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Educar desde casa: el casi imposible reto en un México desigual

América del Norte/ México/ 28.04.2020/ Fuente: www.telemundohouston.com.

 

MÉXICO – Con un cierre de ciclo escolar atípico por la pandemia de COVID-19, México, al igual que países de América Latina y el mundo, busca salvar el año lectivo de unos 30 millones de estudiantes con un programa novedoso de clases a distancia que combina aprendizaje y bienestar.

El plan del gobierno mexicano, impulsado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), contempla el regreso a clases el 1 de junio y el cierre de curso el 17 de julio.

Mientras dura el periodo de distanciamiento social, que llevó al cierre de escuelas el 20 de marzo, el programa educativo se centra en una estrategia a distancia para mantener los servicios educativos durante la emergencia.

Bajo este esquema, la SEP transmite clases por televisión abierta desde el 20 de abril y de lunes a viernes el programa «Aprende en casa», que cuenta con diversos horarios para los niveles de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato.

Además ha pedido a los maestros entrar en contacto con los padres de familia para dar un seguimiento al aprendizaje de los alumnos, quienes deberán integrar una «carpeta de experiencias» con la que serán evaluados para avanzar al siguiente nivel.

«Vamos a rescatar el ciclo escolar (…) al regresar, vamos a remediar rezagos. Centraremos el eje del esfuerzo en el aprendizaje más que en la evaluación», dijo esta semana el titular de la SEP, Esteban Moctezuma, en la conferencia presidencial diaria.

Las autoridades sanitarias actualizaron la lista de síntomas de la enfermedad, que ya deja más de 200,000 muertos en todo el mundo.

Precisamente emparejar el aprendizaje de los estudiantes mexicanos, un grupo que en este país es tan diverso como desigual, es el reto del Gobierno.

POLÉMICAS CLASES POR TELEVISIÓN

Para el secretario general de la sección 9 del SNTE-CNTE en la Ciudad de México, Pedro Hernández, «aunque el titular de la SEP reconoce que en todas las casas hay un aparato (dijo que 9 de cada 10 alumnos lo tienen) eso no significa que todos los alumnos tengan acceso a los dos canales donde se transmiten las clases».

En entrevista, el representante de los maestros recordó que existen comunidades en el país en los que esos canales solo llega en sistemas de pago.

Para el dirigente magisterial, los contenidos que se ofrecen en televisión «no consideran los ritmos y formas» en la que los maestros planean y desarrollan las actividades en función del contexto y diagnóstico que ellos elaboran.

Además, las clases pelean espacio con la programación de todos los días del resto de los canales, un rival difícil de vencer.

Pero si por televisión es complicado, agregó, ni hablar de clases por internet.

Si bien no dijo ningún nombre, López Obrador indicó que los ataques han provenido de una actriz “muy famosa”, un comediante y un futbolista “que antes me caía bien”.

COMPUTADORAS, TABLET O TELÉFONO

Sobre la educación a través de internet, la sección que representa Hernández elaboró una encuesta del 15 y el 17 de abril entre los maestros de preescolar, primaria y educación especial de Ciudad de México que dejó ver la desigualdad tecnológica de alumnos y maestros.

Según el ejercicio, el 58.2% de los maestros cuenta con una formación digital básica, el 15.9% solo cuenta con su celular para accesos a plataformas digitales y el 1.7% maneja programas de diseño y plataformas digitales.

Mientras que entre los alumnos el 25% cuenta con una computadora en casa y ese mismo porcentaje cuenta con internet en casa o se podría conectar a una plataforma en línea, por ejemplo, mediante el teléfono de sus padres.

Recordó que no es lo mismo una conexión en una ciudad que en una zona rural, ni un niño en una familia que tiene su propia computadora a otro hogar con apenas conexión a internet.

Por ejemplo, dijo que maestros que trabajan en la región de la montaña en el estado de Guerrero, uno de los más pobres, «han contado que en esa zona no hay conexión telefónica».

Hernández consideró que «la diversidad de los estudiantes mexicanos» (de ciudad a zona rurales y de altos a bajos recursos) indica que la estrategia no puede ser única y la preocupación no debe de ser solo «la acreditación del ciclo escolar».

Las pruebas de una compañía contratada por el gobierno federal para distribuir a los gobiernos estatales podrían fallar bajo ciertas condiciones.

Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, el 70.1% de la población mexicana mayor de 6 años accedió a la red en 2019, un porcentaje que se elevó hasta el 76.6% en las ciudades y no pasó del 47.7% en las zonas rurales,

CUMPLIR CON EL CALENDARIO

Para la organización Mexicanos Primero, que trabaja para que el derecho a aprender de todos los menores de edad mexicanos se cumpla, se trata de un «ciclo escolar fuera de lo común».

El presidente de la organización, David Calderón, recordó en entrevista que cuando se anunció el cierre de las escuelas, el 20 de marzo, faltaban todavía 56 jornadas escolares (50 de ellas con clases para los alumnos y 6 administrativas).

Para compensar la jornadas que faltan, Mexicanos Primero consideró que se necesitaría «ocupar al menos todo junio y julio».

Con los ajustes anunciados esta semana el cierre de cursos pasó del 6 al 17 de julio luego de que ante la propagación de la enfermedad, la SEP decretó el 14 de marzo un asueto del 20 de marzo al 20 de abril.

Para Calderón la estrategia a distancia de la SEP «es una solución de compromiso, de emergencia», ya que «nunca se van a poder sustituir totalmente las sesiones presenciales»

«Es una forma para que no se detenga el aprendizaje», dijo Calderón.

Esa visión se separa de la de Hernández, quien recordó los maestros «ya se había trabajado la mayor parte del ciclo» con dos trimestres evaluados de tres.

Hernández explicó en el regreso a clases los maestros tendrán que «trabajar mucho la parte socioemocional de los chicos tras el confinamiento y hacer que se sientan bien porque lo principal es su bienestar».

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Los desaparecidos y torturados por el modelo global de educación en casa

El espejo roto

La hegemonía neoliberal se muestra en las prácticas y los enfoques, tanto “regulares” como contingentes, por ello los discursos “radicales”, sin correlato en prácticas razonadas de resistencia resultan significantes vacíos. El capitalismo muta en apariencia y performance según el tiempo histórico, se reacomoda, absorbe parte de las iniciativas del cambio y las hace funcionales a su lógica de dominación. Por ello debemos estar atentos, la agenda de transformación radical también debe cambiar de manera permanente, sin desdibujar el horizonte; no basta con hacer lo que era revolucionario en los setenta u ochenta del siglo XX, resulta que en el presente hay que hacer eso y otras muchas cosas y, seguramente el foco de atención cambio de manera drástica.

Este cambio incesante genera causa una especie de vértigo, una sensación de inestabilidad permanente en las burocracias educativas nacionales, que como “pájaros en grama” buscan en todas las direcciones las claves de lo nuevo que se hace evidente en anuncios de las bancas de desarrollo, los organismos mundiales del capital. Las burocracias educativas acostumbradas a recibir órdenes, buscan el manual que contenga los pasos a seguir para su perspectiva de la transformación de los sistemas escolares; no terminan de entender que el capitalismo incluso requiere una nueva casta burocrática. El viejo modo de entender los sistemas escolares comienza a ser un obstáculo para el capitalismo cognitivo del siglo XXI. A los burócratas neoliberales la ansiedad propia de los “mandaderos” del sistema, le hace estar mirando para todo lado, intentando hallar las respuestas que les resultan esquivas.

