México / 10 de marzo de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: SDP Noticias
Para el profesor Elías Ruiz no es difícil reconocer que la generación que tiene en sus manos está pegada al celular y, más que un obstáculo, el uso de esas plataformas fue su inspiración.
Quienes actualmente se dedican a la docencia tienen en sus manos a una generación asociada desde su infancia a las redes sociales. Instagram nació en 2010, Twitter en 2006 y el rey de las plataformas sociales, Facebook, apareció en 2004.
Es decir, quienes actualmente estudian el bachillerato han convivido con alguna de esas plataformas un tercio de su vida, cuando menos. Esas infancias y adolescencias no solo son diametralmente diferentes a sus predecesores, sino que plantean a quienes se paran frente a un grupo estar a la altura para desafiar y potenciar su creatividad.
Prueba de ello es una tarea que el profesor Elías Ruiz Valdez asignó a un grupo del Colegio de Bachilleres de Coahuila (Cobac) «Carmen Elizondo de Ancira», como parte de la materia Historia de México 2. El docente pidió al grupo elaborar una biografía del presidente Porfirio Díaz, «pero de una manera diferente, apoyándose en la red social de Facebook».
«Los chicos revisarían su página de perfil para hacer lo mismo con el personaje», señala el profesor en entrevista con SDPnoticias. «El trabajo consistía en enfocarse en rescatar aspectos importantes de la vida de Díaz y plasmarlo a manera de red social con los materiales que se ven en la publicación», agrega.
La tarea de Alondra, a decir del profesor y de la viralidad que alcanzó, destacó de entre el resto del grupo, integrado por 39 estudiantes quienes recibieron y ejecutaron algo similar. «Fue interesante ver la dedicación que le puso a ese trabajo, sobresalía de los demás», enfatizó el orgulloso docente.
Para el profesor Elías Ruiz no es difícil reconocer que la generación que tiene en sus manos está pegada al celular y a las redes sociales, y más que un obstáculo el uso de esas plataformas fue su inspiración para hacer más ameno el aprendizaje de un personaje histórico.
«Pensé en darle otro enfoque a un personaje como Porfirio Diaz, un lado amable y en la cual la creatividad estuviera en acción. Es complicado, pero es nuestra labor atender a todo chico que quiera estudiar y par ello nos esforzamos como docentes», señaló.
La viralidad de la publicación no fue buscada, sino un descuido en la configuración de privacidad. “Los maestros en ocasiones subimos material para compartir con otros docentes, pero no imagine esta magnitud solo porque olvidé cambiar la privacidad a mi publicación», confiesa Elías.
Finalmente, reconoce que la respuesta a la publicación ha sido una sorpresa para él y la estudiante, pero en todo momento ha sido grata. «Es algo a lo que no estamos acostumbrados», confiesa y asegura que para apoyar a otros docentes y al aprendizaje efectivo volvería a compartir los logros de su grupo.
«Esperamos que vengan cosas buenas para los docentes. Es una labor noble y todos hacemos nuestro mejor esfuerzo desde nuestra trinchera para que este país mejore con pequeños pero significativos cambios», puntualizó.
Perú / Autor: Maribel de Paz / Fuente: El Comercio
Ante la inminencia del inicio del año escolar, Trahtemberg da las pautas para una educación con alma
Rebuscando en el cálido baúl de la memoria, León Trahtembergrecuerda el germen de su vocación nacida en las aulas del propio colegio donde estudió, el León Pinelo, donde solía ayudar a sus compañeros de aula a domar las matemáticas. Hoy, líder pedagógico del colegio Áleph, enclavado en los alrededores de los Pantanos de Villa, repasa las bondades y desaciertos de la educación nacional como promesa pendiente.
