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Educando en la igualdad

Por: Pedro Uruñuela

La escuela puede jugar un papel muy importante para la detección de la violencia de género y de sus diversas manifestaciones, así como de las ideas y valores que la sustentan y defienden.

Acabamos de celebrar el “Día de la mujer trabajadora” el pasado día 8 de marzo, que este año ha tenido especial importancia por la movilización y huelga de mujeres en todo el mundo, culminando un movimiento ascendente de denuncia de las situaciones de discriminación de todo tipo que padece la mujer, así como la presencia de estereotipos que apoyan un determinado tipo de conducta hacia ellas. Puede decirse que, impulsado por las diversas iniciativas desarrolladas a lo largo del último año, como las iniciadas por las actrices en Hollywood, el movimiento se ha hecho aún más visible y ha alcanzado un nivel superior al de años anteriores, poniendo una vez más de manifiesto la situación de discriminación en que viven las mujeres en nuestra sociedad.

Sin duda, es importante celebrar estas jornadas de reivindicación, pero, desde un punto de vista educativo, tal vez resulte más significativo preguntarnos cómo trabajamos todo lo relativo a la igualdad en las relaciones de género en nuestros centros educativos. ¿Se reduce a una actuación puntual, del día 8 de marzo o del 25 de noviembre? ¿Hay continuidad en las actuaciones y siguen presentes a lo largo de todo el curso?

El asunto es muy importante. Los estudios sobre este tema señalan con claridad cómo es en la etapa escolar donde se aprenden y consolidan en el alumnado determinados comportamientos en relación con las mujeres, cómo se adquieren y desarrollan determinadas actitudes y estereotipos hacia ellas, que van a permanecer durante toda la vida. Es cierto que la escuela no es el único lugar donde se desarrollan estas actitudes y que es muy importante la influencia de la propia familia, de los grupos de iguales, de los medios de comunicación, de la comunidad religiosa o étnica. Sin embargo, la escuela puede jugar un papel muy importante para la detección de la violencia de género y de sus diversas manifestaciones, así como de las ideas y valores que la sustentan y defienden.

Muchas veces nos cuesta ver lo que está pasando en las relaciones de género. Como señalaba P. Bourdieu, la violencia simbólica está presente a todos los niveles, ofreciendo una visión normalizada de la presencia de la violencia en la sociedad, que es así aceptada por quienes la sufren y por el resto de la ciudadanía. Por ello es necesario desarrollar y educar nuestra mirada y nuestra sensibilidad para ser capaces de ver qué es lo que está pasando y poder, en consecuencia, actuar contra las situaciones de violencia de género.

Desarrollando esta mirada caeremos en la cuenta, en primer lugar, de la presencia de violencia física hacia las adolescentes en nuestros centros, algo que nos choca y sorprende, convencidos de que sólo tiene lugar entre mujeres de más edad. Así, según datos oficiales presentados por el INE, fueron 968 las chicas menores de edad que presentaron denuncias por malos tratos a lo largo del año 2016, destacando igualmente cómo ha sido el tramo de mujeres más jóvenes, entre 18 y 20 años, quienes más han visto incrementadas las formas de violencia de género. Y son varias las formas en las que puede presentarse esta violencia directa, desde la agresión física a la violencia social manifestada en forma de aislamiento, pasando por la psicológica en forma de amenazas y de desarrollo del miedo en la chica por parte de su pareja.

Especial importancia tiene, en esta etapa de la adolescencia, la detección de los estereotipos que se desarrollan en los chicos y chicas, y que van a marcar y condicionar las formas de relacionarse entre ellos y ellas. Llaman la atención, en primer lugar, los llamados “mitos del amor romántico”, ideas y opiniones impuestos culturalmente, que se consolidan a una edad temprana, son reforzados culturalmente y hacen que determinadas conductas aparezcan como normales. Se tratan de modelos de conducta amorosa que estipulan y señalan qué es enamorarse de verdad, qué sentimientos han de experimentarse, cómo han de relacionarse con la pareja. Se trata de creencias que dificultan establecer relaciones sanas y provocan tolerancia hacia comportamientos claramente abusivos.

Ahí podemos encontrar ideas como la de que “el amor es lo más importante y requiere entrega total”, idea que limita y restringe la independencia y la autonomía de la chica, centrada en el chico con quien mantiene relación. O la idea de que “el amor es posesión y exclusividad”, afirmación que justifica los celos y las consecuencias de estos. Lo mismo podría decirse de que “el amor todo lo puede” (la omnipotencia del amor), “la necesidad de estar en pareja” (mejor que quedarse para vestir santos) o “la compatibilidad entre amor y sufrimiento” (quien bien te quiere, te hará llorar). Y, sobre todo, debemos descubrir aquellos estereotipos que asignan roles sociales basados en el sexo, reservando a los hombres el ámbito público y a la mujer el ámbito privado del hogar.

A todo esto es necesario añadir cómo las tecnologías y las redes sociales reproducen la violencia psicológica en la pareja, especialmente, en la adolescencia. El cibercontrol lleva a las redes sociales el control presencial con las mismas consecuencias o incluso mayores, por la vigilancia continua (a todas horas y en todo momento), la cantidad de mensajes o comentarios recibidos o el riesgo de que la impulsividad y la dificultad de valorar las consecuencias abra la comunicación de pareja a la comunidad digital.

La educación en y para la igualdad no puede quedar reducida a actuaciones puntuales, a días de reivindicación relacionada con la mujer. Debe estar presente en el día a día de los centros, ocupando un lugar central en la tarea educativa. La educación debe jugar un papel crucial en el cambio de actitudes y conductas sexistas, contrarrestando las influencias que vienen de la sociedad y del modelo ancestral de relación basada en el dominio-sumisión, siendo un objetivo educativo prioritario erradicar el abuso y el empleo de la fuerza como modelo de relación.

Para ello, debemos plantearnos, en primer lugar, de dónde partimos, cuál es la situación que se vive en el centro: ¿tenemos el profesorado una definición compartida de los que es la violencia de género y sus principales manifestaciones? ¿qué lugar ocupa la educación por la igualdad en el Proyecto Educativo, en el Plan de Convivencia y en la Programación General Anual? Será necesario, igualmente, analizar de forma periódica la incidencia de la violencia y, de manera especial, la presencia de la violencia de género en sus diversas manifestaciones, los micromachismos presentes en el centro.

Debemos plantearnos, igualmente, la formación y preparación que, como docentes, tenemos para trabajar la erradicación de la violencia de género: ¿qué sabemos sobre ella y sobre la forma de erradicarla? ¿qué más necesitamos saber, qué formación complementaria reclamamos? Y lo mismo respecto de los alumnos y alumnas, ¿cuál es su nivel de desarrollo de las competencias de pensamiento, emocionales, sociales y éticas imprescindibles para la convivencia en cualquier escenario, sea presencial o virtual? ¿cómo han aprendido a resolver pacíficamente los conflictos?

Reforzar el papel del alumnado, como en toda acción de fomento de la convivencia, resulta imprescindible para la erradicación de la violencia de género y la educación en igualdad. Igualmente, concienciar a toda la comunidad educativa e implicarla en este trabajo es algo que se debe fomentar y desarrollar. Y, sobre todo, elaborar un Proyecto que tenga en cuenta las relaciones positivas e igualitarias de género, en el que se marquen claramente los objetivos que se buscan, las acciones que se van a llevar a cabo, los responsables de estas, los recursos, su seguimiento y evaluación, etc. Algo tan importante como la educación para la igualdad y la erradicación de la violencia de género no puede dejarse a la improvisación.

