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España: La falta de escolarización y las consecuencias de la covid-19 centran una jornada parlamentaria sobre educación

Por: 20minutos.es
La falta de escolarización y las consecuencias de la pandemia de coronavirus han centrado una jornada sobre educación en la que han participado representantes parlamentarios, estudiantes de tres centros gallegos y activistas por el derecho a la educación.

Convocada por la coalición gallega de la Campaña Mundial por la Educación, la jornada se ha celebrado este martes en el Parlamento gallego, con participación telemática y presencial.

El presidente de la Cámara autonómica, Miguel Ángel Santalices, ha presidido el encuentro, que ha servido para reflexionar sobre la importancia del derecho a la educación y para concienciar a la sociedad en relación al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 -la educación de calidad-, dentro de la agenda 2030.

En su intervención, Santalices ha afirmado que Galicia cuenta con un sistema educativo «avanzado y de calidad». En cualquier caso, ha advertido de que sería un «error» limitar la visión al mundo occidental, ya que, según datos de la Unesco de 2018, «alrededor de 260 millones de niños estaban sin escolarizar», una situación que podría complicarse con el cierre de centros educativos por la pandemia de covid-19.

Por su parte, la portavoz de la coalición gallega de la Campaña Mundial por la Educación, Mónica Viqueira, ha llamado la atención sobre lo interesante de «compartir» visiones sobre la educación en una iniciativa como la de este martes.

Sobre estas cuestiones han reflexionado también, de forma telemática, estudiantes del IES Salvador de Madariaga en A Coruña, Colegio Compañía de María en Santiago de Compostela, Santa María del Mar en A Coruña, además de la jefa del Servicio de Formación y Coordinación Institucional de la Cooperación al Desarrollo de la Xunta, María del Mar Vega, y tres activistas por el derecho a la educación.

Presencialmente han asistido al hemiciclo los diputados del PSdeG Luís Álvarez, del BNG Daniel Castro y del PPdeG Ovidio Rodeiro.

«RESPETAR, PROTEGER Y GARANTIZAR»

El foco se ha puesto, entre otras cuestiones, en la falta de escolarización que sigue existiendo a nivel mundial. Al respecto, María del Mar Vega ha asegurado que la educación constituye «un elemento de protección contra la pobreza» y que «aún existen muchas dificultades» para garantizar este derecho.

La activista por el derecho a la educación Iris Trigo ha destacado que, a principios de 2020, «había 258 millones de niños y niñas sin escolarizar en todo el mundo».

Las consecuencias de la covid en el sistema educativo también han sido analizadas y, así, alumnos del colegio Compañía de María han avisado de los efectos negativos de la crisis sanitaria para este derecho y han reclamado que se debe «respetar, proteger y garantizar».

Estudiantes del IES Salvador de Madariaga han hecho alusión a la brecha digital, «agrandada» por las medidas de confinamiento y han afirmado que se adherían a la campaña #MilMillonesdeVoces, por una educación equitativa, inclusiva y de calidad.

Alumnado del centro de Santa María del Mar considera que se deben «realizar inversiones a largo plazo», que son «necesarias» para mejorar la educación.

En este sentido, la Campaña Mundial por la Educación ha propuesto que la presencia de la educación en el PIB suba del 4% al 6% y que se cancele la deuda en los países menos desarrollados, entre otras.

El portavoz del PSdeG ha destacado la educación como «bien público» y ha aludido a que «es una de las banderas de la democracia», por lo que se debe seguir «trabajando por una escolarización completa».

Por parte del Bloque, Daniel Castro ha recalcado que la ausencia de alfabetización «no por ser una realidad lejana, es menos grave» y que no se debe permitir «que se comercialice» la educación. También ha hecho referencia al papel de la implicación de la juventud para «hacer frente a las injusticias».

A este respecto, el popular Ovidio Rodeiro se ha dirigido a los estudiantes gallegos a los que ha presentado como «la segunda comunidad en competencia global con respecto a personas de otras culturas» y como la «primera comunidad en concienciación de igualdad entre hombres y mujeres». Así, ha afirmado que «el gran reto» es conservar la educación actual y ha acentuado la relevancia de la participación.

Miguel Ángel Santalices ha finalizado dirigiéndose, de nuevo, al alumnado, que «tiene la obligación de esforzarse cada día para sacar el mejor provecho de los recursos educativos que la sociedad pone a su disposición».

https://www.20minutos.es/noticia/4715243/0/la-falta-de-escolarizacion-y-las-consecuencias-de-la-covid-19-centran-una-jornada-parlamentaria-sobre-educacion/

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UNICEF pide a Ucrania que continúe trabajando en educación inclusiva a pesar de las dificultades

Por: https://www.ukrinform.es
El proceso de creación de un entorno de aprendizaje inclusivo es difícil tanto en Ucrania como en el extranjero, pero el gobierno debe seguir por este camino.

