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Documento: Derecho a la educación de jóvenes y adultos

Se impulsan la difusión y el debate de los Acuerdos de la CONFINTEA VI realizada en SUWON. Se adjunta un documento para ser utilizado en procesos de formación que promuevan el derecho a la educación de jóvenes y adultos.

DESCARGAR EL DOCUMENTO EN EL SIGUIENTE LINK:

DERECHO A LA EDUCACION Jóvenes y Adultos CONFINTEA

Esta publicación busca impulsar avances en materia de Políticas, Gobernanza, Financiación, Participación inclusión y equidad, y; Calidad para lo cual presenta algunas de las propuestas que se vieron en la reunión de balance a Medio Término de la Conferencia Internacional de Educación de Adultos (CONFINTEA) y que pueden ayudar a planificar los próximos 4 años que faltan para el balance final de la CONFINTEA VI. La reunión de balance se realizó del 27 al 29 de octubre, en la ciudad de Suwon, República de Corea.

FUENTE: https://tarea.org.pe/digitalizaciones

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La SEP: sin aprendizajes clave

Por: Abelardo Carro Nava.

Reza el dicho que el buen juez por su casa empieza, y hay razón en ello. Nuestros abuelos no se equivocaron al respecto y, desde luego, los abuelos de éstos tampoco se equivocaron. Y esto es así porque en términos concretos, si una persona o, en este caso, una dependencia gubernamental como lo es la Secretaría de Educación Pública (SEP), exige a los más de un millón y medio de maestros de México una educación de calidad; ésta para efectos prácticos, debe poner el ejemplo de lo que significa calidad en el terreno educativo y, lamentablemente, esto no es ni ha sido así en lo que va de este sexenio; y para muestra un botón, el pasado 12 de abril del año en curso, esa dependencia publicó un video en redes sociales, acompañado de una pregunta, una exclamación y una felicitación: ¿Terminaste el curso en línea de Aprendizajes Clave del Nuevo Modelo Educativo? ¡Felicidades! Aquí te decimos cómo tramitar tu constancia.

Hasta el momento en que cierro estas líneas, dicha publicación (en Facebook, por ejemplo) contaba con 1,179 comentarios y 2,626 likes (traducidos en un “me gusta”, “me divierte”, “me asombra”). Comentarios como el de Miyam B Estrada se leían: “ya debía terminarlo? Llevo mucho tiempo batallando con la plataforma, me inscribí desde enero y es hora en que no puedo terminar el curso ya que la plataforma tiene muchos contratiempos”; o el de Luz Ma Gro: “Es en serio la pregunta si la plataforma es un desastre, subes las actividades y no aparecen, tratas de entrar y te marca error, entras a un enlace y se tarda como 20 minutos y te saca de la sesión… tiene que ser una broma”; o el de Alma Rosa Olguin Tinoco: “Plataforma deficiente… eso es una tomada de pelo… me quedé en la actividad 4 y no pude entrar nuevamente, ahora qué? Sólo tiempo tirado a la basura. Sus propuestas en línea no tienen el soporte técnico necesario para atender la demanda… pero seguro se llenarán la boca con sus supuestos cursos chafas. Pues felicidades señores, se ve que desquitan bien su labor”.

Comentarios que, si usted gusta, puede observar en dicha página, repito de Facebook, y que en su mayoría tuvieron una respuesta por parte de sus operadores: “Estimad (a) Profesor (a)… por favor reporta el problema que presentas a aprendizajes.clave@tveducativa.gob.mx, o al teléfono 3601-8100 ext. 56632. Saludos cordiales”. Respuesta que, como seguramente imaginará, obtuvo otras sendas respuestas de quienes, en ese espacio, manifestaron su inconformidad sobre la plataforma y las deficiencias que ésta presenta desde que inició el periodo de capacitación de los profesores mexicanos.

¿Cómo espera la SEP que los mentores del nivel básico (por ejemplo) se capaciten sobre un modelo educativo pero, sobre todo, de un documento que consta de más de 670 páginas, como lo es el de Aprendizajes Clave para la Educación Integral, si la plataforma presenta serios inconvenientes?, ¿cómo se espera que se logre implementar dicho modelo a partir de agosto de este año si, en los hechos, la capacitación en línea y presencial, en el primer caso es deficiente, mientras que en el segundo, muchas veces deja mucho que desear?, ¿cómo hablar de una calidad en la educación si la instancia encargada de propiciar y promover esa calidad brilla por su ineficiencia e inoperancia?, ¿cómo se espera que los aprendizajes clave se desarrollen en las aulas y/o salones de clase con base a los tres campos de formación académica por parte de los profesores, si no existe una retroalimentación de las tareas que han subido éstos para que sean revisadas por “expertos” a través de una plataforma que no opera?, ¿cómo podemos comprender el discurso oficialista y pomposo que emite el Secretario de Educación sobre el modelo educativo cuando la realidad que padecen miles de profesores es prácticamente la misma y que se puede observar en publicaciones como las que refiero?

