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Inteligencia natural y artificial

 Luis A. Montero Cabrera

El pensamiento humano está esencialmente relacionado con el procesamiento de información en la infraestructura de un dispositivo biológico de cómputo: nuestro cerebro. Al igual que cualquier otro ser vivo y con diferentes escalas de complejidad, nuestros sentidos gestionan constantemente información que se intercambia con el universo que nos rodea: imágenes a través de los ojos, aromas por el olfato, ruidos desde el oído, expresiones informativas a través del código de los lenguajes, y muchas más. De alguna manera las células cerebrales y sus interconexiones se las ingenian para lo mismo almacenar que recuperar esos datos, con mayor o menor nivel de copias de seguridad y de capacidades de búsqueda y recuperación. Así conformamos nuestro tan humano pensamiento, conjuntamente con lo que le adicionamos que nos causa placer y también rechazo, ya sea fisiológico o asociado con la elaboración de la propia información adquirida y almacenada. Estos suelen ser los llamados “sentimientos”. La información que proviene del exterior de nuestro ser se convierte en conocimiento al incorporarse a nuestra conciencia,según se suele considerar.

El goce de la poesía más hermosa, del paisaje más impresionante y del placer más intenso, lo que nos caracteriza como especie y enorgullece nuestras individualidades, siempre tiene una base material que podemos llamar biofísicoquímica. Conocer como funcionamos y usar las capacidades que vamos inventando nos permite ser cada vez más plenos al utilizar nuevas potencialidades y fuentes de enriquecimiento espiritual. Ya ha ocurrido muchas veces en la historia: cuando aprendimos a escribir, a imprimir y a hacer libros nos revolucionamos compartiendo saberes y placeres intelectuales que antes no estaban a nuestro alcance. Con la pintura, la fotografía, el cine, el radio, la televisión multiplicamos la capacidad cultural audiovisual. Cuando creamos la Internet podemos lograr que la sabiduría sea universal, ubicua.

Si andamos por un sendero y tropezamos con una piedra en medio del camino inmediatamente conocemos o aprendemos que existe este obstáculo. Al volver a andar ese sendero y en ausencia de otra información debemos recordar que la piedra existe, porque tenemos el dato almacenado y recuperable en nuestra memoria, y evitaríamos tropezar de nuevo con ella. Esto se ha denominado como una respuesta “lógica”. Es una acción que se subordina a un hecho conocido. Sin embargo, se dice con razón que somos los humanos los únicos que podemos tropezar con ella de nuevo. Es porque somos inteligentes. Resulta que casi siempre disponemos de más información que podemos relacionar con la existencia de la piedra. Por ejemplo, podemos confiar en que los encargados del mantenimiento del sendero la hayan removido antes de nosotros repetir la experiencia. Como nuestra lógica es más compleja, que es como poder correlacionar más informaciones, es posible que de nuevo tropecemos, si es que no ha ocurrido la esperada limpieza. De cualquier forma, siempre transitaríamos con más cuidado.

Se dice que la inteligencia consiste en la capacidad de percibir información y retenerla en forma de conocimientos para aplicarlos en comportamientos adaptativos a un contexto dado. Esto comprende todo lo que de ello se deriva, incluyendo a nuestros tan distintivos sentimientos.

Un sistema que puede responder de acuerdo con informaciones previas aprendidas o almacenadas de alguna forma se dice que es “inteligente”. Era exclusiva de sistemas nerviosos evolucionados desde que apareció la vida sobre la tierra hasta no hace tanto tiempo. Sin embargo, el desarrollo de nuestro propio saber la ha convertido en una pieza maestra para el funcionamiento de sistemas artificiales como las computadoras y los teléfonos móviles actuales. Se realiza a través de simples circuitos electrónicos que permiten la trasmisión o no de corriente en dependencia de alguna información previamente almacenada y disponible. Con solo uno de estos circuitos el sistema electrónico evitaría tropezar con la piedra del camino que aprendió que existía. Es una lógica elemental, idéntica a la de un humano inexperto. Pero la electrónica actual también puede poner a funcionar simultáneamente millones de ellos, tantos o más que como lo hace nuestro cerebro. Por lo tanto, si esos circuitos lógicos artificiales disponen de más información (como la de que alguien debió removerla para limpiar el camino) pueden operar tan “inteligentemente” como nosotros y tropezar de nuevo, deduciendo que alguien debió removerla antes.

La llamada inteligencia artificial es todo un campo de las ciencias de la computación desde hace decenios. Se ha hecho buena ciencia y mucho ha avanzado la eficiencia de los sistemas de cómputo artificiales desde que se consolidó como campo de investigación.

Por otra parte, la eclosión de la ciencia, sobre todo después de la segunda guerra mundial, ha desarrollado instrumentos que permiten acumular infinidad de datos acerca de todo el universo que nos rodea, incluyendo nuestras sociedades humanas. A esas grandes acumulaciones de información se las conoce como “big data” (grandes informaciones). Están literalmente estallando por lo cuantioso en la biología, la astronomía, y también en las ciencias sociales, como la economía y la comunicación. La inteligencia artificial es hoy indispensable para hacer utilizable la big data, los torrentes de informaciones que se generan. Es preciso hacer una verdadera minería para identificar aquellas que nos interesan y se pueden correlacionar para sacar conclusiones de utilidad.

Esto está transformando nuestra vida, a veces sin darnos cuenta. Hoy existen ciudades que poseen un servicio de taxis sin conductor. Y que tienen menos accidentes que los carros conducidos por humanos. Muchos procesos de fabricación y hasta de operar una simple llamada telefónica se hacen con robots que no tienen que tener apariencia humana. Nuestra anatomía viva fue seleccionada naturalmente para existir y desarrollarnos como especie en un determinado ambiente, pero un robot no tiene que ser igual.Si su misión en una fábrica es, por ejemplo, la de controlar la precisión y disciplina de los operarios este “supervisor” se diseña, construye y se le programa su inteligencia solo para ello. Seguramente que no tendrá brazos, ni piernas, porque no le hacen falta. Basta con un sistema de cámaras que abarque todo lo que le interese en la fábrica.

