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El programa aprender es copia de una idea que ya fracasó en otras partes del mundo.

El programa aprender: Los exámenes estandarizados no funcionan, no tienen ningún valor porque son lo que llamamos entre algunos amigos “disparadores mediáticos”. Es decir, se los ve muy bien desde una perspectiva que es fácilmente masificada, pero cuando lo analizás detalladamente ves sus falencias. En criollo, son espejitos de colores. Son globitos amarillos.

Por: Fabián Banga.

Los datos que se recogen de estos procesos no son exactos, no muestran el estado de la población estudiantil. Son un gasto innecesario y una forma de opresión de las escuelas imponiendo estándares que son irracionales y no les permite a los/as maestro/as dedicarse a lo que en verdad tienen que hacer. Son profundamente costosos, no parte de la educación de vanguardia. Algo que en lo personal evito que mi hija sufra.

Requieren demasiada preparación por parte de los estudiantes para los exámenes y pone el énfasis en una parte del proceso educativo que no es el primordial, el de evaluación. El proceso educativo es exactamente eso, un proceso, no una finalidad o una meta. Todos aquel que ha estado en la educación por algún tiempo (algunos de nosotros por mucho más) sabemos que el verdadero proceso educativo y trasformador no se generan en los exámenes, sino en el proceso y convivencia. Sí mi finalidad es, por ejemplo, enseñarles a mis estudiantes a producir textos críticos, el énfasis no está en el final de este proceso sino en el proceso mismo. Porque estos procesos no se terminan nunca.

La evaluación no es la finalidad del proceso educativo, y se aplica no en un examen final, sino en el proceso mismo del aprendizaje, en el constante evaluar de los objetivos que se van generando y adaptando. Porque la evaluación nunca da un resultado exacto. Lo primero que se aprende cuando uno llega al campo de la educación es desconfiar de los exámenes.

El colmo de los exámenes como finalidad son los exámenes estandarizados. Los exámenes estandarizados no tienen ningún valor porque no pueden analizar resultados de educandos en contextos y con recursos diferentes. Es decir, los resultados de los exámenes son inexactos. Lo que anulan la finalidad primera del proyecto.

Para ampliar este problema, hay que entender que no se puede pedir el mismo resultado a un chico que sufre de problemas y carencias, que a un chico que vive en una casa con muchos más recursos educativos y económicos. Esto hace que el proceso sea discriminativo y hasta ilegal.

Estos procesos son el primer paso hacia una comunidad educativa donde se es premiada aquella escuela que tiene éxito y castigada aquella que no lo tiene. Este proceso genera un circulo viciosos en el que las escuelas que menos tienen más pierden y aquellas que más tienen acentúan su ganancia. Porque somos todos iguales, pero no rendimos de la misma manera en condiciones diferentes.

Aprender se parece mucho a un programa que instauró George W. Bush en los EEUU y que fue un desastre: No Child Left Behind Act de 2001 (NCLB). Este programa produjo una generación desesperada por las notas que no disfruta del proceso analítico de la educación. Una generación que prefiere exámenes con preguntas del tipo verdadero o falso y que si le preguntas como se siente como ciudadano de este país no sabe que responder. El desastre de NCLB ha sido ampliamente documentado y recientes libros ofrecen estudios sobre el tema, entre ellos Schooling Beyond Measure and Other Unorthodox Essays about Education de Alfie Kohn (Heinemann, 2015)

Las élites en los Estados Unidos evitan el drama de No Child Left Behind = Aprender enviando a sus hijos a escuelas privadas que generan sus propios currículos y que no necesitan responderle estos caprichos al estado.

No veo que sea un problema copiar experiencias que han sido exitosas. Pero es lamentable copiar aquellas que no lo son. Más que nada si se sabe de los orígenes de estos movimientos. Todas estas teorías relacionadas con evaluaciones compulsivas han sido siempre difundidas y apoyadas por poderes económicos que lucran con la venta de material curricular en el área educativa. Es un negocio de billones de dólares. Ése sería el tema que hay que evaluar.

Fuente:https://diarionco.net/nacional/el-programa-aprender-es-copia-de-una-idea-que-ya-fracaso-en-otras-partes-del-mundo/

Imagen:https://i2.wp.com/diarionco.net/wp-content/uploads/2016/10/escuela-pc3bablica.jpg?resize=696%2C493&ssl=1.

