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Jordi Nomen: “No tener pensamiento crítico implica ser más fácilmente manipulable”

Por 

¿Qué es el pensamiento crítico? ¿Cómo lo podemos definir?
Es un método que utilizamos para sentirnos seguros de nuestra opinión apoyándolas en argumentos fuertes, que sean lógicos, que sean válidos, etc. Al mismo tiempo que se pregunten por la verdad, que sean autocorrectivos. El pensamiento crítico te obliga a revisar las preguntas que te haces y a crecer personalmente con ellas.

¿Qué implica no tener pensamiento crítico? ¿Qué pasa si no nos hacemos preguntas?
No tener pensamiento crítico implica ser más fácilmente manipulable. Pierdes la libertad de pensar por tí mismo, es muy fácil caer en prejuicios y estereotipos porque no hay un trabajo riguroso del propio pensamiento. Esto también implica la imposibilidad de reorganizar tu pensamiento teniendo en cuenta las ideas de los otros. Hay un punto de pérdida de la diversidad, de ser incapaces de atender lo que los demás nos proponen.

¿Cómo podemos transmitir esta necesidad de ser críticos a los niños y niñas?
De entrada, siendo su ejemplo. Los adultos, los profesores debemos ser un modelo de pensamiento riguroso, tenemos que demostrar que nosotros también nos interrogamos. A su vez hay que permitir el tiempo y el espacio para que ellos estén con otra gente, con sus iguales, construyendo pensamiento colectivo. Yo soy muy partidario de que pensemos juntos, de que el aprendizaje es colectivo. Muchos matices y contrariedades que podemos tener respecto a nuestras opiniones nos las aportan los demás. Esto hace que necesitamos a los otros para pensar mejor.

¿Qué más necesitamos para pensar mejor?
El pensamiento crítico es solo una parte de la filosofía para niños. El pensamiento también debe ser creativo y curoso. El pensamiento tiene que buscar soluciones a los problemas y por ello se debe abordar desde distintos flancos y pensar en todas las alternativas posibles.

¿Por qué es importante ser creativo?

Es la mejor forma de encarar el futuro. Nosotros siempre construimos el futuro con la vocación de que sea mejor que el presente que vivimos. Es importante hacer volar la imaginación, pero al mismo tiempo hay que tocar de pies en el suelo. Esto es muy importante en un mundo cuyos problemas cada vez serán más complejos y más difíciles de resolver.

Una de las herramientas para trabajar el sentido crítico son las preguntas. ¿Cómo podemos enseñar a hacer preguntas?
El problema es que no nos han preparado para esto. La retórica y la oratoria han desaparecido del sistema educativo. Si el profesor no es una persona que se formula preguntas en público, si no hace avanzar a los alumnos en las deducciones de lo que van viendo y viviendo, es muy difícil enseñar nada. Hay muy buenas preguntas, pero son preguntas que amplían el conocimiento, que buscan la complicidad. No nos preguntamos por ejemplo por conceptos como la amistad. ¿Cuál es el límite? ¿Qué implica? Es importante definir rigurosamente los conceptos.

¿Es fácil preguntar y enseñar a preguntar?
No, los profesores no estamos preparados, esto no se transmite con facilidad. No se puede hacer un curso y con esto ya sabes preguntar. Requiere mucha experiencia, para conseguir un profesor socràtico necesita tiempo y necesita a sus compañeros, la pregunta siempre se amplia en función de tu interlocutor.

Hacer preguntas, y hacerlas colectivamente genera muchas oportunidades de diálogo. ¿Cómo podemos fomentar este tipo de situaciones?
De entrada, tenemos que tener muy claro lo que es un diálogo: volvamos al rigor de las palabras. Un diálogo significa que no competimos, sino que colaboramos intentando ver matices, puntos oscuros, debilidades de aquello que estamos analizando. Necesitamos mucho tiempo también por que un diálogo de estas características no se puede hacer en un ratillo. Requiera tiempo, tranquilidad, confianza, etc.

¿Estamos acostumbrados a dialogar?
No, además tenemos muy malos referentes. A nuestro alrededor frecuentan las tertulias, los debates, que implican un posicionamiento y la defensa acérrima de la misma. Comporta que hay ganadores y perdedores cuando un diálogo debe ser algo que construya. Vemos mucha gente discutiendo, sobre todo en los medios de comunicación, utilizando falacias lógicas, prejuicios, etc cualquier cosa es válida para atacar al enemigo.

¿En qué consiste el proyecto de filosofía 3/18?
Nos lo tenemos que imaginar como una mesa. Hay 4 patas en esta mesa, las habilidades de pensamiento. Cuando empezamos la clase tenemos que tener claro qué habilidad queremos trabajar esta es la primera pata. La segunda pata es la comunidad de investigación: un grupo de personas, reunidos en círculo, que se vean todos las caras. En tercer lugar, necesitamos un profesor socrático que pueda dirigir este diálogo que sea capaz de conducir, que reparta palabras, etc. Y por último el propio diálogo. La creación de un diálogo que se preocupe por la esencia del tema que se quiere trabajar.
Sobre esta mesa tendremos los tres tipos de pensamiento: el crítico, el creativo y el cuidadoso.

¿Qué objetivo persigue este proyecto? 
El objetivo es que los niños aprendan a pensar bien, en las tres dimensiones. El objetivo de este pensamiento es que sean capaces de transformar la sociedad, con mentalidad ciudadana. No estamos formando personas que solo cuiden de construir su camino, si no que procuramos que piensen en la construcción y transformación del colectivo.