Un país como el nuestro, donde la mano de obra es cada vez más escasa y envejecida, está obligado a desarrollar dispositivos, programas, equipos, con inteligencia artificial. La capacidad humana la tenemos con graduaciones masivas anuales de ingenieros y científicos de computación, y matemáticos y muchos otros especialistas. Esa es una inversión de miles de millones de pesos que ya se ha hecho a los largo de décadas de Revolución y que no podemos desperdiciar. La cultura de gestión y el uso de medios informáticos en la vida cotidiana sí que debemos adquirirla, y esta es una de las temáticas que debería estar presente en cualquier acción de educación de decisores, de líderes. Recordemos que deseamos una sociedad socialista, exclusivamente en bien del ser humano.

Fuente del articulo: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/08/31/inteligencia-natural-y-artificial/#.WeAvpmjWzIU

Fuente de la imagen: http://media.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2017/08/inteligencia-artificial-y-natural-580×326.jp

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Celine Alvarez: «La revolución en la educación será desde abajo»

08 octubre 2017/Fuente:elcomercio /Autor: Daniel Roldan

La pedagoga francesa defiende en su libro ‘Las leyes naturales del niño’ unos cambios contra una educación donde «se ahoga el talento»

El descubrimiento se produjo hace diez años y cambió la vida de Céline Alvarez. En sus manos cayeron los escritos que había planteado hace un siglo la doctora María Montessori, que apostaba una educación, basada en la educación plena de los niños a los que se deja plena libertad (con ciertos límites) para que se desarrollen. «Fue un encuentro que cambió mi vida», reconoce esta pedagoga francesa de padre gallego. «Quería seguir ese camino y no he hecho otra cosa desde entonces», añade.

     El empeño de Alvarez se tradujo en un experimento para crear entornos adecuados para el aprendizaje siguiendo las pautas de científicos de la educación como Jean Itard, Édouard Séquin y la propia Montessori. «Abrieron un camino de un proceso, una reflexión educativa y científica. Fueron los primeros en ver la educación evolutiva, abierta, que siempre van a tener en cuenta las novedades científicas. Es importante porque con esta forma de ver las cosas vamos a dejar de verla educación de una forma dogmática e ideológica», añade.

     Se convirtió en profesora de Infantil en una escuela pública de Gennevilliers, localidad situada al norte de París. Allí llevó a cabo un experimento durante tres años con un grupo de niños entre los tres y los seis años que explica en ‘Las leyes naturales del niño’ (Aguilar), un libro que ha superado los 200.000 ejemplares vendidos en Francia. El experimento arrancó en 2009 y se llevó a cabo a lo largo de los tres años. En el primer año, la evolución fue asombrosa: los niños rezagados no solo se pusieron al día sino que aprendieron a leer a una velocidad asombrosa, además de ser más autónomos y tranquilos. El segundo año, al mezclar niños de diferentes edades, se consiguió un efecto arrastre: los más pequeños aumentaron de un modo significativo la comprensión lectora. En el tercer año, se demostró su éxito al hacer una resonancia magnética a los niños y comprobar que sus conexiones neuronales, siendo totalmente normales, estaban más evolucionadas que los de otros de chicos de su misma edad.

     «Los padres y los educadores lo dan todo y quieren mucho a los niños. Lo que pasa es que no conocemos las leyes del desarrollo humano. Y aunque le queremos de todo corazón, metemos la pata. Lo que ahoga las capacidades innatas de los niños nuestra ignorancia», comenta la autora, que recalca que el talento «se ahoga» en las escuelas y que los cambios «son de mentalidad». «No hay que cambiar todo un colegio».

     Alvarez se basó en cuatro puntos. El primero, la necesidad de nutrir de forma adecuada la inteligencia del niño con un entorno de calidad, apropiado, incluso puede ser en la propia naturaleza. El segundo punto es la ayuda didáctica basada en una sola cualidad para explorar. Por ejemplo, si son diez barras de diferentes longitudes para enseñar las medidas, que sean todas del mismo color para evitar distracciones. En tercer lugar, apoyar el desarrollo de las competencias de inteligencia. Fijarse en su comportamiento hará comprender al profesor, explica Alvarez, qué quiere aprender en el momento presente. Por último, el amor. La empatía genera empatía, apunta la pedagoga en su libro y en su blog. Una bitácora donde cualquiera puede ver el experimento y obtener el material necesario para llevar a cabo estos cambios. «Es una revolución desde abajo. Está cambiando el paisaje educativo en Francia. Por fin nos estamos despertando. Ahora la gente de abajo se compromete en cambios que van a cambiar las políticas de arriba», comenta Alvarez, quien además destaca que en casa los niños también hacían cambios. Estaban más tranquilos, mostraban más interés y tenían las habitaciones más ordenadas.

Fuente de la reseña: http://www.elcomercio.es/sociedad/educacion/celine-alvarez-revolucion-20171008004129-ntrc.html

Fuente de la imagen: http://static1.elcomercio.es/www/multimedia/201710/08/media/cortadas/ninos-escuela-kf2-U409763837532cB-624×385@RC

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Medio dólar puede mejorar la inteligencia de un niño

Por: Lola Hierro

Medio dólar por cabeza. Es decir, menos de 50 céntimos de euro o menos de lo que cuesta una barra de pan. Esa cantidad puede marcar la diferencia entre que a una persona le vaya mejor o peor cuando sea adulta. Todo tiene que ver con la estimulación cognitiva que reciba desde niño, con el desarrollo de su cerebro en sus primeros mil días de vida. Si se invierten tiempo y recursos en ese bebé, de mayor tendrá mejores perspectivas de vida. Pero si en esos primeros años no se le estimula lo suficiente, su futuro quedará condicionado.

«El informe se refiere sobre todo a los dos primeros años de vida, que son los más importantes y los más abandonados. Es cuando el cerebro realiza las conexiones neuronales con más rapidez y es cuando es más necesario ese entorno que promueva su adecuado desarrollo, que es lo que le dará la oportunidad de llegar a su máximo potencial», explica Lorena Cobas, responsable de emergencias de Unicef Comité Español.

Un niño de una familia pobre que haya estado bien atendido en su primera infancia ganará de adulto hasta un 25% más que uno que no

Esos dos primeros años —incluidos los nueve meses de embarazo— constituyen una etapa crítica en la vida de una persona. Después del nacimiento, el cerebro de un bebé continúa desarrollándose, genera células e inicia el proceso de definirlas y conectarlas, lo que mejorará sudesarrollo social, emocional y cognitivo. Estas conexiones se producen a un ritmo de, por lo menos, 1.000 por segundo. Sin embargo, investigaciones recientes de la Universidad de Harvard indican que la velocidad podría ser de hasta un millón por segundo.

