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Derogar los derechos de propiedad intelectual para democratizar la producción

Brasil, “genocidio y gran cámara de gas a cielo abierto”

La humanidad no solo se confronta a una crisis sanitaria, económica y social. Surgen, día a día, nuevas preguntas sobre gobernabilidad, formas de producción, paradigmas distributivos. Los derechos intelectuales sobre las vacunas anti COVID-19 suscitan ya un debate de sociedad global.

El régimen de propiedad intelectual imperante obstaculiza la distribución y el acceso a las vacunas en todo el mundo, afirma Patrick Durisch, responsable de política de salud en la organización suiza Public Eye (La Mirada pública).

Su organización, junto con Amnistía Internacional y otras veinte ONG helvéticas, enviaron a fines de enero una carta al Consejo Federal –ejecutivo colegiado– pidiéndole que apoye la propuesta de exención (“waiver”, en inglés) de las normas internacionales de propiedad intelectual para permitir una producción descentralizada de las vacunas y así combatir, más eficazmente, la crisis pandémica.

Democratizar la producción

Para los firmantes, una situación crítica como la actual, que amenaza dramáticamente la salud y la estabilidad mundial, exige que la comunidad internacional tome medidas osadas para liberar, rápidamente, la capacidad productiva de estos medicamentos esenciales.

En otras palabras: todas estas organizaciones sostienen que una empresa local que cuente con los conocimientos necesarios puede lanzarse a la producción sin necesidad de largas negociaciones para obtener una licencia antes de hacerlo. Esta exención no sólo ahorraría tiempo esencial, sino que también aseguraría la libertad de acción para multiplicar las vacunas y cubrir, de esta forma, las necesidades locales o regionales imprescindibles. (https://medecinsdumonde.ch/news/pour-un-acces-non-discriminatoire-aux-traitements-et-vaccins-anti-covid-19/).

Lo que está en juego son dos visiones del mundo: la de los monopolios farmacéuticos y la de la democratización de la producción nacional descentralizada.

Contradicción que no se reduce a un simple debate ideológico. Lo trasciende. Más de 100 países apoyan la solicitud presentada por India y Sudáfrica –y auspiciada conjuntamente, en un inicio, por Zimbabue, Kenia, Mozambique, Esuatini y Pakistán– ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). A inicios de marzo ya son 57 los países copatrocinadores de dicha solicitud. Proponen la derogación temporal de determinadas normas internacionales del Acuerdo sobre Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC, mejor conocido como TRIPS, en inglés).  (https://www.wto.org/spanish/tratop_s/trips_s/t_agm0_s.htm). El mismo garantiza a las empresas farmacéuticas amplios derechos para la protección de la propiedad intelectual.

La iniciativa cuenta con el aval de prácticamente toda América Latina y el Caribe, a excepción de Brasil; África; China y la mayor parte de las naciones asiáticas ( https://www.google.com/maps/d/viewer?mid=1e7xeGH0ANcEe8qGo5VGOp1DwuV8BaXmO&ll=38.181324132205795%2C94.26830912868655&z=4). Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, Suiza, Noruega, Japón, Australia y el Reino Unido se oponen a cualquier exención.

Denuncia contra el Gobierno de Brasil

Brasil se asoció con las naciones poderosas, negando el drama epidémico que enfrenta internamente y subestimando sus propios problemas de abastecimiento.

Realidad dramática del país sudamericano que llevó en las últimas horas a importantes personalidades de su sociedad civil a promover una “Carta Abierta a la Humanidad”, a través de la cual denuncian la irresponsabilidad ante la pandemia del presidente Jair Bolsonaro, al que califican de “genocida”. Afirman que Brasil se ha convertido en una “cámara de gas” a cielo abierto.

Los firmantes, entre los que se encuentran Leonardo Boff, Frey Betto, Chico Buarque, Celso Amorin etc. solicitan a las Naciones Unidas, a la Organización Mundial de la Salud y a asociaciones nacionales de todo prestigio a denunciar al gobierno brasilero. Demandan, además, a la Corte Penal Internacional “condenar urgentemente la política genocida de ese gobierno que amenaza la civilización” (https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeAUTbllrhdBSuBMceaIxrzcSHff70-5uLxVM7LCIhlXWV9ig/viewform)

La Organización Mundial del Comercio, congelada

Esta organización, que ha estado sufriendo una crisis paralizante durante los últimos años, por el momento se limita a tirar la pelota para adelante, tratar de despejar la cancha y ganar minutos –tiempo político– para evitar el riesgo de una definición inesperada del partido.

Ngozi Okonjo-Iweala, de nacionalidad nigeriana y norteamericana, y nueva directora de la OMC, pretende evitar una querella comercial mediante la utilización de las «flexibilidades» del sistema actual. En sus primeros días del nuevo mandato intenta no entrar en la médula del asunto. Y apela a mejorar la distribución de las vacunas existentes también entre los países de bajo y mediano ingreso.

Según Okonio-Iweala, el mecanismo COVAX de Naciones Unidas, el cual vela por la financiación, producción y distribución de vacunas Covid-19 en particular entre las naciones más necesitadas del planeta, debe agilizarse. Este mecanismo prevé la distribución de 2.000 millones de dosis antes de fin de año. Aun contando con un significativo apoyo financiero internacional, COVAX no logra competir con los países ricos, que acaparan cuanto pueden en el mercado internacional en esta primera fase de la producción.

“Aunque bien intencionado, el mecanismo COVAX tal como está concebido se queda en un ejercicio filantrópico que no aborda las causas fundamentales de la mala repartición de las vacunas, de la falta de transparencia del sistema y de los monopolios de la industria farmacéutica que impiden una producción a escala mundial, explica Patrick Durisch.

En principio, la OMC está tratando de arreglar, mediante consenso, estas divergencias. La excepción que India y África del Sur proponen –con el apoyo de esa centena de países y una parte cada vez más robusta y significativa de la sociedad internacional–, se perfila como esencial, pero genera roces tan inevitables como irritantes.

En caso de aceptarse, haría posible que otras empresas produzcan y distribuyan vacunas y medicamentos contra el COVID-19 en todo el mundo. Cada Estado miembro de la OMC podría optar por prescindir de las exigencias de propiedad intelectual que regulan las pruebas de diagnóstico, los tratamientos y las mismas vacunas mientras dura la pandemia. En la práctica, «una empresa local con los conocimientos necesarios podría producirlos sin tener que negociar durante mucho tiempo una licencia”, explican las ONG suizas.

Public Eye, junto con otras 400 organizaciones internacionales, le comunicaron a la OMC su apoyo a la propuesta de India y Sudáfrica de eximir de ciertas disposiciones del Acuerdo sobre los ADPIC para la prevención, contención y el tratamiento del COVID-19. (https://www.wto.org/english/tratop_e/covid19_e/cso_letter_s.pdf).  “En una pandemia mundial en la que todos los países se ven afectados, necesitamos una solución mundial”, enfatiza la comunicación conjunta.

Unos mucho, otros nada

Los principales países o regiones poderosas, como la Unión Europea, han suscrito contratos comerciales bilaterales para garantizar la compra de miles de millones de dosis de vacunas para sus propias poblaciones.

El problema es que otros países, les menos pudientes, tendrán que esperar varios meses o incluso años para obtener el suministro básico de vacunas.

Según Public Eye, en la situación actual casi 70 naciones no podrán vacunar a más de una persona de cada 10 durante el 2021. Según Amnistía Internacional, 9 de cada 10 personas en los países de menos recursos no recibirán ni una dosis en 2021 (https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/12/campaigners-warn-that-9-out-of-10-people-in-poor-countries-are-set-to-miss-out-on-covid-19-vaccine-next-year/).