Tantas veces vividos y recreados como una estafa institucionalizada, los fundamentales y feroces años de escuela han sido narrados desde nuestro entrañable «Paco Yunque», cortesía de Vallejo, hasta la implacable obra autobiográfica del Nóbel J. M. Coetzee. En su libro «Infancia» están los abusos, la escuela como calvario y esa frase lapidaria: «La infancia no es otra cosa que un tiempo en el que se aprietan los dientes y se aguanta».
En una entrevista anterior, hablando de las incoherencias de la educación tradicional, te preguntabas: «¿Por qué tenemos que salir indefensos a la sociedad después de pasar miles de horas en el colegio?». ¿Cuál sería la otra pregunta pendiente que tienes respecto a la educación en el Perú?
Hay dos: ¿por qué no creemos que el colegio puede ser un centro de disfrute donde el alumno la pasa bien aprendiendo y no donde se sienta en una cárcel? Y segundo: ¿cuáles son los aspectos vinculados a ciudadanía que la escuela es capaz de proveer para que cuando el estudiante egrese pueda ser un ciudadano activo en pleno uso de sus derechos?
¿Y cuáles serían, para empezar, las claves para alcanzar ese disfrute escolar?
Yo empezaría hablando de la acogida. Muchos niños vienen de hogares disfuncionales donde no hay comunicación, hay violencia, hay ausencia del padre o de la madre, hay poca comunicación. Y el único espacio alternativo al hogar que tiene ese niño para eventualmente sentirse bien, querido, atendido, es la escuela. Esta tiene la oportunidad de servirle de centro de acogida para que él vea que sí tiene un lugar en el mundo, que sí es una persona que puede ser protegida. El colegio le puede dar seguridad, organización, le puede servir como contrapeso para todos los males que él vive. Sin embargo, este niño llega a la escuela y lo único que importa es si aprende a leer, a escribir, a sumar. El mismo Ministerio de Educación, cuando toma sus pruebas censales a niños de 7 años, ya el resultado indica que la gran mayoría no logra los objetivos del grado. Quiere decir que ya para segundo de primaria los alumnos están fuera de carrera, porque esos alumnos lo único que van a hacer es seguir su deterioro hasta que terminen el colegio.
Una estafa.
Es un engaño, una estafa, pero más lo llamaría una oportunidad perdida. En cambio, si la prioridad para las escuelas fuera que todos los niños se sientan bien, se sientan acogidos, queridos, ese niño va a tener la estabilidad emocional y el sentimiento de empatía como para poder orientar su energía mental a los aprendizajes que le va a proponer la escuela. Sus primeras experiencias tienen que ser experiencias de éxito y no de fracaso. El rol del maestro es asegurarse de que los niños de los primeros grados tengan éxito, y no simplemente etiquetarlos como fracasados, que es lo que ocurre hoy en día cuando el niño ni bien entra a primaria ya empieza a recibir todo tipo de señales de que no aprende ni entiende ni estudia.
Si hablamos de la historia de la educación en el Perú, ¿cuáles destacarías como los principales hitos en su evolución?
En general, la historia de la educación se disrumpe con la llegada de Internet. O sea, antes y después de Internet tienes un hito fundamental entre la educación tradicional y la educación del siglo XXI. Pero no es tanto el acceso a Internet, sino que todos los desarrollos tecnológicos que tienen que ver con las computadoras (celulares, redes sociales, sistemas de comercio) han creado un segundo mundo en el que el niño, el joven y también los padres viven. Y es en este mundo, que es paralelo al mundo real, en el que las dinámicas de su identidad, sus relaciones con los demás, su forma de aprender y gratificarse de manera inmediata constituyen un conjunto de reglas de vida que no equivalen a las que existen en la escuela tradicional. El alumno vive en el siglo XXI y su profesor en el siglo XX. Y en este desencuentro, una de dos: o le piden al alumno que regrese un siglo para poderse conectar con el maestro, o se le pide al maestro, y en general al sistema educativo, que dé el salto hacia el siglo XXI.