La diferencia, según otro estudio citado por Unicef, se puede notar en las ganancias económicas: un niño de una familia pobre que haya estado bien atendido durante su primera infancia, haya jugado y se le haya educado desde pequeño, ganará de adulto hasta un 25% más que uno que no lo haya estado. Y de la suerte de estas generaciones dependerá el crecimiento económico y social de un país. «Si no invertimos ahora en los niños y familias más vulnerables, seguiremos perpetuando ciclos intergeneracionales de desventajas y desigualdad. Vida tras vida, oportunidad perdida tras oportunidad perdida, estamos aumentando la brecha existente entre los que tienen y los que no, al tiempo que debilitamos nuestra fortaleza y estabilidad a largo plazo», ha afirmado Anthony Lake, director ejecutivo de Unicef.

QUIÉNES CUMPLEN Y QUIÉNES NO

  • Países que cuentan con las tres políticas necesarias para el desarrollo cerebral temprano: Bielorrusia, Bulgaria, Cuba, Francia, Hungría, Italia, Letonia, Luxemburgo, Portugal, Rumania, Rusia, San Marino, Suecia, Turkmenistán y Ucrania.
  • Países que no cumplen con ninguna de las tres políticas:Argelia, Australia, Bangladesh, Barbados, Belice, Bhután, Bosnia y Herzegovina, Brunei, Dominica, los Estados Federados de Micronesia, los Estados Unidos de América, Gambia, Granada, Kenia, Liberia, Malawi, Malasia, Myanmar, Namibia, Omán, la República Popular Democrática de Corea, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, Sierra Leona, Singapur, Sudáfrica, Swazilandia, Tonga, Trinidad y Tabago, Uganda, Yemen y Zambia.

Para Unicef, la base fundamental que garantiza el desarrollo cerebral temprano de los niños está formada por tres políticas: dos años de educación preescolar gratuita, permisos de lactancia retribuidos para las madres durante los primeros seis meses de vida y licencias parentales retribuidas adecuadas. ¿Cómo se puede hacer esto con medio dólar por cabeza? «Es un cálculo: si un Estado destinara un presupuesto adecuado para poner en marcha políticas de desarrollo temprano, de media se gastaría esa cantidad por cada niño», aclara Cobas. «No es que cada niño cueste medio dólar. Es la media resultante de dividir lo que cuesta una política adecuada entre el número de niños del país».

De hecho, el informe subraya que invertir en el desarrollo temprano de un niño reporta ganancias económicas significativas para el futuro de su país. «Cada dólar que se invierte en programas de apoyo a la lactancia, produce un rendimiento de 35 dólares; y cada dolar invertido en los cuidados del niño en su primera infancia y en la educación para los más desfavorecidos, puede generar beneficios de hasta 17 dólares», dice el informe. Cobas, por su parte, recuerda que otra razón por la que el retorno de la inversión es muy importante: «El niño con un desarrollo temprano adecuado va a tener menos enfermedades, por tanto, causará menos gasto social en medicamentos y atención sanitaria».

Sin embargo, los Gobiernos de todo el mundo gastan de media menos de un 2% de sus presupuestos para educación en programas de atención primaria a la infancia y solo 15 países en todo el mundo cuenta con estas políticas recomendadas por Unicef. Otros 32 no tienen ninguna y no son necesariamente pobres, véase el caso de Estados Unidos y Australia. En otros 64, una media de uno de cada cuatro menores no participan en actividades esenciales para su desarrollo cerebral como jugar, leer o cantar.

En 64 países, uno de cada cuatro menores no participa en actividades esenciales para su desarrollo cerebral como jugar, leer o cantar

¿Es un retraso irreversible? «Los adultos seguimos haciendo conexiones neuronales; ya no tan rápido, aunque sí podemos seguir aprendiendo. Lo que ocurre es que, si pierdes la oportunidad en el momento en que estás más preparado para ello, luego será más complicado», aclara Cobas.

Para paliar esta situación, Unicef propone en su estudio cuatro medidas que ayudarían mejorar las expectativas de los niños: Primero, invertir y aumentar los servicios de desarrollo de la primera infancia en el hogar familiar, la escuela y los centros de salud, sobre todo para los niños más vulnerables. También que sea prioridad nacional implementar las políticas tres sociales mencionadas: educación preescolar gratuita, permisos parentales y maternales remunerados y pausas de lactancia materna. Además, dar tiempo y recursos a los padres para que puedan fomentar el desarrollo de sus hijos pequeños: para cantarles, hablarles, leerles… Prestarles atención. Por último, Unicef propone recoger y compartir los datos existentes sobre el desarrollo de la primera infancia para poder hacer un seguimiento de los niños y familias más vulnerables.

«Pedimos que se apliquen las cuatro medidas, que no son exclusivas para los países del Sur, sino para todos los niños en todo el mundo», abunda Cobas. Entre ellos, España, que no está incluida ni en los 15 que cumplen todas las políticas ni en los 32 que no cumplen ninguna. «En España aún no se cumplen los seis meses de baja maternal recomendados, por ejemplo», recuerda la experta.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/09/19/planeta_futuro/1505838176_293255.html

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Carmen Sanz: “Lo mejor para un superdotado es subirle de curso”

20 de septiembre de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Carmen Sanz

El título de su libro reza La maldición de la inteligencia. ¿Es una maldición ser superdotado?
Ser diferente a los demás siempre es complicado. Si además destacas por algo que tu no conoces y hace que los demás te rechacen, sí que se convierte en una maldición. Los niños que son superdotados deben enfrentarse al rechazo de sus compañeros porque tienen intereses diferentes, gustos diferentes, etc.

Ser rechazado en la infancia debe ser muy duro.
En muchos casos pasan verdaderos dramas, sufren mucho psicológicamente y a veces hay episodios de acoso físico. Muchos de los casos que nos llegan a El mundo del superdotado son niños con graves problemas psicológicos, ansiedad, depresión, etc. Por cosas como esta sí que es una maldición, pero viene de la no atención a este colectivo.

¿La sociedad percibe que es un problema que alguien sea superdotado?
La sociedad tiene un concepto erróneo de la superdotación. Generalmente, y sobretodo los profesores, asocian la superdotación con alto rendimiento o con excelencia  y esto no tiene porqué ser así. Una cosa es que tengas el potencial, pero si no lo sabes dirigir va a terminar en fracaso escolar, como poco. Nosotros vemos niños con problemas psicológicos y de integración social y otros con fracaso escolar. Son niños que se aburren, que no han sido bien dirigidos, que no aprenden a esforzarse, que no están motivados, y cuando llegan a la ESO empiezan a fracasar.  Estos niños no son identificados como superdotados.