Ejemplo ilustrativo: Suiza ha firmado contratos con cinco empresas fabricantes por un total de 32 millones de dosis de vacunas. Es decir, el doble de lo que se necesita para vacunar a toda su población de apenas 8 millones de habitantes.

En noviembre pasado, un grupo de nueve expertos de la ONU emitieron una declaración conjunta para celebrar la propuesta de exención de determinados aspectos del Acuerdo sobre los ADPIC. La misma considera que el actual marco de dichos acuerdos puede tener efectos negativos sobre los precios y la disponibilidad de los productos médicos. (https://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=26484&LangID=E#_ftn18)

Diversas instituciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, también apoyan esta exención argumentando que la misma está ligada, únicamente, a una cuestión de voluntad política de Estados y entidades multilaterales.

El caso en el Consejo de Seguridad

El director de la Organización Mundial de la Salud coincidió el pasado 26 de febrero con que “los países de pequeños y medianos ingresos se beneficiarían tremendamente con un levantamiento provisional de los derechos de propiedad intelectual de las vacunas” (https://reliefweb.int/report/world/la-oms-pide-al-consejo-de-seguridad-que-aborde-la-exenci-n-de-propiedad-intelectual-de).

La OMS también celebró la resolución el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del último viernes de febrero en virtud de la cual se pide el cese al fuego en todos los conflictos armados para facilitar la vacunación contra el COVID-19 en zonas de tensión. Pero enfatizó que esa organización mundial podría hacer aún más para ayudar a acabar con la pandemia; entre otras cosas, abordando la cuestión de la propiedad intelectual de las vacunas.

“Hay que tomar en serio la exención de la propiedad intelectual y el Consejo de Seguridad puede hacerlo, si hay voluntad política… hay que dar pasos concretos para aumentar la producción y la vacunación, y acabar con este virus lo antes posible”, subrayó el doctor Tedros Adhanon Ghebreyesus, director de la OMS. Además, explicó que en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio hay provisiones para compartir propiedad intelectual, pero que este asunto sigue siendo “el elefante en la habitación” del que nadie quiere hablar.

“Especialmente cuando hablamos de propiedad intelectual, vemos falta de cooperación y una seria resistencia. Para ser honesto, no puedo entenderlo. Esta pandemia no tiene precedentes y el virus ha tomado al mundo entero como rehén. Este tipo de cosas pasa una vez cada 100 años. Si la provisión [de exención] no se puede aplicar ahora, ¿entonces cuándo?, si no podemos [hacer exenciones] durante tiempos difíciles y bajo condiciones sin precedentes, ¿entonces cuando? Esto es serio”, lamentó Ghebreyesus.

Fuente: https://rebelion.org/derogar-los-derechos-de-propiedad-intelectual-para-democratizar-la-produccion/

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Miriran Martínez: La Educación Popular Feminista una acción de cambio social

Desde el 2018 con la llegada de la 4T a México, las reformas legales a favor paridad, la llegada de muchas mujeres a las diferentes cámaras y el uso de las redes sociales ha retomado auge la participación política de las mujeres en diversos ámbitos, ante la inminente visibilización de su participación social.

Sin embargo, este ejercicio no debe encasillarse ni limitarse al ámbito público o electoral, ya que la participación de las mujeres no debe ser tomada como un jugoso botín político que representa un 52% de la población.

Cambiar el mundo y transformar la sociedad requiere del compromiso de todas y todos los actores desde el territorio. Para ello impulsar la educación popular feminista, implica asumir nuestro poder como educadoras populares.

Propiciar espacios de coincidencia desde el territorio es necesario para impulsar el intercambio de experiencias y procesos de aprendizaje entre iguales, tomando en cuenta que la colectividad representa una parte fundamental en el proceso de deconstrucción y transformación.

Por ello me permito afirmar que es desde tierra donde la educación popular adquiere sentido como una práctica educativa “de, por y para el pueblo.”

Dentro de este enfoque de aprendizaje, las personas enseñan y aprenden analizando críticamente sus vidas, sus contextos y los temas que son de mayor importancia para ellas.

Que la mujeres se reúnan para cuestionar el mundo implica el primer ejercicio de emancipación social, puesto que la participación activa promueve el proceso de aprendizaje, concientiza, empodera y define una agenda en común para la organización y las acciones conjuntas de las personas, a la vez que fortalece la concientización a favor de la organización y la construcción de movimientos.

Visibilizar como mujeres nuestro sentir con respecto a la realidad que vinimos implica reencontrarnos en colectividad, esto nos devuelve el poder para rescatar la esperanza, desde el acompañamiento, la organización y movilización. Por ello, no te juzgo, te escuchó y te leo.

Movilizar mujeres con una visión política contra la injusticia a partir de sus intereses es trabajar hoy en la construcción de nuevas sociedades a partir del diálogo, la reflexión y la acción.

Por ello, hombres y mujeres reflexionemos para transformar el mundo desde la acción.

Fuente: https://www.idimedia.com/noticias/politica/la-educacion-popular-feminista-una-accion-de-cambio-social/

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Fenómeno global: La izquierda italiana, en el diván: ¿por qué los obreros votan a la extrema derecha?

Por: Javier Brandoli

“Eres más tonto que un obrero de derechas” empieza a ser una frase a actualizar o al menos a poner en un generoso plural.

a izquierda italiana empieza a tener un problema de diván: ¿quiénes somos?, ¿qué representamos? Si uno analiza el mapa electoral italiano y los viejos dogmas sociales, la izquierda del país parece haber cruzado de trinchera y dejado a la extrema derecha como representante de buena parte de las clases obreras. Una idea que para muchos se ha agravado con la entrega pasional de los hoy parlamentariamente dos principales partidos progresistas italianos, el Partido Democrático (PD) y su escisión de la Italia Viva del ex primer ministro Matteo Renzi, al Gobierno de concentración liderado por el exbanquero liberal Mario Draghi. ¿Puede ideológicamente un partido de izquierda apoyar sin matices que gobierne un hombre que apuesta por bajar impuestos, deuda y déficit, aumentar la edad de jubilación y liberalizar buena parte del mercado?

Este es un fenómeno que parece global. El movimiento Trump en Estados Unidos mostró un trasvase de votos de las clases bajas urbanas a los republicanos y su política de reducción de impuestos, mientras que los demócratas eran votados por clases medias acomodadas de mayor nivel cultural. “Eres más tonto que un obrero de derechas” empieza a ser una frase a actualizar o al menos a ponerle un generoso plural. Italia, en este sentido, parece llevar un derrotero parecido: la extrema derecha representa a las bajas clases urbanas obreras y la izquierda empieza a apoderarse de las clases medias y las universidades.En el medio, el fenómeno populista del Movimiento 5 Estrellas, que no se identifica con derecha ni izquierda, lo que ahonda más la orfandad del añejo izquierdismo en el panorama político patrio. En Italia, tras la II Guerra Mundial, el Partido Comunista era una institución muy enraizada socialmente, casi cultural. ¿Será que la izquierda se está moviendo a luchas sobre determinados derechos sociales y abandonando la vieja lucha de clases?

El casimir y los Warhol de la izquierda

Para entender qué pasa en la izquierda italiana, hay que atender al ahora y al antes. El ahora se puede comprender con algunos llamativos datos que se resumen en los titulares que varios medios usaron tras las elecciones europeas de 2019: “Los obreros votan por Salvini (líder de la Lega)”, fue el encabezado. Entonces, algunas encuestas cifraron que en su aplastante victoria, 34% de los sufragios totales, un 40% de sus votos vino de clases obreras.

