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Política y educación, puestos por influyentismo

Por: Erica Lavín

La presencia de autoridades educativas con un proyecto claro y amplio, con pleno conocimiento de las necesidades y rezagos que existen en los diferentes contextos educativos de nuestro país, y sobre todo, con la capacidad para elaborar líneas estratégicas de solución y proyectar una política educativa que no quede en simple discurso, resulta ya algo más que necesario e imprescindible.

La decisión en torno a quienes ocuparán titularidades de la Secretaría de Educación, tanto en el nivel estatal como en el federal, siempre ha sido unilateral pues se trata de una facultad que le compete al gobernante en turno. Aún si se trata de una facultad expresa en las leyes, sería conveniente que se realizara a través de consultas amplias, y que se tomara en cuenta la trayectoria en el ámbito académico o educativo, ya que los perfiles profesionales de quienes ocupan esos cargo suelen quedar en segundo plano, dejando el camino libre al influyentismo, el  pago de favores o relaciones políticas con los más altos niveles de gobierno, lo que al final determina quien asumirá esos espacios y, por lo tanto, el sistema educativo queda en manos de personas cuya trayectoria, en general, ha sido meramente en el terreno político sin conocimiento de la complejidad de los procesos educativos; esto deriva en resultados por demás cuestionables en cada administración.

De esta manera, vemos un desfile de políticos que de un día para otro se convierten en autoridades educativas, sin tener conocimiento amplio del área y sin tener previamente un proyecto o una propuesta que pueda implementarse. Frecuentemente saltan de una curul en el congreso hacia esas secretarías e incluso, hay quienes se pasan cada año asumiendo diferentes cargos en la administración pública (federal o estatal), y al resultar constantemente favorecidos privan de oportunidades a personas cuyo perfil y preparación son excelentes, pero por no transitar en el camino de la política y centrar su trabajo en lo académico y educativo, no son ni tomados en cuenta para dichos espacios.

En los niveles altos y medios de mando suceden cuestiones parecidas, será el aspecto político el que determina quién ocupará una subsecretaría o una dirección. Por lo tanto, su lealtad incondicional desde un principio queda sometida a quien le otorgó dicho puesto, se cuadran al mandato gubernamental que les confirió la responsabilidad, y, por si no bastara lo anterior, su desconocimiento les resta eficiencia en el desempeño de su administración, pues se encuentran perdidos entre las diversas problemáticas ya existentes.

Nunca consideraron estar en el ámbito educativo, nunca fue de su interés ni su aspiración y por ello prepararse para dicho cargo no figuró en su profesionalización. No es de extrañar que su estancia en los puestos asignados resulte gris y opaca, generen más problemas por sus decisiones desatinadas y se vayan sin resolver los rezagos que ya se tenían.

Mientras esto sucede en las alturas del poder ejecutivo y sus distintas ramas, las consecuencias las sufren los maestros, en cada transición y cambio de gobierno ven cómo los verdaderos docentes que están en el trabajo cotidiano educativo; los que conocen ampliamente los problemas  institucionales, escolares, administrativos y laborales; los que han sufrido en carne propia los errores de una errada política educativa formulada por personajes que llegaron a las titularidades por ese influyentismo, es decir,  los  verdaderos sabedores de lo que se requiere para mejorar la educación en los distintos niveles y contextos, tienen que tolerar a funcionarios que están acostumbrados a emitir grandes discursos  pero no a actuar. Prometen, pero no cumplen, acostumbrados a que les rindan pleitesía y a que sean ellos el centro de atención y no las escuelas, no los maestros ni los estudiantes; el acto educativo se vuelve secundario y las propuestas de los verdaderos docentes para mejorar y transformar la educación quedan excluidas porque eso no les interesa a nuestros funcionarios: su paso por las secretarías solo representa un escaño más en su agenda y un dato en su currículum. Saben que es momentáneo, es pasajero, y les queda muy claro que sirviendo a los intereses gubernamentales serán recompensados con otro cargo más, creándose así un círculo vicioso.

Los desastrosos resultados de las administraciones saltan a la vista,  y para lograr avances reales debemos considerar la posibilidad que  la asignación de las titularidades de secretarías de educación, estatales y federales, deba ser a través de un proceso claro, transparente, democrático; que los aspirantes cuenten con  un perfil adecuado y una trayectoria en el ámbito educativo, pero no solo en  apariencia, ya que es conveniente tener la certeza de que su vocación  y amor por la educación está por encima de sus intereses personales, económicos y políticos.  El diseño de un proyecto educativo verdaderamente transformador y del que se sienta parte la comunidad educativa, debe ser considerado algo imprescindible. A esos puestos no se puede llegar sin nada y, peor aún, sin capacidad para convocar a ese proyecto, sin capacidad de diálogo y sin consensos con los docentes, que tanto hace falta en estos tiempos. No puede continuar un trabajo desde arriba, repleto de improvisaciones y discursos ajenos a la realidad.

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

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Rescatar al Estado para rescatar la democracia

Por: Emir Sader 

En este artículo el autor sostiene la necesidad de rescatar el Estado como condición necesaria para rescatar la democracia.


El surgimiento del neoliberalismo fue, al mismo tiempo, el inicio de la campaña frontal de crítica y descalificación del Estado. Las críticas a su incompetencia, su burocracia, por ser fuente de corrupción, por no tener dinamismo económico, por gastar demasiados recursos en servidores públicos, por rechazar erróneamente la competencia del libre mercado, por su carácter autoritario, se concentraron en el Estado.

En definitiva, sin Estado o con un Estado mínimo, la sociedad funcionaría mejor, la economía sería más dinámica, los precios serían más bajos y habría más democracia. Esta promesa neoliberal, de hecho, se traduce en la centralidad del mercado, la supresión de los derechos de la gran mayoría de la población, la mercantilización de la sociedad y la imposición del reino del dinero, donde todo tiene un precio, todo es mercancía, todo se vende, todo se compra.

En el Foro Social Mundial se unieron varias corrientes antineoliberales, que aglutinaron distintas concepciones del Estado: visiones como las de John Holloway, para quien sería posible cambiar el mundo sin tomar el poder, o las concepciones de Toni Negri y otros, entre los que se encontraba en ese momento, Boaventura de Sousa Santos y otros intelectuales europeos, que se sumaron al ataque al Estado.

Desde este punto de vista, el Estado sería una institución conservadora, autoritaria, que se opondría a la sociedad civil, reproduciendo la visión clásica del liberalismo. Se unían, así, en una postura aparentemente común: la oposición al Estado, posiciones liberales y sectores que decían ser antineoliberales.