Así lo dijo el jefe de los programas de educación de UNICEF en Ucrania, Bogdan Yarema, en el Foro «Ucrania 30. Educación y Ciencia» el martes 1 de junio, informa un corresponsal de Ukrinform.

“Me gustaría hacer un llamado a nuestros socios en el gobierno para que no se desvíen de este camino y no se decepcionen al encontrar ningún revés situacional, ya que el proceso de transición a la inclusión es difícil no solo en Ucrania, sino también en el extranjero, principalmente porque hay muchos factores”, dijo Yarema.

Llamó a la comprensión de la necesidad de inclusión por parte de profesores, padres e hijos como uno de los principales factores. En este contexto, según el representante de UNICEF, las personas deben basarse en argumentos científicos y políticas basadas en evidencias.

Además, Yarema señaló que la presencia pasiva de niños con necesidades educativas especiales en la escuela no es un marcador de inclusión, ya que necesitan estar preparados para una vida adulta independiente.

Para concluir, expresó la esperanza de que continuara la reforma de la educación escolar en Ucrania y prometió que UNICEF seguiría apoyándola.

Como informó Ukrinform, la representante adjunta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Laura Bill, dijo que la reforma de la educación escolar en Ucrania debe tener en cuenta un nuevo desafío como la creciente desigualdad en el acceso a servicios educativos de calidad debido a la pandemia de COVID-19.

SM

https://www.ukrinform.es/rubric-society/3256772-unicef-pide-a-ucrania-que-continue-trabajando-en-educacion-inclusiva-a-pesar-de-las-dificultades.html

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“En pandemia, los cuidados estallaron en nuestra vida cotidiana, pero la política pública no ha dado ninguna respuesta”

Por:  Karina Batthyány

Con la ceremonia inaugural a cargo de Gioconda Herrera, su presidenta, comenzó LASA (Latin American Studies Association). Y el tema central que se ha dado para este Congreso de LASA (que se hace año a año) es “Desigualdades sociales y centralidad de la vida”. Se terminó uno de los paneles centrales llamados Presidenciales porque son paneles organizados y convocados por la presidenta de LASA sobre este tema “Desigualdades sociales y centralidad de la vida”. Y quiero compartir con todos y todas en InfoCLACSO algunos de los puntos que estuvimos debatiendo allí.

Para eso voy a plantear que cuando hablamos de la centralidad de la vida, una dimensión central, tiene que ver con el cuidado o con los cuidados y el cuidado de la vida. Tema que ya hemos abordado pero que es bueno volver a visitar, discutir e intercambiar. Como dijimos en algún momento, esta pandemia si hay algo que hizo fue cambiarnos a todos y a todas en nuestras vidas cotidianas. Es decir, los arreglos, las formas de vida cotidiana que teníamos de un día para el otro se vieron profundamente modificadas. Y puso, la pandemia, en el centro algo que desde el feminismo venimos diciendo hace mucho tiempo, que es la necesidad de colocar la vida en el centro y el cuidado de la vida en el centro.

Y además de entender -creo que eso nos va quedando muy claro en este año y pico que llevamos de pandemia ya en América Latina y el Caribe- que todos y todas somos interdependientes. Tenemos que entender que las personas necesitamos de bienes, de servicios y de cuidados para sobrevivir, y que justamente estos cuidados son relacionales e interdependientes. Todos y todas por tanto hemos precisado o precisaremos en algún momento de nuestra vida cuidados: hemos cuidado o seremos cuidado a lo largo de diferentes etapas de nuestro ciclo vital. Necesitamos alimento, ropa, abrigo, apoyo, compañía, cuidados.

También todas las personas en algún momento nos enfermamos o nos lesionamos, tenemos COVID en algunos casos, pasamos por la primera infancia y llegaremos ojalá y deseablemente a la vejez. Y eso es lo que hay que entender: la característica relacional e interdependiente que los cuidados colocan en el centro. La pregunta que nos tenemos que hacer es qué pasó con los cuidados en el marco de esta emergencia sanitaria. Y efectivamente cuando revisamos en América Latina y el Caribe las medidas que han tomado los distintos Estados, los distintos gobiernos para atender esta dimensión que es central (por eso hablamos de la centralidad de la vida), encontramos que prácticamente no ha habido políticas o apoyos para esta temática. Lo analizamos hace un par de columnas atrás cuando vimos justamente las políticas que los gobiernos latinoamericanos están desarrollando en el marco de la pandemia. Entonces, vaya contradicción: los cuidados nos estallaron a cada uno de nosotros en nuestras casas, en nuestra vida cotidiana, pero del lado de la política pública no ha habido ninguna respuesta. Y recordemos que cuando hablamos de cuidado estamos hablando de mujeres cuidadoras, porque en nuestra región prácticamente el 80% de los cuidados no remunerados son realizados por mujeres. Pero, además, los cuidados remunerados, los que se dan en el marco de relaciones laborales, por ejemplo, también están ampliamente feminizados.