¿Es un problema de atención de sus necesidades?
Claro. Mucha gente piensa que por ser superdotado ya puedes triunfar en la vida sin ayuda y esto no es cierto.

¿Es fácil detectar un niño o niña superdotado?
No, no lo es. Además hay mucho estereotipo sobre este tema. Oigo muchas veces que “es que ha aprendido a leer muy pronto” o “saca todo sobresalientes”, etc. Hay muchos niños que no hacen estas cosas, que aparentemente son como los demás, pero luego hacemos las pruebas y resulta que tienen un coeficiente intelectual elevadísimo. No es fácil detectarlo. Sí que hay síntomas que pueden llamarnos la atención. Yo siempre digo a los padres que ante la duda hagan la prueba. Nosotros la hacemos en tres horas, viene gente de todas partes, y salimos de dudas.

¿Todos los niños que os visitan vienen sin diagnosticar?
No, también hay mucho niño mal diagnosticado. A veces nos vienen niños con trastorno de hiperactividad, o con un diagnóstico de síndrome de Asperger, que al final lo que tienen es una superdotación que no está siendo tratada.

¿A qué señales debemos estar atentos?
Cuando los niños son rechazados por su entorno, tienen dos formas de manifestarlo. Por un lado, encontramos niños que actúan de forma pasiva e intentan integrarse, disimulan su alta capacidad y dejan de sacar buenas notas. Tienden a acabar aislados, se quedan solos en el patio, tienen pocos amigos, etc. Algunos manifiestan ansiedad, tienen dermatitis espantosas, no comen bien…

¿Todos actúan igual?
Hay otro tipo de niños que lo que hacen es rebotarse contra el entorno que no les acepta. Son niños conflictivos, agresivos, hostiles. Sus problemas se agudizan porque su entorno les intenta contener.

¿Ninguno consigue formar parte del grupo?
Otro tipo de niños sí que consiguen integrarse y desarrollar su asertividad.

¿Qué hacer con ellos?
La principal medida, sin duda, es subirlos de curso. Sin embargo, en este país lo más probable es que un niño superdotado acabe por repetir curso. Es increíble que un niño con altas capacidades que ha sido maltratado por el sistema educativo, porque no se le ha dado la atención que necesitaba, encima se le haga repetir curso. Es lógico que terminen abandonando en muchos casos los estudios.

¿Las terapias son todas iguales?
Nosotros utilizamos el método Darwin que está dando muy buenos resultados. En primer lugar, porque las terapeutas son también personas con altas capacidades, es condición sine qua non.
Con cada uno trabajamos lo que necesita: técnicas de autoestima, motivación, aprender a estudiar, resistir a la frustración... y también trabajamos todos los traumas. La atención es totalmente personalizada porque cada individuo tiene una vivencia distinta.

¿Y funciona?
Tenemos un 90% de éxito con los niños que tratamos. Los niños levantan la cabeza. Los vemos llegar encogidos, mirando hacia abajo, pasándolo mal. En un tiempo no excesivamente largo les vemos hacer un cambio de chip, te miran a los ojos, vienen felices. Esto no significa que se resuelvan todos los problemas. A menudo hay que actuar también en el centro escolar. Si el niño está siendo acosado, hay que poner en aviso al centro para que actúe. El acoso existe y es frecuente. También hay que hablar con los profesores, a veces no son conscientes de lo que tienen en clase y no saben cómo tratarle.
Si a un niño superdotado le subes de curso, le das incentivos y le motivas, se ponen las pilas. El resultado siempre es positivo. Pero es muy importante que los profesores sepan lo que les pasa a estos niños, y cómo deben actuar.

¿Los profesores están preparados para atenderles?
Nosotros trabajamos con terapias para los niños o los adultos que nos llegan, pero en lo que más estamos incidiendo es en la formación del profesorado. Hacemos un curso homologado por el Ministerio dirigido a ellos. El congreso que celebramos el próximo 9 de octubre en Caixaforum en Madrid, también está principalmente orientado a los docentes. Y para ellos también hemos escrito el libro. Nuestra idea es que sean capaces de identificar a estos niños y niñas.

¿Cuántos casos cree que están sin identificar?
Según las estadísticas, el 2% de la población tiene altas capacidades. Si tenemos 8 millones de niños en España, son 160.000, y solo hay 15.000 identificados. El resto están en centros educativos sin que nadie sepa que son superdotados, y probablemente tienen problemas.

¿Hay reticencias por parte de los centros o profesores a subir a los alumnos de curso?
Hay dos tipos de problemas: falta de medios y falta de tiempo del profesorado. El que tiene 20 o 25 niños y que tiene uno con dislexia, otro con déficit de atención… al que es superdotado lo deja en una esquina, con unos cuantos deberes de más y solucionado. Craso error. Culturalmente se piensa que acelerar al niño, promocionarlo de curso es malo para su desarrollo emocional. En absoluto. Lo mejor que podemos hacer con un niño es subirle de curso y ayudarle un poco a integrarse. Su edad mental es superior. Un niño de 8 años superdotado tiene una cabeza de 11. Tiene más puntos en común con los de 11, por tanto solo con subirle de curso ya le estamos ayudando mucho.

¿Qué es lo que funciona mejor con estos niños?
Los trabajos por proyectos. Todo lo que ellos puedan investigar, aportar, exponiendo en clase sus logros… Hay que hacer que utilicen su curiosidad innata.

No son medidas demasiado costosas…
Para nada, pero cuando la Administración oye “atención personalizada” en seguida lo relaciona con recursos, de los cuales escasea. Por este motivo cada vez ponen más trabas para que a un niño se le diagnostiquen altas capacidades. Estamos viendo constantemente como suben los índices de CI para que menos niños tengan acceso a esta calificación. Y vemos como dejan fuera chicos y chicas con un CI de 119 porque no llega a 120. Mire usted, con un CI de 119 ya necesita un trato especial. Ni siquiera las Administraciones autonómicas van a la par. Un niño es superdotado en Andalucía, pero no  lo es en Madrid. Esto no tiene ningún sentido.