Eso hizo que para muchos pensadores progresistas saltaran las alarmas sobre un cambio de paradigma que en realidad viene de lejos. En los años noventa, el líder de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, era muy criticado por vestir con jerséis de casimir, tener tres Andy Warhol en casa y un aspecto de intelectual rico, mientras el líder de la Lega, Umberto Bossi, iba descamisado y tenía el aspecto de hombre de barriada. “El jersey de casimir me lo compró mi mujer en un mercadillo y los tres Warhol eran un regalo”, se ha excusado recientemente en una entrevista Bertinotti, sabedor de que aquella icónica imagen ahondó en la idea de una izquierda intelectual alejada de las clases bajas.

Un amplio estudio de entre 1980 y 2010 realizado por la Universidad Ca’ Foscari (universidad de Venecia) y el sindicato mayoritario italiano, CGIL, intentó explicar el fenómeno de que buena parte de los propios delegados sindicales, con su carné sindical en el bolsillo, decidían votar por la conservadora Lega. El estudio explicó que la Lega se ve como un partido que da seguridad, lucha contra la inmigración y los derechos de los trabajadores, y está presente en la vida de la comunidad. Un 45% de los delegados sindicales se quejaba de que la CGIL hace demasiada política, un 50% mostraba absoluto desinterés por ella y un 72% pensaba que la CGIL no tiene mayor seguimiento entre otros trabajadores por su exceso de implicación política.

Esa brecha es algo que sigue pasando. Según la última encuesta de Ipsos para ‘Il Corriere’, que divide a los votantes de cada formación por su condición profesional, los votantes de los partidos de extrema derecha de Italia, Lega y Fratelli d’Italia (FdI), tienen en la suma de obreros, desocupados y pensionistas un 43% y un 44% respectivamente de sus votantes. El PD, por su parte, tiene entre esos tres sectores sociales, clásicos de la izquierda, un 30% de sus votos, e Italia Viva, un 25%.

De hecho, si atendemos a la categoría social en concreto que son los obreros, suelo electoral de la izquierda mundial durante 150 años, la Lega (partido hoy primero en las encuestas en intención de voto en Italia, con cerca del 23%) es la formación que tiene mayor porcentaje de su voto, con un 21%, seguida de los populistas del M5S con un 20% y FdI con un 16%. Los obreros suponen para la izquierda del PD un 13% de sus apoyos y para Italia Viva, un 10%.

Sin embargo, si a lo que atendemos es al nivel de estudios, un 22% de los votantes del PD son licenciados universitarios y un 19% en el caso de IV. Aquí, Lega tiene un 9% y FdI y M5S un 14%. Un 52% de los votantes de la Lega, según esa encuesta, tiene el equivalente de estudios de primaria en España.

Bicicletas frente a coches de 20 años

Quizá en los años de liderazgo de Renzi al frente de sus hoy ex del PD, entre 2013 y 2018, concluye este largo giro hacia el centro de la izquierda que corre el riesgo de haberse pasado algo de frenada para los que prefieren posicionamientos más progresistas.

El PD es uno de los herederos del Partido Comunista (los árboles genealógicos políticos italianos son largos y complicados). La formación, nacida en 2007, cuenta con ex comunistas, socialistas y toda clase de familias políticas que llegan hasta el centro. De alguna manera, por poner un símil entendible en España, es ideológicamente algo similar a lo que durante años pasó en España con el conservador Partido Popular que albergaba corrientes desde el centro a la extrema derecha.

En esa enorme tienda electoral que supone representar del centro al extremo, el PD encuentra un fértil campo de votos que finalmente le da la victoria en las ajustadas elecciones generales de 2013. En 2014, el partido decide adscribirse al Partido Socialista Europeo. Justo unos días antes, Matteo Renzi se hace con la Secretaria General del Partido Democrático y la Presidencia del Consejo de Ministros en Italia tras una maniobra en la que consigue desbancar al hasta entonces primer ministro del PD, Enrico Letta.
Y con el ¿socialista? Renzi comienza una nueva época del PD. En los próximos años el partido sufre una importante erosión entre sus propias filas y una guerra ideológica ante una parte de sus votantes que ven en Renzi a un joven, carismático y arrogante líder de un partido liberal más que a un joven socialista. Internet hoy está lleno de páginas de análisis o artículos que se han preguntado durante años —la duda llega hasta hoy— si Renzi es de derechas o de izquierdas. Sus políticas económicas parecían indicar que era un liberal que apostaba por el libre mercado y su estilo personal se asemejaba más a alguien que uno podría encontrar en un restaurante ‘cool’ o una tienda de ropa de diseño que en una taberna y un mercadillo.

Renzi deja el Gobierno en diciembre de 2016 por una mala jugada política, la única que ha cometido en su carrera, de ligar su cargo a un referéndum constitucional. Luego, se lleva un posterior varapalo al frente del PD en las elecciones generales de 2018 en las que el M5S y la Lega le pasan por izquierda, derecha, arriba y abajo sin que él parezca entender que su problema es haber metido su izquierda en un club exclusivo de intelectuales preocupados por fomentar el loable uso de las bicicletas en las ciudades mientras sus periféricos votantes están preocupados porque les dejen usar sus contaminantes coches de 20 años de vida para poder seguir yendo a sus lejanos trabajos.

Renzi, el verdadero Maquiavelo de la política italiana y el artífice de este gobierno de Draghi, que prometía ser el referente de una rejuvenecida izquierda política mezcla entre Obama, Kennedy y Tony Blair, es hoy más odiado por los votantes de izquierda que por los de derecha.

El PD, mientras, se ha quedado huérfano de un liderazgo fuerte y su actual líder, el gris Nicola Zingaretti, ha conseguido con gran éxito detener la hemorragia electoral previa y asentar a la formación de nuevo como la alternativa más fiable al hipotético gobierno de la coalición de derechas entre Lega, FdI y la Forza Italia de Berlusconi. Sin embargo, las crisis internas del partido han acabado por hartar a Zingaretti, quien anunció abruptamente su dimisión este jueves. «Me avergüenzo de que en el PD desde hace veinte días solo se hable de cargos y primarias mientras en Italia estalla la tercera ola de coronavirus», criticó el político italiano al anunciar su renuncia.

El problema es que ese PD —para muchos descafeinado— debe atraer los votos de los desencantados del M5S, de las clases bajas urbanas y de formaciones de centro izquierda pequeñas si quiere recuperar el poder. Su europeísmo, más que sus ideas de redistribución de la riqueza, es ahora su reclamo más rentable. No es suficiente por ahora para atraer a los votantes desencantados con el sistema. La revolución ya no es cosa de los ‘progres’.

¿Es eso negativo para el PD? ¿Se pescan más votos por el centro o por los extremos? Las últimas encuestas, tras ya el Gobierno Draghi, solo muestran dos subidas: según un sondeo actual de la empresa SWG, la extrema derecha de FdI sube un 1,3% en intención de voto y se coloca con un 17,5% de intención de voto, a 0.8% de la segunda posición del PD. La otra subida electoral con este nuevo Gobierno es la de indecisos o desilusionados que sube 3 puntos y pasa del 38 al 41% de los electores. La izquierda, por ahora, no consigue pescar ahí a nadie.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2021-03-04/izquierda-desubicada-italia-obreros-extrema-derecha_2977371/
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Libro(PDF): Elizabeth Jelin. Las tramas del tiempo : familia, género, memorias, derechos y movimientos sociales. Antología esencial

Reseña: CLACSO

La antología esencial de Elizabeth Jelin remarca el carácter original, comprometido y estimulante de su obra y pone en evidencia ese modo tan personal que tiene de pensar la articulación entre biografía e historia, de definir al género como un conjunto de interrogantes de carácter transversal para las ciencias sociales, de ubicar el punto de vista de los actores como un foco privilegiado para entender el mundo social. A lo largo de los años la obra de Jelin nos ha invitado a pensar en los procesos estructurantes de la inequidad social y en la capacidad de agencia y cambio social, una invitación que abre interrogantes e invita a la reflexión.