Esta situación que no es única de América Latina pero que es más grave, nos lleva a reflexionar sobre el punto. Digo que no es única en América Latina porque, decía, en nuestra región las mujeres contribuimos con un 73% del tiempo total que se destina al cuidado y al trabajo no remunerado; y los varones con un 27%. Pero qué pasa por ejemplo en países como Suecia: las contribuciones de los varones son del 44%; en Estados Unidos un 38%; en China un 39%. Por lo tanto, la brecha en América Latina en este punto es mucho más pronunciada. Y agregarle a esto cómo aumentó el trabajo no remunerado y el cuidado por el cierre de los establecimientos educativos, y el traslado de la educación de las escuelas a los hogares, donde alguien tiene que hacerse cargo de monitorear, de seguir y de apoyar esa situación. Los datos preliminares que tenemos es que ese “alguien” también para América Latina y el Caribe tiene cara de mujer. Es decir, son las mujeres las que están sosteniendo ese punto.

Además, si miramos el mundo del trabajo remunerado, recordemos lo que hemos dicho en otras columnas aquí en InfoCLACSO: en muchos casos las mujeres están en el sector informal de la economía. De hecho, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) dice que hay 126 millones de mujeres que trabajan de manera informal en América Latina y el Caribe. Y eso es más o menos la mitad de la población femenina de la región.

¿Qué pasa en ese sector informal? No hay protección social, los ingresos no son altos, hay mucha inestabilidad laboral. Súmale a eso que en el sector del mercado laboral justamente las mujeres son las que están más empleadas en los sectores que han sido más afectados por la pandemia: el comercio, los restaurantes, el turismo, el trabajo doméstico remunerado. Todo eso nos va dando una situación que es muy compleja en términos de lo que está ocurriendo con las mujeres latinoamericanas y caribeñas.

Esto me lleva a plantear entonces cómo esta crisis del COVID-19, una vez más, ha profundizado los nudos estructurales de la desigualdad de género en América Latina. ¿Por qué afirmamos esto? Porque una de cada dos mujeres ocupadas, está ocupada en los sectores de mayor riesgo, los sectores que hoy están en riesgo económico y por lo tanto el desempleo las ha impactado más en la pérdida de ingreso, etc. Porque las mujeres han salido de la fuerza laboral tanto que la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) dice que hay un retroceso de diez años en este punto, como ya mencionamos en otra ocasión. En el sector doméstico remunerado se han perdido empleos, prácticamente la mitad de los empleos del sector doméstico remunerado en América Latina han desaparecido y allí son 98% mujeres las que estaban trabajando. Pero además las mujeres están también en la primera línea de la respuesta a la pandemia, porque en el sector de la salud el 73% de las empleadas son mujeres. Ha aumentado, como decíamos, la carga de cuidados no remunerados en los hogares y no se ha distribuido equitativamente ni la carga anterior ni ese aumento, lo que genera todavía más exigencias y tensiones sobre las mujeres.

También recordar que una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 24 años (jóvenes) no estudian ni están ocupadas hoy en América Latina y el Caribe, y que de esas mujeres, tres cuartas partes, no estudian ni se ocupan porque se dedican a cuidar. Entonces, cómo se han potenciado las brechas de género es algo que empezamos a tener datos y que, por supuesto, nos alarma, nos preocupa, porque esto sabemos que tiene consecuencias hoy para la vida de cada una de nosotras en América Latina y el Caribe, pero también tiene consecuencias futuras aún en la situación de salida de la pandemia.

Y por último, recordar que estas brechas que estoy mencionando, estas desigualdades o nudos estructurales de las desigualdades de género, se potencian cuando incorporamos las dimensiones étnicas y raciales, donde claramente por ejemplo las mujeres afrodescendientes reciben ingresos menores, sufren mayor desempleo.

Pensaba una cosa: diste algunas pistas en relación con eso, pero me genera cierta intriga en relación a la investigación académica que llevas adelante para tratar de saber por qué es más grave en América Latina que en otras partes del mundo. ¿Hay cuestiones educativas que son demarcantes, cuestiones conservadoras? ¿Qué es lo que marca la diferencia en otras partes del mundo que esta región tiene datos mucho más preocupantes?