Ahora bien, habrá quién me diga que en las redes sociales es muy difícil conocer quién es docente y quién no lo es, y es cierto; sin embargo, si usted revisa los comentarios que ahí se exponen, casi su totalidad refieren problemas en ciertas tareas, como la 2, la 4, la 9, y así sucesivamente pero, si esto no fuera suficiente, un servidor, al igual que muchos de mis estimados colegas, en la diaria interacción que tenemos con otros tantos más del mismo nivel o de otros, obtenemos, de primera mano, los mismos comentarios sobre los cursos que la SEP ha puesto a disposición de los docentes para que éstos se “capaciten”.

El sol no puede taparse con un dedo, y evidencias como éstas, permiten dilucidar la dimensión del problema educativo que se avecina, y que las mismas autoridades de la SEP no han querido voltear a ver y, mucho menos, reconocer. ¿De quién es el problema entonces? o, mejor dicho, ¿dónde está el problema entonces?, ¿en los docentes que tienen que implementar un modelo que no modela mucho que digamos o en la SEP cuyas prácticas de formación, a lo largo del tiempo, han dejado mucho que desear?

Personalmente, me gustaría conocer la postura del actual Secretario de Educación sobre este asunto y sobre la implementación “piloto” que del modelo educativo se viene dando en más de 1000 escuelas del país, la cuales, por cierto, nadie sabe cuáles son o quién está operando el modelo que entrará en vigor en todo el país en próximos meses.

Soñar no cuesta nada y, ocasionalmente puede ser bonito; sin embargo, los sueños de la SEP no son los que miles de maestros viven a diario en sus centros escolares quienes, preocupados por atender adecuadamente las exigencias secretariales, buscan, como siempre lo han hecho, profesionalizarse en todos los sentidos; esto, con la convicción de ofrecerle a sus alumnos, la mejor educación que pueda otorgárseles.

En suma, si de exigencias estamos hablando, deberíamos considerar la opción de exigir a las autoridades educativas lo que su mismo modelo educativo plantea en cuanto a la formación del profesorado se refiere. Digo, del dicho al hecho hay mucho trecho, y en esta ocasión la SEP, por cuenta propia, evidenció su inoperancia e ineficiencia. ¿Se imagina lo que pasaría si se somete al escrutinio público y de los docentes la “famosa” implementación del modelo educativo? Insisto, del dicho al hecho hay mucho trecho, y en eso tampoco se equivocaban nuestros abuelos y los abuelos de éstos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-sep-sin-aprendizajes-clave

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Las juventudes indoafrolatinoamericanas en el contexto de la crisis del capitalismo neoliberal actual

Por Jorge Díaz Piña e Iliana Lo Priore.

Reflexionar sobre las juventudes es una tarea muy compleja,  ya que para empezar, no es posible demarcarlas con precisión de los presuntos “estados biopsicosociales” denominados como niñez y  adultez, por cuanto ambas son  condiciones sin límites o contornos nítidos más allá de los pretendidos como biofísicos o corporales estandarizados por las clasificaciones etarias    impuestas por saberes o disciplinas instituidas con esa finalidad por la Modernidad para controlar las prácticas sociocorporales, desde que fue acogida e impuesta la concepción de Immanuel Kant respecto de que la adultez implicaba la ruptura con la minoría de edad al individuo usar la razón para guiar su conducta, la razón o racionalidad instrumental, funcional o adaptada al orden de la lógica del poder dominante en las sociedades. Es de recordar que la niñez es un concepto también moderno ya que se le consideraba como adultos pequeños. De aquí que se estime a las juventudes como una condición intermedia de inmadurez transitoria y que debería ser breve entre ambos estados con características contrapuestas a la adultez ideológica primordialmente: comportamiento indisciplinado en el sentido de insubordinado ante las normas de poder dominantes, con racionalizaciones o pensamientos no ajustados a la racionalidad funcional o instrumental hegemónica, etcétera. Características estas que pueden ser toleradas hasta cierto límite, y doblegarlas o someterlas a través de la sujeción de los cuerpos para ser erradicadas por las instituciones disciplinadoras o normalizadoras creadas a tales efectos: hacer dóciles y útiles a los cuerpos.