Tres núcleos temáticos principales permiten organizar el vasto corpus de su producción como investigadora: memoria y derechos humanos, género, familia y trabajo, y movimientos sociales. Estos temas no representan etapas en su pensamiento, ni tampoco pueden ser considerados campos aislados de investigación mutuamente excluyentes. Por el contrario, son tres marcos de referencia, tres preocupaciones intelectuales, que recorren con énfasis diferente su trayectoria. Son coordenadas a partir de las cuales es posible leer su producción y entender, a su vez, el modo en que sus aportes fueron cruciales para estructurar esos campos y para aportar una mirada regional.

Autoras(es): 

Marcela Cerrutti. Ludmila da Silva Catela. Sebastián Pereyra. Elizabeth Jelin.

Editorial/Edición: CLACSO.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-807-6

Idioma: Español

Descarga: Elizabeth Jelin. Las tramas del tiempo : familia, género, memorias, derechos y movimientos sociales. Antología esencial

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2297&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1477

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Francesco Tonucci: «Las ciudades no pueden matar personas»

«Que en diez años no haya habido un fallecido en la calle es haberlo conseguido», asegura Tonucci sobre el hito logrado por Pontevedra.

Reconoce que el riesgo cero no existe, pero defiende que las ciudades no pueden permitirse que en sus espacios públicos mueran personas como consecuencia de accidentes de tráfico. «Es absurdo soportar y tolerar que en Italia los siniestros de coches y de motos sean la primera causa de muerte hasta los 26 años. Significa que estamos aceptando, casi como normal, que nuestros hijos y nuestros nietos mueran por este absurdo: conducir», explica Francesco Tonucci (Fano, Italia, 1940).

El psicopedagogo italiano y autor de la Ciudad de los Niños, un proyecto que busca poner a la infancia en el centro de la planificación urbanística y del que Pontevedra forma parte, sostiene que la capital de las Rías Baixas es un buen ejemplo de cómo darle la vuelta a una estadística que, según la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha convertido en una epidemia: los fallecidos en carretera. «Las ciudades no pueden matar personas», subraya Tonucci.

Este experto sostiene que el modelo urbano pontevedrés debe servir como ejemplo para inspirar cambios en la movilidad de otras ciudades. «Lograr que en diez años no haya habido un muerto en la calle significa haberlo conseguido», dice sobre el hito alcanzado por Pontevedra, que la semana pasada cumplió una década sin fallecidos en accidentes de tráfico en sus vías urbanas.

La última víctima mortal se registró el 18 de febrero de 2011. Se llamaba Jesús García Tomé, tenía 81 años y fue atropellado por una furgoneta de reparto mientras cruzaba un paso de peatones en el puente de Os Tirantes. Desde entonces, en el municipio no ha vuelto a registrarse un suceso en viales de estas características.

Entre 2011 y 2019, último año del que hay estadísticas, la Dirección General de Tráfico (DGT) contabilizó 84 fallecimientos en vías urbanas en la provincia de Pontevedra. La cifra en España ascendió a 4.286 víctimas durante el mismo período.

Hay que devolverle el espacio público a los niños. El alimento de la escuela no son los libros, sino las experiencias que viven en el espacio público

VELOCIDAD. El director general de Tráfico, Pere Navarro, aseguraba la semana pasada que Pontevedra es un «referente en Europa» en seguridad vial. De hecho, la Comisión Europea premió el año pasado a la capital provincial por estas políticas, lo que supuso el séptimo galardón internacional que recibe el municipio por su modelo urbano.

El gran cambio en la movilidad de la Boa Vila comenzó en 1999, con la peatonalización de todo su centro histórico. En 2004 llegaron los primeros lombos para calmar el tráfico y proteger a los peatones en la zona de Orillamar y en 2010 se implantó el límite de 30 kilómetros por hora en todas sus calles. Dos años después, en 2012, la zona 30 se amplió a todas las carreteras dependientes del Concello.

La segunda transición en el modelo pontevedrés se produjo en 2019, con la puesta en marcha de la zona 10 en todo el casco antiguo, en el que ya no se podía circular a más de 20 desde 1999. La última medida se tomó el año pasado con la entrada en vigor de la nueva ordenanza de movilidad, que da más prioridad al peatón tanto en zonas urbanas como en el rural. El reglamento prohíbe que cualquier vehículo, con o sin motor, adelante a un viandante en áreas en los que estos tengan prioridad. Para ello, se aconseja circular a una velocidad que no supere los seis kilómetros por hora. Al ser solo una recomendación y no figurar la zona 6 en ninguna señal de tráfico, la Policía Local no puede sancionar este tipo de actuaciones.

Cualquier cambio, como peatonalizar una calle, produce contrastes. Pero los que protestan acaban defendiendo el cambio

RESISTENCIAS. Tonucci afirma que «sacarle poder al coche es una responsabilidad moral y política» de todas las administraciones. «Cada cambio cuesta, porque significa modificar costumbres y dejar atrás lo que antes se consideraba normal. Cualquier cambio, como peatonalizar una calle o ampliar una acera, y otro tipo de intervenciones de este tipo que Pontevedra lleva haciendo 20 años, produce contrastes», recuerda. «Los que protestan son pocos y siempre se quejan de lo mismo: que tendrán que cerrar sus tiendas porque los coches no pueden llegar hasta sus escaparates. Pero las protestas duran poco y quienes las secundan, cuando se dan cuenta, acaban defendiendo el cambio«, añade.

El psicopedagogo italiano, que conoce muy bien el modelo de Pontevedra, que forma parte de las 200 ciudades integradas en la Ciudad de los Niños, asegura que esta discusión ha quedado muy atrás en la Boa Vila. «En Pontevedra la gente está orgullosa de la ciudad que tiene», apunta.

El experto espera que, entre sus múltiples enseñanzas, la pandemia del coronavirus sirva para acabar con las «resistencias» de aquellos que defienden que los coches tienen prioridad en las urbes. «Hay que devolverle el espacio a la gente y, por extensión, a los niños. El alimento de la escuela no deberían ser los libros de texto, sino las experiencias que los niños viven en el espacio público. Lo dramático, desde mi punto de vista, es que los niños de hoy en día no tienen nada que contar. Y no porque sean tímidos, sino porque no viven», concluye Tonucci tras reivindicar que las ciudades sean espacios seguros para la infancia.

Fuente: https://www.diariodepontevedra.es/articulo/pontevedra/ciudades-pueden-matar-personas/202102221742541128095.html

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Entrevista a Daron Acemoğlu: «América Latina es desigual debido a su historia, una sociedad creada por un pequeño grupo de élites coloniales para explotar a la gran mayoría de las personas»

En su libro «Por qué fracasan las naciones», dos reconocidos economistas contemporáneos, analizaron las razones que llevan a unos países a hacerse ricos y a otros a permanecer en la pobreza.

¿Hay una receta para salir del subdesarrollo?

Daron Acemoğlu, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y James A. Robinson, profesor de la Universidad de Harvard, intentaron dar respuesta a esta pregunta alejándose de la extendida tesis que apunta a factores culturales, geográficos, o educativos como origen de la brecha entre ricos y pobres.