Cuando surgieron gobiernos antineoliberales en América Latina, el Estado se convirtió en un instrumento fundamental en la lucha por la superación del neoliberalismo, demostrando el papel fundamental del Estado en inducir la reanudación del crecimiento económico, la implementación de políticas sociales y políticas exteriores soberanas.

Había que reciclar las miradas contra el Estado de corrientes presentes en el FSM  o aislarse del proceso real de superación del neoliberalismo en países como Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador.

La posición en relación con el Estado siguió siendo decisiva en la era neoliberal. La descalificación del Estado se restringió cada vez más a posiciones neoliberales. Gobiernos o fuerzas antineoliberales comenzaron a proponer un proceso de democratización del Estado, como condición para que éste tenga una función antineoliberal.

En oposición al Estado mínimo, el Estado empezó a asumir funciones económicas, sociales y políticas renovadas. Pero, a pesar de ese rescate de su rol, no fue posible revertir la descalificación de las empresas estatales, por ejemplo, manteniendo un consenso favorable a la privatización de las empresas públicas. Es una de las disputas ideológicas más importantes de la actualidad.

 Hay quienes defienden una “autonomía de los movimientos sociales”. ¿Autonomía en relación a qué? ¿Al Estado? ¿La política? Representaría una posición corporativa, de reflujo de los movimientos sociales sobre sí mismos, sin articularse con la fuerza política, sin disputar la hegemonía en la sociedad en su conjunto.

Esta postura antiestatal impide que la fuerza social, la fuerza de masas acumulada en la resistencia al neoliberalismo, permita la construcción de una alternativa política al neoliberalismo.

La posición en relación al Estado acaba siendo decisiva para definir cada fuerza política en la era neoliberal. La izquierda, frontalmente antineoliberal, disputa la hegemonía política en la sociedad, lucha por dirigir al Estado y convertirlo en un instrumento de superación del neoliberalismo.

Pero no puede contentarse con el Estado existente. Es un aparato burocrático, que no está diseñado para transformar la sociedad, sino para mantenerla como está. Tiene vínculos promiscuos con grandes intereses privados, tiene fuertes intereses corporativos. Para hacer del Estado un instrumento de democratización de la sociedad, la izquierda debe, ante todo, democratizar el Estado, transformar sus estructuras internas, establecer vínculos estrechos con las fuerzas sociales.

El presupuesto participativo fue un ejemplo de la redefinición de las relaciones del Estado con las fuerzas sociales y políticas de manera concreta. Poner en manos de estas fuerzas las definiciones presupuestarias -quién debe pagar impuestos, qué hacer con estos recursos- es un principio fundamental para la democratización del Estado y la sociedad, que la izquierda tiene que retomar y desarrollar, en base a ello, otros públicos. políticas.

El rescate del Estado y su democratización son condiciones indispensables para el rescate de la democracia.

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“Hasta aquí llegué”: el sindicalista Fernando Gambera se desafilió del Partido Socialista

Cuestionó algunas estrategias “muy lejanas al legado socialista”, en particular la decisión de impulsar la candidatura de Civila “justificada en una política de alianza”

Fernando Gambera, secretario general de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU), anunció días atrás que apoyaría la candidatura de Fernando Pereira a la Presidencia del Frente Amplio (FA).

En una carta dirigida a Civila, a la que accedió la diaria, Gambera manifestó que el partido “viene en un derrotero de decisiones y posicionamientos que resultan ajenos, al menos a quien suscribe, formado en aquel documento de democracia sobre nuevas bases”.

El dirigente de AEBU explicó que algunas decisiones “táctico políticas” no las ha compartido, pero las ha acatado. “Y en otras estratégicas que son muy lejanas al legado socialista que forman mi esencia y que a mi entender niegan la rica historia y autoconstrucción de nuestro PS”.

Se refirió en particular a la disputa por la presidencia del FA y cuestionó la decisión de impulsar a Gonzalo Civila como candidato, “justificada en una política de alianzas” —entre ellas, con La Amplia, liderada por la intendenta de Montevideo Carolina Cosse—, que no lo representa “en absoluto”. Este punto “hace ya público y notorio que hasta aquí llegué”, dijo Gambera y agregó: “Por ello pido ser dado de baja y dejar de ser afiliado. Como decía el Zita… ’que pena que no me duela el dolor’. Con esa pena y más socialista que ayer y menos que mañana, te mando un abrazo”, concluyó.

El jueves, en diálogo con El Observador, se refirió a la candidatura de Fernando Pereira para la presidencia del FA, dijo que “hubiera querido que Fernando durara más en el PIT-CNT”, y agregó: “Si lo perdemos en la central, lo quiero ganar como presidente del Frente Amplio. Va de suyo que en diciembre voy a votar a Fernando”.

Sostuvo que dará “los debates internos” en el PS si es necesario, “pero esto termina siendo mi postura personal, no sería honesto si no lo admitiera”, concluyó.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2021/10/hasta-aqui-llegue-el-sindicalista-fernando-gambera-se-desafilio-del-partido-socialista/

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Se dispara la pobreza extrema en Venezuela: el 76,6% de su población vive con menos de 1,2 dólares al día. Estudio de la Universidad Católica Andrés Bello

La nueva Encuesta de Condiciones de Vida, realizada por tres universidades, alerta del aumento de la desigualdad en el país, con ocho millones de personas sin empleo.

La Venezuela sin gasolina es más desigual y también más pobre. La nueva Encuesta de Condiciones de Vida, presentada este martes por la Universidad Católica Andrés Bello, muestra cómo el agravamiento de la pobreza en el país el último año estuvo muy relacionado con la crisis de abastecimiento de combustible y la reducción de la movilidad. El estudio es también el retrato de un país que dejó de ser petrolero, donde el 94,5% de la población es pobre y el 76,6% está por debajo de la línea de pobreza extrema, con ingresos inferiores a 1,2 dólares por día.

Los datos evidencian que las medidas del Gobierno contra el virus de la covid terminaron de catapultar la crisis. Las iniciativas para frenar la pandemia, en un país una circulación del virus similar a las de las naciones más aisladas, le han costado un año y medio fuera de las aulas a los niños y la paralización de parte del sector productivo, con un esquema de siete días de cuarentena seguidos de siete días de apertura. “Copiar las medidas anticovid de países con contagios como los de Latinoamérica, cuando no los tenemos, reforzó la recesión”, explica uno de los investigadores de la Encovi, el sociólogo Luis Pedro España.

Las diferencias entre los empleados del sector público y privado también se han ampliado. En el sector privado el 58% de los trabajadores están en condición de pobreza extrema, en el sector público la cifra alcanza al 75%. Por el contrario, en el sector privado casi el 10% no son pobres, mientras en el público solo el 4% se salva de esta situación. La precariedad del empleo en el sector público fue advertida por Michelle Bachelet en su último informe sobre Venezuela. Un funcionario puede ganar hasta 12 dólares al mes, un empleado del sector privado, en promedio, recibe 38 dólares al mes, y por cuenta propia 32 dólares al mes.