¿Cuáles son sus beneficios?
Los beneficios son claros: una persona crítica es valiente,tiene libertad, es humilde porque capta las opiniones de los demás. Si es creativo, es una persona capaz de imaginar el futuro de intuir posibilidades, etc y si es curoso siempre tendrá a los demás en cuenta, que la ética será uno de los valores que guiarán sus pasos. El pensamiento curoso introduce este componente ético de tener en cuenta a los demás y de querer trabajar por el bien común.

¿El sistema educativo español está preparado ahora mismo para incorporar esto con garantías?
No, no creo que esté preparado. El sistema educativo español actualmente está siendo sacudido y es indudable que las TIC han desbordado la educación tradicional, que la ciencia a través de la neurociencia nos está proporcionando datos muy relevantes sobre cómo aprendemos, por ejemplo que las emociones son básicas para garantizar un buen aprendizaje. No tenemos a docentes preparados para afrontar estos retos, les desborda perder la centralidad del aula. Nos perturba mucho una evaluación que es muy clasificadora y que nos impide ver como progresa cada persona. Hay muchas cosas en el sistema educativo que deberían cambiar para hacer viable un proyecto como el de 3/18.

¿Qué papel adoptan las humanidades en esta sacudida del sistema educativo?
La verdad es que soy muy pesimista. Nos equivocamos mucho bandeando las humanidades del sistema educativo porque las humanidades nos humanizan. La poesía, las artes plásticas, la literatura, la filosofía, nos dotan de la humanidad que necesitamos las personas. Evidentemente no voy en contra de la ciencia y la tecnología, son aprendizajes imprescindibles.

¿Qué lecturas recomendarías para trabajar la filosofía con niños y niñas?
Yo creo que hay que recurrir a los clásicos y en este caso a Mathew Lipman y todo su currículo pensado precisamente para hacer filosofía con niños. Ya en los años 60 empieza a trabajar sobre este currículum con novelas para niños y niñas y libros guía para maestros para que aprendan a trabajar las novelas filosóficas. Abarcan todo el sistema educativo y son fundamentales para avanzar de forma sistemática.

Fuente: http://blog.tiching.com/jordi-nomen/

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Maestros de Maestros: Paulo Freire (1921-1997) -PDF-

Brasil / 10 de marzo de 2019 / Autor: Rafael Reyes Galindo / Fuente: Compartir Palabra Maestra

La pedagogía instala en cada hombre y en cada mujer una capacidad: la capacidad de rebelarse

Para Freire, “todo educador es un artista, una de las tareas del educador es rehacer esto: el educador rehace el mundo, él redibuja el mundo, repinta el mundo, recanta el mundo, redanza el mundo” (2000). Si para Dewey no hay educación si no aprendemos a analizar las fuerzas políticas que nos gobiernan, para Freire no hay educación si no instala en cada hombre y en cada mujer la posibilidad de rebelarse, “fuer por esta razón –confiesa Freire- y no porque yo estaba metido en la alfabetización, que yo fui a la cárcel y pasé dieciséis años fuera de Brasil. La alfabetización que yo hacía implicaba esta comprensión critica del mundo” (Freire, constructor de sueños. 2000).

Con Freire se expande por Latinoamérica una educación como “práctica de la libertad” y una pedagogía que se hace consciente de los límites en los que cada uno y cada una hayan condicionado. La pedagogía se hace lucha por hacerse reconocer, lucha por la visibilidad. Nadie puede permitir pasar invisible en el contexto en el mundo en que vive: hacerse visible como campesino, hacerse visible como comunidad, hacerse visible como negro, hacerse visible como indígena, hacerse visible como extranjero, hacerse visible como nativo como recién llegado, hacerse visible como gitano, hacerse visible como mujer, hacerse visible como juventud.  Aparece una educación insatisfecha siempre, “se trata de una educación para que se tenga poder”, afirma con frecuencia Freire.

Ahora bien, esta práctica crítica de la educación y de la pedagogía no hay que confiársela a los que detentan el poder, no es un asunto de directivas, ni de instituciones: “sería en verdad una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollen una forma de educación que permitiesen a las clases dominadas percibir las injustificadas sociales en forma crítica” (Freire, constructor de sueños. 2000). Y las clases dominantes son las políticas públicas, los modelos pedagógicos, los sujetos a los que le han encargado las prácticas exitosas de la pedagogía, la excelencia docente y la acreditación institucional. Ellos tienen un oficio sin el cual posiblemente no tendríamos una educación racionalmente administrada; pero no le pidamos a estos ámbitos una educación con inquietud crítica y menos una pedagogía como lucha por hacerse reconocer y un desborde de la obediencia hacia una creación de un mundo nuevo.

Pero si no es un asunto de directivas ni de instituciones, la educación critica es un acontecimiento fundacional de rehacer todo y, también, una actividad de sujetos que conciben el mundo a partir de sus relacione mutuas. Como acontecimiento fundacional, se coloca en la génesis primordial de todo lo creado, “Dios dijo, nombrarás las cosas, darás nombre a las cosas. Y solo es posible “dar nombre” cuando las cosas están hechas. Por lo tanto, Dios dijo: ¡transformarás el mundo! Y En esto consiste transformar, dar de nuevo nombres a las cosas (…) las ideologías inmovilizantes obstaculizan que hombres y mujeres rehagan el mundo y van contra el Génesis” (Freire, constructor de sueños. 2000).

