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Entrevista a Andrés Ruggeri: «La Economía de los trabajadores tiene que disputar, pensar y proyectar la economía desde una idea más amplia que la vinculada a un salario formal»

Por: Mario Hernández

Andrés Ruggeri, coordinador del 8° Encuentro de Economía de les trabajadores

M.H: Está finalizando el octavo Encuentro de trabajadores y trabajadoras de la Economía popular. Una gran actividad virtual pero muy amplia que se desarrolló parte en octubre y a lo largo de todo el mes de noviembre, este octavo Encuentro de trabajadores y trabajadoras que tuvo su localización en México pero que se difundió en varios países. Me gustaría que compartieras un primer balance.

M.H: Está finalizando el octavo Encuentro de trabajadores y trabajadoras de la Economía popular. Una gran actividad virtual pero muy amplia que se desarrolló parte en octubre y a lo largo de todo el mes de noviembre, este octavo Encuentro de trabajadores y trabajadoras que tuvo su localización en México pero que se difundió en varios países. Me gustaría que compartieras un primer balance.

A.R: Fue el octavo Encuentro de economía de los trabajadores y las trabajadoras, había sido aprobado en el anterior encuentro que fue en Brasil, en la escuela nacional Florestan Fernandes del MST, que iba a hacerse en México. Después vino la pandemia e incluso se suspendieron los encuentros regionales que se iban hacer durante el 2020 y se tomó la decisión entre las distintas organizaciones de ir a un esquema virtual.

Se estuvo debatiendo durante mucho tiempo porque una de las características de todo este período es que parecía que se iba a terminar y, sin embargo, recrudecía la pandemia. Entonces, se decidió hacerlo totalmente virtual porque no quedaban muchas opciones.

Fue una actividad muy intensa, la gente de México se puso al hombro todo un esfuerzo organizativo que es muy distinto de los anteriores porque acá no había delegaciones, no había que ocuparse de todas esas cuestiones prácticas de la gente llegando de lugares diferentes, pero había que garantizar las transmisiones, incluso tener en cuenta los distintos horarios de los distintos continentes.

M.H: ¿En qué sumó y en qué resto que el encuentro fuera virtual?

A.R: Sumó la posibilidad de hacer muchas actividades con mucha gente que quizás de otra manera no hubiera podido estar porque en el encuentro presencial hay que ir hasta el lugar del encuentro y eso implica un costo, un tiempo, etc., y acá uno se podía conectar desde cualquier lugar del mundo o incluso subido al sitio web lo puede ver en cualquier momento.

También haber hecho la página web del Encuentro que era algo que se venía hablando hace años y finalmente ahora con el trabajo de algunos compañeros se pudo hacer y ahí hay acceso a todo lo que se discutió, creo que en ese sentido fue un salto de calidad en cuanto al acceso de los debates.

Por otro lado, hay un montón de cosas que acompañan al Encuentro que tienen que ver justamente con los debates en el lugar, con el intercambio entre las distintas delegaciones, incluso con una unidad del debate, porque en el encuentro presencial siempre estamos con un montón de mesas de temas diferentes, pero hay una suerte de continuidad de los debates porque van atravesando los temas todo el encuentro.

Siempre tengo la misma sensación de que fue una única discusión en los tres o cuatro días que dura el Encuentro tocando diferentes temas, aristas, pero siempre con cierta unidad de debate, y acá no se dio porque cada mesa fue una mesa separada de las anteriores y coincidían algunos expositores que estuvimos dos o tres veces, pero era muy difícil que alguien pudiera estar un mes y medio todos los días conectado durante tres horas participando de todos los debates.

Eso restó bastante pero fue la única forma de hacerlo y lo importante, y fue la conclusión que se sacó, fue sostener el espacio, evitar que pasara más tiempo sin que hubiera una actividad de la red, del Encuentro.

M.H: ¿Ya se definió dónde nos encontraremos en los próximos encuentros?

A.R: No se tomó una definición muy definitiva digamos, pero se habló de continuar con el esquema de Encuentros regionales durante el 2022, muy probablemente el sudamericano o quizás el latinoamericano porque la gente de México está muy degastada para hacer otro encuentro regional el año que viene y ya viene organizando todos los encuentros de América del norte y América central que fueron en México y no hay demasiadas posibilidades que haya uno en Estados Unidos o en Canadá, así que probablemente sea un encuentro de todo el continente latinoamericano de la regional que nos toca a nosotros, y eso seguramente sea acá en Argentina.

Había una idea de hacer el pasado sudamericano en Santa Fe que es una propuesta que sigue en pie y vamos a tratar de que no sea acá en Buenos Aires. Y después está el Europeo, la gente de Francia planteó que estaba bastante desarticulada la red europea pero que no era un problema de esta red en particular sino de toda Europa, las redes militantes, de movimientos sociales, sindicatos europeos están sumamente desarticulados y eso también arrastra a esta red por eso plantearon hacer un encuentro en Francia y a partir de ahí invitar al resto.

Y después queda pendiente la posibilidad de ayudar a nuestros compañeros africanos a que hagan el suyo pero eso es algo más remoto. El año que viene vamos a tener dos encuentros regionales uno en Europa y otro en Argentina.

M.H: Se han conocido estadísticas del ReNaTEP con casi tres millones de familias inscriptas, se presentó en mayo de este año, y allí se habla de casi un 8% de cooperativas de trabajo. ¿Esto que tiene que ver con la Economía de los trabajadores?

A.R: Yo creo que tiene que ver bastante. Me parece que la Economía de los trabajadores es un concepto amplio que significa no solamente la experiencia de autogestión de la Economía popular sino que abarca todo lo que tiene que ver con disputar, pensar y proyectar la economía desde la clase trabajadora y desde una idea de la clase trabajadora por ahí más amplia que la concepción más bien estrecha de la clase trabajadora que tiene un salario formal o registrado.

Eso incluye a todo el cooperativismo de trabajadores y también a la Economía popular además de los sindicatos y la clase trabajadora más formalizada. Uno de los grandes problemas que me parece hay últimamente es darse cuenta de la dimensión que tiene toda esa economía que no está formalizada, pero no pensándola como economía formal sino desde este otro lado de súper explotación del trabajo por un lado y proceso de autogestión del trabajo por otro, como dos partes de un mismo fenómeno.

