternando entre Facebook, Google ClassRoom y WhatsApp para comunicar las consignas”, planteó Juan Palma, que acompaña a 45 alumnos en Berazategui y Guernica.

Para algunas familias, el inconveniente radica más bien en el exceso de deberes que están enviando los maestros. Según advierten los chicos, sus docentes los contactan para mandarles tarea (62%) y, en menor medida, con devoluciones o correcciones de los trabajos realizados (36%).

“Hay un exceso de tareas por la falta de organización y medios que no son acordes para recibirlas. El docente está transitando un cambio de paradigma donde el alumno se ve perjudicado ya que, por lo urgente e inesperado de la situación, se va aprendiendo sobre la marcha”, sostuvo Julieta Lagoa, tutora de jóvenes en Barracas y Tres de Febrero

Fuente de la noticia: https://www.infobae.com/educacion/2020/04/28/coronavirus-en-argentina-un-informe-advierte-sobre-las-dificultades-de-la-educacion-a-distancia/

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Colombia: Las grietas en educación que muestra la pandemia

América del Sur/ Colombia/ 05.05.2020/ Fuente: www.laopinion.com.co.

 

La profesora Alba, quien trabaja en zona rural del departamento del Cauca, da clases por teléfono en medio de la cuarentena en la que está el país desde las 11:59 de la noche del 24 de marzo pasado.

Es un reto, dice, porque no todos sus estudiantes ni los padres tienen conexión a internet ni celulares inteligentes, entonces “tengo que llamar a los papás a los celulares normalitos para poder hablar con los niños y orientarlos”, comenta Alba. Ella se ha dedicado a darles instrucción básica para no saturarlos, y los pone a dibujar o escribir mensajes “para que le muestren cómo pasan la pandemia”.

Una dura realidad

Este panorama es apenas un acercamiento a lo que se vive en la ruralidad y es uno de los retos de la nueva ministra TIC, Karen Abudinen, según Daniel Medina, exministro TIC, quien plantea que es urgente un vuelco en la política de conectividad rural del país. “Los estudiantes no están yendo al colegio, pero tampoco tienen el internet necesario. De seguir creciendo la brecha, va a ser terrible”. Es uno de los temores que plantea la profesora Alba.

Rosita Caro, directora del colegio privado Hacienda Los Alcaparros, en Bogotá, señala que, en el caso de ellos, el proceso ha sido menos complejo, aunque reconoce las debilidades que se tienen en el país en esta materia, especialmente en el área pública.

“Toda la educación, de alguna manera, estaba en procesos de integración de la tecnología con los colegios, pero algunos iban más adelantados, otros no tanto”, comenta Caro, al señalar que la pandemia dejó ver otras flaquezas, desde lo político, económico y tecnológico, por ejemplo.

“Debemos hacer énfasis en que la integración tecnológica es clave, pero fortaleciendo aspectos de la educación en casa”, en la que es clave la disponibilidad y deseo de los padres de familia y acudientes, agrega.

Otras tareas

Sobre esto, Andrea Guerrero, vocera de la iniciativa “La educación que nos une”, que agrupa a a 30 organizaciones privadas y oenegés, destaca que “no es un secreto la desigualdad en materia educativa, por lo que debemos poner sobre la meza la inequidad y pensar qué hay que hacer como país”.

Wilson Bolívar, decano de la facultad de Educación de la U. de Antioquia, agrega que se deben “promover las condiciones de acceso a internet como un derecho básico, así como las facilidades de acceso a equipos con el fin de evitar las desigualdades y disminuir la brecha social”.

Tanto Caro como Guerrero coinciden en que se debe impulsar la formación docente, para que tengan herramientas que les permitan priorizar los aprendizajes de los estudiantes , tal cual lo hace la profesora Alba, quien menciona que entre los 19 estudiantes que tiene a su cargo, entre transición y quinto de primaria, hay algunos que son de la misma familia, entonces los llama y “les pongo tareas para hacer juntos y los invito a cuidarse”.

Entretanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en un documento publicado la semana pasada, recomendó garantizar la continuidad de la enseñanza, “en particular a los más vulnerables”, desarrollar plataformas nacionales de aprendizajes, poner a disposición recursos técnicos como “aplicaciones gratuitas multilingües en línea para ayudarles a padres, maestros y escuelas a facilitar el aprendizaje, brindar atención social e interacción” durante el tiempo en que estén cerradas las escuelas por la pandemia.

Fuente de la noticia: https://www.laopinion.com.co/colombia/las-grietas-en-educacion-que-muestra-la-pandemia-195634#OP

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Segundo conversatorio: Las desigualdades de géneros y cuidados ante la pandemia

Por: CLACSO. 

 

“Las desigualdades de géneros y cuidados ante la pandemia”

Segundo Conversatorio: jueves 7 de mayo de 16 a 18hs. (Argentina/Uruguay)

Cuidados en la pandemia. Políticas comunitarias de cuidados y mesa interministerial en Argentina.

Organizan:
Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Argentina
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO

Exponen:

– Lucía Cirmi Obón, Directora Nacional de Políticas de Cuidado, Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad

  Gabriela Bauer, Directora de Salud perinatal y niñez, Ministerio de Salud

– Gabriel Lerner, Secretario Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, Ministerio de Desarrollo Social

– Verónica Gonzalez, Agencia Nacional de Discapacidad

– Laura Sirotzky, Subsecretaria de Educación Social y Cultural, Ministerio de Educación

– Jacky Flores, Referenta Nacional de Utep, trabajadora de la economía popular, feminista,  Secretaria de la Faccyr y Coordinadora Nacional del Programa Promotoras Ambientales Cartoneras, Primer programa con perspectiva de género para el sector cartonero

– Laura Pautassi, Grupo de Trabajo CLACSO Cuidados y género, Argentina

Modera:

–   Natalia Genta, Grupo de Trabajo CLACSO Cuidados y género, Uruguay

Para participar completa este formulario:

Fuente de la reseña: https://www.clacso.org/las-desigualdades-de-generos-y-cuidados-ante-la-pandemia-segundo-conversatorio/

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Diálogo Karina Batthyány con Saskia Sassen: «Hablar de nueva normalidad es reconocer que algo no funcionó»

Por: CLACSO.

 

En un nuevo capítulo de sus Diálogos, Karina Batthyány, Secretaria Ejecutiva de CLACSO, dialogó a la distancia con Saskia Sassen, socióloga, escritora y profesora radicada en Londres, especializada en fenómenos como la inmigración y los cambios en el Estado liberal a consecuencia de las actuales condiciones transnacionales. Autora, entre muchas otras obras, del ensayo “La ciudad global”, una referencia para entender la transformación que el neoliberalismo ha llevado a cabo en las grandes metrópolis mundiales.

En su introducción, Karina Batthyány planteó que esta pandemia del COVID-19 “ha afectado todos los aspectos de la vida en sociedad, particularmente los aspectos de nuestra vida cotidiana, nuestro día a día en las formas en que interactuamos, y allí han aparecido algunos conceptos que empujan a la reflexión”. Ilustró diciendo que en el Uruguay se empezó a hablar de una nueva normalidad” basada en la distancia y el aislamiento social, un concepto que utilizan otros mandatarios tanto de América Latina como de otras regiones y que cuenta con antecedentes históricos.

Al respecto, Saskia Sassen consideró que “llamarlo nueva normalidad es como no reconocer que algo no funcionó. Para mí la pregunta es: ¿dónde fallamos nosotros? ¿Por qué nos tomó tanto por sorpresa la llegada de este virus?” Enumeró otras pandemias que sacudieron a la humanidad en los tiempos modernos, interrogándose: “¿Abusamos nosotros a la madre naturaleza?” recordando “que coexistimos en este mundo, no estamos solos, ya hemos matado a tantos animales, matado árboles, matado aguas, etc., etc., y ahora tenemos esto… Todo lo que matamos explica en parte que tenemos estas presencias que nos llegan por una semana, dos semanas, tres semanas y después desaparecen”.