Ahora, la literatura, las artes, ¿cómo se están enseñando en términos generales en el Perú?
Como casilleros. O sea, el arte tiene sus dos horas semanales y la literatura tiene sus dos horas semanales, cuando la literatura debería ser parte de una comprensión política, económica, social, cultural y geográfica del hecho o del autor. ¿Cómo aíslas una obra literaria del contexto en el que fue escrita, de las condiciones del autor, de los temas que aparecen en la obra?
¿Cómo estudiar a Vallejo, por ejemplo?
Si quiero estudiar «Paco Yunque», ¿cómo puedo hablar de ese personaje sin entender cuál es la situación de las haciendas en el Perú, la relación entre el gamonal y sus trabajadores, el prejuicio entre los blancos y los nativos, el ‘bullying’ del que tiene el poder contra el hijo de la empleada? ¿Cómo puede uno estudiar eso sin tomar en cuenta factores económicos, culturales, sociales y políticos de la época? ¿Cómo no aprovechar a Paco Yunque para preguntarse por qué hoy en el Perú hay tanta gente que se siente ‘bulleada’ por el país, por qué hay tantos Pacos Yunque que protestan por el abuso? Es decir, cómo extrapolo las lecciones de Paco Yunque para entender la realidad de hoy o el pasado del Perú. Pero si agarras «Paco Yunque» y la quieres estudiar simplemente como una obra literaria para ver las destrezas del autor, la vacías, la empobreces. Lo mismo, digamos, con «Romeo y Julieta». Para los chicos de hoy puede ser muy interesante hablar de cómo se expresa el amor de una pareja de jóvenes en estos tiempos, y a partir de eso tratar de analizar cómo era antes, y ahí puedes encontrar algunas obras literarias donde hablan de esta relación entre familias que no se toleran, pero cuyos hijos sí quieren verse y se conectan. ¡¿Cuánto de eso no ocurre hoy?! Una cosa es partir del hoy, de esos fenómenos del afecto y las relaciones entre adolescentes, y preguntarse: ¿y esto cómo se expresó en otro tiempo y cómo lo expresó este autor? Entonces, se vuelve interesante. De lo contrario, lo descontextualizas y dices: «Señores, hoy día vamos a hablar de Shakespeare…».
Y matas a Shakespeare.
Es matarlo, porque qué de interesante puede tener eso para niños que están apasionados por el fútbol, digamos, y les traen a Romeo y Julieta. Hay que contextualizar, y la contextualización son todas las disciplinas que te ayudan a entender un fenómeno humano. Es como hablar de la corrupción solamente como si fuera un problema legal, absolutamente aburrido, árido. Pero cuando hablas de la corrupción como un fenómeno histórico, cultural, como un problema de la legalidad, la influencia, el poder y las pasiones más subalternas del ser humano, estás hablando de psicología, de filosofía, de religión, de cultura, de política, de economía; estás hablando de todo. Pero si lo quieres convertir en un tema de educación cívica, ¿a quién le puede interesar eso?
Finalmente, sobre tu propia relación con la educación, ¿cómo dirías que fue la motivación en casa para ti?
Es una motivación compleja, diría. Yo vengo de una familia donde a mi papá nunca le gustó la idea de que yo sea profesor. Recién cuando cumplió 80 años, por primera vez en su vida me dijo que estaba orgulloso de que yo fuera profesor, o sea, de lo que yo había hecho en mi vida como carrera. Porque yo venía de un hogar de clase media, de un papá empresario que pensaba que yo también tendría que dedicarme a los negocios. Y me pareció interesante cerrar este círculo porque yo sabía que él lo decía a otros, y cuando me lo dijo a mí sentí: «Tuve razón y mi padre me lo reconoció».
Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 10 de marzo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.