Un sector social expulsado del trabajo formal que en algunos casos sigue siendo empleado, lo que acá llamamos en negro o de relaciones de explotación mayor o de redes informales, pedazos de cadenas productivas en su eslabón más débil y en algunos sectores esto se autonomiza y trata de elegir sus propias empresas o cooperativas, o se resiste también a la desocupación, es el caso de las empresas recuperadas o de muchas otras organizaciones.

Todo ese sector no entra en las estadísticas por eso es importante este trabajo del ReNaTEP, creo que no termina de ser completo porque hay que inscribirse y hay una parte grande de la población que está en esa condición que si no está organizada es bastante imposible de detectarla y que formen parte de las estadísticas.

Desde ese punto de vista todo eso forma parte y está relacionado con la Economía de los trabajadores. De hecho fue una discusión del 8° Encuentro de los trabajadores este tema. Fue una discusión en varias mesas, hubo dos o tres mesas de precariedad laboral donde participaron experiencias distintas de México, de Brasil, de Chile, de Argentina, inclusive acá, por ejemplo, participó una cooperativa de inmigrantes colombianos, el tema de las migraciones, que en México es un tema muy importante, también tuvo dos mesas y tiene bastante que ver con esto.

Y en otra de las mesas, que fue una discusión mucho más teórica, también hablamos de los modos de acumulación a través de híper explotación del trabajo no asalariado, de la coordinación al capital de distintas formas productivas que a veces pueden ser cooperativas, de lo que también se ha llamado acumulación por disposición.

Todo esto fue debatido de varias maneras y lo que falta es sacar una síntesis porque fue bastante transversal a unas cuantas mesas.

M.H: ¿Cómo se accede a toda esta información, a este 8° Encuentro de los trabajadores y las trabajadoras?

A.R: Hay una página web que es https://www.facebook.com/economiatrabajadores/ ahí están todas las mesas subidas del encuentro. Si ponen en YouTube octavo encuentro de economía de trabajadores también lo van a encontrar porque se accedió desde varios lugares y se subió por varios sitios.

M.H: ¿Querés agregar algo más?

A.R: Fue un encuentro particular pero permitió darle vida a la red y dar todas estas discusiones, y ahora esperamos el siguiente y que sea en mejores condiciones para poder participar personalmente.

Fuente: https://rebelion.org/la-economia-de-los-trabajadores-tiene-que-disputar-pensar-y-proyectar-la-economia-desde-una-idea-mas-amplia-que-la-vinculada-a-un-salario-formal/

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Menores de edad víctimas de feminicidio en México, invisibles para el Estado

Por: Aline Espinosa Gutierrez

De enero a septiembre de 2021, se cometieron 736 casos de feminicidio, lo que lo posiciona como el delito con más incidencia delictiva en México, el cual ha cobrado la vida de diversas menores de edad, sin embargo las autoridades desempeñan un abordaje “incorrecto” sobre estos crímenes, pese a que son capacitadas, existen sentencias internacionales sobre esta problemática e instituciones enfocadas en prevenir, atender y erradicar la violencia feminicida.

De los 736 casos de feminicidio, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo Nacional, los cometidos contra menores de edad fueron llevados a cabo en su mayoría en los meses de abril, mayo y junio aún en el contexto de la pandemia. Estos hechos fueron registrados en particular en el Estado de México, Ciudad de México, Nayarit, Michoacán, Chiapas, Jalisco, Chihuahua, Durango y Zacatecas. Todas estas entidades tienen declaradas Alertas de Violencia de Género, ya sea por el alto número de asesinatos o desapariciones de mujeres.

Al participar en el conversatorio “Ante el aumento de la violencia feminicida en México” en el contexto del “Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, este 25 de noviembre, especialistas en los derechos de las mujeres detallaron que es complicado vislumbrar cómo afecta la violencia feminicida a las menores de edad porque los datos oficiales nunca son desglosados por edades, sin embargo existen 12 casos de este tipo que demuestran los riesgos que padece la infancia en este país.

Cabe recordar que algunos de estos casos fueron: el de Lupita, a quien se revictimizó en los medios como “calcetitas rojas”, quien fue golpeada, agredida sexualmente, y su cuerpo fue abandonado por sus agresores en el Bordo de Xochiaca, en Nezahualcóyotl, en 2017. En ese mismo año, Valeria de 11 años abordó una combi en Nezahualcóyotl, pero nunca llegó a casa. Las investigaciones revelaron que su agresor, el chofer del transporte, la había agredido sexualmente, le rompió el cuello y dejó su cuerpo dentro del vehículo.

Similares a estos casos se encuentra el de Valeria Moreno de 12 años, quien en 2018 salió a la tienda, pero fue interceptada por su agresor, el cual abusó de ella y la asesinó; Angela de 18 meses de edad, quien fue asesinada a golpes y agredida sexualmente, su cuerpo fue encontrado en una una maleta en 2015, en la colonia Juárez de la CDMX; Dayana Esmeralda Fierro de cinco años, secuestrada y asesinada, en 2017 en Sinaloa; entre otros casos más, que visibilizan que la violencia feminicida siempre ha atacado a las mujeres sin importar su edad.

Esta violencia feminicida, dijeron las expertas, conlleva a que las menores de edad padezcan otro tipo de agresiones, como ser desaparecidas. De las 94 mil víctimas desaparecidas en México hasta el día de hoy, 16 por ciento corresponde a niñas, niños y adolescentes. De este porcentaje, 8 mil 639 son niñas y adolescentes, es decir 55 por ciento.

“Lo que vemos es una tendencia preocupante en el país ante el aumento de las mujeres desaparecidas, que se concentra entre los 15 y 19 años de edad. Estas niñas y adolescentes deben tener un marco protector que haga que ellas puedan desarrollar vidas libres de violencia, al paso que vamos en las cifras, es posible que la cifra incremente aún más”, agregó la directora ejecutiva del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, Silvia Chica.