Hay muchas más acciones que pueden llevarse a cabo y no se deben olvidar. Una vez más, el convencimiento de la importancia de esta tarea resulta fundamental para la educación en igualdad. En nuestra sociedad llaman más la atención los episodios de maltrato o ciberacoso que los de violencia de género. Nos hemos acostumbrado a ellos, los damos ya por naturales. Sin embargo, y aunque sea una opinión discutible, pienso que es mucho más grave y tiene peores consecuencias para la convivencia la falta de educación para la igualdad que los problemas derivados de la violencia entre iguales. Pongamos el empeño y la atención que merece la educación para la igualdad como alternativa a las relaciones basadas en el poder sobre el otro, que están marcando hoy las relaciones de género, también en la escuela.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2018/03/13/educando-en-la-igualdad/

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Mentiras que ofenden

Por: Manuel Navarro Weckmann

En una clara acción de miopía política, falta de conocimiento, además de una ofensa para el magisterio nacional, en diversos medios de comunicación, el Partido Verde Ecologista de México, señala que “la violencia empieza desde las escuelas”, un mensaje electorero que busca una explicación simple a un problema que está por demás demostrado inicia mucho antes de llegar a la escuela.

Las niñas y los niños llevan a la escuela la carga psicológica que reciben en su entorno y contexto familiar y, tomando en consideración los datos de la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en nuestro país 7 de cada 10 niñas y niños sufren algún tipo de violencia, lo cual da una idea del problema.

De acuerdo con María Josefina Menéndez Carbajal, directora general de la Organización “Save the Children”, el tema se relaciona directamente con la inequidad y la pobreza, producto del entorno que se vive a diario en nuestro país y cuya situación ha permanecido prácticamente igual durante los últimos 25 años.

De acuerdo con la Secretaría de Salud del gobierno federal la violencia familiar, no es solamente un asunto económico, puesto que, asegura, está presente en todos los grupos sociales, lo cual, de manera natural, llega a la escuela y se manifiesta de múltiples formas en donde se le atiende y canaliza de acuerdo con la situación específica.

La paz como la violencia empiezan en el hogar, a la escuela se acude a estudiar. Tener en sus manos un grupo de estudiantes de 20, 30 o más niñas y niños es una gran responsabilidad, así como guiar su proceso de aprendizaje en el respeto de sus valores, creencias no es un asunto sencillo dada la saturación de los programas oficiales lo permitan.

De acuerdo con la Psicóloga Natalia Borda de la Universidad de Lima y especialista en el tema, “si en un hogar prima la violencia, la falta de comunicación y de respeto, es muy seguro que ahí se esté criando a un niño agresor o a una víctima de bullying”.

Más vale que nos cuidemos de este tipo de políticos que, lejos de asumir su responsabilidad sobre la situación que nos tienen en México, buscan dejar de lado las culpas que les corresponden y de paso, maltratar a un magisterio que a diario desarrolla su trabajo de la mejor manera en que las circunstancias le permiten.

https://manuelnavarrow.com

Fuente del Artículo:

Mentiras que ofenden

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México: Aguascalientes ejemplo nacional en educación

México/20 de marzo de 2018/Fuente: https://www.elsoldelcentro.com.mx

Inaugura MOS la 5ª Reunión Nacional de Convivencia Escolar, cuyos trabajos se desarrollan en esta ciudad capital

La administración estatal se distinguirá por ser un activo promotor de espacios de sana interacción entre la comunidad educativa, así como de programas para erradicar el acoso escolar.

Esto lo dejó de manifiesto el gobernador Martín Orozco Sandoval, al inaugurar la 5ª reunión Nacional de Convivencia Escolar, acto en el que el secretario Técnico del Consejo Directivo Nacional La Escuela al Centro, Pedro Velasco Sodi, presentó el programa nacional que permitirá alcanzar el sano desarrollo de los estudiantes.

En su mensaje, el Mandatario destacó que de acuerdo a un estudio de la OCDE del 2015, “el 25% de alumnos de educación básica en México se sentía marginado y un 21% se sentía solo, mientras que la ONG internacional Bullying Sin Fronteras, indica que siete de cada 10 niños sufren de algún tipo de acoso; nuestra tarea es sumar esfuerzos, y junto con los padres de familia para generar espacios libres de cualquier tipo de violencia”, indicó Orozco Sandoval.

Reconoció el esfuerzo que se realiza en las 32 entidades de nuestro país con el “Programa Nacional de Convivencia Escolar”, que atiende a más de 20 mil escuelas públicas, una población superior de cuatro millones de estudiantes de educación básica, y que ha incluido a 23 mil docentes, nueve mil directivos y a más de 18 mil padres de familia, a quienes, dijo, se les debe involucrar de manera más activa.

En tanto, al presentar el “Programa Nacional de Convivencia Escolar, Velasco Sodi reconoció a Aguascalientes como uno de los estados que son ejemplo a nivel nacional de innovación y compromiso con el sector educativo.

Explicó que entre los objetivos de la Reforma Educativa, está el de garantizar una educación de calidad con equidad para todas las niñas niños y jóvenes de México, y para ello se necesitó una transición hacia el nuevo modelo educativo que plantea entre sus objetivos, contar con mejores contenidos, profesores preparados, y mejores planteles, pero también, prioriza la equidad e inclusión, independientemente de su contexto social, contexto geográfico.

“El Programa Nacional de Convivencia Escolar es una acción a nivel nacional, a nivel de cada una de las entidades federativas, y debe de seguir siendo uno de los más importantes aliados de este nuevo modelo educativo”, señaló Velasco Sodi.

Al evento también asistieron Raúl Silva Perezchica, director general del Instituto de Educación de Aguascalientes, quien dio la bienvenida; María Bartolucci Blanco, directora general de la Coordinación Intersecretarial de la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana; Esther Oldak Finkler, directora del Programa Nacional de Convivencia Escolar; Octavio Arellano Reyna, delegado federal de la SEP en el estado; entre otras autoridades.

Las Cifras

25%

De los alumnos de educación básica se siente marginado

21%

Se siente solo

70%

De los niños sufren algún tipo de acoso

Fuente de la Noticia:

https://www.elsoldelcentro.com.mx/local/aguascalientes-ejemplo-nacional-en-educacion-1264297.html

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UNICEF: Siete años de guerra en Siria

UNICEF/20 de marzo de 2018/Por Rawd Dandashi/Fuente: https://blogs.unicef.org

Un niño de 15 años que perdió un año de escuela cuando se intensificó la violencia en su pueblo de Siria.

Guerra civil
Asedios
Bombardeos
Víctimas
Refugiados

Yo había oído estos términos en clase de historia; eran conceptos abstractos a los que nunca había prestado mucha atención. Pero hace siete años, cuando tenía 11, se convirtieron en una realidad para mí.

2011

Estaba en clase de inglés cuando, de repente, entró el director de la escuela. Me dijo que ese día no iba a irme a mi casa, sino a la de mi tío, que era más segura. Yo no entendía muy bien por qué, pero no le di demasiada importancia. Una hora después, el director volvió para informarme de que una bomba acababa de explotar cerca de la casa de mi tío: al final, tenía que irme a mi casa.

