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La reforma, un aprendizaje clave

Por: Pluma Invitada

En el presente año electoral, la atención de la sociedad se sitúa en el informe sobre el desarrollo y resultado de la diversidad de proyectos que fueron anunciados en actual sexenio, el tema de conversación en diferentes espacios públicos se convierte en la trama de debate por la sucesión presidencial; el argumento de algunos y pretexto de otros, es validar o generar controversia sobre la relevancia de las reformas estructurales en la presente administración; en el caso de la educación, la reforma no es la excepción, desde su implantación hasta la fecha, la pluralidad de opiniones ha contribuido para conocer las características y condiciones de las escuelas más allá de los resultados y las necesidades que los diversos contextos muestran; algunos confían en que la reforma es una aspiración que pretende reorientar el futuro de la educación, para otros la reforma, es sinónimo de una enmienda para subsanar el rezago educativo; sin embargo, lo evidente es que el avance y los alcances de la reforma educativa se encuentran en el claroscuro de una política educativa.

Es de reconocer que ante los bajos resultados generados históricamente en las evaluaciones estandarizadas nacionales e internacionales, la actual administración federal tenía la tarea de buscar alternativas que permitieran trazar una ruta para mejorar no solo los resultados, sino las formas de brindar una mejor educación. En el año 2010, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), anunció quince recomendaciones para mejorar la educación en nuestro país, en las que se establece reforzar la importancia de la práctica docente, determinar normas de la práctica docente, mejorar los programas de formación inicial, atraer a los mejores docentes mediante un concurso de selección, así como profesionalizar a los docentes en servicio. En el mismo año en el que la OCDE hizo la recomendación; la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), presentó el documento Metas Educativas 2021, un proyecto que plantea acciones conjuntas entre los países miembros para la mejora de la educación en la región y que tiene como objetivo, una educación que dé respuesta satisfactoria a las demandas sociales, con una oferta educativa de calidad reconocida, equitativa e inclusiva y en la que participen los diferentes sectores de la sociedad. Ante la encomienda y como parte de la serie de reformas impulsadas por el Pacto por México, surge la reforma educativa, la cual fue promulgada el 25 de febrero de 2013 y publicada al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación.

A cinco años de su implementación la reforma educativa, se sitúa en un entramado de acciones y estrategias por cumplir; la experiencia de evaluar para seleccionar a los mejores maestros no fue la más ecuánime, ser maestro se convirtió en una experiencia de idoneidad para el examen y no para la escuela; evaluar la docencia contrastó el objetivo de mejorar la educación, con la estrategia de contar con los mejores maestros y la evaluación se redujo a un proceso específico para la contratación, promoción y permanencia laboral, en el mejor de los casos favoreció para valorar la habilidad o competencia de los docentes, en dar respuesta a un examen.

Con la intención de establecer una reforma articulada con la educación básica, y no solo destinada al desempeño docente, se anunció el nuevo modelo educativo, diseñado en cinco ejes, el primero atendiendo a la escuela con la participación de todos los actores educativos, el segundo propiciando la mejora de los planes de estudio enfocado en los aprendizajes clave, enfatizando en la enseñanza del lenguaje, el pensamiento matemático y la formación cívica, el tercero destinado a la evaluación del desempeño de los docentes, el cuarto enfocado en la inclusión y la equidad, para garantizar una educación de calidad y el quinto perfilado en la gobernanza del Sistema Educativo, en el que se delinea la participación de todos los actores educativos, incluyendo al gobierno, organizaciones no gubernamentales, legisladores y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Al establecer un nuevo modelo educativo, bajo el entramado de una reforma ya definida, la SEP dispuso una doble estrategia de capacitación para los docentes de educación básica, en un primer momento en las reuniones de trabajo de los Consejos Técnicos Escolares (CTE), se destinó un espacio escalonado para la discusión de los aspectos más relevantes de dicho modelo y en el presente año, se convocó de manera lineal a todos los docentes a prepararse de manera virtual, en alguno de los cursos sobre los campos de formación académica, la organización de las áreas de desarrollo personal y social, así como en los ámbitos de autonomía curricular, diseñados a la medida para cada nivel educativo.

De acuerdo con la estrategia, el objetivo es capacitar a todos los docentes del territorio nacional en lo que resta del ciclo; sin embargo, es prioritario identificar, cuáles son las condiciones de infraestructura tecnológica de los diferentes contextos, así como el diagnóstico de las habilidades docentes en la alfabetización digital; la estrategia, se centra bajo el enfoque de un aprendizaje autónomo, y es responsabilidad de los docentes cumplir el curso profesionalizante. Las diversas acciones implementadas en la reforma, no pueden funcionar, sino se abonan esfuerzos entre los diferentes actores involucrados; una reforma no solo depende de las buenas intenciones de los docentes comprometidos con la educación, ni de las propuestas políticas de aquellos que manifiestan, que a partir de un marco de ley se va a mejorar la educación de acuerdo con el estándar internacional.