Con estos números se cuantifica la desigualdad, que los investigadores ubican en 0,56 puntos este año, la más grande la región, si te toma como referencia los índices de 2019 en los que Brasil, el más desigual entonces, registraba 0,53 puntos. “La sociedad venezolana está más o menos igualada en la pobreza en un 90%, hasta el último tramo, especialmente en el último decil de la población donde se abre la brecha de los más ricos”, señala España. En 10% de los venezolanos se queda el 40% del ingreso nacional y este grupo puede ser hasta 15 veces más ricos que el estrato anterior.

Aun con esos datos, agrega el sociólogo, el problema de Venezuela hoy no es la desigualdad sino la paralización de la producción y la abismal caída de los ingresos del país de 90.000 millones de dólares en 2012 a 5.000 millones en 2020, en su mayoría por exportaciones no petroleras privadas, una evidencia del fin de la economía petrolera y en manos del Estado. “Si distribuyéramos todo el ingreso equitativamente entre las familias, el promedio per cápita sería de 30 dólares por venezolano al mes, es decir un dólar por persona al día, un escenario en el que todos seríamos pobres extremos”, añade.

El Gobierno de Nicolás Maduro ha desarrollado una intensa política de transferencias directas de dinero a través de bonos en bolívares. En el caso de los hogares en pobreza extrema, los ingresos llegan a 36 dólares mensuales y los aportes del Gobierno superan los 50 dólares, casi 76% de sus ingresos, por lo que estas personas dependen totalmente de los bonos. Aun así, se necesita incrementar más de 30 veces esas asignaciones para poder sacar a esas familias de la pobreza extrema.

Los que ya no están

La Encovi reúne el análisis de más de 17.000 encuestas con más de 800 preguntas a hogares y se ha convertido en los últimos siete años en el único medidor fiable de la profunda crisis que atraviesa Venezuela, ante la total opacidad gubernamental sobre indicadores demográficos, económicos y sociales y de rendición de cuentas. De acuerdo a los datos, se estima que al menos 340.000 niños dejaron de nacer en Venezuela en cinco años. El impacto de la migración, las potenciales madres que se fueron, y el aumento de la mortalidad infantil a 25,7 por cada 1000 nacidos vivos, la misma de hace 30 años, ha modificado la pirámide poblacional del país. “Las condiciones de vida han llevado a que las generaciones que nacieron entre 2015 y 2020 tengan tres años menos de vida que las que precedieron a la crisis”, señala Anitza Freites, coordinadora de la investigación.

El crecimiento demográfico en el último quinquenio fue negativo, del -1,1%. Los venezolanos en Venezuela son 28,7 millones. “Tenemos un país más empobrecido y más pequeño en términos demográficos”. Más de cuatro millones, el 90% de entre 15 y 49 años de edad, se han ido en los últimos cinco años. La razón del éxodo se mantiene: falta de empleo. Una segunda razón para irse, la reagrupación familiar, empieza a ganar peso y evidencia las dimensiones del éxodo.

Escuelas cerradas

El impacto de la pandemia en la educación se evidencia en los que no están. La cobertura educativa cayó en cinco puntos en tan solo un año y cerca de la mitad de los niños ya no accede a la educación inicial. “En todos los niveles hubo disminución, pero en la educación inicial y universitaria —que ya venía cayendo— se registró un gran bajón”, dice Freites.

El contexto de la casi inviable educación a distancia obligó a tomar decisiones a las familias sobre quién se queda en el sistema educativo y quien no, restándoles oportunidades a los más pequeños, que quedaron a cargo de las madres y asumieron el reemplazo educativo en el 78% de los hogares. “El proceso educativo es acumulativo, las competencias que se adquieren en la educación inicial son fundamentales para la maduración y de eso se ha privado a los niños de entre tres y cinco años”, señala Freites. En el caso de los adolescentes de 12 a 17 años ha aumentado el porcentaje que con rezago escolar.

El cierre de las escuelas por más de un año, que se ha vivido en gran parte Latinoamérica como una de las medidas del contra el covid, ha contribuido a la pobreza y tendrá consecuencias que aún están por verse. Venezuela es de los pocos países que no ha vuelto a las aulas ni una sola vez desde marzo de 2020 cuando se decretó la pandemia. “La escuela es la que rompe la reproducción social de la pobreza y se desactivó por más de un año”, cuestiona España. “Esto hará que la próxima generación de hijos de obreros también sean obreros, porque los niños que se quedaron en casa lo máximo que van a aprender es lo que sabe su mamá”, concluye.

Fuente: https://elpais.com/internacional/2021-09-29/el-945-de-los-venezolanos-vive-en-la-pobreza.html

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En la organización comunitaria es donde nace el cambio

Por:  Roberto Patiño

Desde hace muchos años hemos decidido apoyar el trabajo en las comunidades organizadas. Nuestra razón y pasión es el trabajo social, el servicio al otro, fundados en la certeza de que son las propias comunidades, organizadas y empoderadas, los principales actores del cambio. Solo los proyectos que nacen dentro de la organización popular, son capaces de sobrevivir en el tiempo y dar respuestas concretas a las necesidades de la gente.

Nosotros apostamos por un tipo de liderazgo popular, que se construye desde las bases, de abajo hacia arriba, en el diálogo directo con la gente, que sabe reconocer sus verdaderos problemas y que ofrecen soluciones concretas para recuperar su calidad de vida. Hemos aprendido, junto a nuestros líderes y comunidades, que el trabajo que se realiza entre todos, fundados en los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la democracia, son capaces de resistir el paso de tiempo y apuntalar un profundo sentido de democracia que no se ha perdido en nuestro país, pese a todos los esfuerzos del régimen.

Hemos constatado que el esfuerzo organizado por mejorar las condiciones de vida, es un hilo que une el concepto de “democracia” con la gente. En la medida en que las comunidades se organizan, empoderan, trabajan en redes, se fortalece el valor de la democracia: no es posible que los liderazgos se consoliden sin que se entablen relaciones de responsabilidad y confianza entre ellos y las comunidades. Trabajar por y para los demás, con el apoyo y la organización popular, ha sido el vivero de nuevos liderazgos democráticos y el mejor camino para comenzar el cambio que quieren todos los venezolanos.

Somos parte de un movimiento, de un ejercicio político que se funda en el trabajo en las comunidades y sus líderes, que cree en el fortalecimiento de las capacidades organizativas y productivas en los sectores populares. Creemos en un liderazgo sólido, el que nace del diálogo y el trabajo con la gente, en la calle, un liderazgo político más allá de lo electoral, una manera de entender el poder como una forma de organización que trabaja por el cambio democrático en Venezuela cuando trabaja por la calidad de vida de los venezolanos.