Recuerdo el trayecto a casa en autobús. Calles vacías, caras asustadas asomando por las ventanas, tiroteos, gritos lejanos…

Conforme nos acercábamos a mi casa, el conductor gritó: “niña, ¡prepárate!”. Aceleró, luego pisó el freno con fuerza y abrió la puerta. Yo escuché a mis padres gritar: “¡corre, corre, corre!”. De repente, me vi corriendo hacia mi casa rodeado de disparos de rifles.

Al llegar, no lograba asimilar la gravedad de lo que había ocurrido durante el día. No fue hasta la noche, cuando me informaron de que las escuelas cerrarían hasta nuevo aviso, que me estrellé contra la realidad. Estábamos en guerra.

Lo que siguió después fueron días largos en los que apenas teníamos electricidad, comida o señal en los teléfonos. Yo estaba preocupado por mis hermanos mayores, que vivían en otras partes del país.

En cuanto pudimos salir de la ciudad, nos dirigimos al campo, con la esperanza de encontrar más seguridad. Cuando llegamos a nuestro nuevo hogar, pudimos reunirnos por fin con mi hermano y mi hermana.

2012

Afortunadamente, las escuelas abrieron de nuevo. Sin embargo, no pudimos regresar a casa. Con el fin de reanudar mi educación, comencé a ir a una escuela del campo. Mi padre me llevó a la escuela durante todo el semestre, pasando por puestos de control del ejército y esquivando tiroteos.

Casi al terminar el semestre, la situación empeoró. Por culpa de la violencia, tuvimos que escapar a Damasco, donde nos alojamos con unos familiares.

Para cuando encontré una escuela pública cercana, el segundo semestre había comenzado. Los libros eran diferentes. Todo me suponía un reto: estudiar para los exámenes finales, vivir en un entorno nuevo y ponerme al día con todo lo que me había perdido.

Sin embargo, decidí dar lo mejor de mí. Estudié mucho, día y noche. Y aprobé.

A destroyed classroom with broken benches, twisted metal, dust, and a green boadr on a wall, both riddled with holes made probably from bullets or bomb shrapnel
© UNICEF/Syria/2017/AbdulazizUna escuela primaria de la parte rural de Damasco, Siria, destrozada por la violencia continua de la zona.

2013

El bombardeo de Damasco se intensificaba cada día, cada vez iba a peor. Al final, decidimos regresar a casa.

Por primera vez en mucho tiempo, en mi ciudad la situación parecía estar más estable. Seguíamos teniendo precaución, pero ya nos habíamos acostumbrado al malestar y tratamos de seguir adelante con nuestras vidas. Yo me matriculé en una escuela nueva y seguí estudiando.

2014

Las bombas explotaban en nuestro vecindario: los cadáveres y los heridos estaban desperdigados por todas partes. La Media Luna Roja venía y los recogía. Vimos esa escena tantas veces que casi se convirtió en algo habitual. Ese año perdimos a muchas personas queridas.

Los bombardeos se volvieron más violentos. Cuando explotaba una bomba, la gente corría a la zona para ayudar a los heridos, pero al poco tiempo explotaba otra. El número de muertos aumentaba cada día.

Llegados a ese punto, mi hermana decidió mudarse a otra ciudad y mi hermano dejó el país, con la esperanza de encontrar un trabajo y una vida mejor.

2015

En ese momento, mi familia estaba esparcida por el mundo. Solo unos cuantos se quedaron en Siria, haciendo lo posible por mantener la cordura.

Hubo un momento en el que nos volvimos optimistas y creímos ver cerca el final. Poco después, comenzaron los secuestros y las violaciones: el fruto de la guerra.

Una mañana soleada de octubre, secuestraron a mi mejor amigo en su propio barrio mientras daba vueltas con el coche. Sabíamos que lo habían hecho por dinero. Su familia pagó el rescate y su madre prometió que no saldría de casa hasta que regresara su hijo. Él nunca volvió.

A large white van with a red crescent logo on its side makes its way through a rubble filled part of the city.
© UNICEF/Syria/2018/KhabiehUn vehículo de la Media Luna Roja pasa junto a edificios en ruinas, en Douma, Guta Oriental, Siria.

2016

Empezamos a vivir cada día como si fuese el último. Era la única forma de seguir adelante. Sabíamos que podríamos morir en cualquier momento; teníamos la muerte delante de nuestros ojos.

2017

La vida se volvió un poco más soportable. Los familiares que estaban aislados podían venir a visitarnos. Antes, solíamos hablar sobre el restaurante al que queríamos ir o los sitios que podíamos visitar; ahora solo hablábamos de los familiares que se habían ahogado tratando de buscar un refugio en otro país.

Aunque eran momentos terriblemente duros, de vez en cuando nos las arreglábamos para sonreír. Nuestras almas heridas habían dejado de sangrar; en su lugar, se habían formado enormes cicatrices.

2018

Hoy. Ahora.

Escribo este texto recapitulando los últimos siete años de agonía, tortura, tormento, desasosiego, pena y miseria.

Llevo cuatro años sin ver a mi hermano y dos sin ver a mi hermana. Mi mejor amigo sigue sin aparecer; no tengo noticias de él.

Esta guerra interminable ha retrasado mi educación, y sé que tendré que esforzarme al máximo y darlo todo para conseguir buenos resultados.

Las tragedias de los últimos siete años también me han enseñado algo sobre mí mismo. A pesar de haber vivido las situaciones más nefastas y haber perdido a gente a la que quería, he encontrado fuerzas nuevas para salir adelante.

No puedo rendirme ante las circunstancias que me rodean. Tengo que seguir persiguiendo mis sueños. No soy una mera superviviente: soy la creador de mi propio destino.

 

Rawd Dandashi tiene 19 años y vive en Siria.

Fuente de la Noticia:

https://blogs.unicef.org/es/blog/siete/

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“Tenemos un modelo de aula apilada que no vale para cinco horas al día, cinco días a la semana y así durante 15 años” Entrevista al sociólogo Mariano Fernández

Europa/España/15 Marzo 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la Educación

La insitución escolar está en crisis. Un modelo de organización que parece no servir bien para unos fines que son, hoy, más inciertos que nunca. Mariano Fernández Enguita aboga por una apertura del concepto de escuela y de aula.

Catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, Mariano Fernández Enguita está considerado uno de los principales expertos en educación de España. Enguita no se guarda ninguna opinión y es consciente de que, a veces, puede molestar a los maestros. Autor prolífico, acaba de publicar Más escuela y menos aula (Ediciones Morata), donde propone un cambio de concepto en la escuela y su disposición a través de lo que ha llamado el “hiperaula”. Enguita comparte despacho en la Facultad de Educación con Julio Carabaña, otro de los gurús educativos. “Tenemos buenas discusiones”, se ríe.

Le he leído decir que “la escuela sobrevive porque es obligatoria”. ¿Puede elaborar esto?