Frente a este panorama, la Comisionada Relatora sobre los Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Esmeralda Arosemena de Troitiño, dijo que es necesario poner en el centro a las menores de edad dentro de la problemática del feminicidio para así disminuir la normalización de esta grave violencia contra ellas, definir estrategias enfocadas en ello, y combatir los entornos que propician que sean agredidas de diversas formas.

“Las construcciones estructurales de México, pobreza, discriminación, explotación sexual, iniquidades, desapariciones, migración, entre otras, genera que las menores sean víctimas de violencia debido a su género. Se tiene que visibilizar esto enfocado en las niñas, pues son los antecedentes a un feminicidio. La impunidad es altísima en México, esto debemos pensarlo como desafío”, detalló Arosemena.

Enfatizó que las autoridades mexicanas tienen como obligación aplicar los estándares internacionales y nacionales de protección hacia menores de edad, utilizar la perspectiva de género en los asesinatos de niñas y adolescentes, reconocerlas en su condición como personas, respetar sus Derechos Humanos, y permitir su acceso a la justicia a fin de que su capacidad de opinar sobre su vida sea escuchada. “A las niñas hay que empoderarlas para que asuman ese papel protagónico”.

Arosemena agregó que para fortalecer su participación en la sociedad es importante que las menores de edad tengan acceso a la información, intervengan en la toma de decisiones, defiendan sus derechos y formen parte del debate. “Cuando todas hablamos de la importancia de tener acceso a la justicia antes de un feminicidio hablamos de que el Estado debe tener un sistema de justicia con los estándares que acabamos de decir muy claros en sus cuerpos normativos y en la capacitación de sus autoridades”, finalizó.

Por su parte, la directora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), María de la Luz Estrada, resaltó que los asesinatos violentos contra menores de edad se caracterizan de patrones, ya que en muchos casos primero son desaparecidas, y después halladas asesinadas, como es el caso de Fátima de 15 años, quien fue privada de la libertad y violentada sexualmente en 2017, en la entonces delegación Gustavo A. Madero y encontrada sin vida en el Estado de México más tarde.

A este hecho, dijo Estrada, se le suma el de Fátima de siete años, la cual fue secuestrada y asesinada en Tláhuac en 2020 o el de Renata, asesinada en 2020. “Estos casos muestran patrones, como que las niñas que abordaron un transporte público fueron desaparecidas, que sufrieron violencia sexual y padecieron actos brutales para ser sometidas, sin embargo sólo algunos estados tipifican agravantes en el delito de feminicidio si la víctima es menor de edad”, agregó.

Las autoridades siguen sin reconocer, comentó Estrada, los asesinatos violentos de menores de edad como un feminicidio porque prefieren investigar estos casos bajo otras figuras jurídicas, minimizan los hechos o no generan las medidas de protección, a pesar a pesar de que sus agresores casi siempre son familiares cercanos a ellas, lo que resulta en la invisibilización de la problemática del feminicidio hacia este sector de la población.

Estrada resaltó que “las autoridades piensan que la edad excluye el factor de género, sin que exista ningún tipo de interseccionalidad entre ambos, lo que provoca que este tipo de feminicidio sean clasificados como otros delitos y provoca que la investigación se omisa en verificar si existen razones de género en el momento en el que sucedieron los hechos, ocasionando investigaciones negligentes y con resultados de impunidad”.

Para la directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Tania Ramírez Hernández, las autoridades tienen que considerar el contexto en el que se genera la violencia contra las menores de edad para garantizar su seguridad, detener las agresiones y evitar los casos de feminicidio, por ejemplo, las menores de edad en situación de pobreza o migración se encuentran en mayor riesgo de ser víctima de este tipo de delito.

Actualmente 40 por ciento de las y los menores de edad, detalló Hernández, viven en la pobreza; 9.3 en pobreza extrema; una de cada tres niñas adolescentes no ha podido asistir a la escuela ni una sola vez; y  62 por ciento no tienen acceso a seguridad social. Esta crisis económica aunado a la pandemia, implicó que cerca de 1.3 millones personas cayeran por debajo de la línea de la pobreza, lo que ha afectado en específico a las menores de edad.

“Estos riesgos que van derivando de la situación de pobreza hacen que a su corta edad hay una falta de garantía por parte del Estado a tener un entorno que pueda mantenerlas libres de cualquier tipo de violencia. Muchos riesgos que enfrentan las niñas y adolescentes tienen que ver con esa necesidad de encontrar trabajo así como de acompañar al trabajo de sus hogares o en el campo. Estos datos nos dan cuenta de la pirámide existente en el país”, declaró Hernández.

Para las expertas algunos pasos a seguir es promover una cultura de la no violencia, verificar que las autoridades estén capacitadas, impulsar el ejercicio de los Derechos Humanos, informar acerca de esta problemática, generar datos desglosados por edad y sexo, crear redes de apoyo, fortalecer el actuar de las organizaciones civiles y homologar el delito de feminicidio con agravantes en caso de que las víctimas sean menores de edad, en todos los Códigos Penales del país.

Fuente de la información e imagen:  CIMAC Noticias

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Maestros protestan contra primer presidente profesor de Perú

Maestros peruanos protestaron por primera vez contra la gestión de Pedro Castillo, el primer profesor de escuela que alcanza la presidencia de Perú, reclamando más presupuesto para la educación.

Maestros peruanos protestaron por primera vez el martes contra la gestión de Pedro Castillo, el primer profesor de escuela que alcanza la presidencia de Perú, reclamando más presupuesto para la educación.

El epicentro de la manifestación fue en el centro histórico de Lima, por cuyas calles más de mil maestros marcharon hasta llegar frente al Congreso, donde agitaron banderas del más antiguo sindicato magisterial y le pidieron a Castillo que cumpla con sus promesas electorales. La protesta fue pacífica y sólo duró algunas horas. La policía no usó varas ni bombas lacrimógenas.

“Estamos exigiendo al gobierno y Congreso que respeten la Constitución y que destinen 6% del PBI para educación”, dijo Lucio Castro, secretario general del Sindicato Unitario de la Educación Peruana (SUTEP). El Congreso debatía durante la jornada el presupuesto de 2022, incluido el de educación.

