México / 24 de febrero de 2019 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias
En alguna ocasión, el Dr. Felipe Martínez Rizo, primer directivo del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), afirmó durante una conferencia que el avance en la educación en Finlandia se debe, entre otras razones, al proceso de alfabetización que tiene una antigüedad de varias generaciones en ese país. Dijo que naturalmente y debido a ello, los finlandeses tienen una añeja tradición de lectura. Claro, se trata de una población más pequeña que la nuestra, si la comparamos con el total de habitantes de México. Para ellos, -decía Martínez Rizo-, leer no es una obligación, sino parte de su vida cotidiana; una actividad que se realiza con gozo y que es consustancial de la vida misma. Pero hay un detalle: Uno de los elementos centrales de los procesos de alfabetización en Finlandia, dijo el académico de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), es la Biblia. La evangelización era (o es) en Finlandia el medio no sólo para inducir a la población hacia el culto de la fe, sino también para promover el disfrute de la lectura. Allá niños, niñas, jóvenes y adultos leen en el hogar, en la escuela y en el trabajo, entre otros espacios sociales.
Surgen varias preguntas a partir de esta interesante información: ¿Cómo han logrado países como Finlandia, Noruega o Suecia sostener altos grados de alfabetización, independientemente de la tradición social cultural evangelizadora? ¿Qué experiencias positivas y oportunas podemos retomar o recuperar de otras naciones para resolver los graves problemas derivados del rezago educativo en México? ¿Cómo podría resolverse el problema de la falta de alfabetización universal en México, principalmente protagonizada por adultos? Según las cifras oficiales, al final de la pasada administración federal (datos de la SEP), alrededor de 4 millones de mexicanos (mujeres y hombres) son analfabetas. México se encuentra a punto de registrar (o quizá ya lo logró), menos de 4 por ciento de su población mayor de 15 años, que no se encuentra alfabetizada. Esa cifra es considerada por la UNESCO como meta o parámetro internacional para considerar a una nación “libre de analfabetismo”.
Ese panorama fue descrito así por el ahora ex titular de la SEP, Otto Granados: “…es importante señalar que en la actual administración (2013- 2017) se ha alfabetizado casi al doble de mexicanos, comparado con los primeros cinco años de gobierno del sexenio anterior; cerca del 80 por ciento más han concluido la (Educación) Primaria; y 50 por ciento más han logrado terminar la (Educación) Secundaria en comparación con la pasada administración. Todo ello permitió que el analfabetismo disminuyera del 6.1% (5.1 millones de personas) que se tenía en el 2012, a 4.4% al de 2017, lo que representa menos de 4 millones de personas, de 15 años o más, analfabetas. De continuar la tendencia, es posible que al final de este gobierno ese indicador termine por abajo del 4% lo que, de acuerdo con los estándares internacionales (ver por ejemplo el documento “Education for all: literacy for life” de la UNESCO) podría significar que México alcance la plena alfabetización.” (1)
Cabe recordar que el conjunto de personas analfabetas (generalmente mayores de 15 años) y de quienes no han concluido la Educación Primaria o Secundaria, constituyen el núcleo demográfico del llamado “rezago educativo”. ¿Cómo se podría llevar a cabo en nuestro país una estrategia para lograr que las personas mayores de 15 años, en situación de rezago educativo, se alfabeticen o concluyan la Educación Primaria o Secundaria? ¿El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) tiene lista esta importante estrategia? ¿Habrá continuidad o no del programa de incentivos económicos hacia las personas en rezago educativo, operada durante la pasada administración federal, para que no abandonen sus estudios? ¿Cuáles han sido los resultados de la autoevaluación institucional acerca de esa medida? ¿Cómo abordará al rezago educativo de manera integral el gobierno de la 4T?
Con la intención de dar sentido a estas preguntas, sugiero que cada quien haga el siguiente ejercicio: Observar a nuestras propias familias, en primero o segundo grado, sobre todo con nuestros padres o abuelos, y registrar si entre nuestra gente existen parientes que no concluyeron el nivel de la educación básica (al menos la Educación Secundaria). Ahora reflexionemos al respecto: ¿Qué repercusiones sociales, económicas y culturales ha representado este problema del rezago educativo durante las últimas décadas en nuestro país? Sin afán de sobre dramatizar este panorama educativo y social, podemos afirmar que quizá una de las razones por las cuales nuestros conflictos sociales se reproducen y agudizan (como violación de derechos humanos, desigualdad, corrupción, delincuencia, discriminación y otras conductas sociales ilícitas), en parte, es porque existe un alto porcentaje de la población en condición de rezago educativo. No hay que olvidar que alrededor de 32 millones de mexicanas y mexicanos se encuentran en esa condición.
Considero de primera importancia que las actuales autoridades educativas federales y estatales, informen a la sociedad acerca de los planes y programas que se tienen diseñados para hacer frente al problema del rezago educativo durante los próximos 6 años. Pero, sobre todo, interesa saber qué vamos a hacer como nación para cambiar la situación en que se encuentra nuestra población en esta materia, en especial si pensamos que los sectores sociales más abandonados en este ámbito de las políticas públicas educativas, son los adultos que viven en zonas marginadas, rurales o indígenas, y que, dentro de esta población, las mujeres son las más afectadas por este tipo de rezago.
Urge, por todo lo anterior, que el gobierno de la 4T ponga manos a la obra, tanto en la planificación como en la ejecución y evaluación de los procesos de educación de los adultos, a efecto de atender este problema nacional, el cual tiene que ver de manera sustantiva con el derecho a la educación para las personas mayores de 15 años, mujeres y hombres, jóvenes y adultos.
Fuente consultada:
(1) Otto Granados Roldán. Los retos del escritorio. SDP Noticias, 6 de enero, 2018.
Fuente del Artículo:
https://www.sdpnoticias.com/nacional/2019/02/18/el-inea-y-la-cuarta-transformacion
ove/mahv