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Las PISA y la calidad educativa

Por Enzo Malán Castro

Mucho se habla de las pruebas PISA, y se les hace decir cosas que no dicen. Es decir, se manipulan tendenciosamente los resultados. Las PISA son pruebas estandarizadas internacionales externas. Estas pruebas aportan datos, pero no son palabra de Dios.

Se equivocan aquellos que, a partir de las pruebas PISA, se quedan en el ranking de países. Se equivocan los que se quedan en cuánto se mejoró o no desde la prueba anterior. Se equivocan, porque le piden a la prueba lo que no mide. Es como pedirle a una balanza que mida la temperatura.

La prueba internacional evalúa un conjunto de contenidos que quien realiza la prueba considera que son “los imprescindibles”. Pero quedan muchos otros afuera. Mientras se mide algo de lengua, ciencias y matemática, no se mide ciencias sociales ni conocimiento artístico, etcétera. Por tanto, los currículos (conjunto de aprendizajes) que se esperan en las pruebas PISA no están alineados con el currículo de Uruguay. Puede evaluar conocimientos PISA que en Uruguay no se enseñan, y así con todos los países. Por tanto, poner énfasis en los rankings parece un tanto ineficaz. Es más, el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (organismo técnico, creado en la Ley de Educación de 2008) afirma que lo anterior (el desfasaje de currículos) pudiera ser, en sí mismo, una explicación de los diferentes logros.

Por todo lo anterior, las pruebas internacionales no miden calidad educativa. No la miden, porque no tienen en cuenta los contenidos (o sea, lo que se enseña), no tienen en cuenta los contextos diversos y no tienen en cuenta las inteligencias múltiples. Quienes afirman que la calidad de la educación uruguaya es baja o está bajando, a partir de los resultados medidos por una prueba que no mide calidad, están manipulando y siendo falsos.

¿Para qué sirven las PISA?

Las pruebas PISA nos informan sobre el nivel de desempeño, o sea, lo que los estudiantes son capaces de hacer en los contenidos propuestos por la prueba (como ya advertí, hay muchísimos contenidos enseñados en Uruguay que no son considerados por la prueba).

Por supuesto que esto es un insumo útil para tomar decisiones curriculares, técnicas y para trabajar en perfiles de egreso. Para eso sí sirven.

También nos dan otros datos interesantes para elaborar líneas de trabajo. Ejemplifico.

Los desempeños de los estudiantes se relacionan con la composición socioeconómica de los hogares. ¿Qué nos dice ese dato? Que debemos trabajar en esto. De hecho, en 2004 había más de 50% de niños en situación de pobreza. Se trabajó, y hoy hay 18%. Si habrá para seguir trabajando y profundizando a partir de este dato que nos aporta la prueba internacional.

Otras conclusiones que se convierten en líneas de trabajo a profundizar:

La educación privada no es mejor que la pública.

Los alumnos que han asistido a educación preescolar presentan efectos positivos de desempeños en todas las áreas.

El uso de la computadora presenta un efecto positivo y relevante sobre los resultados alcanzados en matemática.

La educación en Uruguay tiene dificultades, nadie las niega. Pero también tiene logros notables. Se está trabajando intensamente en consolidar un proyecto que supone seguir invirtiendo presupuesto en lo edilicio, en salario, en formación docente, en el diálogo con los trabajadores de la educación, entre otras líneas de acción que van configurando un para qué educamos, para qué país y para qué sociedad. Sin duda, hay tarea por delante.

Enzo Malán Castro.

Fuente: http://ladiaria.com.uy/articulo/2016/11/las-pisa-y-la-calidad-educativa/

Imagen: sintinta.com.ar/wp-content/uploads/2013/12/alumnos-rinden-examen1-715×480.jpg

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Pedagogía de la cajita feliz

Por Marcela Isaias

Evaluación educativa. Los resultados del Operativo Aprender le urgen al gobierno de Cambiemos para mostrar más «dolores de la pesada herencia» y aplicar la política de ajuste para la educación que siempre tuvo en sus planes.