Alguien dijo que si creíamos que lo de los medios de comunicación es una crisis, esperen a ver la escuela. Se refería a la crisis de las instituciones broadcast. La escuela no solo es una institución broadcast, sino que antes de eso fue la lectio. Están todos los motivos para que eso entre en crisis, como cualquier institución, con el añadido de que estamos estirando cada vez más la escuela. Una persona pasa mínimo 15 años y con resultados poco claros. Antes la educación te llevaba a algo, si eras pobre te hacías maestro, cura, secretario del ayuntamiento. Ahora no está claro. Eso en conjunto es explosivo. Pero la gente no se puede ir. Es obligatoria, legalmente y de hecho, porque a los tres años —y antes— es difícil que una familia mantenga a los niños en casa. Para terminar con el mínimo hay que salir a los 18 y para salir con algo más hay que seguir. Esas son las condiciones de un abandono masivo si fuera posible o de una explosión si no es posible el abandono. En teoría política esto se llama exit y voice. Voice es que protestas ante una institución o un sindicato. Exit es que te vas. Aquí no hay salida, solo queda la voz y tampoco está muy reconocida, lo que es problemático. Por eso vemos cada vez más el rechazo de clase media, no lo que había antes de clase trabajadora. Ahora vemos alumnos que parecen tenerlo todo, pero no son buenos estudiantes.

El problema es que no parece que haya alternativa.

Sí hay alternativas. Yo no creo que la escuela per se sea mala, lo que es malo es el modelo que tenemos, pensado a medias entre la disciplina del convento y el porvenir de la disciplina de la fábrica. Puede funcionar de otro modo. Tener una escuela, un edificio bien equipado, bien dotado, con educadores, está muy bien. Las escuelas creo que deberían ser una mezcla de lo que son hoy, pero también de club social, etc. Se puede discutir, no es lo mismo una escuela primaria que de Secundaria, una ciudad u otra, pero hay mucho futuro y muchas posibilidades para la escuela, pero no para esta escuela que es un conjunto de aulas apiladas.

Igual me confundo, pero no da la sensación de que nadie hable de cambiar tanto el modelo-concepto sino de pequeñas cosas.

El concepto está muy metido en la sociedad. Una de las cosas que se ve en el libro y en las ilustraciones que tiene es que todos los conceptos del futurismo en la escuela es reproducir el aula en situaciones absurdas. Da igual que sea tipo Matrix con los alumnos conectados a cables o hiperconsolas medio atómicas, siempre tienes el aula, con sus pupitres, sus alumnos alineados. La idea ha calado profundamente y es difícil sacársela de la cabeza. Y luego hay una inercia. ¿Quienes nos convertimos en profesores? Los que mejor hemos sobrevivido a la escuela o nos ha gustado, incluso. Nos quedamos, es lo que hemos aprendido a hacer. Es difícil cambiar eso, sobre todo si no tienes señales. Un periódico, por ejemplo, recibe señales. Puede creer que lo está haciendo bien, pero si los lectores caen, algo pasa. A la escuela no se le va nadie, no tiene feedback más allá de ver a los alumnos suspender o aburrirse. Por eso hablo de público cautivo.

Su libro se llama Más escuela y menos aula” ¿Qué significa?

Significa que, hasta donde alcanza la vista, la escuela va a seguir ahí. A mí no se me ocurre una buena alternativa. No me opongo al homeschooling en ciertas circunstancias, pero no es una alternativa. La escuela que tenemos está montada sobre ese modelo del aula apilada. Lo explicaba con la web de un instituto que muestra sus aulas, orgulloso de ellas. Aula de música, aula de informática, aula de artes plásticas… y eran todas iguales, el esquema era el mismo. Es innecesario. No digo que no haya que tener una estructura tipo aula como la conocemos para algo. Para dar una conferencia a 500 personas lo mejor es un buen auditorio, pero no es eso lo que vale para todo cinco horas al día, cinco días a la semana y durante 15 años. Debemos y podemos conservar y cambiar la institución, y el cambio sustancial que hay que introducir es levantar el aula y reducirla a su justo papel.

¿En la línea de lo que han hecho los jesuitas?

Hay muchos ejemplos. En el libro lo llamo el hiperaula y en la web tengo un apartado dedicado en exclusiva a eso. La llamo hiperaula porque la forma más común es un aula más grande que se produce por la reagrupación de, típicamente, dos grupos que puede ser de un mismo nivel como en Jesuitas, puede ser los dos cursos un ciclo entero. Puede no tener nada que ver con eso, como se ha hecho en la Escuela da Ponte y otras. Puede ser, en otro nivel, los rinconcitos Montessori. Puede ser cosas como la red Teach for One, en EE UU, que reúne tres-cuatro aulas en una especie de campus party donde todo el mundo trabaja en pequeños grupos asistido por profesores. Hay muchas formas, pero en general se trata de romper con la idea de que un profesor deba tener simultáneamente a un número de alumnos y a continuación ponernos a discutir que son demasiados niños y sobre las ratios. Eso es un pozo negro sin fondo que no va a ninguna parte. Nunca habrá una ratio adecuada. Cuanto más personalices o diversifiques para unos alumnos, más te estás alejando de otros. Creo que ese modelo está acabado y por eso hablo del hiperaula. Lo más visible es que es grande, pero además se puede pasar sin transición del gran grupo a los pequeños equipos. No es solo el aula física, tiene su prolongación a través de la tecnología con aulas virtuales, equipos de trabajo, etc. Eso permite remodelar enteramente los tiempos porque requiere un equipo de profesores. No hace falta que se turnen, sino que cada uno coja un trocito del aula. Porque creo que cada vez más irá entrando la hiperrealidad, tecnologías que reproducen la realidad, simulaciones, videojuegos, hologramas… Eso es completamente distinto que 20 personas mirando a otra que habla, o escribe en la pizarra.

El libro no es una investigación, pero no sé si aún así ha encontrado algo que le haya sorprendido.

No es un libro de hallazgos, es el resultado de un proceso acumulado muy largo. Mi primera ponencia en un Congreso se llamaba Texto y contexto en la educación. Hablaba de que tan importante como el texto, el contenido, es el contexto: sentados, de pie, un horario, una organización del espacio, etc. Uno de los primeros libros más centrado en la escuela, La cara oculta de la escuela, de 1990, era sobre las tesis sociales de la educación. Decía que el contenido es una cosa, pero que lo que marca a la gente no es la lista de los reyes godos, sino un contexto, una situación en la que aprendiste esa lista. Este libro es una vuelta a lo mismo. Es una vuelta a que podemos discutir mucho sobre si debe haber más o menos humanidades, filosofía griega o computación, pero que prestamos muy poca atención a la organización del tiempo, del espacio, a la secuenciación de contenidos, a la relación del alumno con otros alumnos, con el profesor, consigo mismo, con la comunidad. Todo eso son las relaciones del proceso educativo y es lo que creo que penetra, empapa y atraviesa toda la escuela, que hoy está personificado en el aula, resumido en ella, y es lo que creo que hay que superar.

¿Por qué parece que, al menos en España, los grandes cambios educativos vienen de colegios privados o concertados? ¿por qué a la escuela pública le cuesta tanto?