El tiempo apremia y las acciones para poner en marcha un modelo educativo se multiplican, la tarea de la SEP para capacitar a los más de un millón de docentes representa una travesía, en él que docente será el protagonista y responsable de su capacitación, ante la odisea por querer concretar o escapar de los continuos problemas a los que ha de enfrentarse al conocer un modelo educativo; la estrategia es comprometedora, no obstante, el docente puede identificar como operar una reforma; la dificultad del acto de enseñar radica en la acción didáctica, y no propiamente en el desarrollo de una propuesta, el docente es el único que conoce a sus alumnos, sabe que necesitan y considera la pertinencia sobre aquello que se les tiene que enseñar, un docente organiza, valora, cuestiona y fomenta el vínculo entre la escuela y la comunidad, es aquel que tiene identidad por lo que hace, y proyecta lo que la sociedad demanda, independientemente de que sea, parte un campo de formación o el aprendizaje clave de una reforma.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reforma-un-aprendizaje-clave/

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México: Consejo Técnico Escolar, ¿Progreso en los aprendizajes?

Por: SEP/28-02-2018

Han transcurrido más de 100 día efectivos del actual ciclo escolar 2017-2018, de los 200 días que oficialmente componen el año lectivo. A estas alturas del camino recorrido, la sociedad mexicana se pregunta: ¿Qué hacen los maestros, las maestras, los asesores técnicos y directivos en las sesiones de Consejo Técnico Escolar (CTE), que se llevan a cabo el último viernes de cada mes?, día en el que se suspenden clases, pero que se ocupan para realizar sesiones de trabajo como colegio, es decir, como «reunión de colegas». ¿Cuál es el significado y las ventajas que ofrecen dichas sesiones internas?

Como parte de la Reforma Educativa actual, la SEP ha decidido reactivar, desde 2013, las reuniones mensuales de Consejo Técnico como estrategia operativa específica para tomar decisiones pedagógicas relevantes, por escuelas o zonas escolares; es un espacio y tiempo en el cual las figuras educativas analizan el proceso (o microprocesos) en que transcurren de las actividades académicas y administrativas, con la finalidad de gestionar, de manera planificada y participativa, los avances educativos en términos de aprendizajes escolares.

Durante cada ciclo escolar se llevan a cabo 8 sesiones ordinarias de CTE, aparte de una sesión llamada «intensiva», que se realiza antes de iniciar cada ciclo escolar. Justamente el pasado 23 de febrero (viernes), se celebró la quinta sesión ordinaria del CTE, en la cual los equipos académicos reflexionaron «acerca de los logros alcanzados por alumnos, con relación a los aprendizajes y las necesidades identificadas al inicio del ciclo escolar con la finalidad de avanzar en su mejora.» (1) También destacaron «aquellas estrategias didácticas que han impactado de forma positiva, así como las que requieren reorientarse o fortalecerse para concretar, en lo que resta del año lectivo, los aprendizajes de grado que todos los estudiantes deben alcanzar al concluir el ciclo escolar.»

Cabe mencionar que la SEP, a través de la Subsecretaría de Educación Básica, entrega, vía internet y en forma digital, una Guía del CTE por nivel educativo (Educación Inicial, Preescolar, Primaria y Secundaria). Así mismo, prepara un documento indicativo para realizar el análisis de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA), como herramienta de planificación estratégica (SIC).

La SEP indica en la introducción de la Guía de Primaria (febrero) que: «En el primer apartado de la guía, se plantea la comparación de los resultados obtenidos por los alumnos en la evaluación diagnóstica contra los obtenidos hasta este momento, con la finalidad de retomar, reencauzar o generar nuevas acciones que permitan alcanzar los aprendizajes esperados. También habrán de identificar aquellos niños y jóvenes en riesgo de no alcanzarlos para brindarles la atención correspondiente.» …»En el segundo apartado se destacan las dificultades que persisten y los alumnos con bajos resultados, reconocer lo que no se ha hecho y determinar lo que se puede hacer desde ahora y hasta el final del ciclo escolar.»… «En el tercer apartado, con base en un conjunto de pautas y orientaciones propuestas, se propone al colectivo docente preparar su participación para la sexta sesión de CTE, donde habrá de encontrarse con otros maestros en la modalidad de Aprendizaje entre escuelas

«Por último, en el cuarto apartado, el colectivo conocerá algunos conceptos básicos acerca de la Autonomía Curricular, para tenerlos presente en la implementación de este componente del Plan y los programas de estudio que entrarán en vigor en el ciclo escolar 2018-2019.»

Como se puede apreciar, las sesiones de CTE en la red de instituciones educativas de todo el país, de nivel básico, tanto del sector público como privado, cuentan con una agenda nacional que les permite gestionar los aprendizajes de una manera planificada y consensuada, sin embargo, esta dinámica de trabajo no está ajena a diversos retos y dificultades que son inherentes a toda institución social. Planteo a continuación, de manera breve, algunos de éstos.

Las reuniones se tornan rutinarias, poco motivantes y carecen de participación activa por parte de sus propios integrantes, debido a que la planificación de la propia agenda nacional se ha dado de manera centralizada, desde las oficinas de la SEP. Si bien es importante que la administración federal proponga algunas pautas pertinentes y oportunas para gestionar los aprendizajes (de hecho, así lo deja ver el texto de la Guía), también resulta de especial relevancia que los propios docentes y directivos tomen en sus manos la agenda específica de cada escuela y asuman el liderazgo del proceso de gestión de los aprendizajes escolares, de forma situada.

Como su nombre los indica, el documento centralizado que prepara la SEP es, en efecto, una «Guía», pero la propia comunidad escolar interpreta ese mismo acto, esa acción y ese medio, como una indicación o una instrucción burocrática que pasa por alto la realidad concreta de la escuela y de su comunidad inmediata. Los docentes se preguntan, por ejemplo, ¿Qué sentido tiene preparar un análisis FODA hoy, cuando el colectivo de la escuela ya ha realizado este ejercicio varias veces? ¿Se podría ocupar el tiempo del CTE de manera diferente, con una agenda de trabajo diseñada por cada zona escolar o centro educativo de acuerdo con y en atención de sus necesidades específicas?

