Un opositor a bomberos o policía nacional tiene que pasar un test ortográfico. En cambio, en las pruebas a profesor de secundaria y FP se sobreentiende que no cometen esos errores. Sin embargo, las faltas han lastrado la nota de aspirantes a docentes, algunos ya con experiencia en las aulas como interinos. A Darío Villanueva, director de la Real Academia, no le ha sorprendido, pero sí preocupado.
Pregunta. ¿Le ha sorprendido que los profesores interinos de secundaria cometan faltas?
Respuesta. Me temía que pudiera ocurrir. Es muy preocupante. Siempre que se habla de las licencias al escribir en redes sociales yo cito el caso del telégrafo. En un telegrama no se ponían puntos, nexos, adjetivos, verbos compuestos…, pero se sabía que se empleaba ese español para ahorrar. Desde el siglo XIX no se ha deteriorado la escritura porque se sabía que era una licencia propia del telégrafo. Luego, cuando se echaba una instancia, se empleaba un español correcto. Y ahora con las redes sociales espero que la gente sepa distinguir. Que sepa que escribir así es una opción, pero que en unas oposiciones hay que demostrar la competencia expresiva y la corrección ortográfica y no se puede escribir de la misma manera.
P. ¿El sistema educativo debería ser más exigente?
R. Claro. En mi época no pasabas el examen de ingreso en bachillerato si tenías una falta de ortografía. Yo nací en 1950 y lo aprobé en 1960. El contexto de la sociedad ha cambiado mucho. Entonces era claramente autoritario. Alguien en algún momento empezó a lanzar la idea de que el rigor en la ortografía era autoritarismo. Y no hay que confundir una cosa y otra.
P. Con la Lomce (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa), de 2013, han vuelto formalmente los dictados.
R. Nuestra ortografía es muy sencilla, nada que ver con la francesa, la alemana o la portuguesa. No se trata de memorizar las normas. Lo más eficaz es la lectura que nos hace visualizar las letras. En todo caso la ortografía es un código fundamental no represivo.
P. Sus compañeras en la RAE Carme Riera e Inés Fernández-Ordóñez castigan “muchas faltas” a sus alumnos de Filología.
R. Yo no tantas, pues mis alumnos extranjeros y españoles son de posgrado pero desde luego suspendería al estudiante que las tuviese. Otra cosa sería inadmisible. [Villanueva es catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Santiago de Compostela].
P. ¿Deben penalizarse las faltas en otras carreras?
R. En Filología las faltas ortográficas son especialmente graves , pero desde luego este criterio es aplicable a todas las carreras. Tengo compañeros de Matemáticas o Física que coinciden conmigo y aplican el mismo criterio.
P. Madrid incluye en los criterios de evaluación de las oposiciones el castigo de las faltas, pero no es habitual, se deja a libertad de los tribunales. ¿Debe reglamentarse?
R. Absolutamente. Si un conductor novato enseña en una autoescuela, puede conducir a su alumno a un accidente. Si un profesor escribe con faltas de ortografía, desautoriza su competencia como tal. Estamos hablando de los fundamentos de su oficio. En las comunicaciones en las redes sociales pueden darse las abreviaturas. De hecho, en los manuscritos medievales aparecen página a página.
P. ¿La RAE y el Ministerio de Educación y FP deben actuar?
R. Nunca en España ha habido tantos recursos para una educación universal y obligatoria, y una de las materias básicas son las lenguas propias. La Academia establece las reglas de la ortografía y las difunde, pero no tiene competencia en el sistema educativo.
Fuente de la Entrevista:
https://elpais.com/sociedad/2018/11/05/actualidad/1541450991_296770.html
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