Perú – España / 11 de noviembre de 2018 / Autor: Tania Elías / Fuente: UDEP
Complementar los conocimientos que se imparten en clase, a través del uso de la tecnología, es un aporte que el estudiante valora en sus docentes, consideró el especialista español. Es un recurso voluntario, pero útil.
El docente de la Universidad de Jaén (España) dictó en Piura y, simultáneamente, en videoconferencia para los docentes de la UDEP del Campus de Lima, un taller sobre la elaboración de microvídeos, en el que enseñó a docentes del Programa de Doctorado de Educación y a profesorado de cualquier Facultad que quiso asistir a preparar videos de menos de 10 minutos, con carácter pedagógico y didáctico.
Un micrófono, una cámara (ya sea de celular o digital), un croma y focos son las herramientas que se requieren, pero sobre todo la decisión del docente por querer darle a los alumnos un producto que les ayude a complementar los conocimientos de clase, explicó Pérez Navío.
“Con el microvídeo se intenta que el profesor explique los conceptos básicos que cree que debe profundizar en el alumno al sentir que hay dudas en los conocimientos impartidos en el modo presencial o a distancia. Estos se suben a la plataforma virtual y están a disposición de los estudiantes cuando los requieran”, refirió el docente español.
El doctor Eufrasio Pérez Navío explicó que este recurso didáctico mejora el proceso de enseñanza aprendizaje de la materia y, por ende, la calidad del sistema educativo, del programa y la asignatura que el profesor imparte.
Agregó que el uso de las tecnologías de la información va a requerir del docente planificación para organizar lo que va a comunicar en el microvídeo y disposición para aprender el manejo de las herramientas, grabar y editar. “Al principio cuesta, pero con la práctica su elaboración es más rápida”, indicó.
Consideró que este recurso didáctico, al igual que la exposición de una presentación, con la voz que explica el contenido, y las píldoras de aprendizaje (de máximo 2 minutos) son un potencial importante. Las universidades de España lo utilizan y los resultados son positivos en el alumnado.
“Recomiendo y promuevo esta didáctica (es lo que hemos elaborado en estas sesiones previas). Recursos hay. La clave es la enseñanza y la voluntad. Si el profesor quiere, lo puede hacer. No se trata de convertir las clases en minivídeos seguidos, sino identificar cuándo son necesarios y complementarios a la enseñanza presencial de la asignatura”, refirió.