Pero además de un acontecimiento fundacional, la educación crítica es una actividad de los sujetos. Somos poder porque somos educadores, “como educadores y educadoras somos políticos, hacemos política al hacer educación” (Freire, constructor de sueños. 2000). La educación hace que los individuos se movilicen, que los individuos se organicen, y que los individuos se asocien para transformar “el mundo malo” (Freire, constructor de sueños. 2000). Aparece aquí una íntima relación entre enseñanza y educación (Freire, Cartas a quien pretende enseñar, 2010): no hay neutralidad en la enseñanza de las ciencias; toda enseñanza lleva una comprensión del mundo que debe ser explicada, analizada, cuestionada y transformada. Toda enseñanza de la ciencia lleva a la trasformación de las condiciones culturales en la que se encuentran los educandos, no hay una epistemología que nos permita comprender el mundo sin cambiar a los sujetos que comprenden, sin ser cambiado por los sujetos que aprenden. Por eso, no hay enseñanza neutral, objetiva, general para todos sin que le pase algo a los que aprenden, sin que le suceda un aprendizaje al que enseña. Algunas pedagogías centradas en el aprendizaje desconocen esto, desconocen el trabajo relacional de la enseñanza, la capacidad transformadora de los contenidos de la enseñanza, la transformación de los contenidos en los espacios culturales, y el acontecimiento fecundo de los encuentros de sujetos con deseos de saber.

La transformación del mundo pasa por una lectura del mundo. Leer es transformar.  “Leer” la educación, leer la pedagogía, leer la didáctica del lenguaje es cambiar el mundo que nos sucede. Consiste en habitar nuestro espacio y ser soberanos en él. Por eso, Freire elabora la noción de “Pedagogía del oprimido” (2005) como una herramienta analítica, para detectar las prácticas de la educación bancaria en la que estamos limitados y condicionados. Uno se imagina un cajero de una entidad financiera que traslada dinero que no es suyo, sin enriquecerlo a él, sin cambiarlo para nada su modo de vida.

Así es la educación bancaría. Este tipo de educación legitima una pedagogía del opresor, mantiene oprimidos a los educandos, hace perpetua la opresión. En este estado, los oprimidos carecen de mundo propio, afectándose de manera directa la forma de estar en el mundo pues le impiden tomar posesión de él. Se necesita una pedagogía que le permita al educando decir su mundo y tomar su vida a dos manos. Freire instala una concepción problematizadora de la relación pedagógica, al detectar la contradicción educador-educando. Al mismo tiempo ofrece un modo de superación de esta contradicción mediante el ejercicio mediador del lenguaje, señalando el carácter dialógico de la educación como práctica de la libertad.

La educación bancaria sería una vida unidimensional donde el mundo del oprimido es el mismo mundo del opresor donde se legitima la vida que se lleva y las injusticias en las que se mueve. En cambio, en una educación liberadora, los educandos leen su mundo, se dan cuenta que están condicionados, pero que no están determinados y se movilizan para cambiar todo. Esta apropiación la llama la capacidad de decir su mundo, se trataría de un proceso de concientización.

La lectura, la enseñanza de la literatura, en este contexto liberador no es asunto de cuantos libros lee al año, cómo hacer su lectura rápida ni como adquirir competencias lecturas sino de cómo la lectura del mundo lo ha llevado a la lectura de determinados libros. Y de cómo determinados libros lo lleva a una lectura del su mundo. En La importancia de leer y el proceso de liberación (2005) Freire recalca que la lectura del mundo es primero que la lectura de los libros y que si se leen los libros es porque primero se ha leído el mundo. De modo que, si se logra éxitos en los Derechos Básicos de Aprendizaje, pero nuestros jóvenes, nuestros niños y niñas no han aprendido a leer su mundo lo que hemos hecho es negarles el derecho primordial: la capacidad de darle nuevos nombres al mundo que les heredamos.

Paulo Freire fue cuando joven profesor de portugués, cuando tenía veinte años sus estudiantes no tenían que memorizar ciegamente la sintaxis, sino que “se proponía a la curiosidad de los alumnos de manera dinámica y viva, en el cuerpo mismo de los textos, ya de autores que estudiábamos, ya de ellos mismos, como objetos a desvelar y no como algo parado cuyo perfil yo describiese” (p. 101).

Me refiero a que la lectura del mundo precede siempre a la lectura de la palabra y la lectura de esta implica la continuidad de la lectura de aquel. […] Este movimiento del mundo a la palabra y de la palabra al mundo está siempre presente. Movimiento en que la palabra dicha fluye del mundo mismo a través de la lectura que de él hacemos. De alguna manera, sin embargo, podemos ir más lejos y decir que la lectura de la palabra no es solo precedida por la lectura del mundo, sino por cierta forma de “escribirlo” o “reescribirlo”, es decir, de transformarlo a través de nuestra práctica consciente. (p. 106)

Enseñar y la lectura misma siempre fueron vistas como “un acto político y un acto de conocimiento, y por eso mismo como un acto creador” (P. 104). El maestro ocupa un papel importante, sobre todo en sus últimos trabajos. Hay un trabajo creativo en la relación pedagógica: hacer todas las cosas nuevas: no se limita a “ir llenando cabezas vacías” sino que se hace de cada educando un sujeto; alguien capaz “de su tarea creadora” (p. 105).

Paulo Freire construyó una pedagógica critica, que después es retomada por pensadores como Henry Giroux, Peter Maclaren, Stephen Kemmis, Michel Apple. En Colombia ha sido el inspirador de la Educación Popular, de las Comunidades Eclesiales de base y de los movimientos sociales.