Por otra parte, su complejidad también se muestra con respecto a los contextos diferenciadores de juventudes, o de múltiples contextualizaciones, por razones de clase social, género, étnicas, territoriales, ambitales, etcétera, que englobamos en lo que denominamos indoafrolatinoamericanidad para referir a un  condicionamiento socio-étnico-cultural producto de la mezcla histórica de esta tres originarias etnias predominantes en esta región desde la colonización europea, que implicó desde su comienzo la negación de la otredad sociocultural de la dignidad indoafricana, y que conformaron híbridamente nuestras alteridades (efecto ético dignificador por reconocimiento del condicionamiento socio-étnico-cultural aludido) en sus mixturas y ambivalencias: indígena, afrodescendiente y latina europea. Debido a estas causas descartaremos decir en singular, juventud, por cuanto lo que corresponde es referir juventudes, en plural, remarcamos. Contextualizaciones que a su vez, han sido configuradas y reconfiguradas conflictivamente e históricamente por la violencia, coacción y resistencia ideológico-políticas causantes de los cambios inducidos en esta espacialidad, dividida interesadamente en países y parcialidades, así como consecuencia, igualmente,   de la adscripción geopolítica dependiente forzada desde la época colonial hasta el día de hoy en el que sufrimos una globorrecolonización de tipo neoliberal y no “globalización”, en el marco del agotamiento civilizatorio y crisis estructural  de la Modernidad capitalista, –a cuyo trance epocal presente se ha nombrado como Posmodernidad–, y que repercute en todos los ámbitos de nuestras sociedades, particularmente en las juventudes indoafrolatinoamericanas.  Con estas encrucijadas o cruces “vectoriales”, entre otros posibles, respecto a la reflexión que deseamos hacer sobre las juventudes indoafrolatinoamericanas, realizaremos una aproximación para intentar contribuir parcialmente a  su caracterización en la actualidad.

Tal vez el rasgo que caracteriza con más fuerza transversalmente a la mayoría de las juventudes indoafrolatinoamericanas es su “compromiso de ser”.  Es un rasgo que diferenciadamente en su intensidad y expresión, reviste su condición existencial, sobremanera en las territorialidades urbanas o citadinas por cuanto en las comunidades rurales o campesinas, las afrodescendientes y las indígenas, sus identidades socioculturales están más arraigadas por ser-en-su-alteridad dignificadoras y, en consecuencia, resisten más las embestidas mediáticas consumistas neoliberales individualistas o narcisistas “para ser”, y las identificaciones-desidentificadoras capitalistas disociadoras por desvinculantes, o “líquidas” por aformes, diluidas y fluyentes, así como ambivalentes por paradójicas y contradictorias como las denominó Zygmunt Bauman, que calan más en los centros urbanos.  El compromiso de ser conlleva la potencia del deseo y del esfuerzo por existir que se concreta en la autonomía de sus voluntades (“voluntad de poder” en términos nietzscheanos), sin postergación de realización en un futuro incierto de adultez, y en la asociación con otros que se reconocen como iguales de modo empático aunque sea transitoriamente; se es ante y con el otro, los otros, lo otro, las otredades, no tan solo ante sí mismo.  Asociaciones a las que Michel Maffesoli ha etiquetado posmodernamente como “nuevas tribus”.

Este compromiso de ser, está a mitad de camino entre la inquietud o preocupación de/por sí y el cultivo o cuidado de sí de Michel Foucault, para quien se ha de intentar hacer de la vida propia una ética estética, una “obra de arte”. Si los jóvenes encuentran o perciben adversidades insalvables  de diversos ordenes para realizar sus deseos y esfuerzos pueden caer en lo que denominamos el “descuido de sí” de tipo anómico, conduciendo, por ejemplo, a los integrantes de los sectores populares excluidos, entre otras destinaciones indignificantes de su condición, a la drogadicción inducida por las mafias narcotraficantes o a asociarse a bandas delincuenciales para sentir pertenencia pseudoidentificadora.  Esta precedente destinación obedece, en última instancia, a la falta de poder generalizado en los sectores populares, y al uso indiscriminado de la violencia y marginación estatal contra sus jóvenes por parte de los cuerpos policiales y de otras instituciones, por cuanto la representación de esa falta de poder induce distorsionadamente  en ellos, su compensación en la  perversidad de adquirir poder coactivo sobre los cuerpos de otros a través de su sometimiento por vía de la violencia física que ha ocasionado la muerte de manera criminal, o los enfrentamientos autodestructivos entre grupos o bandas por la supremacía territorial.