Incluso la burocracia educativa “bien intencionada”, aquellos(as) que consideran que las reformas educativas son la mejor solución posible, los ahoga la falta de discusión, debate y análisis crítico. Sin reflexiones estructurales que les permitan comprender lo que está pasando y construir escenarios realistas, la actual aceleración del cambio les impulsa a sentirse atacados, por ello la piel se les pone “de gallina” y reaccionan con recetas de propaganda.

En el campo de la izquierda pedagógica la situación también es dramática. La reflexión estructural sobre las repercusiones de la tercera revolución industrial en lo escolar y educativo fue una agenda esquiva para este campo. Un “tufo” a desprecio por lo tecnológico sirvió para eludir las necesarias discusiones sobre las nuevas perspectivas del capital y la redefinición de las narrativas y prácticas de resistencia.

Todo está cambiando y los sistemas escolares no escapan a ello. La disolución de la vieja escuela, que venimos denunciando desde 2015, comienza a generarse, a abrirse paso. Es tan drástico lo que comienza a perfilarse que la incredulidad es el signo predominante en el magisterio. Pasada el confinamiento preventivo contra la pandemia volveremos a la arquitectura escolar, a los espacios escolares y muchos pensaran que solo se trata de recuperar contenidos y poner nuevamente en marcha la vieja máquina educativa newtoniana.  Esta mirada, formulada para evitar salir de la zona de confort propia de las rutinas escolares, no impedirá que el Ministerio de Educación Planetario, que es hoy la alianza OCDE-Banco Mundial, siga trabajando para destruir la vieja escuela pública presencial que conocimos. La tensión entre presencialidad y virtualidad  se agudizará y es aún impredecible el curso que tomará. Pero lo que sí es evidente es que el capitalismo está empujando el surgimiento de una nueva máquina educativa.

Las terribles cifras previas a la pandemia

En 2018 el Instituto Internacional de estadísticas de la UNESCO publicaba el “eatlas sobre niños fuera de la escuela”, en el cual se indicaba que 258 millones de niños, adolescentes y jóvenes en el mundo entero están fuera de los sistemas escolares, por razones diversas, fundamentalmente vinculadas a la pobreza extrema, la carencia de electricidad y agua potable, las guerras y migraciones forzadas. Esta cifra está compuesta por 59 millones de niños y niñas en edad de estudiar primaria, 62 millones de jóvenes y adolescentes y 138 millones de jóvenes que fueron excluidos y no pueden culminar los últimos años de la secundaria.

Son las llamadas cifras rojas de la cobertura escolar, el eufemismo con el cual se habla de las consecuencias educativas directas del sistema capitalista. A ello se le debe adicionar que por lo menos un 50% de los niños y niñas que asisten a la escuela, pueden allí contar con el alimento que no pueden tener en sus hogares; para ellos la escuela es un espacio de contención social, donde aprender los contenidos es lo adicional. Para muchas niñas, niños y jóvenes la escuela es también un escape al abuso, la violencia intra familiar y la explotación laboral.

En aquellos países donde la educación secundaria no es obligatoria, ello incrementa la exclusión. Alerta UNICEF (2019) que la imposibilidad de acceso cercano a un centro con educación secundaria impedía que 25 millones de niños más pudieran estudiar, de ellos 15 millones niñas y 10 millones niños.

Menos de la mitad de la población del mundo tiene acceso a internet o una computadora. La crisis educativa evidenciada por la pandemia del COVID-19 pone de relieve que el acceso a la internet y a computadoras se convierte en un derecho humano fundamental. Y como hemos señalado en otros artículos, la dotación de computadoras con fines educativos debe ser en un primer orden y momento para las escuelas y en segundo lugar personales para los estudiantes y, los y las maestras y profesores.

En mi artículo “Pongámonos serios ¿educación virtual en casa? (https://luisbonillamolina.wordpress.com/2020/04/10/pongamonos-serios-cada-familia-una-escuela/ ) trabajé el recorrido del paradigma neoliberal, con sus aristas de calidad y pertinencia  que fueron construyendo la cultura evaluativa, requerimiento indispensable para consolidar el paradigma de la “escuela en crisis”. Y para salir de esta “crisis” que el propio neoliberalismo generaba con las reformas educativas permanentes, fueron impulsando políticas internacionales que construyeran las condiciones de posibilidad para el emerger de la educación virtual como “nuevo incluido” que iniciaría la disputa por el presupuesto educativo dedicado a la nómina docente, fomentando la idea de la casa como el nuevo lugar privilegiado para que ocurran los aprendizajes. Estas políticas públicas, impulsadas por el centro capitalista en materia educativa, se abrieron paso a través de:

  1. Acciones de los gobiernos que comenzaron a dotar a los estudiantes de computadores personales para llevar a la casa, no entendiendo que con ello contribuían a relocalizar el epicentro de lo educativo en la casa;
  2. Exclusión de los docentes de estos programas, pues no se les asignaban computadoras, ello para poder mostrar la obsolescencia y desactualización de la práctica docente, haciendo aparecer el saber pedagógico como obsoleto;
  3. De la desinversión en infraestructura tecnológica en los espacios escolares. En muchos países la dotación de computadoras y conexión a internet de las escuelas fue una tarea no abordada. Unas escuelas sin equipamiento ni infraestructura tecnológica, nos mostraban planteles escolares llenos de láminas, papeles y un modelo de educación frontal, centrada en el pizarrón. La escuela deliberadamente fue inducida a abandonar su rol de epicentro del saber y forzada a reconvertirse en museo de lo educativo. La contención social y el encuentro humano pasaron a ser las tablas de salvación de una escuela que perdía su capacidad de explicar y trabajar desde lo nuevo;
  4. La carencia de nubes educativas por parte de los ministerios de educación, que dejaba en manos de las trasnacionales de la informática y las corporaciones educativas la generación de contenidos educativos digitales;
  5. El sostenimiento del modelo frontal de aprendizaje impedía el desarrollo de novedosas formas de aprendizaje usando el desarrollo científico-tecnológico;
  6. Unas políticas de formación de formadores que desestimaban el vínculo de lo pedagógico con la aceleración de la innovación científico tecnológica y en otros casos, que hacían de los enfoques sociológicos una forma de ocultar la despedagogización que promovía el capitalismo neoliberal;
  7. Del cumplimiento del currículo preestablecido a la progresiva construcción de un currículo hecho a la medida de las exigencias de las pruebas estandarizadas, tipo PISA-OCDE, LLECE-UNESCO, se fue ocultando el hecho que lo que estaba en crisis era el currículo pre-establecido, que para cambiar la escuela había que destruir la vieja noción de currículo, pero la autonomía escolar suele asustar a todes, tanto de derechas como de izquierdas;

Los desaparecidos del modelo neoliberal de educación en casa

El control epidemiológico del Coronavirus llevó a la sociedad mundial al confinamiento en sus casas. El 24 de marzo de 2020 la UNESCO advertía que 1.370 millones de niños y niñas estaban fuera de las escuelas, es decir, el 80% de los estudiantes registrados. La mayoría de gobiernos, como en una película de Walt Disney expresaron que se garantizaría el derecho a la educación mediante la “educación en casa”, “educación en familia”, “cada familia una escuela”; el paradigma neoliberal de la sociedad educadora se imponía en todo el orbe. En realidad, la transferencia de las responsabilidades educativas de los Estados a las familias dejaba en estado de in indefensión a millones de seres humanos.