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Colombia / 3 de marzo de 2019 / Autor: Jorge H. Gutiérrez / Fuente: IXOUSART
El escuela es un motor de cambio dentro de la sociedad y debe usar todos los recursos, herramientas, estrategias, etc. para que brinden dicho cambio. Es por ello que no debe quedarse rezagada y los docentes deben estar a la vanguardia en todo lo relacionado a las nuevas tecnologías de la comunicación e información. De la misma manera el Uso las Redes Sociales se convierten en una excelente estrategia pedagógica. Les recomendamos que lean el artículo completo. Dicho artículo lo hemos resumido en esta infografía. Aquí se resalta la importancia de la creación de comunidades virtuales de las principales redes sociales y su uso dentro del aula.
No olviden dejarnos su comentario con sus aportes. Saludos a todos.
Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 3 de marzo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.
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Las redes sociales suelen funcionar como un buen termómetro social. En ellas se suceden comentarios e imágenes, los usuales despliegues de una visión particular del mundo en el cual vivimos. En ellas la infancia tiene por lo general una fuerte presencia, aunque desde esa visión patriarcal que la ubica en un plano subordinado y dependiente. Algo que no logramos entender desde nuestra posición de adultos, es nuestra responsabilidad respecto de la seguridad y el respeto por los derechos de ese inmenso sector de niñas, niños y adolescentes cuyo presente y futuro depende íntegramente de las decisiones de otros y cuyo destino suele estar marcado desde un nacimiento rodeado de privaciones.
Las caritas sonrientes frente a la cámara, de niñas y niños descalzos y pobremente vestidos, deberían avergonzarnos y no ser motivo de comentarios superficiales teñidos de compasión. Hemos normalizado la miseria de la infancia hasta el extremo de usarla en postales, como si esa injusticia fuera una parte legítima de nuestro entorno social, del mismo modo como hemos normalizado el embarazo en niñas y adolescentes y la violación sexual en el seno del hogar, en la escuela o en los ámbitos eclesiásticos. La sociedad se ha blindado contra la agresión de su propia naturaleza y, revistiéndose de supuestos principios morales, ha condenado a sus nuevas generaciones a toda clase de vejámenes cuyas consecuencias las marcan de por vida. Por ello, esa resistencia a comprender y sobre todo, aprehender el significado profundo de los derechos humanos y su impacto en las decisiones cotidianas y la relación con los demás también constituye una forma de agresión transformada en estilo de vida.
La niñez posee instrumentos de protección integral avalados por la inmensa mayoría de países del mundo, los cuales no constituyen siquiera un llamado de atención para quienes deciden y priorizan las políticas públicas y el uso de los recursos de las naciones. La Convención sobre los derechos del Niño es uno de ellos y señala con claridad meridiana los alcances y la importancia de garantizarles un ambiente apropiado para crecer y desarrollarse, bajo la responsabilidad plena de los Estados y, por supuesto, con la colaboración de toda la sociedad.
Esta Convención es uno de los mandatos fundamentales –en concordancia con ciertos artículos de las Constituciones Políticas y otros acuerdos de carácter obligatorio- cuyo objetivo es proteger a la niñez y, de ese modo. erradicar toda forma de discriminación y violencia en su contra; mandato ignorado de manera irresponsable por los gobernantes latinoamericanos, cuyo privilegio de ostentar el control político, económico y social de sus países pareciera otorgarles el derecho de condicionar a su antojo las condiciones de vida de sus pueblos, pero sobre todo las condiciones en las cuales sobrevive la niñez.
Como una de las mayores injusticias cometidas contra este amplio sector de la población es el acuerdo político teñido de fundamentalismo religioso cuyo objetivo es condenar a millones de niñas y adolescentes a mantener embarazos y maternidades no deseadas, producto de la violencia sexual. Estos embarazos representan una de las mayores causas de la feminización de la pobreza en nuestros países, en donde el respeto por los derechos de las mujeres continúa siendo uno de los temas pendientes más urgentes de sus agendas, pero también uno de los que provoca mayor rechazo desde los grupos de poder. Esto, precisamente por representar un factor de cambio en todos los ámbitos de la vida ciudadana empezando, claro, por dar a la niñez el lugar que merece.