Este trabajo está al lado de miles de venezolanos que se han sumado al cambio en nuestra ciudad capital y sea cual sea el resultado de las próximas elecciones, nuestro esfuerzo seguirá en las comunidades, fortaleciendo la organización popular, los valores democráticos y solidarios que nos han caracterizado como nación. Son huellas que están presentes en forma de una verdadera organización popular que seguirá luchando por el cambio democrático que quieren los caraqueños.

Trabajemos unidos por el cambio en Caracas.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/en-la-organizacion-comunitaria-es-donde-nace-el-cambio/

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Cuatro preguntas sobre “Atreverse a pensar bien”

Nota: texto que desarrolla parte del contenido de otro más extenso (Aprender y atreverse a pensar bien) publicado en borrador en septiembre de 1997.

1.- ¿QUÉ ES ATREVERSE A PENSAR BIEN? ¿CUAL ES LA DIFERENCIA CONCEPTUAL Y PRÁCTICA ENTRE PENSAR Y CREER?

2.- ¿CUÁLES CONSIDERA SON LAS PRINCIPALES DEFICIENCIAS DEL MÉTODO DE PENSAMIENTO EN LAS ORGANIZACIONES, MOVIMIENTOS Y PARTIDOS REVOLUCIONARIOS, EN RELACIÓN CON LA INICIATIVA POPULAR?

3.- ¿CUAL SERÍA LA IMPORTANCIA DE LA DIALÉCTICA, EN EL PROPÓSITO DE ANTICIPAR Y SINCRONIZARSE CON DICHA INICIATIVA POPULAR?

4.- ¿QUE CONSEJOS O LLAMADO LE HARÍA AL PUEBLO COLOMBIANO ACTUALMENTE MOVILIZADO PARA EL AVANCE EN SU CUALIFICACIÓN TEÓRICA, PRACTICA Y ORGANIZATIVA?

«El arma de la crítica no puede sustituir la crítica por las armas; la violencia material no puede ser derrotada sino por la violencia material. Pero también la teoría se convierte en violencia material, una vez que prende en las masas. La teoría es capaz de prender en las masas, en cuando demuestra ad hominem; y lo demuestra ad hominem, en cuanto se radicaliza. Ser radical es tomar las cosas de raíz. Y para el hombre la raíz es el mismo hombre. La prueba evidente del radicalismo de la teoría alemana, o sea de su energía práctica, es que parte de la decidida superación positiva de la religión. La crítica de la religión desemboca en la doctrina de que el hombre es el ser supremo para el hombre y por tanto en el imperativo categórico de acabar con todas las situaciones que hacen del hombre un ser envilecido, esclavizado, abandonado, despreciable. Nada mejor para describirlas que la exclamación de aquel francés ante el proyecto de un impuesto sobre los perros: ¡Pobres perros! ¡Os quieren tratar como a hombres!.»

Marx: Crítica de la filosofía del Derecho de Hegel. OME Crítica. Barcelona 1978. Tomo 5, p. 217.

«Si lo real es móvil, que nuestro pensamiento sea también móvil. Si lo real es contradictorio, que nuestro pensamiento sea pensamiento consciente de la contradicción.»

Henri Lefebvre: Lógica formal. Lógica dialéctica. Siglo XXI, Madrid, 1972, p. 198.

Las categorías por medio de las cuales vamos a obtener el conocimiento de la realidad objetiva, según Lenin, son la libertad, la subjetividad y el concepto […] ¿Qué es la dialéctica sino el movimiento tanto de las ideas como de las masas en movimiento para lograr la transformación de la realidad?

Raya Dunayevskaya: El poder de la negatividad. Biblos. Buenos Aires 2010, pp. 179 y 241

  1. ¿QUÉ ES ATREVERSE A PENSAR BIEN? ¿CUAL ES LA DIFERENCIA CONCEPTUAL Y PRACTICA ENTRE PENSAR Y CREER?

Atreverse a pensar bien es atreverse a arrostrar las consecuencias de la praxis revolucionaria, es decir, de la crítica práctica de todo lo existente, sin tener miedo a las consecuencias que ello acarree, porque a la postre la veracidad de ese pensamiento sólo se confirma en la práctica, en su crítica por y mediante la praxis. Por tanto, atreverse a pensar bien es, además de lo dicho, también prepararse para afrontar las presiones, sobornos, chantajes, amenazas, coacciones y represiones varias que siempre terminan atacando a la libertad. Decía Rosa Luxemburg que quien no se mueve no siente las cadenas.

Dado que el buen pensamiento se vivifica con un único movimiento práctico y teórico: por un lado, obtiene su «energía práctica» retroalimentándose del movimiento que le lleva a la raíz de los problemas, y, por otro lado, simultáneamente, lo obtiene de «la doctrina de que el hombre es el ser supremo para el hombre y por tanto en el imperativo categórico de acabar con todas las situaciones que hacen del hombre un ser envilecido, esclavizado, abandonado, despreciable». Dado que el buen pensamiento se caracteriza por ser el pensamiento consciente de la contradicción; y dado que la libertad, la subjetividad y el concepto son las categorías que descubren tanto la realidad objetiva como la dialéctica de las luchas de las masas explotadas, teniendo esto en cuenta vemos que el atreverse a pensar bien es parte sustantiva, necesaria, al movimiento del pensamiento. Ningún pensamiento se acerca a y supera sus contradicciones internas y externas, si no se atreve a asumir el «criterio de la práctica», al hecho de que la tarta se valora o se rechaza comiéndola. Veamos tres ejemplos aparentemente distintos:

Uno, atreverse a pensar bien sobre la covid-19 significa atreverse a luchar por la expropiación socialista de la big pharma, de la gigantesca industria oligopólica de la salud burguesa que es parte sustancial del imperialismo. Mientras que las y los trabajadores de esta industria –llamados ‘científicos’– no se sumen prácticamente al creciente movimiento reivindicativo de una salud socialista, mientras no lo hagan, sus conocimientos serán únicamente valor de cambio, tecnociencia mercantil en la industria de la salud burguesa. Para que ese saber llegue a ser pensamiento bueno, debe dar el salto de la tecnociencia y de la denuncia progresista de las «injusticias» a la práctica de la crítica radical de esa industria privada sostenida con el apoyo económico y sociopolítico imperialista. La profundización en la crítica práctica del big pharma abre vías liberadoras porque visualiza contradicciones decisivas que de lo contrario permanecerían ocultas, sin cuya resolución en beneficio de la humanidad explotada es imposible erradicar la covid-19.