Yo creo que se combinan cuatro elementos: la desigualdad socioeconómica más pronunciada en nuestra región; los patrones culturales machistas o patriarcales que son clásicos de América Latina y el Caribe y que no se han superado, siguen muy vigentes en nuestras prácticas cotidianas; la división sexual del trabajo, por supuesto relacionado a esos patrones culturales y machistas; y también la falta de autonomía o de presencia de las mujeres donde se toman las decisiones. Aquello que alguna vez hablamos de la autonomía en la toma de decisiones y la sub-representación me animo a decir escandalosa que hay en nuestra región de las mujeres en los distintos lugares de toma de decisiones a nivel de toda la estructura o de las distintas estructuras de poder de la sociedad.

https://www.clacso.org/en-pandemia-los-cuidados-estallaron-en-nuestra-vida-cotidiana-pero-la-politica-publica-no-ha-dado-ninguna-respuesta/

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Esta pandemia llega a América Latina y el Caribe en una alta desigualdad, vulnerabilidad y debilitamiento social”

Por: Karina Batthyány

Había quedado pendiente, a partir de una pregunta tuya en la última columna, el tema de la protección social en América Latina en estos tiempos de COVID-19 y a propósito por supuesto de informes que han salido en estas últimas semanas sobre el tema.

Abordemos este tema entonces antes situando -como ya hemos mencionado en otras columnas- que esta pandemia del COVID-19 está teniendo unos efectos muy fuertes en el ámbito de la salud y en los temas vinculados al crecimiento económico y al desarrollo social en nuestra región. Justamente la pandemia llega a América Latina y el Caribe además en un contexto de bajo crecimiento, como hemos dicho de alta desigualdad y de vulnerabilidad en la que se observaban ya tendencias crecientes en la pobreza (y en la pobreza extrema) que por supuesto se han acrecentado en este año y medio que llevamos de pandemia. Además de un debilitamiento en lo que se refiere a la cuestión social. Y recordemos, antes de la pandemia, importantes manifestaciones de descontento popular que han seguido, aunque con menor intensidad, en este año y medio producto de las medidas de confinamiento y no aglomeración.



América Latina y el Caribe como sabemos es la región que registró en este tiempo la mayor reducción de las horas de trabajo en todo el mundo. Solo para dar un dato: aproximadamente esta reducción es del 20%. Eso quiere decir 55 millones de puestos de trabajo a tiempo completo en nuestra región que han desaparecido; informe de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) del año 2020 que nos da esta cifra. Además, en 2019 el 77% de la población de la región, que son 470 millones de personas, pertenecía a los estratos de ingresos bajos o de ingresos medios bajos. Es decir que tienen cierta inseguridad  económica y que sus ingresos per cápita son de hasta tres veces la línea de pobreza. Y por lo tanto no tenían un respaldo, en términos de ahorro, como para enfrentar una crisis como la que estamos viviendo.

Estos impactos desde el punto de vista social y económico nos vuelven a mostrar la matriz de la desigualdad social en nuestra región. Hemos abordado este tema en otras columnas, pero recordemos que las dimensiones estructurantes de esta matriz de la desigualdad social son justamente el pertenecer a distintos estratos socioeconómicos o clases sociales, el género, la etapa del ciclo vital, la condición étnica racial, la dimensión territorial, a los que podemos sumar otras dimensiones también como son la situación o el estatus migratorio, el encontrarse en situación de calle, la discapacidad, etc.

¿Qué es lo que ocurre? Estas desigualdades obviamente se acumulan, se potencian, interactúan entre sí causando diferencias en términos del ejercicio de los derechos de las personas en América Latina y el Caribe. ¿Qué ha pasado entonces con las medidas de protección social tanto de corto, de mediano o de largo plazo para poder enfrentar los efectos de esta pandemia que nos encontró en esta situación? Lo primero decir es que esa protección social tiene que incorporar la idea del bienestar para toda la población (para todos y para todas) y especialmente para estos grupos que sufren esta acumulación de desigualdades o que experimentan distintas formas de exclusión, de discriminación y sufren por lo tanto de manera más aguda los impactos de esta crisis.

Nuestros países latinoamericanos y caribeños han respondido de manera diferente desde el punto de vista de la protección social. De acuerdo a los datos que tenemos disponible por parte de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) y OIT (Organización Internacional del Trabajo), encontramos que hasta agosto-septiembre del 2020 de los países de América Latina y el Caribe se habían anunciado aproximadamente unas 400 medidas de protección social en respuesta a la crisis de la pandemia. En la mayoría de estas medidas implicaban nuevos programas o más bien nuevas prestaciones (más de la mitad, el 56% de hecho eran nuevas prestaciones), seguida en un 24% por ajustes a programas o prestaciones ya existentes de la protección social, y luego ajustes en el gasto social aproximadamente un 11%. Como dije, casi la mitad de estas medidas se explican por nuevos beneficios o nuevas ayudas en prestaciones, sobre todo términos de alimentación, de nutrición, de salud y en algunos casos también medidas de protección al empleo. Este tipo de medidas también se ha complementado, en algunos casos, con la suspensión del pago de lo que llamamos servicios básicos o servicios esenciales como agua, luz, pero también la conectividad a internet ­–recordemos la importancia de este punto, por ejemplo, en los momentos de teletrabajo y teleeducación–, así como el aumento en el monto de las transferencias monetarias que ya existían pero que aumentaron su monto.