Fuente de la entrevista: https://www.clacso.org/hablar-de-nueva-normalidad-es-reconocer-que-algo-no-funciono/

 

 

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Bolsonaro acusa a la OMS de incentivar la masturbación y la homosexualidad entre niños

Redacción: El Mundo

El presidente brasileño echa mano de ‘fake news’ para atacar a la organización. Desde el principio de la pandemia, Bolsonaro se ha enfrentado a la OMS por su defensa de las medidas de aislamiento social.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, echó mano de ‘fake news’ en su particular guerra contra la Organización Mundial de la Salud (OMS). La madrugada de este viernes publicó en Twitter críticas a la organización por supuestamente incentivar la masturbación y el sexo entre niños, sin citar ninguna fuente ni documento oficial. Poco después, dio marcha atrás y borró el tuit.

«Esta es la OMS que muchos dicen que tengo que seguir en el caso del coronavirus. ¿Entonces deberíamos seguirla también en sus directrices para las políticas educativas?», se preguntaba Bolsonaro, que añadía que, para los niños de 0 a 4 años la entidad recomienda «satisfacción y placer al tocar el propio cuerpo (masturbación)» y que «jueguen a los médicos» para expresar sus deseos y necesidades.

Según el presidente brasileño, entre los 4 y los 6 años la OMS recomienda «masturbación en la primera infancia» y «relaciones entre personas del mismo sexo», y un poco más adelante, para los niños de 9 a 12 años, la primera experiencia sexual.

Las noticias falsas de contenido sexual no son algo nuevo en el presidente Bolsonaro. Durante la campaña electoral de 2018 su entorno difundió ampliamente en WhatsApp y en las redes sociales el bulo de que su rival, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) quería distribuir a los niños biberones en forma de pene.

Tampoco son nuevas las críticas a la OMS en plena pandemia del nuevo coronavirus por su defensa de la necesidad del aislamiento social para frenar la expansión del virus. Además, Bolsonaro manipuló el discurso del director de la entidad, Tedros Ghebreyesus en varias ocasiones para sostener su discurso de que hay que reactivar la economía y volver a trabajar lo antes posible.

El 31 de marzo, en un discurso a la nación, insinuó que Ghebreyesus le daba la razón al decir que los países pobres tienen circunstancias diferentes porque muchos trabajadores informales tienen que salir a la calle para poder comer, pero omitió la parte en que la decía que «es vital» que los gobiernos den a esos trabajadores las condiciones de poder realizar el confinamiento en sus casas.

La semana pasada, Bolsonaro insistió en los ataques directamente al director de la OMS, diciendo que no tenía credibilidad: «Me estoy enfrentando a procesos dentro y fuera de Brasil, siendo acusado de genocidio, por haber defendido una tesis diferente a la OMS. Hablan mucho de seguir a la OMS… ¿el director-presidente de la OMS es médico? ¡no es médico! ¿lo sabíais?«, decía a sus seguidores en un vídeo en directo en Facebook.

Ghebreyesus es biólogo, tiene un doctorado en salud pública y fue ministro de Salud y Relaciones Exteriores de Etiopía, además de acumular una vasta experiencia en el área de salud. Hace unos días, cuando fue preguntado por las críticas de Bolsonaro se limitó a decir que los países que han seguido las recomendaciones de la organización están en una situación menos dramática.

Para algunos miembros del Gobierno, la OMS es vista con aún más escepticismo. El ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, escribió que detrás de la pandemia hay un plan para implantar el comunismo a nivel mundial. El anterior ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, fue destituido tras semanas intentando convencer a Bolsonaro de la necesidad de implantar medidas de confinamiento, y su sucesor, Nelson Teich, todavía no ha presentado un plan claro contra la pandemia. Bolsonaro dijo ayer que está dando directrices al ministro para que permita abrir «rápidamente» la economía.

Mientras tanto, Brasil sigue en la curva creciente de casos y ya cuenta más de 5.400 muertos y 78.000 contagiados de covid-19. Algunas ciudades, como Manaos, Fortaleza, São Paulo y Río de Janeiro ya están con sus hospitales y cementerios al borde del colapso.

Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2020/04/30/5eaad04f21efa0a0538b4575.html

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