Dos, atreverse a pensar bien sobre el punto de no retorno, de irreversibilidad, al que está llegando la crisis socioecológica significa, en principio, saber que la covid-19 y la salud básica, es parte sustantiva del metabolismo de nuestra especie con la naturaleza como totalidad rota por la propiedad burguesa, y que, sobre todo, es consecuencia directa de la esencia irracional del capitalismo y no del llamado «Antropoceno», vil excusa para lavar la cara al capital. Pensar bien sobre la crisis socioecológica significa radicalizar la lucha contra la mercantilización en sí misma, lo cual implica llevar el pensamiento crítico a la raíz del problema: la teoría del valor. Pero hay que atreverse a bucear tan hondo y combatir dentro de las calderas de la explotación capitalista: según la filosofía marxista, la praxis del buen pensamiento es peligrosa pero también placentera, como veremos.

Y tres, atreverse a pensar bien en Colombia, para aterrizar en nuestro espacio de debate, supone, por un lado, conocer la naturaleza criminal de su burguesía, la historia de la lucha de clases, del peso y de los efectos sociopolíticos del narcocapitalismo, del saqueo imperialista y del poder del ejército yanqui dentro del país, del papel contrarrevolucionario internacional de Colombia y de sus mercenarios, etcétera. Y por otro lado, simultáneamente, implica organizar la lucha contra tanta represión, tortura y crimen. Pero la importancia de este tercer ejemplo es que integra a los dos anteriores porque el pueblo colombiano sufre la crisis socioecológica y la covid-19 tanto en su universalidad como en su particularidad, pero ambas dentro de la singularidad de la lucha de clases en Colombia. Por tanto, hay que elaborar soluciones revolucionarias a las tres crisis en forma una, la de la dictadura del capital: quiere esto decir que atreverse a pensar bien en Colombia exige asumir el riesgo de la represión.

Sobre esta base, podemos plantearnos la diferencia conceptual y práctica entre creer y pensar. Según el Diccionario, el intransitivo de creer significa considerar una cosa como verdadera o segura o pensar que existe, sin tener pruebas de su certeza o un conocimiento directo de la misma; y el transitivo significa considerar una cosa como posible o probable, sin llegar a tener una certeza absoluta de ello. Intentado acortar el abismo entre la creencia y la verdad como saber, como resultado cierto del movimiento ascendente del pensamiento concreto, objetivo, relativo y absoluto, se han desarrollado conceptos como creencia plausible, razonable, etc., y sobre todo el proceso que va de la credulidad, a la creencia y termina en la credibilidad. También se establecen líneas entre las creencias, los sentidos comunes y las certidumbres.

En líneas generales, la creencia es la ruptura del proceso intelectivo basado en la unidad y lucha de contrarios, de modo que se expulsa de este proceso la acción vital de la negación y se absolutiza la eterna quietud de la afirmación: se rompe así el proceso intelectivo sin el cual no existe libertad alguna. Pero el saber sólo surge de y en esa lucha permanente entre la afirmación anterior, ya envejecida, y la negación posterior, viva, impuesta por nuevos hechos que contradicen lo anterior. Por esto, toda creencia tiene una semilla dogmática que puede endurecerse, y es conocida la esencia reaccionaria del dogma, mientras que la unidad y lucha de contrarios inherente al proceso del saber verdadero, es revolucionaria.

La creencia de que el método científico, materialista y ateo, nunca llega a conocer la «cosa en sí», es otra seña del miedo a pensar y de la claudicación agnóstica, creencia negada por la historia. Dado que la realidad es en última instancia inaccesible al pensamiento, lo es también a la acción humana consciente y estratégicamente orientada hacia un fin, un objetivo cualitativamente superior. No hace falta decir qué clase social refuerza su poder con semejante creencia reaccionaria. La creencia en las virtudes absolutas de la democracia burguesa es una seña de identidad del reformismo en todas sus formas, creencia negada por la historia.

Con sus matices, desde Platón y sobre todo desde la segunda mitad del siglo XVII, ideólogos de la burguesía en ascenso como Locke, Hume y otros, han ido tejiendo una red de escusas para poner a la creencia al menos al mismo nivel que el pensamiento que busca regirse por la objetividad práctica, que tarde o temprano emerge de la duda metódica tan alabada por Marx como forma de verificación que se sustenta en la materialidad contrastable del buen pensamiento. Todas las formas de socialismo y comunismo utópicos chocaban siempre con el límite de la creencia, que se niega a admitir la supremacía de la praxis; lo mismo le sucedía y sucede al reformismo lassalleano, socialdemócrata y menchevique, al socialismo de Beatrice y Sidney Webb, al posibilismo de Millerand, al eurocomunismo, al populismo laclausiano, a la mística podemita, a los soberanismos dialogantes, etc.

Si esta gangrena idealista pudría y pudre al reformismo de “izquierda”, la gangrena de la creencia era más lógica en el reformismo burgués de entonces y ahora. Obviando a las corrientes keynesianas, ya antes el pragmatismo yanqui se había esforzado por dotar a la creencia de una cierta base intelectual, aunque otros pragmatismos eran creyentes explícitamente cristianos en sus versiones más reaccionarias e imperialistas. Y es que uno de los orígenes de estas corrientes ideológicas se remonta ni más ni menos que al reformismo de Kant que sentó la base del pragmatismo, negó el derecho/necesidad de la violencia revolucionaria y fue incapaz de superar el agnosticismo. La burguesía rechazó los méritos intelectuales de Kant y desarrolló su conservadurismo. Un triste ejemplo de la impotencia creyente lo tenemos en el texto de Kant sobre la «paz perpetua».

¿Se puede creer que la burguesía va a aceptar pasivamente la expropiación de su muy rentable oligopolio farmacéutico sin presentar una resistencia tenaz, probablemente desesperada? Tal vez y bajo presiones extremas pueda aceptar un ligero control relativo y transitorio, compensado con otras ganancias, de sus exorbitantes beneficios por parte de su propio Estado de clase, de un gobierno burgués, a fin de dividir y derrotar la reivindicación de una sanidad socialista, pero ¿es creíble que entregue alegremente las empresas al pueblo obrero?

¿Puede creerse que las grandes energéticas, el capital en sí, va a parar en seco su expolio de la naturaleza, va a devolver las tierras y recursos a sus pueblos, va a aceptar y poner en práctica exigencias eco-comunistas inconciliables con la férrea lógica de la máxima ganancia en el menor tiempo posible despreciando los desastres que ello acarree? ¿Qué lecciones podemos extraer sobre los límites de las creencias de amplias masas brasileñas, ecuatorianas, chilenas, colombianas, etc., de que derribarían gobiernos corruptos y represivos sólo con movilizaciones carentes de una estrategia revolucionaria de toma del poder por el pueblo insurrecto? ¿Puede fiarse el futuro de Perú, Bolivia, Brasil, México, El Salvador, Paraguay, Guatemala… a la escueta creencia no sustentada en una masiva presión político-estratégica independiente del proletariado, de que, por fin, de que desde ahora sí, los gobiernos que se dicen “progresistas” van a ser coherentes y van a llevar hasta el final sus promesas enfrentándose a los ataques de la reacción imperialista?