Ello puede conducir, por otro lado, debido a las presiones de poder dominantes con la intención de adaptar a los jóvenes al orden establecido para “ser” alienadamente, que es un no-ser-autónomo y crítico, a manifestaciones de rebeldía contrainstitucional, primordialmente en los estudiantes,   contra el orden instituido (movimientos sociales antiburocráticos y nuevas tribus) y a vincularse con organizaciones políticas radicales o a grupos antipolíticos y apartidistas.  Aquí es de señalar que la rebeldía producida en los jóvenes por este tipo de malestar, trata de ser neutralizada al naturalizarla como algo inmanente a su edad, especie de sarampión pasajero, con la finalidad de descalificar su potencial subversivo, cuando no es reprimida a través de la violencia del poder de Estado. En esto incidirán fundamentalmente las representaciones o valoraciones (no valores principalmente) que frente al entorno, y en interacción con él, hayan asumido en esos momentos y de los habitus (disposiciones formadas por los esquemas de percepción, pensamiento y acción heredados, según Pierre Bourdieu) de la procedencia social de clase de sus familias, grupos de pares, comunidad residencial, etcétera.

No será la misma disposición, o equipamiento sociocultural, habitus, en un joven proveniente de clase media o  de la pequeña burguesía que la de uno que procede de los sectores populares marginados, ya que  el contexto está tendencialmente prefigurado por la estructura diferenciadora capitalista para favorecer a unos y otros no. Esto se evidencia fácilmente en la desigualación que reproduce la institución escolar a lo largo de su recorrido.  A unos les garantiza el “éxito escolar”, y a otros los excluye o los degrada laboral o profesionalmente, son de segunda o tercera categoría en función de la división social y “técnica” del trabajo capitalista.  Asimismo, la exclusión opera en aquellos jóvenes que no pueden proyectar en un tiempo medio o largo su escolaridad debido a los requerimientos económicos de su familia o de sí ante el  costo de su manutención escolar.  Esto hace parecer que Martín Heidegger tuvo razón al señalar que  “el ser es el sentido del tiempo”  en su famoso texto El ser y el tiempo.

En todo lo anteriormente expresado, tiene una poderosa incidencia ideológica subrepticia la “lógica del máximo rendimiento del tiempo” o economía política de la temporalidad existencial, una invasiva derivación simbólica del tiempo socialmente productivo abstracto de la fuerza de trabajo requerido para generar valor o la  plusvalía capitalista (“el tiempo es oro” desde que se generalizó la dinámica explotadora del plusvalor), que presiona para imponerse sobre los jóvenes en contra de la renuencia “alógica” y la resistencia cuasiconsciente de la atemporalidad existencial o “presentista”. Mediante la cual ellos suspenden la transcurrencia simbólica del  tiempo promedio de sus vidas instituido con la finalidad de formarse laboral o profesionalmente e iniciar su desempeño como trabajadores al servicio del capital, con el propósito de sentirse con autonomía sobre sus vidas, dueños de sí mismos para ser, aprovechando re-creadoramente el “tempo o ritmo vitalista” de su juventud, y en rechazo a las coacciones o seducciones manipuladoras que los quieren reducir a esa condición alienante por unidimensional del capitalismo. Reivindicando de este modo lo que hemos llamado su compromiso de ser consigo mismos.

Aquí hay que aclarar para evitar confusiones, que al destacar la suspensión de la lógica del máximo rendimiento, no reivindicamos el alienante presentismo hedonista neoliberal (“el goce corporal del hoy”) que es propiciado mediáticamente en las juventudes por medio de la deshistorización de su ubicación o posicionamiento consciente socioculturalmente, cuando se historiza por vía de la autobiografía o autonarrativa de sus vidas en relación con la incidencia de la transcurrencia del tiempo histórico (pasado-presente-posible futuro) de su grupo social, comunidad, región, nación y  mundo (las acciones político-sociales pasadas de los antepasados u otros ausentes, en función del actual presente, que exigen e implican un reconocimiento de aquellos y un  reclamo del emplazamiento y accionar responsables de las juventudes para el presente de éstas y el futuro de los demás que advendrán).