Otra de las cuestiones que destacan las maestras y los maestros durante las sesiones de CTE, es que los productos que espera recoger la autoridad educativa estatal y federal, tienen un significado burocrático, de «control», pues exigen el llenado de formatos, cuadros, fichas o tablas que en poco o en nada sirven para retroalimentar el trabajo cotidiano de docentes y directivos. Piensan con razón que dichos productos son sólo insumos de control o registro burocrático, que no se sabe quién los revisa, analiza o interpreta en las oficinas centrales, y que, por lo tanto, no existe la adecuada devolución evaluativa (como seguimiento) y profesional sobre lo que debe cambiar en la escuela, de manera concreta.

Por otra parte, una de las cuestiones que docentes y directivos más señalan, como observación crítica hacia la estructura y funcionamiento de los CTE, es que las Guías nacionales dejan de lado los problemas cotidianos que vive el personal educativo y de apoyo a la escuela, y que son vividos (o padecidos) por la comunidad social y escolar: Violencia intrafamiliar, alcoholismo, delincuencia, adicciones, acoso escolar, vandalismo, robo a las propias instalaciones escolares, extorsión al personal y un clima general de inseguridad en torno a cada centro escolar.

Aun cuando las propias autoridades educativas hacen un esfuerzo de flexibilidad discursiva para suavizar las interpretaciones de «autoritarismo» que pudieran filtrarse en los textos de las Guías, el colegio de docentes, asesores y directivos leen de manera diferente los «guiones» que les entrega la SEP. La lectura que se da es en el sentido del «control», de la amenaza velada si no se cumple con lo solicitado. «En el medio está el mensaje», dirían los clásicos de la comunicación humana. En la forma cómo se dicen y se envían los mensajes, se encuentra el contenido profundo de éstos.

Después de todo, uno de los indicadores de la gestión educativa que permite valorar el avance o retroceso de la estrategia de reactivación de los CTE, son los mismos procesos y resultados educativos, en términos de aprendizajes. La pregunta que cabe formular frente a esto es la siguiente, luego de cinco años de poner en práctica esta idea de «parar» (un día cada mes) la escuela para tales fines: ¿El CTE ha producido cambios trascendentes en términos de aprendizajes? O dicho en otras palabras ¿El CTE ha traído cambios pedagógicos profundos y se ha traducido en un factor de progreso o de avance en los procesos y resultados de los aprendizajes escolares?

Referencia:

(1) Fuente consultada de la SEP:

http://basica.sep.gob.mx/multimedia/RSC/BASICA/Documento/201802/201802-RSC-mhpB6ZnQzY-Primaria5aSesionCTE2017-18.pdf

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FAQ: la reforma educativa xalapeña

México / 25 de febrero de 2018 / Autor: Wenceslao Vargas / Fuente: Plumas Libres

La reforma educativa no ha tenido tropiezos desde el oficialismo desde que nació en 2013, pero a fines de enero de 2018 recibió de parte del PRI veracruzano la embestida de una iniciativa legal para reformarla a nivel constitucional eliminando la evaluación docente para permanecer en el empleo. Abordaremos el tema a la manera de las preguntas que se hacen frecuentemente (Frequently asked questionsFAQ).

¿Ha defendido el PRI a la reforma educativa y ahora quiere revertirla? El PRI, como gobierno y como partido, ha defendido la reforma educativa tal y como la construyó con ayuda del PAN y del PRD en los años 2012 y 2013. La defendió hasta los días 25 y 31 de enero del año en curso. El jueves 25 la bancada del PRI en la legislatura veracruzana propuso, y el pleno aprobó por unanimidad, el miércoles 31, remitir al Congreso de la Unión una iniciativa de ley que pretende modificar el artículo tercero constitucional para eliminar por siempre la evaluación del desempeño docente, pieza fundamental en la reforma educativa tal como el discurso oficial la presentó. Revertir en esa área la reforma de 2013 es crear una especie de reforma educativa xalapeña.  

¿Qué dice el párrafo pertinente en el artículo tercero por modificar? Lo que hay que modificar –inicialmente- es el párrafo tercero del artículo 3º. de la Constitución. Dice lo siguiente, con comillas externas y comillas internas en el párrafo para llamar la atención al lector sobre las palabras a modificar: “La ley reglamentaria fijará los criterios, los términos y condiciones de la “evaluación obligatoria” para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la “permanencia” en el servicio profesional con pleno respeto a los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación. Serán nulos todos los ingresos y promociones que no sean otorgados conforme a la ley”. Así, la evaluación docente para permanencia es obligatoria en el nivel constitucional.

¿Se pueden o no modificar estas palabras a como lo propone el PRI desde la legislatura veracruzana? Técnicamente es posible. Nosotros, en nota previa, decíamos que sí puede lograrlo el PRI, y nos sostenemos en la respuesta. Partimos del supuesto de que, el haber sido apoyado en Veracruz por todos los partidos políticos representados en la legislatura (PAN, PRD, Morena, Panal, independientes), garantiza que en el altiplano estarían en la misma postura de respaldo al PRI. Suena descabellado pero así es.