Si Inmanuel Kant señaló en los inicios de la Modernidad, que la Ilustración, es “la salida de la minoría de edad” (1804) que toda educación consiste en arriesgarse a pensar por sí mismo (sapere aude), Dewey nos mostró que esto no es posible si un análisis de las fuerzas que nos construyen. Para Freire, pensar por sí mismo sería la capacidad de ocupar el “metro de poder” que nos pertenece: de tomar la palabra, de hacerse visible, de reinventar el mundo que se nos ha dado. Con Freire, la educación para la obediencia no tiene lugar. La obediencia se infiltro en la educación moderna, por alguna razón, pero que pertenece a otro registro que debe ser analizado. No nos educamos para obedecer, nos educamos para tener razones de obedecer, y esas razones de obedecer son las mismas razones para la desobediencia.

Con Freire la práctica pedagógica toca las fronteras de la escuela, la práctica pedagógica se abre a los saberes comunitarios, los saberes escolares se redefinen como proyectos políticos, el currículo se hace crítico, el maestro intelectual orgánico y el educando un artista de sí mismo.

Link para la descarga:

https://compartirpalabramaestra.org/documentos/aliados/maestros-de-maestros/maestros-de-maestros-freire.pdf

Fuente de la Reseña:

https://compartirpalabramaestra.org/especiales-tematicos/maestros-de-maestros/paulo-freire-1921-1997

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 10 de marzo de 2019: hora tras hora (24×24)

10 de marzo de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 10 de marzo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Cuestionan mensajes de Bolsonaro sobre educación en Brasil

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303520

01:00:00 – Narodowski: “Hace muchos años que la Argentina no tiene un proyecto educativo” (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303138

02:00:00 – La primera ministra de Noruega aboga por el aprendizaje a lo largo de toda la vida

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303603

03:00:00 – Fomentar la lectura… ¡y la lectura! (bis) (Artículo de Manuel Pérez Rocha)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303123

04:00:00 – República Dominicana: Auspician libro “Neurociencias y Aprendizaje”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303606

05:00:00 – Stella Villarmea: ¿Por qué la ética y la filosofía son fundamentales en la educación?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303390

06:00:00 – Libro: Sobre la educación en un mundo líquido (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303270

07:00:00 – CENTURY, una plataforma de enseñanza y aprendizaje basada en la inteligencia artificial

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303600

08:00:00 – Libro: Calmar la Educación. Palabras para la acción (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303277

09:00:00 – León Trahtemberg: «El alumno vive en el siglo XXI y su profesor en el siglo XX»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303401

10:00:00 – Maestros de Maestros: Paulo Freire (1921-1997) -PDF-

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303623

11:00:00 – Huelga UAM (Artículo de Hugo Aboites)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303132

12:00:00 – Esta experta estadounidense cuenta 4 claves para enfocarse en la innovación pedagógica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303614

13:00:00 – Colombia: 44° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Evaluación Educativa VI)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303626

14:00:00 – México: Tarea sobre Porfirio Díaz plantea a otros maestros a estar a la altura

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303525

15:00:00 – Bolsonaro contra el pensamiento crítico en Brasil

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303609

16:00:00 – Dislexia matemática: ¿has oído hablar de la discalculia?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303597

17:00:00 – Alfredo Corell: “Los profesores universitarios no estamos preparados para dar clase”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303394

18:00:00 – Estados Unidos: Cómo aplicar a una charter, en la voz de una madre experta

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303528

19:00:00 – “Meritocracia”, “Calidad” y Compromiso Educativo (Artículo de Juan Carlos Miranda Arroyo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303262

20:00:00 – Titular Educación de Puerto Rico niega despedir maestros para próximo año escolar

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303517

21:00:00 – Especial: California: la educación en juego (Cartas sobre la mesa) -Video-

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/303617

22:00:00 – Cuba y Guinea Ecuatorial por afianzar nexos en materia educativa

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23:00:00 – Sergio Belmonte: “Con doce alumnos por clase haríamos magia de verdad”

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En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Las seis condiciones ‘sine qua non’ para educar en el pensamiento crítico

El filósofo y teólogo Francesc Torralba esboza las condiciones que deben darse en el aula para hacer posible la educación en el pensamiento crítico, como colofón de una serie de jornadas, talleres y visitas a escuelas organizadas por la Fundación Bofill bajo el concepto #somcrítics (somos críticos)..

“Todo niño tiene capacidad de pensamiento crítico, pero para activarlo se necesitan unas condiciones; del mismo modo que un roble no florecerá si la semilla cae sobre el asfalto, el pensamiento crítico no lo hará sin las condiciones de posibilidad adecuadas”. Francesc Torralba y Mar Rosàs, respectivamente director y coordinadora de la Cátedra Ethos de la Universidad Ramon Llull, acaban de publicar un informe (en catalán) de un centenar de páginas titulado ¿Somos críticos? Fundamentos para una educación comprometida, por encargo de la Fundación Bofill. El sábado, en el encuentro sobre pensamiento crítico organizado por la fundación en la Nave Bostik, en la Sagrera (Barcelona), Torralba desgranó algunas ideas fuerza de este informe, es decir, lo necesario para educar en el pensamiento crítico, que según el filósofo significa “poner en cuestión incluso aquello que parece obvio”.

¿Y cuáles son estas condiciones? Torralba enumeró seis, todas ellas sine qua non, y que en realidad se podrían aplicar también al buen periodismo.