¿Qué proponen a los centros para ayudar a estos chicos y chicas?
Nuestras propuestas a los centros pasan también por que abran un aula en cada colegio para altas capacidades. Un punto de encuentro para superdotados de todas las edades, para que se conozcan. En un centro con 1000 alumnos tenemos un mínimo de 20 que son superdotados. Deberían juntarlos un par de horas por semana y trabajar con ellos la autoestima, sus habilidades sociales, o desarrollo de proyectos. Con esto haríamos a los niños felices. Si se identifican, dejan de sentirse “bichos raros”. Además, así el resto del colectivo escolar vería también que es algo normal. De esta forma ser superdotado dejaría de ser una maldición.

¿Cómo se involucran las familias en la educación de estos niños?
Antes, cuando le decías a un padre que su hijo era superdotado, se echaba a llorar. Esto ya casi no pasa. La gente se informa mucho. El problema lo suelen tener en las escuelas, ya que cuando van con el diagnóstico los profesores, muchas veces, no lo comparten y no toman medidas. Las familias se sorprenden cuando les decimos que los niños son como los padres, superdotados.

¿Es hereditario?
Sí, por supuesto. No está muy claro cómo se transmite la inteligencia, pero de padres superdotados nacen hijos con altas capacidades también. Además nos encontramos con otra cosa curiosa, y es que la mayoría de veces los padres acuden con hijos varones. Cuando les preguntamos si tienen hermanas suelen responder que sí, pero que la niña no tiene el mismo problema, que “es normal”. Otro caso error. Seguramente esa niña también es superdotada.

¿Y por qué no se detecta?
Las niñas suelen desarrollar mecanismos de defensa al rechazo, se integran mejor en el grupo y por eso no se significan tanto como los niños. También hay un tema sociocultural, y es que a las chicas se les pide que sean guapas, no inteligentes, y en ello centran la mayor parte de su atención a medida que crecen.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/carmen-sanz-lo-mejor-para-un-superdotado-es-subirle-de-curso/

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Entrevista a Ricardo Amasté: «Tenemos que rebajar la ansiedad en los procesos colectivos»

02 Julio 2017/Fuente: bloginteligenciacolectiva /Autor: Amalio Rey

Ricardo AMASTÉ, Richi para los amigos, es un “desartista” y habitante de ColaBoraBora, desde donde exploran colectivamente los territorios del procomún, el feminismo, la permacultura o la “ecoSInuestra” (juego de palabras que refuta la “ecoNOmía”). Aprecio mucho a Richi no sólo por su brillantez, sino también por su honestidad e implicación en lo que hace. Dice moverse habitualmente entre el “preferiría no hacerlo” y el “¡no puedo parar!” pero mi experiencia es que si dice que va a estar, está. De hecho, es de las personas que más me está ayudando en el proyecto de libro de Inteligencia Colectiva que estoy escribiendo.

Va a ser difícil resumir en formato post la extensa conversación que tuvimos vía e-mail (más un encuentro más distendido en Málaga, donde tratamos más temas) pero espero conseguir transmitir lo más interesante que me contó este fenómeno 😊

¿Qué te sugiere la “Inteligencia Colectiva” en términos prácticos, o sea, qué significado le darías si lo escuchas o utilizas en un texto o conversación? Que conste, Richi, que no busco necesariamente una definición académica.

Para mí es la suma multiplicadora resultante del equilibrado cruce de deseos, capitales y coyunturas, de una comunidad y los individuos que la componen. El resultado de la combinación de capacidades y la superación de limitaciones de un grupo para acometer una situación. El producto de la cooperación y el mutualismo, o como decían en La Bola de Cristal: Solo no puedes, con amigos si”.

Dicho eso, la verdad es que últimamente tengo más sospechas que nunca hacia la proliferación de lo “inteligente”. Lo smart está por todas partes y va de la mano de unos intereses cada vez más evidentes y determinados. Parece que lo inteligente está asociado a lo civilizado (civilizatorio), al pensamiento normativo, lógico, heteropatriarcal, capitalista… e incluso a lo creacionista. Es curioso con lo que te encuentras al buscar “diseño inteligente” en la Wikipedia.

Es cierto que las perspectivas de la inteligencia colectiva, o las inteligencias múltiples, tratan de transformar ese paradigma, igual que la idea de smart citizens contrapuesta a la de smart cities. Pero quizás de lo que se trate sea de poner en cuestión la propia idea de “inteligencia”. No tengo una respuesta, pero creo que el tema tiene bastante relación con la bipolaridad inteligente vs. estúpido. También con lo socialmente reconocido y legitimado, y lo que supuestamente son decisiones inteligentes.

También hay que tener claro que la inteligencia colectiva potencia la cooperación, pero no desde el reduccionismo de todas juntas todo el rato. Significa saber distribuir roles y responsabilidades de forma colectiva y consensuada (idealmente de forma cíclica y equilibrando tareas productivas y reproductivas), dejando también espacio para los desbordes. En una contrarreloj por equipos, el tiempo no lo marca quien llega primero, sino el tercero, cuarto o quinto ciclista. No gana alguien suelto que corre más por libre, sino quienes consiguen optimizar el ritmo colectivo. No es la entelequia de la autonomía individual, sino la potencia de la interdependencia colectiva. Eso no significa que no haya que tener en cuenta a las especialistas o atender a las sensaciones individuales. Al contrario, la inteligencia colectiva consiste en saber interpretar de la mejor forma posible todos esos factores.

¿Qué ejemplos de éxito conoces de Inteligencia Colectiva (IC)? Me gustaría que me cuentes algunos ejemplos de proyectos colectivos en los que has participado, que conoces de primera mano, y que han ido bien.

Hay muchos ejemplos de muy diversos tipos. Uno de ellos, por ejemplo aquí en Euskal Herria es la puesta en valor, recuperación y normalización del euskera desde la sociedad civil organizada, ya desde la dictadura y que con el tiempo ha conseguido trasladarse a las instituciones. Este proceso se ha servido de dispositivos como las ikastolas(escuelas en las que la enseñanza se imparte íntegramente en euskera), euskaltegis (academias para el aprendizaje de la lengua) o la Korrika (una marcha reivindicativa bienal con forma de carrera popular de relevos de dos semanas de duración que recorre distintos puntos de Euskal Herria).

Otro es el 15M, una forma de movilización social que ha superado la lógica de los movimientos sociales, con características rizomáticas, abiertas, distribuidas, informales, inclusivas. Un proceso de calado, de cocinado lento, conflictivo desde lo dialógico, contradictorio desde sus propios desbordes; que ha generado y seguirá generando poderosos efectos, algunos ya visibles, pero cuya verdadera potencia probablemente es aún imperceptible.