  1. ¿CUÁLES CONSIDERA SON LAS PRINCIPALES DEFICIENCIAS DEL MÉTODO DE PENSAMIENTO EN LAS ORGANIZACIONES, MOVIMIENTOS Y PARTIDOS REVOLUCIONARIOS, EN RELACIÓN CON LA INICIATIVA POPULAR?

En el tema que nos ocupa, atreverse a pensar bien, podemos resumirlas en cuatro deficiencias.

Una, las izquierdas no comprenden que la parte fundamental del proceso de enriquecimiento teórico-político sólo surgen de y en la iniciativa popular, es decir, de la lucha de clases en cuanto tal, con toda su complejidad polícroma y multifacética. Otra parte importante pero derivada de la anterior pese a su autonomía relativa, es la concreción sintética parcial que puede hacer la izquierda siempre partiendo de la previa acción proletaria, de la lucha de clases y de su interacción con las contradicciones económicas del capitalismo, interacción que es la causa última de las crisis sociales.

La afirmación de la I Internacional, redactada por Marx, de que un paso práctico vale más que cien programas, expresa sucintamente la crucial importancia de este punto y el garrafal error de las izquierdas al subestimar la iniciativa popular. En la evolución del conocimiento, frecuentemente ocurre que cien programas quedan envejecidos ante la novedad de un paso práctico que exige o bien una revisión crítica, a fondo, del paradigma dominante o el salto cualitativo a otro, confirmando la base de la teoría marxista del conocimiento. En la lucha de clases, esto sucede con más frecuencia de lo que creen las izquierdas, lo que ocurre es que, por lo general, su miopía les impide verlo.

Ejemplos en la vida de Marx y Engels los tenemos a simple vista: el «robo» de madera de los bosques privatizados de comienzos de los ’40, la lucha de clases y la irrupción del feminismo obrero poco antes de la revolución de 1848, la rebelión india de 1857 y el llamado «pánico financiero» en ese mismo año, las luchas nacionales y anticoloniales como la irlandesa, polaca, argelina y otras más, la Guerra Civil norteamericana, el ascenso de la lucha de clases que propició la creación de la I Internacional en 1864, la Comuna de 1871, la crisis de 1873, el desarrollo del capital ficticio desde esa crisis, la guerra anglo-egipcia de 1882… estas y otras contradicciones y luchas forzaron saltos teóricos sin los cuales el marxismo no hubiera existido.

Dos, el intelectualismo y la ruptura de la dialéctica entre la mano y la mente, la práctica y la teoría, es una de las razones que explican el desprecio y por tanto la incapacidad de las izquierdas para relacionarse con las vivencias profundas de las clases explotadas y aprender de ellas. La escisión mente/mano viene desde la aparición de la propiedad privada en su inicial forma patriarcal, y se ha desarrollado desde entonces con efectos devastadores. Las izquierdas creen que las clases y naciones explotadas, la mujer obrera, la juventud precarizada, necesitan ser guiadas “desde arriba”, burocráticamente, y educan a su militancia en esta creencia sin base. Una lectura marxista del siempre necesario libro de Lenin ¿Qué hacer? demuestra lo erróneo de esta creencia.

El academicismo y la claudicación de la casta intelectual progre ante el individualismo metodológico burgués son dos de las razones que subyacen en las repetidas modas del intelectualismo desligado de la unidad y lucha de contrarios: las oleadas populares al alza siempre han tenido que independizarse de las cadenas dogmáticas y reformistas del llamado «marxismo académico» que ha ido tomando formas diferentes en cada una de las fases y contextos. Desde la ruptura entre los jóvenes hegelianos de izquierda con la degeneración academicista de Hegel, hasta ahora mismo cuando la nueva juventud obrera desquicia con sus innovaciones prácticas el somnoliento ronquido burocrático, las izquierdas, por lo general, han llegado tarde y mal a las nuevas prácticas de masas sin las cuales no puede enriquecerse la teoría. Peor aún, frecuentemente las izquierdas han rechazado los principios de «aprender del pueblo», «la revolución enseña» y otros.

Tres, la burocratización de las izquierdas también les impide valorar la importancia de la creatividad popular. Existe una directa conexión entre intelectualismo y burocracia que, por obvia, no vamos a detallar aquí. La burocratización es uno de los mayores enemigos de la iniciativa popular por muchas razones, de las que vamos a resaltar tres:

Primera, los militantes de-formados por izquierdas burocratizadas tienen una mente burocratizada, de lo contrario ya habrían abandonado su organización. Un burócrata necesita que nadie critique su dogmatismo obediente, y eso le incapacita del todo para intervenir en los movimientos populares que, en la medida en que lo sean, tienen por su misma naturaleza una capacidad de debate y reflexión colectiva que es el secreto de su creatividad. La mente burocrática siente pánico al buen pensamiento porque, como estamos viendo, es crítico en su esencia. Existe así, por tanto, un abismo insondable entre obediencia burocrática y libertad crítica que hace que más temprano que tarde una de las dos -la obediencia o la crítica– sea vencida por la otra: muchas iniciativas de las masas han sido paralizadas por la burocracia que prefiere que desaparezcan porque cuestiona «la dirección del partido».

Segunda, la creatividad de los movimientos populares es tanto más potente cuanto que en su interior se practica una ágil interacción entre militancia no burocratizada, autocrítica, preparada para escuchar y aprender del pueblo, preparada teóricamente para responder a las preguntas, dudas y críticas que siempre surgen de las luchas populares, y los diversos niveles de conciencia que existen dentro de ese movimiento. Lograr esa interacción diaria es vital para el avance revolucionario, pero es un peligro intolerable para las burocracias porque no van a poder dirigir y/o desmantelar ese movimiento. Por esto, las burocracias necesitan desprestigiar, aislar y expulsar a las y los revolucionarios de esos colectivos, movimientos, sindicatos, etc. Surge así otro abismo insondable dentro de los movimientos entre la izquierda revolucionaria y las burocracias, choque que va minando y debilitando la creatividad obrera y popular porque penetra dentro del antagonismo arriba visto entre burocracia y libertad.

