Greenpeace enciende alarmas ambientales ante el futuro de los Galaxy Note 7

Noviembre de 2016/Fuente: El Mundo

La organización ecologista Greenpeace inició una campaña de recolección de firmas internacional para detener el desecho de los Galaxy Note 7 retirados del mercado después de que Samsung reconociera problemas con las baterías.

La surcoreana anunció la suspensión total de la producción de su último modelo Galaxy Note 7, debido a los riesgos. No obstante, con tanto revuelo, poco se ha hablado del impacto ambiental que supone la disposición final de 2,5 millones de aparatos.

En ese sentido, un portavoz de Sansumg dijo al sitio especializado Motherboard que no se repararían, mejorarían o revenderían ninguno de los dispositivos de este modelo.

«Hemos iniciado un proceso para desechar todos los teléfonos de forma segura», afirmó en un comunicado, de lo cual se desprende que los dispositivos Note 7 irán, directamente, a la basura.

Ante ello, Greenpeace se manifestó y exigió que se garantizara la gestión correcta de los aparatos en desuso y el reciclado de sus componentes.

«Samsung está considerando desechar 4,3 millones de teléfonos Galaxy Note (…) Esto es el equivalente a 730.000 kilogramos de residuos en tecnología de alta gama», afirmó Greenpeace.

De esta manera, si bien los smartphones no pesan nada, se requieren cerca de 74 kilos de materias primas para la fabricación de un dispositivo medio y el Note 7, por su parte, eleva la cifra hasta 226 kilos por tratarse de uno de los dispositivos de mayor tamaño y más avanzados del mercado.

Dicha cantidad incluye la extracción de materiales, los desechos de la minería y el agua dulce contaminada en el proceso.

En concreto, Greenpeace estima que se pretende convertir en basura más de 20 toneladas métricas de cobalto, más de una tonelada de tungsteno, una tonelada de plata, 100 kilos de oro y entre 20 y 60 kilos de paladio.

De acuerdo con la organización ambiental, muchos de los metales, especialmente los considerados «raros», son dañinos si llegan al subsuelo o a cursos de agua y, además, no pueden ser reciclados; su extracción supone procesos agresivos con el medio ambiente.

Por otra parte, los materiales que sí pueden ser recuperados no tienen demasiado valor, por lo que resulta más provechoso y adecuado ampliar su vida útil que desmontar el celular y aprovechar sus piezas para fabricar otros productos.

Greenpeace pide a Samsung que «sea transparente y que publique su plan para desmantelar y disponer de estos teléfonos».

«También le pedimos a Samsung que no tire ni queme los aparatos; sería realmente innovador si Samsung evita este gran desperdicio que causaría un gran impacto ambiental», se leer en la página web de la organización.

Fuente: http://www.elmundo.com.ve/noticias/tecnologia/dispositivos/greenpeace-enciende-alarmas-ambientales-ante-el-fu.aspx
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