No marcharon los maestros afiliados a otro sindicato llamado Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (FENATE) —que el actual presidente Castillo fundó en 2017— y rivaliza con el SUTEP. Los manifestantes también pidieron la destitución del ministro de Educación, Carlos Gallardo, y la anulación de una prueba de evaluación para profesores donde se filtraron varias respuestas.

Los maestros resaltaron que la educación peruana se encuentra en crisis y que, a diferencia de otros países de Latinoamérica, en el Perú las clases escolares presenciales se reiniciarán en marzo. Con cifras oficiales en mano, recordaron que 60% de escuelas públicas no tiene servicios básicos, 43% no tiene acceso a agua potable, 21% no tiene energía eléctrica y que 300.000 escolares han pasado de escuelas privadas a públicas porque sus padres se han arruinado con la pandemia.

Castillo se convirtió desde el 28 de julio en el primer presidente de origen campesino en llegar a la presidencia de Perú. Antes era un dirigente de maestros y ejercía la docencia en una escuela rural.

Fuente: https://www.larazon.es/internacional/america/20211124/mc2n2gzwizevffo5f7crmipnoq.html

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La OMS vislumbra una estrategia contra la pandemia

Llegó la hora de una evaluación cruda de la covid-19 y de trazar un plan para doblegarla. En casi dos años ha cobrado millones de vidas y no cede.

Con las vacunas, por momentos y por regiones amaina, pero luego rebrota con furia. Y eso ocurre en los países ricos. El resto, inermes, las naciones en desarrollo, reclaman equidad sin fortuna y dependen de la caridad.

La oportunidad de revisar esos desequilibrios y afrontar la pandemia con un programa multilateral se presenta en la sesión especial de la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) que sesionará del 29 de noviembre al 1 de diciembre,  con participación de representantes de los 192 Estados que integran la Organización Mundial de la Salud (OMS).

No será una panacea fulminante, cabe advertir, porque el objetivo se concentra en la calamidad actual y también en futuros fenómenos parecidos. En términos precisos, la AMS ha sido convocada para “considerar la elaboración de un convenio, acuerdo u otro instrumento internacional de la OMS sobre la preparación y respuesta frente a las pandemias”.

Queda en claro que la AMS escogerá entre las tres alternativas: convenio, acuerdo u otro instrumento, para adoptar la arquitectura jurídica que sostendrá los programas de sanitarios de prevención y ofensiva contra la actual y otras eventuales pestes.

La única salvedad es que deberá ser un documento con legalidad internacional y vinculante, es decir, obligatorio para todos los Estados que lo adhieran, especificó Steven Solomon, jefe del área jurídica de la OMS.

Una vez que la AMS decida sobre la naturaleza del documento, que se anunciará el 1 de diciembre, encomendará presumiblemente al grupo de trabajo que aporte la sustancia a ese esqueleto legal, que defina las acciones sanitarias y científicas adecuadas para afrontar las pandemias y los recursos necesarios.

En este aspecto habrá una faceta esencial: la equidad, adelantó Solomon.

Aquí reaparecerán las divergencias que han caracterizado y entorpecido desde el comienzo a la lucha contra la pandemia.

La diferente concepción de la salud, como un bien público o como una mercadería más, objeto de comercio, alimenta debates y retrasa acciones de tratamiento y cura en todas las latitudes.

Lo único inalterable, en alza siempre sostenida, son los dividendos de las grandes empresas farmacéuticas, como demuestran los resúmenes bursátiles.

La misma confrontación, por el libre acceso a los medicamentos, se extiende también a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Un grupo de naciones ricas, entre ellas el bloque de la Unión Europea, Suiza y Noruega con mayor empeño, bloquean desde hace más de un año en la OMC, una iniciativa de India y Sudáfrica, respaldada por más de un centenar de países en desarrollo, que proponen suspender por tres años la aplicación de algunas facetas de la propiedad intelectual para facilitar la elaboración de las vacunas imprescindibles.

En un llamado a los países ricos, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, reclamó ayuda financiera para alcanzar al final de este año el objetivo de vacunación de 40 % de la población de todas las naciones y de 70 % a mediados de 2022. Sin ese aporte, unos 80 países, la mitad de ellos africanos, no lograrán esa meta, advirtió.

Tedros opina que la pandemia es una crisis de solidaridad que ha expuesto y exacerbado la debilidad fundamental de la arquitectura sanitaria mundial.

La única forma de afrontar esa flaqueza es mediante un tratado o un acuerdo vinculante entre naciones, precisó refiriéndose a la propuesta que discutirá la sesión especial de la OMS.

El acuerdo se constituirá en el marco apropiado para fomentar la cooperación internacional y en una plataforma para el desarrollo de otras áreas fundamentales.

La primera será la creación de una “mejor gobernanza”, con la idea de un consejo de jefes de estado, establecido en la OMS, que proveerá liderazgo político para acciones rápidas y coordinadas.

La segunda idea será la de “mejores finanzas”, con el establecimiento en el Banco Mundial de un fondo que aportará recursos para cubrir faltantes que la OMS identifique. Ese fondo contará con contribuciones de países y de organizaciones regionales.

Y la tercera, se centra en el sostenimiento de la propia OMS, una institución históricamente desfinanciada por los escasos aportes de los Estados miembros.

Alrededor de dos tercios de los ingresos de la institución provienen de algunos países ricos y de donantes privados, destinados a proyectos determinados que en muy pocos casos coinciden con las necesidades prioritarias de la OMS, de atender a las poblaciones más desprotegidas.

La “crisis de solidaridad”, como la define Tedros, ha sido también identificada por expertos del sector científico y de la sociedad civil.

“Ha quedado claro que es necesario recalibrar la salud mundial, lo que significa y lo que representa”, opinan en un trabajo conjunto Dominique Vervoort, de la Universidad de Toronto ; Xiya Ma, de la Universidad de Montreal ; Alia Sunderji, del Hospital de Niños de Toronto, y Hloni Bookholane, de la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.

“En su situación actual, la salud mundial sirve a menudo para atender primero las propias intenciones políticas y económicas, frustrando sus verdaderos objetivos de equidad y unidad”, expresaron.