Tras analizar grandes bases de datos estadísticos e históricos, el libro proponía que la causa de las diferencias en el bienestar de los ciudadanos empezaba antes.

La brecha comienza en la formación de las instituciones, que en cada país sucedió en un momento distinto y determinaron la senda del desarrollo de cada sociedad.

Varios ganadores del Premio Nobel de Economía vieron en este libro un renovado enfoque para un viejo problema de los economistas: la desigualdad.

Ahora, en su nueva obra «El pasillo estrecho», los autores acuden de nuevo a los datos y la historia para responder por qué algunos países logran conquistar la libertad y la democracia, mientras otros viven (o caen) en tiranías o autocracias.

Portada del Libro
Pie de foto,¿Por qué algunos países alcanzan la libertad y otros viven en tiranías o autocracias? El libro «El pasillo estrecho» intenta dar respuesta a esta pregunta

¿Por qué es tan frágil la libertad?

Por qué el pasillo que lleva a ella es muy estrecho y para los ciudadanos es tan peligroso un estado fuerte como uno débil, dice.

«El estado es una parte muy importante en la resolución de conflictos, en proporcionar servicios públicos o ayudar a los desfavorecidos. Pero luego tenemos que mantener al estado y sus élites bajo control. Y eso es parte del desafío», explica a BBC Mundo Daron Acemoğlu.

«La vida bajo el yugo del Estado también puede ser desagradable, brutal y corta», se lee en el libro.

Lo que sigue es un extracto de la conversación que el profesor de economía mantuvo con BBC Mundo en la que repasó el grado de libertad del que gozan los distintos países de América Latina.

En su libro cuenta que en 1830, el continente latinoamericano se había librado casi por completo del colonialismo de España y aún así Bolívar se mostraba decepcionado. ¿Puede explicarnos por que el Libertador de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela era tan pesimista?

Hay un conflicto. Ese personaje, pertenecía al corazón de la élite y su proyecto estaba impulsado por la élite.

Pero creo que también se dio cuenta de lo difícil que sería borrar la historia de colonialismo, de instituciones extractivas y de élites que se iban a oponer al desarrollo económico y político de América Latina.

Se dio cuenta de que la independencia sola no iba a ser suficiente. Y de hecho, es la historia de América Latina.

Está bastante claro que, por supuesto, la independencia de España fue un paso importante, pero no cambió mucho las cosas.

En algunos lugares, incluso las empeoró cuando fueron las élites locales las que se convirtieron en los nuevos amos explotadores.

Esa situación ha durado dos siglos. No de una manera estatista e inmutable. No es que las mismas personas que dirigen México hoy se parezcan a las que lo hicieron en 1820.

Se han formado nuevos negocios y han aparecido nuevos líderes, pero el sistema político ha seguido siendo ampliamente extractivo y corrupto.

Chávez y la figura nueva de Bolívar.
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Hugo Chávez, cuando era presidente de Venezuela, mandó exhumar los restos del Libertador para hacer un nuevo retrato.

¿Por qué cree que América Latina es una sociedad tan desigual?

América Latina es desigual debido a su historia.

Es una sociedad creada por un pequeño grupo de élites coloniales para explotar a la gran mayoría de las personas.

Hay que luchar contra ese legado histórico para construir la igualdad, para construir la justicia, para construir la libertad.

No ha sido un viaje fácil en ninguna parte del mundo. Pero ha sido especialmente difícil en América Latina.

Así que no creo que sea sorprendente que Costa Rica sea el país más exitoso en consolidar la democracia y sentar las bases de la libertad.

Fue uno de los países en sufrir menos las consecuencias de las élites que sometieron a las poblaciones indígenas y la reprimieron después.

Realmente no pasó por las mismas experiencias que vivieron Chile, Argentina, México, Brasil, Guatemala y toda Centroamérica.

Esa historia importa.

Pobreza
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La pobreza se ha disparado en Argentina.

 

¿Qué necesita la libertad para florecer?

Lo que decimos en «El pasillo estrecho» es que para que haya libertad se necesita tanto el Estado como la sociedad. Ambos elementos.

Hoy en día hay una concepción estrecha de la libertad.

La gente a veces prefiere definir la libertad como el individualismo especialmente frente al Estado, la libertad de hacer lo que quiera, de pensar lo que quieras.

Esta es una parte muy importante de la libertad, pero no creo que sea suficiente.

Una persona no es realmente libre si no tiene un estatus social y se siente inferior o tiene miedo de no poder alimentar a su familia.

El estado es una parte muy importante en proporcionar servicios públicos, ayudar a los desfavorecidos o en resolver conflictos,.

Pero luego tenemos que mantener al Estado y sus élites bajo control.

Y eso es parte del desafío.

Fans de Costa Rica
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Costa Rica está por encima de muchos de sus vecinos en desarrollo económico y social.

¿Puede nombrar un Estado en América Latina que mantenga ese equilibrio entre Estado y sociedad?

No creo que ninguna sociedad de América Latina haya logrado ese equilibrio completamente. Muchos países han tomado medidas en esa dirección.

Uruguay,por ejemplo, después de su historia de dictadura, realmente se ha movilizado y ha hecho que la democracia funcione mucho mejor, pero tiene camino por recorrer.

Costa Rica es, en algún sentido la democracia con mejor desempeño en América Latina y, en general, protege bien a las personas. Pero tiene mucho camino por recorrer en términos de lidiar con las desigualdades y otros problemas aún.

Creo que Chiletiene algunas de las mejores instituciones estatales en términos de apoyo al desarrollo económico y mantenimiento del orden, etc. Pero, por otro lado, hay niveles muy, muy altos de desigualdad y aún no ha conseguido sacudirse del todo el legado del régimen de Pinochet.

De una u otra manera, todos los países tienen sus propios problemas.

¿Cuáles serían entonces los países de la región con peor equilibrio según su opinión?

En este capítulo compiten muchos más nombres. Incluso aunque dejamos fuera el Caribe, que incluye obviamente Haití, Jamaica o Cuba, que ya tienen sus propios problemas.

Venezuela tiene que estar entre los primeros puestos de esta lista. Se convirtió en un lugar distópico y terrible bajo Chávez, quien realmente hizo más que cualquier otro líder en el pasado reciente para destruir sus instituciones.

Pero, ya sabes, si pensabas que eso era lo peor, luego llegó Maduro.

Maduro
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Maduro, así como lo hizo Chávez en su día, ha gobernando bajo la figura de Bolívar.

¿Y el resto de países de la región?

El Salvador, Honduras y Guatemala, lo han pasado terrible por el colapso de las instituciones estatales y la incapacidad del estado de proporcionar la mínima cantidad de orden o servicios públicos.

También tiene que estar en esta listaNicaragua. El legado de Ortega ha sido terrible.

Las intervenciones de Estados Unidos más el gobierno de Ortega han destruido por completo el potencial del país.

Pero también sería negligente si no agregara el país que más ha retrocedidorecientemente, que es Brasil.

Probablemente Bolsonaro esté justo detrás de Maduro como el peor líder que tiene América Latina en este momento.

El presidente brasileño ha hecho mucho para destruir instituciones y polarizar al país y también ha causado muchas muertes innecesarias debido a su total desprecio por el conocimiento científico y los consejos médicos (durante la crisis sanitaria del covid-19).

¿Qué explica el auge y la caída de la democracia y cómo llega un Estado a la dictadura?

Esa es una pregunta compleja. Creo que no hay un solo factor que explique el auge de la democracia. Durante mucho tiempo, sociólogos y analistas se sintieron atraídos por lo que yo veo como una teoría no tan exitosa o útil: la modernización.