Porque está muy burocratizada y hay una enorme autonomía del profesor. Pero no autonomía a más, simplemente, es a más y a menos. El profesor puede en este momento en la escuela pública innovar, y muchos lo hacen, pero es prácticamente imposible hacerlo, a no ser que haya un flechazo, en la misma dirección que tus 30 o 100 compañeros. A veces hay un proyecto muy atractivo o el centro toca fondo y la gente reacciona, o llega alguien muy carismático. Pero siempre es un problema. Los centros privados tienen alguna ventaja. La primera, no tienen el público descontado, tienen que tener las aulas llenas. De hecho, uno de los casos en los que los públicos reaccionan es cuando las aulas se vacían y hay amenaza de que se cierre el centro. El privado tiene que responder, o al menos aparentarlo. Segundo, tiene dirección: un profesor no puede decir que no a todo, y en la pública sí. Hay quien alardea de ello: “Que hagan las leyes que les dé la gana, que yo haré lo que quiera”. En tercer lugar, un centro concertado o privado, sobre todo los primeros, suelen ser parte de una red. Los Jesuitas solo en Cataluña tiene ocho centros. Los salesianos igual. Y eso da una escala, siempre es importante porque permite negociar mejor ciertas cosas, aprender más unos de otros, distribuir el riesgo de la innovación…

Pero más red que la pública…

Claro, pero la escuela pública tiene la red dada. Porque es territorial, mucho mejor, la otra es desterritorializada. Además, cubre distintas etapas. Y hay que hacerlo funcionar. Y esa condición no se da. Ni tienes dirección ni tienes la red, un centro no suele querer saber mucho qué hacen otros. Además, los privados y concertados han sido elegidos por las familias, y eso crea mucha comunidad. Hace mucho tiempo se hizo un estudio en EE UU sobre escuela secundaria y una de las conclusiones a las que llegaron, que les sorprendió a ellos mismos, es que los centros católicos tenían más valor añadido para los alumnos que los públicos o los otros privados. Estos centros tienen su origen en la población blanca pobre (italianos, irlandeses) porque creían que la otra estaba al servicio de los protestantes. La explicación que daban los autores, que se puede discutir, es que allí había una comunidad, que al haber cierto grado de afinidad entre profesor, centro y familia, hacía que funcionara mejor, y permitía explicar una circunstancia que por ningún otro factor habitual (riqueza de la familia, etc.) explicaba.

Ya que estamos con EE UU y dirección, allí los equipos directivos solo se ocupan de eso, de la dirección. ¿Cree que es un mejor enfoque?

No sé si es mejor ese modelo que el inglés, también profesionalizado pero que vienen de la enseñanza, o el francés, que depende mucho de la jerarquía, o el de aquí, la llamada participación democrática. Lo que sí tengo claro, sea cuál sea el origen del director, es que la dirección lo sea en materia de educación. Que el director no sea ni un administrador de cosas ni un representante de la administración o ante ella ni la muralla ante los padres. Que una vez haya un proyecto, haya una dirección detrás que lo lleve a cabo. Hace un par de años hice un trabajo sobre la implantación de la tecnología comparando datos europeos y me sorprendí. Los tres factores habituales que se contaban siempre para ver por qué se introduce la tecnología en los colegios eran que haya medios, que haya formación del profesorado y que haya soporte informático. Cuando no había uno, faltaba otro, y si no el tercero. Nada de eso asociaba con la introducción de la tecnología, solo la capacidad de dirigir de la dirección. Y, concretamente, no que el director pudiera despedir o cambiar los sueldos, que es lo que todo el mundo teme, sino si tenía competencias pedagógicas. Si tenía capacidad de decidir sobre cuestiones educativas.

Le he leído decir que no cree, respecto al profesorado, que el problema sea tanto la formación inicial, una opinión contracorriente, digamos.

Sí creo que tenemos un problema con la formación inicial: debe ser más sólida, más exigente, ganaríamos mucho si la universidad si librase del año de prácticum y hubiera un quinto año de estudio y las prácticas se hicieran más bajo el control del centro. Creo que hace falta más ciencia en la formación del profesorado, no porque piense que de la ciencia vamos a deducir qué hacer en el aula, sino que el profesor debe tener más capacidad de distinguir leyendas urbanas, mitos, ciencia, qué sabemos, qué sabemos que no sabemos… Es un sector muy dado a creerse muchas tonterías. Creo que debe ser una formación más sólida en el ámbito digital. Igual que desde el SXVI un maestro debe dominar la lectoescritura, en el SXXI debe dominar el entorno digital. Hay que saber trabajar en equipo.
Pero no creo que la formación inicial vaya a resolver los problemas para siempre. El mundo va a seguir cambiando y ese cambio debemos ser capaces de afrontarlo todos, pero particularmente los que formamos a quienes gestionarán ese cambio después. Y eso requiere una capacidad permanente de aprendizaje, reflexión, modificar la propia práctica, etc. Y eso depende de las condiciones de trabajo. Si el trabajo de un profesor es dar una lección, entonces la mejor manera de prepararla seguramente sea irse a casa. Ahora, si el trabajo de un profesor va a ser diseñar un ecosistema de aprendizaje y rediseñarlo una y otra vez según cambie el entorno escolar, necesita estar más tiempo en el lugar de trabajo y estar más con sus compañeros. Tener más tiempo que no sea de clase. El modelo del profesor debería parecerse más al de los profesionales en sus trabajos. Arquitectos, abogados, investigadores… Nadie les prohíbe irse a un congreso o a una biblioteca, pero normalmente están donde está su trabajo, sus compañeros, compartiendo ideas, tomando decisiones y tratando de mejorar lo que hacen en un entorno incierto. Ese sitio es el centro.

No sé si los maestros estarán muy de acuerdo con esto…

Casi seguro que la mayoría no, entre otras cosas porque una de las razones para ser maestro es el tiempo que pasan en el centro. Son cinco días por semana, en casi todos los centros es solo por la mañana y hay muchas vacaciones.

Pero los profesores sí se quejan de que no tienen tiempo para nada, de que van de clase en clase…

Depende de a qué llames tiempo y cuándo crees que acabe tu jornada. Oyes a los maestros decir que cuando tienen que formarse lo tienen que hacer en su tiempo. Cuando dicen su tiempo, ¿a qué se refieren? ¿A que se había marchado a casa y ya lo consideran su tiempo? Porque el tiempo de un maestro son 37,5 horas semanales 11 meses al año, no los nueve que dura el curso. No quiero discutir si los profesores deben dar menos clase, es posible, pero sí desde dónde lo discutimos. ¿Desde la idea de que para que tengan un rato para una reunión hay que quitarles una hora de clase porque el resto del tiempo está ocupado? ¿O es una ficción eso? Creo que en buena medida es una ficción. No digo que los profesores no trabajen, los hay que trabajan el tiempo de permanencia en el centro, el del contrato y más. Los hay entregados, pero también al contrario, no nos engañemos. El sistema no está en condiciones de decir quién hace qué, se ha dejado en manos del profesor. Creo que uno de los grandes motivos de la elección de ser profesor es el tiempo.

Estas opiniones, poco populares entre el profesorado, me llevan a pensar que los maestros se quejan mucho de los expertos que “nunca han pisado el aula”. ¿Qué le parece?

Es como si los peces se quejaran de que los oceanógrafos no hayan sido nunca pez. Es cierto que si eres “experto”, observador, investigador, no tienes la omnisciencia y se te pueden escapar cosas. Pero no creo que sea ese el experto que molesta, creo que es más el que habla de cosas internas. En mi larga carrera en esto, el artículo que más ha molestado fue uno que se llamaba ¿Es pública la escuela pública? Y no fue porque dijera nada desde fuera, es porque lo decía desde dentro. En ciencia, como en cualquier cosa, uno sabe que la distancia tiene un valor. Cuando estás demasiado cerca de una cosa, cuesta distanciarse de ella y creo que esto es muy cierto en la enseñanza. Si algo de lo que digo molesta, que me digan por qué. El argumento es “usted no ha pisado el aula”, no me parece un por qué.