A los que expresan su renuencia a aceptar la lógica del máximo rendimiento del tiempo,  se suman quienes sufrieron la decepción de haber creído en las ofertas ideológicas del discurso neoliberal de favorecer su ilusa conversión individualista y narcisista exitosa en empresarios de sí (de explotarse económicamente a sí mismos en función de usar mercantilmente a los demás con base en el desarrollo instrumental de  competencias manipuladoras), con tan solo asumir la adecuación de su personalidad, carácter o subjetividad (ser-sin-alteridad al negar su condición ético-cultural o potencialidad  dignificadora, su compromiso de ser junto con los otros), para ser competitivos con independencia de su procedencia sociocultural y del contexto de las dinámicas centrífugas capitalistas, de un capitalismo neoliberal que además está en  crisis estructural, y terminaron como obreros o empleados tercerizados de empresas contratistas, o desempleados. Esto es, sin el éxito prometido publicitariamente, y leyendo textos de  autoayuda masajeadores de su ego exaltado y luego lastimado, para recuperarse con las ilusiones terapéuticas de la autoestima. Pero que ante  la fuerza impactante de la realidad contextual hoy están de regreso y  toman su tempo para la recuperación repotenciadora de un posicionamiento dignificador de su condición de juventud en tanto alteridad asumida, el cuidado o cultivo de sí, es decir, de reconocerse con capacidad de realizar todavía sus deseos sin competitividad alguna con los otros, sino bajo la ayuda y acompañamiento de los demás iguales, con expectativas recíprocas de realizarse al margen de la lógica capitalista del máximo rendimiento del tiempo. La situación decepcionante experimentada con el neoliberalismo, los puede conducir a la reflexión crítica sobre sus posibilidades y limitaciones existenciales en un sistema socioeconómico como éste.

Las limitaciones neoliberales para la existencialidad de la mayoría de las juventudes ha generado nuevas contradicciones sociales en indoafrolatinoamérica que deben ser tomadas en cuenta por quienes quieren animar e impulsar de manera antiburocrática las luchas sociales y culturales en función de la transformación anticapitalista de las sociedades. La competitiva asocialidad del individualismo y del narcisismo neoliberales empujan hacia la desconfianza en los otros, o en  la sociedad, provocando con ello el aumento de la oposición individuo-sociedad e individuo-Estado por cuanto el individualista ve que su “libertad” es obstruida o reprimida,  al ser asumida neoliberalmente como capacidad de elegir o decidir sin limitaciones bajo el criterio tan solo de su autoridad, ya que es regulada por la libertad individualista de los demás, de la sociedad, así como por la normativa coexistencial y contractualista del Estado.

No obstante, esta oposición neoliberal individuo-sociedad-Estado es burocráticamente administrada por el Estado neoliberal para evitar estallidos agudos de conflictividad social , por medio de la gestión cientificista y tecnologicista antiética de las conductas para producir una socialidad controlada desde la manipulación mediática de sus necesidades y deseos, es decir, de su subjetividad, a partir del ofrecimiento de modos ilusorios de auto-realización alienantes, y de, como hemos dicho, terapias de autoayuda, de autocontrol, de autodominio, etcétera (tecnologías de autogobierno del yo), para atenuar las angustias y patologías que aquella conflictividad provoca colectiva e individualmente. Nada que envuelva definiciones o identificaciones sustanciales o fuertes, sino superficiales o de tipo ligth, es decir, en las que prevalezca la liviandad para manipularla a conveniencia. Siendo estos controles flexibles y operantes bajo la seducción mediática prevalecientemente.  Todo ello encubierto bajo la restricción o represión de que la crisis libertaria de la individuación, o incluso del individualismo neoliberal, pueda ser pensada en su desalienación o superada en otro contexto social  redefiniendo la relación individuo-sociedad-Estado, y replantee radicalmente la satisfacción de sus necesidades y deseos, una libertad-otra, o lo otro, lo diferente: una existencia subjetiva alternativa para ser realmente. Sin embargo,  la recuperación capitalista tiene límites infranqueables  en tiempos de crisis de sus dinámicas y su lógica; esto abona a favor de las posibilidades para que las juventudes estafadas y las prevenidas por las experiencias de otros como ellos, se animen, con base en su compromiso de ser, en la búsqueda de cambios económicos, sociales, culturales y políticos que favorezcan su auténtica realización  en función de la afirmación ético-cultural de sus alteridades libertarias.