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Nigeria: «Hoy nos toca enfrentar la privatización de la educación»

Nigeria/24 de Octubre de 2016/La Capital

La vicepresidenta de la Internacional de la Educación para América Latina, Fátima Silva, alertó sobre las presiones del Banco Mundial.

Fátima Silva es la vicepresidenta de la Internacional de la Educación para América latina, la mayor entidad del mundo que reúne a la docencia organizada. También participó en el 31er. Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) que se realizó en Rosario el fin de semana pasado. «Lo que viene para nosotros es una fuerte privatización del sector educativo», marcó como tema principal en la agenda de la educación regional.

«Es una alegría participar de este encuentro, primero como mujer, como feminista y por creer en la agenda nuestra que defendemos», arrancó sin mediar más que la invitación a la entrevista. Quien es dirigente de la Federación de Trabajadores de la Eduación de Mato Grosso del Sur (Fetems) y de la confederación brasileña que nuclea al magisterio (CNTE) participó de los talleres, del plenario de la CTA y marchó junto a las más de 70 mil mujeres que se movilizaron por la ciudad. Fueron tres jornadas ganadas por la alegría, las reivindicaciones de género y un revelador compromiso político.

Fátima Silva fue una más entre las miles de mujeres que se sumaron a la masiva convocatoria local. «Quiero felicitar a todas las organizaciones que están involucradas en este encuentro en Rosario, principalmente las de la educación de este país que tienen un papel muy importante, como la Ctera, la Conadu y la CTA, y a las luchadoras sociales que estamos acá», distinguió.

Las niñas de Nigeria

El sábado participó del plenario de la CTA realizado en La Toma, donde sus primeras palabras fueron para que se recuerde a las 270 niñas secuestradas en abril de 2014 de un colegio católico de Chibok, en el estado de Borno (Nigeria), por el ejército de Boko Haram. Niñas que siguen siendo sometidas a las más espantosas crueldades. «El mundo se olvidó de ellas!», exclamó Silva.

También hubo un apartado especial en su discurso para la militante social Milagro Sala, presa política del gobierno provincial jujeño desde enero pasado, a cargo de Gerardo Morales. Gran parte de las consignas que se escucharon en las tres jornadas del ENM estuvieron dedicadas a pedir la pronta liberación de la dirigente de la Tupac . Y Silva no dejó de valorar como un triunfo del género, que en este nuevo siglo se logró en la región elegir a tres jefas de Estado, en referencia a Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff y Michelle Bachelet.

Agenda no superada

La referente del magisterio valoró la diversidad de mujeres que asistieron al encuentro, de todas las clases sociales y edades. También la posibilidad de defender los puntos y principios que son comunes, de darle continuidad a una agenda que todavía no está superada: «La laicidad del Estado, de cómo el Estado y la iglesia tratan el cuerpo de las mujeres como de su propiedad».

Para Silva el encuentro resultó «una sumatoria de fuerzas para enfrentar lo que se viene con los gobiernos conservadores, neoliberales, como el Macri en la Argentina y el de Temer en Brasil, que atacan primero las políticas públicas, algo que afecta directamente a las mujeres».

Mercantilización educativa

La dirigente sindical alertó sobre el avance de los organismos financieros como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), que es la que promueve las famosas Pruebas Pisa, y también sobre los nuevos pactos que persiguen fines de lucro en materia educativa, como el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios más conocido por Tisa, por su sigla en inglés (Trade in Services Agreement).

—La educación es uno de los temas clave de esas políticas públicas ¿qué es lo más preocupa de este tema en la región?

—La agenda mundial puesta por la Ocde, por el Banco Mundial y el FMI, que es una agenda privatizante, que abre la posibilidad al comercio educativo. Y países como la Argentina, Brasil o Colombia atraen mucho este capital en este proceso de privatización. Hay un acuerdo que está promocionando la Ocde que se llama Tisa, que plantea la liberación del comercio educativo. Lo que viene para nosotros, para América latina y el mundo es una fuerte privatización al sector educativo; y de diversas formas, porque hay distintas maneras de entregar las escuelas a las organizaciones privadas, donde el Estado entiende que es un servicio público pero no garantizado por él mismo. La principal agenda que tenemos que enfrentar hoy es contra la privatización de la educación. Una cuestión que más se fortalece con esta ola de gobiernos conservadores, que en la Argentina llegó por el voto, por poco, pero llegó, pero en Brasil por un proceso de golpe que no respetó a 54 millones de votos que eligió a una presidenta. O como en Honduras que fue un golpe más violento pero fue el primero de este siglo en nuestra América; o también como pasó en Paraguay. Son países muy vulnerables, en el sentido de aceptar las presiones y de liberalizar el comercio educativo. Lo que viene para nosotros es un período de muchas dificultades en todas las políticas públicas, y la educación está en primer lugar.