El famoso sociólogo político estadounidense Seymour Lipset, por ejemplo, argumentó que a medida que los países se vuelven más ricos, se volverán más democráticos casi automáticamente.

Otros sugirieron que alcanzarían un nivel de educación mayor. Este se convirtió en un punto de vista muy influyente.

Pero es profundamente engañoso.

Vemos que no existe un vínculo ni directo ni indirecto, entre la riqueza de un país y su nivel de democracia.

Arabia Saudita y Kuwait son países cada vez más ricos pero el dinero se concentra en manos de unas pocas personas. No van a volverse más democráticos.

Y en Chile, desde la dictadura, las empresas empezaron a ganar más dineroy esto ha erosionado su nivel de democracia.

La democracia solo puede sobrevivir si la sociedad la exige y la sociedad la protege. Eso es lo que decimos en «El pasillo estrecho».

¿El sistema económico que elige un país tiene algo que ver con la libertad que logra?

Sí, pero nuevamente, es una relación más compleja. Algunos economistas de libre mercado, como Hayek y Friedman, establecieron un vínculo directo entre la democracia y el capitalismo

Pero sabemos que eso no es cierto.

China es una economía de mercado que no está haciendo nada para fomentar la democracia.

Y hay otros países que han tenido una estructura basada en la propiedad privada, pero eran tan explotadores y tan desiguales que en realidad no estaban construyendo un sistema democrático liberal.

Protestas en Chile
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La crisis de Chile en 2019 se desató después de que el gobierno anunciara el alza de los precios del pasaje de metro en Santiago.

¿A qué país se refiere?

El mejor ejemplo sería Chile bajo Pinochet.

En ese momento se emprendieron muchas reformas que aplaudieron muchos defensores del libre mercado, pero eso no hizo nada por la democracia.

Algunas medidas tuvieron buenos resultados otras malos, pero ese no fue el camino a la democracia.

Así que creo que tenemos que reconocer que no existe un vínculo directo entre el libre mercado o incluso el tipo dereformas favorables al mercado y la democracia.

Pero habiendo dicho eso, a largo plazo, creo que la economía de mercado es la única que puede sobrevivir si un Estado es ya realmente democrático.

Y la razón de esto es que si tienes una economía que no se basa de alguna manera en los mercados y, por lo tanto, no se descentraliza, el poder político estará cada vez más concentrado en manos de quienes tienen el poder económico y eso socavará la democracia.

Pero lo que quiero decir con esto es que ese tipo de economía no es la que propugna Friedman basada en un mercado sin restricciones y donde el valor e para los accionistas.

Las democracias necesitan lo que denominamos en «Por qué fracasan las naciones» mercados inclusivos, mercados que se basan en servicios públicos, medidas del Estado, que creen un campo de juego nivelado, etc.

Xi Jinping
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China ahora podría superar a Estados Unidos como la economía más grande del mundo en cinco años, pero la calidad de su democracia es muy cuestionada.

¿Qué hay entre libre mercado y economía centralizada en los Estados?

Tenemos que encontrar el equilibrio adecuado entre los Estados centralizados, pero controlados, y el tipo adecuado de mercados que permiten a las personas avanzar en su profesión, desplegar su creatividad, pero al mismo tiempo están regulados.

Creo que el problema en América Latina es que la gente ve las dictaduras como algo que trae estabilidad. No es la forma correcta de abordar esta cuestión.

Pero también, hay un lado que cree que el libre mercado tiene buenos resultados.

Pero al final del día, esos sistemas trajeron beneficios para los ricos a expensas de los pobres y no eran realmente justos. No creaban oportunidades para la gente.

De nuevo Chile es el mejor ejemplo de esto.

Es uno de los países más exitosos de Latinoamérica pero también esuno de los más desnivelados. Ha mejorado la desigualdad económica pero sigue habiendo mucho descontento tal y como se vio en las protestas de finales de 2019.

Porque a pesar de que la desigualdad económica estaba disminuyendo, la desigualdad social no lo hacía.

El mercado no estaba creando oportunidades para que las personas de bajos niveles socioeconómicos, que no formaban parte de las élites, fueran a las mejores escuelas, recibieran la mejor educación, trabajaran en las mejores empresas o pudieran viajar fuera del país.

Hay una demanda de la sociedad de mejores políticas gubernamentales que nivelen el campo de juego.

Guerrilleros de las FARC en enero de 1999
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La guerra en Colombia dejó un total de 262.000 muertos, 80.000 desaparecidos y 8 millones de desplazados, según datos del Centro Nacional de Memoria Histórica.

¿Cómo se deben abordar los desafíos que enfrentan las democracias en este momento?

No creo que haya una receta fácil para construir la democracia. Creo que todos los problemas de los que hablamos hay que abordarlos al mismo tiempo.

Hay que mejorar la calidad de la democracia y al mismo tiempo, hay que mejorar la participación de la sociedad en la política.

También hay que generar confianza pública en estas instituciones porque de lo contrario la gente no cooperará con ellas, no trabajará con ellas, tratará de bloquearlas.

No es imposible, pero es una tarea difícil.

En el libro contamos ejemplos de como se logró a nivel local en Lagos, en Nigeria, o en Bogotá, Colombia, cuando los alcaldes llegaron al poder y entendieron que por un lado tenían que mejorar la recaudación de impuestos para proporcionar servicios a la población y por otro también entendieron que la única forma de hacerlo era generar confianza pública, lo que significaba que tenían que hacerse más responsables.

Ese creo que es el camino para las instituciones nacionales. Copiar el modelo de las instituciones locales. Por qué la gente que llega a la política nacional con mucho poder no quiere hacerse responsable. ¿Cómo van a hacer responsables mañana a alguien como Chávez o Maduro?

Como sociedad tenemos que elegir a las personas adecuadas también y ese es el gran desafío. Entonces eso es lo que deberían hacer los ciudadanos. No elijas personas que no serán responsables.

Tenemos que estar atentos. Tenemos que estar bien informados y tenemos que asegurarnos de echar a los sinvergüenzas.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-56155540

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Entrevista a Stephen Campbell: «Los trabajadores han comprendido que el golpe de Estado en Myanmar dará aún más poder a la patronal»

Por: Philippe Alcoy

Entrevista con Stephen Campbell, experto en la clase obrera de Myanmar, que nos habla de los procesos de organización y lucha de los trabajadores de ese país antes del golpe de Estado, y de su papel en la resistencia.

En los últimos días hemos reflejado en la Red Internacional La Izquierda Diario el importante movimiento de resistencia al golpe de Estado en Myanmar, en el que la clase obrera está desempeñando un papel destacado. Para saber más sobre el desarrollo tan particular de este «nuevo proletariado», sus luchas y experiencias, y también sus condiciones de vida, preguntamos a Stephen Campbell, profesor adjunto de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur. Durante los últimos diez años, Campbell ha llevado a cabo una investigación etnográfica sobre las condiciones de trabajo y las luchas por el empleo de los trabajadores inmigrantes en Tailandia y Myanmar, y más recientemente, ha investigado las condiciones de trabajo y las luchas de los trabajadores de una zona industrial en las afueras de Yangon, la antigua capital de Myanmar. También es autor de Border Capitalism, Disrupted: Precarity and Struggle in a Southeast Asian Industrial Zone (2018).

Révolution Permanente (RP): En los últimos días hemos visto imágenes de numerosas columnas de trabajadores en las calles desafiando el golpe militar. Podría considerarse una «sorpresa», pero en los últimos años la clase obrera de Myanmar ha llevado a cabo varias huelgas y luchas por sus derechos, contra el acoso patronal, por los salarios. ¿Qué puede decirnos de este proceso de huelgas y luchas obreras?