Para que la casa sea el escenario contingente de lo escolar se requería de partida que en el hogar de cada uno y una de los estudiantes existiera por lo menos una computadora y conexión internet; y ello sin contar los hogares con más de estudiantes, padres docentes y o quienes laboran en el teletrabajo. Sin embargo, el Informe de “We are social y Hootsuite (2020) señala que solo el 59% de la población mundial tiene acceso a la internet, es decir 4.5 billones de personas y que la tendencia es que se privilegie la conexión a través de celulares por encima de las de computadores personales.  El dato relevante en términos de inclusión y cobertura educativa es que un poco más del 40% de la población mundial no tiene acceso a internet. Continua el citado informe señalando que, a nivel mundial, “más de 5.19 billones de personas usan ahora teléfonos móviles” (We are Social y Hootsuite, 2020). Dos cosas nos interesan resaltar de este último dato, la primera que aún más de dos mil millones de personas no usan un celular y el segundo, que pareciera que la estrategia de comunicación educativa debería reorientarse hacia la computadora de bolsillo que es el celular; ello encuentra enormes resistencias entre los docentes, sobre todo por el tamaño de las letras y formatos, pero también porque no se les ha enseñado a usar pedagógicamente el celular. Por el contrario, hasta hace semanas el celular se prohibía en muchas ciudades y escuelas del planeta.  El dato relevante sigue siendo la imposibilidad de cobertura 100% en la “estrategia contingente de educación virtual en casa”, pareciera que un mínimo del 40% queda fuera del alcance de esta iniciativa. En Estados Unidos solo 57 de cada 100 personas tiene un computador personal, esta cifra es aún más baja cuando se estratifica por estratos sociales y profesiones. Los docentes suelen ser una de las profesiones que más tiene computadores personales en casa, pero las cifras de los gremios de América latina ubican esta cantidad por debajo de la media norteamericana. Es decir, muchos de los docentes sobre los cuales se soporta la propuesta de educación virtual en casa no cuentan con computador para ello; comienzan a ser los primeros desaparecidos de la estrategia educativa de los ministerios de educación.

El 21 de abril, el Task Force de trabajo docente publicaba en el portal de UNESCO que de los 1.730 millones de niños, niñas y jóvenes en casa, 826 millones no tienen acceso a computadora en el hogar, mientras que 706 millones no tienen acceso a internet a casa; es decir el 50% de la población estudiantil. Estas cifras varían según el país y la región, pero en ningún caso la cifra es menor del 40% sin internet ni computadora. Es decir, mientras los gobiernos declaran la “continuidad” de lo educativo, millones de niños, niñas y jóvenes han desaparecido de los sistemas escolares.

Son estos nuevos desaparecidos de la educación, los que no aparecen en los discursos de las burocracias educativas. Este hecho, nos hace recordar el tristemente célebre discurso de un dictador del cono sur en los finales de los setenta del siglo XX cuando se le increpaba por los desaparecidos y contestaba “simplemente no están”. Precisamente ¿Dónde están esos millones de niños, niñas y jóvenes que hasta febrero contaban con una escuela pública para estudiar? Más allá de la crisis previa de lo escolar, era innegable el papel socializador de la escuela, por ello responder por los desparecidos de lo educativo se convierte en el grito mundial del presente.

Los torturados por el modelo de educación en casa

Aquellos privilegiados que cuentan con una computadora en casa viven otro drama, el de la tortura por lo educativo como nueva normalidad cotidiana. Primero, las familias tienen que priorizar y decidir sobre los tiempos de uso del computador de casa y la conexión, cuando son varios los integrantes del núcleo familiar que se disputan el acceso al equipo y la internet.   Esto se agudiza en aquellos países y lugares donde los cortes de luz, el racionamiento eléctrico son una constante, donde la conexión es inestable o solo disponible en determinados horarios.

Segundo, para los “desaparecidos de facto”, aquellos que no tienen forma de conectarse para resolver las tareas y continuar en la “normalidad escolar” en tiempos de Coronavirus, la angustia, el estrés por sentirse excluidos se convierten en una cruel tortura emocional y cognitiva. Es la toma de conciencia abrupta respecto a la exclusión social en la que vivían, a la par que sienten amenazada la posibilidad de salir de la pobreza a través del estudio, idea que sembró el liberalismo educativo.

Tercero, el aprender a manejar “plataformas educativas digitales” que desconocían hasta entonces. Y aprender en plural, porque ello se convirtió en un ejercicio de madre, padre, abuelos, tíos y estudiantes; todo aquel que coadyuvaba al aprendizaje en el hogar tuvo que dar el “salto a lo tecnológico” en un tiempo breve, sin manuales, ni clases metódicas. Ello también depende del capital cultural de una familia, porque en algunos casos contar con computadora e internet no resulta suficiente; entonces hay que pedir “auxilio” a alguien externo en medio de la cuarentena.

Cuarto, para los y las maestras y profesores, en su mayoría nacidos antes del clip tecnológico que trajo la década de los ochenta, quienes vieron lo tecnológico como entretenimiento y no en su impacto en el cambio del paradigma educativo, ahora deben reaprender lo pedagógico en un contexto digital. Y el único referente que tienen son los cursos a distancia, del tipo “academia americana”, con textos para leer y llenar respuestas, o la televisión educativa de los setenta con libros para llenar a partir de los videos pregrabados, solo que ahora con computadora, celular y cámara digital. Maestros y profesores que no recibieron formación previa por ello y hoy en un neo darwinismo social son lanzados a un “cada quien resuelva como mejor pueda”. Esa entropía está generando una fragmentación de lo educativo como no habíamos visto en décadas, quizá desde los inicios de la escuela moderna. Para colmo tienen a los directores y supervisores exigiéndoles el cumplimiento de la planeación curricular; lo importante es el cumplimiento de la administración curricular en cualquier contexto. También es justo decir, que estos directores y supervisores son fustigados para que envíen los reportes sobre el “cumpli-miento” (así, con guión intermedio) escolar, para que las altas jerarquías educativas puedan comunicar que “todo marcha bien”.