Consideraron que “igual que ocurrió durante las epidemias de VIH/sida y de tuberculosis, cuando las naciones poderosas política y económicamente se apresuraron a atender primero sus propias necesidades, a menudo a costa de otras naciones”.

“La injusticia sanitaria mundial nos afecta a todos. Los efectos en cadena de crisis sanitarias como la actual pandemia y crisis más amplias, como el cambio climático, confirman que nadie está a salvo hasta que todos se salven”, agregaron los académicos.

En coincidencia con la AMS, el tema de la pandemia será examinado también en esos tres días, y entre otros muchos asuntos, por la 12 Conferencia Ministerial de la OMC, que también sesionará en Ginebra, del 30 de noviembre al 3 de diciembre.

Bajo la propuesta de “Respuesta de la OMC a la pandemia: normas comerciales que apoyen la creación de resistencia, respuesta y recuperación para afrontar crisis internas y mundiales”, el embajador de Nueva Zelanda, David Walker, el  facilitador del tema, presentará un proyecto de resolución al Consejo General de la OMC, integrado por los 164 Estados miembros, que es el responsable del  orden del día que se someterá a los ministros.

La OMC se interesó desde el comienzo de la pandemia por sus efectos sobre el comercio y la sociedad en general.

En ese marco, contribuyó a identificar los cuellos de botella que surgieron por la crisis sanitaria en los flujos comerciales y a solucionar los tropiezos en las cadenas de suministro internacionales.

En sus últimos informes periódicos sobre la marcha del comercio internacional, la OMC dio cuenta de una disminución marcada y hasta de la desaparición de los obstáculos ocasionados por el comercio.

Queda pendiente en la OMC otro asunto vinculado con la pandemia, la demanda de países del sur de suspender la aplicación de los derechos de patentes sobre fórmulas, tratamientos, secretos industriales y otros elementos determinantes de la elaboración de las  vacunas contra el virus. Los solicitantes de esas exenciones intentan facilitar la fabricación de las vacunas en laboratorios de países en desarrollo.

Las profundas divergencias entre los dos sectores presagian que el tema será postergado para que el Consejo de la OMC sobre Aspectos de la Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Adpic), para que siga en el 2022 su examen, que comenzó en octubre de 2020.

Fuente: https://rebelion.org/la-oms-vislumbra-una-estrategia-contra-la-pandemia/

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China confina a más de 10.000 estudiantes universitarios mientras se enfrenta a su mayor brote de la variante Delta de coronavirus

Actualidad.rt.com

Más de 10.000 estudiantes de una universidad de la ciudad china de Zhuanghe fueron puestos en cuarentena en medio de un nuevo brote del covid-19, informaSouth China Morning Post.

Según el medio, 3.291 estudiantes fueron transferidos a hoteles especiales, al ser considerados individuos de «alto riesgo», mientras que 7.884 personas fueron aisladas en los alojamientos estudiantiles.

Esto ocurre mientras el país asiático se enfrenta a su mayor brote de coronavirus de la variante Delta, informa Reuters, citando cifras oficiales anunciadas este lunes. De acuerdo con las autoridades sanitarias chinas, se registraron 32 nuevos casos domésticos durante las últimas 24 horas, lo que, según Reuters, elevó a 1.308 el total de infecciones locales detectadas desde el pasado 17 de octubre. En comparación, unos 1.280 contagios locales se detectaron durante el brote de la variante Delta en verano.

https://actualidad.rt.com/actualidad/410351-china-confinar-10000-estudiantes-universitarios?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=all

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Los estragos de la pandemia en las Escuelas Indígenas de México: desigualdad educativa y brecha digital.

Mtro. Iván de Jesús Contreras Espinoza
Docente de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales (FCAyS) y administrador del Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo (IIDE) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

La pandemia generada por la enfermedad del coronavirus (COVID19), sacudió significativamente a todos los países, situación que implicó afrontar una crisis en diferentes sectores: los sistemas de salud empezaron a colapsar; la economía mundial se contrajo, y las instituciones educativas realizaron ajustes en sus sistemas, con la finalidad de re direccionar los esfuerzos y rescatar los ciclos escolares.

En México, la pandemia tuvo un alto impacto en varios sectores de la población, mismos que se vieron severamente afectados ante estos embates, principalmente aquellos grupos vulnerables y marginados, como lo son las comunidades indígenas. Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés, 2020) se comprometió con los pueblos indígenas para colaborar en la implementación de acciones específicas y de esta manera responder a la crisis y las necesidades derivadas de la pandemia por la COVID-19. Entre las principales medidas, destaca el seguimiento a los planes estratégicos en educación con la finalidad de diversificar los medios y llegar a comunidades con difícil acceso a la información.

Las intenciones tanto del gobierno mexicano como de organizaciones no gubernamentales fueron bien intencionadas, no obstante, la realidad educativa apuntaló hacia otra dirección, con otro nivel de prioridades. La educación en el país se vio seriamente afectada, esto debido a que las modalidades de aprendizaje cambiaron, y tanto estudiantes como profesores aprendieron nuevas formas de interacción ante la necesidad de cumplir con los contenidos escolares. De manera que la educación indígena no fue la excepción, máxime cuando los retos y desafíos de maestros, alumnos y padres de familia, durante este periodo se intensificaron. Uno de esos retos, fue que el uso de las tecnologías, que empezó a ser prioritario en todos los niveles educativos, dejando en desventaja a aquellos estudiantes en condiciones de pobreza y pobreza extrema que no contaban con los recursos y ni herramientas necesarias para continuar con los aprendizajes en las modalidades emergentes.

Esta problemática fue mayormente visible debido a la estrategia de la SEP “Aprende en casa”, un programa cuyo único interés —pareciera— “no perder el ciclo escolar” (Gallardo, 2020). El intento de unificar la operacionalización del programa hizo aún más evidente la desigualdad educativa en la que se sigue viendo inmersa la población indígena en el país. Los programas de televisión, las clases virtuales en plataformas como Classroom o el uso de aplicaciones como WhatsApp, solo fueron un reflejo de conservar una normalidad adaptada para el sistema educativo general, y no pensado en la heterogeneidad de la escuela, como es el caso de la escuela indígena. En conjunto, esto ocasionó que la brecha digital se ampliara en algunos sectores, “En tiempos normales, tales diferencias son una pieza más del mosaico de las desigualdades en México, pero en tiempos de COVID-19, … tiene consecuencias particularmente nocivas y de largo alcance, sobre todo por su incidencia en el sistema educativo” (Lloyd, 2020, pp. 116-117).