Stephen Campbell (SC): En realidad, las trabajadoras de Myanmar, especialmente las de las fábricas de confección textiles, que son en su mayoría mujeres jóvenes de entre 20 y 30 años, se han estado organizando continuamente durante la última década, e incluso antes. Esta dedicada labor de organización ha dado lugar a una sólida red entre los trabajadores industriales de las distintas zonas industriales de Yangon.

Aunque ha habido ciertos momentos destacados de oleadas de huelgas en la última década, las huelgas de fábrica en las zonas industriales de los alrededores de Yangon han sido acontecimientos recurrentes. Sin embargo, no todas las huelgas son cubiertas por los medios de comunicación. De hecho, debido a la frecuencia con que los empleadores de las fábricas violan la legislación laboral y pagan por debajo del salario mínimo, en muchos casos las huelgas han sido necesarias para que los trabajadores conquisten el mínimo legal en salarios y condiciones de trabajo. Por ello, muchos trabajadores han adquirido una gran experiencia en la organización de centros de trabajo y en las huelgas. Y a partir de estas luchas, se han vuelto bastante militantes y muy capaces de emprender acciones colectivas.

Como estas zonas industriales están en los alrededores de Yangon, es relativamente fácil para estos trabajadores llegar al centro de la ciudad. Desde el golpe de Estado, los trabajadores de las fábricas de ropa han dejado claro en sus cánticos de protesta y en las entrevistas que esperan que el gobierno militar restrinja sus derechos legales y limite el espacio para la organización de los trabajadores. Si eso ocurriera, tendría un impacto perjudicial en sus ya precarios medios de vida. Por otra parte, la participación colectiva de los trabajadores en las protestas antigolpistas y en la campaña de desobediencia civil está muy basada en sus preocupaciones materiales inmediatas. Así que, por esta razón, y dado lo organizados que ya estaban estos trabajadores, no creo que sea una sorpresa que hayan asumido un papel tan destacado en las protestas antigolpistas y en la campaña de desobediencia civil.

RP: ¿Por qué crees que la clase obrera está al frente de la lucha contra el golpe?

SC: Como ya mencioné, muchos trabajadores de las zonas industriales de los alrededores de Yangon ya estaban muy organizados, pero también se encontraban en una situación muy precaria. Las condiciones han empeorado aún más desde el comienzo de la pandemia de Covid-19, durante la cual los empresarios la utilizaron como pretexto para despedir a los trabajadores sindicalizados, y la policía se ha puesto del lado de los empresarios para disolver las huelgas y detener a los organizadores de los trabajadores. Y con el golpe de estado, los trabajadores han reconocido claramente que el gobierno militar implicará una contracción del espacio para la organización, lo que dará a los empresarios aún más poder para bajar los salarios y violar las leyes laborales.

Uno de los organizadores de trabajadores más destacados en las protestas antigolpistas, Moe Sandar Myint, declaró recientemente en una entrevista: «Los trabajadores están preparados para esta lucha. Sabemos que la situación sólo se deteriorará bajo la dictadura militar, así que lucharemos como uno solo, unidos, hasta el final». Así que, para muchos trabajadores, esta lucha no es simplemente sobre Aung San Suu Kyi y la Liga Nacional para la Democracia (LND) Es una lucha basada en sus preocupaciones materiales inmediatas y, en muchos sentidos, apunta más allá del simple regreso de la LND al gobierno, ya que la situación de los trabajadores bajo la LND era también muy precaria y muy restrictiva.

RP: Myanmar es uno de los países de más rápido crecimiento de la región. Muchas empresas multinacionales invirtieron en el país. ¿Cuáles fueron las consecuencias de estas transformaciones económicas en la estructura social de Myanmar? ¿Cómo surgió esta «nueva» clase trabajadora? ¿Y cuáles son las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera en Myanmar?

SC: Antes de 2011, muchas marcas de ropa occidentales no estaban dispuestas a abastecerse en Myanmar debido al estigma asociado a las prácticas laborales tan poco liberales del régimen militar. Sin embargo, tras las elecciones de 2010 y el cambio a un gobierno casi civil a principios de 2011, la narrativa dominante ha sido que el país está experimentando una «transición» a la democracia liberal. Y con la introducción de nuevas leyes laborales en 2011 y 2012, las marcas de ropa occidentales dejaron de estar estigmatizadas por abastecerse en Myanmar. Además, Myanmar tiene uno de los salarios más bajas de Asia.

Al mismo tiempo, bajo la llamada transición política y bajo los años precedentes de gobierno militar, un gran número de habitantes de las zonas rurales han sido expulsados de las mismas. Esto se ha debido al aumento del endeudamiento y a la pérdida de tierras agrícolas, que en muchos casos fueron simplemente tomadas por oficiales militares o sus compinches comerciales. Y en 2008, hubo un gran ciclón en el delta.

Todo ello provocó una gran migración de residentes rurales a las zonas industriales de los alrededores de Yangon. Como la especulación inmobiliaria y la migración urbana a gran escala elevaron el coste de la vivienda, muchos de estos nuevos residentes urbanos se trasladaron a asentamientos ilegales informales. En la actualidad, hay cientos de miles de personas que viven en estos asentamientos en las afueras de Yangon. En algunos casos, los antiguos habitantes de las zonas rurales emigraron a Tailandia o a otros países de la región en busca de empleo.

Mientras esto ocurría, sobre todo en la última década, las agencias de desarrollo extranjeras y los consultores de Myanmar dijeron que esta migración interna es lo mejor que puede ocurrir porque el empleo asalariado urbano es ostensiblemente más «productivo» que los medios de vida agrícolas. Sin embargo, el efecto fue una creciente población migrante que se encuentra en una situación muy precaria y sin una red de seguridad social efectiva. Muchas fábricas, especialmente las que producen para el mercado nacional, no pagan ni siquiera el salario mínimo. E incluso las fábricas de ropa que producen para la exportación suelen infringir las leyes de protección laboral.

RP: La industria de la confección es uno de los sectores económicos más importantes para las exportaciones de Myanmar. Se han producido muchas luchas en la industria de la confección, donde el 90% de los trabajadores son mujeres. ¿Cuál es el papel de las mujeres en la huelga y la organización de la clase obrera en el país?

SC: Las fábricas de confección, textiles, calzado y accesorios que producen para la exportación, situadas en las distintas zonas industriales de los alrededores de Yangon, empleaban a cerca de un millón de personas (al menos antes del inicio de la pandemia de Covid-19) y restringen la contratación casi exclusivamente a mujeres jóvenes, entre los 18 y los 25 años aproximadamente. Incluso las mujeres de 25 años pueden tener dificultades para conseguir empleo en estas fábricas. Una de las consecuencias de esto es que estas mujeres suelen ser la única persona de su hogar con un empleo asalariado relativamente estable. Así, sus familias suelen depender, al menos en parte, del salario de estas mujeres.

En Myanmar y en otros países con grandes sectores de la confección se suele decir que estas fábricas prefieren contratar a mujeres jóvenes porque se considera que son menos propensas a organizarse, a hacer huelga o a causar problemas al empleador. Sin embargo, es evidente que no es así. De hecho, como muchas de estas mujeres jóvenes mantienen a sus familias, tienen una motivación añadida para organizarse colectivamente y obtener salarios más altos. En estas condiciones, ha habido muchas mujeres impresionantes que han desarrollado sus habilidades organizativas, su liderazgo y su confianza a través de la participación directa en la organización del lugar de trabajo.