Uno de mis favoritos, por lo concreto en el qué y lo transformador en el cómo, es la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca). La PAH agrupa, como sabes, a personas con dificultades para pagar la hipoteca o en proceso de desahucio y personas solidarias con esta problemática. Para mí lo más significativo de la PAH es cómo, partiendo del estigma culpabilizador individual del “has vivido por encima de tus posibilidades”, hizo de la vulnerabilidad una virtud, para pasar del drama individual a la potencia política colectiva.

Por último, WikiToki, una comunidad en la que estamos involucradas desde ColaBoraBora, que a primera vista puede parecer un co-working pero es un laboratorio de prácticas colaborativas en Bilbao, en el que distintos agentes desarrollamos nuestra actividad productiva, tratando de articular relaciones mutualistas y poner la vida en el centro. WikiToki es una comunidad de práctica dispuesta a experimentar consigo misma, problematizándose de manera propositiva, abordando los conflictos desde los afectos y los cuidados, poniendo tanta o más atención a los procesos que a los resultados, o escuchando sus sentires para redefinir y ajustar sus ritmos y expectativas.

Ahora te propongo invertir la pregunta: ¿Qué ejemplos de fracaso conoces de Inteligencia Colectiva (IC)? Sugiero entender como “fracaso”, si te parece, que haya tenido un impacto, o unos resultados, significativamente inferiores a las expectativas creadas.

El fracaso es simplemente una parte más del proceso de (des)aprendizaje colectivo, en el camino de deconstruir el paradigma competitivo del capitalismo heteropatriarcal, para hacer posible otro. Vivimos en una época manierista en la que un paradigma está dejando de ser (y se revuelve), y otro no termina de ser (y se revuelve también).

Quienes apostamos por lo colectivo, cooperativo, solidario, feminista, procomunero… tenemos que rebajar la ansiedad, entender que las transformaciones profundas son cíclicas y generacionales (por ejemplo, no estaríamos aquí sin los anarco comunitaristas del XIX), disfrutar de la prueba-error como parte del proceso, ir consolidando y desplegando iniciativas… La prisa, la eficacia y el éxito son tres potentes drogas que nos ha inoculado el sistema y aunque reconozcamos su adicción, no somos tan capaces de pasar de “el mono”. Una forma de hacerlo es pasarlo en colectivo, en plan “Alcohólicos anónimos”. Tenemos que aprender de la historia para leer el presente y dejarnos fluir hacia el futuro. Y en ese camino, los fracasos son hitos de los que aprender tanto como de los aciertos.

¿Qué factores determinan, a tu juicio, que un grupo sea más inteligente colectivamente?

Quizá la clave sea encontrar el equilibrio entre lo individual y lo colectivo (deseos, necesidades, intereses, capacidades…). Dos principios que ayudan a fijar esta posibilidad es: 1) “Dar lo mejor de una misma y conseguir lo que cada cual necesita” (meetcommons) y, 2) “Vivir el comunismo y propagar la anarquía” (Comité Invisible). Como factores críticos podríamos identificar: los egos, las prisas o los miedos no compartidos, entre otros.

En nuestro proceso de investigación-práctica alrededor de lo colaborativo, en ColaBoraBora nos ha resultado de gran utilidad el vídeo “On rules and monsters – An introduction to free cooperation”, de Christoph Spehr y Jörg Windszus, un ensayo audiovisual sobre los monstruos que habitan el camino de ida y vuelta entre la cooperación forzosa y la cooperación libre. Es muy interesante cómo su propuesta para pasar de un paradigma al otro se basa en cambiar tres principios: 1) Del ¡No toques las reglas básicas!, al ¡Hazte con las reglas!, 2) Del ¡Nunca pares la máquina!, al ¡Tú pones los límites!, 3) Del ¡Obedece o paga!, al ¡Nadie es imprescindible y todas somos necesarias! Los tres son igual de importantes, pero si hubiese que quedarse con uno, me quedaría con el primero. Es fundamental que el grupo pueda establecer de forma dialogada sus propios objetivos y sus propias reglas, que no le vengan predeterminadas y siempre puedan ser modificables. ¡¡No dejes de ver este vídeo, Amalio!!

Te dejo también el link a la ”Guía incompleta para colaborar” en la que se tratan algunas cuestiones sobre los procesos colaborativos. Está escrita hace ya bastante, así que con la experiencia acumulada habría muchas cosas que matizar, pero creo que aún puede resultar útil.

¿Cuándo una decisión colectiva se puede considerar “estúpida”? ¿Cómo definirías a la “estupidez colectiva”? ¿Dónde crees tú que deberíamos poner el marco de referencia para discernir lo que es “estúpido” o “sabio” colectivamente?

Se me ocurren varias definiciones: 1) “La estupidez colectiva es como la tragedia de los comunes, una trampa social, un oxímoron muy conveniente para el sistema imperante”, 2) “La estupidez colectiva es el producto del desencuentro de individuos que en vez de escuchar al resto se encierran en su pensamiento de que ellos lo harían mucho mejor”, 3) “La estupidez colectiva es querer tener las respuestas sin haberse hecho las preguntas, pretender el resultado sin atender al proceso”.

Quizá la propia dicotomía binaria entre inteligencia y estupidez sea ya perniciosa e interesada.  Pienso en películas como “Dos tontos muy tontos”, “No me chilles que no te veo”, “Loca academia de policía”, “La cena de los idiotas” o “Accepted”. Esta última es mi favorita, porque bajo la apariencia de una “estúpida” comedia americana se esconde todo un tratado sobre educación e inteligencias propio de Howard Gardner y sus inteligencias múltiples, o de Jacques Rancière y su maestro ignorante. ¡Si no la has visto, vela!!

He pensado mucho en esta pregunta en los últimos meses y sobre todo tras las elecciones del 26J. Lo fácil es pensar que un % muy elevado de la sociedad española es estúpida, que sigue votando a quienes claramente le estafan. Pero quizás la estupidez esté del lado de quienes no estafando y con supuestas intenciones favorecedoras del bien común, siguen sin conectar con la mayoría social. Tan estúpido es el conservadurismo del más vale lo malo conocido, que la soberbia del si no me votas es que no sabes lo que haces. Quizás la clave no esté tanto en los qué’s, sino en los cómo’s, para que sean mucho más dialógicos, procesuales, empáticos, didácticos, experienciales, de ir haciendo posibles las condiciones e ir ajustando los ritmos. Creo que la verdadera inteligencia, la sabiduría colectiva, se encuentra no sólo en descubrir eso, sino en aceptarlo, para poder operar desde una lógica mucho más permacultural que revolucionaria. Una inteligencia basada en el (h)mor, con h, de dejarse habitar por el otro, sin ser colonizada.