Quinto, el volumen de contenidos y tareas que le llegan a les estudiantes como educación bancaria virtual es impresionante; pasan cada día cinco, seis y hasta ocho horas resolviendo las guías, cuestionarios, dibujos, ejercicios, crucigramas, sudokus,  etc., en la lógica comunicacional unidireccional. En muchos casos los videos enlatados que les envían son de trasnacionales de la educación. Esta dinámica está enviando a millones de estudiantes a los brazos del “Dr. Google”, a la copia mecánica e irreflexiva de contenidos.  Además, nadie tenía previsto este largo encierro en casa, por lo que las hojas de papel, los lápices y plumas, los borradores y los colores comienzan a escasear; no hay margen para el error, cada hoja es valiosa, cada grafito puede ser el último que se consiga.  Como en un reality show educativo se compite por la hora de entrega.  Estudiar se esta convirtiendo en una carrera de obstáculos en casa, en una tortura que no garantiza aprendizaje alguno

Sexto, los padres, madres, hermanos, tías ya abuelos que tienen que dedicar horas de su tiempo para recordar contenidos que hace muchos años no usan, reaprender como se hace ahora y aprender cosas de las que nunca habían escuchado.  Eso pudiera sonar fascinante a no ser porque ello se hace compitiendo con el tiempo necesario para sobrevivir, en medio de cifras espeluznantes que hablan de 2.000 millones de trabajadores informales, 1.200 de ellos altamente precarizados que viven el día a día.  Tienen que estudiar con sus hijos e hijas mientras resuelven cómo llevar un bocado de pan a la mesa.

Séptimo, les maltratades por la cultura patriarcal, la misoginia, el machismo en las casas. Las opresiones afloran en los encierros forzados como magistralmente lo escribiera José Saramago en “la ceguera”. Para muchas mujeres y niñas la escuela presencial era también un lugar para escapar por horas al trato inhumano en casa, así como para los más pequeños quienes sufrían el maltrato infantil. La escuela presencia no es perfecta y tenemos que colocarla patas arriba, pero ese es tema de otro artículo.

Todos los actores del hecho educativo estamos siendo torturados y algunos replican la acción. Con esta política de “educación en familia” la casa, pasa a ser un lugar para tortura mentes y muertes, para adormecer conciencias, en un proceso de ensayo de educación virtual que más se parece a un lavado cerebral. La casa tiene que ser un espacio educativo basado en el diálogo, el encuentro, el aprender haciendo, el aprendizaje amoroso y, esta situación de contingencia debería concentrarse más en ello.

NO quiero que me desaparezcan ni torturen ¿Qué hago?

La vieja escuela no servía para construir hombres, mujeres y sexo diversos libres, pero estas pasantías de educación virtual en casa elevan de manera exponencial el modelo de educación para la servidumbre y la repetición. Primero, tenemos que abrir un debate global sobre esta situación; segundo, pasar del debate a la acción, como lo están haciendo los universitarios de Galicia promoviendo la primera huelga virtual, pero esta huelga tiene que ser mundial.  En consecuencia es urgente construir espacios de articulación estudiantil, de maestras y profesores, de familias, de pedagogos críticos de sindicatos y gremios, de generadores de opinión crítica; tercero, hay que comenzar a pensar esa otra escuela, sin currículo preestablecido, con algunos estándares consensuados por grado o año escolar, pero además, construir otro modelo de formación de profesores basado en colectivos pedagógicos, que rescaten el saber pedagógico y la acción educativa para aprender a pensar.

*Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2020/04/27/los-desaparecidos-y-torturados-por-el-modelo-global-de-educacion-en-casa/

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Las nuevas cárceles

Escrito por: Luis Miguel Alvarado Dorry

“La realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera, ninguna realidad es dueña de sí misma, esta realidad está así porque de este modo sirve a determinados intereses del poder” (Freire, 2006, pág. 71)

Actualmente las realidades y necesidades de les estudiantes, docentes y familias se enfrentan a la incertidumbre laboral, sea formal e informal y, resguardarse para evitar el contagio del coronavirus COVID-19, aunado a esto, el encierro, la falta de interrelación y socialización, y las exigencias de las autoridades educativas mexicanas en construir y distribuir cuadernillos (virtuales y físicos) con actividades escolares, planeaciones, evidencias, entre otras, con el fin de cubrir lo más posible el currículo para salvar el ciclo escolar, minan los espacios de confinamiento e incrementan los niveles de estrés de les protagonistas educativos.

En este artículo hago unas reflexiones y evidencio otras a partir de pequeños acontecimientos de nuestras neocotidianidades y neoconvivencias que dan cuenta cuán importante son las escuelas como espacios físicos de socialización y con-vivencias.

 

Una breve narrativa

Un sábado de abril, me levanté de la cama luego de despertarme, me dirigí al espejo y me vi la gran melena que tenía, esta, provocada por el tiempo. A casi un mes de confinamiento, evitamos salir lo más posible por el temor al contagio, a su vez, contagiar a nuestra familia y, solo para poder cortarme el cabello no lo vi tan necesario.

Recordé que tenía una máquina para cortar cabello que me había regalado hace tiempo mi madre, en seguida,  coloqué un espejo grande encima de una mesa, con el fin de verme en el reflejo a la hora de cortarme el cabello, conecté una extensión para poder conectar la rasuradora y, dispuse a raparme.

Mi compañera de vida me apoyó con la parte trasera donde mi vista no podía llegar, detallando el corte, no fue hasta que, mi hijo de cuatro años, me dijo que él también quería cortarse el cabello como yo. Era mi primera experiencia en el corte de cabello y, una vez que terminó mi compañera de vida de dar los últimos retoques, me dispuse a cortarle el cabello a mi hijo.

En ese escenario, recordé algunas películas sobre reclusorios, celadores y recluses, en donde les recién llegades a las cárceles para cumplir su condena, les rapan como medida de higiene, disciplina y, una vez homogenizades, para evitar fugas. En ese momento, sentí y me vi en los zapatos de un recluso al observar que, encerrades hace casi un mes a causa de la contingencia sanitaria provocada por el coronavirus COVID-19, el corte de cabello homogenizado con mi hijo por la falta de habilidad al respecto y, solamente movernos hacía la cocina, sala, recámaras, patio y garaje sin poder ver ni salir hacia las calles, con la añoranza de que todo esto transcurra lo más pronto posible para poder visitar a nuestres seres queridos.

Por lo anterior, ¿qué delito cometimos para estar encerrades y, al parecer, todavía no existe sentencia alguna? Nuestros hogares se han convertido en nuestras nuevas cárceles y, no me refiero a no querer estar y permanecer en ella, sino que, el temor, nos obliga a permanecer y evitar el encuentro con nuestras familias, amigues y compañeres de escuela y de trabajo.

Las nuevas cárceles y les nuevos recluses empezamos a sufrir angustias e incertidumbres, principalmente, por el bienestar de nuestras familias y amigues y, por la impotencia de no poder ayudar a las demás personas; nuestras convivencias con les otres se han reducido a una llamada telefónica, escribir mensajes de textos o una videollamada en su caso. Mandar besos, abrazos, caricias y expresar todo tipo de emociones y sentimientos a través de un dispositivo. Esto, se ha convertido hoy en día en los nuevos modos de convivencia, la tan mencionada digitalización-virtualización de nuestra cotidianidad.

Mientras que, les más pequeñes, aun explicándoles sobre el tema y de nuestras condiciones, a diario preguntan ¿hasta cuándo podremos salir a la calle? Cada lunes me preparo para salir de casa a comprar frutas, verduras y agua, con las medidas de seguridad pertinentes; cuando mi hijo me ve, me dice rápidamente “quiero ir contigo” y en mi negativa, observo la tristeza en sus ojos.