Tercera, el intelectualismo dirigista, vertical y burocrático es tanto más inconciliable con la creatividad de las masas cuanto que esa izquierda verticalizada supedita toda iniciativa obrera y popular a la máxima obtención de votos posible para disponer de más representatividad parlamentaria. El tercer abismo insondable es el que existe entre la iniciativa popular y obrera sobre todo conforme se va extendiendo y radicalizando con reivindicaciones sociopolíticas que atacan el poder del capital, y el parlamentarismo desmovilizador, legalista y normalizador de la izquierda burocrática, que sólo asume el «juego parlamentario» como exclusiva y excluyente acción política.

Y cuatro: además del intelectualismo burócrata y parlamentarista, las izquierdas usan a los movimientos populares como caladeros de militancia corruptible con sueldos y cargos políticos, cooptando a personas dispuestas a convertirse en asalariados de la política parlamentarista. Marx y Engels denunciaron estos métodos desde el inicio de su praxis revolucionaria. En El Capital Marx explica cómo en el medioevo la Iglesia seleccionaba a la juventud más apta para engrosar su membrecía sobornándola con las enormes riquezas y poder que acumulaba cada día más. En el capitalismo, la izquierda busca en los colectivos, movimientos, sindicatos, etc., miembros obedientes. De este modo, la iniciativa popular es debilitada aún más, incluso la izquierda crea y dirige colectivos populares que son tapadera de captación de burócratas, además de medios de presión y combate contra los movimientos verdaderamente populares, que son un peligro para la burguesía, para el reformismo y para la burocracia profesionalizada.

  1. ¿CUÁL SERÍA LA IMPORTANCIA DE LA DIALÉCTICA, EN EL PROPÓSITO DE ANTICIPAR Y SINCRONIZARSE CON DICHA INICIATIVA POPULAR?

La respuesta a esta última pregunta viene dada en las citas que hemos ofrecido al inicio del texto porque, en síntesis, la dialéctica es el movimiento de las ideas y de las masas hacia la revolución, y será concretada al final con las ideas del Che sobre la necesidad de la formación teórica, que es dialéctica. Quiere esto decir que la dialéctica es parte sustantiva del proceso que va de la inicial toma de conciencia y de lucha, hasta concretarse en el avance al socialismo mediante la democracia socialista garantizada por el Estado obrero y el pueblo en armas, Estado obrero que tiene como finalidad auto extinguirse durante el avance al socialismo y al comunismo. O sea, en la dialéctica es el mismo desarrollo de la libertad humana como permanente superación y creación de nuevas necesidades. Dicho con palabras de Fredric Jameson «incluso la dialéctica es dialéctica». (Valencias de la dialéctica. Eterna Cadencia, Buenos Aires 2013, p. 49)

En efecto, en sus primeras formas escritas en la cultura griega presocrática, la palabra dialéctica denotaba el proceso de diálogo, debate y cálculo colectivo para resolver problemas, encontrar soluciones. En la Ilíada de hace aproximadamente 2700 años, la palabra dialéctica aparece sobre todo cuando hay que optar por decisiones críticas en momentos críticos, decisiones analizadas y debatidas con extrema precisión porque estaba en juego la libertad colectiva, debates que concluyen en la conciencia de que según Livio Sichirollo «es necesario aceptar la lucha» para defender Troya ante el su más que probable exterminio a manos de los griegos (Dialéctica. Labor. Barcelona. 1976, p. 21).

En cuando lucha, el futuro es incierto porque puede sobrevenir la derrota y con ella la esclavitud o la muerte. Por tanto, la dialéctica es esencialmente libertad para defender y ampliar la libertad, siendo por ello crítica y revolucionaria lo que enfurece a todos los poderes. Si estudiamos desde esta visión dialéctica el antagonismo entre la libertad y la Covid-19, la crisis socioecológica y la situación actual en Colombia, por seguir con los tres temas iniciales, vemos que no hay otra opción que esta: «Es necesario aceptar la lucha». Y si vamos a las deficiencias de la izquierda intelectualista, burocrática, parlamentarista y que ha profesionalizado la política en cuanto trabajo asalariado dentro de la norma burguesa, la llamada «normalidad social», vemos que la única forma de impulsar las iniciativas del movimiento popular como una de las fuerzas vitales de la emancipación revolucionaria, no es otra que interactuar dentro de ellos desde y para la crítica radical de todo lo existente.

Pero no es fácil dominar los entresijos de la dialéctica conforme se complejiza y acelera el movimiento de lo real y conforme nuestro pensamiento tiene que enriquecerse a su misma velocidad. Las y los marxistas siempre han sido conscientes de esa dificultad, nunca la han trivializado, al contrario: la formación filosófica, teórica, ética… siempre ha sido un punto de distinción cualitativa entre las organizaciones revolucionarias, por un lado, y por el contrario los reformismos todos y la izquierda intelectualista, burocrática, parlamentarista y asalariada. Un objetivo de la formación es el de que la militancia pueda anticipar en lo posible el desarrollo de la lucha de clases y de las contradicciones capitalistas para así sincronizar su práctica con la del movimiento popular, y desde esa sincronización mostrar con hechos, con la pedagogía del ejemplo, la coherencia y la necesidad de sus tácticas, estrategia y objetivos históricos.

Lenin nos ofrece ejemplos fundamentales de la constante pedagogía bolchevique, muy en especial en los períodos críticos, cuando la teoría muestra ser imprescindible para poder optar por una u otra solución con garantías de éxito: ya en sus primeros años, a finales del siglo XIX, sometió la sociología a una demoledora crítica, sabedor de que la sociología burguesa era un arma de la dominación capitalista. Luego vino el ya referido ¿Qué hacer? escrito en 1902. Poco después sus decisivos textos sobre la estrategia político-militar de la revolución a raíz de los acontecimientos de 1905-06. Inmediatamente después y a raíz de la derrota, su texto sobre Materialismo y Empirio-criticismo de 1908. Seis años después y a raíz del estallido de la IGM y la traición de la II Internacional, sus Cuadernos filosóficos y por no extendernos, en 1922 y a raíz de detectar la ya muy inquietante burocratización, su texto sobre Sobre el significado del materialismo militante.

La necesidad de la sistemática pedagogía revolucionaria es una constante en la praxis del Che, por ejemplo. Como hemos dicho, vamos a concluir esta respuesta a la tercera y última pregunta reproduciendo la brillante síntesis del pensamiento pedagógico del Che, realizada por Lidia Turner Martí:

  • La asequibilidad en correspondencia con la edad, el grupo social y las características territoriales.
  • Partir de un hecho concreto, analizarlo, argumentarlo y presentar sus contradicciones.
  • Incluirse como parte del grupo humano con el que se trabaja, ser uno más.
  • Partir de la enseñanza que el propio grupo da y utilizarlo como base para el nuevo aprendizaje.
  • Poner de manifiesto las constantes contradicciones que se generan.
  • Unir a lo racional del análisis, lo emocional que actúe en los sentimientos.
  • Unir a lo objetivo la dosis subjetiva del optimismo hacia el desarrollo social.
  • Vincular cada suceso con su repercusión social trascendente al individuo.

