El sistema de Naciones Unidas continua siendo alabado y cuestionado por sectores diversos. Lo cierto es que al momento de su fundación la ONU constituyó una esperanza para la paz mundial y en el presente, a pesar de los millones de muertos que se han producido a escala local y regional como resultado de las fricciones en la gobernanza internacional, su papel como espacio de interlocución y mediación sigue siendo relevante.
Numerosos mandatarios nacionales han hablado de la urgente necesidad de acelerar el proceso de reformas estructurales del sistema de naciones unidas, para lograr que esta institución esté a tono con los retos, desafíos y necesidades de los pueblos del mundo en el siglo XXI. Presidentes como Hugo Chávez o Mandela hablaron en distintos momentos sobre el papel mucho más activo que podría jugar la ONU en materia de igualdad humana, justicia social y desarrollo integral de las naciones.
Hace semanas se inició el proceso de elección para el nuevo Secretario General de la ONU. Más allá del debate respecto al mecanismo de elección y el poder de veto del Consejo de Seguridad, en esta oportunidad nos interesa destacar el papel que puede jugar el nuevo equipo de gestión de Naciones Unidas para garantizar, tanto una educación de calidad para todos y todas como para frenar el riesgo de un Apagón Pedagógico Global (APG)[i].
El año 2015, en Incheon Korea se desarrolló el Foro Mundial de Educación, el cuál revisó el estado del arte de la Educación Para Todos en el mundo y alcanzó un importante acuerdo mundial respecto a las metas educativas 2030, el porcentaje de PIB y presupuesto educativo nacional, la formación docente y el logro de una educación de calidad. Allí pudo ser más significativa y activa la presencia de docentes de aula[ii], pero ello no impidió que finales de ese mismo año se impulsara la convergencia de la agenda educativa con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2015-2030[iii]. Este esfuerzo se vio cristalizado en la meta 4 de los ODS; por primera vez la educación pasó a ser un tema prioritario en la acción de la agencia central de naciones unidas. Esto rompería con la tendencia a considerar lo educativo como una tarea de su órgano subalterno: UNESCO[iv]. Sin embargo, algunas agendas educativas hoy están en riesgo de ingresar a una especie de limbo internacional como la educación superior, pero eso es tema de otro artículo[v].
La meta 4 de los ODS plantea la urgente necesidad de alcanzar educación de calidad, estableciendo como estrategias para ello: (a) reducir la desigualdad y responder a los cambiantes contextos y necesidades de los mercados laborales, así como a la “economía informal” y el desarrollo rural; (b) potenciar aprendizajes flexibles en entornos formales y no formales; (c) garantizar que los programas de estudios incluyan habilidades relacionadas al trabajo, con destrezas no cognitivas/transferibles. Ello pareciera implicar un nuevo ciclo de reformas educativas a escala global que permitan transformar los sistemas educativos conforme a estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Una reciente consulta realizada a los docentes del mundo en el portal independiente http://www.otrasvoceseneducacion.org arrojó que un 57% de ellos desconoce los ODS y un 6% presenta resistencias a su aplicación. Ahora bien conocer no significa necesariamente entender las implicaciones en términos de transformación de los sistemas educativos, la formación docente y la propia práctica pedagógica que implican la puesta en práctica del ODS 4. Este no es un tema menor, por el contrario resulta clave en la necesaria construcción de consenso social para adelantar políticas públicas educativas de orientación reformista.
Las reformas educativas recientes implementadas en varios lugares[vi] han encontrado una creciente resistencia de los docentes y las comunidades al conjunto de las propuestas de cambio o algunas de ellas. A mi juicio, más allá de la asumida orientación político-económica de las mismas, estas resistencias tienen tres razones de partida bien concretas. La primera, no entender que hay un aprendizaje corporativo en el magisterio, después de décadas de luchas por la democracia, sus derechos y la educación pública, respecto a que los cambios pueden ser reformas en sentido positivamente aceptados o contrarreformas vestidas de reformas que implican retrocesos o pérdidas de conquistas. Segunda, que las autoridades ejecutivas que las impulsan –fundamentalmente Ministros o Secretarios de Educación Pública- no son docentes, por el contrario mucho de ellos provienen de los campos de la economía, la tecnología, la política militante o la actividad empresarial; ello crea un lógica de implementación que desconoce los procesos y las lógicas del magisterio. Tercera, no construyen canales los suficientemente expeditos y bidireccionales de dialogo entre decisores, maestros de base y sociedad, que permitan democráticamente construir rutas consensuadas para el cambio. El desprecio por la voz protagónica del docente, es propio de uno de los rasgos del Apagón Pedagógico Global (APG), que conlleva resistencias, conflictos y deriva en dificultades para alcanzar propósitos de cambio.