Un día me pide subirme a su resbaladilla (deslizadero o rampa) que le compramos hace un par de años, mi respuesta fue “no, porque estoy muy grande y pesado y, al subirme, puedo quebrarla”, empezó a caminar pensando en qué jugar, se vuelve a dirigir a mi preguntándome “¿papá puedes subirte a mi triciclo?, tú te subes al rojo y yo en el azul” volví a responderle lo mismo.

Ante esto, mi hijo empezó a caminar y pensar, su aseveración fue “creo que necesitamos otro niño o niña”, en consecuencia, asevero acerca de la importancia que tiene la escuela como espacio de coexistencia con les otres, de socialización, de con-vivir, es decir, de vivir con otres, a este proceso Rubén Reinoso [1] afirma que “el cerebro, es el único organismo que se termina de desarrollar producto de la interacción social, hay un fenómeno biológico llamado neotenia”. En este sentido, investigaciones del historiador Yuval Noah Harari (2014) menciona que, este hecho, fue causado por la evolución humana de hace aproximadamente 2.5 millones de años, en donde la crianza y educación de les niñes no solo estaba en manos de la madre o el padre, sino que era necesario el apoyo de la familia y otres miembros del grupo, por lo tanto, “la evolución favoreció a los que eran capaces de crear lazos sociales fuertes” (pág. 22), es pues, la escuela, un lugar importante para el desarrollo integral de las capacidades de los seres humanos en presencia física de les otres.

En esta este contexto, el acelerado interés del sistema capitalista neoliberal que aprovecha el confinamiento, espacio otorgado por la pandemia, que denominé en mi artículo anterior como prueba piloto del capitalismo en el advenimiento de la cuarta revolución industrial [2], intenta destruir los imaginarios colectivos de encuentro y con-vivencias cara a cara con el hito de crear sociedades totalmente virtualizadas, individualistas y con ideologías autosuficientes y aisladas. La pandemia evita, en este tiempo, nuestras relaciones sociales físicas confinándonos a nuestras nuevas cárceles, mientras que, el capitalismo tecnológico y cognitivo, pondera la virtualización de las relaciones interpersonales y del acto educativo, con ello fragmentar las cosmovisiones colectivas.

 

La vocación obligada

Por lo que respecta a niñes, jóvenes y adultes, ensayan y construyen, en sus nuevas cárceles devenidas de la contingencia sanitaria, neoconvivencias y neocotidianidades, es decir, pasan mayor tiempo en la digitalización-virtualización, unes por la excesiva carga curricular virtualizada para salvar el ciclo escolar presionades por sus docentes y, estos a su vez, por las autoridades, pero les han preguntado siquiera ¿cómo están emocionalmente?¿disponen de al menos un dispositivo electrónico y conectividad para hacer sus tareas? Y para aquellos que no cuentan ni siquiera con luz eléctrica ¿quiénes les resolverán sus dudas? ¿sus familiares? ¿y si estos no cuentan con los conocimientos adecuados? A las autoridades no les importa, al parecer, solo les interesa salvar el ciclo escolar, pero ¿cómo se evaluarán? O ¿qué evaluarán? ¿aprendizajes, conocimientos o información? ¿dónde queda la evaluación formal e integral? ¿Cómo se evaluarán las subjetividades de les estudiantes? Interrogantes que las organizaciones gremiales del magisterio, docentes de izquierdas, las pedagogías críticas y educaciones populares deben plantearse y entrar al debate para poder protegerse de la peligrosa instrumentalización de la razón en donde, las subjetividades, se reducen a la lectura de instructivos preestablecidos que reducen la libertad del pensamiento, con el hito de la construcción de seres explotados cognitiva-corporalmente y de consumo.

Otres grupos de niñes, jóvenes y adultes, solo se la pasan entretenidos con los dispositivos diversos como la TV, teléfonos inteligentes, computadoras, videojuegos entre otros, pertenecientes al complejo industrial cultural (Bonilla-Molina, 2018), ambos consumen acríticamente informaciones de todo tipo, por lo tanto, quedan expuestos a la alienación de los intereses del neoliberalismo salvaje, les excluides solo se la pasan sobreviviendo y añorando regresar a las aulas.

En este sentido, ¿les estudiantes están más interesados en regresar a la escuela para cubrir el currículo? O quisieran regresar para jugar, para rozarse, abrazarse, contarse todo lo que hicieron en casa y de sus añoranzas que tuvieron. Si las pedagogías, las educaciones y nuestras prácticas docentes están dirigidas con base a los intereses de les estudiantes, por lo tanto, hay que dejarles hacer lo que quieran hacer, cuidando que todo esto, este bajo el marco del respeto, sin embargo, las autoridades educativas distan de estos intereses y, su único hito es, cubrir lo más posible el currículo del programa para poder salvar el ciclo escolar, se observa entonces que, el modelo educativo neoliberal, dista de los intereses de les estudiantes e impone sus propios.

Por lo anterior, las autoridades inmediatas en Chiapas, México han dictado a manera de cascada en la estructura vertical para que, les Asesores o Auxiliares Técnico Pedagógico y docentes frente a grupo, construyan cuadernillos de actividades que emanen de los planes y programas de estudio o bien se apoyen en unos que ellas mismas construyeron para distribuirlos vía digital para los que cuenten con al menos un dispositivo y conectividad, les demás, donde no existe ni siquiera electricidad, mucho menos señal telefónica, se espera e invita a que les docentes por «vocación», a mi perspectiva más por obligación, a distribuir casa por casa o bien escuela por escuela esos cuadernillos.

En este contexto, las autoridades educativas están más preocupados no por salir de la crisis sanitaria, sino por la manera de evaluar los «aprendizajes» y salvar el ciclo escolar, dan instrucciones para distribuir los cuadernillos con el fin de que les estudiantes repasen los contenidos, a mi parecer, estas acciones van en contra de uno de los derechos fundamentales como la salud, de les docentes, familias y estudiantes, por lo tanto, a su derecho de vivir, exponiendo a todes al contagio, sin embargo, les docentes debemos exigir y buscar las maneras de manifestarnos contra este tipo de acciones, pues, cerca de que les estudiantes aprendan, se pondera aún más la instrumentalización de la razón y el contagio.

Contrario a estas acciones en donde, las autoridades educativas de Chiapas, México, llevan a cabo desde el 20 de abril en la reanudación de las clases virtuales y la distribución de cuadernillos en nuestras nuevas cárceles, Vigotsky (1979) asevera que, el aprendizaje y el desarrollo cultural se construyen en presencia e interacción con les otres.

Lo que debemos hacer y exigir primero les docentes, es esperar a salir de la crisis sanitaria, para luego, buscar los caminos no para cubrir los currículos y atiborrar de contenidos y tareas a les estudiantes, sino atiborrarles de juegos, de presencia, de existencia, de con-vivencias, de encuentros, es decir, de otredad.

Para mitigar el encierro obligatorio en nuestras nuevas cárceles varios artículos digitales invitan a establecer rutinas, hora de despertarse, de asearse, de desayunar, comer y cenar, de jugar, de hacer deporte, de charlar con les compañeres de encierro, de descanso, y al otro día lo mismo ¿qué dista de la vida en un reclusorio? O ¿de un “panóptico?  (Foucault, 2008, págs. 88-89), estas megacárceles se han reducido en minicarceles llamados «casa», «hogar» o domicilio y, dentro de ellas, todes nosotres, los recluses.