Correos:

diazjorge47@gmail.com    /  ilianalopriore11@gmail.com

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Contra pedagogia de la crueldad en el Cuerpo de las Mujeres

Gracias a la profesora venezolana y amiga Yurbin Aguilar, conocí los aportes de Rita Laura Segato con un texto llamado “Las estructuras elementales de la violencia”. Una antropóloga feminista argentina, residenciada en Brasil. Con motivo de la edición de su libro “La guerra contra las mujeres”, esta autora dió una serie de conferencias. Me dispongo a desarrollar brevemente su hilo argumentativo en una de ellas: “La violencia expresiva y la guerra contra las mujeres”, pues creo que en el, encontraremos algunas pistas para entender, como las guerras, todas las guerras actualmente, se desarrollan en el cuerpo de las mujeres. Lo que quizá promueva una mayor empatía con las mujeres en Siria, por ejemplo, o entre nosotras mismas, las venezolanas.

En los primeros años de la década de los 90 realizó una investigación en la cárcel de Brasilia con sentenciados por delito de violación. En la sociedad en general, esta muy difundida la percepción de este delito como “el robo de un servicio”, porque tenemos muy inculcada la idea de una líbido masculina, un deseo sexual incontenible en los hombres. Sin embargo, sus entrevistas no arrojaban que fuese este el motivo, pues muchos tenían novias e iban a burdeles, es decir podían tener sexo de muchas otras formas. Por ende no apuntaba a ser una violencia instrumental/utilitaria, el tomar por la fuerza la obtención de la satisfacción del cuerpo/instrumento de la mujer. Mas bien era ininteligible para el sujeto mismo que lo cometió, entonces ¿qué es la violación?, se preguntó.

Encontró como una dimensión fundamental del hecho, que eran cometidos en compañía. A diferencia de lo que las instituciones y el sentido común piensa, el violador como un sujeto anómalo, enfermo, solitario, alguien diferente a los demás. Algo que hace mucho el feminismo ya había rastreado. Es una acto socialmente compartido de forma natural y sobretodo, por los más jóvenes. Para estos, el paradigma de masculinidad que son sus padres, sus hermanos mayores, sus primos más fuertes, sus compañeros líderes en el colegios, es decir, quienes encarnan el modelo de una masculinidad bien realizada, exitosa, que son a quienes llama: interlocutores en sombra. Resalta el desastre que es el mandato de masculinidad, ese hombre violador que la sociedad produce.

Llega a la conclusión que el acto de la violación es un “crimen expresivo”, una forma de violencia expresiva, no instrumental, ¿pero expresiva de qué? De la masculinidad como potencia. El sujeto masculino “obtiene” su masculinidad y la obtiene mediante pruebas, desafíos, que lo declaran “potente”. Esa prueba tiene que ser dada ante los pares. Así, la agresión hacia la mujer, no es sólo eso. La relación mujer/hombre, no debe ser pensada fuera de la complejidad, para volver inteligible el acto de la violación. No existe sólo el eje del agresor/agredida, sino también un eje, quizá más importante, que es el eje del agresor y la relación con sus pares, ante los cuales debe demostrar, siempre, que el es un “hombre”. Los otros le darán su título.

Potencia que la compendia la “potencia sexual”, pero es mucho más, es potencia bélica, económica, política, intelectual, moral y puede haber muchas otras, que se entreveran, entrelazan, sustituyen. ¿Qué dice que un sujeto es potente? un tributo que fluye de la posición femenina a la masculina, en forma de admiración, subordinación, de cuidado, en varias formas. Es un tributo que es exaccionado desde la posición femenina a la posición masculina y construye la potencia, construye la masculinidad. Cuando esto no se realiza por las buenas, en tiempos de paz, se toma a la fuerza, se hace de manera violenta.

Acá entra la guerra como una exhibición de potencia, de capacidad de crueldad, capacidad de atravesar algunos límites. Es un espectáculo de potencia ante ojos que examinan, ojos que evalúan la masculinidad. La estructura de la masculinidad es la estructura mafiosa, el pacto de la masculinidad tiene una analogía precisa con el pacto mafioso. El cuerpo de las mujeres es el bastidor en el que se inscribe la potencia del hombre y de la mafia, se inscribe entonces la soberanía jurisdiccional, la potencia sobre un territorio. Así la guerra se ha feminizado, se hace en el cuerpo de las mujeres, no es que se apropia, no es un botín ya, sino el territorio en el cual ella se despliega. Se mata a la mujer, muerte que podríamos pensar no sólo física, para vencer, destruir a un pueblo. Efectuando una pedagogía de la crueldad, usando la violación como arma de guerra, pero si esta es exhibición de potencia, de seguro que no es la violación su única arma. Como las potencias se entrelazan, el poder económico sobre los cuerpos de las mujeres, pareciera emerge como arma también, sobretodo en los nuevos escenarios de guerras no convencionales a los que asistimos en este siglo.