(El pensamiento pedagógico de Ernesto Che Guevara. Editorial Capitán San Luís. La Habana. Cuba 2007, pp. 89-90)

Como vemos son ocho puntos centrales en y de la teoría del conocimiento y de la pedagogía, por tanto, son elementos imprescindibles en el atreverse a pensar bien en la vida y en la práctica dentro de los colectivos, movimientos, sindicatos, escuelas, etc., en los que los y las comunistas han se sincronizarse con las diversas militancias populares. La dialéctica está presente de forma directa o subterránea en cada uno de los ocho puntos.

  1. ¿QUÉ CONSEJOS O LLAMADO LE HARÍA AL PUEBLO COLOMBIANO ACTUALMENTE MOVILIZADO PARA EL AVANCE EN SU CUALIFICACIÓN TEÓRICA, PRACTICA Y ORGANIZATIVA?

Antes que nada, yo no puedo ni debo extralimitarme en los consejos, al contrario, yo, y los y las revolucionarias vascas, somos quienes sí debemos pedir consejo al heroico pueblo trabajador colombiano que sigue luchando con impresionante heroísmo. Las y los revolucionarios eurocéntricos debemos abandonar la creencia de nuestra superioridad intelectual y aprender autocríticamente de allí en donde sí se sostienen luchas antiimperialistas decisivas.

Partiendo de aquí y en base al limitado conocimiento directo, in situ, que tengo de la lucha de clases en Colombia, sólo me atrevo a hacer tres sugerencias porque son universales: Una, las clases explotadas deben ampliar el conocimiento crítico de su historia para liberarse de todo resto de credulidad y creencia en las promesas de la burguesía. Dos, deben lograr su independencia política estratégica de liberación nacional antiimperialista con el objetivo de destruir el narco-Estado y crear el Estado obrero en autoextinción. Y tres, deben ampliar la solidaridad internacionalista tal cual es necesaria frente al capitalismo actual.

EUSKAL HERRIA, 27 de septiembre de 2021

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente: https://rebelion.org/cuatro-preguntas-sobre-atreverse-a-pensar-bien/

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Coordinadora de Migración Unesco: «Mañana van a ser nuestras poblaciones las que se van a desplazar»

En relación a la crisis migratoria que se está viviendo en el país, específicamente en el norte, la coordinadora de Migración, Desplazamiento y Emergencia de la Unesco, Paula Klenner, dijo que el día de mañana van a ser nuestras propias poblaciones las que se van a desplazar.

En entrevista con Expreso Bío Bío, la psicóloga señaló que según cifras de Carabineros hay cerca de 4 mil niños, niñas y adolescentes (NNA) que han ingresado a Chile por pasos no habilitados, y se preguntó ¿qué está pasando con ellos?

“Sabemos que el Ministerio de Educación en coordinación con muchos actores, ha generado respuestas específicas para garantizar el acceso sin condición. La pregunta es qué está pasando con estos NNA, que dado por la crisis sanitaria (…) han debido estar en espacios transitorios que no han permitido acceso a los sistemas educativos normales”, dijo Klenner.

La coordinadora de la Unesco dijo además que “muchas veces pensamos en el problema desde la perspectiva de los adultos y adultas, ¿qué están viviendo?, ¿qué los lleva a migrar? Sin embargo, hoy en día las voces de niños, niñas y adolescentes parecen bien invisibilizadas”.

“En contexto de crisis y en contexto de especial vulnerabilidad, la educación es un elemento extremadamente protector, entrega no solamente educación, sino que entrega un espacio seguro y un espacio de acogida (…)”, explicó Paula Klenner.

“Poblaciones internas se van a desplazar”

Paula Klenner, dijo que hoy en día la situación que se está viviendo hoy en día se va a convertir en algo común los próximos años.

“Hoy tenemos desplazamiento por la crisis económica y política, y mañana será por la crisis climática. Si ahora aprendemos sobre lo que está pasando y damos respuesta, vamos a estar mejor preparados cuando estos movimientos sean masivos y a mayor escala”, señaló Klenner.

La coordinadora de la Unesco dijo que “el día de mañana van a ser nuestras propias poblaciones internas las que se van a desplazar. Entonces cómo van a reaccionar los diferentes sistemas, las escuelas, los hospitales, los funcionarios municipales, eso va a determinar también la inclusión del futuro”.

Poblaciones de acogida

“La respuesta no puede ser solamente para personas migrantes y refugiadas, (…) pareciera que también debemos focalizarnos en las poblaciones de acogida (…). Tenemos que mirar cuáles son aquellas vulnerabilidades.”, dijo la especialista.

Junto a esto, señaló que hoy en día se necesitan mecanismos de salud, acceso al sistema educativo, al sistema de protección social, y en ese camino mirar con especial atención cuál es la situación de las poblaciones que van a acoger.

Además, dijo que las escuelas han hecho un trabajo extraordinario en garantizar la educación a población migrante y refugiada.

“Me gustaría hacer referencia a un estudio que realizamos unos meses atrás de la Unesco, donde mostraba incluso que docentes y personal educativo, sin muchas herramientas (económicas), lograban construir espacios que garantizaban no solamente una sala de clases, sino un espacio seguro para apoyarlas”, apuntó.

Esto, en un contexto donde las experiencias de desplazamiento duran más de un mes, que está asociado a caminatas en extrema vulnerabilidad, y donde durante el proceso de trayecto han surgido muchas experiencias de violencia.

Trabajo con los países vecinos

La coordinadora señaló que el trabajo con los países vecinos, para identificar y asegurar el ingreso a la educación, se ve en los Ministerios de Educación y sus equipos técnicos.

“Están coordinados para asegurar e identificar cuál es la brecha que impide el acceso al sistema educativo del país vecino. Entonces hoy en día tenemos coordinados al ministerio de Colombia, Perú, Chile, y Argentina”, dijo Klenner.

Esto, principalmente para identificar la brecha de reconocimiento de estudio o de la trayectoria que estuvo interrumpida por alguna documentación que faltaba. Sin embargo, hoy lo que se necesita son espacios de entrada.

“En contexto de fronteras, que esos espacios también se coordinen, porque no debemos solamente estar a nivel central coordinados, sino que haya una respuesta específica en los territorios más afectados”, finalizó la coordinadora.

Fuente: https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2021/09/27/coordinadora-de-migracion-unesco-manana-van-a-ser-nuestras-poblaciones-las-que-se-van-a-desplazar.shtml

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