—¿Cómo afecta este proceso a las trabajadoras de la educación?

—Hay un fuerte desprestigio en la profesión docente hoy. Esto es parte de un proceso de campaña de desvalorizar lo público y justificar una privatización. En esta campaña todo lo que es público no sirve, no es bueno. Entonces cuando hay un acto de violencia en las escuelas públicas es tratado con grandes espacios por toda la prensa, divulgado las 24 horas, y si se trata de un colegio privado de «prestigio» poco se habla. Los resultados positivos de las escuelas públicas son ocultados. Hay una fuerte campaña de desprestigio tanto a la educación pública como al trabajo del docente.

—Para ese fin también se usan las pruebas estandarizadas.

—Las Pruebas Pisa sirven para hacer un ranqueo y avalar iguales con desiguales. Sirven para mostrar que América latina en este ranqueo no está bien, y que la culpabilidad está en los maestros «que no tienen buena formación, ni buena capacitación» entonces también «vamos evaluar a los maestros y a poner incrementos salariales a los buenos y aquellos que no son tan buenos los vamos a pasar a despido». Y sobre ese pretexto pasan a las escuelas a administraciones privadas que van a hacer las contrataciones de los docentes sin garantizar ningún derecho ni el proceso educativo. Algo parecido pasa con la gestión de la educación a distancia, con el uso de las tecnologías que son totalmente favorables; sin embargo el papel del colectivo, del maestro, del profesor, ese es imprescindible. La educación es un proceso colectivo, que tiene que sumar a las nuevas herramientas tecnológicas pero tiene que ser un espacio de convivencia y garantizado por el Estado.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/hoy-nos-toca-enfrentar-la-privatizacion-la-educacion-n1263389.html

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7 ideas para un compromiso por la educación. 4.Comprehensividad excepcionable