Hablamos con mujeres de la situación de la literatura realizada por escritoras, a raíz de la celebración del Salón Internacional del Libro de Casablanca.
Mientras algunas destacan los cambios en los últimos años y aseguran que no hay «autocensura», otras matizan que todavía «faltan muchas cosas».
Aziza Yahdin Omar habla por teléfono mientras sus compañeras cantan canciones andalusíes. Ninguna usa velo y su ropa es occidental. Están en un pequeño stand arrinconado del Salón Internacional del Libro y la Edición (SIEL) que se celebra cada año en Casablanca y que en este 2019 cuenta con España como país invitado. Destaca la presencia de estas mujeres, puesto que en el pabellón de esta feria, inaugurado en 1949 y uno de los bienes protegidos de Marruecos por su bello techo abovedado, hay stands en los que solo hay hombres. Hojeando libros o haciendo negocios.
Estas mujeres forman parte de la Asociación de Escritoras de Marruecos, fundada en 2012. Aziza es su presidenta. Cuando deja de charlar por el móvil accede a hablar con eldiario.es. Pero para ello (y para la foto) sí se pone el velo.
«Desde hace cinco años se han editado 6.000 libros escritos por mujeres marroquíes. Y ha habido un gran cambio. Tenemos más libros sobre temas científicos, jurídicos», afirma Aziza que recuerda que hay 57 grupos de la asociación por todo el país con ocho filiales en el extranjero como parte de la liga de escritoras de Marruecos.
La presidenta insiste en que las cosas han cambiado mucho en el país desde la reforma de la Constitución en 2011, que revalorizó la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y sobre todo, la reforma de la Mudawana –el Código de Familia- que eliminaba, por ejemplo, que las mujeres tuvieran que pedir permiso al marido tener una cuenta corriente en el banco. Sucedió en 2004.
«Las mujeres marroquíes no se autocensuran a la hora de escribir. Lo exponen todo. Ya no tenemos temas tabúes», asegura la presidenta de las escritoras. Para ello habla de las más jóvenes, «que escriben sobre todo, tienen una lengua más moderna y están probando mucho con la literatura en las redes sociales».
A su lado está Fátima, de la Asociación Marroquí de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos. Ejerce de traductora y se sonríe ante las palabras de Aziza, introduciendo matices. «Es cierto que el país ha avanzado mucho y sobre todo muy rápido en los últimos años, pero todavía faltan muchas cosas. No es todo como se dice», comenta poco después.
Aun así también señala que está habiendo algunos movimientos que proceden principalmente de las autoras más jóvenes. «Hay una modernización muy grande en el cuento y la poesía, quizá lo que más». Esta asociación, de hecho, es una de las que se encarga de traducir a jóvenes escritores marroquíes al español.
El furor de la poesía
Una persona que conoce bien qué está ocurriendo en las letras árabes femeninas –y no solo en Marruecos– es la traductora Margarida Castells. Entre sus traducciones, principalmente del árabe al catalán, se encuentran los poemas de Aziza Ahdiya, La confessió de Tantan. Ha trabajado en Egipto, Siria, con autores kurdos, y es considerada una de las grandes especialistas en lengua árabe.
Castells señala que la mujer árabe se enfrenta «a los problemas comunes del patriarcado, que están desde hace milenios»; sin embargo, también recuerda que en los países árabes la mujer poeta tuvo mucha presencia en el ámbito público. «Fue antes del siglo VIII, en la oralidad, porque cuando empieza la escritura se conforman unas élites, que son hombres, y ya ahí la mujer deja de tener tanta presencia», sostiene Castells.
Las escritoras no comenzarán a recuperar un poco de espacio hasta el siglo XIX, aunque no ha sido hasta el XXI cuando ha comenzado una nueva explosión, «gracias a la poesía y la tecnología», afirma la traductora.