Entonces, tenemos nuevas transferencias monetarias que es lo más frecuente en la región (23 países de América Latina y el Caribe lo han hecho), aumento del monto de las transferencias que ya existían (11 países que lo han hecho), anticipo en algunos casos de la entrega de transferencias existentes (las adelantaron en el tiempo) y aumento de la cobertura poblacional de esas transferencias. Es decir, transferencias que ya existían pero se aumenta la cantidad de gente que recibe esas transferencias. Si lo vamos a medir en números, ahí es donde encontramos nuevamente una gran desigualdad o una gran disparidad entre nuestros países de América Latina y el Caribe, ya que la cobertura de estos paquetes (digámosle así de protección social) tiene una amplia variación en todos nuestros países entre un 0.7% a más del 10% del PBI dependiendo el país que miremos. Por ejemplo, en los extremos, encontramos a República Dominicana y a Uruguay –mi país– con 0.7% del PBI destinado a la protección social en el marco de la pandemia. Y en el otro extremo encontramos a El Salvador con el 11% del PBI;  a Chile con el 6%; a Perú, Brasil, Paraguay, todos en el entorno del 4%; Argentina con también casi un 4%. En promedio globalmente si miramos toda la región, América Latina y el Caribe destinó un 3.2% del Producto Bruto Interno para apoyar a la población en esta situación.

También decir (porque importan las magnitudes en todo esto) que estas medidas extraordinarias que mencionaba o medidas que ampliaron las prestaciones tienen también una desigualdad muy importante en cuanto al monto concreto que se entrega y varía desde 40 a 345 dólares en los distintos países de América Latina para los hogares, las personas. Y dejar para el final, quizás lo podemos analizar en alguna otra columna, que también estamos observando una tendencia muy reciente de las últimas semanas en algunos de nuestros países de América Latina sobre la necesidad de pedir contraprestaciones a la población por este tipo de medidas. ¿A qué me refiero? Pongo nuevamente el caso de Uruguay, donde se habla de pedirle a la gente “algo a cambio” –digámoslo en el lenguaje sencillo– por estas prestaciones que el gobierno está otorgando. Y yo me pregunto allí: ¿Se hizo la pregunta el presidente de Uruguay sobre las contraprestaciones en casos de mujeres (también de varones pero sabemos que la mayoría son mujeres) que están en sus casas intentando teletrabajar o desempleadas, pero cuidando hijos pequeños que no están asistiendo a la escuela o a la educación inicial porque están cerradas las formas presenciales por la pandemia? Cuando discute esta medida de la contraprestación, ¿cómo sería posible para una mujer con dos hijos -pensemos- en su casa sin escuela, sin educación y obviamente en situación de vulnerabilidad desde el punto de vista socioeconómico, tener nada más que tiempo para poder cumplir con esas contraprestaciones? Prestemos atención a eso también porque es una discusión que empieza a estar presente en todos nuestros países a raíz de este aumento supuesto de la ayuda o de las prestaciones para la protección social.

-Lo que hace muy valioso tu columna de hoy es que nos planteas un panorama regional de lo que sucede en los diferentes lugares tratando de entender… Pero me quedo con la sensación de que todo esto no está generando modificaciones de bases, parecen parches sobre parches para tratar de atravesar la situación. Inclusive si en estos casos no se transforman casi en un sostén en las mismas lógicas capitalistas…

-Efectivamente en ninguno de nuestros países hubo una discusión desde el punto de vista estructural. Es decir, cuáles son aquellos elementos estructurales que tenemos que modificar para evitar llegar a esta situación, no por la pandemia sino por las desigualdades anteriores que mencionaba al inicio de la columna, que se incrementaron, se exacerbaron en la pandemia pero que ya existían. Esa es la discusión estructural de fondo que remite una vez más a la discusión de cuáles son los modelos de bienestar y desarrollo que queremos para nuestros países. Esa discusión evidentemente está ausente en la reflexión y por eso también mi comentario sobre el final: justamente como no hay un cambio de lógica en el planteo, se puede llegar a absurdos de pretender que a una mujer, por otorgarle una prestación, exigirle una contraprestación de algún tipo de trabajo comunitario, de “devolución”, por esa ayuda que está recibiendo cuando está en una situación insostenible con sus hijos, en su casa, sin escuelas, sin educación inicial y sin ningún otro tipo de apoyo. Evidentemente la discusión estructural no está presente en estas situaciones.