1) Tomar distancia. Una distancia, por supuesto, intelectual, porque “cuando uno no toma distancia fácilmente sucumbe al dogmatismo y el fanatismo”. Esta distancia también es válida para las fuentes de información, sobre las que hay que aplicar un “escepticismo metodológico”, añadiría más tarde a preguntas de un asistente;

2) Pensar en clave de comunidad. La crítica no puede ser individual, requiere comunidad, dijo Torralba, lo que implica “acostumbrarnos a dar voz a aquellos a los que no se suele dar voz”;

3) Tener la audacia de criticar, lo quiere decir “atreverse a decirle al emperador que va desnudo”, un ejercicio mucho más difícil de lo que parece porque, a menudo, caemos “en la cárcel de lo políticamente correcto”;

4) Actuar con humildad, que no es otra cosa que “aceptar que la crítica del otro puede tener más consistencia que la tuya”;

5) No excluir ningún objeto de la crítica. “Eso es lo que haría un profesor dogmático: puedes criticarlo todo menos a mí”; y

6) Evitar quedar atrapados por el principio de autoridad, que es aquello tan típico de citar un sabio como estrategia para cerrar un debate ( “¡Esto ya lo decía Platón!”). Aunque, añadió, hoy, más que un sabio, los adolescentes citarían un influencer. En el fondo es lo mismo, porque “el principio de autoridad es la gran excusa para no pensar más, a lo largo de la historia se ha usado mucho y es un gran mecanismo de censura del pensamiento crítico”, advierte Torralba. Como dice el informe, “pensar críticamente es pensar por uno mismo”.

“Podemos educar niños en todos estos aspectos, los podemos educar para tomar distancia, o para ser audaces, o encajar la crítica”, asegura el director de la Cátedra Ethos de la URLL. La defensa del pensamiento crítico en las aulas se debe hacer de forma proactiva, opina, “por todos los beneficios que aporta”, pero también se puede hacer una defensa reactiva, que sería aquella que fundamenta su fuerza en las consecuencias que tiene la ausencia de pensamiento crítico. “Mira lo que pasa en el mundo cuando no hay pensamiento crítico: crece el populismo y la demagogia”.

Foto: Fundación Bofill

Críticos sí, ‘criticones’ no

A estas seis condiciones después hay que añadir algunos matices y precisiones. Por ejemplo, advierte Torralba, no es lo mismo ser crítico que criticón. “El criticón es aquella crítica reactiva, epidérmica, la que lo critica todo para hacerse notar, el ‘reventador’ adolescente. De eso el mundo está lleno”, asegura, mientras que la crítica es “la que se fundamenta en las razones”.

Tampoco es lo mismo ser creyente que crédulo. Todos somos creyentes en algo, lo que no podemos es ser crédulos. En general, los alumnos son crédulos, “los puedes engañar con una facilidad extraordinaria por este desequilibrio de saberes” y, por ello, afirma Torralba que “el pensamiento crítico es un poderosísimo antídoto ante la credulidad”.

Transversalidad y pautas de actuación

El informe elaborado por Torralba y Rosàs advierte que el pensamiento crítico no es un contenido curricular, sino que es un elemento indispensable para convertir la información que nos llega en conocimiento. Y que tampoco el Departamento de Educación lo considera una competencia, sino una capacidad que hay que trabajar para alcanzar determinadas competencias como «desarrollar habilidades para hacer frente a los cambios y a las dificultades y para alcanzar un bienestar personal», «analizar el entorno con criterios éticos para encontrar soluciones alternativas a los problemas»,«cuestionarse y usar la argumentación para superar prejuicios y consolidar el pensamiento propio» o «aplicar el diálogo como herramienta de entendimiento y participación en las relaciones entre personas». De hecho, los autores defienden que el pensamiento crítico debe tener una presencia transversal en el trabajo de todas las competencias.

El informe también entra, en su parte final, en dar unas pautas para generar pensamiento crítico, sobre las mismas instituciones educativas y sobre lo que hay más allá de ellas. No ofrece recetas mágicas, sino pautas que hay que adaptar a cada contexto, para la organización de grupos de discusión crítica entre la juventud. A grandes rasgos, viene a decir que los grupos funcionarán si hay motivación y compromiso, que en la elección de los componentes es interesante velar para que haya un alto nivel de afinidad, pero con el máximo grado de diversidad, ya que es “es una ocasión para trabajar el respeto a la diferencia”; también anima a hacer que los encuentros tengan una periodicidad estable, elegir un espacio donde todo el mundo se sienta a gusto, o que se respete el criterio del alumnado en la elección del tema. Y, por último, da varios consejos sobre la tarea que debe llevar a cabo el facilitador.

Aparte de la charla de Torralba, la jornada contó con también con una conversación entre Pilar Benejam y Joan Manuel del Pozo, moderada por Boris Mir, quienes coincidieron en señalar, como había hecho también Torralba, que el pensamiento crítico es un pleonasmo porque, si es pensamiento, debe ser crítico. Para Benejam, el pensamiento crítico “siempre ha estado presente en la educación, porque quien no aprende siempre no puede enseñar”, mientras que Del Pozo señaló que “el pensamiento crítico es una actitud, y si es una actitud, contagia tanto entre compañeros como a los alumnos”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/03/04/las-seis-condiciones-sine-qua-non-para-educar-en-el-pensamiento-critico/

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Una ley para promover la formación política en los colegios

Por: Julián de Zubiría

El pedagogo Julián De Zubiría sustenta un proyecto de ley para promover la formación política en los colegios del país. Su propuesta es la respuesta al proyecto del parlamentario Edward Rodríguez, del Centro Democrático, el cual busca restringir la libertad de cátedra.

En los Diálogos de Platón, Sócrates hace una pregunta especialmente original y pertinente: ¿Qué pasaría –dice– si la población careciera de la educación suficiente para elegir adecuadamente a sus gobernantes? ¿Qué efecto generaría en la democracia el que los votantes no pudieran, por debilidades en su formación, ejercer de manera libre el derecho al voto?