Si bien es cierto que, en muchos espacios familiares en este confinamiento, se fortalecen los lazos familiares que tanto habíamos anhelado, pero por nuestras vidas apresuradas y falta de tiempo no podíamos construirlas, otros tantos, se ha incrementado las violencias intrafamiliares, exclusiones, acosos, etc. Es decir, para el segundo grupo, el confinamiento, se ha convertido en verdaderas neocárceles.

En los reclusorios, las autoridades penitenciarias imponen tareas a los recluses para su readaptación, mientras que, las autoridades educativas mexicanas en educación básica, imponen cuadernillos de actividades, ver videos de hasta 50 minutos, entre otras actividades virtualizadas, con el fin de “entretener” y “readaptar” los tiempos y modos de les estudiantes y docentes, más no para desarrollar el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje, porque para esto, se necesita de la presencia física e interacciones cara a cara de todes les actores educativos, en las escuelas.

Por lo anterior, las educaciones populares, pedagogías críticas y el magisterio en resistencia no debemos dar las espaldas a las tecnologías, sino que las tres primeras, debemos repensar en la construcción de una estrecha relación dialéctica con las segundas con el hito de humanizarlas, es decir, las tecnologías humanizadas, las pedagogías críticas, las educaciones populares y el magisterio en resistencia, colaboremos en la construcción de sociedades justas, con respeto a la diversidad y a nuestra Madre Tierra, más humanas y humanizantes.

 

Las bondades, la entrega

El capitalismo cognitivo y tecnológico está tratando por todos los medios de apoderarse de los sistemas educativos en todo el mundo, con el hito de construir, a partir de esta prueba piloto, neosociedades y neoconvivencias, confinados en nuestras nuevas cárceles. Ante esto las grandes corporaciones y emporios digitales-virtuales como Google, Microsoft, Facebook, GSM, Weidong, Zoom, KPMG, Coursera, entre otros no menos importantes, dueñas de un cúmulo sobre contenidos escolares, técnicos educativos, base de datos, inteligencias Artificiales (IA), entre otras innovaciones, ofrecen de manera gratuita espacios educativos virtuales, sin embargo, a mi perspectiva, detrás de esas bondades se oculta las enormes informaciones de transferencia no solo de la base de datos de estudiantes y docentes, sino que también de todo el proceso educativo.

De lo anterior, en esta prueba piloto del capitalismo cognitivo y tecnológico, nosotres les docentes, no le daremos los contenidos a los emporios de innovaviones científicos-tecnológicos y  a sus IA, porque ellos son los dueños de estos, empero, les otorgaremos en cada clase virtual de manera gratuita e inocente, nuestras prácticas, nuestras formas de organizar el grupo, nuestras actividades, el tiempo, las maneras de convivencia y motivación hacia nuestres estudiantes, las formas de relacionarnos, es decir, les daremos toda nuestra subjetividad y nuestra esencia, esto les servirá con el fin de dar los últimos ajustes a las Inteligencias Artificiales para su perfeccionamiento, lo que provocará, en un tiempo no muy lejano, seamos reemplazades [3].

Sin duda, estas aseveraciones no van en contra del uso de las tecnologías en las escuelas, en las aulas y en la vida escolar, pues somos seres tecnológicos, en este sentido, Noah Harari (2014) menciona que “en comparación con otros animales, los humanos nacen prematuramente” (pág. 22) sin garras, grandes colmillos, sin olfato, oído y vista aguda, pero fuimos recompensado con el enorme cerebro, sus diversas funciones y capacidades que nos dotó la evolución. El mismo historiador da cuenta de sus hallazgos en donde se encontraron “utensilios líticos” hace aproximadamente 2.5 millones de años, mientras que hace 300,000 años, el hombre ya había “domesticado” (pág. 26) al fuego, hoy se viaja a la luna, se desarrolla la inteligencia artificial, entre otras innovaciones tecnológicas. Sin embargo, estas innovaciones tecnológicas deben estar bajo las cosmovisiones de la ética, estética y lo más humanamente posible con el fin de beneficiar a todas las poblaciones sin exclusión alguna.

Las sociedades exigen conectividad y dispositivos tecnológicos en todos los territorios, mientras que les docentes exigimos capacitaciones como mero “adiestramiento”, los gobiernos nos lo darán, será el as bajo la manga del sistema capitalista bajo la premisa «construir las necesidades, para luego poner las soluciones a disposición» con el hito de apoderarse de toda las infraestructuras construidas y otorgadas por los gobiernos corruptos, con el fin de llegar hasta lo más recóndito del planeta, no para cerrar las brechas, sino para alienar la mayor cantidad de subjetividades, apoderarse de los territorios, privatizar la educación y, obtener la mayor ganancia posible a costa de la explotación salvaje de nuestra madre tierra y de la vida de las personas, con estas exigencias, aceleraremos nuestras sentencias a una cadena perpetua en nuestras nuevas cárceles.

 

A modo de cierre

Por todo lo anterior, Freire (2006) asevera que “La realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera, ninguna realidad es dueña de sí misma, esta realidad está así porque de este modo sirve a determinados intereses del poder” (pág. 71), en este marco, el problema y uno de los grandes retos del magisterio en resistencia es la deconstrucción de nuestras concepciones que tenemos sobre la educación (presencial y virtual) y, de su peligrosa instrumentalización de la razón, esto debido a que docentes, estudiantes y familias estamos alienados a la espera de instrucciones para poder llevar a cabo las actividades escolares en este confinamiento, en donde, cerca de generar aprendizajes, dista mucho de ello y provoca una acumulación de información acrítica que evita el libre pensamiento.

En efecto, mientras no haya instructivos o manuales, les actores educativos nos mantenemos siempre como espectadores, a la espera que otres, desde otros contextos y realidades los construyan bajo sus particulares intereses, ente esto Freire (2005) menciona que “[…] el único modo correcto de pensar, desde el punto de vista de la dominación, es evitar que las masas piensen” (pág. 118), del mismo modo advierte que “el problema radica en que pensar auténticamente es peligroso” (pág. 54) peligroso en el sentido que, las masas, exigiremos dar cuenta de nuestras condiciones miserables en las que nos encontramos.

En este sentido, desde nuestras particularidades y contextos, el magisterio en resistencia tenemos que exigir-nos, con base en la relación dialéctica individual-colectivo y lo presencial-virtual, la construcción de alternativas educativas en las que luchemos juntes  y entre todes,  en palabras de Freire por “una educación que enseñe a pensar y no por una educación que enseñe a obedecer”.

Del mismo modo, el magisterio en resistencia debemos exigir a los gobiernos la construcción de plataformas educativas digitales-virtuales con la participación de nosotres les docentes, nuestres estudiantes y las familias, estas plataformas serían propias de la nación sin ofertarles nuestras subjetividades y base de datos a las grandes corporaciones antes mencionadas que acechan a nuestro sistema educativo nacional con miras a privatizarlo, sino que esta, sea de carácter nacional, pública, gratuita, inclusiva, de calidad y popular.

