En primer lugar, el Informe Mundial de Ciencias, abordó la tecnología y la innovación, y convocó al debate en temas como energía, crecimiento económico sustentable, capital humano e inversión para el desarrollo.
Ese reporte advirtió que las crisis ambientales naturales o inducidas por el hombre inciden en temas muy sensibles para el bienestar, como la seguridad alimentaria.
Según el texto, entre 2007 y 2013, a pesar de la crisis económica, creció el capital global dedicado a las investigaciones científicas en más del 30 por ciento, pasando de 1,1 a 1,5 millones de millones de dólares.
Los países ricos destinan una mayor porción de su Producto Interno Bruto (PIB) y dada la desaceleración económica de América Latina, los gobiernos de la región enfrentan un contexto difícil para las inversiones en tecnología y desarrollo, añadió.
Además, las economías de altos ingresos acogen al 18 por ciento de la población global, pero concentran el 69 por ciento de las inversiones para el desarrollo y el 64 por ciento de los investigadores del mundo.
Solo Estados Unidos, con menos del cinco por ciento de las personas del mundo controla el 28 por ciento de los estudios para el desarrollo y el 17 por ciento del personal.
China, con el 1,08 por ciento de su PIB dedicado a la investigación científica, ha ido desplazando a las naciones industrializadas, precisó.
Por otra parte, el estudio evidenció que si bien todos los países participan en la innovación, hay marcadas desigualdades.
Muestra de ello son las patentes, las cuales están concentradas en un pequeño grupo de naciones: Estados Unidos, Japón, Alemania, otros de la Unión Europea, y recientemente el gigante asiático.
Además, en Latinoamérica y el Caribe está creciendo el número de patentes de empresas extranjeras.
El segundo reporte de la Unesco, el Informe Mundial de las Ciencias Sociales, titulado Afrontar el reto de las desigualdades y trazar vías para un mundo justo, reiteró que en 2015 el uno por ciento de la población mundial concentraba casi la mitad de las riquezas poseídas por las familias del planeta.
Las 62 personas más ricas del mundo poseen tantos bienes como la mitad más pobre de la humanidad.
En exclusiva a Prensa Latina, el jefe del Departamento de atención a las ciencias sociales del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) de Cuba, Juan Luis Martín Chávez, expresó que este informe de la Unesco trascendió su materia y se centró en problemas de las sociedades actuales.
‘Este texto habla acerca de lo que tienen que hacer las ciencias humanísticas para contribuir a la búsqueda de soluciones al problema estratégico que es el crecimiento de las desigualdades’, añadió.
Si el comportamiento actual no se detiene puede generar una situación muy compleja incluido el resurgimiento del fascismo, estimó.
El texto conminó a erradicar estas disparidades para lograr el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible firmados por las Naciones Unidas en diciembre de 2015 con vistas a 2030, añadió.
Esa agenda tiene como lema: ‘no dejar a nadie atrás’ y con un enfoque multidimensional apuesta por erradicar la pobreza y el hambre en el mundo y promover el avance económico respetando el medioambiente y los recursos naturales.
La presentación de los materiales de la Unesco tuvo lugar en la Academia de Ciencias de Cuba, entidad que recibió un reconocimiento del gobierno de la isla por conmemorarse hoy el 156 aniversario de su fundación.