https://www.clacso.org/esta-pandemia-llega-a-america-latina-y-el-caribe-en-una-alta-desigualdad-vulnerabilidad-y-debilitamiento-social/

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Por qué los especialistas dicen que es un momento decisivo para los bosques

Por Emilio Godoy | 25/05/2021 | Ecología social

Fuentes: IPS [La pandemia de covid exacerbó las presiones de deforestación y aumentó la urgencia de tomar medidas para apoyar la ordenación forestal sostenible. En la imagen, el bosque de la Sierra Juárez, en el estado de Oaxaca, en el sur de México. Foto: Emilio Godoy /IPS]

Un nuevo informe mundial sobre los bosques afirma que la pandemia de covid-19 es la última amenaza para alcanzar los ambiciosos objetivos de protección de los bosques, ha puesto de manifiesto la importancia de los bosques para el bienestar mundial, y que este reconocimiento debe ser respondido ahora con una acción colectiva.

El reporte anual sobre los Objetivos Forestales Globales se presentó durante la 16 sesión del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB), que se celebra  desde el lunes 26 y hasta el viernes 30 de abril, parte en forma presencial en la sede del organismo mundial en Nueva York.

Se basa en datos e información presentados por 52 Estados miembros que engloban 75 % de los bosques del mundo.

El informe concluye que, si bien los países han tomado medidas para proteger sus bosques, esos esfuerzos deben acelerarse para alcanzar objetivos mundiales ambiciosos.[pullquote]3[/pullquote]

El documento sigue el progreso de los países en el cumplimiento de los ambiciosos objetivos establecidos en el Plan Estratégico de las Naciones Unidas para los Bosques 2030.

En el marco de ese plan, los países se comprometieron a acelerar el ritmo de la protección de los bosques, pasando del objetivo inicial de lograr la deforestación neta a aumentar la superficie forestal mundial en 3 % para 2030 y a erradicar la pobreza extrema para todas las personas que dependen de los bosques.

Aunque el reporte anual reconoce el trabajo realizado por los países en áreas como la reducción de la pobreza de las personas que dependen de los bosques, las iniciativas para aumentar la financiación de los bosques y la cooperación en la gestión sostenible de los mismos, afirmó que aún queda mucho por hacer.

Tras señalar que África y América del Sur perdieron cubierta forestal durante el periodo de referencia, la publicación afirmó que los bosques siguen estando amenazados.

“Cada año, siete millones de hectáreas de bosques naturales se convierten en otros usos de la tierra, como la agricultura comercial a gran escala y otras actividades económicas. Y aunque la tasa mundial de deforestación ha disminuido en la última década, se siguen perdiendo bosques en los trópicos, en gran medida por causas humanas y naturales”, afirma el documento.

La vicesecretaria general de las Naciones Unidas, Amina J. Mohammed, resaltó que el documento se presenta en un momento crucial para los bosques del mundo.

El informe lanzado durante el FNUB menciona la creciente preocupación de algunos países de que las repercusiones económicas de la pandemia conduzcan a una reducción de la financiación de los donantes para los bosques.

Afirma que África, la región de Asia-Pacífico y algunos países de América Latina se enfrentan a una disminución de la financiación de los bosques, ya que los escasos fondos públicos se están priorizando en las necesidades inmediatas de salud pública.

Mohammed afirmó que, si bien la crisis de la covid ha supuesto un golpe para la mitigación de la pobreza y los objetivos de desarrollo sostenible, está presentando una oportunidad para hacer las paces con la naturaleza a través de una recuperación verde, con bosques sanos como base sólida.

“Nos encontramos en un momento decisivo. 2021 nos ofrece una oportunidad única para detener la rápida pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas, al tiempo que abordamos la emergencia climática y la desertificación y hacemos más sostenibles nuestros sistemas alimentarios, con los objetivos de desarrollo sostenible como guía”, dijo la jefa adjunta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El impacto de la pandemia

El responsable de la Secretaría del FNUB, Alexander Trepelkov, hizo una presentación sobre el impacto de la covid en los bosques y el sector forestal.

Concluyó que la pandemia ha agravado las dificultades de las personas que dependen de los bosques y ha puesto de manifiesto las lagunas y vulnerabilidades sistémicas.

Se pedía la integración de soluciones basadas en los bosques en la recuperación de la pandemia, la aceleración de la aplicación de los objetivos internacionales relacionados con los bosques y recursos adecuados para la silvicultura.