¿Qué hace falta para modificar la constitución y darle gusto a la bancada local del PRI veracruzano? Necesita el apoyo de los demás partidos y ya lo logró, muy extrañamente, de parte de todos. Hace falta también que al llegar la iniciativa a la Cámara de Diputados se entregue en la Comisión de Educación, que pase después al pleno y la aprueben dos terceras partes de los diputados y dos terceras partes de los senadores. Luego se necesita que la aprueben 17 legislaturas locales; la de Veracruz se da por hecho.

¿Tendrán tiempo para desahogar la reforma educativa xalapeña en los noventa días que le quedan a la legislatura federal? Nosotros aventuramos la idea de que sí, sosteniendo nuestra respuesta con los mismos argumentos que decíamos en respuesta a pregunta anterior: todos los partidos en Veracruz están de acuerdo. Lo reiteramos, pero si no fuese así estaríamos frente a una broma.

¿Qué le espera a la iniciativa en la Cámara de Diputados? Siguiendo el mismo razonamiento de las respuestas previas, el destino de la iniciativa de reforma deberá ser halagüeño. Es difícil pensar que en la Legislatura federal 63 le exijan que se forme en la cola pues le acompaña el apoyo unánime de los partidos representados en la legislatura veracruzana, que son los mismos que en la federal, aunque le anteceden 4 mil 500 iniciativas pendientes de dictamen. La fuente de esta cifra es un portal especializado (Expansión CNN; bit.ly/2EEiVKI). ¿Qué dicen de la iniciativa la SEP y el INEE? Extrañamente nada dicen, no han salido a atajar la iniciativa que ya ha agotado las etapas iniciales que son las dos más sencillas; nada dicen, quizá porque saben que es una broma electoral. Otra opción es que saben que la iniciativa va en serio y es mejor guardar silencio, por ahora, y demostrar sorpresa -y aceptación- en el momento oportuno. Llama la atención la ausencia del apellido Meade en el proceso, en el caso de que vaya en serio.

El PRI jarocho debe lograr la reforma constitucional en los noventa días (primero de febrero a 30 de abril) que le quedan a la legislatura federal 63 en su último periodo ordinario para que no se le tome a broma. Después de eso noventa días se instala la Comisión Permanente y a partir del primero de julio ya habrá nuevos diputados. Dicho de otra forma, ésta iniciativa de reforma constitucional tiene poco tiempo y no debe tener reversa política. En medio del camino se hallan dos reuniones magisteriales: la de Morena y su simpatizantes magisteriales en Zacatecas el sábado 10 de febrero para tocar el tema, precisamente, el de la desaparición de la reforma educativa entera y, dos días después, el SNTE ortodoxo el lunes 12 en Jalisco para su proceso electoral nacional. En ambos el tema es fundamental.

Si al final del día no se prosigue el proceso legislativo lanzado a fines de enero por el PRI jarocho, la iniciativa, con un costo político anexo para todos sus candidatos, habría quedado como broma. Cabrá entonces plantear la pregunta de quién tuvo la idea de comenzarla.

Fuente del Artículo:

FAQ: la reforma educativa xalapeña

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Otro sexenio perdido en materia educativa

México / 18 de febrero de 2018 / Autor: Víctor A. Arredondo / Fuente: La Jornada Veracruz

El comunicado del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) #3 de este año ratifica que el desempeño escolar mexicano es alarmantemente bajo y que no sólo no avanza sino que presenta retrocesos

Nuestro país sigue perdiendo terreno ante la creciente desigualdad educativa entre pobres y ricos

Tales resultados deben servir para evaluar el verdadero desempeño de la autoridad educativa y la influencia real del INEE en las políticas y programas de la SEP.

La «Reforma Educativa» de este sexenio dedicó una parte significativa del tiempo disponible a desarrollar, aplicar y reparar los estragos de una estrategia nacional que se centró, primero, en evaluar a los maestros. La percepción social de este esfuerzo, a pesar de las múltiples aclaraciones oficiales, fue que con ello se buscaba descubrir a los «docentes ineptos» para separarlos del salón de clases y, eso sí, acabar con la injerencia sindical en cuestiones que no son objeto de su naturaleza y misión gremial. El valor diagnóstico de la evaluación para promover integralmente la calidad quedó en un segundo plano y evidenció la parcialidad de una estrategia inicial que no puso el mismo énfasis en la ponderación de otros componentes esenciales del sistema educativo: la infraestructura escolar, los planes y contenidos educativos, las condiciones y perfiles del alumnado, el entorno económico, social y cultural de los planteles, las discrepancias en el acceso a recursos de aprendizaje, la administración escolar, las políticas educativas y de financiamiento, etcétera. Si bien algunos de estos temas de evaluación fueron retomados posteriormente por el INEE y la propia SEP, no quedó claro cómo los resultados de tales evaluaciones influyeron directamente en las acciones compensatorias y de promoción de la calidad de la autoridad educativa. Y esta interrogante es fundamental. Se pueden generar cientos de estadísticas sobre desempeño escolar e, incluso, documentos conceptuales sólidos sobre los fines, objetivos y prácticas de la educación nacional; pero si todo ello no trasciende en las aulas, ese cuantioso esfuerzo no es rentable socialmente.