En el hermosísimo texto ¿Qué es la ilustración?, E. Kant concluye que el fin último de la educación es alcanzar la mayoría de edad, es decir, formar un individuo que tenga criterio propio para enfrentarse en la vida a la toma de complejas decisiones políticas, sociales, éticas y personales. Al hacerlo, vuelve a poner sobre la mesa el fin último que los principales filósofos en la historia humana le han asignado a la educación: fortalecer la libertad y la autonomía.

Sin duda, podemos decir que, en Colombia, hay muchas personas mayores de dieciocho años, pero que todavía son pocos los “mayores de edad”, en el sentido kantiano del término. La conclusión es evidente: mientras no mejoremos estructuralmente la calidad de la educación, nuestra débil democracia seguirá amenazada.

Evoco a Sócrates y a Kant, en momentos en que el Centro Democrático ha presentado un proyecto de ley para prohibir a los docentes promover el pensamiento crítico y la reflexión política en las aulas. El proyecto –similar al que impusieron los paramilitares en el Cesar y Córdoba en los años ochenta– busca restringir la libertad de expresión y el pensamiento de los docentes, al tiempo que coacciona el derecho a pensar, interpretar y disentir por parte de los estudiantes. De allí que fuera demandada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos una ley casi idéntica impulsada por Bolsonaro en Brasil, denominada “Escuela sin partido”, pero conocida como “Ley Mordaza” por parte de los docentes brasileros. La CIDH les dio la razón a los demandantes.

La democracia exige una educación pública democrática, masiva y de calidad. De no alcanzarla, las nuevas generaciones no consolidarán la libertad y la autonomía, condiciones necesarias para que la población elija de manera independiente a sus gobernantes.

En Colombia, la educación pública no es democrática, ni masiva, ni de calidad. Actualmente en las aulas, los jóvenes no aprehenden a pensar, a leer o a argumentar. Más triste aun: cada vez se aumenta la brecha entre lo que alcanzan los egresados de la educación pública y los de los colegios privados de élite. Eso empequeñece la democracia y eleva la inequidad. Estas notables debilidades convierten a las nuevas generaciones en presa fácil de la manipulación, de las noticias falsas y del engaño. Con facilidad, los políticos los atemorizan para que voten según su conveniencia y no según la de los electores.

La propuesta que quiero defender en estas notas es exactamente la contraria a la presentada por el Centro Democrático. Se trataría de una ley que promoviera la formación política en los colegios, una ley que invitara a todos los docentes de todas las áreas a fortalecer el pensamiento y la lectura crítica. La ley que propongo establece que en todos los colegios del país se celebrarán elecciones parlamentarias y presidenciales y que, previamente, se organizarán diversos debates entre los estudiantes que asuman la defensa de los múltiples partidos que participen en la contienda electoral a nivel regional y nacional. Los estudiantes deberán documentarse previamente sobre los postulados políticos que defenderán en los debates y en las elecciones simbólicas. Las visiones diversas y la confrontación de ideas son condiciones necesarias y enriquecen el pensamiento crítico. De allí que hay que hacer todo lo posible por realizar clases conjuntas entre docentes, que, de ser posible, tengan posiciones diferentes ante la ciencia, el arte, la literatura, el deporte y la política.

Así mismo, se exigirá que todos los colegios del país queden a cargo de los estudiantes mayores, por lo menos durante un día por semestre. No podemos formar mejores ciudadanos en instituciones tan autoritarias, formales y poco participativas, como hoy lo son las instituciones educativas. Como bien lo destacan Kohlberg y Dewey, para que la escuela nos ayude a construir una sociedad más libre, ética y justa, previamente es necesario construir escuelas más democráticas. Por ello es conveniente entregar a los estudiantes durante un día la institución educativa, para que se ejerciten en la práctica educativa, en la toma de decisiones reflexivas, pertinentes y contextualizadas, y en la mediación y resolución de conflictos. De esta manera asumirán durante un día los roles de los docentes y los directivos de la institución. La democracia no se aprehende con discursos, sino que se construye por medio de prácticas mediadas. Los colegios deben convertirse en lugares de formación de ciudadanos más críticos, más éticos y más independientes; es decir, de mejores ciudadanos.

 

El proyecto de ley también exigirá que, en todos los colegios del país, una vez al mes se suspendan las clases para garantizar un debate amplio y libre sobre una temática que sea elegida de manera autónoma por los estudiantes de bachillerato en la institución. Orientados por sus docentes, los estudiantes prepararán las temáticas y conformarán de manera respetuosa, reflexiva y argumentada, grupos para cohesionar el trabajo en equipo y para defender sus posiciones. Al concluir, un conjunto de estudiantes elegidos y preparados para tal fin, determinarán quiénes presentaron los argumentos más claros y sustentados.

Un ejercicio análogo se realiza en diversos colegios públicos y privados del país, cuando se lleva a cabo el simulacro de las Naciones Unidas. Al hacerlo, se fortalece el pensamiento relativo y el multiperspectivismo, algo esencial en la formación de mejores ciudadanos, pero desafortunadamente muy poco consolidado en nuestros jóvenes, por una historia demasiado marcada por la intolerancia, la cultura del vivo y el fanatismo, heredados de la guerra y de las mafias, y acentuada por los grupos políticos que han sacado provecho del odio y del fanatismo.

Según el proyecto de ley, todos los colegios del país deben participar en ejercicios de simulación análogos a los realizados en las Naciones Unidas, ya que la formación política, debe involucrar un contexto más amplio y trascendente; al fin y al cabo, ellos son esencialmente, ciudadanos del mundo.

Respetando los principios pedagógicos de la transversalización y la integralidad, se debe exigir que dichos debates sean liderados por docentes del área de Ciencias Sociales, pero que en la preparación de los mismos participen docentes de todas las áreas.