No estaba personalizando…

Ni para mí ni para nadie. Por esa regla de lo militar solo podrían hablar los militares, de género una mitad de una cosa y la otra de la otra, y así con todo. Y no digamos ya la cantidad de cosas de las que hablan los maestros. Porque los “expertos” hablamos solo de una cosa, por eso nos llaman así, pero un maestro habla de todas a sus alumnos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/03/15/tenemos-un-modelo-de-aula-apilada-que-no-vale-para-cinco-horas-al-dia-cinco-dias-a-la-semana-y-asi-durante-15-anos/

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Los aprendizajes clave: el “vocho” rojo de la SEP. (2ª. Parte)

Por: Abelardo Carro Nava

En mi pasada entrega, abordé el tema del modelo educativo próximo a entrar en vigor en el Sistema Educativo Mexicano (SME), a partir de una metáfora que se desprendió de la que en su momento nos compartió Manuel Gil Antón, sobre la reforma educativa en México y, en la cual, éste aludió a ese camión (SEM) y al tránsito que ha tenido por más de 50 décadas. Le recomiendo vea el video que se encuentra en el canal de YouTube en el enlace que le comparto en estos momentos (https://www.youtube.com/watch?v=odqJfJ9lOJ4).

Así, decía, ese camión durante este sexenio, concibió un hijo cuyo nombre da entrada al título de estas líneas: el “vocho” rojo; un hijo que para efectos prácticos, no es otra cosa más que los aprendizajes clave que la SEP propuso hace unos meses. Ya di cuenta de ello, repito, en mi pasada entrega.

Pues bien continuando con dicho análisis, en el documento “Aprendizajes clave para la educación integral”, se especifica que éste tiene un enfoque socioconstructivista, el cual considera la interacción social del aprendiz, planteando la necesidad de explorar nuevas formas de lograr el aprendizaje [Ojo, con la idea “explorar” nuevas formas de lograr el aprendizaje], que no siempre se han visto reflejadas en el aula [ojo también con la contradicción que se encuentra en esta aseveración porque como sabemos, cada contenido se desarrolla dependiendo de los estilos de aprendizaje, el contenido, los elementos del contexto, etc. Es decir, no siempre se tienen que ver reflejadas en el aula esas formas de aprendizaje]. Considera al aprendizaje como participación o negociación social, un proceso en el cual los contextos sociales y situacionales son de gran relevancia para producir aprendizajes (SEP: 33).

De esta forma, la SEP plantea la necesidad de trabajar mediante un aprendizaje basado en preguntas, proyectos y problemas, el cual considera los intereses de los alumnos y los fomenta mediante su apropiación e investigación (SEP, 2017), o bien, a través de un aprendizaje colaborativo, cooperativo y los modelos de aula invertida (SEP, 2017), para que el estudiante lleve a cabo parte del proceso de aprendizaje por cuenta propia y fuera del aula.

Sí, todo eso lo considera el enfoque y propuesta que elaboró la SEP; sin embargo, la experiencia – y ellos deberían de saberlo – nos dice que abordar el aprendizaje de esta forma, también tiene ciertos inconvenientes entre los cuales, señalo algunos de ellos: el ritmo de avance es lento con relación al contenido (en este caso del aprendizaje clave) que se considere abordar, esto, por el nivel cognoscitivo de cada educando; son muchos los estudiantes que desean trabajar individualmente porque su intelecto (por los diversos factores que en éste influyen tales como: los familiares, económicos, culturales) es mayor al resto; falta de interés y seriedad por aprender, lo que ocasiona que la participación no sea homogénea (y no tiene porqué serlo, sin embargo como sabemos, en el aula son variables las participaciones de los integrantes de un equipo, por ejemplo); la evaluación bajo este esquema suele causar problemas porque los alumnos la consideran en exceso subjetiva, sobre todo, en grupos de discusión cuando un alumno del mismo equipo participa más que el otro; los padres de familia suelen inconformarse porque no observan un “rápido” avance en los aprendizajes de sus hijos”; en fin, insisto, son varias las desventajas que de este esquema se desprenden, obviamente, las ventajas podemos deducirlas de los mismos.

Ahora bien, si usted analiza con detenimiento la explicación que he realizado hasta el momento, tal parece que esta propuesta no precisamente enfoca su atención en el aprendizaje sino en la didáctica que debe y tiene que desarrollarse para el logro del mismo. Aquí cobra sentido ese “tránsito didáctico” al que aludía en mi anterior entrega, y que más allá de una probable discusión en términos epistemológicos que pudiéramos emprender en estos momentos (por aquello de que el docente es el responsable de dirigir, coordinar, orientar y monitorear los procesos de enseñanza o también, por aquello de que el docente es un mero facilitador del aprendizaje), tendríamos que pensar y repensar cuáles son las condiciones bajo las cuales el docente viene abordando los contenidos en México, los métodos y metodologías que emplea, los enfoques que considera para el abordaje de los temas, en fin, toda esa didáctica que atinadamente Ángel Díaz Barriga continuamente comparte sobre este asunto, pero que comparte en términos de lo que él en 2016 denominó como un modelo “muy idealizado”, sencillamente porque el esquema propuesto por la SEP no pone los pies en la tierra, cito: “en el cuarto informe de gobierno, se reporta que hay cerca de 179 mil escuelas públicas en el país, números más, números menos; y que en estas 179 mil escuelas, lo que encuentras son 638 mil carencias físicas, por ejemplo: falta de pizarrón, falta de agua corriente, problemas en los baños, problemas de señalización… si se sacara un promedio muy grueso se estas cifras, en cada escuela pública mexicana hoy encontraríamos, por lo menos, tres carencias que, evidentemente, dificultarían el desarrollo y aprendizaje de los contenidos planteados” (Recuperado de http://www.blackmagazine.mx/diaz-barriga-para-el-nuevo-modelo-educativo-hay-que-poner-los-pies-en-la-tierra/), además del desarrollo profesional del docente.

¿Cómo se espera que el profesor desarrolle estas estrategias si las realidades de ese México que he planteado condicionan los procesos de enseñanza y de aprendizaje?, ¿cómo se espera que se logren los resultados esperados si la formación inicial de docentes ha estado supeditada a lo que las autoridades determinen desde la DGESPE (ver estudio La Educación Normal en México. Elementos para su análisis)?, ¿cómo se espera que los aprendizajes clave, que son otra cosa más que los aprendizajes esperados, sean desarrollados por los profesores si en cada escuela que existe en México su planta docente la integran profesores que fueron formados con diferentes programas de estudios en las escuelas normales y la capacitación que han recibido no ha sido satisfactoria?, ¿cómo se espera que los aprendizajes calve sean desarrollados si los profesores no han recibido adecuados programas de profesionalización docente en áreas de una supuesta gestión personal del conocimiento? Segundo gran golpe al “vocho rojo”. ¿Se desvieló el motor?

Para concluir con esta serie de ideas, deseo aterrizar una más que me parece pertinente en estos momentos, porque con seguridad con lo expuesto, usted se siente angustiado (a) porque la perspectiva que he presentado hasta el momento, contiene un dejo de pesimismo, producto de esa realidad que estamos viviendo; si ustedes me preguntaran ¿qué podemos hacer entonces si por un lado tenemos una curricula que no acaba de considerar en su estructura todos los problemas que he señalado, y por el otro, a un docente que sufre a diario las tensiones que son producto de atracción y contracción que generan, no uno sino varios “cuerpos” contra él, y que afectan su desempeño docente?