La política y el financiamiento educativo y los programas y acciones de remedio y promoción en el ámbito federal, estatal y local, deben ser consecuencia del diagnóstico y de sus respectivas metas. De nada sirven los dictámenes y recomendaciones del médico sobre nuestra salud si no se acompañan de las correspondientes medidas de prevención y terapia. Y el problema nodal –es un auténtico nudo gordiano– de nuestro sistema educativo es que contamos con decenas de años de diagnóstico y formulación de recetas que no se han reflejado en el actuar real. Y las razones de este hecho son múltiples. Unas se deben a cuestiones de personalidad y capacidad: el gran ego de muchas autoridades educativas que se consideran autosuficientes y capaces sin alguna evidencia firme; su actitud del «borrón y cuenta nueva» que desestima lo hecho anteriormente por otros; los intereses ocultos que se sobreponen a la labor educativa trascendente; lo inadecuado del perfil e inexperiencia de numerosos responsables de la gestión educativa; su insuficiente liderazgo y mística para la convocatoria social; su falta de entrega por las causas nobles; la simulación generalizada en sectores de la burocracia educativa –»ley del menor esfuerzo»–; y la sensación de abandono y menosprecio que tienen los trabajadores de la educación por parte de la autoridad educativa. Otras razones se refieren a cuestiones técnico-políticas: no ha habido al interior de la SEP y de las oficinas educativas estatales una evaluación sólida de su propia estructura, funciones, resultados e impacto real en la calidad de la educación. Prevalecen oficinas y programas que han sido el resultado acumulado de las ocurrencias de la autoridad en turno; existe duplicidad –y a veces conflicto– en sus funciones; operan con independencia de la política, prioridades y metas educativas nacionales; y todo ello, ha impedido la necesaria sintonía y alineación integradora del quehacer técnico-administrativo-financiero del sector para acrecentar radicalmente la calidad y equidad educativa en el país. «No, los maestros y maestras no son los culpables de la debacle en la educación».

La inexperiencia de la autoridad educativa federal fue la que ocasionó que, hasta los dos último años de la actual administración federal, la SEP pretendiera hacer de manera apresurada, lo que debió haber hecho desde el primer año: atender los diagnósticos anteriores y emprender cuanto antes una verdadera campaña nacional de actualización profesional, promoción de nuevos enfoques y métodos de aprendizaje en el aula, aplicación generalizada de recursos didácticos de gran impacto, modernización de la infraestructura y gestión escolar, conectividad de internet en todas las escuelas del país, mayor participación social y rendición de cuentas en la educación –en especial, por parte de los directivos–. En cambio, con una actitud autocomplaciente se dedicaron a desarrollar en sus propias oficinas burocráticas soluciones que debieron haber estado en manos de expertos comprobados. La soberbia y los intereses mezquinos es lo que impidió que funcionarios de la SEP analizaran y aprovecharan las experiencias de sistemas estatales exitosos en la mejora del desempeño escolar –el INEE reconoce lo logrado recientemente por Sonora, Zacatecas, Tabasco y Tamaulipas, como en su momento la OCDE y la prueba ENLACE resaltaron el caso de Veracruz–. Lo mismo ha sucedido con aquellas organizaciones e instituciones que cuentan con evidencias contundentes sobre su aporte a la calidad educativa nacional: fueron hechas a un lado para recurrir a lo que ahora se observa como un monopolio de servicios a la educación pública: el Tecnológico de Monterrey. Es tiempo de evaluar cuál es el valor agregado real que se ha obtenido como resultado de las cuantiosas contrataciones que le asignó la Subsecretaría de Educación Media Superior.

Otra tarea pendiente es la de asegurar una relación estratégica funcional entre los resultados y recomendaciones que produce el INEE y la toma de decisiones en la SEP. Son dos realidades paralelas, porque el INEE no influye como debiera en las decisiones administrativas y financieras del sector educativo. Sabemos que su autonomía, naturaleza y misión la convierten en un ente no ejecutivo de programas de intervención educativa. Pero si la sociedad mexicana está invirtiendo en un tanque pensante de esa dimensión, lo menos que se debe hacer es evaluar en qué medida el sector educativo oficial está tomando en cuenta sus directrices. Resulta imprescindible establecer mecanismos funcionales para traducir sus recomendaciones en políticas, programas y formas de financiar la educación. De no ser así, su impacto en la calidad será totalmente marginal.

Fuente del Artículo:

http://www.jornadaveracruz.com.mx/Post.aspx?id=180129_080455_637

Fuente de la Imagen:

http://elmaestrocompentente.blogspot.mx/2015/04/la-guerra-perdida-de-la-educacion-en.html

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El vocho rojo de la SEP

Por: Manuel Gil Antón

El dueño de un descascarado y tosigoso Volkswagen rojo, cansado de su lentitud e incesantes fallas que lo dejaban tirado un día sí y otro también, decidió llevarlo al taller. El maestro Milo revisó el auto y le dijo: su carro está muy mal, y empeorando. Para que funcione bien se necesita reparar el motor, y en una de esas hasta cambiarlo. Hay problemas con la marcha, se requiere una reparación mayor de los frenos, las velocidades se atoran porque el clutch no tiene ni remiendo ni remedio.