Un voto más libre y más independiente fortalece la participación y la democracia. Hoy los jóvenes votan poco y tienen poco criterio e interés para hacerlo, precisamente porque desconfían de las elecciones, del sistema político y de los partidos políticos. Es así que, en el plebiscito del 2 de octubre del 2016, una de las elecciones más importantes de las últimas décadas, tan solo salió a votar el 19% de los jóvenes entre 18 y 24 años. El resto, por diversos motivos, se abstuvo de hacerlo y permaneció en su casa o en los parques, mientras otros decidían el futuro de la nación.

En el país no hay exceso de politización de las aulas, como sostiene el Centro Democrático; por el contrario: falta formación política de los jóvenes y de sus propios docentes. Si logramos fortalecerla, nuestros hijos vivirán en un país menos corrupto y más participativo. La democracia la construimos todos al respetar las filas, al no pagar sobornos y al no evadir los impuestos; se vive en las familias, cuando respetamos la voz de nuestros hijos y promovemos la diferencia de opiniones, credos y personalidades; o en los debates con los amigos al enriquecermos y no atropellar las diferencias. La democracia es una construcción cultural y, por ello, debemos cuidarla y construirla entre todos.

El fanatismo y los dogmas son la antítesis del pensamiento crítico. Por ello hay que excluir el proselitismo y el sectarismo de las aulas, al tiempo que fortalecemos el debate político argumentado y la diversidad de ideas. Hay que defender las ideas de la Ilustración y no las del oscurantismo. Hay que fortalecer la razón y los argumentos, y no las creencias dogmáticas o la “policía del pensamiento” –como la llamó Orwell–, que tenía como propósito castigar a quienes se atrevían a cometer el “crimen del pensamiento”, que describe en su novela 1984.

Un voto libre, independiente y reflexivo ayudará a que nuestro destino sea más humano, más sensible y más feliz. Por ello, todos debemos protegernos de la enfermedad de votar a ciegas. Eso se logra con mejor formación política y no con leyes que amordazan a los docentes, la libertad de cátedra y la libertad. Ya lo tenía claro Sócrates en el siglo V antes de Cristo. Un buen texto y un buen maestro nos hacen más autónomos, al tiempo que la ausencia de educación y de lectura nos hace creer ciegamente en lo que digan los demás.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/ley-para-promover-la-formacion-politica-en-los-colegios-por-julian-de-zubiria/603171

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Cómo reorganizar el aula para impulsar el pensamiento crítico

  1. Redacción: Aptus

Según la educación tradicional, se tiende a plantear las aulas como un espacio ordenado e individual, donde toda la atención la recibe el profesor y el pizarrón o pantalla que ocupa el espacio principal.

No se trata de un mal planteamiento del espacio, solo que es muy posible que no sea el más efectivo para trabajar el contenido de algunas clases, sobre todo si el objetivo es generar el intercambio de ideas, invitar al debate y promover el pensamiento crítico.

Crear aulas que promuevan el pensamiento

Reorganizar un aula y adaptarla a las necesidades de la clase debe ser visto como una solución muy factible para cualquier profesor que quiere trabajar de un modo más conjunto y donde no es su figura la que debe tener el protagonismo, tal como publica Universia.

Las empresas más innovadoras son una importante fuente de inspiración para ver cómo crear un aula o sala en las que se generen interacciones espontáneas y los estudiantes sientan que trabajan en un espacio donde lo relevante son sus aportaciones y puesta de ideas en común.

Además, es importante que educadores y estudiantes tengan presente la relevancia del pensamiento crítico en el contexto actual y que muchas empresas buscan candidatos y profesionales que sean capaces de pensar por si mismos, aportar ideas con seguridad y defenderlas ante otras personas.

Formas de reorganizar un aula:

Espacios maker

Es la distribución más útil para trabajar en diferentes proyectos y que supone un trabajo manual o práctico.

Se trata de concebir el aula como un laboratorio o taller donde la idea es que los estudiantes se muevan libremente y tengan diferentes espacios para realizar sus tareas.

Sala Google

Este concepto defiende la idea de usar colores, texturas e iluminación para potenciar la creatividad y las diferentes formas de trabajo, ya sea de modo individual o colaborativo, pero sintiendo que se está en un espacio que invita a trabajar y crear.

Mesas en herradura

Es una distribución que ayuda que todos los estudiantes tengan contacto visual con sus compañeros y sigan el hilo de una conversación o debate.

Es una organización del aula muy útil para hacer lecturas, compartir ideas y promover la participación de todos.

Fomentar el trabajo en equipo con mesas por grupos o dividir el aula en pequeños pods, según las tareas que debe de desarrollar cada estudiante, son otras formas de dar dinamismo a una clase y aprovechar todas las posibilidades de un espacio adaptable.

Toda organización puede ser útil si responde a un objetivo claro y el docente es capaz de supervisar las tareas de los alumnos e interactuar con todos de forma sencilla y natural.

Fuente: https://www.aptus.com.ar/como-reorganizar-el-aula-para-impulsar-el-pensamiento-critico/

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Ecuador: ‘Revolución educativa’ y Educación Popular

Ecuador / 3 de marzo de 2019 / Autor: Rosa María Torres / Fuente: Otra Educación

Recibo a menudo pedidos de información y de entrevistas por parte de personas e instituciones extranjeras interesadas en saber sobre la educación en el Ecuador y, más recientemente, sobre la ‘revolución educativa’ impulsada en el gobierno de Rafael Correa (2007-2017). Conociendo mi trayectoria en la Educación Popular y mi cercanía a Paulo Freire y a su obra, hay quienes me buscan para preguntarme sobre la vinculación de la ‘revolución educativa’ con el movimiento latinoamericano de Educación Popular y con el pensamiento de Freire.