Por: Mariano Fernández Enguita
La comprehensividad de la enseñanza es la extensión del tronco común hasta el culminar la secundaria básica, etapa que típicamente coincide con el final de la escolaridad obligatoria, que suele estar en los 16 años –en la España actual, la ESO. Es el modelo predominante hoy en los países avanzados, desde hace mucho tiempo en Escandinavia, los Estados Unidos o la antigua URSS, no tanto en el sur de Europa, y minoritario en Alemania y su zona de influencia. Sin contar con los que podríamos llamar argumentos igualitarios perezosos (todo para todos), se han dado muchos motivos para las reformas comprehensivas, pero solo destacaré tres: primero, que, en conjunto, producen resultados académicos y competenciales mejores y más equitativos, como han mostrado reiteradamente los análisis de la OCDE sobre pruebas PISA y otros (una muestra); segundo, que un adolescente de menos de dieciséis años difícilmente puede estar en condiciones de elegir; tercero, que la economía del conocimiento y la sociedad del aprendizaje requieren una formación de base cada vez más sólida. Hay que añadir que, en su origen y, de manera reiterada, al inicio de cada reforma comprehensiva, al objetivo de reunir a los estudiantes en un tronco relativamente común ha ido unido siempre el de diversificar el contenido y las formas de aprendizaje, en particular  limitando el predominio de los contenidos puramente académicos y los métodos tradicionalmente escolares.
En España, estas reformas están lejos de ser una historia de éxito. Aunque suele identificarse la reforma comprehensiva con la LOGSE de 1990 (sobre todo para criticar a la izquierda), lo cierto es que comenzó con la LGE de 1970 (quizá la única ley progresiva de la dictadura), que amplió el tronco común de cuatro a ocho años. Ya entonces, no obstante, comenzó el problema del llamado fracaso escolar es decir, de la no graduación masiva al cabo de la enseñanza común. En el curso 1974-75, primero con datos netos de resultados bajo la LGE, solo graduó el 68.0% del alumnado. Este porcentaje cayó casi regularmente  hasta un mínimo del 62.4% en 1979-80, para luego ascender, también de manera casi regular, hasta el 82.5% en 1987-88 (volvería a caer hasta el 76.0 en 1989-90). El desempeño bajo la LOGSE no ha sido peor, sino algo mejor. En lo que va de siglo, el curso 1999-00 arrojó una tasa bruta de graduación del 73.4%, que fue descendiendo paulatinamente hasta el 69.0 en 2006-07 y luego se ha venido recuperando hasta el 76.8% en 2013-14, último dato publicado por las estadísticas del MECD.
Se puede discutir hasta el infinito y vale la pena estudiar más a fondo el papel de las políticas educativas, la innovación docente, el mercado de trabajo juvenil, etc., pero ni estos árboles ni otros deben ocultar aspectos evidentes del bosque: para empezar, que el porcentaje de fracaso es muy elevado, muy difícil de encontrar en nuestro entorno internacional homologable; además, que ni la extensión del tronco común de ocho a diez años, o de la edad obligatoria de los catorce a los dieciséis, ni un notable aumento de los recursos, ni una reforma tras otra han cambiado el orden de magnitud del problema, siempre entre dos y cuatro alumnos perdidos de cada diez; en fin, que bajo una ordenación u otra hemos conocido el mismo ciclo de aumento paulatino (del fracaso), punto de inflexión y descenso paulatino.
El espíritu de las políticas sí cambió, y mucho. La LGE daba por sentado que unos podían seguir estudios académicos y otros no, por lo que debían ser derivados a la formación profesional básica, entonces FP-I, como ahora vuelve a proponer la LOMCE (tras el intento frustrado de la LOCE). La LOGSE, por el contrario (así como después la LOE), dio más bien por sentado que todos podrían terminar con éxito el tronco común (la ESO) pero, paradójicamente, dejó en la cuneta a la misma proporción del alumnado, privándole además de una vía normal de continuidad y fomentando así el mal llamado abandono educativo temprano (que no es abandono, sino sobre todo expulsión; no es educativo, sino escolar; y no es temprano, sino prematuro). Desde la LGE, y más aún desde la LOGSE, vivimos un interminable debate sobre hasta dónde debe llegar el tronco común, o dónde debe dar comienzo la diferenciación. La comprehensividad tiende a ser más apoyada por la izquierda, los maestros y los pedagogos, mientras que la diferenciación suele serlo por la derecha, los profesores de secundaria y las disciplinas clásicas, si bien nada de esto es inevitable.
Lo que no parece haber cambiado antes, entre ni después de las mencionadas leyes es la cultura de la profesión, pues, al fin y al cabo, son los profesores, y solo ellos, quienes evalúan, califican y deciden el futuro escolar y académico de los alumnos. Tal producción masiva de fracasoescolar –que tan bien responde a lo que en Francia llaman la constante macabra– demanda por sí misma un contraste, una intervención externa en la evaluación, pero la recuperación de las antiguasreválidas puede desembocar en una piedra más en el camino del alumno. A la altura de la enseñanza obligatoria, la responsabilidad de la institución no es reforzar la selección (en sí de criterios más que discutibles), sino adoptar las medidas que haga falta para que el grueso del alumnado –es decir, la inmensa mayoría, digamos todos menos algún porcentaje de un solo dígito– la supere con éxito; en particular la flexibilidad suficiente en el tiempo, los recursos y las formas de enseñanza y aprendizaje y fijar unos criterios de evaluación más adecuados y homogéneos.
Siempre habrá, no obstante, alumnos que, por un motivo u otro, no vayan a alcanzar esos resultados o no puedan permanecer en las mismas condiciones de escolarización hasta hacerlo. Cualquier profesor podría invocar una lista casos que, aunque pudiera estar inflada, contendría siempre una buena dosis de realidad. Quizá donde mejor puede verse el papel contraproducente, en el extremo, de una política insensible a toda evidencia de fracaso (fracaso del alumno, si se quiere, por cómo se le empuja a vivirlo, pero sobre todo de una retórica ideológica, una política educativa y una cultura profesional) es en el caso del alumnado gitano. Desde el razonable cierre de las escuelas-puente no ha habido para este alumnado otra política que la del café para todos. Puede ser que eso mantenga impolutas la legitimidad de la institución y la conciencia de la profesión, pero el resultado, según la Fundación Secretariado Gitano, es que solo el 25% del grupo se gradúa en la ESO, algo más de la mitad abandona antes de los 16 años y, de los que lo hacen, seis de cada diez se van entre 6º curso de Primaria y 2º de Secundaria. Cuánto mejor sería que, en vez de escapar de las aulas sin nada de valor, pudieran orientarse antes hacia una preparación profesional seguramente más atractiva para ellos y sin duda más útil para su actividad laboral y su inserción social.
La comprehensividad es y debe seguir siendo el objetivo, pero convertirla en una norma absoluta, ciega a cualesquiera circunstancias y alternativas, es una forma segura de multiplicar las víctimas de una gran ficción. Por eso creo que debe considerarse excepcionable, en el sentido que se da al adjetivo en derecho: algo que, siendo en principio la norma, está abierto a objeción, sujeto a excepciones, es excusable en circunstancias especiales. No se trata de una disyuntiva entre dos opciones, como seguir hoy estudios académicos o profesionales al cabo de la ESO, sino de una norma, la comprehensividad, a la que pueden hacerse excepciones. Estas excepciones podrían consistir, básicamente, en proyectos educativos especiales, formación profesional básica y formación en alternancia.
Si se acepta esto, las preguntas son dos: en qué circunstancias y valoradas por quién. La respuesta a la primera sería: en aquellas circunstancias en las que se prevé, razonablemente, que el resultado de atenerse a la norma (comprehensividad) será peor para el alumno que ser exceptuado de ella (poder acudir, en el periodo obligatorio, a una formación más especializada). La respuesta a la segunda, más importante, es que estas circunstancias deben ser apreciadas por el alumno o por su familia (no entro a discutir a qué edades uno u otra), en ningún caso por profesores, orientadores ni otros educadores (que, incluso como asesores, deberían tener una intervención limitada, o al menos diversificada más allá del aula e incluso del centro). ¿Por qué el alumno, o su familia, y no el profesional? En negativo podríamos decir que ya hemos conocido el efecto de la segunda opción, con su tendencia recurrente a excluir a tres o cuatro de cada diez alumnos. En positivo hay que señalar que el alumno y su familia probablemente sean mejores jueces del alcance de su desajuste con el patrón común, aun cuando no siempre sepan diagnosticar la causa, y que, no se olvide, son los titulares del derecho a la educación, no simples reos de la escolarización obligatoria.