La suspensión está destrozada y se puede mirar el aire de las llantas por lo lisas que están. De veras, le explicó a don Eusebio, si no se corrigen al menos estas cosas que le digo (por no hablar de la pintura, los focos fundidos, el chicote del acelerador y las vestiduras rasgadas) su coche va a reventar. ¿Y cómo en cuánto sale? Al decirle el precio aproximado de piezas y mano de obra, y el tiempo que llevaría, exclamó alarmado: ni hablar, no me alcanza; tengo otras cosas más importantes en qué gastar y no puedo quedarme tantos días a pie. ¿No habría de otra? Pues sí, dijo Milo, ya otros clientes me lo han pedido y sale muy barato. La cosa es ajustar el velocímetro. ¿Cómo? Mire: tengo un amigo que sabe imitar los números y donde marca 60, le pone 80; y donde estaba el 80, le aplica el 100, y así… Le damos una pulida, pintamos de negro las llantas para que de lado se vean como nuevas, y ponemos un pequeño ventilador el ladito del volante. ¿Para qué? Cuando llegue a 60 por hora, como va a marcar 80, prende el aparatito y el viento en la cara le va a dar una sensación muy cercana a la de ir rapidísimo. Se lo tendría listo mañana. Órale: trato hecho. Hacer de cuenta que las cosas cambian, y mejoran, sin entrar a fondo a resolver los entuertos, es costumbre de los malos gobiernos. Justo es eso lo que propuso el secretario de Educación Pública a finales de enero.

Sin pudor, en la reunión del Consejo Nacional de Autoridades Educativas, anunció que la SEP aplicará, de inmediato, una estrategia “de capacitación” para preparar a los alumnos de 15 años a los que se aplicará el test de la OCDE. Se trata, explicó, de un instrumento que tiene como objetivo que los alumnos tengan el mejor desempeño posible en ese examen internacional. Sus palabras: “se trata de una estrategia muy rápida, focalizada y efectiva de preparación para la próxima presentación de la prueba PISA, que deberá ocurrir en los primeros días de abril. Hemos diseñado una estrategia que tiene dos componentes: uno de entrenamiento y capacitación, pero otro también de motivación”. No se trata, como en el caso del automóvil, de realizar un cambio a fondo de los procesos de aprendizaje. Eso es muy complicado, lleva tiempo e implica contar con un horizonte educativo que vaya mucho más allá del resultado en el examen.

Es demasiado pedir a los gerentes de la administración educativa este sexenio. Urge, para fines políticos, que México salga mejor en ese examen, como prueba fehaciente de las maravillas de la reforma educativa, y la necesidad de su continuidad sin revisión alguna. Es necesario incrementar los puntajes del velocímetro educativo a como dé lugar y de volada. ¿Cómo? Entrenando a los sustentantes para pasar la prueba, sin modificar lo que ocurre en las aula.

No es lo mismo evaluar lo que se aprende, en nuestro sistema, que “aprender” lo que se va a evaluar. Si prospera esta lógica de orientar los procesos educativos a la resolución de exámenes, el currículo se reducirá a conseguir lo necesario para lograr mayores puntajes, calificaciones, y no el aprendizaje que vale la pena. ¿Aprender a aprender cómo se responde un examen? Se impone, al parecer, no cambiar, sino hacer de cuenta. La SEP va, con el ventilador a todo lo que da, en el vocho rojo “reformado”, de bajada al despeñadero. Sin freno.

Fuente del Artículo:

El vocho rojo de la SEP

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La reforma educativa contra la pared

México / 1 de febrero de 2018 / Autor: Wenceslao Vargas Márquez / Fuente: Profelandia

En un artículo periodístico del día 26 de enero, el titular de la SEP, Otto Granados Roldán, “articulista invitado”, defendía con todo lo que podía la reforma educativa en un medio de comunicación nacional (bit.ly/2Ehtxz2). Hacía su trabajo. El artículo seguramente debió redactarlo el día jueves 25. Quizá no sabía el secretario, seguramente se enteró después, que el mismo día y a la misma en que él afanosamente redactaba para defender la reforma educativa, correligionarios suyos del mismo PRI torpedeaban desde Xalapa, Veracruz, la capacitación y la evaluación a los docentes, vale decir, torpedeaban la reforma hasta sus cimientos.

Dijo el secretario Granados, algo malhumorado, replicándole principalmente al precandidato Ricardo Anaya y al PAN: “Que en la pulsión de la coyuntura se use el griterío electoral para vituperar una reforma muy buena para los niños de México no sólo es una impúdica metáfora de los alcances de la ansiedad, sino también nos recuerda por qué una mejor educación (…) era y es urgente para muchos”. Quizá el enterarse que la impúdica metáfora y la ansiedad y el griterío electoral vienen también de legisladores de su propio partido habría incomodado más al secretario. Los diputados veracruzanos del PRI en Xalapa (más lo del PAN, PRD y Morena, que nos están al tanto de lo que están haciendo al subirse a la batea de la camioneta electoral del PRI) criticaron agriamente la capacitación docente el día 25 de enero en la legislatura.

Al día siguiente, el 26, parece que el secretario les contestó a esos diputados extrañamente rebeldes. Dijo Otto Granados en un mensaje que parece remitido a PRI, Domicilio Conocido, Xalapa: “Entonces ¿hubo o no formación y capacitación para nuestros maestros? Más aún: su impacto parece ya reflejarse en una cierta mejora de los resultados históricos obtenidos en las evaluaciones aplicadas a los participantes en evaluaciones para promoción y desempeño el año pasado”.