Muchos se sorprenden al saber que la ‘revolución educativa’ no estuvo emparentada con la Educación Popular ni tuvo como referente el pensamiento de Freire. Ciertamente, ‘revolución ciudadana’ hace pensar en empoderamiento de la sociedad y ‘revolución educativa’ hace pensar en una transformación mayor de la educación y del paradigma educativo. La enorme propaganda que acompañó al gobierno de Correa fue eficaz en instalar en el imaginario nacional e internacional una revolución ciudadana y una revolución educativa que no fueron tales.

«La nueva izquierda a la que represento no es anti-nada: ni anti-capitalista ni anti-norteamericana ni anti-imperialista» afirmó Correa en 2010, frente a Hillary Clinton, durante su visita al Ecuador. No obstante, el progresismo latinoamericano y mundial ha insistido en seguir viendo en Correa a un líder progresista, de izquierda, socialista, revolucionario, antimperialista. En verdad, Correa no venía de ninguna militancia de izquierda. El movimiento Alianza País creado para terciar en las elecciones de 2006 fue la sumatoria de numerosas organizaciones de todos los colores, desde la derecha hasta la izquierda. En 2008 Correa declaró su adscripción al llamado «capitalismo popular» y más adelante (6 junio 2015) definió su proyecto en estos términos: «Queremos un capitalismo moderno, popular, no un capitalismo anacrónico». (Boaventura de Souza Santos llamó a Correa «el gran modernizador del capitalismo ecuatoriano»). El término «socialismo del siglo XXI» – adoptado por Hugo Chávez en Venezuela e incorporado inicialmente en el Ecuador – pasó a un segundo plano y fue cambiando de nombre.

Paulo Freire habló de diálogo, de pensamiento crítico, de recuperar la voz para el pueblo, de concientización, de educación liberadora, emancipadora, transformadora. La ‘revolución educativa’ no habló de nada de eso. Sus banderas fueron la meritocracia, la competencia, la excelencia, el saber experto, la evaluación, las pruebas estandarizadas, los rankings, los Ph.Ds. Correa se propuso construir escuelas  – las Unidades Educativas del Milenio – que «no les pedirán favor a las escuelas privadas y a las de los países desarrollados». El gran empeño nacional fue que los estudiantes mejoraran sus puntajes en las pruebas estandarizadas y se ubicaran en el llamado Grupo de Alto Rendimiento (GAR). El objetivo no fue avanzar hacia una educación para el Buen Vivir, con proyecto nacional propio, sino avanzar hacia una educación que, en 2018, sería «una de las mejores del mundo».

La Educación Popular (EP) en América Latina ha sido entendida mayoritariamente como educación de jóvenes y adultos. Muchos siguen asociándola con educación no-formal. La postura que entiende EP como una propuesta para todo el sistema educativo y para toda la educación, a la que adscribo, ha sido históricamente minoritaria dentro del campo. Venimos de un largo – e inacabado – debate al respecto en el seno de la EP. En todo caso, la ‘revolución educativa’ en el Ecuador se centró en el sistema educativo formal, desde la educación inicial hasta la superior. La educación de personas jóvenes y adultas (EPJA) tuvo atención marginal. La educación comunitaria, inexistente en la nueva Constitución (2008) y en las nuevas leyes de la educación, fue menospreciada y perseguida durante la década; miles de escuelas comunitarias fueron cerradas, sobre todo en las zonas rurales, y fusionadas en las Unidades Educativas el Milenio. El gobierno cerró también la Universidad Intercultural Amawtay Wasi.

En el marco de la Educación Popular, lo popular designa no solo al sujeto de la educación sino sobre todo a la orientación y el contenido del proyecto educativo: un proyecto transformador de la conciencia y de la realidad económica y social. La ‘revolución educativa’ centró su noción de calidad en la infraestructura y el equipamiento, y en los resultados de las pruebas, sin atención a los fines y sentidos de la educación. El Sumak Kawsay (Buen Vivir), adoptado formalmente como nuevo paradigma, alternativo al del desarrollo, no fue adoptado como marco orientador para la reforma educativa.

Educación Popular viene asociándose tradicionalmente a sociedad civil(movimientos sociales, organizaciones de base, ONGs) y a visiones y propuestas alternativas, contestarias. La pregunta de si es posible hacer EP desde el Estado ha estado siempre en el tapete. La ‘revolución educativa’ fue una reforma pensada y dirigida centralmente desde el Estado, con rectoría estatal, con escasa participación social. La sociedad civil perdió peso y visibilidad durante la década. Se persiguió y cerró ONGs con posturas críticas. El gobierno entró rápidamente en conflicto con los movimientos sociales que le dieron apoyo al inicio, y optó por crear ‘su’ propia sociedad civil, sus propias organizaciones en paralelo (de indígenas, mujeres, campesinos, trabajadores, maestros, etc.).

La Educación Popular promueve la participación, el desarrollo de un pensamiento y una conciencia crítica, el diálogo como herramienta pedagógica. La ‘revolución ciudadana’ y la ‘revolución educativa’ no impulsaron ni la participación ni el pensamiento crítico ni el diálogo. Se cultivó el pensamiento único, se inhibió el ejercicio de la crítica, se condenó y persiguió la discrepancia, se anuló el debate de ideas. La encuesta del Latinobarómetro 2016 retrató al Ecuador como el país latinoamericano con mayor autocensura, con menor libertad percibida para expresar las propias opiniones y criticar.

Fuente del Artículo:

https://otra-educacion.blogspot.com/2019/02/ecuador-revolucion-educativa-y-educacion-popular.html

ove/mahv

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