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), publicó la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) para 2020 en México. Entre los datos relevantes destacó, que la distribución de los usuarios de internet por grupos de edad entre los 6 y 11 años de edad en los ámbitos urbano y rural, se estima que 78.3% son usuarios del área urbana, y un 50.4% proviene del área rural. Y al realizar un acercamiento al área rural, se deja de manifiesto que en las comunidades indígenas solamente 3 de cada 100 niños cuentan con acceso a internet.

Tras este panorama de situaciones atípicas, para los docentes de las escuelas indígenas, no era momento de claudicar. Fue necesario buscar alternativas y estrategias que le permitieran cumplir los objetivos. La mayoría de estas escuelas se encuentran ubicadas en zonas altamente marginadas, por tanto, implicaba un reto el acceso a los hogares de niños indígenas. Los docentes no estaban preparados para tal situación; se encontraban desprovistos de la capacitación adecuada para hacer frente a esta nueva modalidad de enseñanza-aprendizaje, y qué decir de los alumnos indígenas, que no contaban con televisores, dispositivos móviles ni computadoras; aunado a esto, durante la pandemia la prioridad de los padres de los niños indígenas fue el buscar los medios para dar un sustento a sus familias, por tanto, las tecnologías no eran prioritarias, por ende, resultaba complejo para los niños aspirar a ellas (Contreras-Espinoza, 2020).

Sin duda, la tarea es titánica para contrarrestar la desigualdad educativa y la brecha digital en nuestro país. Los esfuerzos del gobierno, en cuanto a las políticas educativas deben apostar por una educación que garantice la conectividad y el uso de TIC en todos los sectores educativos, pero principalmente en aquellos niños y niñas que carecen de los recursos y herramientas para continuar en una modalidad que aparenta ser una simulación. Las propuestas para solucionar la problemática son diversas, una de las ideas principales sería establecer programas como los que se realizan en otros países, donde empresas que se dedican a la producción de equipos de cómputo realizan convenios con los sistemas de educación, para donar equipos de segunda mano pero que aún tienen con tiempo de vida útil. Antes de eso, primero habrá que garantizar la conectividad al internet, porque de nada servirá poseer los equipos cuando las zonas marginadas de las comunidades indígenas en ocasiones no cuentan con los servicios básicos, tales como, la energía eléctrica.

Evidentemente, las meritorias labores de los docentes y niños de las escuelas indígenas hicieron posible el embate a la crisis educativa tras la pandemia. Desde la impresión y entrega de cuadernillos, hasta el traslado a comunidades de difícil acceso para proporcionarlos; así como el interés genuino por el bienestar de cada uno de sus alumnos. Estamos convencidos que la desigualdad educativa y la brecha digital en México son asignaturas pendientes; es necesario dar soluciones palpables e inmediatas, a través de planes y programas que garanticen el cumplimiento de los derechos básicos de los grupos vulnerables. Se dice fácil cuando se habla desde el privilegio, pero, precisamente la divulgación de estas temáticas representan una oportunidad de visibilizar la necesidad imperante de inclusión, dignificación y validación de los derechos de las comunidades indígenas, duramente segregadas y marginadas por la sociedad en estos tiempos tan complejos derivados de la pandemia de la COVID-19.

 

Referencias

 

Contreras-Espinoza, I.J. (2020). Escuela indígena: Filemón y la esperanza de los olvidados. En Gárate (coord). Educadores y pedagogía de la alteridad: Relatos desde la experiencia (pp. 53-75). CETYS. http://158.122.1.53/bitstream/60000/934/1/Educadores%20y%20pedagogi%CC%81a%20de%20la%20alteridad_muestra.pdf

Gallardo, A. (2000). Educación indígena en tiempos de COVID-19: viejos problemas, nuevos problemas. En IISUE, Educación y pandemia. Una visión académica (pp. 164-169). México: UNAM. http://132.248.192.241:8080/jspui/bitstream/IISUE_UNAM/552/1/GallardoA_2020_Educacion_indigena.pdf

Lloyd, M. (2020). Desigualdades educativas y la brecha digital en tiempos de COVID-19. En H. Casanova Cardiel (Coord.), Educación y pandemia: una visión académica (pp. 115- 121). México: UNAM. http://132.248.192.241:8080/jspui/bitstream/IISUE_UNAM/546/1/LloydM_2020_Desigualdades_educativas.pdf

Organización Panamericana de la Salud (OPS), (2020). Consideraciones relativas a los pueblos indígenas, afrodescendientes y otros grupos étnicos durante la pandemia de COVID-19https://iris.paho.org/handle/10665.2/52252

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), (2020). Pueblos indígenas y COVID-19: una mirada desde México. https://es.unesco.org/news/pueblos-indigenas-y-covid-19-mirada-mexico

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-estragos-de-la-pandemia-en-las-escuelas-indigenas-de-mexico-desigualdad-educativa-y-brecha-digital/

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Reimaginar la educación para ayudar a los estudiantes a prosperar

Por: Paulette Delgado

 

Se necesita una comunidad para asegurar que los estudiantes tengan un futuro exitoso.

En el último año y medio, gracias al COVID-19, pareciera que todo ha cambiado, especialmente la educación. Más allá de pasar de aulas físicas a clases en línea, la pandemia desafió a la comunidad educativa a imaginar la enseñanza y el aprendizaje de una manera distinta. Obligó a repensar qué es lo que realmente importa cuando se trata de educar a una generación de estudiantes que ha tenido que soportar la contingencia.

El rol de las universidades

Las universidades no pueden seguir descuidando su papel de preparar a los estudiantes para la fuerza laboral. Los alumnos siguen estudiando después del bachillerato para conseguir un trabajo, ganar más dinero, sin embargo, existe una desconexión entre lo que ellos quieren y lo que buscan los empleadores. Las universidades son las guardianas del talento para la fuerza laboral y deben priorizar la preparación profesional. Para los líderes de la industria, la educación superior es la fuente de habilidades profesionales.