Por ello, en tiempos de candidaturas a la Secretaria General de Naciones Unidas es pertinente preguntarle a Irina Bokova, Helen Clark, Natalia Gherman, Vesna Pusic, Antonio Guterres, Srgjan Kerim, Danilo turk, Igor Luksic, Alicia Bárcena y Susana Malcorra:
- ¿Cuál es la hoja de ruta prevista para alcanzar el ODS 4 referido a la Educación?
- Cuál es su opinión respecto a construir un espacio permanente de diálogo en Naciones Unidas entre Maestros de base, sindicatos de educadores, sociedad y gobiernos respecto a las reformas que se implementaran para alcanzar las metas del Objetivo 4 de Desarrollo Sostenible?
- Es posible conformar una Comisión Ética Internacional, bajo el auspicio de Naciones Unidas para resolver los conflictos derivados de la implementación de las reformas educativas en la cual este presente la voz de los maestros de aula?
Las respuestas a estas interrogantes serán determinantes para conocer la política que en esta materia tiene cada candidato(a) a la Secretaria General de la ONU y la que eventualmente implementaría de resultar ganador. Los educadores conocen, que el silencio también es una forma de responder.
[i] El Apagón Pedagógico Global (APG) se expresa en la creciente tendencia observada durante las últimas décadas orientada a producir (a) una fragmentación de la pedagogía, en modas temporales de algunos de sus componentes (didácticas, planeación, gerencialismo, evaluación, currículo, sistemas de evaluación escolar) que terminan imponiendo una despedagogización de la educación y especialmente de la escolaridad; (b) una desvaloración institucional y social de la profesión docente que conlleva a impulsar la idea que cualquier profesional puede ser docente rompiéndose la noción de profesión, carrera docente e incluso cuestionando la existencia de universidades que forman docentes; (c) un creciente discurso de desvaloración de la escuela, del centro educativo con alternativas que al pretenderse generalizarse golpean la noción de educación pública como la virtualización, la educación en casa o espacios de aprendizajes como sustitutos permanentes del espacio escolar; (d) la evaluación de aprendizajes en dos áreas cognitivas (matemáticas y lengua), una informativa (conocimiento sobre ciencias) y una instrumental (uso de tecnología) las cuales pretenden homologarse mediante sistemas de pruebas estandarizadas como equivalentes a calidad educativa y tarea central de los sistemas educativos, abandonando la formación humanista, el aprender a aprender y la construcción de ciudadanía como pilares educativos.
[ii] Para mayor detalle de las observaciones hechas en este sentido pueden leer la carta firmada por cientos de educadores, pedagogos, académicos e intelectuales educativos en el mundo en https://www.change.org/p/maestros-as-profesoras-es-investigadores-as-en-educacion-estudiantes-familias-organizaciones-del-magisterio-centros-de-investigacion-educativa-organizaciones-y-movimientos-soci-si-compartes-el-contenido-por-favor-expresa-tu-adhesion
[iii] Pueden leer los enunciados centrales de los 17 ODS en http://www.undp.org/content/undp/es/home/sdgoverview.html
[iv] Sin embargo, hay quienes alertan respecto al riesgo cierto que una vez asumida la educación como una meta monitoreada por las propia ONU este facilite una nueva ofensiva del Banco Mundial, el BID y la OCDE para asumir estas instancias la coordinación de las políticas educativas globales dejando a UNESCO solo las referidas a patrimonio cultural, comunicación y algunas de innovación.
[v] Paradójicamente luego de realizada la I Conferencia Mundial de Educación Superior (1998) UNESCO eliminó su dirección de Educación Superior. Posteriormente se realizará la Segunda Conferencia Mundial del sector (2008) pero muchos argumentan un débil seguimiento a sus conclusiones y orientaciones. En la estructura de UNESCO solo el IESALC, con ámbito de influencia en América Latina y el caribe, se mantiene como institución tipo 1 UNESCO para la educación Superior. A solo dos años del cumplimiento de los 20 años de la Conferencia Mundial de educación superior no se tiene conocimiento de la designación del comité organizador internacional de tal cita global.
[vi] España, México, Colombia, Argentina, Chile, Brasil, entre otros países