Una vez construidas, estas, nuestras plataformas, educarnos en ella desde la presencialidad no como meros centros de acopio, sino que nos problematice a nosotres docentes, a les estudiantes y familias, con el hito de construir unas educaciones y escuelas diferentes, unas educaciones y escuelas tecnológicamente humanas y humanizantes, unas educaciones y escuelas glocales.

Termino con algunas aseveraciones y exigencias de mi hijo al preguntarle del por qué le gusta ir a la escuela, su respuesta fue contundente “porque ahí hay niños y niñas y, porque me gusta jugar y aprender, correr, tocarlos y verlos”.

Palabras Claves: Educación, Neoconvivencia, Neocotidianidad, Con-vivir, Niñes, Socialización, Razón Instrumental, Alienación, Virtualización, Nuestras Plataformas, Inteligencias Artificiales, Capitalismo Cognitivo y Tecnológico, Pedagogías Críticas, Educaciones Populares.

Referencias

Bonilla-Molina, L. (2018). Mafaldas o Zombis. El complejo industrial cultural en el siglo XXI. Caracas: Ediciones OVE.

Foucault, M. (2008). Nacimiento de la biopolítica: curso en el Collage de Francia: 1978-1979. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI editores S.A. de C.V.

Freire, P. (2006). El grito manso. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI.

Harari, Y. N. (2014). De animales a dioses. Breve historia de la humanidad. Ciudad de México: DEBATE.

Vygotski, L. S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Crítica.

[1] https://www.youtube.com/watch?v=-HHITyfdscM

[2] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/343543

[3] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/344408

Fuente: El autor escribe para OVE

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¿Se deberá adaptar el modelo VARK a las clases en línea?

Por: Paulette Delgado

Según el modelo VARK, todo estudiante posee un estilo de aprendizaje propio. ¿Deben los docentes adaptar sus clases para complacer a todos?

Al igual que en un salón de clases tradicional, cada estudiante aprende de manera diferente en línea, por lo que ante la adopción generalizada de la enseñanza remota de emergencia, los educadores deben aprender a equilibrar las necesidades de aquellos estudiantes que prefieren estudiar solos a aquellos que extrañan la socialización en la escuela. Para esto, es importante que el maestro tome en cuenta los distintos estilos de aprendizaje ya que ayudará a los estudiantes a enfrentar los retos de aprender desde su casa.

El modelo VARK (Visual, Aural, Read/Write, Kinesthetic) estudia los cuatro sistemas representacionales básicos de la programación neurolingüística (PNL) que se pueden dividir en cuatro tipos de aprendizaje: Visual,  Auditivo, Lectura / escritura y Cinestésicos. Este modelo ha existido por años, pero no fue hasta 1987 que el maestro Neil Fleming desarrolló un cuestionario que ayudó a los educadores y alumnos a distinguir qué estilo de aprendizaje se ajusta mejor a ellos. Tanto la Universidad Estatal de Carolina del Norte como la organización VARK realizaron pruebas donde identificar qué tipo de estilo de aprendizaje tiene cada alumno.

Estilos de aprendizaje (según el modelo VARK): 

  1. Alumno visual: este alumno es aquel que aprende mejor cuando la información la pueden visualizar y recordarla así después. Son aquellos que prefieren las clases con apoyos visuales como flechas, puntos, videos o cualquier forma que demuestre jerarquía de información. Suelen aprender mejor cuando la presentación se les presenta en cuadros y diagramas en lugar de diapositivas secuenciales. La Universidad de Illinois Springfield (UIS) los describe como alumnos tranquilos que prefieren estudiar solos, por lo que adaptarse al entorno en línea no es difícil, más porque muchas clases tienen todo por escrito, con gráficos y resumido.

  2. Estudiantes auditivos: estos son los alumnos que aprenden mejor escuchando, por lo que muchas veces repiten la información en voz alta para recordarla. También son aquellos que prefieren no tomar nota para prestar más atención a lo que escuchan y concentrarse en eso. Según la UIS, se benefician de hablar con otros ya que escuchan al otro hablar del tema o ellos lo discuten en voz alta.

  3. Alumno de de lectura / escritura: son aquellos que aprenden mejor al leer y escribir, incluyendo leer la información de presentaciones, folletos o sintetizando el contenido, no solo leyendo libros, también son buenos realizando investigaciones en línea. Se acoplan fácilmente al modelo online ya que mucho material de un curso en línea está por escrito

  4. Alumno táctiles / cinestésicos: este tipo de alumno es aquel que prefiere la práctica o ejercicios ya que tienden a involucrar todos su sentidos al aprender. Son aquellos que prefieren las demostraciones o experiencias prácticas o de campo. En el caso de aprendizaje en línea, se benefician de gráficas tridimensionales o experimentos que pueden hacer desde su casa para después comentarlas en los foros virtuales y con sus compañeros.

Lo que Neil Fleming quería lograr al desarrollar esta teoría era un modelo que ayudara a los maestros a acoplar sus clases a distintas maneras de aprendizaje y así enseñar mejor y de manera un poco más personalizada a sus alumnos. Abby Knoll, estudiante de doctorado de la Universidad Central de Michigan, enfocada en estilos de aprendizaje dijo que: “A los maestros les gusta pensar que pueden llegar a todos los estudiantes, incluso a los estudiantes con dificultades, simplemente adaptando su instrucción para que coincida con el formato de aprendizaje preferido de cada estudiante”. Pero esta mentalidad puede resultar en una arma de doble filo ya que algunos alumnos lo han utilizado como excusa para justificar sus malas calificaciones y culpar a sus maestros de que no adaptarse a su manera de aprender.

¿Realmente funciona el modelo VARK?

Aunque la teoría de los estilos de aprendizaje es ampliamente conocida y estudiada, hay muchos que critican este enfoque de  aprendizaje. Un estudio publicado en Anatomical Sciences Education donde alumnos responden el cuestionario VARK,  descubrieron que a pesar de asignarles actividades personalizadas de acuerdo a su estilo de aprendizaje, estos no mejoraron sus resultados académicos. La autora del artículo, Polly R. Husmann, cree que los alumnos ya habían formado sus hábitos de estudio y por más interesados que estuvieran en su estilo de aprendizaje, les costaba mucho romper con sus costumbres.

«Creo que como un ejercicio puramente reflexivo, solo para hacerte pensar en tus hábitos de estudio, [VARK] podría tener un beneficio pero la forma en que hemos estado categorizando estos estilos de aprendizaje no parece sostenerse», señaló la Dra. Husmann. Otro estudio publicado en el British Journal of Psychology, descubrió que los alumnos simplemente preferían palabras o imágenes, pero que esto no significaba que facilitara el  aprendizaje. Esto confirma lo dicho por Husmann, respecto a que los estudiantes se centran en aprender según lo que ellos creen que es su estilo, no porque realmente les ayude a aprender mejor, lo que a la larga les puede perjudicar.

Estilos de aprendizaje vs. Habilidades

Por otro lado, un artículo del Journal of Educational Psychology no encontró relación entre las preferencias de aprendizaje y el desempeño académico. Los autores concluyeron que lo mejor sería que los maestros dejen de orientar sus lecciones según un estilo de aprendizaje particular y enfocarse en fortalecer todas las habilidades. Por ejemplo, dejar de enfocar las clases en alumnos auditivos y ayudarlos a fortalecer sus habilidades visuales.