Mientras tanto, al margen en paralelo al Foro, un grupo de 15 organizaciones internacionales lanzó en otro encuentro una declaración conjunta sobre los retos y las oportunidades que supone detener la deforestación.

Se produjo durante una reunión de la Asociación de Colaboración en materia de Bosques, que encabeza la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La directora de la División de Bosques de la FAO, Mette Wilkie, dijo a IPS que como ecosistemas que albergan la gran mayoría de la biodiversidad terrestre y 75 % del agua dulce, sin los bosques no se pueden alcanzar los objetivos climáticos.

“Los bosques también proporcionan numerosos productos para la vida cotidiana, desde el uso tradicional de la madera hasta las mascarillas, guantes y desinfectantes de manos que todos utilizamos durante la actual pandemia de covid-19. Proporcionan más de 86 millones de puestos de trabajo ecológicos y apoyan el sustento de muchas más personas en todo el mundo”, dijo Wilkie.

Remarcó que “a medida que invadimos cada vez más los bosques y los hábitats de la fauna silvestre para ampliar la producción agrícola, los asentamientos y las infraestructuras, el riesgo de que las enfermedades pasen de los animales a las personas aumenta exponencialmente”.

“Es evidente que no podremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el futuro que queremos a menos que detengamos la deforestación y la degradación de los bosques y aumentemos nuestros esfuerzos para proteger, gestionar y restaurar nuestros bosques», planteó.

Wilkie, presidenta de la Asociación de Colaboración en materia de Bosques, dijo a IPS que la pandemia de covid-19 ha exacerbado las presiones de la deforestación y ha aumentado la urgencia de la acción para apoyar la gestión sostenible de los bosques.

“Los confinamientos han provocado interrupciones en los mercados y en las cadenas de suministro y han causado pérdidas de puestos de trabajo, lo que ha desencadenado una migración inversa hacia las zonas rurales y ha aumentado la presión sobre los bosques para proporcionar medios de subsistencia”, dijo

Añadió que, por otro lado, “la inversión en la restauración de los bosques y la gestión sostenible de los mismos puede crear puestos de trabajo y medios de subsistencia ecológicos y, al mismo tiempo, crear hábitos para la biodiversidad y mitigar el cambio climático y adaptarse a él”.

T: MF / ED: EG

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2021/04/los-especialistas-dicen-momento-decisivo-los-bosques/

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México: Los maestros ante el regreso a clases: “Probablemente nos contagiemos, pero con la vacuna no vamos a morir»

Aunque buena parte de los docentes en México ya están vacunados contra el coronavirus, existen incertidumbres sanitarias, emocionales y educativas.

Incertidumbre y emoción, pero sobre todo temor ante un posible contagio de la covid-19 son los principales sentimientos que abundan entre los docentes de México ante un posible regreso a clases de modo presencial. Mientras la Secretaría de Educación Pública (SEP) afirma que ya se han vacunado más de un millón y medio de profesores a nivel nacional, aún persiste un sentimiento de desconfianza para regresar a las aulas.

Campeche, al sureste de México, fue el primer Estado en abrir los colegios tras un año de permanecer cerrados. Actualmente se plantea el regreso a las aulas en algunas comunidades con baja población escolar en el Estado de Coahuila, el próximo 17 de mayo, así como en Chiapas, Veracruz, Nayarit y Tamaulipas, a partir del 24 de este mes, casi todas estas entidades con el semáforo epidemiológico en color verde.

Pero no todos los docentes se sienten seguros de regresar a convivir con los estudiantes. Ana Lilia García, maestra en Educación que imparte clases de Español en un colegio en Oaxaca, cree que aunque ya haya sido vacunada, ni ella ni su familia están exentas de un contagio. “Como se nos ha dicho, quizá nos enfermemos, pero ya no nos vamos a morir, eso nos da tranquilidad emocional aunque no debemos confiarnos y seguir usando cubrebocas y siguiendo las medidas”, comenta la docente al teléfono.

Las más de 265.000 instituciones educativas (públicas y privadas) en territorio nacional aún no cuentan con condiciones necesarias para ofrecer condiciones de seguridad suficientes a maestros y trabajadores de limpieza. Según una encuesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), un sindicato que reúne a más de 600.000 trabajadores del sector educativo, cuatro de cada 10 escuelas no tienen agua potable y solo dos de cada 10 cuentan con aulas amplias que permitan guardar la distancia entre alumnos.