Sabes que este tema me interesa mucho y que ha sido materia de conversación (incluso de discrepancia) nuestra en ocasiones: ¿Crees que la “eficienciacolectiva” es un atributo necesario para el éxito de estos proyectos, o piensas que por la propia naturaleza de los procesos colectivos, deberíamos prescindir de ella?

La eficiencia puede ser un buen horizonte, si vaciamos el término de la lógica productivista capitalista que lo liga a la eficacia, para vincularlo a lo “aefectivo” (tan afectivo como efectivo). Creo que tiene que ver con la ecología política y el buen vivir, con disfrutar del tiempo que pasamos juntas (incluyendo ahí el tiempo de los conflictos y lo reproductivo), sin caer en exceso en el regodeo, la autocomplacencia y la autorreferencialidad.

Volviendo al tema nuclear de la participación y su impacto, por ejemplo, en la democratización de la política, te pregunto: ¿Tiene sentido pedirle a la gente que opine/decida sobre algo que le afecta pero que (por la complejidad del asunto) puede no saber cómo le afecta? Está claro que hay que consultar a lo/as afectado/as por un mero sentido de legitimidad, pero… ¿qué pasa cuando consultamos a la multitud sobre algo que no entiende con la profundidad necesaria? ¿Será demagógico, o populista, hacer eso? Pero por otra parte: ¿Cómo sabemos que no lo entienden?

Entonces la clave es que entiendan. Lo importante no es tanto decidir, como comprender y por tanto, hacer deseable y accesible esa comprensión (individual y colectiva). La inteligencia colectiva se fundamenta en ciudadanas inteligentes, implicadas y co-responsables.

La administración burocratizada se ha escudado mucho en este tipo de discurso, igual que las ciencias y las artes, o ahora todo el entorno tecnológico. Esos tipos de ámbitos se han legitimado a si mismos, en parte gracias a la incomprensión técnica de la masa. Movimientos diversos como los del “Open source”, la “Lectura fácil”, la “Accesibilidad universal” o la “Vida independiente”, son muy pertinentes en este sentido, poniendo el centro en las personas como sujeto político y no como meras destinatarias o usuarias de productos y servicios.

Un ejemplo muy interesante son las D.O.T. (Directrices de Ordenación del Territorio), algo complejo y holístico, cuya existencia generalmente desconoce el ciudadano medio, pero cuya determinación puede afectar a las formas de vida de varias generaciones en una región y por tanto, en lo que hay muchos intereses en juego. Ante eso, los procesos de toma de decisiones se hacen habitualmente por la Administración junto a agentes expertos y lobbies. Pero dado el calado de las decisiones es necesario abrir esos procesos a la ciudadanía y para ello, lo primero es entender de qué se trata. Un ejemplo de un intento de avanzar en esta dirección puede ser el reciente proceso participativo de revisión de las DOT de la CAPV. (un proceso institucional que entre otras cosas es fruto del trabajo ciudadano hecho previamente desde Desazkundea).

Los bajos niveles de participación suelen ser un problema en los procesos colectivos: ¿Por qué la participación suele ser tan baja? ¿Crees que la gente está verdaderamente interesada en participar?

Hay un problema de base que afecta a la educación y costumbre de todas las partes. Nos hemos educado en la delegación y la representación y no en la participación directa, co-responsable y auto-organizada. Los propios mecanismos de participación democrática están desarrollados en esas claves de delegación representativa y no están preparados para la conversación, para el intercambio, para el trabajo colaborativo y las decisiones colectivas. En este sentido, también es necesario pensar sobre las condiciones materiales para participar:el asegurar la sostenibilidad de la participación de las diferentes partes afectadas, la disposición de tiempo (tanto la cantidad de dedicación necesaria como las horas a las que suelen convocarse estos procesos), o las barreras tecnológicas, de lenguaje y conocimiento,

Además. son necesarios procesos de empoderamiento de quienes no están habituados a participar y decidir, y de desempoderamiento de quienes dan por hecho que el poder de tomar decisiones le corresponde a ellos. Lo más importante es que a participar como de verdad se aprende es participando.

Ahí te dejo una presentación que hicimos hace dos años para un curso de verano sobre participación y planificación estratégica que aborda un poco estas cuestiones.

¿Por qué tenemos tan pocos casos de éxito (Wikipedia, Linux) de proyectos de Inteligencia Colectiva basados en la colaboración a gran escala? ¿Eso se debe a un déficit estructural, de viabilidad, o es un problema de diseño, de cómo se han concebido y gestionado en la práctica esos proyectos?

Desde luego, hay un (fascinante) problema de diseño, que se está abordando desde lógicas como la del software libre y la ética hacker, el design thinking, la permacultura, etc. Pero diría que ese es sólo el síntoma o la cara más visible y evidente del problema. Probablemente ahí subyacen problemas culturales y/o de percepción.

En cuanto al problema cultural, estamos en un momento de cambio de paradigma, aprendiendo a hacer las cosas de otra manera. Esos ejemplos recurrentes son sólo la punta del iceberg, pero cada día hay más y más ejemplos que van haciéndose visibles y cogiendo escala. Pero quizá también es el momento de repensar esas ideas de escala-crecimiento.

Esto último enlaza con el problema de percepción. Seguimos reconociendo como proyectos exitosos aquellos que juegan con una escala-lógica global, total, unívoca, monoteísta y binaria. No valoramos otras posibilidades para definir el éxito, ni queremos asumir, ni disfrutar, la complejidad.

Y por otra parte, nos hemos acostumbrado a significar hitos puntuales, pero en realidad todo es fruto de una evolución colectiva que tendemos a minusvalorar, desde el hallazgo del fuego a Internet, todo son procesos. No sólo es el momento en que salta la chispa, sino todo el camino hecho hasta ahí (con todas las pruebas y error) y el que hay que hacer para que cada hallazgo cale en la sociedad, se desarrolle y consolide.

Fuente de la entrevista: http://bloginteligenciacolectiva.com/tenemos-rebajar-la-ansiedad-los-procesos-colectivos-entrevista-ricardo-amaste/

Fuente de la imagen: http://bloginteligenciacolectiva.com/wp-content/uploads/2017/05/Ricardo-Amaste.jpg

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William James Sidis, ¿el más inteligente de la historia?

