En cuanto al monto destinado específicamente a la educación básica, la cantidad se ubica en cinco mil 200 millones de dólares, un seis por ciento menos que en 2010.
‘La ayuda sigue siendo muy inferior a la cantidad necesaria para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible cuatro (referido a una educación de calidad), lo que pone en peligro nuestros compromisos’, advirtió al respecto la directora general de la Unesco, Irina Bokova.
‘Para alcanzar nuestros objetivos comunes en materia de educación, necesitaríamos multiplicar la ayuda al menos por seis, y esta debería ir destinada a los países que más la necesitan. Sin embargo, observamos que los donantes en el ámbito de la educación están desviando su atención de los países más pobres’, agregó.
De acuerdo con el comunicado, Estados Unidos y Reino Unido siguen siendo los dos mayores donantes al sector de la educación básica, pero en el periodo 2014-2015 redujeron su asignación en un 11 y un nueve por ciento, respectivamente.
Por su parte, Noruega aumentó su monto en un 50 por ciento, y Alemania lo hizo en un 34 por ciento.
Otra limitación detectada es que la ayuda no se está distribuyendo en función de las necesidades, señaló el texto.
Por ejemplo, África Subsahariana, donde vive el 50 por ciento de los niños sin escolarizar del mundo, recibe actualmente menos de la mitad de la ayuda a la educación básica que recibía en 2002.
‘Esto demuestra que la ayuda no se asigna según el número de niños sin escolarizar para financiar el coste de alcanzar la educación universal en cada país’, indicó el comunicado de la Unesco.
El informe citado incluye algunas propuestas con vistas a superar las lagunas actuales, y demanda nuevo esfuerzos en la recaudación de fondos con vistas a garantizar la educación en el planeta.