A centros y educadores les tocaría otro papel, bien distinto de limitarse a señalar quién puede seguir estudiando o no, o quién puede estudiar qué. En primer lugar, trabajar por el éxito de todos no solo en general sino, en particular, atendiendo a los alumnos con dificultades o con necesidades especiales con actividades de refuerzo y apoyo encaminadas a mantenerlos en el modelo comprehensivo. En segundo lugar, desarrollar, junto a las opciones normalizadas como la formación profesional básica, en alternancia o en combinación con el trabajo real, iniciativas y proyectos especializados, pero a la vez de valor propedéutico, que no solo podrían tener una orientación profesionalizante sino también artística, deportiva, comunitaria o incluso de ampliación y profundización académica. No me refiero a pequeñas iniciativas que recarguen a los profesores en cada centro, sino a proyectos en centros específicos que puedan interesar y captar a alumnos de zonas más amplias (como las escuelas-imán, o magnet schools, por ejemplo).

Publicado en El Diario de la Educación
Fuente: http://blog.enguita.info/2016/09/7-ideas-para-un-compromiso-por-la.html
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Poverty and Education

Por: Vicki Cobb

I am always looking for topics for this blog about learning that is interesting, exciting and engaging for both teachers and students. Last year I wrote about Ruth Shuman who founded Publicolor, a nonprofit organization that gives poor kids an afterschool program that teaches commercial painting so that they can spruce up schools and other public venues in NYC while they get help with school work so they can ultimately go to college. Ruth’s motto is “From paint to college.” To this date 122 of her students have gone. But more must be done. Recently, Ruth hosted a small gathering at her home to discuss “Poverty and Education” with the conversation being led by former NYC Education Chancellor, Rudy Crew, who is currently President of Medgar Edgars College and, Tony Marx, President of the New York Public Library. Since this subject is right up my alley, I accepted her invitation.