¿Por qué estos dos factores? Hay una cuestión política. «La poesía es la más rápida de conectar con la política. Puedes soltar tus poemas en la plaza. Eso lo vimos con las primaveras árabes», recuerda Castells. En el debate político y literario también se ha colado –aunque se intente tamizar- el asunto del velo.
La traductora reconoce que en los últimos tiempos han cambiado las cosas y, si bien antes eran las sociedades más urbanas y las clases medias las que no querían el velo, «ahora está siendo al revés, y hay muchas escritoras que lo justifican. Pero digamos que está en un punto intermedio. Hay quien lo defiende y quién no». A esta voz se suma la de Luz Comendador, que lleva 20 años ejerciendo la traducción del árabe: «Lo cierto es que las árabes no escriben solo sobre el velo. Creo que su compromiso político al final es el mismo que el de las mujeres occidentales».
Más allá de las más conocidas
Precisamente, a los traductores les pesa que la mirada desde los países occidentales suela ser más política que literaria. De hecho, dos de las autoras árabes más conocidas, como la egipicia Nawal Al Sadawi y la marroquí Fátima Mernissi, son, en gran parte, activistas. «Casi todo lo que llega a España es porque los editores lo han leído del francés o el inglés. Tenemos un muro bastante grande porque lo que prima es si estas autoras son conocidas y tienen ya éxito en otros mercados literarios», se lamenta Castells para quien, al final, no es tan positivo que desde el mundo occidental se reconozca sólo a una o dos escritoras árabes.
«Al Sadawi es una gran luchadora pero cuando te conviertes en ‘la escritora’ es ella ya solo, y eso no va a hacer visibles a las demás. Con Fátima Mernissi pasa lo mismo: parece que ya no hay otras escritoras marroquíes», añade la traductora.
Y, por supuesto que las hay. En el pabellón español de la feria se puede encontrar el libro de Antonio Reyes Ruiz, Antología de la poesía femenina marroquí, editado por Ediciones Alfar en 2007, que recoge los poemas de 18 autoras nacidas a lo largo del siglo XX, más consagradas y otras que eran emergentes. Pero en el prólogo la profesora de la Universidad de Sevilla, Mª Dolores López Enamorado, ya cuenta las dificultades para que las escritoras salten el muro de su propio país: La soledad de la arena, de la poeta Aïcha Bassry fue el primer poemario publicado al español de una poeta marroquí. Y no sucedió hasta 2006. «Marruecos parece un país situado en un remoto extremo de la península arábiga», escribe la profesora.
La cornisse de Casablanca, desde donde se puede observar la enorme mezquita que se inauguró en 1993 a mayor gloria del rey Hassan II –es la segunda mezquita más grande después de la de La Meca- da, sin embargo, buena cuenta de los cambios que se introducen poco a poco en Marruecos. Pandillas de jóvenes –ellas algunas con velo, otras sin él- que pasean y ríen y se comportan como cualquier adolescente. La literatura estará ahí para recoger estas transformaciones.
España, país invitado
El Salón Internacional del Libro de Casablanca se celebra desde hace 25 años, pero esta es la primera vez que cuenta con España como país invitado de honor. Fue el Ministerio de Cultura marroquí quien lo decidió el pasado mes de octubre y la Dirección General del Libro, junto a Acción Cultural y el Instituto Cervantes, se encargaron de preparar el programa para que estuviera listo estas semanas de febrero.
Entre las actividades, se harán sendos homenajes a Juan Goytisolo, con las exposiciones del viaje por Almería que realizó junto a Vicente Aranda –quien tomó las fotografías y que fueron donadas años después al actual ministro de Cultura, José Guirao- y a José Miguel Ullán. También habrá varias charlas en relación con la traducción, y participarán escritores como Antonio Gamoneda.
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