Desde el inicio de la pandemia, los trabajos que necesitan un título profesional se desplomaron en un 45 %, lo que demuestra que cada vez son más los empleadores que valoran más las habilidades y la experiencia que completar una carrera universitaria. Es por esto que las instituciones necesitan una comprensión de qué tan bien preparan a sus estudiantes para el mundo laboral y ajustar sus programas curriculares y cocurriculares; deben estar en constante cambio de especializaciones y programas, principalmente las habilidades deseadas por los empleadores.

Actualmente la brecha de habilidades se puede resumir en dos categorías: digitales y blandas. El 66 % de los trabajos creados en la última década requieren habilidades digitales altas o moderadas. Durante la pandemia, cuando muchas empresas pasaron al teletrabajo, se demostró que la fluidez digital no se limita al sector tecnológico y empresarial, es necesario en todas las áreas. Incluso los estudiantes reconocen su necesidad de aprender habilidades digitales. En una encuesta realizada por Internships.com y General Assembly en el 2014, el 52 % de los estudiantes dijeron que estas habilidades deben ser una parte indispensable de su educación. Por otro lado, están las habilidades blandas como la comunicación escrita y oral, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la resolución de problemas, el pensamiento crítico y la aplicación del conocimiento en un ambiente real, entre otras. Sin embargo, sólo el 14 % de los empleadores creen que los recién graduados tienen estas habilidades.

Para abordar los desafíos del futuro laboral de sus alumnos, enfocarse sólo en las habilidades no es suficiente. Las universidades deben observar el panorama institucional general, las tendencias laborales y la saturación del mercado. Deben incluir una revisión centrada en la admisión de carrera, asuntos estudiantiles, plan de estudios y calendario académico. Además de conocer de manera precisa las necesidades de los empleadores y no sólo la demanda laboral existente sino la futura. En conjunto, esta información proporcionará a las universidades una visión más clara de las ofertas curriculares y cocurriculares.

Una vez que una institución tiene una imagen funcional de las demandas laborales y de los programas, así como las habilidades que los empleadores esperan de los estudiantes que ingresan a la fuerza laboral, la próxima tarea será determinar cuándo y cómo entregar ese aprendizaje a secciones transversales más amplias de estudiantes. También es importante considerar que cada vez más trabajos requieren una capacitación constante, especialmente debido a los desarrollos tecnológicos. Por ello, las universidades deben considerar crear programas de microcredenciales que se alinean directamente con las necesidades de la industria, como bootcamps o cursos individuales. Esto abre la puerta a un mercado interminable de asociaciones corporativas que pueden crear cursos o bloques modulares según sus necesidades.

No obstante, para preparar a la fuerza laboral del futuro, es necesario no sólo enfocarse en los estudiantes universitarios, sino también en los más jóvenes. Según un estudio de la organización McKinsey, la pandemia dejó a los alumnos con un promedio de cinco meses de retraso en matemáticas y cuatro meses de retraso en lectura al final del año escolar. Las consecuencias del COVID-19 amenazan con limitar las oportunidades de estas generaciones. La posibilidad de asistir a la universidad es uno de los aspectos que resultó más afectado, lo que impacta en la posibilidad de encontrar un trabajo satisfactorio y digno. El análisis de McKinsey sugiere que los estudiantes americanos pueden ganar entre $49,000 y $61,000 dólares menos a lo largo de su vida debido al impacto de la pandemia en su educación.

El caso de Texas: ayudando a los jóvenes a prosperar

Uno de cada diez jóvenes menores de 18 años en Estados Unidos viven en Texas, ¿cómo se prepara este estado para ofrecer educación de calidad para el 2036? Para contestar esta pregunta, el Instituto George W. Bush junto con “The 74”, una plataforma de publicación digital educativa, se dio a la tarea de mapear los puntajes de lectura de tercer grado, las tasas de graduación de la preparatoria, el nivel de educación superior y los salarios promedio de ciudades como Houston, Dallas y Austin. Los investigadores centraron su atención en examinar qué tan bien se están preparando los estudiantes de Texas para la fuerza laboral mientras el país se recupera de la pandemia.

Su investigación se centró en la coalición de organizaciones y líderes comunitarios centrados en la educación, que describen como “ecosistema”, las acciones de la junta escolar y el uso de la legislación y políticas públicas, es decir, “gobernanza” y por último, el uso de políticas sólidas, “la innovación”. Para ellos, estos tres elementos son complementarios y deberán trabajar juntos al servicio de los jóvenes porque una gobernanza escolar sólida y ecosistemas educativos eficaces son fundamentales para ayudar a los estudiantes a prosperar.

Los datos demuestran que muchos alumnos están atrasados en los niveles de lectura en tercer grado y de matemáticas en octavo grado, y aún así, lograron graduarse de la preparatoria. Para los autores del estudio esto plantea la pregunta: “¿estaban realmente preparados para la oportunidad y su próximo paso, o los preparamos para fallar al pasarlos al sistema?”  Estos datos se vuelven aún más relevantes por su conexión entre el nivel de educación y los ingresos anuales. Un mayor nivel educativo se traduce en una mayor capacidad de generar ingresos, ayudando a evaluar si los texanos tendrán una vida significativa. Entre más grandes sean sus salarios, más grande es su capacidad de tomar decisiones, mayor acceso a oportunidades y capacidad de adaptación durante crisis económicas.

Houston

Hace 15 años, la ciudad de Houston, Texas, tenía un gobierno efectivo y una comunidad de apoyo que producía innovaciones impresionantes y mejores resultados. Hoy en día, según los investigadores, el progreso de los estudiantes se ha detenido. En parte, el problema proviene del Distrito Escolar Independiente (ISD por sus siglas en inglés) de Houston; este es el sistema de escuelas públicas más grande de Texas. Durante los últimos cinco años ha tenido un superintendente que duró dos años en su cargo y dos superintendentes interinos en tan solo tres años. Aunado a esto, la Agencia de Educación de Texas tomó el control del HISD en 2019, provocando una pelea por control por los últimos dos años. Esta lucha interna ha dejado el progreso de los estudiantes y sus resultados en segundo plano.