RP: Durante mucho tiempo bajo el régimen militar la organización legal de los trabajadores era imposible. Pero desde 2011 los trabajadores aprovecharon la oportunidad de la apertura del régimen para crear nuevos sindicatos, confederaciones, etc. Y a veces, las huelgas y reivindicaciones de los trabajadores son muy «radicales». Por ejemplo, durante la pandemia del Civid-19 y la crisis económica, lucharon para preservar los puestos de trabajo, para proteger a los representantes sindicales que fueron despedidos y se negaron a aceptar las indemnizaciones por despido. ¿Cómo se explica esta conciencia? ¿Hay corrientes políticas o ideológicas, movimientos políticos históricos que influyen en el movimiento obrero actual? En caso afirmativo, ¿cuáles?

Aunque no era legalmente posible que los trabajadores establecieran sindicatos bajo el régimen militar, había muchos casos de organización informal de trabajadores, al menos eso es lo que me han dicho los trabajadores más antiguos que estaban empleados antes de 2010. En 2011 y 2012, el nuevo gobierno casi civil introdujo nuevas leyes laborales que permitieron a los trabajadores formar sindicatos legales y negociar colectivamente. Sin embargo, desde entonces, la mayoría de los centros de trabajo han seguido infringiendo diversas leyes y a menudo han pagado a los trabajadores por debajo del salario mínimo legal. Al mismo tiempo, muchos trabajadores han considerado que los funcionarios de relaciones laborales del gobierno son parciales con respecto a los empleadores o directamente corruptos. Y la policía se ha puesto a menudo del lado de los empresarios para disolver las huelgas y detener a los líderes de las mismas.

En consecuencia, muchos trabajadores han visto claramente que no pueden depender de la legislación laboral existente ni de las instituciones gubernamentales para resolver sus problemas inmediatos de subsistencia. Por eso, cuando los organizadores de un centro de trabajo empiezan a dirigirse a sus compañeros, muchos se han mostrado deseosos de participar en la acción colectiva.

Al mismo tiempo, también existe una rica tradición de oposición en Myanmar. Incluso antes de la vuelta al régimen casi civil en 2011, muchos trabajadores llevaban a cabo luchas colectivas informales en su lugar de trabajo. También es relevante señalar que Myanmar tiene una rica tradición de izquierda. Aunque el Partido Comunista de Birmania se derrumbó de hecho hace más de tres décadas (al mismo tiempo que calló el llamado periodo socialista), muchos activistas laborales están bien versados en el pensamiento de izquierdas y en la historia izquierdista del país. Y algunos estudiantes radicales más jóvenes se han acercado en la última década a los trabajadores de las fábricas, y han apoyado bibliotecas para los trabajadores con literatura de izquierda, o han creado revistas para los trabajadores de las fábricas con temas de izquierda.

Así pues, las corrientes explícitamente izquierdistas están presentes entre los trabajadores de las fábricas. Sin embargo, para la mayoría de los trabajadores su política «radical» -como su voluntad militante de hacer huelga o de enfrentarse a la policía- ha surgido de sus propias luchas durante la última década.

RP: Parece que la patronal, el Estado, los gobiernos (ayudados por organizaciones internacionales como la OIT) intentan imponer leyes que limiten las huelgas y los conflictos duros, pero también utilizan la represión policial y judicial contra los trabajadores en huelga. ¿Qué puede decirnos sobre las respuestas del Estado y la patronal al activismo obrero?

SC: Bueno, he dicho que incluso bajo el régimen militar, antes de la introducción de las nuevas leyes laborales en 2011 y 2012, había habido organización en el lugar de trabajo y huelgas de los trabajadores. Luego, con el cambio a un gobierno casi civil tras las elecciones de 2010. La OIT ayudó al nuevo gobierno a redactar estas nuevas leyes laborales. En aquel momento, un asesor de la OIT explicó que las nuevas leyes pretendían «evitar las huelgas» canalizando las quejas de los trabajadores hacia mecanismos institucionales. Sin embargo, como muchos trabajadores descubrieron, los nuevos mecanismos solían estar sesgados a favor de los empresarios, o los funcionarios eran simplemente corruptos.

Por ello, muchos trabajadores han optado por la huelga en lugar de presentar denuncias sobre violaciones de la legislación laboral ante los mediadores del gobierno, o antes de hacerlo. Y como la policía también suele ponerse del lado de la patronal, los trabajadores que han ido a la huelga se han enfrentado a la detención y a la violencia policial. Y esta era la situación bajo el gobierno «liberal» de la LND. Así que, con el golpe militar, muchos trabajadores han expresado su preocupación por que el espacio para organizarse se reduzca aún más.

RP: Por ahora, parece que los trabajadores están luchando contra el golpe y Suu Kiy parece ser muy popular entre el pueblo de Myanmar. Pero bajo los gobiernos de la LND la explotación y la represión contra la clase obrera fueron muy duras. Desde el punto de vista de la clase obrera, parece que el proyecto «liberal democrático» no es realmente una alternativa que pueda mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores, ni garantizarles los derechos políticos, nacionales (minorías étnicas), económicos y sindicales. Esto significa que los trabajadores deben ir más allá de los objetivos políticos de Suu Kiy y su partido. ¿Qué puede decir sobre la independencia política de clase de los trabajadores de Myanmar en este momento de lucha contra el golpe militar?

SC: Sí, por un lado, durante la última década bajo el gobierno casi civil, ha habido relativamente más espacio para que los trabajadores se organicen. Han podido formar sindicatos legales y muchas huelgas han tenido éxito. Al mismo tiempo, como he mencionado, los trabajadores siguieron encontrando barreras incluso para cobrar el salario mínimo y mejorar sus condiciones de trabajo. Ahora, como podemos ver en las protestas, las imágenes de Aung San Suu Kyi y los llamamientos a su liberación han sido muy destacados. Sin embargo, la gente ha expresado más ampliamente su rechazo al gobierno militar. Y muchos manifestantes reclaman la abolición de la Constitución de 2008, redactada por los militares, que consagra el papel de éstos en el gobierno, así como un acuerdo democrático verdaderamente federal, lo que contribuiría en cierta medida a resolver las históricas demandas de las minorías étnicas contra la dominación del gobierno central.

Así que, en cierto modo, la escala y el impulso de las protestas y de la campaña de desobediencia civil, que es básicamente una huelga general, ha abierto el espacio para pensar en objetivos políticos de mayor alcance. Y en la medida en que este movimiento tenga éxito, gran parte del mérito corresponde a los trabajadores que estuvieron en primera línea al inicio de las protestas poco después del golpe. Y pase lo que pase a partir de ahora, estos trabajadores han demostrado que son una fuerza política importante en sí mismos y no un simple banco de votos para la LND.

RP: ¿Cree que la situación en Myanmar puede influir en el movimiento obrero de los demás países de la región del sudeste asiático?

La campaña de desobediencia civil en Myanmar ya ha motivado un resurgimiento del movimiento de protesta pro-democracia en la vecina Tailandia. Y a Myanmar se le ha pedido que se una a la Milk Tea Alliance, que es una coalición informal en línea de activistas prodemocráticos de Hong Kong, Taiwán, Tailandia y Myanmar. Por supuesto,quienes participan en estos movimientos suelen ser trabajadores de una u otra forma. Pero no tengo claro si las acciones de los trabajadores de Myanmar motivarán a la gente de otros países de la región a expresar una política explícitamente obrera o a adoptar la huelga general como táctica de lucha hacia un acuerdo político democrático a favor de los trabajadores.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Los-trabajadores-han-comprendido-que-el-golpe-de-Estado-en-Myanmar-dara-aun-mas-poder-a-la-patronal

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