 Rudy Crew opened the conversation with the statement that the NYC Public Education System, which had done its job well in the last century, is failing miserably in the 21st. One of his shocking statistics is that 70% of the NYCPS children are not reading by third grade. Statistics from the National Assessment for Educational Progress (NAEP) for 4th grade, when testing occurs, are not much better. In 2015, 64% were at the basic or below basic standars for proficiency. It has become increasingly clear that the focus on standardized testing for kids and evaluation of teachers by their students’ test scores has taken classroom time and focus away from real learning—the kind of critical and creative thinking that will be needed for a global economy. And the problems are exacerbated in low socioeconomic areas. Dr. Crew suggested that we call a moratorium on testing and evaluating for at least 4 years. What would he do during such a moratorium?

“My sense of our discussion nationally is that we should go slow on the barrage of new policy pronouncements aimed at more of the same. Give good teachers and quality instruction a chance to work, for say four years. Help schools to double down on reading, math, and science internships. Seriously, rework the school years of high school to go beyond Carnegie unit counting to creating technical and certification based on new experiences, new technologies, entrepreneurialism, cultural, artistic, journalistic expression and stem jobs. Steady the hand of our existing, veteran teachers while building the support to onboard new teachers into the profession.

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“Use best practices and research in all disciplines to teach beyond skills to inquire critical thinking. Make schools a predictable resource to the parents, communities, teachers and principals. We know what works. What’s needed now is the time to build it along with demand and the commitment to create schools where the arts and other disciplines are finally given a chance to work.”

One very important resource that makes its way into affluent schools but not poor ones is high-quality children’s books, particularly nonfiction. It seems that school budgets have been cut so that there are no funds for books. Enter Tony Marx, President of the NYC Public Library with a simple solution. One thing he has is books. Why not let the library join forces with the public schools? After all, they are both funded by the City government.

“The My Library NYC program — an innovative partnership between the Department of Education and the city’s three library systems — brings much-needed books and materials to New York City students and teachers, literally giving them the tools they need to succeed. By filling this serious need, the Library’s resources and staff expertise strengthen our schools and by extension our city’s future.”

The only way children become proficient in reading is by reading. Good writers captivate readers. Boring writing turns them off. Collaboration between MYLibraryNYC and the Public Schools of NYC is a no brainer. Put good books in the hands of children and teachers and watch what happens.

This past weekend I saw Paradise for myself. I participated at the 4th annual Chappaqua’s Children’s Book Festival along with 90 other authors. As you can see from this NY Times article the emphasis is on fictional stories. But I can’t complain, 5 of the 6 titles I offered sold out and they are science books! This festival showed what happens when learning and books are valued by a community with a few extra dollars in their pockets.

Tomado de: http://www.huffingtonpost.com/vicki-cobb/poverty-and-education_b_12220270.html?section=us_education

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Jurjo Torres: “La clave del sistema educativo es que sirva para construir a las personas optimistas»

Luján Palacios entrevista a Jurjo Torres Santomé

Europa/España/LA NUEVA ESPAÑA,

Jurjo Torres, catedrático y director del departamento de Pedagogía y Didáctica de la Universidad de A Coruña, participó el pasado sábado en las jornadas educativas organizadas por el Colegio Andolina de Gijón. El experto habló sobre “Los centros escolares y las familias en las sociedades democráticas”, y advirtió de la necesidad de formar a las personas en valores por encima de otras materias.

“Tras los ‘papeles de Panamá’ hay buenísimos profesionales de finanzas y derecho, pero carecen de ética y formación humanística, lo que no miden las reválidas ni PISA”

Luján PALACIOS – ¿Qué papel juegan los centros educativos en las sociedades democráticas?