Nosotros ya nos propusimos dos posibles explicaciones: o la iniciativa del PRI jarocho es un rollo mareador electorero para sorprender al que se deje en favor del aspirante Yunes Zorrilla, o es una estrategia para suspender (legalmente o no) la evaluación docente para la permanencia con la idea de contener la sangría de votos magisteriales que fluye permanentemente hacia Morena por su oferta electoral en la materia. Cuando decimos “legalmente o no” queremos decir que las suspensión de la evaluación docente para permanencia puede hacerse, al menos provisionalmente, sin modificación del tercer párrafo del tercero constitucional y sin modificación de la secundaria ley del servicio docente. De hecho algo así se ha hecho en dos ocasiones. Una vez se hizo en la última semana de mayo de 2015 cuando Chuayffet la suspendió por “motivos políticos”, así dijo, y que eran la circunstancia electoral de las elecciones federales intermedias. La otra vez al año siguiente, en agosto de 2016, cuando el INEE la declaró, unilateralmente, que la evaluación sería voluntaria (eluni.mx/2rOrvnv) y sin consecuencias jurídicas para quien no se evaluara. En ese año sólo fue obligatoria para los “reprobados” del 2015.

Cuando la exdirigente del PRI, Gordillo, logró su prisión domiciliaria el 16 de diciembre, nueve de cada diez comentaristas dijeron que salía por un contubernio con el PRI para que apoyar al PRI en las elecciones. Desde el primer minuto dijimos aquí que esa afirmación no se sostenía con los elementos de juicio a la vista de los que todos disponíamos pero que nos daba flojera ponernos a refutar a los sospechosistas. Tuvimos la razón. Ahora que los diputados del PRI jarocho se ponen rebeldes, nueve de cada diez opinadores dicen, sin reservas, que la propuesta de suspender o eliminar la evaluación docente es electorera y está destinada al fracaso porque el presidente de la república, el anterior y el actual titular de la SEP defienden con todo a la reforma y a la evaluación.

Nosotros, sin negar que pueda ser electorera, añadimos la variable de la posibilidad de un esfuerzo de último minuto de parte del PRI (más los personajes que van en la batea de la camioneta y que no están al tanto de lo que están haciendo) para contener la fuga de votos magisteriales hacia el PAN-PRD y Morena por la vía de suspender la evaluación docente obligatoria mediante una modificación legal, o por la vía administrativa, vía esta última mediante la cual ya se ha hecho en dos ocasiones en los últimos tres años. Pronto sabremos la realidad. Mientras, el día 25 de cada uno de los meses venideros estaremos haciendo un balance mensual de por dónde va el proceso legislativo iniciado en Xalapa a despecho de la postura oficial de la SEP.

La corrupción, la impunidad y, sorpresa, la reforma educativa, son los tres principales temas de las discusión política rumbo a las elecciones presidenciales de julio de 2018. La reforma educativa es un tema de disputa enconada entre los tres principales frentes electorales del país. Por un lado el PAN-PRD-MC con Ricardo Anaya y por otro Morena y López Obrador. Ya se les sumó el PRI de Veracruz. Quizá pronto se sume el PRI nacional y el sindicato magisterial mayoritario que tiene dos congresos jarochos el viernes 2 y uno electoral nacional diez días después, el 12 de febrero, escenarios ideales para proseguir con el ya lanzado cronograma cuyo objetivo ignoramos.

Si los tres frentes electorales más importantes del 2018 apuntan sus baterías contra la reforma educativa algo podemos concluir apoyados en Pero Grullo, nuestro filósofo de cabecera: la reforma educativa, la estrella más rutilante de las reformas estructurales, por motivos electorales se halla herida de muerte, recargando un hombro herido sobre la rasposa y áspera pared.

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La reforma educativa contra la pared

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Causas y Efectos del Fracaso Educativo

México / 1 de febrero de 2018 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias

A raíz de la presentación, la semana pasada, de resultados de la evaluación Planea Secundaria (3o.) 2017, del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que da cuenta del bajo logro académico de la mayoría de los estudiantes mexicanos en ese nivel educativo, se hace necesario entrar al análisis de los resultados en cuestión tanto para la comprensión del fenómeno como para trazar algunas líneas de solución.

¿Por qué una tercera parte de los estudiantes de secundaria en México tiene graves dificultades para comprender e interpretar textos sencillos? ¿Por qué dos terceras partes de los estudiantes de ese nivel educativo presentan serios problemas para resolver planteamientos matemáticos, por ejemplo, de sumas o restas de fracciones (relaciones parte-todo)?

Aparte de los factores históricos, culturales y generacionales, considero que hay factores «internos» a la organización y accionar de la escuela, así como causas «externas» que generan los pésimos resultados académicos (en términos de los aprendizajes), y que ahora ratifican lo que ya sabíamos acerca de la fenomenología del Sistema Educativo Nacional (SEM).

Los factores llamados «internos» tienen que ver con los niveles de responsabilidad y el compromiso con la enseñanza y los aprendizajes que asumen los miembros de la comunidad escolar: docentes, directivos, personal de apoyo a la educación, familias y estudiantes. También en este rubro entran en juego la planificación didáctica, la intervención pedagógica y los procedimientos y recursos-instrumentos pertinentes para evaluar el progreso en los aprendizajes, que llevan a cabo los docentes y deben supervisar los directivos escolares.

Otros aspectos del proceso educativo tienen que ver con las técnicas de autoestudio y autoaprendizaje de los estudiantes; así como con la (des)organización de los tiempos y de las actividades que llevan a cabo cotidianamente las figuras educativas al interior del plantel escolar.  Aquí cabe preguntar: ¿se requiere aumentar el tiempo escolar para alcanzar cabalmente los propósitos de los planes y programas de estudio? ¿o más bien lo que se necesita es ocupar de una manera adecuada y efectiva el tiempo escolar?

