Sexting o cyberbullying con imágenes sexuales, una plaga que se extiende entre escolares británicos de hasta 7 años

Por: Pilar Fonseca

Aún estamos casi digiriendo lo que es el ciberbullying y lo que significa cuando se amplían nuestros motivos de preocupación con una nueva forma de cyberbullying: el sexting que además se extiende entre niños de una edad que aún nos sorprende y nos preocupa más.

Niños de 7 años compartiendo imágenes sexualmente explícitas ¿de qué estamos hablando?

Los datos son de un sondeo realizado hace unos meses entre profesores británicos de cursos equivalentes a la etapa de educación primaria de nuestro país y los datos, son sencillamente escalofriantes.

Hablamos de niños de hasta 7 años intercambiando imágenes sexualmente explícitas, algo ya tristemente muy habitual entre los estudiantes de 13 a 16 años pero ¿de 7 años?¿por qué?

En torno a 1.300 profesores fueron preguntados para este sondeo y sí, la gran mayoría han reconocido estar al tanto de un modo u otro de esta tendencia entre sus alumnos.

El sexting en Gran Bretaña parece a la vista de estos datos, que está adquiriendo dimensiones de plaga, es una epidemia de la que las autoridades no tienen ni cura ni conocimiento como para superarla, por lo que se aprecia de las respuestas de los profesores británicos.

Y lo que es más preocupante, la edad en la que se empieza a sufrir este acoso ha bajado dolorosamente, un 13% de los casos que se conocen de sexting en Gran Bretaña se da ya entre niños de entre 7 y 10 años.

La infancia cada vez dura menos y los profesores británicos se siente impotentes ante este nuevo fenómeno social.

Peligrosa inocencia

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Niños, porque con siete y ocho años no hay ninguna duda de que estamos hablando de niñas y niños, haciéndose selfies desnudos o tomando fotos a traición de sus compañeros en los lavabos, son ya demasiado frecuentes.

Como la difusión por las redes sociales de las primeras experiencias sexuales en la adolescencia o algunos en la pre-adolescencia.

El sexting expone a los menores al acoso de sus propios compañeros de clase, es cierto pero lo que es peor, coloca a los niños en el objetivo de posibles abusos sexuales, algo de lo que ellos obviamente no son conscientes.

Es quizás la forma de acoso digital más dolorosa para los niños, se trata de imágenes íntimas acompañadas de comentarios denigrantes, humillantes e insultantes.

Historias hay miles, como de una niña que accede a salir con un compañero de clase en concreto sólo por hacerle una foto a sus genitales y compartirla con amigos comunes u otra niña que por desconocimiento accede a enviar un selfie desnuda a Snapchat creyendo que esta imagen iba a desaparecer en pocos segundos pero de la que un compañero de su colegio saca una foto y la distribuyó por todo su centro educativo.

Los casos lamentablemente son muchos, más de los que nos imaginamos como adultos, como padres y sobre todo muchos más de los que se están gestionando por parte de las autoridades competentes, más de los que deberían eso en cualquier caso.

Denunciar y prevenir

Abrazo

Todos los estamentos que trabajan por la infancia en Gran Bretaña, desde asociaciones hasta los propios profesores, han animado a denunciar los casos de acosos y abusos ligados al sexting porque de no hacerlo, muchos de los niños que son víctimas o que lo conocen porque lo padecen sus amigos, pueden llegar a pensar que es una práctica más que forma parte de su vida diaria y no es así.

Las redes sociales no son malas por sí mismas, pero igual que no ponemos a nuestros hijos al volante, a conducir un coche si no tienen la edad adecuada ni han conseguido el carnet de conducir ¿por qué no les ofrecemos la misma educación, la misma exigencia de maduración y conocimientos, para interactuar a través de las redes sociales?.

Fuente: http://www.bebesymas.com/ser-padres/sexting-o-cyberbullying-con-imagenes-sexuales-una-plaga-que-se-extiende-entre-escolares-britanicos-de-hasta-7-anos

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Pilar Fonseca

Mujer, periodista, madre de dos hijos, lectora empedernida y cinéfila confesa, en estado de curiosidad continua ¡hay tanto por aprender!