Jurjo – Tienen un papel fundamental porque son espacios fundamentales, donde socializamos a los chicos, donde aprenden a vivir con personas diferentes. Y eso es fundamental sobre todo en una sociedad donde las familias son cada vez más reducidas en su número de miembros y la socialización se hace rnás difícil. Los espacios que había externos como los parques, jardines, calles … o están privatizados o son peligrosos. Es un espacio en el que van a pasar mucho tiempo y donde les vamos a enseñar las cuestiones más elementales, desde conocer a las personas que están a su alrededor a desmontar los mitos, ayudarles a vivir con otras personas y capacitarlos para entender el mundo en el que estamos viviendo, para imaginar otros mundos y ser capaces de corregir los defectos de nuestro mundo presente. En ese sentido es una institución clave, para desarrollar las capacidades personales, para pensar críticamente y movernos en este mundo de la sociedad de la información. Nosotros tenemos como ciudadanos que aprender a leer y analizar críticamente.

Luján PALACIOS – ¿Es complicado en el sistema educativo actual?

Jurjo – Si es así quiere decir que este sistema educativo lo diseñó alguien con trampa. Para mí hay urna dimensión clave en el sistema educativo, que es construir a las personas optimistas. Y a todas, no sólo a determinado colectivo social.

Luján PALACIOS – ¿Qué quiere decir?

Jurjo – Una sociedad optimista es una sociedad en la que sabemos diagnosticar los problemas, pero sabemos que esos problemas tienen que tener solución. Y por lo tanto tenemos que dedicarnos todos a buscar soluciones para construir una sociedad más democrática, más justa, mucho más solidaria en la que podamos vivir todos más plenamente como seres humanos.

Luján PALACIOS – ¿Son conscientes las familias de la importancia del sistema educativo?

Jurjo – Yo creo que cada vez son más conscientes, entre otras cosas porque tienen menos hijos. Si sólo se tiene un hijo o dos es más fácil caer incluso en un problema, la sobreprotección. La inmensa mayoría de los chicos y chicas de las clases medias y medias altas se enfrentan al riesgo de que los protejamos tanto que los hagamos inútiles. No queremos que se esfuercen ni que se lastimen, que les hagan daño.

Luján PALACIOS – ¿Qué valoración hace de las sucesivas reformas del sistema educativo?

Jurjo – Tenemos que ser conscientes de que el sistema educativo está gestionado por un Ministerio de este gobierno. No es que el Ministerio de Educación esté haciendo una política peculiar. Se está haciendo la misma que en sanidad, en servicios sociales, en la reforma de la justicia. Van todas en la misma dirección, con un gobierno que aplica un tipo de política en todos los campos. En el sistema educativo alguien está condicionando y decidiendo cómo quieren que sean las personas del mañana, porque lo que se está haciendo es educar y formar el sentido común, que es 1o más importante que hace el sistema educativo. El gobierno está preocupado por hacernos ver lógico que la Sanidad tiene que estar privatizada, que la Justicia tiene que estar al servicio de quien tiene poder, que la precariedad laboral es lo lógico y que lo que estuvimos haciendo hasta ahora es vivir por encima de nuestras posibilidades. Así, se inculca que lo importante son sólo determinadas áreas de conocimiento como las matemáticas o las ciencias.

Luján PALACIOS – ¿Puede ser más concreto?

Jurjo – Sólo tenemos que pensar en el caso de los “papeles de Panamá”. Detrás de ellos debe de haber buenísimos profesionales para poder montar ese entramado financiero pala evadir impuestos, robar y delinquir. Saben mucho de finanzas, de matemáticas y derecho. Pero lo que les falta es ética; no tuvieron formación humanística, no son capaces de pensar en las condiciones y efectos de los actos que están haciendo, en las personas que sufren el hecho de que roben. Y eso no estaba en las materias que miden PISA y las reválidas.

Luján PALACIOS – ¿Qué hacer entonces?

Jurjo – La importancia de los sistemas educativos radica en su capacidad para desarrollar nuestras capacidades, nuestro pensamiento, para ayudamos, 1o primero, a ser personas y a saber que hay personas que lo pasan mal y de las que yo soy corresponsable en cierta medida.

Luján PALACIOS – ¿Cuánta frustración genera en el profesorado esta deriva?

Jurjo – Mucha. Vivimos en una sociedad en la que nos están diciendo que no se puede hacer otro tipo de proyecto. Los profesores tienen miedo a quedar mal, las evaluaciones externas son tramposas y sirven para construir la privatización.

.Entrevista La Nueva España

Fuente: http://jurjotorres.com/?p=4982

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