Podríamos preguntarle a Rita por qué en nuestras cárceles violan y matan a los violadores, o solía hacerse. Pero sin duda este análisis hace preguntarnos por cómo nuestros cuerpos de venezolanas son los territorios de la guerra. No olvidemos que lo que primero comenzó a escasear fueron los artículos de higiene, personal y del hogar, luego alimentos y medicinas, todos esenciales para el cumplimiento del rol de cuidadoras, asignado culturalmente ¿cómo ha impactado eso en nuestras vidas cotidianas, en nuestras psiquis y espíritus?.

Parece urgente reflexionar sobre quiénes son estos interlocutores en sombra, frente a los cuáles el enemigo imperial despliega esta violencia expresiva, inscrita como poder/potencia en nuestros cuerpos de venezolanas. Se me viene a la memoria las noticias de los femicidios, espectacularmente crueles, de venezolanas migrantes en países de América Latina, como Perú, Chile, Panamá, México, Colombia1. Acaso podríamos ser tan ciegxs y no darnos cuenta que se orquesta una exhibición frente a pares en el ejercicio político del Estado, desde una subjetividad masculina hegemónica, un orden simbólico patriarcal/colonial compartido, en el cual el inseguro macho imperial “necesita” demostrar y ser legitimado como el poderoso señor de la guerra, el gendarme del mundo.

1 Ver el minuciosos conteo que hace la periodista Jessica Dos Santos http://www.15yultimo.com/2018/04/05/el-ultimo-round-y-tu-las-conocias/

Fuente: articulo enviado a redacción OVE

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La escuela particular, un dilema

*Jesús Andriano / Pluma Invitada

La educación particular en México no es contemporánea, nace en la época de la colonia, cuando los llamados preceptores se ocupaban de la educación de niños, niñas y jóvenes a cambio de una remuneración por guiar, orientar o acompañar un proceso educativo definido por la sociedad en ese momento histórico. Al establecerse las escuelas particulares gozaron de una libertad condicionada, ya que desde un principio se les fijaron ciertas restricciones. En el reglamento general de instrucción pública de 1823 se establecía que “todo ciudadano tiene facultad de formar establecimientos particulares de instrucción en todas las artes y ciencias, y para todas las profesiones”, sin embargo el Estado se reservaba la autoridad de supervisar y asegurarse de que los maestros de estas escuelas tuvieran las aptitudes y preparación necesarias para la enseñanza de acuerdo a las necesidades de la sociedad. Al legalizarse la creación de instituciones educativas por particulares, el propósito por establecer una educación gratuita y pública a toda la sociedad generó un primer inconveniente; ahora cualquiera podía crear una escuela y ofertar la educación al mejor postor, bajo un modelo de educación acorde a los intereses de un grupo social y no propiamente la educación establecida por el Estado.

Desde su creación el objetivo de la escuela particular, no fue el mismo que él de una escuela pública, su intención fue diseñada para ciertos grupos sociales, que no deseaban disponer de la escuela gratuita; por lo tanto desde su origen representa ciertos valores o creencias religiosas propios de la sociedad a la que atiende. En las primeras leyes de instrucción pública, tanto de liberales como de conservadores, se insistió en la libertad de enseñanza entendida en formas distintas. En los debates constitucionales de 1857 se señaló, que el medio para romper el poder ideológico de la Iglesia no era mediante el fomento de la enseñanza privada, sino al contrario, con el fortalecimiento de la instrucción pública que atendiera las necesidades educativas de una sociedad; habrá que mencionar, que para ese momento histórico el proyecto de una educación dirigida por particulares ya era una realidad.

Con el paso del tiempo la educación privada se ha robustecido generando el estereotipo de brindar la mejor educación y por lo tanto mejores resultados que la escuela pública; sin embargo, no todo lo que brilla es oro; en las evaluaciones estandarizadas como PISA, los resultados ligeramente superiores de las escuelas privadas, no son atribuibles a su sistema educativo, sino a las oportunidades sociales, culturales y económicas de sus alumnos; no obstante el sistema privado debería de ser capaz de diferenciarse de manera más clara del público al estar supeditado a la oferta y la demanda. Al encontrarse adscrita a la administración de particulares, la escuela privada tiende a visualizar de manera empresarial a la educación y exterioriza un factor de competitividad social, cuya finalidad es satisfacer al cliente que desea cimentar un cierto estereotipo.