La respuesta, aunque obvia, y tal vez nada innovadora, tienen que ver con ese empoderamiento del docente y del trabajo que realiza a diario en sus centros escolares. La misma experiencia que he tenido en todos estos años, y que me ha llevado a recorrer algunas entidades del país para trabajar algunos cursos, talleres y conferencias con mis apreciados maestros de todos los niveles educativos, me ha dejado claro que, la valoración de su trabajo, el reconocimiento de la labor que realizan, la motivación que pueda generárseles, la humildad y sencillez con la que pueda hablárseles son, entre otras cuestiones, elementos fundamentales para que éstos reconozcan, revaloren y resignifiquen su profesión y la labor que realizan en sus salones y escuelas.

Planteamiento sencillo, pero que está cargado de sentido si consideramos que desde hace algunos años, al maestro se le ha satanizado, se le ha golpeado, se le ha ofendido, se le ha ninguneado.

No, no es una defensa a ultranza esta idea. Sé y tengo claro que en el magisterio hay de todo y todo se comparte y reparte, sin embargo, aludiendo a una idea que hace unos años nos compartía Esteve en su texto “La aventura de ser maestro”, considero que todos debemos ser capaces de generar que el docente, así como lo hacemos con nuestros alumnos, descubra nuevamente el amor por su trabajo, que lo descubra y lo redescubra, que lo viva y reviva intensamente.

Luego, tampoco debemos dejar de lado otra idea que me parece de lo más pertinente, la fortaleza de instituciones capacitadoras, actualizadoras y profesionalizantes (de los maestros) en cada uno de los estados de la República Mexicana. Hay que voltear a ver a los Centros de Actualización del Magisterio, a los Centros de Maestros, a las Escuelas Normales, a la Pedagógica Nacional, en fin, a todas aquellas instituciones que por años han tenido ese contacto con lo que acontece en las escuelas de nivel básico y con las tendencias y corrientes pedagógicas que se vienen abriendo paso en el mundo. Esto, con el propósito de que brinden esa capacitación, actualización y profesionalización “presencial” de los profesores y profesoras de México. Buscar formas y mecanismos que le permitan al magisterio entregar mejores resultados es lo pertinente o, ¿no es eso lo que gritan a los cuatro vientos desde la Calle de República de Argentina?

Una idea más, y con la cual deseo terminar, tiene que ver con la sentida exigencia que desde hace más de 5 años se le viene planteando al gobierno, apertura le llamaremos; la intransigencia y los oídos sordos, nada bueno traen consigo, y créanme, si este país se ha mantenido en calma ante la serie de abusos, crímenes, fechorías de quienes han estado en el poder, ha sido por los maestros. Pero también, si el país ha logrado que la educación no toque fondo por la serie de realidades que les he expuesto hace unos momentos, también ha sido por los maestros.

Su labor está ahí, a veces en silencio, pero es una labor que no podemos despreciar ni denostar, porque si alguien hemos aprendido, ha sido de un maestro.

Nota: tanto la 1ª como la 2ª parte, son un extracto de la conferencia magistral que, gracias a la invitación que la Escuela Normal Superior de México me realizó en días pasados, la presenté el pasado 27 de febrero en las instalaciones de dicha escuela.

Fuente del Artículo:

Los aprendizajes clave: el “vocho” rojo de la SEP. (2ª. Parte)

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Palestinos: el “crimen feo” de un currículo escolar

Palestina/10 de Marzo de 2018/CCIU

Un estudio reciente de libros de texto palestinos descubrió que a los niños palestinos se les enseña a glorificar y valorar el terrorismo y la violencia. La Autoridad Palestina y su Ministro de Educación, Sabri Saidam, quieren que las escuelas árabes en Jerusalén enseñen a los estudiantes por qué los musulmanes deberían matar judíos.

“Dentro de las páginas de los libros de texto, a los niños se les enseña a ser prescindibles. Mensajes como: ‘El Volcán de Mi Venganza’, ‘El Anhelo de mi Sangre por mi Tierra’ y ‘Sacrificaré Mi Sangre para Saturar la Tierra’ “inundan el plan de estudios [palestino] .Los libros de matemáticas usan números de mártires muertos para enseñar aritmética. La visión de una Palestina árabe incluye la totalidad de lo que hoy es Israel, definido como los ‘Territorios Ocupados de 1948′”. – IMPACTO-se.

¿Cómo es que los ciudadanos árabes de Israel nunca se han quejado del sistema educativo israelí? La respuesta es porque evidentemente les gusta la educación que Israel les ha estado ofreciendo. Les enseña a valorar la vida, la libertad de expresión y la democracia, y los árabes israelíes lo admiran. Aman la educación que Israel les ofrece porque no demoniza a ninguna raza o grupo de personas. A ellos les encanta porque no les enseña a matar judíos, sino a vivir con ellos en paz y seguridad. Esta es la verdad que la Autoridad Palestina no quiere escuchar. Esta es la verdad que no quiere que el resto del mundo escuche.

El Ministro de Educación de la Autoridad Palestina (AP), Sabri Saidam, está preocupado estos días. Él no está preocupado, dice, porque a los escolares palestinos se les enseña a odiar a Israel. Él no está preocupado porque los escolares palestinos están siendo incitados por sus líderes a llevar a cabo ataques terroristas contra los judíos, desde lanzar piedras hasta apuñalamientos o embestir automóviles.

El ministro de Educación de la AP está preocupado, dice, por un “crimen” que está por cometerse contra los niños árabes en las escuelas de Jerusalén. El “crimen”, en su opinión, es que los niños serán enseñados de acuerdo con un plan de estudios israelí, y no palestino.

Saidam ve la decisión de aplicar el currículo israelí a las escuelas árabes en Jerusalén como un “feo crimen de falsificación”. Estas son las palabras exactas que usó para denunciar la decisión de introducir el currículo israelí en las escuelas árabes.

¿Por qué el ministro y la Autoridad Palestina se oponen tan truculentamente a los escolares árabes que estudian de acuerdo con el plan de estudios israelí? ¿Es este plan de estudios realmente un “feo crimen de falsificación”, como dice el ministro?

La razón principal por la cual el liderazgo de la AP se opone al currículo israelí es porque no promueve el odio. El plan de estudios tampoco demoniza a los árabes en paralelo a la forma en que el currículo palestino demoniza a los judíos.

Un estudio reciente de libros de texto palestinos descubrió que a los niños palestinos se les enseña a glorificar y valorar el terrorismo y la violencia. El estudio, llamado “Currículo de la Escuela Primaria Palestina 2016-17: Radicalización y Reactivación del Programa OLP”, fue realizado por el Instituto para el Monitoreo de la Paz y la Tolerancia Cultural en la Educación Escolar.

El currículo palestino enseña a los estudiantes a ser mártires, demoniza y niega la existencia de Israel, y se centra en un “retorno” a una patria exclusivamente palestina “, según el estudio.