Afortunadamente, en junio de este año el HISD nombró a Millard House, un educador con experiencia de más de 26 años, como el superintendente. House promete utilizar la investigación a la hora de crear mejores prácticas, especialmente en las escuelas de bajo rendimiento. Esto funcionó antes en la ciudad ya que, a principios de los noventas y durante las siguientes dos décadas, los líderes empresariales, las organizaciones sin fines de lucro y los filántropos se unieron para juntar información y evaluar datos para impulsar estrategias innovadoras en la educación, como el sistema de pago por mérito para los educadores.

Contar con un buen ecosistema ayuda a analizar qué es lo importante para los alumnos. Unir fuerzas con organizaciones puede realmente beneficiar la educación. Está Good Reason Houston, por ejemplo, una organización que lanzó un plan para cambiar la calidad del aprendizaje. Esta organización sugiere replicar o extender escuelas exitosas, crear sistemas para identificar y recompensar a los maestros efectivos dándoles incentivos para que enseñen en las escuelas con más dificultades de la ciudad. Aunado a eso, utilizar planes de estudio que hayan demostrado su eficacia, dar a los alumnos apoyos e intervenciones individuales en caso de que lo necesiten e involucrar a las familias en todas las tomas de decisiones de las escuelas.

Dallas

En el 2011, el ecosistema de Dallas recorrió ciudades de todo el país para conocer distintos sistemas escolares urbanos para saber qué dirección tomar ya que, en el periodo 2010-2011, 33 de sus 230 escuelas fueron calificadas como «académicamente inaceptables». Este viaje resultó en la contratación de un nuevo superintendente en el 2012, Mike Miles, y en el lanzamiento de “The Commit Partnership”, una organización sin fines de lucro que reúne a otras organizaciones para impulsar el éxito educativo y la movilidad económica del condado. Este proyecto fue impulsado por el empresario y filántropo Todd Williams. The Commit Partership se enfoca en recopilar, informar y analizar datos para ayudar a los fideicomisarios escolares a tomar decisiones basadas en investigación. En ese periodo, el alcalde de Dallas era Mike Rawlings, hijo de maestros, lo que reforzó el movimiento de repensar la educación. “No podríamos crecer con escuelas marginales. La educación es lo único para superar las brechas entre los que tienen y los que no tienen en Dallas”, señaló Rawlings en un reporte de Anne Wicks y William McKenzie.

Se empezaron a producir cambios importantes en la educación centrándose en los estudiantes, por ejemplo, Dallas ISD comenzó a diferenciar la enseñanza eficaz. Pasó de un sistema de evaluación en el que el 95 % de los maestros obtuvieron calificaciones altas, a uno de evaluación múltiple para identificar a los educadores más efectivos y con mejor desempeño. Estos recibieron incentivos para enseñar en el programa “Acelerando la Excelencia en el Campus”, creado por Mike Miles, para atender a las escuelas con menor rendimiento.

Aún con todos estos esfuerzos, el progreso académico de los alumnos ha sido desigual. Los puntajes de matemáticas de octavo grado del 2019 estuvieron por debajo del nivel de otros distritos urbanos pero los resultados de lectura de los de tercer grado mejoraron en un 9 % entre el 2012 y el 2019. La creación de un nuevo ecosistema que se basa en los resultados de los estudiantes tomando en cuenta las diferencias entre las minorías, ha ayudado a Dallas a mantener este impulso para garantizar mejores resultados a pesar de la pandemia. Pero, tomando a Houston como ejemplo, este tipo de enfoques puede evaporarse rápidamente si se debilita el ecosistema de apoyo.

Austin

A diferencia de las otras dos ciudades, Austin no ha tenido una gobernanza sólida o una cultura centrada en los resultados. Aún así, entre 1999 y el 2009, bajo la superintendencia de Pat Forgione, el condado tuvo iniciativas como jardín de niños gratuito, pequeñas comunidades de aprendizaje y más opciones de bachillerato. Durante este periodo, el distrito obtuvo dos veces el primer y segundo lugar entre los distritos urbanos en los exámenes de Evaluación Nacional del Progreso Educativo. Una intensa campaña de participación pública impulsó el crecimiento de la matriculación de estudiantes en un 8.5 %. Por otro lado, aumentaron las inscripciones de las escuelas autónomas, lo que resultó en una variedad de opciones entre escuelas. Esto ha disminuido la inscripción a escuelas dentro del Distrito Escolar Independiente de Austin, y la junta escolar se centra en cerrar las escuelas de las comunidades a medida que las inscripciones bajan, en lugar de buscar mejorar la calidad para atraer a más familias del distrito. Además, la junta no promulgó un calendario extendido para abordar las pérdidas de aprendizaje derivadas de la pandemia.

Gracias a los resultados las evaluaciones de preparación académica del estado de Texas, (STAAR por sus siglas en inglés), exámen proporcionado por la Agencia de Educación de Texas, existen datos sobre la brecha antes de la pandemia y cómo esta ha afectado a los estudiantes los últimos 18 meses. El COVID-19 afectó de manera desproporcional a los estudiantes de color de la región.

El trabajo de las escuelas es preparar a sus estudiantes para oportunidades futuras. Para lograrlo, se necesita un trabajo en conjunto entre el gobierno, organizaciones, universidades, estudiantes y familias, Como demostró Texas, tener un buen ecosistema es clave para generar un cambio sustancial. Se necesita recopilar información para reconocer lo que los estudiantes necesitan para mejorar sus resultados, o en caso de las universidades, lo que buscan los empleadores y lo que los alumnos ofrecen. Para que los estudiantes realmente prosperen, se necesita reimaginar la educación desde el jardín de niños. Si desde el tercer grado los estudiantes presentan dificultades para leer y más adelante tienen un mal desempeño en matemáticas, el ecosistema debe evaluar qué es lo que realmente necesitan y cómo mejorar. Lo mismo sucede con las universidades, si los datos demuestran que se necesitan ciertas habilidades para garantizar el éxito de los futuros egresados ¿por qué no cambiar para poder ofrecérselos?

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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