Aún así, esto no significa que todos los alumnos sean buenos en todas las habilidades posibles. Según Daniel Willingham, psicólogo de la Universidad de Virginia, más que tener estilos de aprendizaje, la gente tiene habilidades diferentes, por eso algunos aprenden mejor leyendo y otros escuchando. También depende de lo que se quiera estudiar, por ejemplo, para aprender otro idioma no se puede visibilizar la pronunciación, se tiene que escuchar y repetirlo para perfeccionarlo.

A pesar de la controversia detrás del tema, tanto Willingham como Husmann concluyen que no es perjudicial creer en los estilos de aprendizaje. El primero dice que lo mejor es ver estos estilos como herramientas y pensar cuál es la que mejor ayuda a los alumnos a aprender, ya que todos pueden pensar en palabras o imágenes. Mientras que Husmann advierte que lo más importante es concentrarse en la lección, más que en cómo aprenderla; por ejemplo, si se aprende un idioma, concentrarse en lo auditivo más que en imágenes o gráficos.

Al final, cada persona tiene una forma distinta de recopilar, analizar y memorizar la información, el reto es saber cómo abordar las diferentes habilidades de los alumnos y adaptarlas al entorno en línea, para que el alumno siga aprendiendo de manera remota, eligiendo qué habilidad o herramienta les funciona mejor.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/adaptar-el-modelo-vark-a-las-clases-en-linea

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Perú: Aprendo en Casa: adolescentes de regiones elaborarán mural virtual sobre educación remota

América del Sur/Perú/26-04-2020/Autor(a) y Fuente: www.andina.pe

Iniciativa «Voces por el cambio» es liderada por la ONG Terre des Hommes Suisse, Naciones Unidas y Unicef.

Niños, niñas y adolescentes, de 12 a 17 años de las regiones Loreto, Huancavelica y Ucayali, así como de Lima, se sumarán a la elaboración del gran mural virtual “Voces por el cambio”, sobre el impacto que tiene el estudiar a distancia a través de la plataforma Aprendo en Casa, implementada por el Ministerio de Educación.

Niños, niñas y adolescentes, de 12 a 17 años de las regiones Arequipa, Cusco, Huancavelica, La Libertad, Loreto, Madre de Dios y Ucayali, así como de Lima, se sumarán a la elaboración del gran mural virtual “Voces por el cambio”, sobre el impacto que tiene el estudiar a distancia a través de la plataforma Aprendo en Casa, implementada por el Ministerio de Educación.

Hasta el 8 de mayo, estos adolescentes podrán manifestar a través de fotos, memes, dibujos y pinturas lo que significa vivir en las actuales circunstancias de distanciamiento social debido al covid-19.

La iniciativa “Voces por el cambio”, liderada por la ONG Terre des Hommes Suisse, Naciones Unidas y Unicef, les brinda la oportunidad de expresar y compartir sus sentimientos, emociones, frustraciones, alegrías y oportunidades ante esta nueva forma de vida.

Los mensajes que acompañen las piezas gráficas pueden estar en español o en las lenguas originarias quechua, shipibo y asháninka, dado que se considera la participación de adolescentes de diversas regiones.

Las fotos, memes, dibujos o pinturas deben responder a la pregunta: ¿cómo te sientes aprendiendo en casa? Luego de haber realizado su obra, los y las participantes deberán subir sus creaciones al fanpage de la ONG Terre des Hommes Suisse en Perú y de Unicef Perú.
En reconocimiento a su participación se les brindará una recarga de celular para que puedan conectarse a la plataforma Aprendo en Casa. Las recargas se harán todos los domingos a partir del 26 de abril, hasta agotar el stock de 300 recargas.
Con todos los trabajos recibidos se armará el mural virtual que recorrerá las cuentas de Facebook de las instituciones promotoras de esta iniciativa, y de manera creativa y artística los adolescentes podrán contar qué están haciendo en sus casas, que cosas están aprendiendo, cómo se comunican con sus amigos, qué cosa les preocupa, cómo comparten momentos con la familia.
De esta manera, el arte ayudará a conocer las inquietudes y emociones de chicas y chicos de diversas regiones de nuestro país, indicaron los organizadores.
(FIN) NDP/LZD
GRM
Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-aprendo-casa-adolescentes-regiones-elaboraran-mural-virtual-sobre-educacion-remota-794506.aspx
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Deberes: «Paciencia, somos conscientes de que cada casa y familia tiene una realidad»

Por: Laura Peraita

Celeste Molinero, directora de ESO y Bachillerato del Colegio Ábaco, reconoce que hay alumnos que se han ido al pueblo con los abuelos y no tienen acceso a internet para hacer las tareas del colegio.

Según Celeste Molinero, directora de ESO y Bachillerato del Colegio Ábaco, sus alumnos están respondiendo muy bien a los deberes online. Apunta que, en general, han observado que se conectan diariamente, preguntan dudas vía classroom, google, hangouts…

¿Cuáles son las principales dificultades que se encuentran?

Aunque los profesores están explicando las sesiones, creando videotutoriales, clases online, audios para las explicaciones de los contenidos. Existen contenidos de algunas materias que son difíciles de cubrir y de dar respuesta individualizada y en tiempo a todos los alumnos

Lo cierto es que no se ha contemplado esta opción. La mayoría de los alumnos tienen un dispositivo personal como parte de nuestro Proyecto Educativo. Es una herramienta más. En estos momentos no tenemos constancia de tener familias con ese problema. Lo único que nos han trasladado son los problemas de los alumnos que se van al pueblo con los abuelos y no tenían acceso a internet.

Y los padres, ¿están haciendo muchas preguntas al centro? ¿De qué tipo?

Durante estos días no han existido muchas dudas. Principalmente se han limitado a poner en valor el trabajo hecho. Las pocas dudas han sido relacionadas con temas de tutoría, seguimiento de alumnos y reuniones pendientes entre colegio y familia.

¿Cómo es el plan de un día para los alumnos? ¿Cuántas horas diarias deben estar con los estudios?

Los alumnos conocen el plan de trabajo diario el día anterior. Deben realizar las tareas que los profesores les indican en un documento compartido con todos los alumnos de cada grupo. Una vez visitan que el documento, desde allí se dirigen a las clases online (la mayoría classroom).

Muchas familias se quejan de las dificultades de teletrabajar, encargarse de los niños y ayudarles en sus deberes. ¿Cuál es el mensaje de los centros para estos padres?

Paciencia. Somos conscientes de que cada casa y familia tiene una realidad. La clave está en una buena organización y en que todos los miembros de la familia la conozcan cada día. Hacer un horario en el que figure el tiempo de trabajo, de ocio, de descanso, de comidas….

Por otro lado, y más importante, es entender que la situación que se ha generado a nivel emocional es muy difícil de gestionar. Los alumnos no se pueden comunicar con sus iguales de la manera que están acostumbrados, deben manejar y gestionar el uso de los móviles, videojuegos, tiempo de internet… Todo esto supone una gran dosis de responsabilidad y autonomía.

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