Dentro de las páginas de los libros de texto, se enseña a los niños a ser prescindibles. Mensajes como: “El volcán de mi venganza”; “El anhelo de mi sangre por mi tierra”; y “Sacrificaré mi sangre para saturar la tierra” llenará el currículo [palestino]. Los libros de matemáticas usan números de mártires muertos para enseñar aritmética. La visión de una Palestina árabe incluye la totalidad de lo que ahora es Israel, definido como los “Territorios Ocupados de 1948”.

Si bien el Islam no se usa como una herramienta política radical para este grupo de edad, los mensajes negativos persisten con respecto a los no musulmanes. Y aunque se brinda educación cristiana, las raíces judías son ignoradas. Los árabes continúan siendo presentados como habitantes originales de la tierra. La identidad palestina, tal como se le transmitió a estos niños, ahora se basa de forma mas realista en el folclore levantino-palestino junto con el arabismo, el islam y la lucha contra Israel.

El ministro de educación palestino, entonces, teme que los niños árabes en Jerusalén ya no estén expuestos al veneno y al lavado de cerebro del plan de estudios palestino. Incluso le preocupa que a los niños árabes no se les enseñe sobre el Plan Fase de la OLP de 1974 para conquistar Israel por etapas. La primera fase (Artículo 2) es crear un estado palestino en cualquier territorio desocupado por Israel. La siguiente fase (Artículo 8) es usar ese territorio para “fomentar un asalto árabe aliado contra un estado judío truncado”.

Este Plan en fases de la OLP sigue siendo una parte integral del plan de estudios palestino.

Saidam y su Autoridad Palestina quieren que las escuelas árabes en Jerusalén enseñen a los estudiantes por qué los musulmanes deberían matar judíos. Tomemos, por ejemplo, los libros de texto religiosos para los grados superiores en las escuelas de la Autoridad Palestina, que incluyen mensajes genocidas como el siguiente hadiz (un registro de las tradiciones o dichos del profeta Mahoma), de Hadiths, Bukhari, Libro número 4 :

Luchando contra los judíos y la victoria sobre ellos: El Mensajero [Mahoma] ya anunció [las buenas nuevas] sobre el fin de la opresión de los judíos sobre esta Tierra Santa y la eliminación de su corrupción y de su ocupación. [Se dice] por Abu Hurayrah [uno de los Compañeros de Mahoma] que el Profeta dijo: “El Fin de los Días no tendrá lugar hasta que los musulmanes luchen contra los judíos, y los musulmanes los matarán hasta el punto  que un judío se esconda detrás una roca o un árbol, y luego la roca o el árbol dirá: ‘Oh musulmán, oh siervo de Dios, hay un judío detrás de mí, así que ven y mátalo, excepto la zarza salada (Gharqad), porque es uno de los árboles de los judíos “. Fe, (Estudios de la Sharia) Grado 11, 2003, p 94.

La Autoridad Palestina y su Ministerio de Educación están enojados porque este hadiz ha sido eliminado de los libros de texto en las escuelas árabes de Jerusalén.

La eliminación de los hadices, argumentan, es un “crimen feo”. En otras palabras, los líderes palestinos en Ramallah luchan por el derecho de los estudiantes a que se les enseñe que los judíos son “corruptos” y “ocupantes” y que deben ser asesinados, incluso cuando tratan de esconderse detrás de una roca o un árbol.

Ahora ha llegado un fatwa (decreto religioso islámico) emitido recientemente por el Mufti palestino de Jerusalén, jeque Mohammed Hussein, que prohíbe a los escolares estudiar de acuerdo con el plan de estudios israelí.

“Enseñar el plan de estudios israelí en las escuelas palestinas es peligroso y abusivo”, determinó la fatwa. “El currículo israelí consiste en asuntos que contravienen la fe islámica, la identidad árabe y los valores y tradiciones palestinos”.

Aparentemente ausente de la fatwa fue incluso un solo ejemplo de cómo el currículum israelí era peligroso y abusivo para los escolares. La razón: no hay nada allí, en el currículo israelí, que pueda envenenar los corazones y las mentes de los estudiantes árabes.

Lo que la Autoridad Palestina no dice a su pueblo y al resto del mundo es que hay cientos de miles de árabes que estudian de acuerdo con el plan de estudios israelí. Estos son los ciudadanos árabes de Israel, que durante los últimos 70 años han estado estudiando de acuerdo con un plan de estudios establecido por los sucesivos gobiernos israelíes.

¿Por qué está bien que los niños árabes estudien de acuerdo con un plan de estudios que no contenga intolerancia y racismo, mientras que a los árabes que viven en Jerusalén no les corresponde? ¿Por qué está bien que decenas de miles de árabes asistan a escuelas, universidades y facultades israelíes y estudien de acuerdo con los planes de estudios israelíes, mientras que está prohibido que los árabes en Jerusalén lo hagan?

Los ciudadanos árabes de Israel que estudiaron en instituciones educativas israelíes son probablemente los árabes más pacíficos, pragmáticos y moderados que viven en el Medio Oriente. Se encuentran entre los principales profesores, abogados, hombres de negocios y médicos del país; tienen sus propios partidos políticos, miembros del parlamento y se sientan en la Corte Suprema de Israel. Esto es lo que sucede cuando un estudiante recibe una buena educación, sin adoctrinamiento, incitación y mensajes de odio.

Si el plan de estudios israelí es tan malo y peligroso como afirma la Autoridad Palestina, ¿Por qué miles de árabes continúan inscribiéndose en la Universidad Hebrea, la Universidad de Haifa, la Universidad de Tel Aviv e incluso la “colonia” Universidad Ariel en el norte de Cisjordania? ¿Cómo es que los ciudadanos árabes de Israel nunca se han quejado del sistema educativo israelí?

El número de árabes israelíes que buscan obtener una licenciatura en universidades y facultades israelíes, de hecho, ha aumentado un 60% en los últimos siete años a 47,000 en 2017, según el Consejo para la Educación Superior en Israel. En solo los últimos siete años, el número de estudiantes árabes que estudian en universidades e institutos israelíes ha aumentado 78.5%, dijo el consejo.

La respuesta es porque evidentemente les gusta la educación que Israel les ha estado ofreciendo durante los últimos 70 años. Es una educación que les enseña a valorar la vida, la libertad de expresión y la democracia, y los árabes israelíes la admiran. Aman la educación que Israel les ofrece porque no demoniza a ninguna raza o grupo de personas. A ellos les encanta porque no les enseña a matar judíos, sino a vivir con ellos en paz y seguridad.

Esta es la verdad que la Autoridad Palestina no quiere escuchar. Esta es la verdad que no quiere que el resto del mundo escuche. En cambio, el liderazgo de la AP en Ramallah quiere continuar enseñando a los niños a odiar a Israel y a los judíos y prepararse para destruir a Israel.

El ministro de educación palestino puede seguir hablando de resistirse al plan de estudios israelí, pero la buena noticia es que los árabes residentes en Jerusalén y los ciudadanos árabes de Israel seguirán tocando las puertas de las instituciones educativas israelíes para buscar una buena educación.

La verdadera intención de la Autoridad Palestina, es decir, arrasar a Israel al suelo y librar la Jihad contra los judíos, una vez más ha quedado expuesta. Si uno busca “crímenes feos”, uno no necesita buscar más.

Fuente: http://www.cciu.org.uy/news_detail.php?title=Palestinos:-el-%93crimen-feo%94-de-un-curr%EDculo-escolar&id=18657

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