30 Abril 2017/Fuente:debate/Autor:Mundo

Su coeficiente fue estimado entre 250 y 300, muy superior a los 160-180 de Einstein, pero lo que más impresiona son los testimonios de sus hazañas.

Imagine a un niño que a los 18 meses ya podía leer el periódico The New York Times, y que a los ocho ya hablaba de manera fluida el francés, alemán, ruso, turco, armenio, hebreo y latín, además del inglés, su lengua materna. En total, ocho idiomas distintos.

Parece increíble para casi cualquier humano, sobre todo por la complejidad de las lenguas en cuestión, pero esto fue posible para el entonces niño Williams James Sidis, nacido en Nueva York k, 1 de abril de 1898 , hijo de dos inmigrantes rusos-judíos.

William, desde pequeño dio muestras de su mente superdotada, pues además de hablar ocho idiomas, inventó uno propio llamado ‘vendergood’, mimos que con los años los lingüistas estudiaron y calificaron como muy completo y correcto.

Hazañas. Entre las proezas documentadas de este niño prodigio, se cuenta que pasó el curso de tercero de primaria en solo tres días, aprendiendo todas las lecciones que este contemplaba.

Antes de cumplir los 8 años de edad, William ya había escrito cuatro libros (dos de anatomía y dos de astronomía), además de pasar los cursos de admisión para el MIT (Massachusetts Institute of Technology).

Los logros continuaron en sus primeros años de vida, pues a los 11 entró a la Universidad de Harvard y a los 16 se graduó de la carrera de medicina. Una anécdota cuenta que un día llegó a una biblioteca y pidió que le dieran todos los libros que allí había de la lengua portuguesa.

Se retiró hasta la noche, tras haber leído en portugués todo el día. La mañana siguiente presentó un examen en esa lengua, el cual aprobó con calificación perfecta, acreditando que dominaba dicho idioma. Cuando murió, a sus 46 años, William dominada 40 lenguas.

De acuerdo con una prueba de coeficiente intelectual, aplicada Williams James Sidis por un psicólogo, la estimación fue de entre 250 y 300 puntos. Muy por encima de la obtenida por genios como Einstein (160 – 180) o Stephen Hawking (160). El promedio normal es de 90 a 110 puntos.

Pese a su probada capacidad intelectual, William no destacó al nivel de otros genios. Murió el 17 de julio de 1944, hablando 40 idiomas distintos de manera perfecta y tras haber terminado siete carreras universitarias.

Su vida ha sido motivo de curiosidad y análisis durante muchas décadas, sobre el tipo de desarrollo educativo que William James Sidis recibió de su familia. Su madre fue licenciada en medicina y su padre fue licenciado y medicina y filosofía, autor de varios libros.

Es al padre de William,  Boris Sidis, es a quien se le atribuye haber aplicado sus conocimientos de psicología para potenciar la capacidad intelectual de su hijo. La vida del joven prodigio ha sido motivo de libros, así como de una cinta de 1997 titulada ‘Good Will Hunting’, protagonizada por Matt Damon y Robin Williams.

Fuente de la noticia: https://www.debate.com.mx/mundo/William-James-Sidis-el-mas-inteligente-de-la-historia-20170426-0347.html

Fuente de la imagen:

https://www.debate.com.mx/export/sites/debate/img/2017/04/26/1textocc.jpg_1805022883.jpg

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Concentración, disciplina e inteligencia

Carlos Cortés

Aplicar el talento juvenil y la madurez con creatividad por medio de la investigación, en la comunidad actual y sus valores sublimará la sabiduría de investigar para evitar la conspiración, por medios como la autopista informativa para alcanzar el saber y con él el referente del convencimiento y la verdad virtual.

Son múltiples y variadas las circunstancias que dan paso a la integración de los valores, inherentes al curso de la educación y su cultivo integral, de acuerdo a las condiciones en el gran mosaico comunitario donde privan desde tradiciones hasta tentaciones hacia la delincuencia.

En tales condiciones la Reforma Educativa plateada por el Poder Ejecutivo y aprobada por el Legislativo tiene un amplio trecho por recorrer para superar obstáculos como el propuesto por el magisterio, que ve afectados sus intereses, desde la percepción de remuneración justa, hasta el traslado de sus derechos en plan hereditario. Tampoco con son ajenas las condiciones materiales de las instalaciones físicas para la impartición del conocimiento. La propia Secretaría de Educación ha señalado un lapso de diez años para alcanzar las metas.

En ese contexto es virtual la cercanía de elecciones a puestos en la burocracia, expuestas para el año en curso en varias entidades. Sobresale, por su importancia: la cifra de ciudadanos y de empresas ubicadas en el Estado de México, cuyo resultado se estima muestra representativa con miras al resto del país para junio de 2018. Con lo anterior se vive inquietud que aleja la tranquilidad con acentos de violencia y crimen, cuestionadores de eficacia por parte de los institutos armados responsables.

Previsión y provisión de recursos exhiben insuficiencia para rescatar la anhelada seguridad, rebasando las zonas rurales y expandidas a las urbanas; éstas últimas residencia de la mayor parte de la población recurrente de mejoría para sus condiciones de existencia, pero que ven la degradación con incontenibles hechos de sangre y luto para desintegración de la familia.

En tal escenario es evidente la ausencia de unidad al interior de los partidos políticos, agravada por  denuncias y ataques cotidianos entre sus dirigentes, sin apelar a los principios ideológicos de su origen y a cambio la complicidad de conveniencia a sus propios intereses, que finalmente reducen a riñas y desconfianza entre directivos con pérdida de credibilidad por parte de seguidores al seno de la población.

El panorama resulta incierto para la mayoría de la sociedad abriendo expectativas inquietantes que puedan albergar pérdida de estabilidad para el progreso y adicional desorden con potencial inclinación a la violencia y el incremento de actividades al margen de la Ley y la prosperidad enunciada por la Educación, de acuerdo a los lineamientos expuestos por la Tecnología; ésta con la aplicación de métodos, entre otros, a través de las redes sociales que transitan por cuestionable aprovechamiento.

Dios nos guarde de la discordia.

Fuente del articulo: http://opinion.informador.com.mx/Columnas/2017/04/02/concentracion-disciplina-e-inteligencia/

Fuente de la imagen: http://mla-s1-p.mlstatic.com/suplemento-para-la-memoria-concentracion-mas-inteligencia-174221-MLA20728188718_052016-F.jp

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