La distancia entre alumnos y maestros es uno de los grandes temores de los profesores de las escuelas públicas, quienes en un periodo escolar ordinario cuentan con más de 40 estudiantes por aula. De acuerdo con los acuerdos publicados por la autoridad educativa mexicana antes del inicio de la contingencia sanitaria, las aulas debían contar con por lo menos un metro cuadrado de espacio para cada estudiante, un espacio que ahora resulta insuficiente para poder brindar seguridad a quienes estén inmersos en las clases.

Y aunque mucho se ha hablado de seguir protocolos de seguridad en el regreso a clases, no queda claro si será suficiente para evitar que haya enfermos de la covid-19. “Poner un gel antibacterial a la entrada de la escuela y un tapete en la entrada de los salones no basta”, dice Carmen Morales, profesora de cuarto grado en una escuela de Tlaxcala, en el centro de México. “Pienso que vamos a tener muchos casos de alumnos que se quiten el cubrebocas, algo que tenemos que enfrentar con todo y vacuna”, reflexiona la académica.

Una de las soluciones a la falta de espacio en las aulas es la asistencia de manera híbrida, es decir, separando por grupos a los alumnos para que estudien alternadamente desde casa y asistiendo al colegio. “Hay que ser conscientes de que tenemos grupos de por lo menos cincuenta alumnos, no hay la infraestructura idónea en las escuelas para mantener una distancia idónea”, refiere Carlos Santander, maestro de Historia en una escuela de grado medio superior.

El entorno escolar no se reduce a los colegios, sino a un universo de personas que se encuentran alrededor de los planteles. “Resulta difícil pensar en regresar porque todos los allegados a la escuela deberían de estar vacunados, incluyendo quienes venden comida a la salida”, dice Juan Manuel Raso, profesor de Educación Física en una escuela pública de Chimalhuacán (Estado de México).

Las carencias, tras estar un año estudiando desde casa

La mayoría de los profesores reconoce que el nivel académico de sus alumnos será menor que cuando asistían a clases presenciales. Algunos optimistas, como María Mónica Pérez Mosqueda, directora de un colegio en Tampico (Tamaulipas) creen que se tendrá que compensar con trabajo adicional por parte de los maestros. “Tenemos que ser conscientes de que los niños vienen con un desequilibrio, por muchos esfuerzos que hayamos puesto de nuestra parte”, refiere.

De acuerdo con una encuesta de la consultora EY realizada en varios países de Latinoamérica, 60% de los padres de familia consideran que los alumnos requerirán clases de regularización para recuperar los niveles de enseñanza que se tenían previos al inicio de la pandemia.

Pero la preocupación de los maestros no solo es a nivel educativo o por el grado de conocimientos que tengan sus estudiantes. “Muchos de los alumnos se hicieron más sedentarios que antes, viviendo en departamentos pequeños y saliendo poco de casa, se ha hecho poco en la materia física”, refiere el profesor Raso, de Educación Física. “Muchos de los niños están deprimidos, no podemos esperar que regresen con las mismas ganas que antes”, dice Karla Torres, maestra de Inglés de Ciudad de México.

La hora del recreo a mitad de la jornada ya no será la misma, y ni hablar de sentarse todos juntos en el piso a realizar una actividad recreativa. “Yo solía leer con mis alumnos sentados en círculos, pero esas cosas tendrán que cambiar”, refiere García, maestra de Español. “En mi caso es triste, pero los niños ya no podrán jugar fútbol o básquetbol ni ningún otro deporte de contacto”, refiere Raso.

Foto cortesía de la profesora Ana Lilia García Martínez, profesora de secundaria de Oaxaca. Los maestros reconocen que ante un eventual regreso a clases no se podrán llevar a cabo actividades con contacto físico, como se hacía antes de la contingencia sanitaria por covid-19.
Foto cortesía de la profesora Ana Lilia García Martínez, profesora de secundaria de Oaxaca. Los maestros reconocen que ante un eventual regreso a clases no se podrán llevar a cabo actividades con contacto físico, como se hacía antes de la contingencia sanitaria por covid-19.ANA LILIA GARCÍA MARTÍNEZ

Cada 15 de mayo en México se conmemora el Día del Maestro, en reconocimiento a los 1,2 millones de docentes que imparten clases y que desde hace más de un año han tenido que adaptar sus lecciones para hacerlo de modo remoto. Mientras que algunos se conectan mediante videollamadas, otros incluso se han dado a la tarea de dar asesorías a domicilio, ante la falta de una computadora o una televisión. “La pandemia nos cambió para siempre y tendremos que aceptar que las clases ya no serán las mismas”, reflexiona Morales, quien señala que aún no está del todo lista para volver a su escritorio con la misma seguridad que hace un año.

Fuente: https://elpais.com/mexico/2021-05-15/los-maestros-ante-el-regreso-a-clases-probablemente-nos-contagiemos-pero-con-la-vacuna-no-vamos-a-morir.html

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