Fuente FECODE / 11 de Mayo de 2016
El Decreto 2450 del 17 de diciembre de 2015 materializa las políticas del Ministerio en torno a la formación de maestros, el cual ha sido criticado por su intromisión en la autonomía universitaria.
El Ministerio de Educación Nacional desde el año 2006 adelanta reformas a la normatividad que rige para la formación de docentes en el país, golpeando con ello los procesos y procedimientos vigentes.
Rafael Rodríguez, decano de la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Libre: “donde haya realmente participación con poder decisorio, es decir, una participación representativa donde puedan sentarse los maestros y en general todos los actores a dialogar sobre la formación docente”.
Es de una democracia generar las condiciones óptimas de participación para alcanzar procesos de concertación y acuerdos básicos, más cuando se trata de la educación del país.
“Hemos notado que se requiere no simplemente de buscar los procedimientos, sino de hacer unos análisis aprovechando la experiencia de las facultades de educación y de aquellas personas especializadas que conocen de este proceso”, dice Rodríguez.
La Asociación Colombiana de Educación (Ascofade) se ha manifestado a través de una serie de documentos sobre la importancia de unificar criterios y trabajar en equipo para la construcción de procesos y los contenidos de los contenidos programáticos, rechazando tajantemente las medidas unilaterales que el gobierno nacional adelanta frente a la reforma educativa. “Revisar esa coherencia entre la normatividad y la política pública para que no se vean choques entre lo que se está planteando y las normas que tienen que ver con registro calificado y acreditación”, anota el decano.
Es fundamental que los docentes sean quienes lideren la actualización de los procesos de formación, de cara a responder por las necesidades que demanda hoy la formación de docentes y los procesos de enseñanza.
“Uno todavía se pregunta con qué criterios se plantearon estas denominaciones, dónde salieron unas y se introducen otras, pero particularmente es que esto no es un problema de reforma de unos procedimientos, sino un análisis del ser y de la concepción misma del maestro”.
La formación de maestros no puede limitarse única y exclusivamente a las recomendaciones y pretensiones de la OCDE. La comunidad educativa debe estar vinculada; establecer la coherencia en la integración de la normatividad y la política pública; mantener el principio de autonomía universitaria; insistir en la formación como sinónimo de desarrollo y proyección profesional del educador y precisar con una mirada pedagógica, disciplinar y social; estos y otros puntos importantes, no son prioridad en las políticas del gobierno nacional.