Entre los factores «externos» podemos mencionar a la estructura burocrática de la educación, (federal, estatal y local), que determina en buena medida, en el caso de la escuela pública que atiende a la mayoría de los niños, niñas y jóvenes del país, el avance o retroceso de los procesos educativos: políticas de ingreso y selección de estudiantes; autorización sobre la cantidad de alumnos por grupo; decisiones sobre el contenido y uso de los libros de texto y demás recursos didácticos; políticas específicas sobre el acompañamiento y la actualización permanente de los docentes y directivos, así como sobre la formación inicial de ambos; definición, desde el escritorio, sobre la infraestructura escolar, los recursos materiales e insumos básicos para el adecuado «funcionamiento» de la escuela; políticas salariales y de profesionalización de las figuras educativas. Además, tiene que ver el código de cumplimiento de las normas de selección, promoción y permanencia del personal docente y directivo para cada escuela o zona escolar; el diseño y la valoración del currículo escolar; la (des)articulación entre niveles educativos; la movilidad de ambas figuras educativas (continuidad y discontinuidad del trabajo docente); y, entre otros problemas, la comunicación organizacional y la falta de identidad institucional de parte de los funcionarios federales, estatales y locales, en torno a los procesos micro educativos en el aula, el taller, el laboratorio o el patio de recreo, eventos y juegos, y en otros espacios educativos.

A estos factores «externos», por decirles de algún modo, que impactan el desempeño de los estudiantes en lo académico (conocimientos, habilidades y actitudes o valores), hay que agregar una larga lista de variables sociales que juegan un papel clave en la fenomenología de estos procesos, y que no necesariamente están a cargo de docentes o directivos: conflictos intrafamiliares, entornos sociales de marginalidad social, económica y cultural; por lo anterior, problemas de nutrición en niños, niñas y jóvenes; serios problemas de adicción de sustancias tóxicas; delincuencia con y sin violencia; embarazos en menores de edad, ausentismo por problemas de salud, entre otros.

Cabe mencionar que todos estos factores, que ya han sido descritos por la literatura científica en materia educativa, no son exclusivos de la Educación Secundaria, ni sólo de la Escuela Pública en su conjunto, sino que también están presentes y actúan, de manera directa o indirecta, en todos los niveles educativos y en las diferentes formas de sostenimiento y organización escolares.

Entonces no es sólo el entorno social el causante de los bajos niveles de logro en la escuela, sino también hay que reconocer que existen responsabilidades puntuales de las figuras que participan en la escuela; vista ésta como una comunidad educativa compleja, en la cual se relacionan personas con propósitos de aprendizaje, y no simplemente la escuela como un edificio con aulas, mesas y sillas.

En una entrega anterior, argumenté y hoy sostengo una vez más, que éste es un asunto (el «fracaso» educativo) que tiene que ver con el diseño y aplicación de políticas educativas nacionales y estatales. Precisamente el 20 de octubre de 2017, en un ejercicio de análisis similar, reflexioné acerca de los resultados del ejercicio Planea de Educación Media Superior (EMS) 2017 del mismo INEE, (ver SDP Noticias, 20 de octubre, 2017), y veo que guardan íntima relación con los resultados encontrados con el Planea Secundaria 2017.

En esa oportunidad y en apoyo a los argumentos expuestos, reproduje las consideraciones finales que dio a conocer en el documento de presentación el propio INEE.  El punto número 9 de dichas consideraciones, en particular, retomo hoy, que a la letra dice: «9. El logro académico de los estudiantes de EMS está vinculado con los resultados de los niveles educativos previos. Para atender esta situación, es necesario reducir las brechas de conocimiento, oportunidades y condiciones generales de la enseñanza y del aprendizaje, desde el inicio de la educación obligatoria

Veo dos posibles interpretaciones en el contenido de estas afirmaciones: 1) Hay un vínculo orgánico y estructural (diría fenomenológico) entre las causas y efectos de los logros académicos de los estudiantes de Educación Media Superior y los correspondientes de la Educación Básica (Preescolar, Primaria y Secundaria), y 2) Existe la necesidad de reducir las brechas educativas y junto con ello, impactar en los indicadores educativos de los niveles previos y de la propia EMS, en términos de aprendizajes y de las condiciones que habrán de establecerse para desarrollarlos. En otras palabras, el asunto está en la construcción de los cimientos, no tanto en los techos.

El problema es cómo y con qué herramientas se podrán cambiar estas estructuras y los patrones sociales que, en consecuencia, se generan, y que ya parecen crónicos en el Sistema Educativo del país. Pienso que para ello se requiere un nuevo tipo de concertación; un renovado «contrato social» sobre la educación en México, en el cual funcionarios, directivos, docentes, personal de apoyo, estudiantes, representaciones sindicales y familias; así como otros agentes, como los medios de comunicación, asuman un cambio en el qué y en los cómo del quehacer cotidiano en torno a los procesos educativos, y específicamente sobre los aprendizajes escolares.

Tiempos de cambio. La coyuntura que hoy vive el país, da como para repensar en la nueva ruta que habrá de seguir o requiere nuestro sistema educativo nacional, pero también es oportunidad para echar a andar fórmulas novedosas e imaginativas acerca de cómo sacar al país del «socavón» que significa este «fracaso» de la educación nacional.

Fuente del Artículo:

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/01/29/causas-y-efectos-del-fracaso-educativo

Fuente de la Imagen:

https://es.slideshare.net/aitortwo/fracaso-escolar-trab-presentation

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