La educación privada es principalmente monitoreada por la sociedad que atiende, los padres de familia valoran empíricamente el logro de la escuela a partir la experiencia, sin tener conocimiento de los resultados en las evaluaciones estandarizadas o en el desarrollo de ciertas habilidades que favorezcan las competencias que demanda el actual modelo educativo. Normativamente a las escuelas particulares se les supervisa bajo mecanismos de control administrativo, es decir, sobre la entrega documentos en tiempo y forma de acuerdo a lo solicitado por la autoridad inmediata.

La aplicación del plan y programa de estudio oficial, se realiza de manera paralela con material sugerido por la institución, lo que genera un doble trabajo para el docente y una saturación de actividades para los alumnos, que lejos de generar un gusto por aprender, propician desinterés por nuevos conocimientos y plantean como reto cumplir con ambos materiales al termino del ciclo escolar y con ello satisfacer el propósito de la escuela, encaminado en el compromiso que se generó con la sociedad. El enfoque de trabajo es disciplinar con énfasis en modelos educativos exitosos en otros contextos, vinculado a creencias religiosas o valores que hacen de la institución su misión de ser; es así como las actividades artísticas o físicas complementarias son el reflector de una educación integral, y la enseñanza del inglés como un plus que satisface a la sociedad y al requerimiento de una política educativa, que demanda la enseñanza del idioma de manera obligatoria y que la escuela pública difícilmente puede atender, dadas las condiciones con las que cuenta la mayoría de la escuelas pública.

Existe una creencia social, de que en las escuelas particulares se contrata a los mejores maestros; sin embargo, no hay una evidencia clara de la forma en la que son seleccionados, si es que son capacitados, tienen experiencia en la docencia o simplemente si cuentan con el perfil idóneo de acuerdo a la política educativa para poder ser docentes; en la mayoría de los casos el convenio laboral es temporal, con el pretexto de evaluar su desempeño y dependiendo del resultado poder recontratar sus servicios. En algunas escuelas los profesores carecen de una trayectoria docente, son profesionistas de diferentes  disciplinas, lo que a futuro genera problemas dado el poco compromiso que se genera con una profesión que no es propia de su campo del conocimiento; los cursos de capacitación a los que son sometidos, se convierten en mecanismos de control para darle continuidad a su labor dentro de la institución, son de carácter obligatorio e impartidos en el mejor de los casos por diversas editoriales, bajo un convenio para utilizar el material educativo que se oferta y asumiendo que existe una necesidad de la planta docente con respecto a las estrategias y técnicas que contribuyan al uso debido de dicho material; de igual manera los docentes, tienen que atender los cursos que plantea la SEP,  pero con la condición de que son ajenos a su proceso de contratación, lo que genera un compromiso diferenciado con la labor docente con respecto a una escuela pública. A la par de la capacitación, la carga laboral es otra condición con la que los docentes de las escuelas privadas tienen que vivir, el horario de trabajo se extiende y la jornada laboral en su mayoría es de ocho horas; en algunas escuelas el trabajo se diversifica y las actividades se distribuyen entre varios docentes, lo que contribuye que no haya una articulación en las actividades programadas, o continuidad con el propósito que se desea alcanzar; cabe señalar que el trabajo que se realiza, tiene que dar cumplimiento a lo que demanda el cliente, sin que propiamente sea un experto en educación.

A lo largo de los años, la noción de progreso o retroceso de la educación particular es discutible, independientemente que esté validada por el sistema educativo nacional o que satisfaga a cierto grupo social que asume de manera utópica que a mayor precio, mejor educación, sin tener en mente que los estándares de calidad no son propios de cantidad.

*Docente investigador interdisciplinario de la Escuela Normal de Tecámac. Colaborador de Voces Normalistas

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-escuela-particular-un-dilem

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Colombia: 28° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Educación Superior III)

Colombia / 22 de abril de 2018 / Autor: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube

Publicado el 4 feb. 2018

Escucha en el Abecedario, la educación de la A a la Z, nuestra emisión N° 28, como cierre del ciclo de Educación Superior. En huellas de maestros, recordaremos a Carlos Gaviria. En el palabrero, estará el profesor Gerardo Montoya. En la nota informativa datos sobre la educación superior.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=B9NUqiXi4gY

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